sábado, 23 de agosto de 2014

146. Cambio de perspectiva

Karura, Yuko y Kanna terminaban una carrera casi al mismo tiempo. Kanna era la que llegó en primer lugar, seguida por Karura y Yuko.
- Carai chica – decía Kanna mostrando signos de cansancio y llevándose una mano a un costado – Eres buena, Karura.
- No más que tú, no sabía que eras tan rápida – contestaba igual de agotada.
- Hay muchas cosas de mí que no se sabe. Y tú no te quedas atrás, Yuko.
- No ha estado mal la carrera ¿eh? – decía esta.
En clase de tutoría pusieron juntas a las tres para que fueran conociéndose más y tuvieran que averiguar cosas las unas de las otras y había que reconocer que en su caso había resultado de lo más eficaz. Las tres chicas habían conseguido el objetivo, no solo se conocían mejor si no que habían congeniado perfectamente si no que se habían hecho amigas.
Descubrieron que tenían muchas cosas en común, para empezar las tres eran un poco más mayores que la mayoría de sus compañeros y por diversas razones habían repetido algún curso, pero eso era lo menos importante, lo que de verdad hizo que congeniaran fueron sus gustos, sus ideas y un montón de pequeños detalles que hacían que sintiesen que podían comprenderse.
Ellas habían corrido en la primera ronda y ahora terminaba la segunda, en ese grupo iba Shiho que desde luego no llegaba la primera pero las tres chicas, al verla esforzarse con gesto de agotamiento en el rostro comenzaron a aplaudir para darla ánimos.
Shiho, casi a punto de desmayarse y dando arcadas se acercó a ellas. Karura y Yuko corrieron a su lado a ayudarla.
- Venga, campeona, que eres una campeona – decía Karura masajeándola los hombros.
- Creo que me estoy muriendo – se quejó Shiho.
- De verdad que eres una valiente – añadió Kanna.
- Lo mío no es correr.
- Por eso mismo.
- Eso si – dijo Yuko – Que no me entere yo de que te ponen una nota baja, aunque solo sea por el esfuerzo.
- Oye Shiho ¿Y Genki? – preguntó Karura – Que raro que no esté aquí animándote.
- Es verdad – añadió Kanna – Yo creía que estaría con una pancarta y todo, en plan fan entusiasta.
- Se ha quedado jugando un partido de futbol con Nowaki.
- Perdona que te pregunte, es que últimamente se te ve mucho con él.
- Es que es un chico estupendo, un encanto, el más dulce que he conocido, claro que tampoco es que yo conozca a demasiados.
- Te lo aseguro - afirmo Karura - Si que es un chico dulce, de esos que se desviven por su chica, a primera vista perece un bicho raro y un exagerado para todo pero es de los que si se te cae un zapato por un barranco se tira de cabeza a recuperarlo.
- Bueno chicas, yo ya he cumplido con esto de la actividad deportiva, ahora lo que quiero es volver a mis libros y mi telescopio. Voy a darme una ducha y a beber algo, creo que estoy a punto de deshidratarme.
- Esta bien, ya nos veremos – dijo Kanna.
Shiho se marchó y Yuko sonrió a Karura de una forma maliciosa.
- Y hablando de chicos ¿A ti como te va con el hermano de Kamui? Eh oído decir que sales bastante con él.
- ¿A si? – sonrió también Kanna - ¿Has vuelto a salir con él?
- Vaya que si salen – contestó Yuko.
- ¿Y tú como lo sabes? – la interrogó Karura.
- Yo me entero de todo, no sabes de las de cosas que se entera uno estando en la cocina, sobretodo en casa de Taro.
- ¿Qué tiene que ver Taro conmigo?
- Bueno ya sabes que se dice por ahí que Kamui y Yuri van a tener una cita matrimonial, eso es porque los Kaguya quieren emparentar con una familia ilustre y tienen dos hijos Fuma y Kamui ¿No os habéis parado a pensar que son el doble de oportunidades?
- Pero Fuma es muy rebelde para eso – contestó Kanna – Yo lo se, él conoce a mi hermano Hisoka y se que discutió con su familia por ese tema, por lo visto su padre ya intentó casarle por obligación hace años ¿Tu no lo sabías Karura?
