viernes, 22 de agosto de 2014

124. Entre tormentas

Yuri no había mentido, le gustaba jugar al billar y además era bastante buena, así que ahora se suponía que enseñaba a Deisuke y "se suponía" que el chico se dejaba enseñar, algo bastante absurdo para Takumi ya que este era consciente de que Deisuke sabía jugar. Pero daba igual, ambos estaban muy entretenidos y parecían haberse olvidado de los demás. Nagato y Kanna dijeron que preferían ir a la cafetería a tomar algo sólido, así que Takumi y Momoka estaban solos, sentados en uno de los sillones de dos plazas que había repartidos por toda la sala de los billares, mirando a Yuri y Deisuke.

Momoka recordaba que Yuri se había empeñado en ir a cortarse el pelo esa mañana pero al final no pudo ser, cuando llegaron a la peluquería resultó que por lo visto había una boda y allí demasiada gente esperando a que les peinasen; así que Yuri, muy a su pesar, decidió regresar el lunes. Así era Yuri, reflexionaba Momoka, siempre impaciente, ahora le había dado por cortarse el pelo, pues esperaba que le quedase bien o como ella quería porque si no aguantarla quejándose hasta que le creciese de nuevo iba a ser insoportable.

- ¿Has comprobado que no te he quitado nada el bolso? - dijo Takumi.

- No. Bueno, no creo que haga falta.

- A lo mejor si, comprueba si tienes todo tu dinero.

- No creo que tú necesites dinero.

- Ah no creas, no tengo tanto como supones. O a lo mejor he hecho una copia de la llave de tu casa.

- Eso no lo voy a poder comprobar pero de todas formas ¿Para qué ibas a hacer algo así?

- No se. Soy Takumi, no lo olvides, un ser despreciable.

- Yo no he dicho que seas despreciable.

- Delante de mi no, pero seguro que a mis espaldas si.

- Bueno - Momoka se sintió avergonzada repentinamente - Comprende que... lo que le hicisteis a Himeko no fue de ser muy buena persona.

- Cierto. Tienes toda la razón.

- ¿Y por que lo hicisteis? ¿Qué queríais? ¿Violarla?

- No, drogar a una chica y violarla es algo asqueroso.

- ¿Pues entonces porqué lo hicisteis?

- ¿Quieres que te lo diga de verdad?

Momoka guardó silencio, muy segura de querer saberlo no estaba.

- Digamos que queríamos demostrar que podíamos hacerlo.

- Eso no tiene mucha lógica.

- Mira, somos unos niños de papá aburridos de la vida y nos gusta reírnos un rato.

- ¿Solo lo hicisteis para reíros un rato de nosotros?

- Mira Momoka, estuvo mal ¿vale? Pero te aseguro que no pretendíamos hacer daño a Himeko, puede que Deisuke quisiera aprovechar para... no se, pero yo no pensaba tocarla.

- ¿Y a Kyojin?

- Eso no fue cosa nuestra. Te voy a decir una cosa, más que preocuparos de nosotros yo que vosotros me preocupaba de Seishiro, os odia, odia sobretodo a tu amigo el rubito, Nowaki, para él vosotros sois los responsables de que cerraran la academia de Sishio y él parecía sentir demasiada devoción por ese hombre.

- Dime algo que no sepa.

- ¿Quieres que salgamos a dar una vuelta?

- No... prefiero quedarme aquí.

- ¿Me tienes miedo?

- No ¿Por qué iba a tenerte miedo?

- Por si pasa lo que pasó ayer.

- Aquello fue un error.

- Para mi no.

- Fue que bebimos y...

- Si, bebida sin alcohol... a lo mejor es que te afecta el zumo de naranja.

- Pero es que yo... no se lo que me pasó.

- Quizás piensas que te drogué... ¿Es eso? ¿Piensas que te drogué?

- No pero...

Momoka giró la cabeza huyendo de la mirada de Takumi ¿Que tenía ese chico que la perturbaba tanto? Y entonces fue cuando le vio. Entrando por las enormes puertas, serio, mirando a su alrededor sin mucho interés.

