domingo, 25 de abril de 2010

21. Una dificil decisión

Sumire recibía la visita de Xu-Xu, Momoka, Yuri y Himeko. Entre unas cosas y otras no habían tenido tiempo de hablar, así que, cuando las tres últimas le dijeron que pasarían a verla, Sumire se puso loca de alegría y se esforzó en preparar una buena merienda, el problema es que Sumire no era muy buena en esas cosas y su madre terminó por comprar algunos pasteles.
- Tomad - la madre de Sumire les dejaba una suculenta bandeja en la mesa - Y unos refrescos. Pasarlo bien.
- Muchas gracias señora Sawanaguchi - dijo respetuosamente Himeko.
- Gracias - también habló Momoka.
- Hasta luego. Me alegra volver a veros - se despidió la madre y salió cerrando la puerta.
- Tu madre sigue igual - comentó Yuri.
- ¡Cómo me alegra que hayáis venido! ¡Cómo en los viejos tiempos!
- ¿Y que tal por España? - preguntó Momoka.
- ¿Te ligaste a muchos chicos? - rió Yuri.
- Uy, no, para nada, aunque me lo pasé muy bien pero os eché mucho de menos. Al principio me pasé llorando un montón de tiempo.
- ¡Pero si estábamos todo el día chateando! - exclamó Xu-Xu.
- Si, pero no estaba aquí.
- Nosotras también te echábamos de menos - habló Himeko.
- Si, se notaba que no estabas - decía Momoka.
- ¿Y a vosotras como os fue? Himeko ¿Llegaste a decirle a Nowaki tus sentimientos?
Himeko bajó la vista algo ruborizada.
- Yo... esas cosas no son fáciles para mí.
- ¿Y a que estás esperando? ¿Y vosotras?
- Yo si que le dije mis sentimientos a Kamui - habló Momoka - Fue justo antes de que lo perdiéramos.
- Lo dices como si se hubiese muerto - apostilló Xu-Xu.
- Yo sabía que pasaba algo, le notaba raro y distante.
- Hombre - continuó Xu-Xu - Siempre ha sido distante.
- Pero no de esa manera, yo sabía que lo iba a perder, que se iba a alejar de mí, lloré mucho yo... fui tan tonta.
- ¿Y qué te dijo?
- Me dio las gracias, pero aún así se alejó de mí.
- Bueno, al menos lo intentaste - intervino Yuri.
- En fin, es mejor no acordarse de esas tonterías ¿A que no sabéis? ¡Nos ha invitado al partido del sábado a Yuri y a mí!
- ¿Quién? - preguntó Xu-Xu.
- ¡El propio Kamui! - Exclamó Yuri - ¿No es increíble?
- ¿Estáis seguras? - se extrañó de nuevo Xu-Xu.
- Que si Xu-Xu, que nos lo dijo, a las dos.
- ¿Y vais a ir? - preguntó esta vez Sumire.
- ¿Tú estás tonta? ¿Cómo no vamos a ir?
- ¿Es el partido del que me habló Akane?
- No se - respondió Yuri - ¿Qué partido te dijo?
- Algo de unas semifinales, es que como no hay club de fotografía me ha dicho que me apunte al periódico como fotógrafa.
- ¡Que buena idea! - Repuso Momoka - Debe ser el mismo partido ¿Tu vas a ir Xu-Xu?
- Pues si, pensaba ir. Entonces ¿Serás la fotógrafa?
- Bueno, puedo intentarlo.
- Himeko tú también irás - propuso Yuri - No puedes dejar a Nowaki es la estacada.
Himeko volvió a ruborizarse. Ella admiraba mucho a Nowaki, su determinación y voluntad, tenía una forma de ser que le encantaba. Para ella, Nowaki era como su ejemplo a seguir porque ella era muy insegura, siempre tenía miedo de fallar y no estar a la altura de lo que se esperaba de la heredera de los Girei, una familia importante. Por alguna razón que no comprendía, su padre se sentía avergonzado de ella, siempre decía que no se merecía ser la heredera... sería porque ella era torpe e insignificante... Por eso admiraba a Nowaki, porque él nunca se rendía, siempre intentaba cualquier cosa con empeño y tenacidad... admiraba esa fuerza de creer en sí y en los demás, le gustaba estar a su lado porque sentía como le transmitía su energía y optimismo y por eso todo el mundo había llegado a pensar que estaba enamorada de él, incluso ella misma... empezaron a decir que estaba enamorada y ella, como siempre, no se atrevió a hablar, a decir que no estaba segura de que eso fuera amor, no quería defraudar a nadie y por lo visto todos esperaban que estuviese enamorada, así que ella misma lo aceptó como hecho contundente.
- Anda Xu-Xu - dijo Sumire - Tú que estás más cerca, mira coge ese sobre de ahí.
Son las fotos que hice en los ensayos. Suo dice que son muy buenas.
- A ver... ¡eh! - Exclamó Yuri - ¡Pero que guapo está aquí mi Kamui!
- ¿Cómo que tu Kamui, florecilla? - gritó Momoka.
- ¡Cállate, melocotón! Mira y disfruta.
- ¡Kamui, que guapo estás!
- Aquí estás tú Himeko ¿A que te he sacado guapa?
- Sacar guapa a Himeko no tiene mucho mérito - habló Xu-Xu - ¡No os perdáis a Kohaku!
- ¿Y Kenshi? ¡Mirad que culito más bien puesto! - reía Yuri.
- Estas fotos son increíbles - dijo Himeko - Están todas geniales. Sumire eres una artista.
- Estas fotos son un mira de oro - intervino Yuri - ¿Tú sabes lo que podíamos sacar con ellas? Hizashi tiene muchas admiradoras, una vez, tres locas se pasaron una semana entera acosándole para conseguir hacerle una foto, vamos por una de estas te darían una pasta.
- ¡Eh! - Dijo algo alterada Xu-Xu - Podemos proponérselo a Akira y a Akane... lo del dinero que tenemos que devolver a la directora... ¿No lo veis?
- Se podían hacer... calendarios y venderlos - agregó Momoka.
- En nuestra clase hay mucho chico mono - continuaba Yuri - Estas fotos son improvisadas pero imagínate que consiguiésemos que posasen.
- ¿Vosotras creéis?
- El año pasado - habló Momoka - Akane, en el periódico, puso una encuesta, lo hace de vez en cuando para animar la cosa, bueno, pues el año pasado era ¿A quien elegirías para dormir una noche? Solo dormir,como mucho hablar.
