viernes, 25 de diciembre de 2009

01. Una sanción pendiente

"Otra vez he vuelto a soñar contigo"
"¡No sabes como me odio cada vez que me despierto soñando contigo!"
"¡No sabes como te odio cada vez que sueño contigo!"
"Y dentro de un rato volveré a verte y volverá mi tortura"
"¡Tenerte tan cerca y a la vez tan lejos!"
"¿Cuándo entenderé que no eres para mí?"
"¿Cuándo acabará esta envida a todo lo que te rodea?"
"¿Cuándo dejará de dolerme el corazón si te veo sonreír?"
"Si tan solo me mirases y vieses el llanto de mi cuerpo..."
"Perdóname, pero no puedo dejar de pensar en ti. Perdóname por ser tan cobarde y no enfrentarme a mis sentimientos. Perdóname por odiar que seas feliz..."

Sonó el despertador. Dejó de escribir. Ya era hora de levantarse. Cerró aquel cuaderno y lo guardó. De nuevo tenía por delante otro día, otro maldito lunes.

¿En qué momento comienza una historia? Siempre hay una circunstancia que creemos importante, algo que cambió nuestra vida, pero ¿y cuando son muchas historias las que quieres contar? Para los chicos de la clase 3-2 de secundaria superior, su historia había comenzado de manera distinta, pero lo que no había duda es que ese año sus historias se entremezclarían y todo empezó aquel lunes de mayo, aquel lunes de aquella primavera que cada uno estaba viviendo a su manera, unos alegres, otros llenos de amargura, unos con esperanzas, otros con el corazón roto; y ese día fue el comienzo directa o indirectamente de algo en sus vidas, fue el primer eslabón de una cadena.

A primera hora de la mañana, antes de comenzar las clases, mientras iban llegando los alumnos y esperaban al profesor de turno, siempre había bastante revuelo, sobretodo si era lunes y tenían que contarse lo que habían hecho durante el fin de semana.
Hizashi, el delegado de la clase 3-2, miraba a todos con bastante paciencia. Le molestaba que armaran tanto jaleo, eran, a su entender, la clase más escandalosa de todo el pabellón, pero ya estaba resignado, no había forma de tranquilizarlos.
Nowaki, sentado encima de una mesa, hablaba haciendo aspavientos con los brazos, alguna tontería diría porque Momoka le acababa de meter un gran capón, eso parecía haber dolido.
Dejando a parte el capón que había propinado a Nowaki, Momoka discutía con Yuri, era algo habitual en ella, eran muy competitivas la una con la otra, sobretodo cuando el objeto de la competición era llamar la atención de Kamui. Este permanecía callado, sentado frente a su mesa, con los codos apoyados en ella y las manos cruzadas delante de su boca, postura habitual en él, no hablaba, ni parecía reaccionar ante nada, solo mantenía la mirada en algún punto de la clase.
No muy lejos de ellos, Suo, sentado en su sitio, mataba el tiempo dibujando en silencio mientras miraba de hito en hito hacía un animado grupo compuesto por Kenshi, Xu-Xu, Karasu y Sumire, que hablaba gesticulando sin parar, al grupo se unió Jisei, la extraña chica que aseguraba ver "las auras" y tener sueños premonitorios.
Genki entró atropelladamente y saludó muy alegre a Hizashi.
Himeko miraba disimuladamente a Nowaki, pensando si acercarse a decirle algo o no, mientras movía nerviosamente sus dedos, ajena a que, a su vez, estaba siendo observada por los ojos de Kohaku, sentado en las filas del final, serio y callado como era normal en él.
En las primeras filas, Akira, parecía dormitar apoyando la cabeza en su mesa, a su lado Kyojin hablaba con Ryuko, para él la chica más especial del mundo y con otra compañera, Karura.
Sentada detrás del asiento de Kyojin, observando a todo el mundo por debajo de sus gafas, unos ojos turquesas, los pertenecientes a Akane, la chica de pelo naranja que había decidido convertir en pasatiempo analizar las distintas reacciones de sus compañeros y aquel momento era perfecto porque el ambiente era totalmente espontáneo.
De pronto, una voz a su espalda la sobresaltó.
- ¿Qué haces tan sola?
Akane se giró y se sorprendió al ver, de pronto, a Shibi inclinándose muy cerca de ella.
