sábado, 23 de agosto de 2014

142. La confianza se gana poco a poco

Sumire miraba todo con la boca abierta.
- ¡Está todo el mundo! - decía asombrada a más no poder.
- Casi - rectificaba Ryuko - Que Akane y Akira no están, ni Jisei.
- Venga, no te preocupes, Akane estará bien - intentaba tranquilizarla Kyojin - Nadie mejor que Akira para cuidarla.
Ryuko se encontraba incómoda en la fiesta, ella no era una chica demasiado fiestera y si a eso se le añadía lo preocupada que estaba por Akane pues el panorama no era muy alegre y eso que sabía que Kyojin tenía razón y no había nadie mejor que Akira para cuidarla... era gracioso, hace unos meses pensó que sería perfecto que ellos dos saliesen juntos, lo pensó egoístamente pero resultó que era cierto y quien le iba a decir cuando comenzó a meterse con Akane diciéndole que le gustaba Akira que sería tan cierto.
- ¡Y menuda casita! - añadía Misaki.
- No sabía yo que había casas así aquí, en Kizuna - comentaba Xu-Xu.
- Para mi que esto es propiamente una ciudad aparte - decía también Suo.
- ¡Pues anda de no sois vosotros exagerados! - se quejaba Hizashi.
- Claro, como tú también vives en una "mansión" - contestó Xu-Xu.
- Pero es que esta es tan... tan... - Genki no encontraba el adjetivo adecuado.
- ¿Exagerada? - sugirió Shiho.
- ¡Americana! ¡Es muy americana! - exclamó Sumire - Parece de Falcon Crest o algo así ¿A que si, Misaki?
- ¿De qué? - le preguntaron varios.
- Es una serie americana un poco vieja ya pero cuando estaba en España la reponían y me piqué viéndola porque había una señora mala, mala que... es una serie americana con mucho lujo.
- Bueno, nosotros vamos a disfrutar un poco, para eso hemos venido - se animaba Kenshi - ¿Dónde está Nowaki?
Sumire continuaba mirando todo con curiosidad.
- ¿Que escudriñas tanto? - se interesó Kimisuke a su lado.
- Observo que está todo el mundo menos la panda de Seishiro.
- Esos son muy vulgares para Stella.
- Pero Seishiro si está - resopló la chica - ¿Qué hará aquí?
- Últimamente Seishiro se junta mucho con Taro.
- No me gusta, no me gusta - gruñó Kyojin.
- ¿Has notado alguna "perturbación" en la fuerza? - dijo en tono irónico Karasu apareciendo de pronto - Hola a todos.
- ¡Hola Ringo! ¡Has venido! - se entusiasmó Sumire - Ven, ven, ven con nosotras, vamos a cotillear todo esto. Karasu tráele algo de beber.
- La verdad es que no tengo ganas de nada - respondió la chica - Tengo el estómago como revuelto.
- Eso es porque estás demasiado preocupada - inquirió Karasu - Anda y relájate un poco. Voy a traerte algo... esto... ¿Qué quieres tomar?
- No se, tráeme algo de lo que haya... pero que no tenga mucho alcohol.
- ¿Y Aiko? - se interesó Shiho.
- Karura se ha quedado con ella, espero que no le de problemas.
- Seguro que no - confirmó Sumire.
- ¿No ha venido Akane? - preguntó Ringo al observar que no estaba la chica del pelo naranja.
- No - contestó Sumire - La pobre no se encontraba bien, que rabia ¿verdad?
Karasu regresó con dos vasos altos llenos de un líquido de color rojizo.
- Toma Ringo - le ofreció uno a la chica - Está bueno.
- ¿Que es?
- No lo se, tiene tomate 7 no está muy fuerte, a ver si te gusta-
Ringo llevó el vaso a sus labios y de inmediato un olor intenso a tomate llegó a su nariz y apartó el vaso con cara de asco.
- Por dios... que fuerte huele este tomate... agg
- ¿A ver? - cogió el vaso Sumire y lo acercó a su nariz.
- Huele como todos los tomates.
- Pero huele muy fuerte ¿no? ¿No estará malo?
