lunes, 25 de agosto de 2014

174. Las últimas reflexiones

Jisei esperaba a que Xu-Xu saliese del servicio. Estaba apoyada en uno de los lavabos de los aseos mirando fijamente el grifo del agua; este goteaba un poco, no era mucho, la gota se iba formando con lentitud en la salida del grifo, poco a poco iba siendo mas gorda hasta que por fin, su peso era demasiado para mantenerse ahí y caía atraída por la gravedad y de nuevo volvía a formarse lentamente otra. Jisei se preguntaba cuantas gotas caerían desperdiciadas a lo largo del día, quizás nadie se había dado cuenta de que el grifo goteaba, igual que algunas cosas suceden en nuestra vida con tanta lentitud y tan silenciosas que no parece que nos demos cuenta de lo que pasa. Quizás si se pusiese un vaso o un cuenco debajo del grifo al cabo de unas horas habría un poco de agua recogida y entonces alguien sería consciente del desperdicio de ese líquido.
Así era la vida, quizás si pudiésemos poner un cuenco para recoger nuestras experiencias, esas que se escapan sin darnos cuenta, al cabo de un tiempo nos daríamos cuenta de los momentos que estamos desperdiciando.
Nunca apreciamos lo que tenemos hasta que lo perdemos, o estamos a punto de perderlo.
Aquel no era un buen día, no había empezado bien y no continuaba bien. Se había despertado muy temprano, apenas había descansado, su sueño había sido demasiado agitado, no era un sueño que pudiese recordar con exactitud pero si recordaba la sensación al despertarse, una sensación de intranquilidad mezclada con un poco de tristeza. Podía imaginar el porqué de esa sensación y eso le hacía sentirse aún peor.
"...
Después de arreglarse fue hasta la cocina y se encontró que su madre ya había preparado el desayuno y estaba sirviéndolo en la mesa.
- Hola cariño, pasa, he oído la ducha y me he levantado, no me habías dicho que hoy tenías que madrugar.
- Hola mamá. No, es que me desperté y decidí levantarme ¿Te he despertado?
- No, ya estaba despierta. Tu padre no encontraba las llaves y me tuve que levantar a ayudarle. Venga, siéntate.
- Que bien, iba a preparar yo el desayuno pero esto es mejor.
- ¿Es que estás preocupada por algo? - preguntó Rika sentándose al lado de su hija - ¿Por eso no puedes dormir?
- No, si sí he dormido, es solo que tuve un sueño raro y me desperté y viendo la hora que era decidí levantarme, solo eso.
- ¿Es por Inari?
- No, no mamá, no es por Inari.
- Jisei, soy tu madre, no hace falta que me mientas para no preocuparme, de todas formas me voy a preocupar.
- No te miento.
- No hace falta que te hagas la fuerte conmigo, puedes contarme lo que te pasa y llorar si te apetece.
- Es cierto que lo de Inari me tiene preocupada pero...
- Cariño, es normal que a tu edad te parezca que es una separación cruel y que pienses que es demasiado tiempo.
- Claro que pienso que es cruel, yo querría tener a Inari a mi lado y claro que pienso que es demasiado tiempo pero sé que es lo que tiene que ser, lo mejor para él y para mi.
- Piensa que prácticamente estáis comprometidos, para nosotros es ya parte de la familia. El otro día hablé de él como "mi yerno".
- ¿Qué hiciste? - preguntó asombrada.
- Fue una pequeña broma con tu tía.
- Mamá te pido por favor que no empecéis las tías y tú con eso del "yerno". Inari y yo estamos conociéndonos, nadie ha hablado de comprometernos y menos aún de casarnos.
- Ya lo se, ya lo se, pero de todas formas Inari si es como de la familia y tu tienes que pensar que, aunque él quiera quedarse aquí y no aceptar ese puesto, es importante que lo haga, porque si no, al principio estará muy contento, seguro pero ¿y si sale mal lo vuestro? ¿Lo has pensado? se sentirá muy desgraciado por haber renunciado a su sueño... aunque claro, a ti lo mismo en esos momentos te da igual.
- Y si lo nuestro sale bien también llegará un momento en el que se arrepentirá... eso ya lo se mamá, ya lo se y ya te digo que aunque no me gusta que se vaya y que le echaré mucho de menos pues sé que es lo mejor, yo también al principio estaré muy contenta si se queda pero luego me dará por pensar que por mi culpa no trabaja en lo que más le gusta y todo eso.
- Por suerte eres un chica muy madura para tu edad - sonrió.
- Así me has educado.
- Tú eres una chica muy especial ¿lo sabías? - dijo acariciando un mechón de pelo de su hija.
- Mama, soy tu hija, para ti soy la más especial del mundo, pero creo que eso no sirve.
- ¿Qué cotilleáis tanto a estas horas de la mañana? - gruñó entrando en la cocina Kisuke.
- Buenos días, dormilón - contestó la madre - Siéntate, en seguida está tu desayuno.
- Vaya, hoy hasta me hacen el desayuno ¿Ha pasado algo malo?
- Que nos hemos levantado temprano y decidimos hablar de cosas de mujeres.
- Eso es malo, "reunión de pastores, oveja esquilada" ¿A quien le ha tocado? seguro que a Inari, como si lo viera.
- ¿Has hablado con él últimamente? - se interesó Jisei.
- Todos los días, pero si te refieres a lo de su traslado pues dice que no se va a ir.
- ¡Ya está! - Jisei dio un golpe en el mesa - ¡Mira que es cabezota!
- Tienes que comprenderle, ha estado muchos años solo, no se ha sentido parte de ninguna familia con las que ha estado, creo que no quiere volver a sentir que no tiene a nadie - afirmó Kisuke - ¿Tu sabías que de jovencillo fue todo un gamberrete?
- ¿Inari? - preguntó extrañada Rika.
- Si, si, todo un delincuente juvenil... bueno, no tanto ¿Pero a que hubiese estado interesante que lo fuera? Bah, es un tío demasiado formal. Ya se lo que te pasa - miró de reojo a Jisei - Es por lo de Akane ¿A que si? Yo también echaré de menos a la pulga.
- Pues yo creo - intervino la madre - que ya era hora de que alguien se preocupara por ella, menos mal que su padre ha entrado en razón. Pero eso no es motivo para que estés tan mustia, sabes que es lo mejor que podía pasarle, que la atiendan, claro que si la hubiesen atendido hace años ahora no tendría que pasar por eso.
..."
Jisei no sabía explicar como se sentía, ni porqué le afectaba tanto el que Akane fuese a que la tratasen su enfermedad, total, era solo un tratamiento, Himeko también iba a recibir un tratamiento por su accidente y seguramente tendría que ir también todos los días a rehabilitación y no se armaba tanto revuelo. Claro que todo el mundo tiende a dramatizar cuando se trata de trastornos psicológicos. Simplemente Akane iba a acudir a "rehabilitación" todos los días y como el horario era incompatible con el del instituto pues tenía que hacer un "paréntesis"... tampoco era para tanto.
A lo mejor simplemente lo que a Jisei le pasaba era que quería que Akane estuviese a su lado en esos momentos. A lo mejor debería volver a escribir, así quizás, al describir como se sentía, lograse quitarse ese desasosiego interno.
Hace años Jisei cogió la manía de escribir, empezó con un diario, como tantas preadolescentes pero terminó por gustarle eso de plasmar sentimientos y contar historias, era divertido, no, más que eso, era relajante. Cogía un bolígrafo y su cuaderno y a partir de ese momento podía construir un mundo a su medida, sumergirse en él y... si, quizás debería volver a escribir.
Por fin Xu-Xu salió del baño y fue directa a lavarse las manos.
- Hoy tienes el aura de lo más extraña - comentaba Jisei a su amiga después de observarla lavándose las manos.
- ¿Pues como la voy a tener con tantas cosas que han pasado?
- No, no, aparte de lo que te ha podido afectar lo del accidente de Himeko y el hermano de Kamui, tú tienes un aura muy rara y te noto distante.
- Lo que pasa es que soy tonta y me meto donde nadie me llama.
- Ya estamos... si ya sabía yo que te pasaba algo.
- Es que el domingo Kimisuke me dijo que le estaba agobiando, que no le dejaba espacio.
- ¿Acosas a Kimisuke?
- ¡No! Es por lo de Sumire, que dice que no le doy oportunidad con Sumire y lo peor es que Genki opina algo así también y el tonto de Kenshi va y piensa que me gusta Kimisuke y que estoy celosa por las atenciones que le da a Sumire.
Jisei miró unos segundos a Xu-Xu y de pronto rompió a reír.
- ¿Kenshi cree que te gusta Kimisuke?
- Como te lo cuento. Y no me extraña que lo piense, yo también lo pensaría, si es que me comporto muy mal con Kimisuke pero no se... no se... no lo puedo evitar.
- A lo mejor deberías hablar con Sumire.