- Te asustas fácilmente.
- ¿Estás tonto? ¡Casi me da un infarto!
- ¿Qué mirabas tanto? ¿A Kamui?
- No, solo miraba la escenita que había montada.
- Es la de siempre.
Shibi usa gafas, unas gafas de esas cuyos cristales se oscurecen según la intensidad de la luz, en el exterior eras oscuras, en los interiores se esclarecían pero siempre conservaban algo de color y Akane casi nunca le podía ver bien los ojos, cosa que le provocaba una curiosidad casi malsana. Con Shibi se llevaba bien, casi era con el que mejor se llevaba de toda la clase...pero ahí estaba, como siempre, hablando casi en un susurro y acercándose mucho, demasiado para el gusto de Akane.
- Tengo algo nuevo en mi colección
- ¿Otro bicho?
Claro, entre sus muchas rarezas Shibi era un gran coleccionista de insectos, era algo que le apasionaba.
- Si ¿Vendrás a verlo?
Shibi se acercó aún mas, era esa manía de invadir su espacio vital lo que más incomodaba a Akane "menos mal que no le huele el aliento", pensó, y en ese momento una mano que se le antojó enorme se interpuso entre los dos, empujando la cara de Shibi hacia atrás
- ¡Eh, eh! Hay que respetar las distancias mínimas - dijo una voz perezosamente.
Akane sintió que toda la sangre se le acumulaba en las sienes, no le hizo falta ni mirar al dueño de esa voz.
- ¿Tú no estabas durmiendo ciervo del demonio? - gritó levantándose y encarándose al chico que tranquilamente bostezaba.
- ¡Ah! ¿Por qué gritas tanto? ¡Que escandalosas sois las mujeres! - dijo el chico mientras se auto masajeaba los hombros.
- ¡Y tú eres insoportable! - volvió a gritar Akane
- No te enfades, no te enfades - dijo Genki acercándose - ¡él solo quería salvarte cual noble guerrero de las pinzas del escarabajo mutante!
- ¡Deja de decir tonterías! - exclamó Xu-Xu a la vez que le daba una sonora colleja - Por cierto ¿Dónde está Shibi?
No estaba lejos, pero Nowaki se había subido prácticamente a su espalda
- Nowaki - decía Shibi, como siempre en voz baja, mientras soportaba el peso con dificultad - haz el favor...baja de mi chepa.
- Vamos Shibi, si es que eres mi amiguete del alma.
- Nowaki, no voy a pegarme con Akira, si es eso lo que temes puedes bajar sin miedo.
- Anda Shibi, no te enfades.
- No me enfado pero baja ya, so plasta.
- Pues yo te hubiera partido la boca - aseguró Kenshi dando una palmada a Akira - Mira que haces cosas raras.
- ¡Eh, eh! - gritó Genki desde la puerta - ¡Ya viene! ¡Todos a sus puestos!
Los grupos de deshicieron y cada uno se sentó en sus sillas. Akane miró retadora a Akira sentado por delante de Jisei que ocupó su sitio a la derecha de Akane, cerca de la puerta; éste a su vez se rascó la cabeza y la miró torciendo la boca en una media sonrisa, ¡Uy! ¡Cuanto odiaba Akane ese gesto! Mecánicamente agarró el borrador y se lo lanzó con toda su rabia, no era la primera vez de hacía algo así, Akira siempre lo esquivaba, levantó la mano y desvió el borrador hacia la puerta del aula. En ese momento entraba la profesora, con lo cual, el borrador fue a estrellarse contra uno de sus hombros. Un gran silencio de hizo en esos momentos, parecía que todos esperaban el estallido. Nanao, la profesora lanzó una mirada hiriente a Akira, éste, sintió esa mirada clavándose en el fondo de sus pupilas, se sentó algo mas recto en su asiento y chasqueó la lengua tratando de disimular.
- Shikamoto - habló - ¿Se puede saber qué pretendes?
"Malo", pensó el chico, "cuando Nanao llama a alguien por su apellido nada bueno nos espera"
Nanao terminó de entrar en el aula y dejó las carpetas que llevaba ruidosamente sobre su mesa. La verdad es que no estaba enfadada pero le encantaba desconcertar a esos chicos.
- Esto, profe - dijo el chico mientras se ponía en pié perezosamente - ha sido un accidente, yo...
