sábado, 23 de agosto de 2014

141. Átrevete y se valiente

Sakura, la hermana de Momoka abrió la puerta y sonrió.
- ¡Hola! - pasa, pasa, Momoka ya sale.
- Con permiso - dijo Takumi al entrar.
- No seas tan formal, mis padres no están.
Takumi entró y miró a Sakura sentarse en un sofá cruzándose de piernas mientras con el mando a distancia cambiaba el canal de la televisión.
- ¿Estás saliendo con Momoka? - le interrogó la chica.
- Si - contestó escuetamente.
- No preguntes esas cosas - la recriminó Momoka - No es de buena educación hurgar en la vida de los demás.
- Pero tú eres mi hermana, no es la vida de una extraña.
- Déjalo Momoka, no me ha ofendido - replicó Takumi.
- O sea - sonrió Sakura - Que tu has sido quien ha conquistado a mi hermana, ni el simpático Nowaki, ni el guapo Kamui, tú eres el valiente que ha conseguido escalar la montaña y clavar tu bandera en la cima virgen de la misma.
- ¡Sakura! ¡Otra tontería más y te clavo en el suelo de un puñetazo!
- Que basta que eres, hija, no me extraña que tardases tanto en tener novio.
Takumi sonreía, Momoka estaba roja de la indignación y los ojos le brillaban llenos de furia.
- Yo me llamo Sakura Sakuraba ¿A que es un nombre gracioso? Parece el nombre de la protagonista de un manga ¿Y tú?
- Takumi Akasuna.
- No hace falta que le des conversación - gruñó Momoka - Es un monstruo que solo quiere sonsacarte información. Anda, vámonos ya.
Momoka salió de su casa dando un portazo pero inmediatamente se paró, se giró y volvió a abrir la puerta.
- ¡Y como metas en casa a Touya y yo me entere ya verás lo que es bueno!
Y de nuevo cerró dando un portazo. Emprendió el camino a grandes zancadas y Takumi la siguió convencido de que si decía algo iba a desatar su furia. Era curioso porque siempre la había considerado una chica un poco histérica, sin embargo ahora le hacía gracia ese mal carácter.
Al cabo de unos minutos Momoka fue disminuyendo las zancadas hasta terminar andando a un paso normal.
- Esta niña - refunfuñaba - Como ella tiene por lo menos dos novios al mes se ha pensado que todas somos igual.
- ¿Tu hermana tiene dos novios al mes? Carai, que precoces son algunas.
- No se si dos al mes pero si que nunca pasa mucho tiempo sin "novio" como los llama ella. Ahora parece que el de turno es el hermano de Yuri. Siento si te ha hecho sentir incómodo.
- Para nada.
Anduvieron unos metros en silencio, Momoka ya se estaba acostumbrando a esos silencios de Takumi.
- Te has puesto muy guapa - dijo de improviso Takumi.
- Vaya, muchas gracias - contestó algo ruborizada.
- ¿Estas nerviosa? Lo digo porque te van a ver llegar conmigo y tus amigos son muy protectores.
- Son bastante exagerados.
- No creas. Es bonito saber que alguien se preocupa por ti, no te enfades mucho con ellos si no me aceptan a la primera. Yo les entiendo, si alguien hubiese drogado a una de mis amigas tampoco le perdonaría tan fácilmente.
...
Karura cogía la bolsa llena de "cosas importantes" que Ringo parecía entregarle con miedo ¿Todo eso necesitaba una niña tan pequeña para pasar unas horas?
- Te he metido varios pañales, por si acaso, toallitas para que te sea fácil limpiarla, la leche para hacer los biberones... te he anotado las medidas para que no tengas problemas, un par de biberones, dos chupetes para que tengas de recambio, un mordedor por si se pone muy pesada, una mudita y también ropita, por si acaso.
- Que si mujer, que si - decía Karura - Que no te preocupes, que solo vas a estar fuera una horas, no te preocupes, creo que sobreviviremos.
- Y también este pañuelo, es que le gusta dormirse tocándolo, es una manía que tiene, como que le tranquiliza, tú se lo pones cerca de la carita y ya ella lo coge. Y si sales con ella a la calle no te olvides de poner el plástico al carrito que parece que va a llover.