Karura guardó silencio, en realidad ella no sabía demasiado de la vida de Fuma, siempre que le veía hablaban poco y normalmente de cosas sin importancia o si acaso de la familia pero Fuma nunca le había hablado de cosas demasiado personales.
Desde aquella conversación el día del cumpleaños de Yuri, cuando se quedó con la niña de Ringo y se encontró a Fuma paseando, Karura había cambiado mucho. Ahora se daba cuenta de lo egoísta que era, siempre pensaba en si misma y en su confusión, nunca se le ocurrió pensar en Fuma, claro, era más sencillo para ella pensar que Fuma estaba con ella solo por atracción y quizás no era así, quizás sus palabras cuando le dijo que la amaba eran ciertas.
Estuvo unos días reflexionando sobre su situación y también recordando las palabras que Jisei le dijo aquel día; "estás demasiado pendiente de ti misma y no piensas con lógica. Estás demasiado cerca de lo que debes elegir, deberías andar hacia atrás unos pasos y mirar desde otra perspectiva"... si, debía ser eso.
Y Karura recordó como era ella misma antes de verse envuelta en todas esas dudas, ella siempre había sido una chica decidida y valiente a la que no le asustaba equivocarse en sus decisiones, así que decidió hacer lo que la Karura del pasado hubiera hecho, enfrentarse a sus dudas, ir al apartamento de Fuma y plantarse delante de él.
"...Estaba nerviosa, muy nerviosa pero se dijo así mismo que una negación ya llevaba y que si no lo intentaba no sabría si funcionaría. Cuando Fuma abrió la puerta y la vio se quedó de lo más sorprendido.
- ¿Te pasa algo? – preguntó algo alarmado.
Era curioso pero Fuma llevaba una temporada sin buscarla, sin llamarla... realmente se había tomado en serio eso de "darle su espacio y no agobiarla"
- No, es que me aburría y he pensado en preguntarte si querías salir a dar una vuelta conmigo.
- ¿Me estás pidiendo una cita? – sonrió.
También era curioso que notara cierto cambio en él, como que estaba más relajado.
- No, te estoy pidiendo que salgamos a dar una vuelta.
- Es lo mismo.
- No exactamente. Bueno ¿Te apetece o no?
- Claro que me apetece ¿Es que me echabas de menos?
- No particularmente.
- Mentirosa.
- Simplemente me apetecía dar una vuelta y no quería hacerlo sola y me acordé de ti. Y de cualquier forma, te aviso, machito, que no soy una chica que se quede esperando en casita a esperar a que al chico le entren ganas de llamarla.
- ¿Eso significa?
- Que si me apetece salir, salgo, si me apetece invitar a un amigo, lo hago y si me apeteciese tener una cita con un chico le llamo ¿Algún problema?
- No, para nada, eres una chica decidida..."
- ¿Cómo te fue ayer? - se interesó Kanna - ¿Paso algo o no?
- Que va, no pasó nada de nada. A veces pienso que está jugando conmigo y me hierve la sangre.
- A lo mejor simplemente es tímido - añadió Kanna.
- ¿Tímido? Que va, no es nada tímido ¿Sabes la de citas que he tenido con él desde que decidí averiguar si me gustaba de verdad o no? Ya os conté que aunque he salido con él pues lo nuestro fue un poco... Pues desde que decidí perdirle salir hemos tenid o10.
- Vaya, son unas cuantas - contesto.
- 10 citas, me refiero a citas, no a encontrarnos o dar una vueltecita. 10 citas de ser cita, de haber quedado con él, de arreglarme para salir con él, de pasar la tarde juntos e incluso cenar algunas veces, 10 ¿Y creéis que ha pasado algo entre nosotros? Pues no. Estoy empezando a pensar que estoy perdiendo mi atractivo. A ver, que yo no soy de las que se enrollan con un chico en la primera cita pero es que son 10 y no ha intentado nada y nosotros ya teníamos una confianza y una cosa... así... íntima.
- Quizás el chico solo es educado - dijo Yuko – La verdad es que yo le considero muy educado.