En medio del silencio un susurro llegó a oídos de Akane.
- ¿No deberías hacer algo? - había dicho Ryuko
Akane dio un profundo suspiro y se puso en pié.
- Sensei, la goma la he lanzado yo.
- ¿Tú? ¿Y con que propósito te dedicas a lanzar objetos?
- Pues...yo...quería...no sé, lo siento, ha sido un arrebato, se me cruzaron los cables...lo siento Shikamoto.
Akira también suspiró, por supuesto no iba a dejar que una chica cargase con toda la responsabilidad.
- Yo la provoqué, la culpa es mía, supongo que me merecía el gomazo.
- Bueno - Nanao miró a ambos y sonrió - ¡Tampoco es para tanto! Anda, sentaos, pero deberíais controlaros un poco, llevamos poco más de mes de curso y ya estáis como siempre...Bueno, chicos, hoy tenemos una sorpresa.
Un murmullo se dejó oír por la clase.
- A ver - continuó hablando Nanao - ¿Alguien, a parte de Momoka, ha tenido la idea de preparar el tema de hoy? - los alumnos, que hasta ese momento seguían murmurando, quedaron en silencio - Bien, así me gusta, en nuestra línea... de todas formas hoy no vamos a tener clase, va a ser algo más...
- ¡Nanao-Sensei! - interrumpió gritando Nowaki - ¿No nos harás un examen sorpresa, verdad?
- ¡Nowaki, no grites! Aquí la única que grita soy yo ¡Kenshi, haz el favor de sentarte como las personas!
De nuevo se hizo el silencio.
- Sois, sin duda, la pero clase que tengo, que he tenido y que tendré nunca, pero he apostado por vosotros.
- ¿Nos has apostado, profe? - gritó Genki levantándose.
La mayor parte de los alumnos no pudieron evitar una risita, Nanao tampoco.
- ¡Genki siéntate y escucha cuando hablan! No, no os he apostado a vosotros, he aportado POR vosotros. Como deberíais recordar tenéis una sanción pendiente.
- ¡Y yo que pensé que se habían olvidado! - refunfuñó Nowaki.
- No Nowaki, no nos hemos olvidado, pero ha costado mucho decidir que sanción merecíais y puesto que todos estáis implicados de alguna manera, más los de 3-1, no ha sido nada fácil encontrar una solución.
- Nanao - Kamui se levantó de su asiento - Disculpa, pero creo que el principal culpable de aquellos incidentes fui yo, debería ser el único que cumpliese un castigo.
- A ver Kamui, todo esto está ya más que hablado; puede que todo se iniciara contigo y con tu empecinamiento y también con la terquedad de Nowaki ¿Me estás escuchando Nowaki? Porque sin duda yo diría que tan culpable como tú lo fue aquí tu amigo el rubito.
- Pero profe... - se quejaba Nowaki.
- Nowaki es un cabezón - reiteró Nanao - con buena fe, pero cabezón... y luego los demás, absolutamente todos y cada uno de vosotros tenéis parte de responsabilidad en los incidentes del curso pasado, incidentes que perjudicaron al instituto, por no hablar de a vosotros mismos, a vuestras familias y a los profesores, y creerme, a mí personalmente me molestó bastante. Todos os implicasteis ¿verdad, Momoka? ¿A que sí, Akira? ¿Quién pecó de imprudente, Genki? Sin mencionar vuestras grandes ideas y como liasteis a algún profesor... pero esto ya está dicho, comentado, hablado y debatido ¿es que no ha quedado clara vuestra responsabilidad? ¿Queréis que volvamos a discutir sobre las consecuencias de vuestros actos? ¿Creéis que podéis hacer cualquier cosa en nombre de lo que consideráis "lo mejor" y salir inmunes? A ver, creo que tuvisteis un "juicio" más que justo y que admitisteis que merecíais una sanción. No seas ingenuo Nowaki y no pienses que lo íbamos a echar en saco roto.
En esos momentos el silencio en el aula era algo que podía cortarse con un cuchillo.
