sábado, 23 de agosto de 2014

132. Si me gusta, no me gusta, claro que me gusta

Nowaki observaba a Kamui en el nuevo lugar que había escogido para sentarse, al lado de Akane, no, si ya no se preocupaba para nada en disimular, más descarado no podía haber sido, seguro que al terminar las clases habría un charco de babas debajo de su asiento ¿Pero es que no se daba cuenta de que entre Akira y Akane había algo? Si hasta él se daba cuenta.
Nowaki no dejaba de darle vueltas al tema de Kamui ¿Que le había pasado? Le miraba y cada vez estaba más convencido de que él también lo estaba pasando mal. Recordó la conversación que tuvieron hace unos meses cuando Kamui le confesó que le gustaba Akane pero que no sabía lo que sentía por Momoka, cuando hasta parecía que le estaba pidiendo su permiso para pedirle una cita a Momoka... no podía saber si Kamui estaba enamorado de Akane pero creía firmemente que no se trataba solo de un capricho, a lo mejor él realmente creía estar enamorado, es que Akane fue la primera chica que se comportó de forma distinta con él, a lo mejor estaba confundiendo agradecimiento con enamoramiento... podía ser.
Recordaba perfectamente lo que le dijo.
"- Eres un caso Nowaki, sigues tus impulsos sin pensar en nada, eres cabezota y tenaz. Cuando empecé a tratar a Akane me dí cuenta de que me recordaba a ti, ella no es una hiperactiva cabeza-hueca como tú, ni gritona, ni escandalosa, es bastante más inteligente que tú, pero cuando hablo con ella estoy muy a gusto, siento que puede ser mi amiga, siento que me escucha y me comprende, sabe leer dentro de mí, ella me mira sin… sin nada, sin exigirme que sea perfecto, no como al popular Kaguya, si no como a un chico normal… no sé pero me recuerda a ti, quizás porque tu eres la primera persona que realmente me comprendió, además ella es tenaz y cabezota… no sé si se explicarme."
Y lo recordaba porque en esos momentos le dolía mucho pensar que pudiera hacer daño a Momoka... ¡madre mía la de cosas que habían pasado desde entonces!
Claro que luego estaba el tema de Yuri, que también estaba ahí, dando vueltas por su cabeza sin dejar de fastidiar. La había visto tan contenta y tan feliz, como si a ella no se pasase nada, claro que ella pensaba que no le pasaba nada pero luego la vio hablando con Stella y Kikyo y diciendo algo de que la acompañaran al centro comercial para cambiarse el look o algo parecido y a Nowaki no le gustaba demasiado que se hiciese tan amigo de esas chicas tan huecas y superficiales, a saber que ideas le podían meter en su cabeza, que ya bastante liada la tenía.
Kamui no había sido el único en cambiarse de sitio, Karura también había aprovechado para poner un poco de distancia entre Hizashi y ella. No es que estuviese enfadada con él, simplemente quería un poco de espacio así que aprovechó para sentarse delante de Akira, esperaba que eso fuera temporal, esa misma tarde iría a hablar con la psicóloga para pedirle que la ayudase a que la cambiasen de clase... de verdad que necesitaba alejarse de Hizashi para poder centrarse.
- Mira que cerquita tienes a una de tus novietas, Bambi - comentó Akane a Akira durante el cambio de clases dándole una pequeña colleja.
- Pues mira que tu y tu príncipe azul.
- ¿Que le habrá picado? - susurró.
- Creo que ese botón que está a punto de saltar de tu camisa - sonrió.
- ¡Que tonto que eres! - le dio un puñetazo en el brazo.
- Akane - llamó su atención Kamui, esta se dio la vuelta para mirarle - Perdona que te moleste, es que me preguntaba donde vas a comer hoy.
- Ah pues aún no lo se.
- Creo que comeremos fuera - intervino Akira con cierto soniquete - Aprovecharemos que no hace muy mal tiempo y aún se puede.
- ¿Os importa que coma con vosotros?
- Claro que no nos importa - se apresuró a contestar Jisei antes de que Akira soltase algún sarcasmo - Comeremos el grupo juntos, vamos, si no te importa comer con el populacho.