- Al despedirnos siempre, siempre, sonríe de una forma como malvada y parece que va a besarme... pero no, se limita a darme un piquito y ya. Y yo noto que le sigo gustando, lo noto.
- A lo mejor simplemente si está jugando contigo - declaro Kanna.
- No creas que no lo he pensado, que si, porque siempre actúa como muy seguro de sí mismo y luego...
- Te deja con dos palmos de narices - añadió Kanna - Está claro que está jugando contigo.
- O está esperando a que seas tú la que tome la iniciativa - añadió Yuko.
Karura la miro intrigada.
- A ver si va a ser eso – murmuro – Tendría su lógica, tampoco debe fiarse de mí y es normal después de como le he tratado con mis dudas y todo eso.
...
Kamui se había quedado dentro del aula, no tenía ganas de hablar con nadie, tanto bullicio le estaba poniendo nervioso, además desde el cumpleaños de Yuri y el incidente con Seishiro era muy normal ver a Takumi acompañando a Momoka y eso de algún modo le molestaba. Aun no sabía qué clase de molestia era la que sentía, si serían celos o solo que su orgullo estaba siendo pisoteado. Estaba tan acostumbrado a tener siempre a Momoka y a Hikari detrás de él que ahora las extrañaba. A lo mejor si eran celos, celos de no ser él el centro de atención, o rabia de que alguien le superase... aparte de eso también le molestaba que Takumi hubiese sido el "héroe" salvando a Ryuko... ahora empezaba a caer bien y todo... eso sin contar con que Seishiro había amenazado a Momoka y quizás por eso Takumi estaba tan pegado a ella... maldito Seishiro, como le hiciese algo a Momoka si que no se lo iba a perdonar nunca... tendría que bajar y vigilarle un poco, ese chico era demasiado retorcido para todo y nunca se sabía lo que podía hacer.
El ruido de la puerta al abrirse le sacó de sus pensamientos bruscamente.
- ¡Estas aquí! ¡Te he estado buscando! - dijo entrando feliz y sonriendo Nowaki.
- ¿Y por qué me buscabas?
- Para retarte a unas canastas.
- ¿Acabas de perder contra Genki y ya quieres perder de nuevo?
- ¿Y quién te dice que voy a perder contra ti, listo?
- No tengo ganas ahora de jugar al baloncesto.
- ¿Te pasa algo?
- Pienso en Seishiro.
- ¿Estás preocupado por Momoka, verdad que si? ¿A qué es eso?
- Se que no tengo derecho pero... hemos sido amigos.
- Éramos buenos amigos y aún lo somos ¡vaya que si!
- ¿Tú crees que sigue considerándome su amigo?
- Pues claro. Nosotros tres siempre seremos muy amigos.
- ¿A pesar de como me he portado con vosotros?
- Ah, pero eso es porque te llevaron al lado oscuro.
- ¡Eh! Que no soy Darth Vader.
- Bah, no pienses en Seishiro, no se atreverá a hacer nada a Momoka. Venga, vamos con todo el mundo.
- Que pesado eres - dijo levantándose.
Salieron del aula y caminaron por el pasillo, de pronto Nowaki le adelantó unos pasos para coger algo que había en el suelo.
- Mira que suerte, un bolígrafo.
- ¿Siempre tienes que coger todo lo que te encuentras?
- Mola encontrarse cosas, es como un regalo.
- Oye Nowaki... no, nada.
- ¿Cómo que nada? Si has empezado tienes que terminar. Vamos, suéltalo.
- Verás es que me preguntaba si tú y yo aún somos amigos.
- Pues ya te he dicho antes que sí.
- Creo que Momoka me va a odiar.
- ¿Por qué?
- Ya sabes que mi padre me obliga a tener unas citas matrimoniales.
- ¿Vas a tener una cita con Momoka? - gritó a pleno pulmón Nowaki.
- No, no grites tanto. No es con Momoka.
- ¿Y por qué te iba odiar? Ella... bueno ahora está con Takumi y parece que se llevan bien y...
- No es por eso, Nowaki, es porque voy a tener una cita con una chica que... a lo mejor se enfada conmigo.
- ¿Por qué? ¿Qué tiene que ver ella con eso?
- Es... Yuri.