- Vale, basta de charlas, ahora vais a escuchar vuestra condena... ¡No os podéis imaginar la ilusión que me hace veros así, tan calladitos y quistecitos! A lo que iba, el claustro de profesores nos hemos reunido y hemos decidido que los más adecuado era obligaron a hacer una actividad en común, una actividad que, de paso, tuviese algún beneficio para el instituto, vamos, una especio de "trabajo social para la comunidad"
- ¿Algo como encargarnos la limpieza del instituto? - preguntó algo asustada Momoka.
- Je, je, no creas que eso también se propuso, pero no. Vosotros y los de 3-1 vais a organizar una especie de festival, unas... no sé cual sería la palabra...
- ¿Pero juntos? - preguntó aterrado Nowaki, esa era la pregunta de todos tenían en mente.
- No, juntos no, si os pusiésemos a cooperar daríais más problemas, no, bastante tenemos ya. Se trata de unas representaciones que se harán a finales de curso, en honor de los graduados.
- Pero si llevamos poco más de un mes de curso ¡Aún queda mucho! - se oyó decir a Kenshi.
- Si, pero vosotros tenéis mucho trabajo por delante. Esa actividad no va a ser solo una actividad extra, no. Vais a tener que dar lo mejor de vosotros mismos, si no lo hacéis así, si no os esforzáis, si el resultado, ya sea personal o en conjunto de la clase no es satisfactorio, puede que lleguéis a suspender varias asignaturas y lo digo muy en serio.
- ¿Quieres decir que el aprobado depende de una actividad como una canción o algo así? - preguntó Akane.
- Eso mismo. No, no cuchicheéis tanto. A ver si sois capaces de comprender lo que digo: debéis tomaros esto muy en serio, tenéis que participar TODOS y lo más importante TRABAJAR EN EQUIPO. Los demás profesores y yo vamos a ver si estáis tan unidos como nos habéis hecho creer, queremos ver si sois capaces de trabajar juntos por un mismo objetivo, cooperar, ayudaros, organizaros, dejar vuestras diferencias a un lado, tratar de conseguir un bien común porque el trabajo y la dedicación de cada uno repercutirá en los demás ¿se me entiende?
- Creo que quedó muy claro que somos capaces de trabajar en equipo - habló Yuri - por eso tenemos que cumplir este castigo.
- Si, si, sois muy buenos amigos pero... nosotros lo tenemos que ver, ahora no se trata de salvar a un amigo de las manos de una mala persona, ahora se trata de hacer algo no os apetece porque solo es un castigo y sin embargo deberéis hacerlo lo mejor posible, con ganas o sin ellas.
- ¿Y que tendremos que hacer? - preguntó Momoka.
- Habrá dos representaciones, una vuestra y otra de 3-1. Serán un recital de música y una representación teatral. Lo hemos echado a suertes y os ha tocado la obra de teatro. Cada una tiene sus ventajas y sus inconvenientes; ventajas que tenéis: no tendréis que aprender a cantar, ni tocar instrumentos... inconvenientes: tendréis que aprender a actuar, hacer decorados... cosas así.
- ¿Qué obra? - interrogó Yuri.
- Eso lo decidirán los directores.
Nanao cogió dos cuadernos, se acercó a la mesa de Akira y dejó uno, luego se dirigió a la de Akane.
- Shikamoto, Kumoyuki, tenéis el honor de haber sido escogidos directores.
Akane y Akira se quedaron mirando aquellos cuadernos como si fueran la cosa más insólita que hubieran visto nunca.
- Pero Nanao... - se quejó Akira.
- ¿Por qué ellos? - Protestó Yuri - ¿No has dicho que sería un trabajo en grupo? Deberíamos decidirlo todo entre todos.
- No creas que es porque sí... ¡Kenshi, que te sientes bien! Es la decisión que hemos tomado el claustro de profesores, la única decisión que vamos a tomar por vosotros ¿Y por qué? Porque en algo tenemos que imponer nuestra dictadura, porque sí, ya lo he dicho, esto es así: nosotros mandamos y tenemos la sartén por el magno y no vamos a dejar que organice algo tan importante el descerebrado de Nowaki... por ejemplo. Bien, ésta actividad se realizará en horas extraescolares
- ¿Extraescolares? ¿Pero de qué vais? - se oyó protestar a Karasu.