- ¡Ryuko! ¡Akane! ¡Jisei! - dijo de pronto Xu-Xu en voz alta, ella y Sumire estaban de pie al lado de la mesa de Genki - ¡Venid! Genki ha traído las fotos del pueblo de Akira.
- ¿Tan pronto? - se extrañó Akane.
- Solo tenía que imprimirlas - explicó el chico - Es que estaba deseando verlas.
Las tres chicas se levantaron de sus asientos.
- ¿Tú no vienes, Kyojin? - preguntó Ryuko.
- Ahora voy, en un momento.
Akira y Kamui se miraron fijamente, con una de esas miradas que a veces da la impresión de que va a salir fuego o prenderse un chispa entre el espacio que los separaba.
- Parece que el ambiente aquí se ha enrarecido un poco - dijo Kamui levantándose.
Akira y Kyojin le miraron salir por la puerta del aula.
- ¿Qué te parece el figura? - sonrió Kyojin dándose la vuelta y mirando a su amigo.
Karura también se giró en su asiento y sonrió a Akira.
- Se te ha puesto cerca la competencia por lo que se ve.
- El gavilán este se quiere llevar a mi cierva.
- ¿Y el príncipe de los bosques va a dejar que un pájaro le robe su hembra?
- Supongo que debería marcar mi territorio.
- ¿Y que vas a hacer? - rió Kyojin - ¿Te la vas a sacar y vas a mear alrededor de ella?
- Bueno, podría hacerlo. Los ciervos lo hacen ¿O no? - rió también Karura.
Akira chasqueó la lengua.
- Si hago eso lo mismo me capa.
- Pues algo tendrás que hacer - concluyó Kyojin - Bueno, voy a ver esas fotos.
- ¿Y tú qué? - preguntó Akira a Karura en cuanto Kyojin se alejó unos pasos.
- ¿Qué de qué?
- ¿Algún problema con Hizashi?
- No ¿Por qué lo dices?
- Bueno, siempre habéis estado juntos, os sentáis más o menos juntos, pasáis los cambios de clase juntos y ahora estás... aquí.
- Tú también eres mi amigo.
- Si pero él es otro tipo de amigo.
- No se a lo que te refieres. Simplemente me he sentado aquí, el primer sitio que vi.
- Estás poniendo espacio entre vosotros ¿Por qué? ¿Acaso el Kaguya grande te gusta más?
- No, no es eso... no es eso.
- Ah, si a mi no me parecería mal. Quiero decir que me gustaría saber que ya te has decidido por alguno ¿Lo has hecho?
Karura suspiró profundamente.
- Creo que ese suspiro significa que no.
- Es que no se lo que me pasa. No puedo decidir y se que les estoy haciendo daño, a los dos.
- Pues parece que Hizashi está haciendo nuevas amigas.
- Si, ya lo se, ya lo se y...
- ¿Te da celos? Venga, se sincera.
- Me ha dado rabia.
- ¿Mas rabia que si vieras a Fuma con otra chica?
- Pues no lo se.
- Pues es lo que deberías plantearte. Piensa que te dolería más y tendrás la respuesta.
- No creas que es tan fácil.
- Lo que tú digas.
- Solo quiero mantenerme un poco alejada de ellos para poder pensar
- Como veas - dijo estirándose - De todas formas si necesitas hablar con alguien ya sabes donde estoy.
Genki enseñaba orgulloso las fotos, explicando con todo lujo de detalles como las había hecho, dónde, que estaban haciendo y casi de lo que estaban hablando.
- Se ve que te lo pasaste bien - decía Jisei.
- Si, fue estupendo ¿A que sí, Sumire?
- Vaya que si, hicimos un montón de cosas.
- Si, hasta te caíste y todo - ironizó Akane.
- Eso no fue tan divertido - dijo tocándose la parte del coxis - Oye mira Akane, aquí si que estás guapa.
- Vaya - Jisei cogió la foto y la miró - Estás muy... provocativa.
- A ver, trae... ¿Esa soy yo?