- ¿Kamui? - susurró - ¿Que hace aquí?

- ¿Sabías que iba a venir? - la interrogó Takumi molesto.

- No, para nada, no tenía ni idea. De haberlo sabido no hubiese entrado por nada del mundo.

- ¿Que pasa? - interrogaba Takumi a Momoka - ¿Tienes algún problema con el Kaguya?

- Si, bastantes.

- ¿Ha pasado algo con él?

- ¿Y a ti que te importa? - bramó.

- Lo siento chica, no te pongas así, es solo que me resulta rara tu reacción.

- Lo siento yo, no debía haberte gritado. Es que me pone nerviosa, no me apetece para nada verle.

- Ignórale.

- No puedo, creo que nos ha visto.

- Bueno, tú estás conmigo. Pasa de él.

- No es tan fácil como crees.

Vio a Kamui como se dio la vuelta, quizás es que se marchaba... no, solo esperaba a que Taro, acompañado de una chica entrasen en la sala.

- ¿Yuko? - murmuró extrañada Momoka.

- Vaya, tu amigo está saliendo con esa chica, menuda sorpresa.

- Pero eso es muy raro, no recuerdo que nunca hable con ella, ni nada.

- Ya sabes la fama que tiene esa chica.

- ¿Tu crees?

- Aunque yo la verdad nunca le he visto interesada en nadie.

- Que cosa tan extraña...

Fue Taro el que primero los vio y se acercó decidido a ellos.

- Takumi, Momoka... que sorpresa veros por aquí. Taro no sabía que estabais saliendo.

- No estamos saliendo - respondió Momoka con bastante mal humor y sin dejar de mirar a Kamui y esa chica de la que tanto se hablaba por el instituto pero de la que realmente no sabía nada.

Kamui pareció decirle algo a la chica y salió, Yuko también se acercó.

- Hola - saludó sonriendo.

- No sabía que vosotros fuerais amigos - dijo Momoka sin poder controlarse más. Ella se refería a Kamui y Yuko pero después de decirlo se dio cuenta de que su frase no había quedado muy clara.

- Ah, es Yuko - contestó alegre Taro - Va a mi clase y es... una amiga de la familia.

- Soy la hija del chofer de tu padre - agregó Yuko - Di las cosas como son.

- Bueno pero sois amigos de la familia.

- Nos pagáis por serviros, no somos muy amigos que digamos.

- Pero Taro te conoce desde pequeño.

Yuri había dejado de jugar y observaba a todo el mundo.

- ¿Que te pasa? - se interesó Deisuke.

- A Momoka parece que no le ha hecho mucha gracia que aparezca Kamui.

- Y a ti eso te importa porque... ¿qué?

- Porque es mi amiga. Voy a preguntarle si quiere que nos marchemos.

- ¿Te quieres ir?

- No, no me quiero ir pero es mi amiga.

A Kamui tampoco le había hecho gracia encontrar allí a Momoka ¿Es que no había otro sitio en el mundo que tenía que estar precisamente allí? Y para colmo estaba con Takumi... con Takumi, precisamente Takumi, podía estar con cualquier chico pero estaba con Takumi ¿Que le pasaba a esa chica? ¿Se auto castigaba o algo así?

- ¿Te apetece que nos marchemos, Momoka? - se acercó Yuri a ella.

- Si, creo que será mejor que nos vayamos - respondía esta levantándose.

- ¿Te marchas ya, Momoka? - Momoka dio un pequeño respingo al oír la voz de Kamui que se había acercado con dos vasos en las manos - Toma Yuko, tu bebida.

- Si - contestó rápidamente Momoka - Ya nos vamos.

- Espero que no sea porque yo haya venido.

- No eres tan importante - Momoka se quedó mirando a esa chica, era una chica muy guapa pero seguía sin entender que Kamui y ella fueran amigos.

Takumi también se levantó.

Mientras esto sucedía Yuko se había acercado a Deisuke.

- Hola - le dijo.

- Hola.

- ¿Puedo jugar un poco?

- Si, claro. En realidad creo que nosotros nos vamos ya.