- Que si, que no te preocupes más. Karasu llévatela ya o no os iréis nunca.
- Vamos Ringo - dijo Karasu sonriendo - Te aseguro que Karura no va a vender a la niña ni nada.
- Es que me da cosa darle trabajo.
- Esto no es trabajo - replicó Karura - He hecho cosas peores que cambiar los pañales de un bebé.
- No estés tu tan segura - comentó Karasu en voz baja.
- ¡Eh! Cuando papá bebía demasiado y vomitaba yo le quitaba la ropa y le ponía el pijama, no lo olvides, si no me morí de asco con eso no creo que haya nada que lo haga.
- Vamos Ringo, tu no te preocupes, Aiko va a estar bien, además Karura tiene tu teléfono, el mío y el de tu madre por si acaso ¡Ah! y el de Akane, esa chica es una experta en niños pequeños, te lo digo yo, así que vámonos ya.
Ringo besó de nuevo a la niña que dormía en su carrito.
- Acuérdate de que eche el aire - volvió a decirle a Karura.
- Que si, que eructe, no te preocupes que eructará... venga, largaos de una vez y divertíos mucho.
Por fin se marcharon, Karura cerró la puerta tras ellos y miró a la niña en el carrito.
- Tu madre es una plasta ¿Lo sabías? - dijo mirándola.
En la calle, camino de la fiesta, Ringo parecía aún inquieta.
- No te preocupes, mi hermana no la va a maltratar ni nada.
- Ya lo se, no vayas a pensar que yo creo esas cosas, es que me siento mal, como si no debiera hacerlo, dejar a mi niña para irme a una fiesta no me parece bien.
- Tu también necesitas distraerte un poco ¿no crees?
- Pues no, no es así, lo que tengo que hacer es ocuparme de ella.
- Lo dices como si te fueras de juerga todos los días. Te aseguro que estar dedicado a una persona el 100% de tu tiempo tampoco es bueno. Además mira nosotros vamos, felicitamos a Yuri, hablamos un poco con quien veamos y nos largamos, no nos vamos a quedar mucho. Y otra cosa te digo ¿qué vas a hacer cuando trabajes?
- ¿Cuando trabaje?
- ¿Es que no piensas trabajar? A ver, que no es por meterme donde nadie me llama pero...
- ¿Te lo ha dicho mi madre, verdad?
- ¿El qué?
- Que ando mal de dinero ¿A que es eso? Es que Isamu no me da mucho y...
- El otro día hablé con tu madre, si, pero no te enfades con ella, no lo hizo con mala intención, está preocupada por ti y por Aiko, querría ayudaros un poco más.
- ¿Ves? Si es que seguro que se ha preocupado mucho y yo no quería que se diese cuenta.
- Pues no es fácil de ocultar y tu madre no es tonta. Creo que lo mejor sería que buscases un trabajo, así además tendrías independencia de tu novio, no es bueno que dependas tanto de él.
- Es que no quiere que trabaje, dice que si lo hago abandonaré a Aiko en una guardería y será una niña infeliz.
- ¿Pero que tontería es esa? Solo abandonarías a tu hija si no estuvieses con ella. Llevarla a una guardería no es nada malo, la educarán y aprenderá a estar con otros niños y... no ibas a ser una mala madre por eso, es absurdo.
- Si lo se pero es que Isamu no quiere que trabaje, dice que tengo que ocuparme de mi casa y de mi hija.
- Claro, claro - dijo molesto - Eso es lo que quiere, tenerte esclavizada, solo en tu casita, a ser posible encadenada a la cocina... mira, vamos a dejar este tema porque estoy viendo que me va a fastidiar la tarde.
Estaba claro que Isamu cada vez le caía peor a Karasu y eso que aún no le conocía pero ¿Y Ringo? ¿Por qué no hacía algo? ¿Por qué se dejaba mangonear así?... supuso que habría que ser Ringo y estar en sus zapatos para comprenderla, no todo el mundo tiene valor para enfrentarse a eso, quizás tenía miedo de verse sola y no saber defenderse o de que le quitase a Aiko... vete tu a saber, él no la iba a juzgar porque es fácil hacerlo, es fácil decir que es tonta y cobarde pero seguramente muy difícil vivir su vida y ver las cosas desde su punto de vista.
...