Nowaki se detuvo en seco, sentía que las piernas habían dejado de responderle y no podía, no quería creer lo que había escuchado, seguro que había oído mal.
- ¿Qué te pasa, Nowaki? - Kamui también se detuvo y le miró intrigado.
- ¿Yuri?
- Si, con Yuri y como ella y Momoka son tan amigas pues a lo mejor se molesta.
- ¿Yuri?
- Si, con Yuri - repitió – Juushiro Hanakiri está muy bien relacionado con varios cargos políticos importantes, de hecho conoce al Primer Ministro y...
Kamui se quedó mirando a Nowaki... ahora empezaba a comprenderlo todo... si es que Nowaki era como un libro abierto, no sabía disimular para nada.
- ¿Pero el padre de Yuri no tiene una floristería? - habló Nowaki con voz entrecortada.
- Es de la madre de Yuri, él trabaja en Defensa... Nowaki ¿A ti te gusta Yuri?
- ¿A mí? - sonrió de forma poco convincente - Yuri es mi amiga y la tengo mucho cariño. Venga, vamos, abajo de una vez.
Nowaki aceleró el paso dejándole atrás.
- Nowaki, espera un momento, tenemos que hablar de esto.
- No hay nada de que hablar - dijo dándose la vuelta y sonriendo de nuevo - Ahora entiendo por qué Yuri está tan contenta hoy, debe sentirse como una princesa... es solo que tienes razón... quizás Momoka se moleste un poco ¿Ya lo sabe? ¡Eh! ¡Ginta, espérame! - corrió al verle por las escaleras - ¿Has visto a Akane y a Akira?
Nowaki no supo si Kamui iba a contestarle o no. No quería hablar de ese tema, de hecho no quería hablar con Kamui, no quería saber nada más. Seguramente Yuri estaría feliz, iba a tener una cita con Kamui, una cita para quizás ser novios, una cita con Kamui Kaguya, el chico que le gustaba de pequeña, la causa de su eterna competencia con Momoka... ¿Estaría enamorada aún de él?
...
Momoka escuchaba a Yuri hablar emocionadísima de la cita que iba a tener con Kamui e intentaba que no se notase que a ella le molestaba. Más que nada no quería que Yuri empezase a pensar que estaba celosa porque no era así, que Kamui saliese con Yuri en una de esas citas concertadas le daba exactamente igual, ya no se sentía atada a Kamui, ya no dependía de él, por fin podía dedicarse a vivir su vida sin estar todo el día pensando en Kamui y eso le proporcionaba una agradable sensación; lo que le preocupaban eran otros dos temas, por un lado que Yuri estaba realmente ilusionada con todo aquello y no sabía si realmente sería bueno del todo y por otro lado estaba Nowaki ¿Cómo reaccionaría ante esa noticia?
Al ver a Nowaki andando por el jardín, cabizbajo y ligeramente encorvado sintió una pena tremenda adueñarse de su ánimo. Nowaki alzó la vista y las vio y por lo que se veía se acercaba a ellas.
- ¡Nowaki! – le llamó Yuri al verle - ¡Aquí, aquí!
Nowaki se acercó sonriendo.
- ¿A que no sabes una cosa? – le preguntó Yuri - ¡Tengo una cita con Kamui!
- Yuri... – la interrumpió Momoka – Quizás a Nowaki no le interesa eso.
- Yo sé que si ¿Verdad Nowaki? Últimamente somos muy amigos.
- Claro que me interesa, por supuesto que sí, somos amigos ¿A que si? Solo que ahora estoy buscando a Akira ¿Sabéis dónde está?
- Creo que estaba en la pista de tenis – respondió Yuri.
- Vaya. Bueno Yuri luego hablamos ¿eh? Por cierto ¿Estás contenta?
- Mucho. No es una cita de que yo le guste y eso, es una cita matrimonial, es que un día me dio por ir a un nagodo y me hizo una ficha y fíjate, Kamui se ha interesado por mí ¿A que es como una película?
- ¡Ya te digo! – sonrió todo lo natural que pudo – Bueno, luego me lo cuentas todo.
Y se giró para marcharse rápidamente de allí. En esos momentos no le apetecía hablar con Yuri, seguramente la chica querría contarle muchas cosas, ahora, parece ser que eran muy amigos y todo eso pero no soportaba ni un momento más su propia hipocresía.