- No, que va - habló con cierta burla Kyojin - Seguro que erais tantas las que teníais el pelo de zanahoria que lo mismo Genki se equivocó.
- Si no había nadie más con ese pelo - pareció quejarse Genki.
- ¿Pero este vestido?
- Es tu vestido rojo - dijo Ryuko - Yo te lo he visto miles de veces.
- Si pero ¿Por qué me lo llevé?
- Pues supongo que para ponértelo - contestó Xu-Xu - No creo que fuera para limpiar cristales con él.
- Es que... o sea que si, que lo llevé pero es que... ¿Me lo puse?
Jisei volvió a mirar la foto.
- Parece que si, que lo llevas puesto.
- Es que fíjate que no me acuerdo... que raro ¿Y no me queda como muy corto o algo?
- Seguro que estabas alterada con lo de los niños - trató de explicar Jisei mirando la foto, esa era Ayesa, no había duda - Y ni pensaste en lo que te ponías. Pasarías mucho miedo creyendo que se habían perdido.
- Si, eso es cierto, me asusté mucho.
Akane siguió como si nada viendo y comentando las fotos aunque dentro de ella algo le decía que eso no encajaba, que no era normal.
...
La hora de la comida fue bastante normal. Para asombro de todos Kamui se comportó de una forma agradable e incluso amable con todo el mundo, no solo con Akane, incluso con Akira y el resto no podía dejar de pensar y elucubrar a que se debería esa repentina simpatía.
Akane estaba sentada entre los dos chicos y Jisei, Ryuko y Sumire intentaban contener sus risas.
- ¿Se puede saber de que os reís tanto? - las gruñó Akane.
- Nada, de cosas nuestras - respondió Ryuko.
- Uy para mí que se ríen de vosotros - dijo Kyojin.
- Y en todo nuestro morro - añadió Akira - Como es habitual en ellas.
- Que no, que no - reía Sumire - Que no nos reímos de vosotros, malpensados.
Y las tres volvieron a reírse de esa forma tan sospechosamente queriendo ocultarlo.
- Si se ríen de nosotros - se quejó Akira.
- Dejadlas, son bastante pavas las pobres - afirmó Akane - Y cambiando de tema ¿Y que dice Kenshi de "eso"? - señaló con un gesto de la cabeza a Yuri y Momoka comiendo y riendo al lado de ese grupo de 3-1 y lo peor es que desde donde ella estaba parecía que Yuri andaba "sobándose" con Deisuke - ¿Y dónde está?
- Nowaki y Xu-Xu se lo han llevado a dar una vuelta - respondió Jisei - Y menos mal que lo han hecho porque Kenshi es demasiado visceral y su aura estaba demasiado alterada.
- Por eso lo han echo - afirmó Shibi - Le conocen muy bien.
El mosqueo que llevaba Kenshi desde luego no era pequeño y es que Yuri había sido demasiado descarada, ya podía coquetear de una forma discreta, no, se le notaba bien, o sea, que estuviera Kenshi allí y la viera como que le daba igual.
Nowaki estaba preocupado y nervioso porque temía la reacción de Kenshi e intentaba quitarle importancia. Sabía como era Kenshi y que cuando empezaba a decir cosas no había quien le callase, además seguramente no la tomaría con Deisuke, iría directamente a por Yuri y calentito como estaba seguro que no pensaba lo que decía y cualquier barbaridad podía salir de su boca, así que optó por alejarle para que no viera demasiado.
Más razonable era Xu-Xu, ella sabía que alejar a Kenshi y que no viera a Yuri tonteando con Deisuke no era solución pero esperaba que durante ese paseo pudiera hacer entrar en razón a Kenshi o al menos calmarle un poco.
Lo que más dolido tenía Kenshi era su orgullo. Celos, lo que se decía celos de ver a Yuri con otro no eran, lo que le dolía era que él estaba delante y que ¿Que irían a decir los demás de él? Le llamarían cornudo como poco.
No intentaba disimular el mosqueo que tenía, a pesar de que veía a Nowaki preocupado y esforzándose por distraerle, claro, a Nowaki le gustaba Yuri y no querría que él le dijese nada.
