Apéndice. De errores se aprende

Este apéndice está dividido en 3 partes, la primera y la segunda son reflexiones de Kamui y Xu-Xu, separadas, cada uno reflexiona sobre su vida y su infancia, así que les conoceremos un poco más.
El tercero es solo un drabble, pero un drabble muy especial. No lo he escrito yo, es de Kumiko (la Ku de KuTe), ella lo escribió hace ya bastante tiempo y he conseguido recuperarlo, me gustó mucho así que he querido compartirlo con todos. Por supuesto el drabble lo incluyo en la historia con permiso de su autora.

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Apéndice 3

De errores se aprende

Parte 1. Kamui

La Navidad es una época muy extraña, de repente pareciera que la mayoría de las personas estuvieran llenas de un sentimiento de alegría, compañerismo y solidaridad hacia los demás, por eso es la época en la que la televisión nos bombardea con más peticiones de ayuda, donativos y todas esas cosas. Aunque también en Navidad hay personas llenas de tristeza y añoranza que se sienten más solos que nunca o que cada año les gusta menos, quizás porque cada año echan más de menos a quienes no están. Y por supuesto están los que se quejan, a los que el bullicio, los adornos, las canciones y las tiendas llenas de gente comprando sus regalos o simplemente viéndolas les ponen de mal humor.
Pero desde luego si hay alguien que disfruta de la Navidad esa es Sumire.
Y aquí estamos, caminando por una de las calles de Shibuya, Sumire agarrada del brazo de Akane, porque como ella misma había dicho "no quiero que se pierda mi amiga entre la multitud, que Akane tiene muy mala orientación" y unos pasos por detrás de ellas voy yo, Kamui Kaguya, que de pronto me he convertido en el guardaespaldas o el protector de Akane, quien me lo iba a decir, he pasado de niño presuntuoso a "guardián", como se autodenominaba Shibi, claro que es que tampoco se fio mucho de la orientación de Sumire, en realidad nadie se fía del sentido de la orientación de ninguna de las dos, por eso estoy acompañándolas.
Shibuya es un lugar bullicioso, alegre y con las calles decoradas para la ocasión. Sumire lo mira todo con los ojos abiertos de par en par como si fuese una niña pequeña y nunca lo hubiese visto.
Parece que para ella todo es alegría y felicidad y cualquier cosa le emociona, sobretodo este año que la pasa con sus amigos, no es que estando en España no se lo pasara bien pero estando en Japón ella misma cuenta que se siente el centro de atención, ya que es la única cristiana entre nosotros y la que, en teoría, mas sabe y le encanta contar tradiciones y cosas curiosas del país de su abuela.
También es cierto que Sumire no necesita demasiado para contagiarse de la alegría y disfrutar de todo, eso es algo que me asombra y admira de esa chica, su vitalidad y esa forma de ver las cosas con alegría, esperando siempre algo que le sorprenda.
- ¿No estás contenta de haber venido? - oigo que pregunta a Akane, la cual se le nota que está incómoda entre tanta gente.
- Si pero me estoy agobiando bastante ¿No podíamos ir por un sitio menos transitado?
Desde que Akane ha comenzado a medicarse se siente más que incómoda cuando está en sitios demasiado llenos de gente, eso es lo que me ha dicho. Dice que eso es parte de los efectos secundarios, como las náuseas o la somnolencia, sea como sea a mí me ha contado que no soporta que la gente la rodee y por su cara me doy cuenta que no se trata de una excusa.
- Claro, vamos por aquí. Oye - susurra Sumire pero no lo suficientemente bajo como para que yo no la oiga - ¿No te sientes rara llevando a Kamui de guardaespaldas?
Akane se gira y me sonríe.
- ¿Algún problema? - les pregunto haciéndome el despistado.
- ¿No te estamos haciendo perder el tiempo? - me pregunta Akane.
- No, para nada, todo va bien.
Es extraño estar aquí, con ellas, hace un año creo que ni sabía que existían, sé que estuvimos en el mismo colegio de primaria pero no las recuerdo... en menos de un año he pasado de darme cuenta que existía Akane, obsesionarme y terminar por considerarla una de mis mejores amigas.
Ahora me resulta muy raro pensar que la quería solo para mí, es más, que quería que me perteneciese y todo es por culpa de que he sido un niño mimado que ha tenido en la vida todo lo que ha deseado, que nunca me he tenido que esforzar por nada y no lo digo por decirlo, eso es algo completamente cierto, nunca, no recuerdo quedarme desilusionado por no tener algo que desease.