- ¡Nowaki! – le llamó Momoka haciendo que se detuviese – Espera.
- Dime – contestó sin muchas ganas.
- ¿Cómo te encuentras?
- Bien, bien, estoy bien.
- ¿Te gustaría hablar con una amiga?
- Gracias Momoka pero creo que Yuri te necesita y yo... yo quiero hablar con Akira.
Momoka se quedó muy preocupada por él, ese no parecía el Nowaki de siempre, desde luego que no.
Cuando a Nowaki se le metía algo en la cabeza era difícil de sacársela y ahora estaba convencido de que la persona que más le comprendería era Akira. Había hablado con él y sabía que le comprendería, él también había tenido a Kamui como rival y por lo visto hasta tuvo que soportar que Akane y Kamui saliesen y todo. Claro que no era lo mismo porque por suerte Yuri y Kamui irían con sus padres, no era una cita en la que pudiesen enrollarse pero... si, seguro que Akira le iba a comprender... necesitaba hablar con él, necesitaba que le dijese como calmaba esa inquietud que le nacía en el estómago y como podría hablar con ella y disimular porque ahora mismo le aterraba tener que hacerlo.
...
Kohaku acababa de descubrir una nueva faceta de Himeko. Ya sabía que no se le daba mal la gimnasia, ella no era una chica que soliese presumir de lo que sabía hacer o lo que se la daba bien pero se notaba que no era mala gimnasta, era muy flexible y tenía buen equilibrio, lo que Kohaku ignoraba era lo bien que se le daba la gimnasia artística a la chica.
Durante la semana cultural en el instituto se habían formado algunos talleres para practicar diversas modalidades de atletismo o deportes, uno de esos talleres era de gimnasia rítmica y Himeko, en cuanto lo supo, fue muy decidida a apuntarse.
Kohaku la miraba asombrado, sus movimientos eran tan delicados y aunque no fueran perfectos no podía negar que se le daba muy bien. Aquella era una de esas cosas que Himeko sabría hacer, que en algún momento quizás hubiese dado clases o algo... o quizás era su don natural.
También podía ser que él la miraba con ojos de enamorado y cualquier cosa que hiciera la chica le parecía perfecto... el amor tiene esas cosas.
Himeko entregaba las mazas a la monitora que la había estado enseñando unos ejercicios y se despedía de forma respetuosa.
- Eres increíble – le dijo Kohaku cuando se acercó a él.
- No, no creas, no lo he hecho muy bien, es muy difícil, lo peor ha sido la cuerda.
- Pues yo creo que lo has hecho muy bien.
- Muchas gracias, al menos lo he intentado y me he divertido ¿Sabes quién se ha apuntado también a gimnasia? Kanna y ella si que es buena.
- ¿Ah sí?
Kohaku no sabía exactamente que pensar de Kanna, no le caía mal, la chica era simpática y agradable y si lo pensaba en realidad ella no le había hecho nada para que la tuviese manía, de no ser porque era amiga de Takumi y Deisuke, aunque ahora Takumi se había ganado muchos puntos después de ayudar a Ryuko y Nowaki parecía comenzar a confiar en ese chico, al menos estaba decidido a darle una oportunidad.
Pero aún quedaba en él una especie de desconfianza, no podía olvidar lo que le habían hecho a Himeko tan fácilmente, sería que aún tenía demasiado rencor dentro de él. Estaba claro que era necesario comenzar a cambiar y no quedarse estancado en ese rencor. Si lo pensaba reconocía que él tampoco fue muy amable cuando llegó al instituto, discutió con varios, entre ellos Kamui y Genki y no había que olvidar que por su culpa Genki terminó cayendo desde bastante altura y se rompió las piernas... también tenía motivos para guardarle rencor, sin embargo Nowaki había conseguido cambiarles, a él y a los demás y gracias a Nowaki ahora era amigo de todos... Si... tenía que empezar a cambiar su forma de pensar e intentar, como Nowaki, dar una oportunidad a ese chico.
- Además también está Yuri, la verdad es que a su lado yo parezco un poco patosa – continuaba hablando Himeko.