- No, si os parece bien dejamos de dar las clases y nos dedicamos solo a eso. Vamos a ver, cerebros de pez, que esto es una sanción no un premio. La actividad la realizareis por las tardes, a vosotros os ha tocado martes y jueves, dos horas cada día - los murmullos aumentaron considerablemente - Y no se puede faltar, las faltas de asistencia, si las hubiere, deberán estar justificadas debidamente por vuestros padres y nos os preocupéis por como lo averiguaremos porque lo haremos, os lo aseguro. Semanalmente, vuestros directores presentarán un informe de cómo va el asunto, escrito, que para eso son los cuadernos, y oral; esto se hará en alguna clase del profesor Gaito, donde podréis exponer vuestros problemas, dudas, sugerencias o quejas, que se pasarán al profesor que pueda ayudaros.
- ¡No! - Exclamó muy trágicamente Genki - ¡Las clases de educación física no!
- ¡Genki, por dios, a callar! ¡Silencio todo el mundo!
Nanao volvió a su sitio y miró divertida las caras de asombro de todos, en especial las de Akira y Akane que ojeaban aquellos cuadernos en blanco.
- Todos los profesores, hemos estado de acuerdo en esta sanción y todos están dispuestos a ayudaros si vieran que os esforzáis y realmente lo necesitarais. Entre todos hemos decidido que Shikamoto y Kumoyuki serían los directores y también los directores de 3-1 los hemos escogido nosotros. Es la única condición que ponemos, los dos han sido escogidos teniendo en cuenta las aptitudes de todos, pero debo reconocer que he influido mucho en esta decisión porque quiero que todo salga perfecto. Con ésta obra yo también me la estoy jugando, he puesto en juego mi honor y mi orgullo al asegurar que seríais capaces de hacerlo y que el resultado no defraudará a nadie. Akira es un vago, todos lo sabemos, no tiene motivación para nada, antes de empezar cualquier cosas ya se está quejando pero es inteligente y también sabemos que no dejará tirados a sus compañeros, compréndenos Akira, si no te diésemos el trabajo de director ¿qué habrías hecho?... Pues lo menos posible, para ti todo sería "un rollo" ¿o no? Habrías sabido escaquearte de cualquier cosa... pero aquí tiene que cooperar todo el mundo y así tendrás que trabajar aunque no quieras, ya te darás cuenta: además está Akane, una gran organizadora, quizás una de las mejores organizando y supervisando a varias personas, aunque ni ella lo sepa, pero que nunca quiere mojarse, pues bonita, aquí te vas a mojar, vas a sacar esa capacidad tuya y la vas a poner a trabajar porque hay mucho que organizar, eso, sin contar el pique personal que tienes con Akira, que ya está bien de esa guerra personal que os habéis montado, a ver cooperando juntos firmáis una tregua y nos dais algo de paz al resto del mundo. Los dos os ocupareis de todo, repito, de todo. Escogeréis la obra, los actores, el decorado, vestuario, maquillaje... ¿Y he dicho que todo el mundo tiene que participar? Si no se tiene talento para actuar que se dedique a... coser los trajes.
- ¿Y tenemos que escoger la obra? - preguntó Akane.
- Si, entre los dos ¿Me escuchas Akira? He dicho entre los dos, no quiero escaqueos de ningún tipo y eso va por todos. Deberéis colaborar entre todos o esto no saldrá. Akira, Akane, ese trabajo es para que anotéis el trabajo de cada uno, para que hagáis una especie de diario de cómo va el proyecto, ya avisé que se revisará semanalmente y lo quiero lo más detallado posible.
"Entre todas las chicas de la clase tenía que ser Akane... preferiría colaborar con cualquier otra... maldita sea" se lamentaba Akira.
"¡Será posible! ¡Con Akira! ¿Es que no hay otro? ¿Tiene que ser con él?" También se quejaba mentalmente Akane.
- Se me olvidaba - continuaba Nanao - Deberéis conseguir que el trabajo de cada uno sea equivalente al de los demás; me explico: colaborar con un papel pequeñito que a penas si se ve, o hacer cualquier tontería no vale, todos han de trabajar lo mismo. Vosotros veréis como compensáis el tema.
- ¿Esto es una especie de castigo personal por algo? - preguntó Akane casi con miedo.
Nanao la miró y sonrió maliciosamente.
- Me encantan vuestras caras de pánico. Por cierto, la obra debe ser un clásico.
- ¿Un clásico?