- Parece que esos tienen una situación un poco incómoda ¿no? - señaló con la cabeza al grupo donde estaba Kamui mientras cogía un taco de billar.

- La verdad es que si.

- ¿Ahora sois amigos de las de la clase de 3-2? - volvió a hacer el mismo gesto con la cabeza.

- De todo hay que conocer en la vida.

La situación entre Kamui, Takumi, Momoka, Taro y Kamui no podía ser más tensa de lo que era.

- ¿No me digas que ahora estás saliendo con este? - decía con desprecio Kamui.

- ¿Y tu? Eres más patético aún de lo que pensaba.

- Esta es buena, primo - rió Taro - Creo que piensa que Yuko es una chica fácil.

- No deberías insultar a nadie sin conocerla.

- Vamos Momoka - dijo imperativo Takumi cogiéndola de la muñeca - Aquí el ambiente se está estropeando.

Fue entonces cuando Momoka se dio cuenta de lo iguales que eran Takumi y Kamui, ninguno de los dos iba a mostrar enfado, gritar o montar el espectáculo. Ambos se miraban fijamente, como retándose y ambos tenían la misma expresión de autosuficiencia o más bien miraba al otro con la misma cara de pensar que su interlocutor era un imbécil.

- Bueeeeeeeno - dijo Taro como queriendo romper el silencio que se había creado - Yo me voy a la cafetería. Mi primo no ha traído bebida para Taro, claro, como Taro no es un chica se olvidó de él.

- Vosotros podéis quedaros - habló ahora Takumi a Yuri - Momoka y yo vamos a dar una vuelta.

- ¿Crees que me voy a poner celoso? - se burló Kamui - No creo para nada que estéis saliendo, seguro que os habéis encontrado por casualidad.

- Tienes razón - le contestó tranquilamente Takumi - No estamos saliendo, pero ayer, después de enrollarnos Momoka se olvidó su bolso y hoy ha venido a recuperarlo y a continuar con aquello, se ve que los pretenciosos y vanidosos lo son para compensar cierta carencia de otro tipo.

- ¿Que estás insinuando?

- Saca tus conclusiones.

- No vas a conseguir enfadarme, Akasuna, Momoka es una reprimida incapaz de enrollarse con otro chico.

- Pues los gemidos que le oí ayer me dijeron lo contrario.

- Déjalo Takumi - habló entre enfadada y avergonzada Momoka - El problema es que él es un impotente. No me extraña que Akane prefiera a Akira. Y si, tienes razón, el ambiente es asqueroso, el aire por aquí empieza a oler mal.

Momoka se soltó de Takumi y empezó a andar hacia la puerta. Todos se quedaron mirándola.

- Se ha vuelto a olvidar el bolso - comentó Yuri - Voy a llevárselo.

- No, deja, se lo llevo yo. Vosotros quedaros aquí y seguid jugando.

Takumi cogió el bolso de Momoka y sin mirar a Kamui se alejó de ellos.

- ¿Tu sabes lo que le pasa a Momoka? - interrogó Kamui a Yuri.

- Yo se poca cosa. Que ayer estuvimos aquí, con Takumi y se dejó el bolso y hoy hemos venido a recuperarlo - le sonrió.

Kamui desvió la mirada hacia el billar donde había visto a Yuko acercarse a jugar.

- ¿Has terminado el duelo de miradas con Takumi? - dijo Yuko al verle acercarse.

- ¿Que haces aquí?

- ¿Sakuraba es tu novia?

- Tío - habló Deisuke - Tu no sabes lo que es la buena educación ¿No?

- ¿Educación? Que alguien como tu hable de educación es muy divertido. Vamos Yuko - dijo cogiéndola de la muñeca - Tengo que hablar contigo.

- ¿Conmigo? ¿Es que tenemos algo de qué hablar?

- Tu deja a la señorita - Kamui se limitó a mirarle como si le estuviese perdonando la vida.

- Ha venido conmigo - contestó escuetamente - ¿Algún problema?

- Bueno Deisuke, me voy con el macho alfa, a ver que es lo que quiere decirme.