Himeko respiró hondo antes de salir de su habitación. Le habían dicho que un chico había ido a buscarla y supuso que sería Kohaku ¿Que otro chico iba a ser si no? Eso significaba que le habrían hecho entrar y seguramente al salón principal y allí estaría su padre y si no estaba su padre no habría tardado en llegar.
Kohaku y su padre juntos... volvió a respirar hondo. No es que le preocupara que su padre le fuera a decir algo, bueno, algo le diría, seguro, no había que olvidar que era su hija y que los padres tienen la idea de que sus hijas no crecen; lo que le preocupaba eran las respuestas de Kohaku y que su padre le intimidase... vaya tontería acababa de pensar, como si Kohaku se fuese e intimidar.
No se equivocaba, allí estaba Kohaku, con su padre, su madre y Kotoko que había decidido no perderse detalle.
- H-hola Kohaku - dijo tímidamente.
- Hola Himeko - Siento venir a molestarte pero es que Karasu se ha marchado con Ringo y Karura no va a ir a la fiesta y yo...
- No, está bien, n-no hay problema ¿Ya conoces a mis padres?
- Si Himeko - contestó bastante serio su padre - Deberías habernos dicho que estabas saliendo con un chico.
- N-no es que...
- Somos compañeros de clase - se apresuró a intervenir Kohaku - Y amigos, claro.
- Bueno, vámonos ya Kohaku. No vendré muy tarde.
- ¿No vas con Hizashi? - inquirió el padre.
- No, nos juntaremos en la fiesta, es que él ha quedado con otros amigos.
- De acuerdo, diviértete y no vuelvas tarde.
- No, llegaré pronto, no te preocupes.
Antes de salir de la casa, la madre de Himeko, agarró a su hija por el brazo y se acercó disimuladamente al oído.
- Es muy guapo - le susurró.
- ¡Mama! - pareció quejarse la chica.
- Anda y diviértete.
Al salir Kohaku miró preocupado a Himeko.
- Lo siento, no quería ponerte en un compromiso, ya se que no querías que tus padres me conocieran tan pronto y no iba a entrar pero Kotoko me vio y...
- Está bien, lo hecho, hecho está ¿Te pasa algo?
- No, nada. Ya te dije que Karura no va a ir a la fiesta y Karasu se ha marchaos ya y yo pues pensé en esperarte en la puerta.
- No me mientas que te conozco Kohaku, a ti te pasa algo.
- No es nada importante.
- Pero yo soy tu amiga y me gustaría ayudarte si es que puedo.
- Es que... hoy nuestro tutor me ha traído una caja con cosas de mi tío Noboru.
- ¿El que se suicidó?
- Si, el hermano de mi madre y también una carta y la verdad no tengo ganas de saber lo que contiene esa caja.
- Pues no lo abras.
- Pero tengo que hacerlo porque seguro que es algo de mi pasado.
- Bueno, pues hazlo solo cuando te sientas con fuerzas ¿Que te han dicho Karura y Karasu?
- Nada. Ellos saben como soy y que no me pueden presionar... Me siento muy confuso, de pronto es como si... como si...
- ¿Una herida se abriese? - Himeko cogió su mano intentando darle ánimos.
- Esto es una tontería, no se debe tener miedo del pasado. Bueno, vamos a esa fiesta.
- ¿Te apetece ir?
- Tenemos que ir, es un día importante para ti, vas a hablar con tu primo como tu primo por primera vez.
- Bueno pero hay más días.
- No, no, ya has quedado y tienes que hacerlo. Yo también te apoyo a ti, Himeko.
- Ya lo se, siempre me apoyas.
- ¿Estás nerviosa?
- Un poquito, la verdad. Ya conozco a Nagato pero me es raro hablar con él sabiendo que es mi primo.
- Te entiendo, no es una situación que pase todos los días. Venga, vamos.
...
...
Yuri se dejaba maquillar por Kikyo mientras Stella se ocupaba de peinarla, las tres chicas parecían de lo más alteradas.
- ¿Te he dicho que van a venir los amigos de mi hermano? - comentó Stella.
- Pero son gente enrollada ¿no? - preguntó Yuri.
- Si, no te preocupes, ya verás, seguro que ellos traen alcohol y otras cosillas - rió Kikyo.
- ¿Que otras cosillas?