- Bueno no era una encuesta, solo una pregunta - aclaró Xu-Xu. Pero animó la cosa, si... ¡la que lió!
- No se permitían groserías - continuó Momoka - Eso lo advirtió la directora, nada de guarrerías o respuestas obscenas.
- Aún así, te puedes imaginar, las hubo.
- ¿Y que pasó?
- Hubo una - respondió Yuri - Que quería a Hizashi, pero no para dormir una noche, no, lo quería 23 horas al día durante una semana... le dejaba una para descansar.
- Pues aunque la directora se puso muy seria, la verdad es que fue muy divertido - dijo Xu-Xu - Y fíjate, los chicos eran más comedidos que las chicas.
Estuvieron riendo divertidas mientras comentaban los resultados y las respuestas que habían dado, que iban desde lo curioso a lo surrealista.
- Y, aunque no te lo creas - terminaba Xu-Xu - Akira salía en muchas respuestas, lo curioso es que había chicos que pasarían una noche con él, para que les contase sus "secretos".
- Es que coincidió en la época en la que Aki se convirtió en el "ídolo" del insti - aclaró Yuri.
- ¿Cuándo decían que se había liado con tantas chicas? Me lo contó Akane, es increíble ¿no?
- Increíble, increíble es uno de los adjetivos que se dijeron - intervino Yuri - Pero no era increíble de no creérselo, era increíble de "in-cre-i-ble".
- Creo que eso fue cuando Jisei dijo que se volvió mezquino - aclaró Xu-Xu.
- ¿Mezquino? Son diferentes formas de ver las cosas ¿Tu crees que es eso Xu-Xu? - Continuaba Yuri - Bueno, yo te digo que era increíble... lástima que no duró mucho, enseguida se desinfló y volvió a ser el aburrido de siempre.
- Oye ¿Y que pensaste cuando ayer se tiró a besarte? - preguntó sumamente curiosa Sumire.
- ¿Qué voy a pensar? ¡Que estoy buenísima y soy irresistible!
- ¿Ah, si? - ironizó Xu-Xu.
- Los chicos son un poco cortos - hablaba Yuri - les cuesta darse cuenta de las cosas ¡Si me hubiera escuchado!
- O sea ¿Qué para ti no tuvo la menor importancia? - Sumire estaba muy asombrada.
- Pues no, me sorprendió, me mosqueó que fuera tan brusco, es que los chicos, de verdad, todo lo tienen que hacer difícil ¿Qué le costará reconocer que le gusto?
- ¿Tú le gustas? - volvió a ironizar Xu-Xu.
- Está claro ¡Cómo no le voy a gustar!
- No sé, podría gustarle otra.
- ¿Quién? ¿Karura?
- No se, otra.
- El orden natural de las cosas es que yo le guste a Akira y yo le haga de sufrir. Yo no soy una chica fácil de olvidar, a fin de cuentas yo le enseñe a ser tan increíble.
- ¿Tú? - Himeko estaba muy ruborizada - Pe... pero Yuri...
- Mi dulce Himeko, yo le enseñé todo lo que sabe y tú no sabes lo que te perdiste por no dejar que te besara.
- Por favor Yuri - Himeko parecía a punto de desmayarse, no podía estar ya mas colorada.
- Pues Yuya - interrumpió Xu-Xu - Dice que fue ella quien le enseñó.
- ¿Quién escucha a esa ordinaria?
- Espera, espera, retroceder - dijo Sumire - ¿Akira quería besar a Himeko?
- Sumire no te escandalices... era solo un juego.
- ¿Vosotras habéis besado a muchos chicos?
- Sumire ¿Vas a empezar otra vez con eso? - espetó Xu-Xu.
- Jo, Xu-Xu, te lo he dicho, soy un bicho raro.
- Pues entonces Himeko también ¿A que tú guardas tus besos para Nowaki?
- Xu-Xu... no me avergüences...
- ¿Tú no has besado a ningún chico, Sumire? - preguntó Momoka.
- ¿Tú si? ¡Lo ves! ¡Me miran como a un bicho raro!
- Yo tampoco - respondió Xu-Xu - Bueno una vez le di un beso a Hizashi, pero no creo que cuente, teníamos 12 años y fue una tontería.
- ¿Lo ves? Y Momoka no responde, eso es porque la han besado... soy la única sin saber lo que se siente... es... patético.
- ¿Quieres saber lo que se siente? - preguntó maliciosa Yuri.
- Si, tengo mucha curiosidad.
- Entonces, sigue mi consejo y pídeselo a Akira.
- ¡No! - Gritó Xu-Xu - ¡Yuri, por favor! ¡Sumire ni la escuches!
- Desde luego - gruñó Yuri - Mira que eres carca ¡Ni el melocotón es tan antigua como tú!
- Yuri, florcilla, no te pases - comentó Momoka.
- ¡Yuri, no le digas esas cosas! - Continuaba gruñendo Xu-Xu - Sumire, ni lo pienses, Yuri, por favor, dile que es una broma.
- No es una broma, Akira es dulce e intenso. Sumire si quieres que tu primer beso sea algo memorable, díselo a Akira. Y si puedes conseguir algo más te llevará al paraíso, te lo digo yo - concluyó Yuri.
- ¡Yuri! - gritó espantada Xu-Xu.
- ¿Tan bien besa? - Preguntó Sumire - ¿Es que todos los besos no son iguales?
Momoka y Yuri echaron a reír.
- No - aseguró Momoka - No todos son iguales. En eso tengo que darle la razón a Yuri, para tener un bonito recuerdo, el mejor es sin duda Akira.
- ¿A ti también te ha besado Akira? - Sumire no sabía si sorprenderse o alarmarse.
Y mientras Xu-Xu se enzarzaba en una absurda discusión con Yuri y Momoka sobre si lo que estaban diciendo estaba bien o no y Himeko disimulaba mirando para otro sitio como si no le interesara la conversación, Sumire analizaba la importante información que acababa de recibir.

En la puerta de la casa de Yuri, Akira bostezaba estirándose. De nuevo era muy temprano, últimamente eso de madrugar tanto se estaba empezando a convertir en una peligrosa costumbre. La tarde anterior había llamado a Yuri, tenía que hablar con ella y ella, como mujer que era y por lo tanto para Akira, caprichosa, le había dicho que si quería decirle algo fuera a esperarla para ir al instituto. Y allí estaba.
- Buenos días Aki. No esperaba que estuvieras aquí.
- Habíamos quedado ¿no?