- No tienes porqué irte si no quieres.

- Ah, es que soy curiosa y me interesa saber que quiere decirme. Nos vemos en clase; hasta otra Hanakiri - dijo al ver a Yuri acercarse.

- Hasta luego - respondió esta.

- Que situación más incómoda ¿verdad? - comentó Deisuke a Yuri.

- Mas que incómoda.

- ¿Y que ha pasado entre esos dos?

- Algo que no entiendo muy bien. Espero que Momoka esté bien, creo que estaba muy dolida.

- ¿Con Kamui o con Takumi?

- Con Kamui.

- Bueno ¿Y no crees que tu y yo podríamos hacer algo para olvidar este incidente? - sonrió el chico.

- Es que es mi amiga.

- Ya, ya lo se pero... - se acercó a ella y la rodeó la cintura - Ella está con Takumi, él la sabrá consolar ¿Que te parece si tu y yo intentamos conocernos un poco mejor? No soy tan malo como piensas, a lo mejor tengo un fondo bueno y todo.

Yuri de imprevisto empezó a ponerse nerviosa. Ese chico tan guapo se le estaba insinuando y aunque era lo que ella quería, que un chico guapo le insinuase cosas y había fantaseado con que pasase pues de pronto empezó a tener nervios.

- Pues tendrás un fondo muy escondido.

- Tengo fama de chico malo ¿A que si? Y a ti te gustan los chicos malos... se te nota.

Kamui no paró de andar con su vaso en una mano y seguido de Yuko hasta que encontró un lugar más o menos solitario en uno de los salones.

- ¿Se puede saber que te pasa? - pareció gruñir a la chica una vez que se sentaron.

- ¿A mi?

- Luego dirás que hablan de ti cosas y no me extraña, te has ido alegremente con Deisuke.

- ¿Y? ¿Estaba haciendo algo malo? A lo mejor es que no tengo que olvidar que trabajo para ti, es eso, claro.

- No... no es eso.

- Tú tienes un grave problema de egocentrismo ¿A que si?

Kamui no contestó, se limitó a mirarla con algo de culpabilidad.

- Estas demasiado acostumbrado a que las chicas vayan detrás de ti y has terminado por creerte el ombligo del mundo.

- No, no creas. Es verdad que siempre he tenido chicas detrás de mi y ahora...

- Ahora no soportas ver a esa que siempre iba como un perrillo moviendo el rabito, ahora te ignore.

- Supongo que si - resopló Kamui - Es que yo ya no entiendo nada de nada y no se lo que siento.

- A lo mejor hablar con ella te ayudaría en algo.

- No es eso... es que son muchas cosas.

Yuko sintió verdadera pena por ese chico, era un niño mimado, siempre tenía todo lo que quería, estaba acostumbrado a ganar en todo y ahora que parecía perder se sentía desdichado... más que nada le daba pena porque al no tener que haberse esforzado nunca por conseguir lo que deseaba tampoco sabía apreciarlo, ni cuidarlo y por supuesto ni se planteaba que pudiera perderlo.

- Si estás enamorado de Sakuraba deberías hacer como cualquier chico y comenzar por conquistarla. Ella siempre ha ido detrás de si, quizás ahora se haya cansado.

- No es eso - repitió - Quiero mucho a Momoka, más de lo que ella cree, me preocupa que salga con ese. Se que no me he portado bien con ella y me gustaría de alguna forma hacer algo pero soy demasiado orgulloso para reconocerlo delante suyo.

- Pero lo reconoces delante de mí.

- Creo que es porque te conozco poco y me da un casi igual lo que pienses de mi.

- Si, a mi tampoco me importa lo que tu pienses de mi - respondió y dio un trago a su vaso.

- En realidad yo estoy enamorado de otra chica.

- Si, ya lo se, de Kumoyuki - observó como Kamui la miraba interrogativo - Vi como la mirabas cuando la llevaste a tu casa, tenía que ser muy ciega para no darme cuenta, llenaste el suelo de babas.