- Ya lo verás - medio rió Stella - No te preocupes, tiene que venir mi hermano y sus amigos para "vigilarnos", mis padres se creen que así no nos vamos a desmandar... que inocentes.
- Oye pero no va a pasar nada raro ¿verdad? - se alarmó Yuri - Porque en mi casa las cosas no están muy bien y si pasa algo raro no quiero ni pensar en como se pondría mi padre.
- ¡Que no mujer! ¿Que va a pasar? - contestó Stella - Mi hermano no va a dejar que yo me desmande, es mi hermano mayor, para él soy una niña inocente y buena.
- ¡Mira! - exclamó Kikyo al oír la puerta - Deben ser ellos.
- ¿Tan pronto?
- ¡No es pronto! - gritó alarmada Stella mirando su reloj - ¡Es que nos estamos entreteniendo demasiado!
- ¿Qué ya viene la gente? - gritó también Yuri llena de pánico.
- Eso parece - contestó Kikyo- Pero que no cunda el pánico, no pasa nada, no tienes porqué estar lista, es más, yo creo que es mejor que hagas esperar a tus invitados un poco.
- Buena idea - repuso Stella - Así tu llegada será más espectacular.
- Bueno si, eso si - dijo Yuri - ¿Creéis que vendrá mucha gente?
- Si, seguro que si.
- Oye Stella - la interrumpió Kikyo - Ven un momento que quiero que veas algo. Perdona Yuri, no es nada tuyo.
Stella y Kikyo salieron por una puerta hacia otra habitación.
- Stella que estoy pensando - habló en voz baja - Que va a venir Deisuke a la fiesta.
- Claro que va a venir.
- Es que últimamente tontea mucho con Yuri y no es que Yuri me caiga mal, es maja pero...
- No quieres que te quite a Deisuke.
- Ya sabes, Deisuke es mío, siempre es el que me ha gustado.
- Tienes razón, tienes razón. Pero esto es fácil, solo hay que hacer que Yuri se interese por otro y ya está.
- Es que Deisuke es muy guapo.
- Bueno pues habrá que dejarle claro a Yuri que Deisuke es tuyo.
Regresaron donde estaba Yuri mirándose al espejo.
- Oye Yuri ¿Va a venir algún chico especial? - sonrió Stella - Ya sabes, alguno "especial"
- Bueno, yo invité a mis amigos.
- ¿Has pensado reconciliarte con ese tan mono? Las reconciliaciones siempre son lo mejor - rió nerviosa y Kikyo la imitó.
- No, que va. A Kenshi le gusta Xu-Xu, siempre le ha gustado.
- Pero tú también le gustas - inquirió Kikyo.
- Es un chico estupendo y muy... hot - rió también nerviosa - Pero no, no me gusta tanto como para tenerle de novio, prefiero sentirme libre, además que es como un perrillo fiel, pertenece a Xu-Xu y ella es mi amiga y no se lo voy a quitar otra vez ¿Sabéis? No me siento orgullosa de haberlo hecho, creo que en esa historia fui la mala.
- Eres demasiado buena Yuri, no todo el mundo haría lo que tú, te lo digo en serio.
- ¿Y el otro chico? - comentó Kikyo - El rubito, el que estaba saliendo con tu amiga y que le dio aquel bofetón y dijo que tú le gustabas.
- ¿Nowaki?
- Si, Nowaki, es muy lindo también.
- Y muy simpático - añadió Yuri - Pero... no se... a él siempre le ha gustado Momoka, no se porqué Xu-Xu dijo aquello.
- Pues hija - pareció protestar Stella - Por algo sería, no lo va a decir así porque si y menos aún darle ese bofetón.
Stella y Kikyo se miraron cómplices, mira por donde ya sabían como hacer que el interés de Yuri se alejase de Deisuke.
...
Akane miraba el jardín de casa de los Shikamoto casi pegada a la puerta corredera. Akira, que entraba al comedor, se quedó parado observándola.
- ¿Cómo te sientes? - preguntó intentando no ser brusco.
- Bien, si estoy muy bien, de veras. Deberíamos ir a la fiesta de Yuri, te estará esperando.
- No pasa nada, no creo que note mi ausencia pero de todas formas Kyojin me disculpará.
- Siento haber arruinado el sábado.