- ¡Ya tranquilízate de una vez Kenshi! - gritó de pronto Xu-Xu - Me estás poniendo muy nerviosa, no paras de moverte.
- ¿Y cómo quieres que me tranquilice? - gritó también Kenshi.
- Pues tranquilizándote. A ver, chillando no vas a conseguir nada solo que Yuri se ponga a la defensiva y te grite a ti.
- Yo no voy a gritar a Yuri.
- Pues pegándote con Deisuke tampoco vas a solucionar nada.
- Tampoco voy a pegarme con nadie, si es que lo que me da rabia es...
- Yuri no es mala y no lo hace por maldad - habló por fin Nowaki que extrañamente había estado tan callado - Ella solo quiere que alguien la haga caso.
Kenshi iba a responderle de mala manera y decir varias cosas sobre Yuri que de pronto le venían a la boca pero una mirada de reproche de Xu-Xu le hizo morderse la lengua, le costó no contestar pero consiguió no hacerlo.
- En realidad no tendrías de que quejarte - dijo Xu-Xu - Tu mismo dijiste que no estabas enamorado de ella.
- Vale, pero que no esté enamorado de ella no quiere decir que aguante ciertas cosas.
- Ah claro, tu orgullo de machito se resiente.
- Pues si ¿Qué pasa?
- Pues que el orgullo no es nada bueno.
- En realidad tú nunca le pediste salir ¿verdad? - dijo Nowaki - Y no creo que ella te lo pidiese a ti, es demasiado coqueta para eso, seguro que es de las que piensan que tienen que ser los chicos los que piden las citas y esas cosas.
- Pues... tienes razón. En realidad nunca nos hemos pedido salir, ni nada de eso. Ella se acercó a mí y no se como de pronto... ahora que lo pienso, si no somos novios, ni nada ¿Por qué me pongo así?
- Porque eres un poco troglodita, a parte de tontainas - gruñó Xu-Xu - Ahora cuando volvamos haz el favor de comportarte. Si quieres decirle algo lo hacéis cuando estéis lejos del instituto porque ya sabes como es Yuri, organizará todo un teatro delante de todo el mundo. Además no tienes ningún derecho - habló ahora en voz baja y con reproche - Te recuerdo que tu intentaste besarme a mi no hace mucho.
De todas formas esa última frase no la escuchó Nowaki porque él que si estaba dolido y sumido en sus pensamientos, a él si le dolía ver a Yuri haciendo esas cosas, no sabía explicar porqué pero le dolía en el corazón y le producía una especie de pena dentro que no conseguía superar.
...
Sonomi, la madre de Nowaki, entraba bastante acelerada en un restaurante, miró y vio a Mikoto Kaguya sentada en una mesa al lado de una ventana. Sonriente se acercó a ella.
- Perdona que llegue tan tarde - dijo a modo de saludo.
- No te preocupes ¿Traes hambre?
- Ni te lo imaginas, estoy que me como a mi misma.
- Bien, pues vamos a pedir ya ¿no?
Hizo un gesto y un camarero se acercó. Hicieron su pedido y este lo anotó en una pequeña libreta antes de marcharse.
- Te dije - habló Mikoto - Que era más sencillo que me dieses cita en tu consulta.
- Y yo te dije que eres mi amiga y a mis amigas no las atiendo profesionalmente, me está prohibido. No puedo tener como pacientes ni a familiares, ni a amigos porque me implicaría demasiado en su problema y no sería objetiva. Además soy tu amiga y tú no necesitas una psicóloga si no una amiga con la que hablar.
- Creo que si, que tienes razón. Lo único que necesito es hablar con una amiga ¿Te acuerdas cuando Nowaki y Kamui eran pequeños y les llevábamos al colegio?
- ¡Vaya que si me acuerdo! Que bien nos lo pasábamos, que tiempos aquellos.
- ¿Y nuestros desayunos? Era lo mejor del día.
- La terapia de café, que los llamábamos.
- Y es que hablábamos de todo, vivimos tantas cosas.