- No se que es lo que me pasa con ella - suspiró - Es una chica normal y corriente pero cuando estoy con ella me siento especial, importante.

- Que un Kaguya se sienta importante no es algo muy extraño.

- Pero me siento importante por ser yo, solo yo, no un Kaguya. Se que le gusta otro chico y me digo que no puedo rebajarme a ir detrás de una chica que me va a rechazar pero no puedo evitarlo.

- Otra que te rechaza.

- Todo el mundo piensa que lo único que quiero es enrollarme con ella.

- ¿Y no es así?

- No... yo...

- Piénsalo un poco ¿Si te enrollases con ella crees que dejaría de interesarte? Porque a lo mejor resulta que te interesa solo porque se resiste, a veces lo hombres sois así, una vez que tenéis lo que queréis se os desinfla todo ese "amor" que decís sentir - habló con bastante tono amargo.

- ¿Fue lo que te pasó a ti?

Kamui se sorprendió a si mismo haciendo esa pregunta porque a él nunca le había importado nada de nadie y realmente le daba igual lo que le hubiese pasado a esa chica pero hablando con ella se sentía muy cómodo, seguramente porque a veces es más fácil hablar con desconocidos o poco conocidos de tus problemas, no tenías que tener cuidado con lo que pensase de ti porque eso te daba igual, no buscabas su apoyo, ni su comprensión, solo era desahogarse hablando de todo eso que a veces no te atreves a decir por miedo a que te juzguen.

...
Llovía, las nubes parecían descargar con rabia ayudadas por el viento que se había levantado. Aquella tarde había ido empeorando hasta convertirse en una tarde muy desagradable.
Kyojin y Ryuko estaban aun en casa de la chica e iban a salir a dar una vuelta cuando aquel panorama les detuvo.

- ¡Vaya por Dios! - exclamó Ryuko - Será mejor que cojamos un paraguas.

- Parece que va a terminar siendo una tormenta.

- ¿Y que hacemos? - dijo asustada Ryuko - ¿Esperamos a que escampe un poco?

Kyojin recordó que a Ryuko le daban bastante miedo los truenos.

- Bueno, tú te quedas aquí y yo me voy.

- De eso nada. Nos quedamos aquí y esperamos a ver si deja de llover un poco.

- Bueno pero si cogemos un par de paraguas tampoco nos mojaremos tanto.

- Claro, pero el problema es donde vamos a ir con la que está cayendo.

- Vale, esperamos un poco pero ¿A que hora van a venir tus padres?

- Ah, no hay problema con eso, me dijeron que llegarían después de cenar.

- Ah pues entonces nos quedamos aquí tan agustito ¿no?

Con el mismo problema se encontraron Jisei e Inari, salvo que ellos se encontraban en una cafetería. Al final habían terminado saliendo a dar un paseo. Inari había ido a comer a su casa pero Kisuke tenía una cita, o eso había dicho, así que, aprovechando que Jisei no había quedado con nadie decidieron ir a tomar un buen café juntos aunque la cafetería en cuestión quedase bastante alejada de la casa de Jisei... mejor, así el paseo era más largo.

- ¿De veras no tenías otra cosa que hacer un sábado por la tarde? - preguntaba Inari.

- De verdad, no miento. Akane y Sumire se han ido al pueblo de Akira, Xu-Xu tiene el cumpleaños de su hermana y Ryuko pues está empezando a salir con Kyojin y no me apetece ir con una parejita por ahí.

- ¿Y que me dices de Kimisuke?

- Kimisuke es solo un amigo.

- Creí que teníais algo más.

- Kimisuke también se ha ido al pueblo de Akira. Le gusta bastante Sumire y yo me alegro mucho porque siempre ha estado bastante solo.

Inari, espontáneamente cogió una mano de Jisei y la apretó dulcemente.

- Me alegro de que no tuvieras planes, me lo paso muy bien contigo.

- Si, yo también.

Inari y Jisei desviaron ambos la mirada y observaron la lluvia a través de la ventana de una cafetería.

- Esto no tiene pinta de parar tan pronto - comentó el profesor.

- Si, es cierto, tiene mala pinta.