- Para nada, ya sabes como soy yo, tampoco me apetecía ir a la fiesta, demasiado jaleo para mi.
- Pero es que encima mi madre...
- Nos lo pasaremos bien, ya lo verás. Además no es culpa de tu madre si tu padre se ha quedado sin la cocinera del restaurante y tiene que ir ella a ayudarle, es normal.
- Pero es que los sábados cierran muy tarde y ya nos han endosado a Kenta para que duerma aquí.
- Pero solo porque Jisei le dijo que te encontrabas muy mal y mira el lado bueno, al menos no te tienes que ocupar de los otros.
- Si, eso si. Será la primera vez que mi madre tiene consideración conmigo.
- Hombre, estás enferma.
- Como si eso le importase demasiado.
- No digas esas cosas, es tu madre.
- ¿Ella sabe de mi... problema?
- No, que yo sepa. Pero tus hermanos si. Era lógico que se diesen cuenta.
- Pobres, han debido sentirse mal.
- Supongo que confusos. Anda ven, vamos a sentarnos y te hago mimitos - dijo sentándose en el sofá y dando golpecitos con la palma en el asiento de al lado.
- Es raro pensar que tengo una vida que no recuerdo.
- ¿Quieres que vaya a comprarte algo de chocolate?
- Que malvado que eres - se acercó a sentarse a su lado - ¿Quieres sobornarme con chocolate?
- Sssssi, pero solo un poco, no creo que mucho te hiciera bien.
- Oye ¿Cuando soy Ayesa también me vuelvo loca por el chocolate?
- No, más bien no. No sueles comer chocolate.
- Eso si que es raro.
- Pero sabes hacer cosas muy interesantes con él.
- Que mal suena eso ¿Y que es lo que me gusta?
- Las fresas.
- ¿Las fresas?
- Y las cosas ácidas... y siempre estás comiendo chicle.
- ¿Chicle?
- De fresa ácida, precisamente.
- Pues que rarita que soy... fresas... pues si nunca me han gustado particularmente.
- ¿Te cuento otra cosa muy curiosa?
- Claro, dime.
- Ayesa es zurda.
- ¡Anda ya!
- Te lo juro, utiliza la izquierda como tu la derecha, lleva el bolso al lado contrario que tu, se cambia el reloj y además no se pone las gafas.
- ¿Eso hago?
- Y usas tangas.
- ¿Quéeeeee? - gritó.
- Que usas tangas. Este verano se te subió la falda y tuvimos una buena muestra gráfica que eso.
- ¡Ah! - Akane se tapó la cara - ¿Os he enseñado el culo?
- Con un tanga puesto, a Kamui casi le da un derrame cerebral.
- Pero... ¿Lo hice a posta?
- No, fue un accidente.
- ¿Y no me morí de vergüenza?
- Nada, dijiste que peor hubiera sido si no llevases nada.
- Eso es mentira.
- Te lo juro. Seguro que Kamui aún sueña con eso... yo lo hago.
Akane le golpeó con el dorso de la mano en el pecho.
- ¡No seas guarro!
- Ah, las cosas son como son.
- ¿Y por qué yo no he visto nunca esa prenda entre mi ropa?
- Creo que se las das a Takato para que las guarde.
- ¡Ay dios!
- ¿Y mi madre no se mosquea con nada?
- Pues parece ser que no.
- No, si tampoco me extraña, solo está pendiente de ella misma... Oye Aki, esto... ¿cómo te lo diría yo? ¿Tu y yo...? A ver... Cuando fui al ginecólogo y me hizo una revisión me dijo que yo no era virgen ¿Tu has tenido algo que ver con eso?
- No.
- Ah... ya... entiendo ¿Y tú y yo...? No, calla, mejor no me digas nada, no creo estar preparada para tanta información... Que incómodo es esto ¿no?
- No, no es incómodo para mí porque yo te quiero y nada tuyo me es incómodo.
- ¿Te he dado muchos problemas?
- El problema viene de mí, de no sentirme lo suficientemente bueno para ti, de pensar que te voy a fallar o que no voy a poder ayudarte.
- ¿Por qué eres tan bueno conmigo? ¿Es que te estas castigando por alguna cosa?