Ahora me doy cuenta de demasiadas cosas y de que en realidad yo viví en una gran mentira. Creía que mis padres de amaban y eran un matrimonio feliz, pero no, mi padre solo se casó con mi madre porque era la apropiada para ser una Kaguya y mi madre ni pudo opinar, su matrimonio se concertó siendo ella muy joven, con tan solo 14 años y fue algo que sus padres decidieron.
Mi madre me ha contado que a ella no le pareció mal, tampoco se planteó otra cosa, cuenta que ya desde pequeña le habían dicho que se casaría con Fugaku Kaguya, que era guapo, inteligente y tenía una buena posición social, que ella sería una dama importante y con 14 años le parecía que Fugaku, a sus 19, era el hombre más guapo del mundo. Se casaron a penas mi madre cumplió 18 años y de pronto descubrió que la vida de casada era muy aburrida y llena de compromisos, luego, enseguida nació mi hermano y fue lo que más decepcionó a mi madre, sintió que le quitaban a su hijo, que la apartaban de él, ella no tenía derecho a decir nada, ni siquiera a opinar sobre su educación. Terriblemente frustrada pero con miedo a decir lo que pensaba por si le quitaban a su hijo, mi madre decidió tener otro, quizás si era una niña no serían tan estrictos. Nadie quería que mis padres tuvieran más hijos, con el "genio" de Fuma era bastante, pero mi madre es muy cabezota y se empeñó en volver a quedarse embarazada y lo consiguió... y nací yo... en realidad a mi madre le dio igual que fuera niño o niña, era su pequeño y nadie le quitaría el derecho a criarme, educarme y también malcriarme si lo deseaba. Fui un niño muy consentido, lo sé, mi madre creó una barrera a mi alrededor para que nada me dañase y yo me volví algo así como un pequeño tirano y no sé por qué fui tan popular entre las niñas del colegio porque simpático no era, es algo que aún encuentro incomprensible, la verdad.
Quizás por eso cuando mi hermano se rebeló ante mi padre y su autoridad, cuando se negó a hacer lo que él le "sugería", todo mi mundo se resquebrajó. Mis padres discutían, yo nunca había visto a mis padres discutir, mi padre estaba realmente muy enfadado con mi hermano, hasta el punto de echarlo de casa y mi madre amenazó a mi padre con el divorcio.
Para mí, que mis padres se separasen era lo peor del mundo y culpé a Fuma de todo, claro, yo no sabía nada de lo que había pasado en realidad y mi madre lo que hizo fue lo que siempre había hecho: protegerme. Creo que fue en ese momento, cuando pensé que mis padres iban a separarse, cuando me di cuenta de que no eran el matrimonio perfecto que yo pensaba, el momento en el que decidí que el mundo estaba en mi contra, que todo era mentira y que yo estaría en contra del mundo.
Que estúpido que fui, que equivocado estaba en todo, en lugar de confiar en mis amigos y buscar su consuelo y apoyo lo que hice fue apartarlos de mi... bueno, ahora no merece la pena estar recordando de nuevo todo aquello, lo que pasó, pasó y ya está, por suerte mi familia nunca me abandonó, ni mis amigos y Nowaki siguió a mi lado y... voy aprendiendo, dicen que de los errores se aprende así que supongo que voy aprendiendo.
Sumire y Akane han reanudado el paso y se ríen continuamente, algo muy divertido debe haber contado Sumire porque a Akane parece no poder parar de reír. Por fin hemos entrado en una calle menos transitada.
- Ahora vamos a ir a comprar el "cake" - habla Sumire - Por aquí hay una pastelería que tiene unos pastelitos muy ricos, seguro que tienen pasteles de Navidad, porque vas a comprar un pastel para comer con Akira ¿verdad?
- Claro, no voy a dejar pasar esa tradición, aunque la considere una tontería.
- ¡Pero es muy bonita! - se queja Sumire con gesto mimoso - Es una tradición y hay que cumplir las tradiciones.
- Pero en España no tenéis esa tradición.