- No creo - dijo confundido Karasu - pero bueno, toma el mío a ver.
Ringo acercó el nuevo vaso a sus labios y volvió a repetir el mismo gesto.
- Por favor ¿pero que tomate es este?
Todos terminaron por oler los vasos y todos estuvieron de acuerdo en opinar que no olía más fuerte que otras bebidas con tomate.
- Pues yo no lo aguanto, de veras, mira - se puso la mano en la boca y parecía dar una arcada - si hasta me ha puesto mal cuerpo... separarlo de mi.
- Pues si que estás rara - opinó Shiho.
- Bueno, te voy a traer otra cosa - comentó Karasu - Ahora vuelvo.
- Bueno yo tengo que ir a saludar a una persona - dijo Hizashi que acababa de ver entrar a Nagato y Kanna.
Serio, con su habitual expresión, se acercó a donde estaban Himeko y Kohaku que parecían algo ajenos a todo hablando entre ellos.
- Himeko, ya han venido.
- ¿Ya? ¡Ay que nervios!
- ¿Vamos?
- Si, si, vamos.
Himeko cogió la mano de Kohaku, estaba muy nerviosa, ya conocía a Nagato pero era la primera vez que le iba a hablar como a su primo y desde que supo que era su primo ya pensaba de él de otra forma y todo.
Nagato y Kanna les vieron acercarse. Ellos ya se lo esperaban. La madre de Himeko se había puesto en contacto con él y ya sabía quienes eran sus primos, los hijos del hermano de su madre. Al principio le chocó bastante y hasta casi le molestó, los Girei tenían fama de ser una familia muy ilustre y él pensaba que serían tontos y pijos, siempre consideró a Hizashi como un presuntuoso y un altivo, siempre andaba con la cabeza muy alta como si se sintiese superior y en cuanto a Himeko pues lo mismo, ella era la "princesa" del instituto, una muñequita de carne y hueso que debía vivir en su bonito mundo de color de rosa... así que cuando se enteró de que eran sus primos pensó que no podía tener peor familia... pero su tía parecía simpática y agradable y Kanna le convenció para que hablase con ellos, quizás no eran tan estirados como él pensaba.
Y eran sus primos, su familia... hasta ahora había vivido pensando que clase de familia tendría su madre, esa familia de la que nunca hablaba y mira tu por donde resultó ser nada menos y nada más que la de los importantes Girei.
Fue Kanna la primera en acercarse a Himeko y Hizashi aún cuando estos todavía no habían llegado.
- Hola Himeko - sonrió.
- Hola Kanna.
A Kanna le caía bien Himeko, al principio no, al principio pensaba que era una estirada y una repelente pero después del incidente con Takumi y Deisuke comenzó a sentir cierta empatía por esa chica tímida, le daba pena que la hubieran utilizado de aquella forma, no parecía mala persona, es más, si era de lo más sencilla y humilde y no parecía tenérselo creído a pesar de ser una de las chicas más guapas del instituto, al contrario, los cumplidos parecían avergonzarla.
- Bueno - dijo pasando amigablemente su mano por encima de los hombros de Himeko - Saluda a tu prima.
Nagato y Himeko se quedaron mirando sin saber muy bien que hacer ninguno de los dos.
- Que situación más horrible - dijo Himeko en un susurro - ¿Que se hace en estos casos?
Hizashi tendió la mano a Nagato.
- Hola - dijo escuetamente - Encantado.
- Encantado - respondió Nagato apretando la mano que le ofrecía.
- Por favor - Himeko se inclinó respetuosamente - Disculpa a mi padre, seguramente el obró pensando en lo mejor para la familia, se que no es una buena razón pero no es fácil para él ser el cabeza de familia de los Girei.
- Por favor, no - Nagato puso su mano en la barbilla de la chica para que alzase la cabeza - Tu no tienes que humillarte por nada, además tu madre ya me la explicado como sois los Girei de estrictos.
...
- ¡Ya va! - decía Hana caminando hacia la puerta de su casa mientras se recogía el pelo en una coleta - ¿Shibi? - se extrañó al ver al chico al otro lado.