- Pues no lo se, no se si soy bueno, más bien yo diría que soy egoísta porque lo que quiero es sentirme bien y si tu estás mal yo no me siento bien.
- ¿Por qué? No entiendo porqué, nunca te he tratado bien.
- Siempre me tratabas bien ¿Es que no te acuerdas?
- Hasta que pasó aquello y empecé a tratarte a patadas.
En la puerta de la casa de Akira estaban Jisei e Inari.
- ¿Estás segura? - preguntaba Inari.
- Yo si ¿Tú estas dispuesto a entrar?
- Bueno, creo que si, yo no me avergüenzo de ti y creo que alguna vez tendré que dar la cara ante tus amigos.
- Pero son tus alumnos.
- Si no quieres, no entro.
- Si te da verguenza y es porque son tus alumnos, pero no tienes que preocuparte, Akane ya sabe lo nuestro y Akira pasa de todo, ya le conoces, además yo creo que ya supo lo nuestro hace tiempo.
- ¿Cuanto tiempo?
- No lo se, pero ya sabes como es, se fija en todo. Cuando esta mañana dije que había quedado contigo y que mañana vas a pedir salir conmigo a mi padre no puso cara de extrañarse.
- ¿No pensarán que molesto?
- No. Ya les dije que no iba a ir a la fiesta. Vamos, son mis amigos, ya se que los verás muy jóvenes pero son mis amigos y tendremos que acostumbrarnos a tratar tu con mis amigos y yo con los tuyos.
- Pero Akane no se encontraba bien.
- Pero tu ya sabes que tiene problemas en su casa, ya viste como se puso aquel día... quiero estar con ella.
- Está bien pero si veo que molesto me marcho.
Jisei sonrió y tocó el timbre de la casa, no tardó en abrirse la puerta y Akira les miró al otro lado de la casa.
- Ya estamos aquí - dijo Jisei - ¿Han traído ya a su hermano?
- Hola. No, aún no, pasad, pasad.
Entraron, primero Jisei y tirando de la mano hizo entrar a Inari.
- Bienvenido a mi casa, sensei - dijo Akira.
- No me llames sensei, por favor, ahora soy Inari.
- Pues pasa y siéntete como en tu casa. Voy a traer algo de beber ¿Que te apetece? No puedo ofrecerte alcohol porque mi madre lo notaría y se supone que no podemos beber aún.
- No te preocupes, tranquilo.
- Ah, tampoco tú te preocupes, ninguno de nosotros va a causarte problemas en el instituto... a no ser que tú se los causas a Jisei.
- Tranquilo, no pienso hacerlo.
Era muy extraño entrar en la casa de uno de sus alumnos como amigo, como "pareja" de una de sus amigas pero Jisei parecía muy tranquila y entonces Inari pensó que tenía que ser así, nunca debería intentar apartarla de sus amigos, algo le decía que si lo intentaba la perdería.
...
Nowaki fue uno de los primeros en llegar a la fiesta. Allí estaban unas cuantas personas que él no conocía, serían invitados de Stella, pensó. También estaban Nagato, Deisuke y Kanna.
El había dicho a un amable señor uniformado que se acercó a él que tenía que entregarle esas flores a la señorita del cumpleaños y el señor se ofreció a llevárselas pero él insistió en que tenía que dárselas personalmente.
Mientras era guiado por la casa de los Willowy-Peacemaker, Nowaki iba repasando los consejos de su madre: tenía que mostrarse firme y no ceder, tenía que atreverse a hacerlo y ser valiente, Yuri tenía que ver en él una persona segura de si misma, un pilar en el que apoyarse cuando lo necesitase... aunque las piernas le temblaban demasiado para sujetarse él mismo.
Por fin el hombre se detuvo frente a una puerta y tocó con los nudillos. Una voz femenina le dio permiso para abrir.
- Señorita Stella - dijo el hombre uniformado - Traen un obsequio para su invitada.
- Déjalo con el resto de los regalos - oyó a Stella.
- No puedo, el remitente insiste en darlo personalmente y creo que es lo más apropiado.
- ¿Pues que es? - preguntó Stella.
- Pase señor - cedió el paso a Nowaki, este se asomó a la habitación con la cesta en las manos.