- No, porque en España vivimos la Navidad de otra forma, allí es fiesta, no como aquí que hasta hay que trabajar mañana. Nosotros nos reunimos en familia por la noche, esta noche y cenamos cosas ricas, como si no cenásemos en todo el año, la verdad es que somos un poco exagerados y comemos turrón y bebemos y también cantamos villancicos. Luego te canto uno, ya verás que bonito, aunque claro, no te vas a enterar de nada porque es en español... bueno, intentaré traducirlo pero claro, no va a ser lo mismo. Entonces ¿Comprarás el pastel?
- Pues claro, ya te he dicho que sí, uno bien grande, de todas formas su madre me lo pidió.
- ¿No estás emocionada de pasar la Nochebuena con Akira? Vamos Akane, tienes que estarlo, es el día más romántico, es como el día de los enamorados.
- En general estoy contenta de pasar estos días con su familia, son estupendos. Creo que mañana vienen los abuelos de Akira a pasar aquí unos días, no los que conozco, los otros, los padres de su madre.
- ¿Ah pero tiene más abuelos?
- Por lo visto sí.
- No, no, perdona, es que me he liado, claro es normal que tenga abuelos, es que no sé por qué de pronto me extrañó, debe ser porque nunca me has hablado de ellos.
- Es que no los conozco, están siempre de viaje, no he coincidido aún con ellos. Dice Akira que su abuela es muy guapa y que no aparenta los casi 70 años que tiene.
- ¿Tú vas a comprar pastel? - me pregunta de improviso Sumire sorprendiéndome, empezaba a pensar que se habían olvidado de mi presencia.
- Pues... no tengo con quien compartirlo.
- Será porque tu no quieres, pillín - Sumire me mira y me guiña un ojo mientras sonríe - "Tori y Kamui... - comienza a canturrear - ...debajo del muérdago se dan un b-e-s-s-s-s-s-o" ¿Por qué no sales esta tarde con ella?
- ¿A qué viene ahora Fatora? - le pregunto intentando disimular que me ha dejado como confundido, culpa de las reacciones químicas que se producen en mi cerebro, seguro y es que no voy a negar que Tori me atrae aunque creo que más bien la risita de Sumire es la que me hace sentir así.
- A que está allí - sonríe ahora Akane - Saliendo de la pastelería.
Es cierto, ahí está, saliendo de la pastelería, vestida con un elegante kimono y lleva una caja, seguramente ha comprado uno de esos pasteles de Navidad.
Nos ha visto, es fácil vernos, sobre todo cuando Sumire comienza a hacer gestos, y viene hacia nosotros.
- ¡Fatora! ¡Hola! - saluda entusiasmada Sumire.
- Hola, Sumire, Akane, Kamui - responde ella al llegar a nuestra altura - Que sorpresa encontrarme con vosotros.
- ¿Has venido a por una de esos pasteles tan ricos? En esa pastelería los hacen muy ricos, bueno yo nunca los he probado pero los normales si y están riquísimos - habla Sumire haciendo mucho énfasis en el "riquísimos".
- Pues sí, mi madre me ha mandado comprarlo, aunque no entiendo para qué.
- ¿Es que ya tienes prometido? - pregunto de una forma que resulte "normal".
- No... ¡No! ¡Qué tontería! Te lo hubiera dicho - me contesta sonriendo - Es que a mi madre le gusta seguir la tradición, siempre lo compra para tomarlo en familia, después de la cena, pero este año mis padres tienen una cena importante y no van a cenar conmigo, así que es un poco triste, tengo que comer este pastel yo sola... es como triste.
- ¿Estás sola en Nochebuena? pregunta Sumire.
- Para Sumire la Nochebuena es muy importante - aclara Akane.
- Es que es súper triste - insiste Sumire - Si quieres puedes venir a cenar a mi casa.
- ¿Me invitas a tu casa? Pero...
- Va a venir Suo, él es quien va a comprar el pastel, mi madre dijo de comprarlo ella pero Suo insistió, es que es súper romántico y tiene muchos detalles con Misaki, de veras, es súper atento y también he invitado a Kimisuke, que ya es hora que avance algo nuestra relación que es como muy rara, no sé si estoy saliendo con él o no y no es por nada pero no quiero que aparezca alguna y me lo quite, que hay mucha pedorra suelta por el mundo y luego me arrepentiré, seguro...
- Sumire... ¡Sumire! - grita Akane interrumpiéndola - Lo estás haciendo otra vez.
- ¿Hablo demasiado? Sí, sí, siempre me pasa, es que me emociono y...