- Seguro que no.
- Kohaku... estoy un poco preocupada por Nowaki.
- ¿Por qué?
- Yuri me ha contado que va a tener una cita matrimonial con Kamui y...
- Ya... entiendo.
Que a Nowaki le gustaba Yuri ya era algo que todo el mundo sabía, tampoco era muy difícil de averiguar porque Nowaki, disimulando era bastante malo, así que aquella noticia no le hizo mucha gracia a Kohaku, comprendía que Himeko estuviese preocupada porque él también empezaba a estarlo.
...
Ayesa y Sumire jugaban al tenis contra Akira y Kimisuke y los chicos tenían que reconocer que Sumire era bastante buena.
Vale que Akane estuviera lesionada y tenía el brazo derecho en cabestrillo pero es que ahora era Ayesa y Ayesa era zurda y aunque no era muy buena del todo con la raqueta pues no se le daba mal y ayudaba a Sumire.
Kenshi, Xu-Xu, Karasu, Kyojin, Jisei y Ryuko les observaban. Las chicas animaban a las chicas y los chicos más bien parecían reírse de los chicos.
Momoka se acercó a ellos con cara de preocupación.
- ¿Ha estado por aquí Nowaki? – fue lo que dijo.
- No, no le hemos visto – contestó Kenshi.
- ¿Y sabéis dónde está?
- Pues ni idea – dijo Karasu.
- Pensé que estaría aquí porque quería hablar con Akira. Si le veis decirle que quiero hablar con él... urgentemente.
- Vale, lo haremos – afirmó Xu-Xu y antes de terminar de hablar Momoka ya se había marchado.
- Algo pasa – reflexionó Jisei.
- Estará por cualquier sito – comentó Kenshi – Momoka es que se pone histérica en seguida.
- ¿Por qué querría hablar con Akira? – se preguntaba Kyojin.
El partido terminó, iba a empate pero los chicos decidieron rendirse, Akira comenzaba a estar aburrido de tanto ejercicio físico. Las chicas gritaron como si hubiesen sido las vencedoras.
- Estas muy sexy tan sofocadito – dijo Ayesa acercándose a un cansado Akira.
- Lo que estoy es agotado, realmente no entiendo este gasto de energía inútil.
- Pues a mi me resultas muy excitante con todos esos estrógenos emanando de ti.
Akira hizo un gesto para olerse a sí mismo.
- Huelo a tigre. Creo que voy a ir a ducharme.
- ¿Y si voy contigo?
- Si, claro, es muy tentador pero no me arriesgaré a que nos pille alguien, loca. Por cierto ¿A ti no te duele el brazo?
- Un poco si.
- Es que eres una burra, mira que te dije que no hicieras esfuerzos.
- Si es que nos aburrimos mucho sin hacer nada, ya sabes lo activa que es Akane.
- ¿Ahora hablas en plural?
- Intento acostumbrarme a tener en cuenta lo que Akane piensa y siente. Yo quiero ayudar a Akane, quiero hacerle todo fácil.
- Ven – la cogió de la mano – Quiero hablar contigo un momento.
- Uy que apasionado ¿A dónde me llevas? – preguntó con tono pícaro.
- Solo quiero dar una vuelta.
- Y será cierto... que lástima.
- Ayesa... tú... tú eres parte de Akane.
- Ya lo se, cielo, ya lo se.
- Quiero decir que... ¿Cómo lo llevas tú?
- ¿Te importa como lo llevo yo? Eso es nuevo, tesoro.
- Ayesa yo quería decirte que... que no quiero que pienses que deseo que desaparezcas, no era esa mi intención cuando...
- ¿Estás preocupado? ¡Hay que mono que eres! Ahora que conoces a esa otra Akane "malvada" ya no te parezco tan horrible ¿verdad?
- Hace ya tiempo que no me pareces tan horrible.
Ayesa sonrió y se acercó a Akira mirándole a los ojos.
- Ayesa no... no empieces.
- ¿Qué no empiece el qué?
- Por favor Ayesa, no me provoques.
- ¿Pero qué te pasa? ¿A que tienes miedo?