- Ya, pero como es tan temprano para ti...
- ¡Ahhhh! No empieces a criticarme.
- ¿De qué querías hablarme? Espero que no sea de amor.
Comenzaron a andar.
- No, tranquila, no me he enamorado de ti.
- Si, eso es lo que siempre dices.
- Yuri quiero hablar sobre... sobre las pastillas que me pediste.
Yuri se paró.
- ¿Me las vas a conseguir? Te dije que te las pagaría.
- Yuri yo...
Eso era difícil para Akira, había estado pensando mucho sobre ese tema. No quería conseguírselas, podía, no era muy complicado, sus padres eran propietarios de una farmacia y un herbolario, él sabía como "véndeselas", no era ese el problema. El problema era que no debía hacerlo, las medicinas no son cualquier cosa, él eso lo tenía muy claro, las medicinas eran algo importante y valioso, algo que solo se debe de utilizar cuando verdaderamente se necesita, no puede tomarse uno cualquier cosa a la ligera, esa norma, que incluía "no vender a cualquiera lo que te pida", era algo que sus padres repetían continuamente; las medicinas solo podían ser administradas por alguien competente y por una razón justificada.
Las pastillas que Yuri le pedía, en principio, no parecían suponer ningún riesgo, sin embargo eran unas pastillas, un producto creado químicamente, una medicina; un medicamento fabricado con el fin de ayudar y proporcionar alivio a esas personas con problemas de retención de líquidos, parecía algo simple e inocuo, unas simples pastillas para vaciar la vejiga, pero seguía siendo un medicamento, un medicamento recetado por los médicos, un medicamento que podía tener efectos secundarios, la gente no solía tener en cuenta de que los efectos secundarios existían y algo que crees que te va a ayudar puede terminar haciéndote daño de otra forma.
Otro tema sería si, algún médico ya hubiese atendido a Yuri y le hubiese recetado esas pastillas, en ese caso, sabría que no eran peligrosas para ella. Pero, no era el caso, ella había oído hablar de esas pastillas y se empeñaba en probarlas, por lo visto estaba garantizado que funcionaba.
A Akira no le parecía nada bien darle esas pastillas pero sabía, porque conocía a Yuri desde hacía muchos años, que si él no se las conseguía, Yuri las buscaría por otro sitio, recurriría a... ¡vete tú a saber qué métodos para conseguirlas y de quien! Tenía conocimiento de que ciertas personas consiguen casi todo lo que se les pide y luego te las venden por un "módico precio", eso sin contar con que existía Internet y por Internet te venden todo lo que necesites. El pensar que mierda podría llegar a conseguir Yuri era para él más preocupante que cualquier otra consideración.
Aún así no veía bien conseguírselas, lo mejor sería convencerla... claro que a Yuri no había forma de convencerla, al contrario, cuanto más insistiera, más se empecinaría la chica. Y luego estaba el problema de que, si no conseguía las condenadas pastillas, lo mismo le daba por algo peor, como no comer, vomitar o... vete tu a saber. La obsesión por estar delgada no era un tema para no tener en cuenta.
Así que Akira había ideado un plan, un plan desesperado que esperaba funcionase, al menos durante un tiempo, a ver si mientras, entre él, Kyojin y Momoka podían convencerla y hacerla entrar en razón. A parte de la farmacia y el herbolario, los Shikamoto tenían unos laboratorios, allí era donde normalmente ellos mismos elaboraban los productos "naturales" que vendían en el herbolario. Yuri no quería nada de "hierbas", no creía en ellas, decía que era imposible que unos hierbajos hiciesen algo bueno en el organismo, así que no quería oír ni hablar de "remedios naturales", pero Akira sabía de muchas plantas con propiedades diuréticas... lo único que se le había ocurrido era conseguir las malditas pastillas que Yuri tanto deseaba y darle el cambiazo por otras cápsulas de, por ejemplo "cola de caballo". Sería algo pesado, más que nada porque tendría que hacer unas etiquetas iguales a las originales y todo eso...
Pero esperaba distraer a Yuri. Necesitaba convencerla de su error y necesitaba tiempo para convencerla.
- ¿Me las vas a dar o no?
- Nadie da nada a cambio de nada.
- ¿Ya te he dicho que te las pagaré?
- No es dinero lo que quiero.
- ¿Y que quieres? ¿Sexo? ¿Quieres me enrolle contigo?
- No quiero que te enrolles conmigo, todavía no estoy tan salido para recurrir a esas cosas.
- No te arrepentirás, te lo prometo, ya verás que me lo agradecerás.
- Yuri por favor, te estas descontrolando... no digas más tonterías, no quiero volver a oír algo así, te estás ofendiendo a ti misma y de paso a mí.
- ¿Es que crees que te estoy ofreciendo acostarme contigo?
- ¡No sé que me estás ofreciendo pero sea lo que sea no suena bien!
- ¿Cómo que no suena bien? ¡No te estoy ofreciendo nada malo! Solo...
- ¿Solo, que? Yuri, me estás poniendo muy nervioso. Te comportas de una forma muy rara. Prométeme que nunca le dirás esto a nadie más.
- ¡Pues claro que no se lo diré a nadie mas! ¿Qué te crees que soy? ¿Qué me estás insinuando Akira?
- No se, tu dirás lo que parece.
- Pues parece que soy una amiga dispuesta a ayudar a un amigo.
- Esa ayuda es la que me mosquea.
- Me refiero a... es inútil, los hombres sois todos iguales, unos salidos, enseguida pensáis que os ofrecen sexo.
- Ahhhh.... Pues si no era eso lo disimulabas muy bien.
- ¡Pues claro que no! Solo quería ayudarte, darte consejos... hablar con la chica que me dijeras y decirle lo estupendo que eres y... ¡No sé que piensas de mí!
Yuri aceleró el paso y se alejó de él con lágrimas en los ojos.
Akira suspiró. Realmente la había entendido mal, vale, quizás era muy mal pensado pero es que sabía como era Yuri y sabía que cuando se encaprichaba con algo no medía la consecuencia de sus actos y también sabía que esa obsesión suya por adelgazar la llevaba a no razonar con lógica... Quizás estaba siendo demasiado alarmista, quizás no estaba tan descontrolada como él pensaba.