- Empiezas a liarte - vuelve a interrumpirla Akane.
- Si, lo siento, lo siento... Bueno ¿Vienes a cenar a mi casa?
- Muchas gracias Sumire, te agradezco la invitación pero...
Sumire mira intrigada a Fatora que está realmente apurada y a mí me da como ternura esa situación.
- Sumire - intervengo - Fatora nunca te dirá que no, es parte de su educación, decir que no sería ser muy maleducada pero creo que no le parece apropiado ir a cenar con tu familia, sobretodo sabiendo que para ti es una fiesta familiar.
Sumire parpadea confusa y mira interrogante a Akane.
- Que le de apuro, que no conoce a tus padres y que se va a sentir que sobra - explica Akane a la confundida Sumire.
- ¡Ah, claro! - exclama este tras unos segundos en los que parecía asimilar la información - ¡Ah, siento haberte puesto en un apuro!
- Pero cenar sola sigue siendo triste - añade Akane - ¿Por qué no la invitas tu a cenar, Kamui?
- ¿Yo? Bueno, esto... estaría muy honrado si fueses a cenar a mi casa, Tori.
- Que encanto - sonríe Tori - No tienes que sentirte obligado a invitarme.
- No, no me siento obligado, en realidad lo había pensado cuando has dicho que estarías sola, en mi casa no vamos a celebrar nada especial, estaremos mis padres, mi hermano y su novia Karura, no es una cena de gala, ni nada importante.
- No me gustaría importunar.
- No importunas, mi madres estará muy contenta de que vengas.
- ¿Estás seguro?
- Y mi padre orgulloso de mí, no olvides que eres una Senju y queremos emparentar con los Senju, lo único es que lo mismo se hacen ilusiones.
Tori vuelve a sonreír y es entonces cuando miro a Sumire y Akane que nos observan con los ojos muy abiertos, brillantes y una sonrisa que casi da miedo.
- Entonces ya está decidido - resuelve Akane - Tori irá a cenar a casa de los Kaguya.
- Bueno yo... - comienza a decir Fatora.
- ¿No has dicho que no puede decir que no por su educación? - parece regañarme Akane.
- Si Kamui me invita será todo un honor ir, claro, si avisa a su familia antes.
- El honor será de mis padres, te lo aseguro.
- ¡Cuanta formalidad! - parece quejarse Akane - ¿Los de la alta sociedad sois siempre tan... estirados?
- Akane, no seas maleducada, hasta yo me doy cuenta de que has sido maleducada - la regaña Sumire - ¿A que sí, Kamui?
- No - interviene Tori - Akane no ha sido maleducada, tiene razón, todo ha sonado como demasiado formal. Llevaré el pastel, si no te molesta, Kamui.
- ¡Eh, chicos! ¡Hola! - oímos de pronto a nuestra espalda.
Es una voz conocida, me giro y veo venir casi corriendo a Xu-Xu, está muy sonriente y lleva una bolsa de papel en una de las manos.
- ¡Xu-Xu! - grita entusiasmada Sumire - ¿Vienes a por un pastel?
- ¡Hola! No, la verdad es que no ¿Qué tal estáis? ¡Hola Tori! ¿Cómo te encuentras, Akane?
- Hola Xu-Xu - saluda Tori.
- Bien - contesta Akane - Estoy bien, no tenéis que estar tan preocupados por mí, me encuentro muy bien. Llevo toda la semana sin medicarme, estoy de vacaciones y me encuentro muy bien.
Lo que me sorprende de Akane es la naturalidad con la que habla de su problema. No le importa que se sepa lo que le sucede, no lo oculta para nada, ni siquiera delante de Fatora con la que se supone que no debería tener tanta confianza, no hace tanto tiempo que es parte de nuestro grupo, bueno, ni siquiera yo soy parte de su grupo hace mucho y ella, Akane, está viviendo en Negima, no la vemos mucho, sin embargo a aceptado a Tori como un miembro más solo porque Jisei, Sumire y los demás lo han hecho.