- Todas nuestras vidas estaban allí, frente a los cafés. Los echo mucho de menos.
- Si, yo también.
Callaron mientras el camarero les sirvió el primer plato.
- Ahora han crecido y todo se ha complicado - se lamentó Mikoto.
- Si. Cuando eran pequeños nos quejábamos del trabajo que nos daban pero ahora lo cambiaríamos si pudiéramos ¿verdad?
- Es cierto - contestó melancólica.
- ¿Y entonces que te pasa? ¿Tienes problemas con Fugaku?
- Tengo problemas con todos. Con Fugaku, con Fuma y con Kamui... Sonomi no se que hacer, intento mantenerme tranquila pero es que no puedo ya más.
- ¿Pero que te pasa?
- Ya sabes como son los Kaguya, con eso del honor y la familia.
- Si, si lo se, no hace falta que me expliques más.
- Y sabes que hace unos años Fugaku quería casar a Fuma con la hija de una familia ilustre.
- Claro, y que él se negó y pasó lo que pasó.
- Y desde entonces la relación entre Fugaku y Fuma se enfrió bastante, vamos que no ha ido nada bien. Pues ahora - respiró hondo - Ha vuelto a las andadas, salvo que ahora a quien quiere casar es a Kamui.
- No, si tu marido no tiene remedio, no parará hasta emparentaros con una familia noble. Pero yo creía que a Kamui no le iba a meter en esos líos.
- Pues ha cambiado de idea. Supongo que antes le veía muy niño y ahora que ha crecido se lo ha estado pensando mejor. De todas formas ya sabes lo importante que es la familia y el honor para él y siempre ha intentado educar a sus hijos con esas ideas.
- ¿Y estás preocupada por ese tema? ¿Que pasa, que Kamui también se ha rebelado?
- No, que va, al principio parecía que se lo había tomado mal pero luego parece aceptarlo. El problema es que yo se que a mi hijo le pasa algo.
- ¿Algo de qué?
- No lo se, algo, se que le pasa algo... actúa muy raro... no se explicártelo pero es algo que siento dentro de mi y algo que veo en sus ojos cuando me mira.
- Quizás es tristeza.
- O quizás es que está enamorado o... no lo se pero mi hijo está sufriendo mucho Sonomi, sufre y lo hace en silencio.
- Bueno, eso es tu apreciación. No tienes que angustiarte demasiado Mikoto, piensa que tiene 18 años, es normal que sienta mal y confuso y esa confusión le desespere.
- Pero yo soy su madre y siento que estoy empezando a no conocerle. Me gustaría saber que piensa y formar parte de su vida.
- Ay Mikoto, no te angusties más por eso... ¿Has intentado simplemente hablar con él? El problema de tu marido es que no habla con tus hijos, no les expone sus planes, decide directamente lo que cree más conveniente para la familia pero ellos seguramente quieren que se les tenga en cuenta. A lo mejor si tu marido les contase sus proyectos o sus ideas ellos accederían o podrían llegar a un acuerdo que a todos beneficiasen. Lo que les debe molestar es que no les de la oportunidad de elegir que hacer con su vida. Tus hijos han sido educados para que piensen en la familia, en el bien común para todos, pero eso no quita que no quieran ser consultados.
...
Después de la comida y tras despedirse de sus "nuevos" amigos, Momoka y Yuri entraron en su clase, dentro estaban ya Xu-Xu, Nowaki, Sumire y Genki en la puerta, esperando estaba Kenshi y nada más ver entrar a Yuri y la cogió del brazo.
- Ven, tú y yo tenemos que hablar de algo importante - dijo con bastante seriedad.
- ¡Ay! Bruto, me haces daño.
- Es que tenemos que hablar de algo.
- No tengo nada que hablar contigo, ni con nadie.
- Claro - murmuró Kenshi haciendo una extraña mueca con la boca - Yo no soy nadie ¿no?
- A ver Kenshi, somos amigos pero nada mas, nunca hemos sido nada más.
- ¡Yuri! - gruñó Xu-Xu desde su asiento - ¿Cómo dices eso? ¡Estás saliendo con Kenshi!