- Deberíamos arriesgarnos y salir, tus padres se preocuparán.

- No seas tonto, sabes que si estoy contigo estarán tranquilos.

- Pero Kisuke si, capaz es de pensar que te he llevado a un hotel o algo así. Últimamente está como mosqueado conmigo.

- No se porqué iba a pensar que me llevas a un hotel cuando tu tienes tu apartamento propio.

- Pues también es verdad. Pero lo que está claro es que no podemos quedarnos aquí toda la tarde.

- ¡Ah! - exclamó de pronto tocando a Inari en el brazo nerviosa - Inari, Inari, nos tenemos que ir de aquí.

- ¿Qué pasa? - Inari se giró para mirar la entrada de la cafetería, los profesores Sigure y Nanao y por ente, compañeros de Inari, acababan de entrar.

- No pueden vernos, Inari ¿Que hacemos?

- Tranquilízate tampoco es tan grave.

- ¿Que no? No pueden verte conmigo.

- Bueno, no pasa nada, simplemente hemos coincidido en la cafetería.

- Si claro, como que Sigure es tonto.

- No es tonto, nada tonto - en realidad era más grave que lo que intentaba demostrar porque Sigure sabía que a Inari le gustaba una alumna, no había que olvidarlo.

- Inari esto es muy serio, no te lo tomes a broma, te puedes meter en un lío.

- Está bien, está bien, no te alteres tanto, nunca te había visto tan alterada. Vamos a hacer una cosa - Metió la mano en su bolsillo y sacó unas llaves - Toma, son las llaves de mi casa, queda más cerca que la tuya, coge tu paraguas y ve para allá.

- ¿Para tu casa?

- Si, tu ve, yo mientras hablaré un poco con ellos.

- ¿Qué hablarás con ellos?

- Claro, haré como que he venido solo. Anda, espera a que me acerque a su mesa y te largas.

...
En el club de tenis, bajo el porche de la entrada, refugiado de la lluvia que cada vez era más intensa, se encontraba Karura. Había salido a respirar un poco, estaba con Mitsuki tomando un refresco y hablando de tonterías cuando vio pasar por allí a Fuma y sintió que se ahogaba. Había tomado la decisión de apartarse de ellos, de Fuma y de Hizashi y de pronto verle allí, de improviso, le produjo mucha ansiedad y, extrañamente en ella, tomó la decisión mas cobarde: huir, pero es que no se sentía con fuerzas para mirarle a los ojos, menos aún después de que la pidiese compartir su vida.

Abrió su bolso y sacó un paquete de tabaco, lo movió suavemente para que algunos cigarrillos sobresaliesen y llevó los labios a uno para sacarlo. En ese momento su móvil comenzó a sonar así que lo buscó y destapó para que se encendiese con una mano mientras con la otra retiraba el cigarro de sus labios.

- ¿Kohaku? ¿Pasa algo?

- Es que como llueve tanto hemos decidido venir a casa y me ha extrañado no verte.

- Ah, no pasa nada. Mitsuki ha ido buscándote y al final he venido con ella al club de tenis.

- Es que como dijiste que no ibas a salir...

- Si, ya lo se pero me daba un poco de pena la chica. Oye, portaos bien ¿vale?

Mientras hablaba Kohaku volvió a poner el cigarrillo en sus labios para buscar ahora el mechero. De improviso se encontró una llama frente a ella, una mano masculina sujetaba un mechero dorado, ella se acercó y aspiró para encender el cigarro.

- Gracias - contestó.

- Vamos Hisoka - escuchó una ronca voz masculina.

- Ya voy, ya voy, eres un pesado, estaba ofreciendo fuego a una señorita - oyó a quien le había ofrecido fuego mientras veía sus zapatos alejarse. Levantó la vista pero solo vio su espalda, tenía un buen porte y el pelo negro y engominado.

Se despidió de su hermano y dio unos pasos. Parecía haber alguien refugiado debajo de un frondoso árbol, miró con detenimiento, si, esa era Momoka, mojada, tiritando de frío y llorando.