No era la primera vez que Yuri tenía problemas de anorexia, cuando tenía 12 años comenzó a tenerlos, dejó de comer gradualmente y hacía muchísimo ejercicio, fue el hecho de levantarse en plena noche y ponerse a hacer limpieza en su cuarto lo que alarmó a sus padres, era su forma de quemar calorías, cuando se acostaba con la sensación de haber ingerido demasiadas no podía dormir, se levantaba y comenzaba a limpiar todo, haciendo movimientos exagerados, agachándose y levantándose una y otra vez, eran sus "ejercicios". Aquella vez fue fácil detectarle los problemas de nutrición pero Akira sabía que si recaía no iba a ser igual, ella era lista y había aprendido de sus errores, ya no la pillarían tan fácilmente.
- Espera Yuri... espera... te las daré.
Yuri se detuvo y le miró llorosa.
- ¿A cambio de qué?
- De que me prometas comer, por favor, prométeme que no dejarás de comer y que no vomitarás.
- Pues claro que no vomitaré, los vómitos estropean los labios, lo aprendí muy bien... yo quiero estar perfecta Akira, perfecta... solo quiero eso... No es que quiera adelgazar, es que no quiero engordar ¿No me puedes entender? Me aterra la idea de engordar, de no controlar mi cuerpo... solo quiero poner controlarlo, tener el peso que yo quiero... solo eso ¿Es tanto pedir querer verme bien? Akira necesito verme bien, necesito... tengo que estar bien... si no me veo bien me... es mi cuerpo Akira, es mi cuerpo y necesito saber que lo controlo... que...
La voz de Yuri se iba desgarrando por momentos, las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas, sus ojos reflejaban una desesperación tremenda, una desesperación nacida de sentirse impotente... Akira sintió una gran pena por ella.
- Yuri - se acercó a ella y la abrazó, la chica apoyó la cabeza en sus hombros y comenzó a llorar desesperadamente - Yuri, tú no estás sola, se que te sientes sola e incomprendida pero... ¡Mierda! - masculló entre dientes.
Hacia él se acercaban Shibi y Akane. ¿Ahora como explicaba esa escena?
- Por mí puedes seguir, bambi - fue el saludo seco y áspero que recibió de Akane, que, sin detenerse, continuó su camino.
- Akane, yo... Hola Shibi.
Yuri se separó de él secándose las lágrimas.
- ¿Ha pasado algo? - preguntó Shibi.
- No... que... me ha entrado tierra y... bueno... nos vemos luego.
Yuri se marchó casi corriendo. Akira miró sin saber que hacer, razonó que Yuri aún le necesitaba.
- Discúlpame... ¡Yuri!... Yuri espera.
Shibi continuó su camino. Cuando llegó al aula Akane estaba allí, hablando con Jisei, pero no había ni rastro de Akira o Yuri.
- ¿Estás enfadada? - le preguntó Jisei cuando éste se acercó a ellas.
- ¿Yo? - Se apresuró a responder Akane - ¿Por qué iba a enfadarme?
- Pues lo parece.
- Tonterías.
- Akane - habló Shibi casi en un susurro - Esa situación me recuerda a otra.
Akane le miró sin mucha simpatía.
- ¿Has hablado con él? - continuó el chico.
- ¿De qué?
- De lo que pasó aquel día. ¿Aún no se lo has explicado?
- No tengo porqué explicarle nada.
- Yo creo que si. ¿Sabes? El te lo ha perdonado todo.
- No tiene nada que perdonarme.
- Eso él no lo sabe. Pero da igual porque para él todo está olvidado, no te guarda ningún rencor.
- No tendría razón para guardarme rencor.
- Te repito que no lo sabe y aún así te ha perdonado.
- Y yo te repito que no tiene nada que perdonarme.
- No lo quieres entender ¿verdad? Mira Akane, yo estoy contigo, siempre estaré contigo, siempre estaré de tu parte pero tengo que decirte que eres muy cabezota y en este asunto no tienes razón.
- ¿Ah, no? ¿Ahora me vas a venir tú con charlas?
- No. Puedes seguir con tu aptitud rencorosa pero tengo que darle la razón a él.
- Si, vale, él es más noble que yo pero ¿Sabes? Me da igual lo noble que sea, él fue el que empezó y me enseñó una gran lección: no confiar en nadie ¿O te has olvidado de lo que lloré por su culpa?
- No, yo estaba allí ¿Lo recuerdas? Fui yo el que quiso aprovecharse de tu debilidad y él que pretendía ocupar su puesto. Se mejor que nadie lo que sentías por él.
Akane bajó la mirada, no le gustaba hablar de ese tema, era demasiado orgullosa para entrar en la discusión.
- Voy al servicio - dijo.
Jisei miró perpleja a Shibi, había estado observando todo en silencio.
- Es muy cabezota - comentó - A veces hecho mucho de menos a Ayesa ¿Y tú?
- Le prometí que cuidaría de Akane pero es tan... cabezota, que se hace daño ella sola.

lunes, 12 de abril de 2010

20. Descubriendo cosas

Durante lo que quedaba de clases Kamui había estado pensando en lo que Shibi le había dicho. La conversación le resultaba muy reveladora. Recordaba que Shibi había dicho "A todos se nos han calentado alguna vez los calzoncillos" y también "¿Crees que nadie ha intentado besarla nunca?" entonces ¿Eso quería decir que el propio Shibi había intentado besarla? Cuando hablaba con tanta seguridad es porque lo sabía. Era difícil imaginarse a Shibi perdiendo el control por algo ¿Y Akira? Parecía raro imaginarse a ese quejica con algo de actividad, pero había oído que se había pegado con Shibi y ayer besó inesperadamente a Yuri, además Shibi no le negó que hubiera salido con Akane... ah, no, eso no podía ser, el recuerdo de las representaciones que hacían en los ensayos, cuando Akira y Akane hacía escenas de enamorados, se iba abriendo paso en su cerebro ¿Qué le molestaba tanto? Intentó pensar en otra cosa pero ¿Por qué besó a Yuri si, según Shibi no era un calentón como había dicho? ¿Le gustaba Yuri? Vale, había que tranquilizarse ¿Qué no tenía otra cosa que pensar? ¿Solo en ese y las chicas?
Al salir de clase, Yuri y Momoka se empeñaron en acompañarle. Hoy no se quejó, sabía que las había preocupado, ellas habían estado pendientes de él toda la mañana. El las consideraba muy pesadas, siempre dando vueltas a su alrededor, gritándose mutuamente y enganchándose a él, sin embargo hoy las veía de distinta manera, eran solo dos chicas que querían ser sus amigas y se esforzaban por gustarle.
- Yuri - le dijo - Tengo una curiosidad ¿Cuándo te besó ayer Akira?