- No, no, yo nunca le pedí salir y él nunca me lo ha pedido a mí. Es verdad que hemos ido a muchos sitios juntos pero no somos novios, ni nada.
- ¿Pero cómo eres capaz de decirme eso? - gritó Kenshi haciendo que sus palabras volvieran a retumbar por toda la cavidad.
- Ay no te pongas dramático si yo ni te gusto, todo el mundo sabe que estás coladito por Xu-Xu.
- Oye, oye - intervino Xu-Xu - A mi no me metas como excusa para lo que estás haciendo.
- ¿Y que estoy haciendo? Soy una chica joven y guapa y me gustan los chicos y yo les gusto a ellos y no puedo estar atada a un chico que se pasa el día suspirando por otra chica y que está conmigo solo porque no se atreve a decírmelo ¿Qué? ¿Que creías? ¿Que soy tonta?
- Yuri eres muy cruel - habló Nowaki - Kenshi no quería hacerte daño.
- Ya lo se y nos lo hemos pasado muy bien juntos y si yo fuera tan egoísta como estáis pensando lo retendría a mi lado pero se que...
- Nunca te he gustado ¿verdad? - volvió a gritar Kenshi - Solo me has utilizado porque te sentías sola y necesitabas tener un chico a tu lado del que presumir ¿A que si? Y no había otro más tonto que yo, pues te tengo noticias, este tonto tiene sentimientos, ya se que me he comportado como un verdadero imbécil y que he pensado con lo que no tenía que pensar pero tengo sentimientos.
- Kenshi cálmate que te lo has pasado muy bien y no te has quejado.
- Uy que mal rollo - susurró Sumire.
- ¡Eh! - dijo de improviso Genki - Ven Sumire, ven que quiero enseñarte una cosa en el periódico.
- No hace falta que os vayáis - habló Yuri - Si yo no tengo nada que ocultar.
- Nowaki - le dijo Xu-Xu - Mejor nosotros vamos a ver eso de Genki también.
- Ah, no - replicó Yuri - Vosotros os quedáis aquí. Kenshi se está poniendo en plan machito con eso de que soy mala ¿no? Pues yo también tengo mucho que decirle sobre lo hipócrita que es y tú, Xu-Xu, tienes que ver mucho en esto.
- A mi no me metas en tus cosas Yuri.
- Pues si te meto porque todo esto es por tu culpa.
- ¿Ah, que ahora es por mi culpa?
- Claro, si Kenshi no se pasase el día celoso porque estás con Nowaki quizás se hubiese dado cuenta de lo que yo valgo.
- Yuri, por favor - trató de mediar Nowaki - Estás hablando sin sentido. Creo que si nos tranquilizamos podremos hablar como personas.
- ¿Tranquilizarnos? Esa palabra no pega mucho contigo, Nowaki.
- Kenshi y tu os lo habéis pasado bien ¿No? Habéis... hecho muchas cosas, os habéis divertido, los dos habéis sacado algo bueno del otro ¿O no? No creo que para ninguno de los dos haya sido una pesadilla ¿Por qué queréis estropearlo ahora todo con reproches inútiles? Kenshi, vale que Yuri te ha utilizado pero tu bien que te lo has pasado ¿O no? Y tu, Yuri, puede que a Kenshi le guste Xu-Xu pero tu también has disfrutado mucho enseñando a Kenshi por todas partes como si fuera un trofeo, te ha acompañado ¿no? ¿No ha hecho bien su papel de chico guapo a tu lado? ¿Y tú no te has aprovechado de los premios que te daba? Los dos habéis sido egoístas pero... os lo pasabais bien, os divertíais ¿Queréis ahora dejar un mal recuerdo?
...
Yuri pasó el resto de la mañana ignorando por completo a Kenshi y este enfurruñado. Por su parte Nowaki aún no procesaba del todo lo que había pasado y no solo la actitud de Yuri, es que además esta había conseguido arrastrar a Momoka para comer con las "Barbie-girl". Ya le molestaba bastante verla con esas chicas como para que encima Momoka también se uniese a ellas, aunque bueno, él confiaba en Momoka y en que supiese meter un poco de sentido común en Yuri y más o menos se habría conformado hasta que al grupo se unieron Takumi, Deisuke, Kanna y Nagato ¡Momoka y Yuri estaban comiendo con esos chicos!