- ¿Con Sumire?
- Si, para saber qué es lo que ella piensa de Kimisuke ¿no? O sea, pienso que ella es importante en este tema ¿o es que su opinión no cuenta? A lo mejor te sorprende lo que opina, vamos, más que nada lo digo porque nadie le ha preguntado a ella ¿O sí? Aquí Kimisuke y tú sacáis vuestras conclusiones a lo loco.
- ¿Qué me quieres decir?
- No sé, quizás que a lo mejor ella tiene algo que decir. Vamos, que Sumire puede que sea despistada pero no tiene ni un pelo de tonta y parece que no se entera de nada pero se da cuenta de todo, te lo digo yo.
- Es que... no es eso... es que - Xu-Xu miró a su alrededor aún a sabiendas que no había nadie allí - Creo que Kimisuke está saliendo con Yuya.
- ¿Con Yuya? - casi gritó Jisei.
- Chist, no hables tan fuerte.
- ¿Pero tu has oído lo que dices? ¿Cómo va a estar saliendo con Yuya? No es para nada el estilo de chica que le gusta.
- ¿Ah no? ¿Y tú que sabes cual es el estilo de chica que le gusta?
- Desde luego Yuya no. Vamos por favor, si está loquito por Sumire y se le nota a la legua.
- Ya, pero yo el otro día le vi con Yuya.
- ¿Y?
- Es que había quedado con ella antes de quedar con nosotros y la acompañó a un sitio.
- ¿Qué sitio?
- ¡Y yo que se! Solo sé que fue con ella. A lo mejor fueron a un hotel de esos que se alquilan habitaciones por horas.
- Si, claro, anda que no tienes tu imaginación.
- Jisei no te burles de mí, estoy muy preocupada por Sumire. Ella es muy inocente y no se entera de nada.
- Sumire se entera de todo antes incluso que nosotras. Pero mira, si te quedas mas tranquila iré a hablar con Kimisuke.
- ¿Y que le vas a decir?
- No le diré nada, solo hablaré con él y le examinaré a ver si "oculta algo extraño" - rió.
- No te rías que esto es serio.
- Vale, vale, vale, no te preocupes tanto. Si oculta algo te aseguro que me daré cuenta, conozco a Kimisuke desde hace años.
Jisei suspiró, tampoco es que Xu-Xu pudiera evitar ser como era, estaba preocupada por Sumire y era lógico, era su amiga y a veces parecía que como no se enteraba de nada era la victima propiciatoria para que se burlasen de ella, que era inocente y no iba a darse cuenta o que la iban a engañar fácilmente.
Estaba claro que cada uno tenía sus propias preocupaciones.
Por su parte acababa de darse cuenta de que ya era viernes y eso la entristecía. Sin darse cuenta había pasado la semana y no había disfrutado de ella ¿Por qué cuando no quieres que pase el tiempo este se empeña en ir más deprisa?
...
- Ay por dios - se quejaba Akira en voz baja sentado en uno de los bancos del gimnasio mientras observaba los dos grupos que se había formado - Me van a volver loco.
- No te hacen caso - comentó Shibi sentado a su lado, el único que no estaba en uno de los dos grupos.
- Ninguno.
- Tampoco es que estés intentando que te lo hagan.
- Ahhh, esto es un aburrimiento, menuda lata.
- Están todos muy alterados.
Uno de los grupos, compuesto en su mayoría por chicas, se arremolinaba alrededor de Akane. Ryuko, Sumire, Xu-Xu, Jisei, Yuri parecían de lo más excitadas, riendo y hablando en un tono agudo que taladra los oídos de Akira.
- Mujeres escandalosas – musitaba Akira - Parecen un gallinero.
En este grupo había que incluir además a Kyojin y Suo que parecían disfrutar bastante del espectáculo.
En el otro grupo estaban Nowaki, Kenshi, Genki, los cuales eran tan escandalosos como las chicas, Karura, Kohaku, Karasu, Hizashi, parecían agobiar a preguntas a Kamui.
- Me asombra que el Kaguya esté aguantando tanto - comentó Shibi.
- Creo que desde el accidente de su hermano está intentando cambiar. Los accidentes, cuando ves la muerte tan de cerca, te hacen replantearte la vida.
- El no vio la muerte de cerca.
- La suya no pero seguro que pensó que podía perder a su hermano y de pronto debió darse cuenta de que... bueno de muchas cosas.
- ¿Te refieres a su actitud?
- Y a su forma de tratar a los demás, incluido su hermano.
- Supongo que si, que algo así ha debido pasarle. Lo mismo de pronto se percató de que su hermano era mas importante para él de lo que decía ¿Y que sabes de su hermano? ¿Cómo se encuentra?
- ¿Por qué no se lo preguntas a él? Si te acercas seguro que te enteras, debe estar hablando de eso, a puesto a que le andan acribillando a preguntas.
- Prefiero que me lo digas tú.
- Mira que eres raro - Akira le miró de reojo.
- Me refiero a lo que él le ha dicho a Akane, porque últimamente hablan mucho.
- Si, eso es cierto, parece que Kamui quiere conservar su amistad o algo así.
- ¿Ahora quiere ser su amigo?
- Dice que es la primera amiga que ha tenido, bueno, a parte de Nowaki y que siente que le entiende.
- ¿Y tu como llevas todo eso?
- Bien - se encogió de hombros - No puedo ponerme celoso cada vez que se acerca a ella, ni a Akane, ni a Ayesa les gusta que sea un posesivo y tengo que demostrar que confío en ellas.
- ¿Sabes? Para mi Akane siempre ha sido como una hermana y cuando éramos mas pequeños me daba mucha rabia no poder ayudarla, yo quería ser un héroe y que ella me mirase con los ojos brillantes... ¿Te conté lo que yo odiaba a esa mujer, la madre de Maron?
- Si, si, me contaste que siempre la insultaba y la decía que era una niña mentirosa.
- Y sucia, mentirosa, fea y sucia. Y lo peor de todo es que siempre hablaba con la madre de Akane y le contaba lo mala y mentirosa que era Akane. A mi me daba mucha pena, no soportaba ver como su madre, cuando se enfadaba, la cogía del pelo y... ahora la veo tan feliz que pienso que es casi un milagro.
- ¿A que te refieres?
- No, a nada. Bueno yo decía que Akane está... tranquila y no tiene miedo a lo que se va a enfrentar.
- Eso es porque no tiene por qué tener miedo. La gente en general es muy exagerada con esos temas, enseguida que oyen hablar hospital de salud mental piensan en un manicomio lleno de locos peligrosos vestidos con camisas de fuerza y tratamientos de electroshock y bañeras heladas. Tenemos ideas muy equivocadas, nos da miedo lo que no conocemos pero solo van a ayudarla a enfrentarse a sus traumas, a aceptar su vida, a... mírala, ella es...
- A mi no hace falta que me convenzas de nada, yo estoy a favor. Sé que ha llegado a ese punto precisamente por no tener ayuda de pequeña, porque tuvo una herida y nadie la ayudó a cerrarla y se le ha infectado.
- Es una forma curiosa de decirlo - dijo Akira arqueando las cejas.
- No la falles, Shikamoto, ni se te ocurra fallarla.
- ¿A que viene esa amenaza de tío malote?
- A dejarlo claro. Creo que todo el mundo de Akane se sujeta ahora mismo en tus brazos y quiero que la sostengas.
Akira se acercó levemente a él y le miró intrigado.
- ¿Te vas a poner ahora en plan cursi? Porque sinceramente no te pega nada. Debe ser influencia de Hana, por cierto ¿Cómo te va con ella?
- Bien, no me va mal. Sale poco porque dedica mucho tiempo a estudiar pero de momento estamos bien.
- ¿Y que dice Kenshi de todo eso?
- Al principio me miraba un poco raro, como si quisiese hacerme explotar la cabeza con la mirada pero ya se va acostumbrando.
- Debe ser raro para él que su mejor amigo salga con su hermana mayor.
Shibi se quedó callado mirando al grupo donde estaba Akane.
- ¿Sabes? La voy a echar mucho de menos.
- La vas a ver todas las semanas. De verdad que no entiendo el drama que se está organizando con todo esto.
- Es por el cambio. Esto representa un cambio en nuestra rutina y es como un avance de lo que va a pasar dentro de unos meses, cuando nos graduemos ¿No has pensado que ya nada será igual? Aunque sigamos siendo amigos cada uno hará una cosa distinta y no será lo mismo que ahora ¿No te das cuenta? Este es el inicio del fin.
- O no, no tiene que ser el fin de nada, solo representar un cambio.
- Pues será el inicio de la siguiente etapa. Creo que significa que tenemos que empezar a dejar de ser unos niños y comportarnos ya con ciertas responsabilidades ¿No crees?
- Si - suspiró - Tienes razón, es el inicio del fin de comportarnos como niños.