Yuri le miró llena de asombro.
- Pues ayer por la tarde.
- ¿Y cómo fue el asunto? Quiero decir ¿Sabes por qué lo hizo?
- Pues yo que se, quizás porque antes estuve con él, ayudándole en una cosa y le pedí que saliese conmigo, creo que le insinué demasiadas cosas, ya sabes como soy, no lo hice con mala intención pero creo que soy demasiado provocativa y claro, debió pensar cosas raras, a lo mejor le provoqué y cuando nos encontramos, pues, no sé, se acordó y... saltó.
- Pero ¿No saliste con él?
- No, me dijo que no ¿Te lo puedes creer? Claro, luego se arrepintió.
- Estaba conmigo - añadió Momoka - Estábamos viendo tiendas. Paseamos y nos los encontramos, a él, y a los demás, ya sabes, pero solo estaban él y Shibi.
- Las chicas habían ido al servicio, creo, bueno, ya nos íbamos cuando me cogió y zas... me besó, fue alucinante porque no me lo esperaba y me quedé helada y me dejó
sin respiración.
- ¡Qué vergüenza! Fíjate que estábamos en una de las terrazas, cerca de la entrada de la exposición esa que han puesto... con gente entrando y saliendo, si vieras que horror, todo el mundo miraba.
- ¿La puerta de la exposición? - Kamui iba comenzando a comprender.
- Pero cuando Momoka le dio el puñetazo y se cayó fue lo más.
- ¿Le pegaste?
- ¿No has visto que tenía el labio partido? Le metí un buen puño, pobrecillo, luego me dio pena.
- ¿Os enfadasteis mucho?
- Hombre, enfadarme, enfadarme... no, me dio más bien coraje ¿Está tonto o qué?
¿No se había enfadado? No claro, no parecía enfadada cuando lo contaba, tampoco cuando hablaba con él, más bien se burlaba bastante.
- ¿Tú te enfadaste, Momoka?
- Es que le pequé por bobo, esas cosas no se hacen en público, es que me da mucha rabia que los chicos os dejéis llevar tanto por vuestros instintos. Además, le grité,
le pequé y me quedé tan a gusto.
- Más que nada es que no tiene porqué besarme si yo no quiero ¡ya está bien! Que lo pida bien, que se lo gane.
- Casi diría que te gustó - comentó Kamui.
- Y me gustó ¿Cómo no me va a gustar? Eso significa que... ya sabes... que no se me resiste. Además fue un beso de esos largos e intensos.
Momoka y Yuri reían mirándose.
- Ten en cuenta - continuó Momoka - que Akira besa de vicio.
De nuevo rompieron a reír.
¿Qué había dicho Momoka? ¿Había oído bien? No podía ser ¿Momoka sabía que Akira...? ¿Por qué lo sabía? ¿Acaso ella...?
- ¿Tú sabes como besa el Shikamoto? - preguntó tajante.
Momoka le miró a los ojos, realmente parecía furioso, vaya, vaya, a lo mejor eran celos.
- ¿Tu nunca has jugado a "7 minutos en el paraíso"? - dijo a modo de respuesta.
- ¿Qué?
- ¿No sabes lo que es?
- ¿Tú juegas a esas cosas?
Era increíble ¿Cuándo había jugado Momoka a algo así? Evidentemente cuando él estaba con el grupo de Sishio y sus radicales pero ¿Cómo? Estaba claro que no
conocía para nada a nadie.
- Kamui no me seas carca - protestó Yuri - Momoka ¿Te acuerdas del día que Himeko se desmayó?
- ¿Himeko? ¿Himeko también...?
- No. Eso fue jugando a la botella, le tocó besar a Nowaki y cuando estaba a punto, se desplomó.
- Nowaki la cogió antes de que se abriera la cabeza... ¿te acuerdas?
¿Pero que había pasado mientras él no estaba?
- Solo son juegos Kamui - decía Yuri - solo juegos, no pongas esa cara, no es amor, el amor es distinto.
Era increíble, increíble.
- Algún día tenemos que volver a jugar - continuaba Momoka - No importa que sea algo infantil, nos reímos mucho.
¿Algo infantil? Definitivamente no conocía a nadie.
- Hablando de otra cosa - ya no quería oír más - El sábado tengo el partido de las semifinales ¿querréis venir a animarme?
Las caras de ambas chicas se iluminaron.
- ¿Quieres que vayamos a animarte? - preguntaba Momoka con los ojos muy abiertos.
- Me vendría bien. Ya sabéis que soy el capitán del equipo, se espera mucho de mí.
Las chicas chillaban y saltaban de alegría. Había supuesto que les gustaría, quería ser amable, al menos una vez, pero no imaginaba que se alegraran tanto.
- ¡Claro que iremos Kamui, y con un pancarta enorme!
Era la primera vez que Kamui eran tan... que tenía un detalle tan espontáneo... Momoka sentía que podía tocar el cielo.

Akira, apoyado n un árbol miraba el cielo con cara de aburrimiento.
- Espero que no tarden - dijo Kyojin - ¿Teníamos que venir Ryuko y yo?
- No, pero me apetecía fastidiarte a ti también.
- A mí no me fastidias.
- Bueno, será por no quedarme a solas con ella.
- ¿A qué tienes miedo?
- Su puntería a mejorado, un día de éstos me escalabra.
- Ya claro ¿No será a qué te de un calentón?
Akira le miró arqueando una ceja,
- ¿Tú crees que quiero suicidarme?
- No sé, tú dijiste que te daban.
- Si, varios al día y los domingos el doble.
- Ya vienen, deja de decir tonterías que te van a oír.
- Hola ¿Hemos tardado? - preguntó Ryuko al llegar - Hola Kyojin.
- Hola Ryuko ¿Qué tal?
- Bien... pues ya estamos todos ¿no?
- Si.
Kyojin y Ryuko se miraban tontamente medio sonrojados, realmente ambos tenían cara de bobos. Akira volvió a dirigir su vista al cielo.
- ¡Por Dios! - susurró quejosamente.
- Ejem - Akane emitió aquel sonido de forma escandalosa, llamando la atención de sus amigos - ¡Eh, hola!
- ¡Hola Akane! Perdona, no te había visto, Aki, mira, ha venido Akane.
- ¿No me digas? Hola Akane ¿Qué se siente al materializarse de nuevo? - ironizó.
- Me alegra saber que tengo cuerpo otra vez, pensé que lo había perdido.
- ¿Qué dicen estos? - preguntó Ryuko a Kyojin en voz baja.