Shibi estaba allí plantado con toda la naturalidad del mundo. Cogida a una de sus manos había una niña pequeña, de unos 6 años, morena, con el pelo recogido en una coleta alta y unas gafitas de pasta de color azul que la miraba curiosa.
- ¡Hola! - dijo a la niña - ¿Tu quien eres?
- Zoy la hermana de Zhibi, me llamo Zachiko - dijo con un gracioso ceceo - Zachiko Kamizuru, zignifica "niña feliz".
- Te presento a mi hermana pequeña, Sachiko.
- Vaya, encantada de conocerte Sachiko, yo soy Hana.
- Zi, ya lo ze, erez la hermana de Kenzhi ¿A que zi?
- Pues si.
- Dizculpa lo mal que hablo, ya eztoy yendo a la profe de la lengua.
- Al logopeda - explicó Shibi.
- Ah, bien. Bueno, pasad... Kenshi no está.
- Ya lo se - respondió Shibi - Está en la fiesta de Yuri.
- ¿Y tú por qué no has ido?
- No me apetecía. Yo venía a pedirte un favor y a hacerte una proposición.
- Tú dirás.
- Querría saber si podíamos ir al criadero de perros de tu familia.
- ¿Quieres ver perritos? - dijo mirando a la niña.
- No. Zi me guztan pero la idea no ha zido mía.
- Se que los animales son la mejor terapia que existe o eso dicen. Kenshi me ha contado que lleváis perros a centros y a hospitales de vez en cuando para que los pacientes jueguen con ellos y todo eso.
- Pues si, es cierto, dicen que los animales "curan el alma" y además ayudan a recuperarse de enfermedades más rápidamente.
- También se que Himeko iba a tu criadero como parte de su terapia cuando tuvo tantos problemas de falta de confianza y eso.
- Si, es cierto, yo era pequeña pero me acuerdo.
- Es que quería pedirte si podemos ir hoy algunos allí.
- ¿Te pasa algo?
- No, a mi no... es a una amiga, anoche tuvo una crisis de ansiedad y bueno... creo que le servirá para distraerse.
- Si, claro, por supuesto ¿Y tu hermana?
- Yo voy para acompañar a Kenta y que no de trabajo a Akane que eztá malita.
- ¿Es Akane? - se preocupó Hana - ¿A Akane le ha dado una crisis de ansiedad?
- Pues si, es ella, es que tiene mucho estrés, mucho trabajo y no puedo con tanto.
- Si ya lo sabía yo, ya la noté muy estresada cuando estuvimos en el pueblo de Akira ¿Por qué no me lo has dicho antes? Anda, espera un segundo que me arreglo y os llevo, por cierto ¿Dónde está Akane?
- En casa de Akira, descansando.
- Ay, por dios, si ya lo sabía yo, el último día que estuvimos en el pueblo la noté muy rara, no vino con nosotros al río... algo le pasaba ¿A que si? No, te preocupes, no hace falta que me cuentes nada si no quieres.
...
Deisuke había cogido a Yuri de la cintura y le hablaba al oído.
- Tengo algo nuevo ¿Te apetece probarlo conmigo?
Yuri le miró entre curiosa y asustada.
- ¿Cocaína? - susurró.
- No, es algo nuevo, de diseño, la ha traído Seishiro, dice que es algo que ha hecho Shishio.
- No… es que… no me atrevo.
- ¿No decías que había que probarlo todo? Anda, vamos a una de las habitaciones y vemos que pasa.
- Es que yo… no puedo, es mi fiesta, no puedo desaparecer.
- ¿Estás segura? Vaya, creí que eras más valiente.
Una cosa era pedirle a Taro pastillas para adelgazar y otra tomarse cualquier cosa, no, eso no lo haría… ¿Por qué le ofrecían drogas? ¿Acaso pensaban que ella era una drogadicta o algo así? Fue en ese momento cuando Yuri comprendió que todo se le había ido ya de las manos.
Se sintió asustada, débil, desprotegida de todo, alejada de sus amigos y de la protección de su familia… ¿Qué estaba haciendo de su vida? Todo parecía darle vueltas y en medio de una gran confusión lo único que pudo ver fue a Nowaki antes de sentir como un gran calor la invadía y las piernas le fallaban...