Akira se quedó pensando en todo aquello y lo que representaba: que se convertían en adultos y si, había que comenzar a asumir responsabilidades y si, todo iba a cambiar.
- ¿Qué te pasa? - preguntó Hizashi acercándose a ellos.
- Ahhh, estoy pensando en que no sé que vamos a hacer cuando Akane no venga a los ensayos. Aunque me cueste reconocerlo necesito a Akane aquí.
- Pero para eso me pediste que te ayudase cuando cambiasteis los papeles y me quitasteis protagonismo ¿Fue para eso, no? Para que os ayudara, recuerdo que dijiste que Kyojin y Ryuko...
- Si, si, si, si, recuerdo todo aquello, fue cuando cambiamos de papel a Kamui porque Momoka decía que no soportaba actuar a su lado y le dimos el tuyo, lo recuerdo. No te ofendas Hizashi, tú lo tienes todo controlado y hacemos un buen equipo pero, así, entre tú y yo, creo que nos falta algo.
- ¿El toque femenino?
- Si, creo que es eso.
- ¿Entonces Akane no va a volver a los ensayos en ningún momento?
- No lo se. No se lo que durará su tratamiento.
- ¿Pero tan traumatizada se ha quedado por lo que le pasó?
Akira resopló, casi había olvidado que no todos sabían lo del trastorno disociativo de personalidad de Akane, más que nada porque, aunque ella no era una persona a la que le importara hablar de ello, si que tenía la idea de que lo mismo había personas que creían que era todo mentira y una forma de llamar la atención, como su madre, así que para evitar tener que dar muchas explicaciones sobre lo que le pasaba, porqué y desde cuando habían optado simplemente por decir que desde aquel "incidente" necesitaba tranquilidad y ayuda para superarlo.
- ¿Y si pedimos ayuda a alguna de las chicas? - añadió Hizashi al notar que su última frase parecía haber creado cierta tirantez.
- Ya lo había pensado - contestó Akira - Creí que Momoka podía ser una buena opción, es muy trabajadora pero...
- ¿Pero?
- No se si a Yuri le vaya a hacer gracia. Seguramente ella querrá ayudar y se molestará si no cuento con ella.
- Y no quieres contar con ella.
- Es demasiado mandona, seguro que se pone en modo "aquí mando yo y tú te callas", además últimamente no la veo muy concentrada en nada ¿Qué te parece tu prima?
- ¿Himeko?
- Si, ella no tiene un gran papel en la obra y es una pena porque es muy buena actriz y tiene buenas ideas ¿Por qué no tiene un papel más importante en la obra?
- No lo se, el reparto lo hicisteis Akane y tu.
- ¿No será por que no quería? - intervino Shibi - Por aquel entonces estaba coladísima por Nowaki y se ponía colorada con estar cerca de él y se bloqueaba, aunque ahora ha cambiado muchísimo.
- Cierto - confirmó Hizashi - Pero acaba de sufrir un accidente y su recuperación también será lenta.
- Por eso lo digo, no creo que esté para muchas actuaciones - explicó Akira - Quizás así se sienta más útil.
- Hoy le daban el alta en el hospital ¿no? - intervino Shibi.
- Si, ya está en casa, en silla de ruedas, por supuesto, da un poco de pena verla.
- ¿Tan pronto le han dado el alta? - se interesó Akira.
- Ya no hacía nada en el hospital, solo ocupar una cama que podría ser para otro paciente, ya le hicieron todas las pruebas que había que hacerle y lo suyo mas que nada necesita tiempo.
- ¿Y cómo está de ánimos? - fue Shibi el que se interesó ahora.
- Bien, muy bien. La madre de Nowaki pensó que a lo mejor necesitaba terapia para superar el accidente y por los problemas con su pierna pero está tan contenta de que no le pasase nada peor y de que Fuma también esté recuperándose que da por bueno el resto. Himeko ha resultado ser mucho mas fuerte de lo que nadie pensaba y también muy optimista, hasta mi tío está impresionadísimo con ella.
- Cuanto me alegro - comentó Shibi - ¿Y cuándo la operan de la rodilla?
- No lo se, mis tíos no me han comentado nada, supongo que los médicos sabrán cuando es el momento oportuno. También podemos pedirle ayuda a Jisei - cambió de tema Hizashi.
- Uff, mejor no, tiene también bastante jaleo con lo de ir al templo y todo eso - contestó Akira.
- Pero quizás esto le sirviese para distraerse - habló Shibi - Últimamente está bastante distraída y no es normal en ella.
- ¡Akira! - gritó de pronto Nowaki - ¿Es que hoy no vamos a empezar?
- Tío que hoy es viernes - se quejó Kenshi - Que no sé que hacemos aquí y encima sin hacer nada.
- Ahhh, ya vamos... estamos esperando al profesor de turno.
- ¿Y quien es? - gritó también Kenshi - ¡Ya debería estar aquí! ¡Que es viernes y queremos marcharnos!
- ¿Y si empezamos a contarles ya las novedades? - propuso Akane - Así vamos adelantando.
- ¿Qué novedades? - se interesó a voz en grito Genki - ¡No me digas que ya no tenemos que hacer la obra!
- No caerá esa breva - murmuró Akira.
- No, no nos han quitado la sanción, más quisiéramos - replicó Akane - Se trata de que ayer Akira y yo estuvimos hablando con la directora.
- ¿Es que lo estamos haciendo mal? - se alarmó de nuevo Genki.
- Es porque somos unos lentos ¿A que si? - afirmó Kenshi - Por eso ahora nos van a obligar a venir también los viernes, maldita sea mi perra suerte.
- No, no es porque vayamos lentos, que por cierto, si vamos lentos, es por el crédito que debemos.
- Pues si no hemos gastado casi nada - intervino Karasu.
- Es cierto, aún no hemos gastado casi nada pero ahora vienen los gastos. Mirad - se acercó hasta su mochila y sacó una carpeta que abrió - Os voy a pasar una copia de los presupuestos que con ayuda de Hizashi hemos hecho. Por favor, Sumire, pásalos tú.
- Trae.
- Esto se suponen que son los gastos que tenemos más cercanos. Comprar la tela para el vestuario, material para el decorado y el alquiler que tenemos que pagar por ensayar en el teatro del instituto.
- ¿Tenemos que pagar por ensayar en el escenario del teatro? - se extrañó Karura.
- Tenemos que pagar una parte de gastos de luz y mantenimiento - explicó Hizashi.
- Dicen que si ensayamos nosotros tendremos que encender las luces y eso subirá la factura - añadió Akane.
- ¿Y que es eso del mantenimiento? - interrogó Kenshi.
- La limpieza - respondió Akira - Por lo visto somos unos guarros y por nuestra culpa el personal de limpieza tendrá que trabajar más.
- ¿Y si limpiamos nosotros? - propuso Momoka - No es una tontería lo que digo. Podemos hacer turnos y después de cada ensayo quedarnos y limpiar; no creo que vayamos a ser tan sucios como para que nos lleve mucho tiempo.
- Momoka tiene razón - habló ahora Jisei - Podemos ocuparnos nosotros de la limpieza. Somos 20, en grupos de 5 no tardaríamos nada el limpiar el salón de actos, sobretodo si, antes de irnos, todos recogemos y no dejamos las cosas tiradas por ahí.
- Sin duda eso sería un gasto menos - comentó Hizashi a Akira.
- No somos 20, Momoka, no creo que Himeko esté en condiciones de ponerse a limpiar y tampoco podrá hacerlo Akane puesto que no estará aquí.
- Entonces somos 18, yo creo que 3 grupos de 6 personas son más que suficiente - propuso Yuri.
- Incluso al revés - sugirió Kohaku - con 3 personas para limpiar creo que es suficiente.
- Eso lo veríamos luego - habló Hizashi - ¿Entonces aprobamos la propuesta de Momoka?
- ¡Pues claro que si! - exclamó Nowaki - Venga a otra cosa.
- ¿Y es necesario todo este gasto en telas? - preguntó Karura sin dejar de mirar el papel que le habían dado.
- Alquilar los trajes sale más caro que si nos los hacemos nosotros - contestó Akira.
- Pues lo llevamos mal porque yo no se coser - inquirió Xu-Xu - O sea, si esperáis que yo me haga el vestido me irá mejor si me lo hago con una bolsa de basura.
- ¿Que tal chicos? - interrumpió Inari al entrar en el gimnasio - Siento llegar tarde.
- Llegas muy tarde - le reprochó Nowaki.
- Ya, ya lo se. Es que me surgió algo importante. A ver ¿Qué estabais haciendo?
Inari pasó al lado de Jisei y evitó mirarla porque si la miraba estaba seguro de que sus miradas iban a cruzarse y se notaría que sentía algo por ella, porque estaba casi seguro de que Jisei le observaba a él.
- Repasando los gastos que creemos vamos a tener - contestó Hizashi.
- ¿Y la razón de eso?