- Ellos se entenderán.
- Bueno ¿Dónde vamos? - preguntó Akane.
- Aquí estamos bien - respondió Akira - Mira, hay hasta un par de bancos libres.
- Si ¿Para qué vamos a movernos más, eh ciervito? Tú ven conmigo a éste y vosotros id al otro, ya os llamaremos si os necesitamos.
Kyojin y Ryuko, algo perplejos así lo hicieron. Akane se sentó y sacó el libreto y un libro que llevaba en un gran bolso.
- Creí que me iba a dar una subida de azúcar ¡Que pareja más empalagosa!
- A ver si se deciden de una vez - comentó Akira sentándose a su lado - ¿Te has comprado el libro?
- No, lo encontré por casa ¿Tú has visto la obra o la película?
- Vi la obra, pero ya hace tiempo. Dime ¿Qué idea has tenido?
Kyojin y Ryuko les observaban desde su banco.
- ¿Has hablado con Akane? - le preguntó Kyojin lleno de vergüenza, no quería que pensase que era un cotilla.
- No he tenido tiempo ¿Y tú?
- Tampoco, pero le he preguntado por lo de Shibi.
- ¿Y? - Ruyko también sentía vergüenza de preguntarle.
- Fue por Akane, casi seguro.
- ¿Te lo ha dicho?
- No. Akira no me quiso dar nombres. Me dijo que estaba bastante colado por una chica que también le gustaba a Shibi. Ya ves que Karasu acertó de lleno.
- ¿Y nada más?
- Por lo visto no se atrevía a hablar con ella porque sabía que le gustaba a Shibi y pensaba que no tenía posibilidades pero que un día ella le dijo que le gustaba él.
- Eso suena a pronto de Akane.
- Y él entonces le pidió salir y ella dijo que sí pero... el día de la cita ella no podía ir o se enfadó... no sé, no me ha quedado muy claro si es que discutieron o qué, pero el caso es que la él buscó y... la encontró con Shibi y también estaba Jisei... quizás es que Jisei es la chica, también cabe esa posibilidad.
- Puede ser, eso lo veremos luego, sigue, por favor.
- Bueno pues Shibi parecía muy "cariñoso" y dedicarle demasiada atenciones a "quien fuera". Shibi estaba muy enfadado y le dijo a Akira que la olvidara, cogió a la chica y se marchaba con ella; por lo visto a Akira le entró una rabia tremenda y le agarró, quería hablar con ella, Shibi dijo que ella no quería hablar con él y sintió tal impotencia que agarró a Shibi del cuello y le dio un puñetazo, según él es que no soportaba esa forma de comportarse y que no sabe porqué lo hizo, el caso es que Shibi le respondió con su "golpe especial" que le dejo K.O., y si no llega a estar allí Jisei lo mismo le destroza, y ya está, se quedó sin chica y sin estómago.
- ¿Akira le dio un puñetazo a Shibi así, presa de la ira?
- Creo que los cuernos dan muy mala leche.
- ¿Y tú crees que era Akane?
- ¿Quién si no? Todo encaja, lo de que iban a salir, que anuló la cita, Shibi... a él no se le ha visto con ninguna otra chica.
- Pero a los mejor es alguna que no conocemos, mira que Shibi es muy raro y siempre parece que tiene secretos.
- Pues podría ser, pero por lo que te dijo ayer Jisei apuesto a que es Akane, aunque pude que sea la propia Jisei ¿no? Siempre se ha llevado muy bien con las dos.
- ¡Es que no me lo imagino! ¿Sabes lo que te digo? Que tienes razón y tiene que ser todo un malentendido, seguro.
- Seguro que sí, estos no han hablado de lo que pasó y así les va.
Volvieron a mirarles, Akira se había sentado a horcajadas en el banco y acercado a Akane, ya que ambos leían el mismo libro que la chica tenía abierto frente a ella; uno de los brazos del muchacho desaparecía por detrás de la espalda de Akane.
- ¡Ya está! - Exclamó Ryuko - Ya están otra vez pegados ¿No te has dado cuenta? Yo llevo observándoles algún tiempo y he descubierto que, para lo mal que se llevan, en cuanto les quitas la vista de encima están pegados como imanes... es que no lo entiendo.
- Dicen que los polos opuestos se atraen.
- De todas formas es que los chicos tenéis mucha tendencia a pegaros, sobretodo a algunas chicas, a mí no se me pega nadie.
- Será porque tú no quieras.
- ¡Ni que Akane llevase un letrero diciendo "pégate a mi"! Acuérdate de ayer, en el tren, con Kamui.
- ¿Y antes en la comida?
- ¡Ah, si! Eso ha sido... impactante... a falta de otra palabra.
- Mira, entre esos dos tiene que quedar algo, te lo digo yo, o por lo menos la curiosidad, el querer explicar lo que pasó al otro ¿no? Yo estoy empeñado en que no lo han aclarado, sea lo que sea, no lo han aclarado, además, te voy a decir una cosa: eso les está haciendo daño, porque no consiguen cerrar esa historia, es un maldito lastre que no les deja avanzar.
- ¡Ya está! ¡Tengo una idea!
- ¿Para que hablen?
- No, para que nosotros sepamos si queda algo entre ellos o no.
- Preguntarles no vale, al menos no a Akira.
- No, según Jisei debió ser algo doloroso, si se lo recordamos lo mismo abrimos viejas heridas.
- Pero, a lo mejor, así les daba por hablar.
- ¿Tu crees? Akane cuando se enfada es muy cabezota, si le recuerdas un enfado lo mismo se enfada más.
- Pues ¿Cuál es tu idea?
La idea de Ryuko era cambiar los papeles, que Kyojin hablase con Akane y ella con Akira. Quizás si Kyojin le dijese algo de Akira a Akane... quizás a él, al ser amigo de Akira, comprendiese que estuviera preocupado y le contaba algo y quizás, si Ryuko le comentase algo de Akane a Akira... quizás con ella fuese algo más explicito. Bueno, esa era la idea, algo confusa pero era una idea.
Ahora, lo que necesitaban era separarlos. Para eso Ryuko tenía otra idea. Le dijo a Kyojin que le siguiese la corriente, se levantaron del banco y se acercaron a ellos.
- Akane - dijo con voz muy bajita y lastimera - Es que...
- ¿Qué te pasa?
- Es que no me encuentro bien... me siento mal... por favor, no te enfades conmigo - se sentó a su lado con gesto abatido.
- ¿Qué ha pasado?