- Las mujeres son muy difíciles de entender ¡vaya que si! - resopló de pronto.
- ¿A mi me lo vas a decir? - le respondió Kenshi sentado a su lado - Supongo que estarás contento.
- ¿Por qué?
- Me dijiste que no dejara a Yuri y que esperase a que me dejase ella, pues ya lo ves, ya está hecho.
- ¿Y cómo te sientes?
- Pues no me siento muy bien.
- Pero tú querías dejar a Yuri.
- No es que quisiera dejarla, lo que quería era aclarar las cosas con ella.
- ¿Ahora te da pena?
- Claro que me da pena. Me da pena que todo termine así, yo esperaba no se... otra cosa. La verdad es que si que nos lo hemos pasado muy bien, no era la chica de mis sueños pero es muy simpática.
- Y muy guapa y también es inteligente y buena amiga.
- Si tanto te gusta Yuri deberías decírselo de una vez, antes de que otro se te adelante.
...
Por fin terminaron las clases, mira que había sido un día bien largo y denso. En las puertas del instituto Sumire se quejaba de todo lo que tendría que andar para regresar a su casa y Akane de que tenía que pasar por casa de su madre, como siempre.
Akira sabía que Kamui estaba muy cerca así que ahora era el momento de "marcar su territorio" ¿Pero como lo hacía? Realmente solo se le ocurría una forma pero puede que terminase con su masculinidad aplastada de nuevo, mejor habría que buscar una opción menos contundente.
- Bueno calabacita - dijo al fin - Iré a recogerte como todos los días a los laboratorios.
- Ya lo se, siempre lo haces.
- Y daremos nuestro pequeño paseo romántico - le guiñó un ojo - Y volveré a dejarte apoyar tu cabeza en mi hombro.
- No hace falta que des tantos detalles, estos van a pensar mal, seguro.
- Y después... - se acercó a ella y la rodeó por la cintura acercándose a su oído.
No es que le dijese nada insinuante o perverso pero su gesto si lo era, seguro como estaba que Kamui les estaba mirando.
- ¿Te parece buen plan? - sonrió.
- ¡Quita pervertido y no me digas esas cosas!
Akira se acercó a besarla, no había pensado darle un beso aparatoso ni nada, lo suficiente como para que Kamui entendiese que tenía con Akane una relación que él no tenía y para su sorpresa Akane ni le rechazó, ni le apartó de un empujón, ni le insultó, al contrario se lo devolvió.
- Algún día te arrepentirás de esas cosas que me dices, ya lo verás - le sonrió.
- ¿Que ha sido eso? - susurró completamente asombrada Sumire a Jisei.
- Supongo que significa que Akane no es tonta y sabe todo lo que Akira hace por ella - susurró también.
- Uh... está cediendo... está cediendo - decía en voz baja y medio riendo Ryuko.
Kamui sonrió a Akane antes de separarse de ella. No dijo nada, simplemente pasó de largo.
- Desde luego... - suspiró Akira.
Jisei, después de estar observando durante la comida a Karura y el color de su aura decidió que tenía que empezar a hacer algo por esa chica que además parecía pedir a gritos alguien con quien hablar.
- Vamos Karura, nosotras vamos a tomarnos un gran helado de chocolate y a cotillear de chicos, ya verás que divertido.
El instinto de Jisei nunca le había fallado y no iba a empezar a hacerlo ahora. Karura necesitaba hablar con alguien y ella dispuesta a escucharla.
- ¿Todo bien, Karura? - preguntó a su compañera mientras caminaban juntas de vuelta a sus casas.
- Si, todo bien - contestó esta sin mucho interés.
- Perdona que me meta donde no me llaman pero es que noto tu aura muy alterada.
- Que cosas dices.
- No me tomes en broma que te lo digo de verdad.