Los grititos de las acompañantes de Yuri resonaron casi asustando a Nowaki, las chicas parecían incluso más emocionadas que Yuri. Stella cogió la cesta arrebatándosela de las manos a Nowaki para acercársela a Yuri. Nowaki aprovechó aquel momento de gritos y euforia para entrar mientras el mayordomo se marchaba.
- ¡Son preciosas! - decía Kikyo.
- ¡Son mis favoritas! ¡Es mi centro favorito! ¡El que yo diseñé! - se emocionaba Yuri.
- ¿Quien te las envía? - apremiaba Stella - Tienen que tener una tarjeta, a ver... si, aquí, toma, toma.
Nowaki en esos momentos sintió que era completamente invisible.
- Pero es que... es mi centro - continuaba nerviosa Yuri mientras cogía la tarjeta.
- Venga, lee la tarjeta de una vez - exigía Stella que casualmente se fijó en Nowaki, impaciente, observándolas al lado de la puerta.
Yuri leyó la tarjeta para si y no disimuló su sorpresa. Stella vehementemente le arrebató la tarjeta de entre los dedos.
- "Felicidad es hacer lo que se desea y desear lo que se hace y yo deseo que solo seas feliz. Nowaki"
- Feliz cumpleaños, Yuri - dijo al fin Nowaki con la esperanza de le que oyera.
Y le oyó y no solo él si no las otras chicas que guardaron silencio aunque con una amplia sonrisa en los labios.
- Venga, vámonos - apremió Stella empujando a Kikyo - Vámonos, vámonos.
- ¿Os importaría dejarme a solas con él? - habló inquieta Yuri.
- Pues claro - dijo Kikyo - Va a pensar que somos unas maleducadas, lo sentimos Nowaki, es que estamos demasiado emocionadas.
Riendo por lo bajo las dos chicas se marcharon y Nowaki miró impaciente a Yuri.
- ¿Te gustan?
- Mucho, son mis preferidas ¿Cómo lo has sabido?
- Ah, uno que tiene sus contactos - se rascó nervioso la cabeza - Quería darte un regalo que realmente te sorprendiera.
- Pues lo las hecho - Yuri se acercó a él - Muchas gracias Nowaki, es precioso, nunca nadie me había regalado nunca flores y yo hice este centro pensando que quizás algún día un chico querría regalarme flores y entraría en la floristería y vería mi centro y lo elegiría porque... ay, soy muy tonta y como llores se me va a correr el rimel y va a ser un desastre.
- Yo solo quería que te gustase.
- Me gusta y... - Yuri dejó la cesta en una silla cercana y se acercó un poco más - Yo quería decirte que eres un chico estupendo y que Momoka ha sido muy tonta por dejarte escapar.
- Bueeeeeno - volvió a rascarse nervioso la cabeza - Jeje.
- ¡Y deja ya de rascarte la cabeza que parece que tienes piojos!
- Ay, lo siento. Yo es que quería decirte que antes me gustaba Momoka pero ahora...
Yuri sintió que sabía lo que iba a decir, seguro que iba a decir que ahora le gustaba ella pero no, no quería oírlo, si lo oía se pondría más nerviosa y no sabría como actuar porque desde que oyó a Xu-Xu decir aquello no sabía como actuar delante de Nowaki y no se sentía preparada para enfrentarse a algo así, no, aún no... así que, para evitar que lo dijese hizo lo primero que se le ocurrió... darle un pequeño beso que dejó momentáneamente a Nowaki sin respiración.
- Gracias Nowaki - le dijo y se giró rápidamente para que no notase lo nerviosa que se había puesto - Ahora déjame que tengo que terminar de arreglarme.
Nowaki no se movió, se quedó embobado mirándola.
- Nowaki, vete, por favor, que te tengo que terminar de arreglar.
- Pero si ya estás muy guapa. Está bien, está bien, ya me voy.
Nowaki abrió la puerta sin saber muy bien como tenía que sentirse o que significaba ese pequeño beso, si que le gustaba a Yuri o que solo sentía pena por él. De repente sonrió... al menos no le daba asco ya que era capaz de pegar sus labios a los suyos, eso tenia que significar algo bueno, seguro, o al menos era una buena señal.
- Recuerda que tienes que bailar conmigo ¿De acuerdo?
- Claro que si Nowaki... claro que si.
Se quedó mirando aquella cesta de flores y volvió a sentirse emocionada, acarició suavemente uno de los pétalos.