- Es que Kyojin tenía panchitos y...
- ¿Has comido panchitos? - Gritó alarmada Akane - ¡No me lo puedo creer! ¡Has comido panchitos! ¿En qué estabas pensando?
- Pero solo han sido un par.
- ¿Tenías panchitos? - preguntó Akira.
- Ah... si... si.
- ¿Y ahora qué? ¡Tenemos que ir al hospital!
- ¡No, no! Akane, al hospital no, por favor, al hospital no.
- Perdonad pero me he perdido - dijo Akira - Creo recordar que eras alérgica ¿no?
- ¡Y una inconsciente! - Seguía gritando Akane - ¿Cómo te sientes?
- Me pica el paladar... de momento... Akane lo siento, pensé que un par no me harían daño ¿Me acompañas a una farmacia?
- ¿A una farmacia? - Intervino Akira - No, eso es peligroso, hay que ir al hospital.
- Pero solo eran dos, Akane, si tomo las pastillas me pondré bien, por favor, ya nos ha pasado otras veces, por favor.
Akane se levantó a regañadientes.
- Esta bien, voy, pero tú quédate aquí.
- Te acompaño, mi padre me las dará sin problemas - se levantó también Akira.
Ryuko hizo un leve gesto a Kyojin que, por suerte, entendió enseguida.
- ¡No, no! Tu farmacia queda muy lejos. Yo la acompañaré, es culpa mía, tengo que ir yo, los panchitos eran míos, yo se los ofrecí e insistí, ella no quería ser maleducada. Tú cuídala Aki, por favor. Vamos Akane.
- Si voy yo - habló Akira - Es más fácil. Quizás os pregunten para qué las queréis y...
- ¡No, voy yo! Me siento responsable.
- Vuelvo enseguida - dijo Akane - ¿Son las de siempre, no? Tranquila que recuerdo el nombre, pero si te pones peor que te lleve al hospital. Confío en ti ¿De acuerdo?
- Tranquila, yo la vigilo.
Mascullando entre dientes que era una inconsciente, Akane se alejó junto con Kyojin hacía la farmacia más cercana.

Akira miraba a Ryuko con curiosidad.
- ¿Te encuentras peor?
- No... no... ¡que vergüenza! Pensarás que soy algo torpe ¿no?
- No - sonrió de medio lado - Más bien trato de imaginarme que os traéis entre manos.
Ryuko le miró entre confusa y avergonzada.
- ¿Crees que Kyojin no sabe que eres alérgica a los frutos secos? El nunca te ofrecería panchitos... lo recuerda todo de ti.
La vergüenza podía con Ryuko, no sabía que hacer, si llorar o echar a correr. Akira sonrió, esa chica era muy encantadora.
- ¡Pues vaya!
"Habrá que echarle una mano" pensó Akira "sea lo que sea, si sigue así le va a dar algo".
- ¿Qué ocurre? ¿Kyojin quería hablar con Akane? - era lo primero y menos avergonzarte para ella que se le ocurrió.
- Si, bueno, es que yo... él... bueno...
- Déjalo, puedo suponer de qué se trata.
- ¿Ah, si?
La verdad es que no tenía ni idea pero vamos, conociendo a Kyojin, o quería preguntarle a Akane algo sobre Ryuko o era relacionado con su persona.
- Son cosas de Kyojin ¿verdad?
- Si, bueno, es una tontería la verdad.
"Ya... sobre mi".

Akane y Kyojin caminaban en silencio.
- ¿Crees que estará bien Ryuko? - dijo Kyojin para romper el hielo.
- Si, no te preocupes, sobretodo teniendo en cuenta que no ha comido ningún panchito.
Kyojin se paró el seco.
- ¿Cómo lo has sabido?
- Porque la conozco como si la hubiera parido. Ella siempre lleva sus pastillas encima "por si acaso" Ya una vez tuvimos que llevarla al hospital y la pincharon... le aterran los pinchazos.
- Vaya. Ha sido culpa mía, por favor no te enfades con ella.
- No me enfado, supongo que tendréis vuestras razones. Solo espero que me las digas.
- Es que yo... quería preguntarte algo.
Se produjo un incómodo silencio entre ellos, Kyojin no sabía como plantear el tema, ni tampoco que decir exactamente. Así anduvieron unos cuantos metros.
Akane miró a Kyojin interrogativa.
- ¿Me lo vas a decir ya o qué?
- ¿El qué?
- Lo que quieras preguntarme, por dios Kyojin, céntrate en lo que estamos.
- No se te olvida, no.
- No, después del paseo que me estás dando.
- Ya, es que no quiero molestarte.
- Haberlo pensado antes ¿O quizás lo que querías era dejar a Ryuko con Akira a solas?
- No pienses cosas raras. Es que antes le he preguntado a Akira por...
- ¿El puñetazo de Shibi? ¿He acertado?
- Pues sí, es que yo no lo sabía.
- ¿Nunca te dijo que entre él y Shibi había habido más que palabras? Bueno, la verdad, palabras fue lo que menos tuvieron.
- No, nunca ¿Y sabes? Yo creía conocer a mi amigo.
- Y le conoces. Supongo que se sintió tan... humillado que prefirió callárselo hasta que fuera solo un recuerdo.
- Es lógico.
- No creo que lo hiciera por no tener confianza contigo, tampoco que quisiera ocultarlo, no lo habría mencionado si fuese así.
- Si, supongo que a veces algunas cosas hay que dejarlas... cicatrizar.
- ¡Qué trágicos nos estamos poniendo! Solo fue un cambio de ideas algo brusco.
- ¿Tú lo sabías?
- Pues si.
- Me dijo que fue por una chica.
- Bueno, yo diría que hubo más elementos implicados.
- Y mi pregunta es: ¿Eres tú esa chica?
- ¿No te lo ha dicho él? - Akane desvió la mirada.
- No ¿Fue por ti?
- ¿Qué te hace suponer eso?
- Porque Shibi es muy amigo tuyo.
- Ya, pero Shibi tiene más amigas.
- Si, también había pensado en Jisei, como dijo que lo vio...
- Pues tienes razón - Akane dio un largo suspiro - Yo soy esa chica.
Kyojin no sabía que responder, no se esperaba una contestación tan directa.
- En realidad, te diría, que esa chica, llamada Akane, desapareció aquel día.
- ¿Cómo puede ser? ¿Entonces es verdad?