Claro que hay algo en lo que Akane tiene razón, las personas que sienten rechazo ante quienes necesitan ayuda psicológica, esas personas que los miran mal, hasta con miedo y que piensan que son locos y que hay que tratarlos con desconfianza, esos, no merecen ser considerados amigos y así se sabe que clase de personas son, si actúan de distinta forma ante Akane, si no la aceptan como es, es que son malas personas y nadie de su grupo los aceptaría, en cierta forma es una manera de descubrir quienes son amigos de verdad o al menos descubrir a los hipócritas, aunque también hay que decir que no todos saben lo que de verdad le pasa a Akane, lo de su trastorno de personalidad, solo somos unos pocos, la mayoría, como Tori, piensan que debido a el incidente de las drogas ha caído en una crisis de ansiedad histérica y depresión.
Yo la ayudo como puedo, a ella y a Akira y me siento muy bien haciéndolo. Ahora que le conozco mejor he descubierto que Akira es una gran persona y que quiere a Akane de verdad, yo creo que hasta más de lo que él es consciente, se desvive por ella y yo, después de todo lo que he incordiado tengo al menos que ayudarle de alguna forma, así que algunas tardes voy al apartamento donde viven en Negima y ayudo a Akane con sus estudios, ella pone mucho interés, quiere graduarse este año, todos le decimos que perder un año tampoco es tan grave pero ella es así, cabezota al máximo y dice que tiene al menos que intentarlo, que ya quedan pocos meses y que tiene que intentarlo.
- Pues no - está hablando Xu-Xu aunque yo me he quedado ensimismado en mi pensamientos y no sé de qué va la conversación - No he venido a comprar ningún pastel ¿Debería hacerlo?
- Hombre - resopla Akane - No estaría mal que compraras uno para tomar con Kenshi.
- ¿Pero no se lo tomará Kenshi por lo que no es?
- ¿Y qué es lo que es? ¡Ay Xu-Xu ya es hora que te aclares!
- Es que no quiero que Kenshi piense que le agobio.
- No, que le agobias no va a pensarlo, desde luego que no.
- Pues es que no traigo dinero ¿Y si la hago yo?
- No, no, no - protesta Sumire - No vale hacerlo, hay que comprarlo, es la tradición, parece mentira que no la conozcas.
- Si la conozco, claro que la conozco, era solo por decirlo.
- Una tradición de lo más tonta - comenta Tori - Es algo que nunca entenderé. Yo quería hacerla, nunca he hecho uno pero seguro que sabría hacerlo, si repostería era lo que más me gustaba hacer cuando estaba en el internado, además, como no conseguía hacer amigas, para no pasar tanto tiempo sola y no parecer más insocial de lo que ya era me apunté a unas clases de pastelería y se me daba muy bien, pero mi madre ha puesto el grito en el cielo cuando se lo he propuesto.
- De todas formas no tengo dinero para comprarlo - suspiró Xu-Xu - ¡Ya se! Cuando esta tarde salga con él a lo mejor podemos comprarlo en alguno de esos puestos ambulantes que ponen.
- ¿Vas a salir esta tarde con Kenshi? - pregunta Sumire mostrando esa emoción tan suya.
- Sssssi y vamos a salir solitos, además le estoy haciendo un regalo.
- ¿Que le estás haciendo? - preguntan a la vez Sumire y Akane.
- Una bufanda, está quedando fatal pero creo que él valorará mi esfuerzo, a fin de cuentas ya sabe lo patosa que soy para las manualidades.
- ¡Ay que romántico! - suspira Sumire.
- Aún no la he terminado, precisamente he salido a comprar lana, se me había acabado - dice mientras levanta la bolsa de papel y la muestra - Y ahora me voy a casita a terminarla - mira su reloj y pone cara de pánico - ¿Tan tarde es? Ay lo siento, me voy, me voy, ya os contaré lo que dice Kenshi.
- Si, tienes que contarlo todo - grita Sumire mientras Xu-Xu se aleja cada vez más de nosotros.
- Bueno pues yo voy a comprar mi pastel - dice Akane - Que digo yo Kamui que Sumire y yo sabemos regresar desde aquí ¿Verdad Sumire?
- Ah sí, sí, desde aquí se regresar, ahí mismo está la estación de Shibuya.
- O sea que tú puedes acompañar a Tori a su casa - sentencia Akane.
- Pero yo estoy aquí para que no os perdáis - explico.
- Si, no hace falta que me acompañe - me apoya Tori.
- Tonterías ¿Vas a dejar que Tori vuelva sola a casa? - sonríe Akane - Eso no es muy caballeroso ¿Verdad Sumi-Sumi?