- Ya sabes a que tengo miedo. La última vez que tu y yo estuvimos un poco cariñosos después Akane se "cayó" por las escaleras. No puedo arriesgarme a que... vuelva a pasar algo así.
- ¿Y vas a renunciar a darme un beso?
- Me da miedo, me da mucho miedo ¿Y si pasa algo peor?
- Humh... esa tal Arashi está empezando a hartarme mucho, voy a tener que empezar a ponerme muy seria. Es horrible tener a tu enemiga dentro de ti misma.
- La medicación parece que la mantiene tranquila.
- Pero a Akane y a mí nos sienta muy mal. Akane no quiere medicarse.
- Ya lo se.
- Arashi es la parte más herida de Akane, tiene una gran herida, siente que nadie la quiere, no cree en nadie, ni en el amor, todas las decepciones que Akane ha sentido en su vida las guarda Arashi, cuando Akane quería que nuestra madre la abrazase y no lo hacía, cuando deseaba que le dijesen lo buena que era y nadie lo hizo, aquella vez que necesitó a su madre porque ese tipo la obligaba a que le tocara y ella quería que su madre la consolase, que le dijese que no pasaba nada, que no era una niña mala pero... no la creyó y le dijo que no la molestase con fantasías. Cuando acudió a su padre buscando protección y no la creyó, cuando la llamaron mentirosa... Está muy dolida y no puede creer en nadie y por eso no quiere que Akane confie en ti, está convencida de que tu la vas a abandonar también. Akira tienes que hacer que Akane... tienes que demostrarle a Akane que... Arashi tiene que darse cuenta de que de verdad la quieres.
- ¿Y cómo hago eso, Ayesa? ¿Cómo puedo demostrárselo? No se que más puedo hacer para que confíe en mí.
- Vaya, me estoy poniendo demasiado tristona y esto no pega conmigo, si estoy aquí es para divertirme. Mejor volvamos con los demás.
Regresaron con los demás, habían decidido que ya era hora de descansar un poco y si acaso ir a ver un partido de baloncesto que estaba a punto de comenzar cuando se encontraron con Kohaku.
- ¿Habéis visto a Nowaki? – les preguntó.
- ¿Tú también le estás buscando? – preguntó a su vez Karasu.
- Es que no le vemos por ningún sitio y nos está empezando a preocupar.
- ¿Por qué? – le interrogó Akira - ¿Qué es lo que pasa?
Kohaku contó a Akira lo de la cita de Yuri con Kamui y lo desanimado que parecía después de enterarse. Sabían que había estado hablando con Kamui, que precisamente fue él quien se lo dijo y que después vio a Momoka y a Yuri, que cruzó unas pocas palabras con ellas y desde entonces nadie le había vuelto a ver. Momoka y Himeko se encontraban realmente intranquilas y Kohaku comenzaba también a preocuparse.
- ¿Pero dónde puede haberse ido? – preguntó Sumire.
- ¿Y no le habéis visto por ningún sitio? – interrogó Kimisuke.
- Por ningún sitio, es como si se hubiese ido del instituto.
- A lo mejor es que se ha ido del instituto – comentó Kyojin
- ¿Tú crees? – se interesó Jisei.
- No sería la primera vez que lo hace. De pequeño nos largábamos de vez en cuando.
- Pero eso era cuando nos escapábamos de las clases – añadió Kenshi.
- Menudos sinvergüenzas que erais – rió Karasu.
- ¿Os escapabais de clase? – curioseó Sumire - ¿Y por qué yo no sabía eso?
- Nowaki, Kyojin, Aki y yo ¿A que sí, chicos? – declaraba orgulloso Kenshi.
- ¡Ya se dónde puede estar! – exclamó Kyojin mirando a Akira.
- Sí, creo que tienes razón – dijo este – Puede que esté ahí.
- ¡Ah! – también exclamó Kenshi - ¡Sí que puede ser! ¿Verdad?
- ¿Pero dónde? – les miró interrogativa Jisei - ¿Dónde creéis que está?
- Veras – explicó Kenshi – Es que cuando hacíamos pellas nos escondíamos en el antiguo colegio, el viejo, era nuestro lugar secreto.
- Y Nowaki ha ido allí cada vez que estaba triste o preocupado – añadió Akira.