- ¿Que te pasa Momoka? - se acercó a ella preocupada.

- Nada, no me pasa nada.

- ¿Te encuentras mal?

- No, estoy bien.

Algo le decía a Karura que era mejor dejarla sola, fuera lo que fuera lo que le pasaba sabía que no iba a contárselo.

- Por fin te encuentro - decía Takumi llegando hasta ellas - Te he estado buscando por todas partes, te dejaste otra vez el bolso. Hola Karura.

- Hola Takumi ¿Estás con ella?

- Pues yo diría que si.

- Entonces ya me quedo mas tranquila. Bueno, os dejo.

Karura se marchó silenciosamente mientras Momoka intentaba secarse las lágrimas.

- ¿Conoces a Karura? - preguntó a Takumi intentando disimular.

- Si, bueno los dos vivíamos en Hohein, fuimos juntos al colegio - contestó - Yo voy a entrar ¿Me acompañas?

- No tengo ganas de ver a nadie.

- Estupendo. La residencia donde vivo está aquí al lado, si quieres puedes venir.

- ¿Pero que me estás insinuando? - le gritó enfurecida.

- Que puedes ir a secarte un poco.

- ¿Pero tu estás loco? - volvió a gritar - ¿Te das cuenta de lo que me estás proponiendo?

- Solo quería ser amable pero si te soy sincero a mí me da igual que te resfríes o no - Takumi se giró para marcharse.

- Espera - le detuvo temerosa - ¿Solo querías eso?

- Si.

- También puedes pedir un reservado en el club, pero eso cuesta dinero.

Momoka se miró a si misma, la verdad es que su aspecto era de lo más lamentable, estaba empapada y sentía bastante frío, además seguro que entre la lluvia y el llanto se la había corrido el maquillaje.

- ¿Qué me vas a pedir a cambio?

- ¿A cambio de qué? Oye, oye, me parece que tú estás pensando cosas de mí que no son.

- ¿Y que quieres que piense? A penas te conozco y lo que se de ti no es muy bueno y... estoy harta de ser tan crédula y tan tonta. Llevo años soñando con un imposible y siendo una cobarde. He vivido con una venda en los ojos, una venda que yo sola me puse y lo que es peor, tenía a mi lado a la mejor persona del mundo y no la quise ver... todo lo he hecho mal, solo he sido una persona egoísta que pensaba en si misma. Si de verdad hubiera estado enamora de Kamui, si de verdad le quisiese de corazón, habría pensado en él y en su felicidad pero no, yo no, yo solo pensé en mi comodidad y...

- Nos estamos mojando los dos - fue lo único que Takumi dijo - Acompáñame.

Takumi empezó a andar y ella le siguió, si, sería mejor que fuera a secarse. Además ¿que le importaba a ella Kamui? ¿Por qué tenía que llorar por semejante egoísta? Y tampoco había nada de malo de conocer a nuevas personas y hacer nuevos amigos y por supuesto, ella era una chica que sabía defenderse sola y Takumi no parecía gran cosa, si intentaba algo con ella le metería una buena patada en la entrepierna.

¿Y que hacía con Yuri? Llamarla, en cuanto llegase a la residencia de Takumi la llamaría para decirle que la esperase, total no creía que la iba a molestar demasiado, ya estaba muy entretenida con Deisuke.

Siguió en silencio a Takumi hasta llegar a un gran edificio. Tenía razón, estaba relativamente cerca del club de tenis. Entraron y Takumi saludó a un señor que estaba en la portería. Momoka se inclinó ligeramente al verlo. Subieron a un ascensor en silencio, Momoka miró al techo y se puso a analizar que todo el mundo cuando sube a un ascensor con un desconocido o con quien no sabe que hablar miraba al techo, le resultó algo muy curioso.

El ascensor paró y Takumi salió de él, Momoka volvió a seguirle en silencio por un largo pasillo hasta detenerse frente a una puerta "número 45", se dijo a si misma que sería bueno recordarlo por si tenía que llamar a la policía. Takumi abrió y entró dejándola a ella bajo el marco de la puerta, ni siquiera la miro, Momoka observo cada movimiento suyo, como abría un armario y sacaba algo y le vio perderse tras otra puerta. Entró con miedo, observando con cautela lo que era una habitación de estudiante con dos camas, debía ser que tenía compañero.