- Eso es muy feo, dejar a una chica sola - protesta Sumire de forma exagerada - Eso no es propio de un caballero y menos de un Kaguya, que maleducado Kamui, muy maleducado.
- Mucho - recalca Akane mientras Sumire la agarra del brazo y ríe divertida.
- La estación está ahí mismo, podemos regresar solas, no nos vamos a perder.
- Si has venido con ellas debes regresar con ellas - interviene Fatora.
- De eso nada - gruñe Akane - Nosotras queremos ir solas, estamos todo el rato con él y no podemos hablar de... cosas de chicas y también necesitamos nuestra "intimidad".
- Nada, nada, acompaña a Tori, no vaya a ser que le pase algo - añade Sumire - Imagínate que la roban el pastel o que algún gamberro la intimida, nada, nada, se un buen Kaguya y acompáñala.
- Estoy bien - me sonríe de forma amable Akane - De verdad que estoy bien, Sumire está conmigo, si algo me pasase ella me ayudaría, no es tan torpe como parece.
- ¡Eh! - protesta Sumire - ¡Que no soy tonta! Se lo que hay que hacer si a Akane le da una crisis, Jisei me dio un curso y además también se llamar a Akira y a una ambulancia.
- No puede ser que me protejáis tanto - vuelve a sonreír Akane - No seas tonto y acompaña a Tori.
Observo a Akane y a Sumire y en ese momento me doy cuenta de que no me arrepiento de haberme fijado en esa chica, gracias a eso he descubierto muchas cosas de mi que desconocía, a pesar de todo ha sido un gran año, aprendí a valorar a las personas, a los amigos, me equivoqué en muchas cosas pero... de los errores se aprende.

...

Parte 2. Xu-Xu

Bueno... vamos allá, venga Xu-Xu, ánimo que tú puedes.
Ay que nervios, que nervios... pero venga Xu-Xu, no te pongas nerviosa que será peor, te equivocarás y tardarás más.
¿Le gustará a Kenshi el regalo? Espero que sí y que no se ría de mi... no, que va, Kenshi no se reiría de mi ¿o sí? que Kenshi es bastante burlón... ¡Ay ya deja de darle tantas vueltas a las cosas! Por eso me pasa lo que me pasa, por darle demasiadas vueltas a las cosas.
Anda que como me vea mi madre haciendo punto si que se va a burlar de mí, claro, como según ella soy medio machorra... Nunca me he tenido por una chica bonita pero tampoco por fea. Lo que pasa es que mis padres siempre me comparan con Ping-Ann, sobretodo mi padre y eso es algo muy feo que nunca comprenderé como podían hacer unos padres ¿cómo se pueden comparar a dos hijas? Desde luego cuando yo tenga hijos, si es que alguna vez los tengo, no pienso hacerlo, lo que haré es insistirles a cada uno en lo positivo que tengan, algo bueno tendrán que tener, digo yo.
Mi problema es que por lo visto mi hermana es muy guapa yo a su lado una basta, o por lo menos es lo que yo entiendo con las palabras de mis padres. Ping-Ann es, por lo visto, bonita y graciosa, además ocurrente y tiene talento y desparpajo, canta bien y baila aún mejor sin embargo yo les he salido poco femenina, me gustaban los deportes y no tengo la misma gracia que mi hermana bailando. Ping-Ann siempre es el centro de atención, cuando éramos pequeñas mis padres hablaban siempre orgullosos de ella, de lo lista que era, de esa simpatía que tenía pero de mí ni una palabra, si acaso lo buena que era en judo, además siempre he tenido la impresión, de que cuando mi padre hablaba de mi se refería a un chico. Yo creo que mis padres no esperaban que naciese, no al menos siendo una niña porque ya tenían a su princesa ¿para qué iban a querer otra niña?
Aun así, al menos durante los 10 primeros años de mi vida, aún sin ser una princesa tenía la atención de mi padre, me enseñó a jugar al baseball, al futbol, hacía con él esas cosas que mi padre quería hacer con su hijo e incluso me apuntó a clases de kendo y judo y estaba orgulloso de mis logros, quizás por eso, sin darme cuenta, me comportaba "poco femenina" según mi madre; me gustaban más los pantalones que las faldas o los vestidos, una "marimacho" decía mi madre que era, no comprendía bien a lo que se refería y me daba igual, al menos tenía mi "lugar" dentro de la familia. Claro que todo terminó cuando nació mi hermano, el tan deseado niño y pasé de ser la niña-niño de mi padre a ser la niña-ignorada.