"¿Son las flores las que hacen latir así mi corazón o eres tú, Nowaki?" pensó "Me gustaría averiguarlo".
...
Setsu y Shugo no estaban muy lejos de la puerta de la casa de Stella y desde su posición veían ir entrando a todos los que estaban invitados a "la fiesta del año".
- ¡Que petardo que es esto! - se quejaba Setsu.
- Pues entonces tú dirás porqué has querido que vengamos aquí.
- Es que no me podía crees que la estúpida de Hikari estaba invitada y quería verlo con mis ojos.
- Ya - suspiró Shugo - Pues ya has visto que si, que ha venido con Fatora.
- Esas se están haciendo muy amigas ¿No crees?
- Hikari también tiene derecho a tener amigas.
- Es que ella nunca las ha tenido, solo ha estado con nosotros y con Kamui.
- Pues ya ves que también tiene amigas.
- A lo mejor es que son bolleras - Shugo le miró intrigado - ¿Qué pasa? Podía ser ¿No?
- No, no se de donde sacas que Hikari y Fatora podían ser lesbianas.
- No se, se las ve mucho juntas.
- A ti y a mi también y no somos novios ni nada de eso.
- ¡Eh! ¿Que estás insinuando?
- Yo no insinúo nada, eres tu el que ha empezado diciendo tonterías - alzó el tono de voz Shugo.
- Bueno, bueno, no te alteres - intentó mostrar indiferencia, no quería que Shugo se enfadase, ya se sabía lo violento que se ponía ese chico cuando se le cruzaban los cables - ¿Y si entramos a la fiesta?
- No tenemos invitación.
- ¿Y eso que importa?
- ¿Pues no ves que hay dos tipos pidiendo la invitación a la entrada?
- Pero si vamos con seguridad no hay problema, solo tenemos que mostrarnos seguros de nosotros mismos, como si fuésemos de la familia o algo así.
- Deja de decir tonterías, además ¿Para qué quieres entrar?
- Para ver.
- ¿El qué quieres ver? ¿Si Hikari y Fatora se enrollan?
- Yo voy a intentarlo.
Y lo intentó y por supuesto no le dejaron entrar y mientras discutía con uno de los que recogían las invitaciones a la fiesta Shugo se acercó para decirle que lo dejara ya.
- ¿Que os pasa? - oyeron a sus espaldas.
- ¡Kamui! - gritó alegre Setsu - ¿Tú también vienes a la fiesta?
- Yuri me invitó.
- Claro ¡Cómo no iba a invitarte! Tío pues a mi no me dejan entrar y Hikari si ha entrado ¿Te lo puedes creer?
- ¿Has traído tu invitación? - preguntó Yuko al lado de Kamui.
- Tía ¿Tú también estás invitada?
- Setsu, por favor, no hables así a Yuko - le recriminó Shugo - Discúlpale es que los celos le están matando.
- ¿Quien está celoso? - gritó Setsu.
- Déjalo Shugo, si ya nos conocemos - sonrió Yuko - ¿Que problema tenéis?
- Que hemos olvidado las invitaciones - contestó Setsu.
- No tenemos invitaciones que olvidar - añadió Shugo - Somos los parias de la clase.
- ¡Habla por ti! - se quejó Setsu.
- Está empeñado en entrar porque Hikari ha entrado con Fatora y le molesta - explicó Shugo a Kamui
- ¿Solo tenéis ese problema? - se interesó Yuko - Entonces yo puedo ayudaros - Abrió su bolso y sacó una invitación - A mi también me invitó Stella, tomad, no la necesito porque vengo de acompañante de Kamui, con ella podéis entrar los dos.
Kamui había invitado a Yuko a la fiesta y ni se le había ocurrido pensar que ella también estaría invitada. Había sido un impulso espontáneo, no le apetecía ir a esa fiesta pero pensó que tampoco podía empeñarse en volver a aislarse del mundo y... tampoco lo pensó mucho, simplemente su madre le dijo que le vendría bien ir a la fiesta y distraerse y Yuko era una chica muy simpática y se sentía extrañamente cómodo con ella... si hubiese sabido que Yuko estaba invitada desde luego que no la habría invitado él, ahora había quedado con un tonto.

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