Se acercó a la ventana y miró la lluvia caer al otro lado. Fue entonces cuando se dio cuenta ¿Estaría atrapada hasta que la lluvia cesase?

Sintió unos pasos acercarse a ella, se giró y se encontró con Takumi que la miraba detenidamente. Tenía una toalla blanca puesta sobre sus hombros y se veía humedecida, claro, seguro que había estado secándose un poco el pelo.

- Te he dejado un chándal en el servicio, cámbiate, estarás más cómoda.

- Gracias, siento ser una molestia.

Takumi no contestó, se limitó a mirarla mientras entraba en su servicio. Era muy extraño, él nunca tenía esos detalles, normalmente le daba igual todo, no se caracterizaba por ser muy amable y sin embargo esa chica conseguía que se comportase de esa forma ¿Por qué sería? Lo único que sabía era que tras verla llorar y hablar de aquellas cosas incomprensibles para él sintió que tenía que hacer algo para confortarla.

...
Yuri no podía creérselo. Es que otra vez ese chico estaba allí, con ella, y le estaba insinuando que le gustaba y que quería "algo" con ella, le acariciaba el pelo y la mejilla y se acercaba a hablarle al oído con una voz suave que le hacía sentir cosquillas en la oreja y en el estómago.

El día anterior le había besado. La verdad es que fue un impulso un poco tonto, estaban bailando y sin saber como terminó besándole y le había gustado mucho, esa sensación de no saber que va a pasar, de peligro, de hacer algo que no debía era algo que parecía emborracharla... a lo mejor era porque había bebido un poco de alcohol, quien sabe.

Ahora se había propuesto ponérselo un poco más difícil, no quería que pensase que era una de esas chicas que están deseando que las besen o que se besan con cualquiera. No, ella no era así.
Lo que pasa es que ese chico era muy guapo, y la miraba sonriéndola y la hacía sentirse bonita y...

- ¿Qué te pasa? - preguntó Deisuke acariciándola la mejilla - Pareces asustada ¿Te doy miedo?

- No, no es eso, es que estoy preocupada... por Momoka.

- ¿No es ya mayorcita para saber lo que hace?

- No, no lo creas. Ella es muy sensible.

- ¿Por qué no la llamas y le preguntas como está?

- Yo creo que si, que va a ser lo mejor.

- A lo mejor se ha ido a su casa.

- No, no me dejaría sola, no se iría sin decirme nada. Tal y como estaba supongo que a un sitio solitario para llorar, Momoka es bastante llorona.

- Entonces seguro que Takumi la ha encontrado y está con ella.

- A lo mejor.

- ¿Por qué la llamas al móvil y te quedas más tranquila?

- Buena idea - Yuri sacó el suyo y buscó el teléfono de Momoka - A ver si lo coge.
Sonaron bastantes llamadas y a punto estaba Yuri de colgar cuando por fin escuchó que descolgaba.

- ¿Si? - una voz masculina le sorprendió bastante.

- ¿Momoka?

- Soy Takumi. Momoka no puede ponerse ahora mismo.

- Bueno es que estoy preocupada por ella.

- Está conmigo y no hay problema alguno. Cuando salga del servicio le digo que te llame.

Y colgó. Yuri se quedó mirando a Deisuke.

- Parece ser que está en el servicio. Dice que le va a decir que me llame ¿Que te parece si mientras tomamos algo?

- Claro, no tenemos nada mejor que hacer ¿O si? ¿Qué te traigo?

- ¿Me puedes pedir vodka con limón?

- ¿Bebes alcohol?

- Me gusta el vodka con limón.

- Eres una chica muy mala tu también - sonrió.

Algo le decía a Yuri que tenía que sentirse mal. que eso no estaba bien, que tenía que pensar en Kenshi... pero le daba igual, lo único que quería era que esa sensación no se esfumase pronto.

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