- Pues para saber los gastos que vamos a tener, a ver si te concentras, profe.
- Quiero decir que por qué, si pensáis que os estáis saliendo del presupuesto o a lo mejor os habéis quedado ya sin dinero.
- No, no - respondió Akane - A penas si hemos gastado parte del presupuesto que nos dio la directora, lo que pasa es que tampoco hemos conseguido demasiado dinero y a este paso no vamos a poder devolverlo al finalizar el curso, es por eso que estamos buscando alternativas o algo.
- ¿Y que pasa si no lo devolvéis al finalizar el curso?
- Que seguiremos debiendo dinero a la directora y ella seguirá esclavizándonos - gruñó Kenshi.
- El caso es que nuestros gastos aumentan más deprisa que nuestros ingresos - añadió Xu-Xu - Lo cual es deprimente.
- Estamos buscando alternativas que abaraten nuestros gastos - comentó Jisei.
- ¡Ya se! - exclamó de pronto Sumire - ¡Tengo una idea! A lo mejor es una tontería pero ¿Puedo decirla?
- Claro - habló Akira - Cualquier idea es bienvenida por loca que sea.
- Pues es que se me ha ocurrido que podemos cambiar la historia, o sea, ya sé que vamos a hacer la obra en plan cuento, que es lo que habéis decidido y que Ryuko y Momoka están trabajando en la adaptación pero que digo yo que todo esto de ambientación tipo cuento es muy caro ¿no? Es bonito con todo eso de las hadas pero lo mismo es demasiado para unos aficionados como nosotros.
- ¿Quieres que volvamos a cambiar de versión? - interrogó Karasu - ¿Cuánto cambios llevamos ya?
- Si no te gustaba la versión cuento podías haberlo dicho cuando los directores nos la propusieron - se quejó Yuri.
- No, no es eso, si sí me gusta pero digo que podíamos hacer otra versión que el vestuario y el decorado nos costase menos ¿no?
- Pues yo creo que Sumire tiene razón - la apoyó Suo - Además vamos a dejar que se explique la chica.
- ¿Y tu tendrías alguna idea de que nos costaría menos, Sumire? - se interesó en la idea Xu-Xu.
- Pues no pero... ¿Os acordáis de la semana cultural? Teníamos mas o menos el mismo problema, que queríamos hacer algo bonito, original y que no nos costara mucho y nos decidimos por al cafetería otaku con cosplays sencillitos de hacer.
- ¿Quieres que hagamos una versión con personajes de anime? - gritó Genki.
- ¡No! No, no es eso, es que después de que decidimos hacer la cafetería otaku, mi madre me dijo que también podíamos haberla hecho en plan hippie, ya sabéis, flower power, eso sale barato y es muy chulo, a mi me gusta toda esa estética y es fácil de hacer.
- A ver Sumire - habló Momoka - Que a lo mejor te estás liando, estamos hablando de la obra que tenemos que hacer, no de otra cafetería, de una obra de William Shakespeare.
- Espera, espera - interrumpió Karasu - No creáis que lo que dice es mala idea, se puede hacer una versión hippie de la historia.
- Desde luego el vestuario es fácil de conseguir y económico - habló Kohaku.
- ¿Pero las hadas? - inquirió Yuri - ¿Cómo vamos a meter las hadas?
- Precisamente eso sería fácil - habló ahora Jisei - Las hadas pueden ser hippies, una comuna hippie. La verdad es que podemos conseguir una ambientación setentera con poco dinero, ya sabéis además en esa época hay mucha cosa así llena de colores y psicodélica.
- Si y se tomaba mucho LSD y porretes - añadió Shibi - Es fácil que se les vaya a los protagonistas la olla y vean e imaginen cosas.
- Eso es cierto - se animó Xu-Xu - Podemos hacer que todo eso de la cabeza de burro sea como una alucinación.
- ¿Y nos van a dejar los profesores meter temas de drogas y cosas así? - preguntó Kamui.
- ¡Eso es verdad! Que el consejo de administración son una panda de viejos gruñones - protestó Nowaki.
- ¿Tú que piensas, Inari? - se dirigió a él Akira.
- Pues pienso que la idea me gusta, al menos es original, quiero decir que esta obra yo la he visto montones de veces, en teatro y en cine, evidentemente es una obra que es un clásico y hay que tratarla con respeto, pensar que la mayoría de los alumnos que vengan a ver la obra no la van a conocer y les va a dar igual pero los profesores y el consejo, como ha dicho Nowaki, si la conoce y lo mismo no les parece bien que le faltéis el respeto a Sir William Shakespeare.
- Nosotros no queremos faltar el respeto a nadie - defendió Akane.
- Entonces lo que hay que hacer es explicar las cosas bien a la directora - añadió entusiasmado Genki.
- ¿Pero y que pasa con las hadas? - volvía a preguntar Yuri.
- Oye Akane - la interrumpió de pronto Nowaki acercándose muy efusivamente a su compañera y casi al instante Yuri se dio media vuelta dirigiéndose a los vestuarios, como alguien que de pronto recuerda algo - ¿De verdad que el lunes ya no vas a venir al instituto?
Akane sonrió mientras todos sus compañeros se quedaron callados.
- Si, es cierto.
- ¿Por cuanto tiempo no vas a venir?
- No lo se, por lo menos durante un mes, es lo que me han dicho.
- ¿Y de verdad tienes que ir al sitio ese?
- Nowaki, me lo ha dicho tu madre, tú sabrás si tu madre dice las cosas por decir.
- ¿Por eso has pedido que nos reuniéramos hoy? - se interesó también Kohaku - Querías despedirte de todos.
- No, yo... - comenzó a contestar con verdadero apuro.
- Es porque no quería irse sin dar las últimas instrucciones - habló Akira interrumpiéndola al ver el apuro que estaba pasando - Ya sabéis la manía que tiene de organizarlo todo, si no lo deja todo organizado es que revienta.
- Que gracioso es el bambi, ya tuvo que decir su gracia – se quejó Akane.
- ¿Pero no vas a poder pasar de vez en cuando por aquí? - se interesó Karura.
- Si, seguro que si puedo, no os vais a librar de mí.
- ¡Vamos a ser muy obedientes! - exclamó de pronto Nowaki - No tienes que preocuparte de nada porque ya verás que lo vamos a hacer todo como debe hacerse.
En un momento el ambiente se volvió emotivo y lleno de sentimientos. Akane no quería que nadie la viera llorar, no era una chica que soliese llorar en público y menos por cosas sensibleras, no había que olvidar que ella era la misma chica que dijo que el amor era "un gran montón de mierda".
- Ya verás - continuaba Kenshi - Me voy a esforzar muchísimo para ser un Leandro tan bueno como iba a serlo Kamui,
- O mejor - comentó este.
- Y yo - habló también Karasu - Desde que me disteis el papel de Oberón no podéis tener quejas de mi, creo que no lo hago mal.
- Lo haces genial - sonrió Akane - Que tu le das un puntito muy sexi.
Jisei veía el aura de Akane temblando, emitiendo destellos de todos los colores, estaba claro que estaba muy emocionada pero que contenía esa emoción. Emoción que se desbordó completamente cuando Sumire la abrazó.
- Te vamos a echar tanta de menos - dijo Sumire en tono mimoso.
- Akane toma, lo hemos comprado todos para ti - Yuri le ofrecía un pequeño pero bonito centro de flores blancas.
- Yo te he traído bombones - añadió Kamui - Pero tienes que tomártelos con moderación, mejor que te los guarde Akira y te los de poco a poco.
- Y yo te he hecho un muñeco - Ryuko sacó de su mochila un pequeño conejo tejido a mano - Para que te haga compañía y no te sientas sola.
- Eres una gran directora - habló ahora Kohaku - Te vamos a echar mucho de menos pero... eres muy valiente y ya verás que bien te vas a sentir luego. Te lo digo por experiencia. Yo estuve allí, en el mismo sitio donde tú vas y fíjate, me ayudó muchísimo.
Inari respiró hondo ¿Podía ser que estuviese empezando a emocionarse? Miró a Jisei y se conmovió al verla también muy emocionada, mirando a su amiga con pena, la iba a echar mucho de menos, estaba intentando hacerse la fuerte pero en realidad se la veía débil ¿Cómo iba a poder él irse y abandonarla?
Movió la cabeza con fuerza para retirar esos pensamientos que empezaban a aparecer, no era momento de plantearse esas cosas.
- Bueno, vamos a seguir con lo que estábamos - habló Inari - ¿Algún tema más?
- ¿Y si hacemos una pequeña fiesta para despedir a Akane? - dijo entusiasta Genki.
- ¡Podemos hacerla aquí mismo! - se unió a él Nowaki.
- No, aquí no podéis hacer nada - se negó Inari - Esto tenemos que cerrarlo dentro de... - miró su reloj - Mira, ya mismo, si no tenéis ningún tema más que tratar es mejor que nos vayamos, es viernes y seguro que tenéis planes ¿A que sí?