- Si, un clásico, que sea considerada una obra clásica, no importa de donde sea, ni la época, pero que esté valorada como clásico. Podréis adaptarla, cambiarla, hacerla más actual o lo que queráis pero siempre y cuando se haga con respeto... y se pueda reconocer el original, claro; son las órdenes de Akemi, creo que ella también tendrá en cuenta a la hora de repartir positivos... o negativos.
- ¿La profe Akemi sería capaz de hacernos eso? - se alarmó Kenshi.
- Y no solo ella, cualquier profesor que considere que cualquier cosa tiene que ver con sus enseñanzas.
- ¡No me lo puedo creer! - Exclamó Nowaki - ¡Esto no es justo!
Nanao disfrutaba con el caos que había creado, se notaba en su cara.
- Una cosa más Akane, esto a título personal, como Sumire no estuvo el año pasado, este año está algo perdida con los temas, quiero que te ocupes personalmente de ponerla al día.
"Esto es una venganza personal contra mí" pensaba Akane.
- ¿Es que te molesta, Akane? - inquirió Nanao.
- No, no. No hay problema, ayudaré a Sumire.
- Estupendo. Y como os veo muy entretenidos comentando todo esto, os voy a dejar solos que tengo algo que hacer. Hizashi, ocúpate de que no alboroten demasiado.
- Si.
Y Nanao, sin más, recogió sus cosas y se marchó.
No pasó un segundo cuando todos comenzaron a hablar entre ellos sobre la sanción que les habían impuesto. Algunos se quejaban comentando lo duros que habían sido los profesores y lo injusto que era todo, mientras otros decían que habían tenido mucha suerte y podía haber sido peor.
Yuri, se levantó de su asiento y se acercó a Akira.
- Oye Aki, cielo, tu sabes que yo siempre te he considerado uno de mis mejores amigos ¿verdad? - dijo sentándose en la mesa del chico.
Karura también se acercó.
- Yuri, monina, baja tu enorme trasero y compórtate como una señorita.
- Chicas relajaos un poco - intervino Kyojin.
- ¡Tu no te metas! - bufó Yuri.
- Mirad - dijo Akira - Creo que voy a nombrar a Kyojin mi secretario personal, hablad con él y olvidaos de mí
- ¡Tú no puedes hacer eso, bambi! - Gruñó Akane
- ¿Me estás vigilando, calabacita?
- Esas cosas tenemos que decidirlas juntos.
- Es algo mío, un problema personal mío.
- Un problema de tu idiotez, por supuesto.
- Que tú te organices muy bien y no necesites ayuda no quiere decir que los demás seamos igual.
- No, por supuesto, la prueba eres tú
Akane, a la cual Kenshi y Nowaki estaban atosigando, se levantó y se dirigió a la mesa del profesor.
- A ver ¡Escucharme todos! - gritó dando un golpe seco, todos la miraron - A ver, como podéis suponer, si Akira, ni yo, tenemos idea de la obra que representaremos y menos aún de lo que haréis cada uno, así que, si a mi "socio" no le parece mal, propongo que cada uno escribáis en una hoja que es lo que os gustaría hacer, cual es, según vosotros, vuestro talento y la obra que creéis es la más apropiada para representar y...
- Perdona Akane - habló tímidamente Ryuko - Esto va a ser muy engorroso para vosotros, deberéis tomar muchas decisiones y creo que necesitaríais una especie de ayudante o algo así para eso, para ayudaros a organizaros, llevar... bueno que yo me ofrezco como ayudante.
- No es mala idea.
- Pero tu sola no puedes decidir - habló burlón Akira.
Akane estaba a punto de soltar una barbaridad ¿cómo se las apañaba ese chico para decir siempre la frase perfecta para sacarla de sus casillas? Respiró hondo y trató de no dejarse llevar por el mal humor que Akira le despertaba.
- Tienes razón Akira. Pero creo que n ayudante no nos vendría mal, piensa en tooodas la decisiones que debemos tomar, obra, actores, escenario, maquillaje, vestuario y en tooodas las personas que tendremos que dirigir, organizar y ...
- Vale, vale, me has convencido, es más ¡creo que la necesitamos ya!
- ¿Alguien a parte de Ryuko se ofrece? ¿Nadie? Pues yo creo que Ryuko no es mala candidata, es ordenada, cuidadosa... ¿a ti se te ocurre otra persona, "socio"?