El golpe que Yuri se dio contra el suelo al caer fue aparatoso y ruidoso.
A pesar de que Nowaki estaba bastante cerca de ella no pudo evitar la caía de la chica. Algunas chicas dieron un pequeño grito de susto y todo el mundo se arremolinó a su alrededor. Los que primero llegaron a su lado fueron Nowaki y Kyojin.
- ¡Madre mía que porrazo se ha dado! - se oía comentar a varias personas.
- ¡Dejadme pasar! - decía Momoka intentando hacerse hueco.
Yuri se incorporó quejándose y se llevó la mano a la cabeza.
- ¡Tiene sangre! - gritó Kikyo alarmada señalando la sangre que había en el suelo.
- ¡Ahhh! - gritó también Yuri mirándose la mano manchada.
- Ya, tranquilízate - le dijo Kyojin.
- ¿Cómo me voy a tranquilizar? - volvió a gritar nerviosa - ¿Que me he hecho?
- A ver déjame - Nowaki se acercó a ella para mirar - Ah, no parece mucho, solo un picotazo.
- ¡Pero mira cuanta sangre! - comenzaba a llorar Yuri.
- Es que la sangre es muy escandalosa - explicó Momoka - Siempre parece más de lo que es.
Un terrible murmullo se extendió entre todo el mundo, todos daban su opinión mientras Yuri parecía a punto de entrar en pánico.
- Lo mejor es que te llevemos al hospital - propuso en hermano de Stella, un joven de unos 22 años, rubio como ella y con ojos de color marrones.
- ¿Al hospital? - se asustó Yuri.
- Hombre por si hay que darte un punto o algo - opinó de nuevo el hermano de Stella.
- Además los golpes en la cabeza son peligrosos - añadió Momoka - Mejor que te hagan una radiografía.
- ¿Estás tonta? - gruñó Yuri - Si hombre, voy a ir yo al hospital, a pasar la tarde allí, justo el día de mi cumpleaños.
- Pero Yuri...
- ¿Es una brecha muy grande? - le preguntó a Nowaki.
- No, que va, solo es un picotazo ¿Verdad Kyojin?
- A ver... es verdad, esto es cosa de poco.
- ¿Pero y si necesita puntos? - amonestó Momoka.
- Pero si no es nada - repitió Nowaki - Míralo tú.
- Toma, traigo gasas - dijo Stella llegando con una pequeña maleta blanca con una cruz roja pintada en ella - Traigo gasas y alcohol y cosas.
El hermano de Stela abrió el botiquín y sacó una gasa con la cual procedió a presionar en la herida de Yuri que se quejó. Al cabo de unos segundos retiró la gasa, esta estaba un poco manchada de sangre.
- Mirad, si casi no sangra ya. Voy a echarte alcohol.
- ¡No que escuece! - protestó Yuri.
- Pero es la desinfectarte - la regañó Suo.
- Pues no, que escuece - repitió.
- Pues con agua oxigenada - dijo Kyojin con voz de paciencia - Eso escuece menos.
- Pero los golpes en la cabeza son peligrosos - decía Momoka - ¿Y si tiene algo interno?
- A ver, dejadme a mi que me he dado muchos golpes en la cabeza - se acercó Sumire - Mírame Yuri ¿Me ves bien?
- Si, si, te veo bien.
- ¿Sabes quien eres y donde estás?
- Si, se quien soy y donde estoy.
- ¿Cuantos dedos ves? - dijo plantando la mano delante de la cara de Yuri.
- Ay, no seas pesada, estoy bien, solo me duele el porrazo.
- Sería mejor que estuvieras en un sitio mas tranquilo - propuso Suo.
- Si, creo que eso le vendrá bien - dijo Momoka - Y que esté un ratito hasta que se le pase.
- Y que no se duerma - añadió Sumire - ¿Qué pasa? A mi no me dejaban dormirme en dos horas si me había caído.
- Vamos a una de las habitaciones - sugirió Stella.