- Claro Nowaki ¿No íbamos a ir a ver a Himeko a su casa? - Kohaku le miró inquisidor - Hoy le daban el alto.
- ¡Es cierto! ¡Era hoy! - gritó alarmado - ¡Pero como puedo haberlo olvidado!
- Tranquilo - habló Yuri - He traído otro centro de flores para ella, es igual pero rosa.
- ¿Vais a ir a ver a Himeko? - preguntó Akane cogiendo a Nowaki del cuello de la camisa y casi tirándole.
- Pues s-si - respondió casi con miedo el chico.
- Vamos a ir casi todos - añadió Karura - ¿Al final vienes, Xu-Xu?
- Si, si, voy a ir.
- Yo también iré - comunicó Shibi.
- ¿Y nosotros no vamos? - ahora se acercó efusivamente a Akira - ¿Por qué nadie me ha dicho nada?
- Bueno pensábamos que... - comenzó a hablar Kyojin.
- ¡Yo quiero ir! ¡Quiero ver a Himeko y despedirme de ella! Además ella lo estará pasando muy mal y...
- Esta bien, está bien, pesada, iremos - sonrió benevolente Akira - Ya me imaginaba yo que ibas a querer ir.
- Pues entonces ir recogiendo esto y nos vamos - habló Inari - Venga.
- Como se nota que es viernes y estás deseando irte - se burlaba Nowaki.
- Nowaki... - Yuri le interceptó de forma nerviosa - Puedo hablar contigo.
- Si, claro que si.
- Ven... es un poco privado.
- ¿Qué te sucede? - se preocupó viendo como su amiga movía nerviosamente las manos, tenía entre ellas un pañuelo de papel que retorcía continuamente.
- Es que... yo... me gustaría pedir una cita con tu madre.
- ¿Con mi madre?
- Si, bueno, tu madre... es que... es que... - Yuri tomó aire inflando los pulmones todo lo que pudo y lo dejó escapar lentamente, era el momento, tenía que ser ahora, acababa de decidirlo, no lo había pensado mucho pero es que si lo pensaba no lo haría, era ahora o nunca, lo haría y que fuese lo que tuviera que ser - Yo tengo un problema, Nowaki, un problema bastante grave.
...
Sonrió mirando las palabras escritas en aquel cuaderno de Akira que había encontrado por casualidad. Un cuaderno donde anotaba ideas y cosas que se le quedaban en la cabeza, por lo que podía comprobar al leerlo, y no es que cotillease, no, que él mismo le había dado permiso para hacerlo, Akira escribía en él cuando se sentía frustrado sobre todo consigo mismo y para ella era como leer en su corazón.
Akira firmaba todos sus pensamientos y tenía la curiosa manía de poner la estación del año. Akane recordó como eran las cosas en esos momentos... era increíble la de cosas que habían pasado desde entonces, quien le iba a decir que ahora todo sería tan distinto.
Cogió un bolígrafo, añadió unas palabras más y firmó también. Cerró el cuaderno y miró por la ventana, empezaba un día importante, los últimos días habían pasado tan deprisa que casi parecían un sueño. Bien, era hora de enfrentarse a los cambios y seguir avanzando.

"Mi cabezota mandarina, si tu supieras..."
"Otra vez he vuelto a soñar contigo"
"¡No sabes como me odio cada vez que me despierto soñando contigo!"
"¡No sabes como te odio cada vez que sueño contigo!"
"Y dentro de un rato volveré a verte y volverá mi tortura"
"¡Tenerte tan cerca y a la vez tan lejos!"
"¿Cuándo entenderé que no eres para mí?"
"¿Cuándo acabará esta envida a todo lo que te rodea?"
"¿Cuándo dejará de dolerme el corazón si te veo sonreír?"
"Si tan solo me mirases y vieses el llanto de mi cuerpo..."
"Perdóname, pero no puedo dejar de pensar en ti. Perdóname por ser tan cobarde y no enfrentarme a mis sentimientos. Perdóname por odiar que seas feliz..."
Akira Shikamoto, Primavera.

"Mi tonto Bambi..."
"Perdóname por haber sido tan egoísta y no darme cuenta de tus sentimientos"
"Perdóname por querer apartarte de mi lado y no escucharte"
"Gracias por ser como eres y no rendirte nunca… sin ti… estaría perdida"
Akane Kumoyuki, Otoño.


                                                               ¿FIN?

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Este es el final, bueno, no es el final completo, digamos que es un punto y a parte porque la historia solo estará completa cuando representen la obra que tienen pendiente.
Como he dicho han sido muchos capítulos y tenía que poner un fin porque la vida no tiene fin y si no me decidía a poner ya un fin esta historia iba a ser eterna. Así que, en teoría aquí termina, en el momento en que la vida de Akane va a tomar un giro, creí que era el mejor momento para poner ese punto y a parte.
Pero es eso, solo un punto y a parte. Aún han quedado varias historias sin concluir y no voy a dejarlo así, al menos hay que saber como avanzan. Así que a partir de ahora se inician "Los Apéndices", capítulos en los que se irá contando como les va a todos hasta el momento de representar a obra y por supuesto después escribiré la representación de la obra.
No se cuantos capítulos van a ser pero si sé que el ritmo variará en ellos y quizás el narrador, tampoco se si los pondré aparte o dentro de esta historia... son detalles que aún estoy decidiendo. Lo que si puedo decir es que se sabrá de todos los personajes, por lo menos hasta su graduación.

173. Si ya sabes el problema, busca la solución

En el hospital, la situación de Kohaku pasó de ser un poco incómoda a muy incómoda cuando los padres de Himeko regresaron a la habitación. Al ver entrar al padre empezó a pensar en que decirle, seguro que le miraría con ese gesto severo y le diría que qué hacía allí y lo mismo empezaba a acusarle de que por su culpa Himeko estaba en ese estado, por habérsela llevado a pasar el fin de semana fuera de su casa... pero Ichirou Girei venía de muy buen humor como para fastidiarlo poniendo cara de ogro a ese chico. Acababan de decirle que su hija estaba fuera de peligro, cosa que ya sabía pero que no venía mal que confirmasen, no tenía ninguna hemorragia interna, ni daño cerebral, su hija estaba viva y era todo lo que le importaba.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó severo el padre de Himeko, no quería resultar severo pero es que ese era su tono habitual de voz.
- Yo... venía a ver como estaba Himeko.
- ¿Y la doctora Namikaze?
- Ha tenido que salir, por lo que se veía era una urgencia.
- ¿Y tú no deberías estar en el instituto? - se interesó la madre de Himeko.
- Es que no podía irme y dejarla sola.
Ichirou dio unas palmadas en la espalda de Kohaku que parecieron de aprobación.
Un móvil hizo un sonido corto y no sonó más pero Nagisa abrió su bolso y lo sacó. Después de comprobar quien la había llamado, marcó.
- Es Hizashi - explicó a su marido aunque este no la hacía mucho caso, estaba pendiente de su hija dormida - ¿Hizashi?... Si, si, ya estamos aquí, ya hemos hablado con el médico... podéis subir sin problemas... en la 1101... si en la planta 11... venga, os espero.
- ¿Qué ha dicho el médico? - preguntó casi con miedo Kohaku.
- Lo que peor tiene es el tobillo izquierdo, seguramente la tengan que operar y ponerle un clavo, pero eso es lo de menos - contestó la madre de Himeko - lo importante es que no le ha pasado nada grave, ha tenido mucha suerte.
- Venga, no tengas esa cara tan serie - habló Ichirou - Cuando se despierte tiene que ver caras sonrientes.
- ¿No está enfadado conmigo? Lo siento es que yo pensé que...
- Tampoco soy el ogro de la película. Es cierto que he sido muy severo con Himeko pero ha sido porque pensé que tenía que ser así y enseñarla a ser fuerte. Siempre la he visto delicada y frágil y... - acarició con cuidado la cabeza de su hija - tonta, si yo siempre te he querido mucho, es verdad que esperaba tener un hijo, un hijo fuerte y me asustaba que te dañasen.
Mas o menos Kohaku entendía a Ichirou, Himeko siempre decía que era muy severo con ella y que estaba desilusionado porque había sido una niña, no el hijo que esperaba, pero no, lo que pasaba es que ella iba a heredar todo ese imperio familiar, los Girei eran una familia antigua e importante, dueños de una famosa cadena de hoteles, y seguro que el señor Girei pensaba que en ese mundo tradicionalmente masculino a ella se la iban "a comer". Seguro que era eso y seguro que lo que pretendía era enseñar a su hija a defenderse... o algo así.
Desde fuera de la habitación se oyeron pasos deteniéndose en la puerta. La madre de Himeko se apresuró a ir hasta la puerta, como si esperase la visita.