- Al menos Akira ha tenido el valor de reconocerlo, supongo que ya pasó todo. Pero no te equivoques, no pegó a Shibi porque yo le gustara y los celos le cegasen, no, no fue así. Los chicos tenéis la manía de resolver las cosas a puño limpio, eso fue todo, por cierto ¿Se ha hecho la victima o te ha contado que él le rompió la nariz a Shibi?
- Pero...
- Mira, si quieres pensar que fue por celos puedes hacerlo pero ¿sabes? él, menos que nadie, tenía derecho a sentir celos porque ya había renunciado a esa chica y si en algún momento sintió algo por ella ya lo había olvidado.
- No me dijo eso él.
- ¿Y que te dijo? ¿Algo bonito?
- No fue lo que me dijo con palabras, si no con sus silencios. Akane, yo creo que aún siente algo...
- Kyojin eres un buen chico - le cortó bruscamente - Eres demasiado inocente y no quiero enfadarme contigo, por eso, escúchame bien lo que te voy a decir: Yo nunca le he gustado a Akira, no le gusto y nunca le gustaré.
Kyojin se quedó helado, después de aquella sentencia no se atrevió a volver con el tema.

A Ryuko se le había ocurrido la idea, pero ahora ¿Qué le decía a Akira? ¿Cómo empezaba? Quizás una pregunta personal sobre ella ayudaría a crear un ambiente de confianza.
- ¿Aki, te puedo preguntar algo?
- Claro, dime.
- Esto es que ¿Tú crees que yo le podría gustar a Kyojin?
Akira, que se había recostado en el banco se incorporó.
- Tú ya le gustas a Kyojin ¿Es que no te lo ha dicho?
- Bueno él me dijo que... pero pensé que se refería a...
- ¿Te gusta mucho?
- ¿Cómo?
- Me refiero a Kyojin ¿Te gusta, verdad?
¡Vaya por dios! Se suponía que tenían que hablar de lo que él sentía por Akane ¿Cómo conseguía que todo le saliese al revés?
- Hazme caso Ryu, ármate de valor y díselo, te llevarás una sorpresa.
- Esas cosas son fáciles para Akane, no para mi - A ver si así podía meter el tema de Akane.
- ¿Me equivoco o te falta un poco de confianza?
- Me falta mucha confianza.
- No entiendo por qué, tú eres una gran persona, eres amable, generosa, tolerante, leal además bastante inteligente.
- Ya, pero te olvidas de que me falta algo muy importante "la belleza exterior"
- Yo no he dicho que seas fea.
- Tampoco has dicho que sea guapa.
- Bueno, yo me refería a tu carácter, pero tu físico también está bien ¿No me digas que estás acomplejada?
- Hombre Aki, no tengo el físico estándar de belleza.
- ¿Quién lo ha dicho?
- Di mejor quién no lo ha dicho.
- ¿Tú sabes lo guapa que eres?
- Por favor... que hace mucho que somos amigos.
- Tu cara es preciosa, tienes unos ojos grandes y cálidos y tu piel parece tan fina...
- Ya, pues yo creí que los chicos se fijaban en otras cosas.
- ¡Ah, si! En el culo y las tetas ¿no? En eso tienes razón, es lo primero en lo que nos fijamos pero luego no todos se quedan ahí. A Kyojin le encantas físicamente y no creas, no es el único.
- Ja, si, soy igual de popular que Yuri.
- ¿Te vas a comparar tú con Yuri? Yuri será todo lo sexy que quieras pero desde luego, si yo fuera una chica no me gustaría que me conociesen solo por... ya me
entiendes.
- Oye ¿Los chicos habláis de nosotras?
- Los chicos solemos hablar de tías y poco más.
- ¿Y qué habláis?
- De lo buenas que estáis y del repaso que os daríamos.
- ¿Tú has oído hablar de las chicas de nuestra clase?
- Oh, si, he oído verdaderas barbaridades.
- ¿De Yuri?
- Puff, ni te imaginas, y de Himeko ni te cuento, está clasificada chica "E" de "Especial".
- ¿Están clasificadas?
- Los chicos se aburren mucho a estas edades.
- ¿Y has oído hablar de Akane?
- ¿Akane? ¿Quieres oír una poesía tonta? Porque sobre Akane hay una poesía - sacó un paquete de cigarros.
- ¿Una poesía?
- O una ordinariez, depende de cómo lo veas.
- ¿Qué dicen de Akane?
- ¿De veras quieres oírlo? Tienes que tener en cuenta que al que se le ocurrió le costó mucho tiempo conseguir una rima tan... profunda.
- A ver, suéltalo.
- "Akane, tu nombre tiene 5 letras y a mi me gustan tus...
- ¡Calla! No sigas, mejor, no sigas ¿Te estás burlando de mí, no?
- No te preocupes que ella lo sabe y no se preocupó mucho.
- ¿Y tú? ¿Te da igual que digan eso de una amiga tuya?
- Mientras no la insulten no me voy a pegar con medio instituto, lo mismo pasa con Jisei, Karura, Xu-Xu... pero no me hizo gracia oírlo de boca de aquel baboso - encendió el cigarrillo.
Ryuko pensó que aquel era el momento.
- ¿Te cae mal Akane?
La pregunta sorprendió al chico.
- ¿Por qué dices eso?
- No sé, lo parece, porque te has reído de esa falta de respeto, porque siempre te metes con ella y con su aspecto o con lo que hace, no sé, es una sensación.
- ¿Crees que me cae mal? - Sonrió amargamente - Tiene gracia.
- ¿Te he ofendido con la pregunta?
- No Ryuko, no me has ofendido. A pesar de lo que parece, yo considero a Akane una de mis mejores amigas... aunque ella me odie.
- ¿Y por qué iba a odiarte?
Akira la miró y volvió a sonreír de aquella manera triste y amarga.
Durante unos minutos que a Ryuko se le hicieron eternos, nadie habló. Akira miraba el cielo y fumaba con verdadera parsimonia. Ryuko le observaba, era difícil imaginarse a un chico tan tranquilo dejándose llevar por un arranque de ira. Ahora comprendía eso que había dicho que no era agradable ver a la persona que te gusta con otra ¿Pero Akane? ¿Cuándo se había fijado en ella? ¿Le gustaba tanto como para pegar a un amigo?
Kyojin podía imaginarse que a Akira le gustase Akane, que Shibi lo supiese y aún así le se adelantase y que Akira se rebotase con él y le diese un puñetazo en un arranque de celos, pero según Akane no fue eso y lo que no podía imaginarse era que cosa tan tremenda hizo Akira para que Akane le guardase tanto rencor.