- Pero vamos a ver ¿Alterada como qué?
- Como alterada.
- ¿Tan mal se me ve?
- No, en apariencia se te ve bien pero no olvides que yo veo tu aura.
- ¿De veras que ves las auras?
- Bueno, he visto que a ti te pasa algo.
- Será que me has visto rara en clase.
- También, también puede que influya - sonrió.
- ¿Tu echabas las cartas, no?
- Si, las cartas y también las runas.
- ¿Y me podías echar las cartas a mi? ¿Yo podría preguntarte algo?
- Pues claro. Ven, vamos a sentarnos en ese banco.
- ¿Pero ahora mismo?
- Si, ahora es un buen momento ¿O tienes prisa?
- No, la verdad es que no tengo prisa.
- Pues entonces vamos.
- ¿Pero llevas las cartas encima?
- Yo siempre las llevo conmigo.
Se sentaron en un banco cercano y Jisei abrió su cartera sacando de ella un estuche morado de tela y deslizó la cremallera que lo cerraba.
- Vamos a ver - sacó un taco de cartas, se veía claramente que estaban hechas a mano.
- A ver ¿Las has hecho tu?
- Si - se las ofreció para que las viera - Así es más personal. Las hice pensando en cada una de ellas y su significado, así están impregnadas de mi energía.
- Que interesante. Oye - le mostró una de ellas - Esta chica se parece a Ryuko.
- Si, es que es Ryuko. He dibujado en ellas a mis amigos, mi familia... según lo que cada uno representa. Mira esta, es Kyojin, significa la amistad leal y desinteresada. Bueno, mira, ahora quiero que barajes pensando en lo que deseas saber.
- ¿Cómo sabes que deseo saber algo?
- Porque lo se. Baraja todo el tiempo que te de la gana, no hay prisa y luego me las pasas.
Karura las barajó durante unos instantes y luego le pasó el mazo a Jisei. Esta fue cogiendo las cartas una a una y colocándolas sobre el banco en tres filas de 7 cartas cada una.
- ¿Ya? - curioseó Karura - ¿No utilizas más?
- No, no me hace falta.
Jisei cogió la primera y la última carta de la primera fila y las miró, luego las que estaban a sus lados y por último la del centro. Después repitió lo mismo con las otras dos filas. Karura la miraba cada vez más intrigada.
- Veo que tu pasado no ha sido muy convencional.
- Deja mi pasado, ese ya lo conozco, vamos a lo que vamos.
- Vale, vale. Veo que ahora mismo estás en una encrucijada, no sabes que camino tomar, tienes que decidirte por algo y no sabes que elegir. Por un lado tienes un camino que se ve más o menos tranquilo y te atrae mucho porque sientes que si vas por ahí vas a estar protegida pero el otro camino está lleno de misterios y no puedes dejar de mirarlo.
- Entonces debería estar claro lo que tengo que escoger.
- No creas. Tienes miedo de elegir el camino tranquilo y arrepentirte porque el querer saber que hay al otro lado del misterioso te atrae demasiado pero tampoco te atreves a tomar ese por si te pierdes. Quieres sentirte protegida pero te da miedo reconocerlo, quieres valerte por ti misma, toda tu vida te has cuidado tu sola y no quieres depender de nadie. Te voy a decir algo más, las cosas nunca son como creemos, quizás el camino seguro no sea tan seguro como piensas y quizás el camino misterioso sea más seguro de lo que crees. En cualquier caso no te pares a pensarlo demasiado o te encontrarás que quizás ambos caminos se te cierren, eso sin contar que solo mirando esos dos caminos estás perdiéndote quizás otras cosas.
- ¿Que quieres decir?
- Que estás demasiado pendiente de ti misma y no piensas con lógica. Estás demasiado cerca de lo que debes elegir, deberías andar hacia atrás unos pasos y mirar desde otra perspectiva.
- Desde otra perspectiva - repitió en voz baja.
- Si, en lugar de pensar solo en los caminos en si deberías pensar en lo que vas a encontrar cuando los atravieses. No importa tanto el camino si no el destino.

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