Kohaku supuso que era Hizashi, sobretodo porque le pareció oír su voz y efectivamente era Hizashi el que entró en la habitación, seguido de Nagato.
- Hola tio - saludó al entrar.
- ¿Cómo es que has venido? - le preguntó bastante serio.
- Tenía que venir, tenía que ver a Himeko, en clase no iba a concentrarme.
Ichirou iba a regañarle por su irresponsabilidad, ya le había explicado que Himeko no corría peligro, no podía ser que con esa excusa no fuera al instituto cuando se percató del otro chico que le acompañaba. De repente le pareció conocido aunque no sabía de qué... sería algún amigo que habría ido alguna vez a su casa.
- Ichirou - habló algo nerviosa Nagisa cogiendo a Nagato de la mano y acercándole a su marido - Él... es Nagato.
Ichirou la miró aún mas confundido, sabía que quería decirle algo pero no entendía el que.
- Nagato... el hijo de Honoka... tu sobrino.
Ichirou se quedó paralizado, sin saber que decir, ni como reaccionar. Para un hombre tan estricto con la moralidad de la familia como él era una sensación muy ambigua la que sentía, por un lado no quería saber nada de su hermana, esa hermana egoísta y desastrosa pero por otro lado ¿que culpa tenía su hijo?
Fue Nagato quien tomó la iniciativa y le ofreció su mano.
- Hola... ¿tio? Vaya, esta situación es muy incómoda.
- ¿Nagato? ¡Por dios si tenías a penas meses la última vez que te vi! - estrechó su mano.
- Tenía 22 meses, me acuerdo muy bien - declaró Nagisa.
- Tu y tu portentosa memoria - añadió Hizashi.
- ¿Y como...? - titubeó Ichirou - ¿Cómo es que estás aquí?
- Le encontré en internet - explicó orgullosa Nagisa - ¿No es asombroso?
- Vaya... si que estoy... impresionado ¿Y como te va?
- Bien, bien. He venido a ver a Himeko, Hizashi me dijo lo del accidente y claro, bueno es mi prima y...
No se podía negar que la situación era de lo más tensa pero en ese momento Himeko comenzó a hacer leves ruidos y a moverse, despertándose lentamente.
Nagisa se acercó a la cama de su hija y le cogió una mano.
- Himeko - habló emocionada - Himeko, hija...
Himeko hizo un gesto de desagrado mientras abría los ojos.
- Himeko, mi niña - Nagisa abrazó a su hija con ternura.
- Himeko ¿Cómo te encuentras? - preguntó Ichirou.
- ¿Mamá? ¿Papá?
- Si, hija, soy yo, estoy contigo - Nagisa la besó en la frente - No, no intentes levantarte. Ahora vendrá una enfermera ¿Cómo te encuentras?
- ¡Mamá! - Himeko se abrazó a ella fuertemente - ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mamá!
- Ya hija, ya mi amor, ya ha pasado lo peor.
- ¿Papá?
Himeko miró a su padre llorosa y este, conmovido se acercó a abrazarla.
- Lo siento papá, perdóname, lo siento mucho.
- No ha sido culpa tuya.
- Lo siento, lo siento, siempre te doy problemas, lo siento.
- No digas eso hija, soy yo quien siente no... menos mal que sigues conmigo.
...
Yuri se había quedado sola en la enfermería y lloraba desconsoladamente. No podía evitarlo, se había tapado la cara con las manos y aunque intentaba dejar de llorar no podía. Sentía mucha pena, pena por ella misma.
Shinobu la había dejado sola con la excusa de ir a decirle a su tutora que se iba a marchar a casa. En realidad fue una excusa que a Shinobu le vino muy bien para, precisamente, dejar a la chica sola y que llorase todo lo que necesitase llorar.
Cuando el profesor llevó a Yuri aquella pieza de fruta, un plátano, esta lo miró con recelo.
- ¿No te gustan los plátanos? - preguntó.
- Si, si - contestó de forma poco convincente - Muchas gracias.
- Al menos te dará un poco de energía hasta la hora de la comida. Shinobu me marcho, tengo cita con unos padres.
- De acuerdo, ya me ocupo yo de todo.
Yuri comenzó a dar vueltas a la pieza de fruta como si no supiese muy bien por donde empezar a pelarla. Al ver ese gesto triste en la cara de la chica, la enfermera fue cuando decidió que era mejor dejarla sola, no porque pensase que Yuri no quería comerse el plátano, podía ver en su rostro que si quería comérselo pero que realmente le daba asco y la vio tan entristecida que comprendió que quería llorar y seguramente no lo hacía por estar ella allí.
- No te encuentras bien ¿verdad?
- No, estoy... yo creo que me he resfriado porque me duele la cabeza y tengo... mocos.
Nanao se levantó y de una cajonera sacó un termómetro.
- Toma, póntelo.
Yuri se lo puso con desgana, se imaginaba que no tenía fiebre pero si era cierto que le dolía bastante la cabeza.
Al cabo de unos instantes la alarma del termómetro avisó que ya estaba tomada la temperatura. Yuri devolvió el termómetro a Shinobu y esta lo miró.
- Vaya, si que tienes unas décimas. Está bien, voy a decirle a Nanao que te marchas para casa. Tómate el plátano, yo te traigo tus cosas.
Y ahora Yuri estaba sola y llorando ¿Por qué le había pasado esto a ella? ¿Cuando se le fue todo de las manos? Ahora le venían a la mente todas esas cosas que oía como que era un "saco de huesos", que si no estuviese tan delgada sería mas guapa, que era bonita pero que lástima lo de ser tan flaca, incluso una vez llegó a oír a unas chicas que la llamaban "anoréxica" ¿De verdad era anoréxica?
Ella solo quería ser perfecta, solo quería que su madre se sintiese orgullosa de su niña, solo quería sentirse bonita...
¿Tendría razón Nowaki y podría poner el peligro su vida? A lo mejor eso solo eran exageraciones del chico pero... ¿Y si era cierto?
Su vida no estaba bien, no estaba nada bien, las cosas no estaban saliendo como ella planeaba, ella solo quería mantenerse delgada pero ahora se sentía débil, el pelo se le caía, se mareaba, siempre tenía frio... Todo estaba mal, todo estaba mal.
La puerta de la enfermería se abrió y Yuri se apresuró a secarse como pudo las lágrimas. Esperaba ver entrar a Shinobu pero quien entró, llevando su cartera fue Akira.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó extrañada.
- Me han dicho que tengo que acompañarte a casa - se acercó y se sentó en la cama - Mira que eres problemática.
- No tengo la culpa si me he puesto enferma, quejica, que eres un quejica ¿Y por qué vienes? Yo no te necesito.
- Según Yotsuda alguien tiene que acompañarte a casa, no vaya a ser que te desmayes.
- Tu crees que es mentira ¿Es eso verdad? Piensas que todo es un cuento.
- Ahhhh... que más da lo que yo piense. Lo que pasa es que eres muy teatrera y claro, ahora cuesta creerte.
- Pues no estoy mintiendo, estoy mal de verdad - comentó molesta - Y no se por qué has tenido que venir tú, hubiese sido mejor que me acompañase Kyojin o Nowaki.
- Si... no, es mejor que Kyojin no te acompañe, ya sabes que Ryuko se puede mosquear.
- Ah y por eso me acompañas tu.
- Te acompaño porque Yotsuda ha "estimado" que soy el mas apropiado porque se donde vives y todo eso. Anda, vamos, que no tengo toda la mañana, tengo que regresar.
- ¿Pero que te pasa conmigo? - se quejó llorosa - ¿Ahora que te he hecho?
- Ahhh, no, no empieces a llorar. No es culpa tuya, es solo que estoy nervioso.
Yuri rompió a llorar y Akira hizo un gesto de molestia. Que rabia le daba cuando las chicas lloraban y más cuando no sabía bien el motivo, las mujeres eran demasiado sensibles y propensas al llanto y él nunca sabía como reaccionar, ni que hacer y menos con Yuri que lo mismo podía pensar cualquier barbaridad de él, como que estaba interesado en ella, no sería la primera vez. Optó por abrazarla, parecía una reacción apropiada, el calor humano siempre reconforta, y esperar que no organizase una escena.
- ¿Por qué soy así? ¿Por qué? - lloró la chica.
En esos momento Akira tuvo la sensación de que algo así ya lo había vivido, pero con Akane... mujeres complicadas.
- ¿Te veras soy anoréxica?
Eso sorprendió a Akira porque era la primera vez que oía a Yuri decir esa palabra.
- Recuerda que ya tuviste problemas hace un par de años y lo mal que lo pasaste.
- Si, claro que me acuerdo, claro que me acuerdo ¿Crees que he recaído?
- Creo que tu manía por adelgazar se ha convertido en una obsesión, si.
- ¿De veras crees que no lo controlo?
- Para nada, claro que no lo controlas, recuerda que a la anorexia no se la controla, ella te controla a ti.
- Pero...