- No sé, yo había pensado en Kyojin...
- Ryuko es mejor - intervino Kyojin.
- No... - también intervenía Ryuko - Kyojin será estupendo.
- ¡Que tontería! - Gruñó Nowaki - ¿Y por qué no los dos? Si no, nos tiraremos así toda la mañana ¡pesados!
- Pensar en que es mucho trabajo - habló Hizashi - Sin contar que habrá que buscar los materiales del decorado, comprar telas...
Akira se dejó escurrir un poco en la silla.
- ¡Menudo rollo! Esto es un verdadero tostón.
- Está bien, que sean dos - propuso Akane - Kyojin y Ryuko, así no nos pelearemos.
- Haz lo que quieras... que lo decidan ellos.
- Me esforzaré en ayudaros todo lo que pueda - dijo Ryuko.
- A mi me parece bien, yo... cooperaré con Ryuko con mucho gusto.
- Si, seguro que sí - susurró Akira, conociendo a Kyojin y lo coladito que estaba por Ryuko lo que le sorprendía era no verle dando saltos de alegría.
- Ala, pues ya está una cosa resuelta - resolvió Akane - Escribir vuestras ideas en un folio y entregárselas a Ryuko o Kyojin, mira que bien, así ni me dirás que es una lata que te los den a ti, ni me llamarás mandona si me las dan a mí ¿eh, socio?
- Pues si, va a ser una buena idea.
- ¡Eh, eh, eh! - Gritó Kenshi acercándose dando saltos a la mesa del profesor y sentándose encima - Escuchad chicos que he tenido una idea. Que digo yo que llevamos ya más de un mes de curso ¿no? Y el año pasado Sumire no estuvo con nosotros, aunque nos ayudó mucho no estuvo aquí y todos nos alegramos de que esté aquí.
- ¿A dónde quieres ir a parar? - habló Xu-Xu.
- Que no hemos celebrado que Sumire está otra vez con nosotros, que es nuestra amiga e incluso va a tener que hacer la sanción y digo yo que no hemos celebrado que estamos todos juntos y que ya va siendo hora.
- Al grano Kenshi, al grano - le dijo Momoka.
- Pues que podíamos ir esta tarde al WacDonalls y celebrar que ya estamos todos, que Sumire nos ayudó muchísimo y...
- ¡Si! - Gritó eufórico Nowaki - Hoy no tenemos eso del castigo ¡Que buena idea! Yo digo que vayamos.
- No es mala idea - añadió Yuri - Todavía no hemos estado juntos y tenemos mucho que contarnos.
- Va a ser un año muy duro - decía Momoka - Pensar que es para darnos ánimos.
- Cualquier excusa es buena para vosotros - habló Hizashi.
- ¿Estamos todos de acuerdo? - Dijo de nuevo Kenshi - ¡Bien! ¡Esta tarde fiestuki!
- Pero tenemos que ir todos - comentó Momoka - Todos ¿De acuerdo?
Karasu se acercó a Sumire.
- Por supuesto tú vendrás ¿no? - le dijo sonriendo.
- Claro, además así os conoceré mejor.
- ¿Tú quieres conocerme?
- Eso quisieras tú - dijo Jisei poniéndose en jarras delante de él - Karasu, tu aura tiene un color como... lujurioso.
- ¿Que color es ese?
- Como turbio.
- Ya, porque tú lo digas, en mi vida he oído decir que "las aguas vienes lujuriosas"
- Karasu no me líes.
Jisei era una chica extraña, solía decir que podía ver "las auras" de las personas y conocer sus sentimientos y lo más inquietante de todo es que solía acertar, a Karasu le daba muy mal rollo, no es que creyese en esas cosas pero mejor no la hacía enfadar, no fuera ser que le echase un "yuyu malo" como ella solía decir.
Esa era la clase de 3-2, una clase curiosa, escandalosa... en apariencia compuesta por unos chicos normales, con sus sueños, sus esperanzas y sus secretos.
Durante aquel curso las historias de todos se entrelazaron y todo comenzó aquel día.

...........................................................................
Nota aclaratoria: Akane llama a Akira "ciervo del demonio" como referencia a su apellido Shikamoto (shika = ciervo). Lo hace repetidas veces durante la historia (ciervo, cervatillo, venado, bambi, etc.).