Ser la hermana mediana es un fastidio, nunca supero a mi hermana, haga lo que haga resulta que Ping-Ann ya lo ha hecho antes, ninguno de mis logros tiene importancia, sea lo que sea, ya lo ha hecho Ping-Ann antes. Y como mi hermano es el pequeño pues es el que hace las gracias... a veces tengo la sensación de ser invisible.
Quizás por eso soy tan... tan... no encuentro la palabra adecuada para describirme a mí misma... quiero ser la primera, quiero ser la primera y sentirme especial, será por eso me esfuerzo tanto en los deportes, para ganar o a lo mejor por eso me dio tanta rabia que Kenshi saliese con Yuri, porque quería haber sido la primera para él.
Tonterías... lo que me pasó es que le reventó que me hubiese levantado a Kenshi delante de mis narices ¿Y quién tenía la culpa de eso? Pues tú misma, Xu-Xu, tú misma.
Me gustaba la relación que Kenshi y yo teníamos, éramos muy buenos amigos, no, éramos los mejores amigos, era gracioso que casi todos nos consideraban prácticamente pareja, contaban con nosotros como si fueran uno solo, hasta una vez, para una fiesta en lugar de darnos dos invitaciones recibimos una que decía "Kenshi y Xu-Xu", éramos una pareja salvo por el hecho de que no hacíamos las cosas típicas y únicas de pareja y todo por no querer estropear nuestra amistad. Tenía miedo de que si metíamos el amor por medio nuestra amistad se viese dañada. Si por cualquier cosa resultaba que como novios la cosa no funcionaba tenía miedo que también nuestra amistad acabase y perdiese a Kenshi como amigo, por eso me empeñaba en dejar las cosas como estaban y claro, pasó lo que tenía que pasar, tampoco es que me enfadase con Yuri, no, ella no tenía culpa de nada, ella solo vio a un chico guapo y sin pareja y decidió salir con él... normal y entendible... la culpa fue mía... por tonta.
Lo peor de todo es que me he vuelto muy desconfiada, no sé por qué pero me molesté con Kenshi y sobretodo no quiero que pensase que soy igual que Yuri, no quiero... no sé lo que no quiero pero es que cada vez que pienso que Kenshi ha salido con Yuri me entraba una rabia, no celos, rabia. Lo peor de todo es que me he dado cuenta de que me he vuelto muy desconfiada con cualquier chico... siempre pensando con sus hormonas... estoy siendo muy injusta, sobre todo con Kimisuke y el pobre no ha hecho nada malo, de hecho es un encanto preocupándose por ayudar a Yuya a dejar las drogas, él solo quería ayudar y yo tuve que pensar mal y casi se la lio... menos mal que ya todo se aclaró... si es que a veces soy bien bruta.
¡Ay que poco que me queda! ¡Esto ya casi está terminado! Así a lo tonto me ha cundido un montón, no si al final me voy a hacer una experta en tejer. Ojala le guste, me gustaría verla tan contento como cuando fuimos al museo de ciencias naturales...
"...
Ya era conocido por todos lo que a Shibi le gustaban los bichos y en el museo de ciencias naturales había bichos para aburrir pero lo que no sabía Xu-Xu era que a Kenshi también le interesasen las ciencias, sabía que le gustaban los animales, sobre todo los perros pero no se esperaba que le apeteciese pasar una tarde en un museo con Shibi y Hana. Fue una tarde muy divertida y distinta a lo que estaba acostumbrada a hacer con Kenshi y este parecía disfrutar mucho viendo todo lo que había allí con mucha curiosidad y escuchando las explicaciones de su hermana.
Mientras los dos hermanos Tsumerage parecían inmersos en una discusión sobre dinosaurios, Shibi se entretenía observando con detenimiento uno de tantos expositores que había con insectos disecados.
- ¿Pero qué miras tanto? - preguntó con intriga acercándose a Shibi - Si todos son... iguales.
- Para nada - contestó el chico escuetamente.
- Ah... - Xu-Xu se quedó sin saber que decir, era difícil entablar una conversación con Shibi - Hay muchos ¿no?
- A nivel mundial se conocen unas 358.000 especies descritas solo de escarabajos.
- Vaya - contestó algo aturdida, tampoco esperaba una respuesta tan concreta, ni que los escarabajos fueran tan numerosos.