- Pero nada, ya sabes el problema que tienes, ahora también puedes solucionarlo.
- ¡Pero es que no quiero engordar! Me dan asco esas personas llenas de grasa y tengo miedo de terminar así.
- Mira Yuri, tú eres una chica inteligente y por tanto sabrás darte cuenta de tu situación. Dicen que las personas con esos problemas sois inteligentes ¿no? Pues demuéstralo, no dejes que una obsesión domine tu vida, tu vida la tienes que controlar tu, aprende de Akane, ahí la tienes, dispuesta a lo que sea para recuperar su vida.
- Akane si que es valiente, ella no tiene miedo de enfrentarse al mundo y que la señalen y la llamen loca.
- ¿Y tú a que tienes miedo? ¿A que hablen de ti y cuchicheen que no comes y todo eso? Creo que ya hay gente que lo hace. Si de veras controlas lo que te pasa deberías demostrarlo y ponerle freno.
- ¿Y que hago?
- Para empezar ve a hablar con la madre de Nowaki, ella sabe como tratar estos casos.
- Nowaki...
- Esa es otra, yo creo que le gustas a Nowaki y él empieza a gustarte a ti.
- ¿Crees que le gusto? A lo mejor solo demuestra interés por mí por... mi problema.
- Si, claro, seguro que Nowaki es así de retorcido - ironizó - Vamos, por favor, si es la persona más simple que existe en este mundo. Tienes que hacer lo que te he dicho e ir a ver a su madre.
- Dicen que el primer paso para curarse es reconocer que se tiene un problema.
- Y querer curarse, eso también es importante, porque se puede reconocer pero ignorarlo.
- ¿Y desde cuando te has vuelto tu tan... buen consejero?
- Desde que descubrí que me gustaba una chica muy rara y con líos mentales - sonrió - Uno aprende rápido, ya me conoces.
...
- ¿No deberías irte al instituto? - preguntaba Ringo a Karasu sentada en el sofá de la casa de su madre.
- Debería... - contestaba Karasu sentándose a su lado - pero ya ves que no me voy.
- Puedes irte ya si quieres.
- ¿Me estás echando?
- Es que tienes que ir al instituto, estás perdiendo muchas clases.
- Bueno, no soy de los que faltan habitualmente, por una vez que falte tampoco se va a abrir el mundo.
- Pero tienes que irte, yo estoy bien ya, además mi madre va a volver enseguida.
- Ha llevado a Aiko al parque, no va a regresar pronto, seguro que se entretiene hablando con otras madres o abuelas o lo que sea.
- Pero yo estoy bien, de verdad que si, no me encuentro mal, solo tengo un poco de molestia pero como cuando me viene la regla, igual.
- Me da igual - volvió a levantarse - ¿Cuándo tienes que tomarte el antibiótico que te han recetado?
- Han dicho que ya mañana porque me han puesto una inyección.
- Por lo visto tenías infección - comentó mientras ojeaba el informe que le habían dado en el hospital de Ringo.
- Si, por eso me han puesto antibiótico.
- ¿Y las gotas estas para que son?
- Para que no tenga hemorragia. Me las tengo que tomar cada 8 horas durante 3 días.
- ¿Y esta otra receta que no has cogido en la farmacia?
- Ah pues eso es una inyección que tienes que ponerte cuando eres RH-.
- ¿Y no te la vas a poner?
- No porque el padre es RH- también y en ese caso no hace falta.
- Vale, si tu lo dices te creeré ¿Quieres que te traiga algo de comer?
- Ahora mismo no me apetece nada, tengo el estómago revuelto.
- ¿ves? Estoy bien, puedes irte al instituto.
- Prefiero quedarme aquí y hablar contigo, es que tengo algo que decirte y quiero aprovechar ahora que estoy lanzado... o que tú estás más vulnerable y así te ataco mejor.
- ¿Atacar? ¿Es que me vas a decir que no nos veamos más o algo así?
- No, no es nada de eso.
- No, si lo entendería, soy una verdadera molestia y desde que he irrumpido en tu vida no he hecho otra cosa que complicártela - habló deprisa y nerviosa.
- ¿Puedes callar un poco y dejarme hablar a mi? No has sido ninguna molestia para mi, bueno puede que parezca que si, reconozco que desde que te conozco he tenido que aprender muchas cosas, bueno mas que nada es que me he dado cuenta de... cosas.
- ¿Qué cosas?
- Cosas de la vida. Ringo, creo que este es el momento adecuado para que empieces a replantearte tu vida.
- ¿Mi vida?
- Si, tu vida y la de tu hija, porque no tienes que olvidar que no eres tu sola, que tienes una hija. Creo que definitivamente debes abandonar a Isamu, pero dejarle de verdad y no volver con él. No, déjame hablar y terminar lo que quiero decir porque si empiezas a contradecirme vamos a empezar a discutir y no terminaré por decírtelo y yo necesito decirlo. Tienes que dejar a Isamu, nada de ata a él, ya sé que tenéis una hija en común, una hija preciosa pero eso no te ata a él, la tenéis en común y ya, se acabó ahí tu dependencia. Yo no digo que le apartes de su hija y que no le dejes verla, eso es algo que a mi juicio habría mucho que valorar pero bueno, no lo digo, lo que digo es que tu, tu si tu, no tienes que estar atada a él por esa razón. Eras joven y cometiste un error pero yo creo que ya has pagado por él y siempre estarás pagando porque ahora tienes una hija y es tu responsabilidad y con eso ya es más que suficiente, no puedes estar atada a un hombre al que no quieres, porque tú no le quieres ¿verdad?
Karasu había hablado de seguido y sin pensar mucho lo que decía, ahora se había asustado de sus propias palabras o no, quizás de la respuesta que pudiera obtener y mirara nervioso a Ringo.
- No... no le amo.
Karasu dio un suspiro de alivio.
- Lo que yo decía... pues ya está, tienes que dejarle, no puedes vivir con una persona a la que no amas, piénsalo, sería vivir un montón de años con alguien que ya no es el que era y no me digas que lo harías por tu hija porque eso no puede ser bueno para la niña. Tu hija necesita unos padres a su lado que la protejan y guíen en la vida, no unos padres que no se quieran, no unos padres que sean infelices juntos porque tú eras infeliz con Isamu y no me lo niegues.
- No, no te lo niego - agachó la cabeza - Y él lo era conmigo, por eso...
- Aiko no se merece unos padres así, se merece una buena vida.
- ¿Y yo, sola, voy a ser capaz de dársela?
- ¿No te la dio a ti tu madre? Además no estás sola, tienes a tu madre, si lo hizo mal contigo o no eso ahora no viene a cuento, lo que yo se es que eres su hija y quiere ayudarte y para ella eres muy importante, tu y Aiko sois lo mas importante y... es tu madre, no entiendo porqué debes irte a vivir con ese tipo si en casa de tu madre hay sitio para ti.
- Cuando me quedé embarazada sentí que había fallado a mi madre - habló en voz baja - Yo sé que ella era lo último que esperaba, que yo cometiera su mismo fallo. Ella siempre decía que había sido muy tonta y aunque yo era muy importante para ella siempre... si pudiera repetir las cosas pues... yo sentía que la había fallado y le prometí que no sería una carga para ella. Mi madre trabajaba y me dejaba con mi abuela y mi abuela se quejaba de que por mi culpa... o sea yo... era una molestia para todos y luego me quedé embarazada y mi abuela culpó a mi madre, dijo que había sido su culpa porque no me educó, porque no tuvo tiempo de educarme y yo... - Ringo rompió a llorar, Karasu se sentó a su lado y la abrazó.
- No digas esas cosas.
- Yo no quería dar mas problemas a nadie, por eso dije que lo solucionaría yo sola... pensé que Isamu me quería y... él me dijo que iba a estar a mi lado, que no me abandonaría, que me cuidaría pero... lo intentamos pero... no se que pasó que empezó a cambiar, supongo que harto de sentirse atado a mi y a Aiko... no se...
- Ni se te ocurra decir que ha sido culpa tuya - dijo en todo grave Karasu - Seguro que él te ha dicho que fue culpa tuya y no. Las cosas a veces no funcionan como creemos pero seguro que no fue solo por tu culpa, sería por los dos.
- No se...
- Por eso ahora lo que tienes que hacer es ser valiente y volver a empezar de cero, si te equivocaste pues ya está, no puedes hacer ya nada para arreglarlo, él te ha tratado mal, te ha humillado y eso no ha estado bien, así que... Mira, te equivocaste, todo el mundo nos equivocamos pero debes intentar... no se explicarme pero creo que todo tiene que cambiar, es la única forma. Ringo yo... quiero que dejes a Isamu y... salgas conmigo.
Ringo paró de llorar, se separó de Karasu y me miró con los ojos muy abiertos.
- Creo que yo me merezco una oportunidad - continuó el chico sonriendo de forma encantadora - Soy un buen tipo, soy guapete y me gustas.