- Es cierto – también afirmó Kyojin – Seguro que está allí.
- ¿Estáis seguros? – se interesó Kohaku.
- Hay una probabilidad muy alta de que sea así – respondió Akira – Voy a acercarme a ver.
- Yo también voy – dijo Kenshi.
- Vamos todos – propuso Ryuko.
- Si vamos todos lo mismo le molestamos – explicó Jisei – Es mejor que vaya solo uno.
- Voy yo – se apresuró a decir Akira.
- Pero... – comenzó a decir Kohaku.
- Yo le entiendo, entiendo lo que siente, lo entiendo perfectamente y no olvidéis que él quiera hablar conmigo, así que quizás no desee hablar con nadie más.
- Seguro que si – dijo Jisei – Tú sabrás escucharle, lo se.
...
Akira no tardó en llegar al antiguo colegio. Todo estaba como lo recordaba y en la parte de atrás seguía estando la misma pared fácil de saltar y así lo hizo.
Efectivamente Nowaki estaba allí, sentado en un viejo y oxidado columpio, se movía un poco, lenta y monótonamente, haciendo que la cadena del columpio, al moverse hiciera un desagradable ruido metálico.
Akira se acercó a él y se puso delante de él. Nowaki, al notar la presencia de alguien tapándole un poco de sol, levantó la vista.
- Así que estabas aquí – dijo Akira.
- ¿Y qué haces tú aquí?
- Recordé nuestro rincón secreto.
- Pues vaya.
- Estábamos todos preocupados por ti.
- ¿Por mí?
- Llevan buscándote media mañana. No has comido, ni nada.
Nowaki miró inconscientemente su reloj, era cierto, la hora de la comida ya había pasado y ni se había dado cuenta.
- Jo, menudo fallo – comentó. Acaba de descubrir que tenía bastante hambre.
- ¿Qué te pasa?
- Nada, solo es que no tenía ganas de hablar con nadie. Me puse a andar y cuando me di cuenta estaba aquí.
- ¿Tampoco quieres hablar conmigo?
- ¿De qué?
- De cómo te sientes.
- Si no me siento mal, de veras que no, es solo que...
- Me han dicho que andabas buscándome.
- Si, es una tontería, es solo que siempre pensé que tú me ibas a comprender.
- Hombre, todo, todo... no soy perfecto pero se que te sientes como vacío por dentro.
- Si, algo así ¿Tú conoces esa sensación?
- Durante mucho tiempo me sentí así. No te imaginas lo que era para mi ver a Akane y que ella me ignorase, que no se diese cuenta de que existía.
- Un poco si puedo, a mi me gustaba Momoka y a Momoka, Kamui.
- Pero no es lo mismo. Para Momoka tu eras como una molestia pero yo sentía como Akane me despreciaba, como se apartaba de mí y llegó un momento en el que lo único que deseaba era que volviese a ser mi amiga, solo mi amiga, aunque eso supusiese que saliese con Kamui.
- ¿Y no sería que tu pensabas que no la merecías?
- Puede ser que también fuera eso. El caso es que cada vez que veía a Akane al lado de Kamui y como él la miraba creía morir un poco.
- Vaya...
- ¿Le has dicho a Yuri que te gusta?
- Ya lo sabe.
- Pero es una chica muy vanidosa, le gustará oírlo de ti y además varias veces.
- ¿Eso cambiará algo?
- Pues a lo mejor si, quien sabe.
- Si en realidad no estoy mal, ni triste... me alegro mucho por Yuri, seguro que está muy animada, de veras que si, que me alegro por ella es solo que me pregunto... ¿Por qué Kamui siempre me quita todo lo que me importa? ¿Por qué?
- ¿Sabes Nowaki que todo el mundo está muy preocupado por ti?
- ¿Por qué?
- Quizás porque has desaparecido, por ejemplo ¿Qué te parece si regresamos y por el camino hablamos un poco de todo esto?
- No hay mucho de que hablar – dijo levantándose del columpio – En realidad Kamui también me da un poco de pena, eso de que tu padre te obligue a tener citas con posibles esposas tampoco tiene que ser de lo más agradable.
- Anda, regresemos de una vez, antes de que a Momoka y a Himeko les de un ataque.

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