- Son muy interesantes - habló Shibi sin levantar la vista del expositor.
- Una vez en mi casa tuvimos cucarachas. Mi madre mandó que la fumigasen, nos tuvimos que ir unos días a casa de mis abuelos.
Shibi giró la cabeza y la miró.
- ¿Qué tal con el cachorro? - preguntó de pronto Shibi sorprendiéndola.
- Bien, bien... supongo
- ¿Le has perdonado ya?
- Claro, tampoco es que hubiera algo que perdonar.
- No me he expresado bien - susurró - Quise decir que si ya ha quedado todo en el pasado.
- Supongo que sí... lo que pasa es que me puse en modo "caprichudo", no sé, quería que lo nuestro fuese... que soy un poco tonta, supongo que aunque tengo fama de machorra y esas cosas en realidad me gusta creer que soy una princesa y esas cosas.
- Yo nunca te he visto como a una machorra.
- No sé... quería que para Kenshi y para mí lo nuestro fuese como una aventura y descubriésemos todo juntos... sueños de niña tonta, supongo.
Shibi guardó silencio durante unos instantes sin apartar la mirada de Xu-Xu.
- Entiendo. Querías ser la primera chica para él.
- Pues algo así.
- ¿No te han dicho nunca que a veces lo primero no es lo mejor? La primera vez que yo tuve un escarabajo fue un desastre, lo hice todo mal y no me sobrevivió ni unas horas, después de eso, aprendí y los siguientes se me dieron mejor.
- Vaya comparación.
- Lo que quiero decir es que a veces tenemos demasiadas expectativas con las primeras veces, de lo que sea y luego no resulta como creíamos, tómalo como un "ensayo" de Kenshi, a fin de cuentas tú también saliste con Nowaki.
- Ya... bueno si ya te digo que me puse en plan "caprichudo".
- Lo que pasa es que no te gustó que se te adelantara y que fuese más rápida que tú.
- Pues sí, es eso.
- ¿Y qué vas a hacer? Te lo digo porque Kenshi es bastante popular, por si no te habías dado cuenta, parece que no pero gusta bastante y a lo mejor, si no estás espabilada, alguien se te puede volver a adelantar.
- ¿Y... que me recomiendas?
- Que te arriesgues. La verdad es que no sé por qué no te arriesgas, cuando algo te gusta tienes que ir y cogerlo rápido, no puedes quedarte mirándolo y nada más.
- ¿Es lo que tú has hecho con Hana?
- Por supuesto. Tenía que hacerlo así y yo tenía muchas cosas en contra, como tú, Hana y yo éramos amigos desde hace mucho tiempo y encima ella me veía como a un crio, como al amigo de su hermano pequeño.
- ¿Y no te daba miedo que vuestra amistad se estropease?
- Puede pero para hacer una tortilla hay que romper algunos huevos... quizás ha llegado el momento de "estropear" vuestra amistad.
..."
Y a mí me gusta Kenshi, vaya que si me gusta, desde bien pequeños, siempre me pareció un chico bien guapo y con una sonrisa de canalla que te robaba el alma, así que no me extraña que otras chicas pongan sus ojos en él. Así que ya es hora de que me espabile y rompa algunos huevos.
Bien, esto ya está, oye, pues no me ha quedado mal del todo y me ha sobrado tiempo para arreglarme ¡objetivo logrado!

...

Drabble especial escrito por Kumiko-KuTe

Kenshi se quedó mirando aquel intento de bufanda hecha a mano. La verdad no se la imaginaba tejiéndola para él.
Con puntadas mal dadas, confeccionada con lana roja bastante áspera al tacto, con aquella K que según como se mirase podía parecer cualquier otra letra o número. ¿Qué tenía de especial entonces? Tal vez solo era que cuando la aceptó Xu-Xu le dedicó una de sus sonrisas. Sí era por eso, porque ella sonreía y al sonreír un simpático hoyuelo aparecía en su mejilla izquierda.
Porque ella sonreía y al sonreír sus ojos color café parecían centellear como estrellas.
Porque ella sonreía y al sonreír él no podía evitar que sus labios se curvaran imitando a los de la chica.
Porque lo que Xu-Xu había regalado a Kenshi en su primera Navidad juntos era aquella dulce sonrisa, no una simple bufanda roja.

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