- Y modesto.
- Claro, es una de mis cualidades - volvió a sonreír de la misma forma - En serio, creo que me merezco una oportunidad, al menos de que lo intentemos porque es que me gustas mucho, pero mucho, créeme que me gustas mucho.
- Pero yo tengo una hija.
- ¿Y? Eso no es impedimento, es lo que tienes y ya está, vienes con algo añadido en la cesta, otras vienen con tontería incluida o con miopía.
- Claro, vas a comparar.
- Lo que quiero decir es que tu me has gustado y no me ha importado que tuvieras una hija. Me importaba que tuvieras un novio, eso si y si le amases y él a ti créeme que no me metería en medio para nada pero es que tú no le quieres y no eres feliz a su lado.
- Pero tengo una hija y eso no es cualquier cosa.
- Pero te repito que tu me gustas, me gustas más que Sumire y a mi Sumire me gustaba mucho, además no te estoy pidiendo casarte conmigo, solo que salgamos.
- Pero yo no puedo salir como las demás chicas.
- Pues que yo sepa durante estos dos meses hemos estado saliendo ya, que tampoco es que haya mucha diferencia, solo que nos podremos besar sin miedo - sonrió de nuevo esta vez de forma más pícara si cabía, haciendo que Ringo se ruborizara levemente.
- ¿y que voy a hacer? - dijo de pronto como si quisiese cambiar de tema.
- ¿De qué?
- De mi vida. No puedo cargar a mi madre conmigo y con la niña.
- Pues lo que hacen muchas madres solteras, sacar adelante a sus hijos. Por favor Ringo estamos en el siglo XXI, las cosas ya no son como antes, las mujeres se supone que sois capaces de cualquier cosa, bueno, siempre lo habéis sido es solo que antes... ya sabes a lo que me refiero ¿Vas a ser tan retrógrada de solo estar con un hombre para que te mantenga? Por favor, deja ya ese victimismo y esa pasividad, coge las riendas de tu vida y manéjala tú.
Ringo volvió a agachar la cabeza avergonzada, no, si Karasu tenía toda la razón.
- Pero no trabajo.
- Pues empieza a buscarlo. Vivir de tu marido es muy cómodo, pero también muy... no se, tu eres una mujer y es tu hija y tu vida y creo que te mereces algo mejor que lo que tienes.
Karasu parecía enfadado, no es que lo estuviese, él solo quería hacerla entender que no debía conformarse con lo que le decían "que era lo mejor y apropiado" y él mismo se estaba asombrando de sus palabras porque nunca había imaginado que tuviese esos pensamientos, al contrario, si su hermana siempre le decía que era un bruto y un machista.
- Hablando de trabajos... - continuó con tono mas suave - ayer estuve hablando con Akira, es que Akane, te acuerdas de Akane ¿verdad?
- ¿Cómo no me voy a acordar de Akane?
- Pues no se si te acuerdas de que trabajaba en los laboratorios del padre de Akira, en la limpieza.
- Si, si que me acuerdo, iba por la noche ¿Es que lo ha dejado?
- Ha tenido que dejarlo porque tiene otros problemas y el caso es que Akira me dijo que a ella le daba apuro dejarlo por no hacerle el feo a su padre y precisamente me preguntó si a ti te interesaría el trabajo.
- ¿A mi?
- Si, se acordó de ti y de que no tenías trabajo, no sé, quizá una vez le comenté que... no me acuerdo que le comenté pero algo tuve que comentarle ¿Qué te parece? De momento es un trabajo en el que no se gana demasiado pero ya es algo, podrías ayudar un poco a tu madre o tener para comprar pañales y cosas así y mientras puedes buscar otro mejor ¿No te parece buena idea?
- ¿Pero y la niña?
- Akane iba bastante tarde a trabajar, seguro que tu madre ya ha salido del trabajo y puede ocuparse de Aiko.
- Es que no quiero molestar a mi madre, ni darla mas trabajo.
- Pero si durante el día tú no trabajas puedes ayudarla a ella con la casa y así ella no tendría que hacerlo cuando viene de trabajar o hacer la compra o esas cosas que haga tu madre, sería una ayuda mutua. Vamos Ringo, piénsalo.
- No, si dicho como lo dices parece una idea estupenda.
- Es que es estupenda.
Pues tendría razón Karasu, ya era hora que dejara de lamentarse y de comportarse como una de esas princesas de cuento que no hacen nada, solo esperar a su príncipe que las rescate, las cosas ya no son así, ahora las princesas no esperan pacientemente, ahora se remangan y salen ellas mismas de solucionar sus problemas, porque el príncipe que acuda lo mismo no es tan príncipe como ellas pensaban, que hay mucho patán por el mundo.
...
En el aula, a la hora de la comida, Ryuko estaba más seria de lo habitual. Sentada aún en su asiento miraba taciturna como Sumire y Shibi juntaban algunas mesas para poder comer todos juntos. También estaban en el aura Akira, que ya había regresado de acompañar a Yuri a su casa y hablaba con Akane y Kyojin.
Ryuko les miró con pena y Kyojin, que de vez en cuando miraba hacia donde estaba la chica, al verla, terminó la conversación y se acercó, cogió una silla y se sentó a su lado.
- ¿Qué te pasa? - preguntó preocupado.
- Nada. Solo pienso en todo lo que ha pasado, en Himeko, no se me quita de la cabeza y también en Karura ¿Cómo crees que estará?
- Pues supongo que hecha polvo.
- Y también pienso en Akane, es que no se, no me hago a la idea de que se vaya a ir.
- Pero no se va muy lejos y la verás todas las semanas.
- ¿Y si no la dejan salir del hospital?
- No seas exagerada.
- Es un manicomio Kyojin, va a ingresar en un manicomio.
- Es un hospital y una clínica de reposo, además de personas con problemas, depresiones y trastornos, hay gente que necesita reposo, tranquilidad y cuidados.
- Llámalo como te de la gana, pero es… lo que es. Siempre he estado con Akane y... la voy a echar mucho de menos.
- Todos la echaremos de menos, seguro - pasó su brazo por los hombros de Ryuko.
- No entiendo porqué tiene que ir a ese sitio, es que no lo entiendo.
- Porque allí la atenderán. Necesita atención constante y que la enseñen a convivir consigo misma y a afrontar sus traumas.
- Ya lo se pero... - unas lágrimas escaparon de sus dorados aunque ahora enrojecidos ojos.
- Eh, eh, eh - dijo cogiéndola de la barbilla y guiándola suavemente para que girase la cabeza y le mirase - ¿Crees que es mejor no hacer nada? Escucha, este fin de semana vamos a pasarlo con ella y el domingo la acompañaremos y estaremos a su lado cuando ingrese ¿quieres?
- Si, quiero estar con ella y ver donde va a estar.
- Y si te parece el martes... no, el martes no porque tenemos ensayo... el miércoles vamos con Akira a verla.
- ¿Podemos?
- Akira va a ir a verla todas las tardes. El miércoles vamos con él ¿quieres?
- ¿Y le darán permiso el viernes?
- Creo que si, que el fin de semana la dejarán salir.
- ¿Y podremos ir a recogerla?
- Pues claro y si no la dan libre el fin de semana pasaremos la tarde del sábado con ella.
- ¡Chicos! ¡Tengo una idea! - gritó de pronto Sumire - ¡Se me ha ocurrido una gran idea!
- ¿Se puede saber por qué gritas tanto? - se quejó Akira.
- ¡Porque he tenido una idea! ¿Que os parece si el sábado hacemos las chicas una pijamada? ¿Eh, Akane?
- ¿Para despedirme? - preguntó Akane.
- ¡Para que estemos todas juntas y nos lo pasemos bien! ¡Nos reiremos un montón! Nos maquillaremos, nos peinaremos, hablaremos de chicos y veremos una película de esas que nos hacen llorar mucho. Así Akane irá muy contenta al sitio ese ¿Eh?
- ¿Y dónde lo vais a hacer? - se interesó Shibi.
- Podéis hacerlo en mi casa - propuso Akira - Quiero decir en la casa donde ahora dormimos Akane y yo, siempre y cuando lo limpiéis todo después.
- ¡Ah! ¿Si? ¿Si, Akane? ¡Di que si! ¡Di que si!
- Espera que vengan Jisei y Xu-Xu y vemos a ver que dicen, lo mismo no pueden.
- ¡Pero va a ser muy divertido!
- ¿Y hablaremos de los chicos "sexis" del instituto? - río Akane.
- Y criticaremos a las guarras que nos caen mal.
- ¿Y tus padres que dirán? - preguntó Shibi a Akira.
- Si lo limpian todo después no se quejarán, además a mi madre le gustará que pase la noche en su casa, con ellos.
- Todo va a cambiar a partir de ahora ¿verdad?
- Muchas cosas - suspiró - Y esperemos que a mejor.