Nowaki quería haber ayudado él pero antes de que pudiera hacer nada Kyojin pasó uno de sus brazos por detrás de su espalda inclinándola hacia delante.
- Agárrate a mi, Yuri - le dijo.
- Mira, mi caballero andante - sonrió Yuri.
- Creo que de esta no te mueres - bromeó Kyojin.
Stella les guió entrando en la casa y subiendo unas escaleras hasta una de las habitaciones, todos los muebles que allí había eran blancos con pequeños detalles en azul celesta, incluida la cama, blanca también, con dosel y colcha de color celeste. Kyojin depositó allí a Ino con cuidado, Nowaki y Momoka entraron detrás, había más gente que les seguían pero Momoka cerró la puerta nada más entrar ella.
- Será mejor que la dejemos tranquila - dijo - Stella tu ve a atender a los invitados, es tu casa, diles que le ha dado una lipotimia por los nervios.
- ¿Ha sido eso? - interrogó nervioso Nowaki.
- Pues claro, por eso y seguramente porque a penas haya comido. Venga, vamos a dejarla unos minutos y se recuperará.
- ¿Cómo la vamos a dejar sola? - preguntó Kyojin.
- Nowaki se queda con ella ¿Verdad Nowaki?
- Ah si, si, yo me quedo, no hay problema.
- Bueno, os dejo aquí el botiquín - dijo Stella - ¿Tu la curas?
- Si, no hay problema.
Nowaki vio como los tres se marchaban y cerraban la puerta, el ruido de la fiesta aún se oía algo amortiguado aunque esta parecía estar en la piscina dentro de la casa también había música. Miró a Yuri que se llevaba una mano a la cabeza y se sentó a su lado casi con miedo de hacerlo, observando con detenimiento la habitación, estaba claro, por todos los detalles que allí había, que esa era la habitación de una chica, quizás la de Stella.
- ¿Cómo te encuentras? - preguntó preocupado.
- ¿Cómo quieres que me encuentre? - habló medio llorando - Es mi cumpleaños y mira, aquí estoy, con la cabeza rota y todo el mundo divirtiéndose y se supone que yo tenía que ser la protagonista y... todo me sale mal, siempre, siempre, todo mal.
Nowaki abrió el botiquín y sacó gasas y el agua oxigenada.
- Vamos Yuri, no te pongas así - decía mientras echaba el líquido en la gasa - A ver, déjame que te cure.
- ¿Y como quieres que me ponga? ¡Ay! ¡Cuidado me haces daño!
- Lo siento.
- Si es que me quiero morir ¿Por qué todo me sale tan mal?
- No te ha salido mal, no seas exagerada.
- ¡Tu no lo entiendes! Llevo toda la semana soñando con esta fiesta y me he comprado un vestido precioso y me han maquillado y me han peinado... me han exfoliado la piel y se supone que todo tenía que ser perfecto...
Yuri se dejó caer en la cama llorando, al principio pensó en no hacerlo, no delante de Nowaki pero todo la había superado, así que no se contuvo más y rompió a llorar.
Nowaki la miraba con pena, con la gasa en la mano y sintiéndose impotente por no saber como consolarla ni que decirle.
...
- ¡Vamos todos a la piscina! - se oyó en voz alta a Stella - ¡Está climatizada!
Aquello produjo otro pequeño revuelo, eso de meterse en la piscina climatizada parecía que atraía a todo el mundo. Stella miró a Kikyio.
- ¿Ves como era buena idea? - dijo Kikyo - Pronto se olvidarán del incidente. Venga, corre, ve a decirle a Hizashi que se ponga el bañador, tiene que estar guapísimo.
- Es cierto, es cierto - y las dos rompieron a reír nerviosas.
- ¡Xu-Xu! ¡Xu-Xu! - Sumire corrió hacia ella y la cogió del brazo - ¡Ten un problema! ¡Un problema enorme, grandioso, colosal!
- Pues si parece grande si ¿Qué te pasa?
- Es que... - Sumire miró a su alrededor asegurándose que no había gente cerca - Es que no puedo bañarme.
- ¿Por qué? No te preocupes, seguro que hay una parte que no cubre.
- No, si no es por eso, es que no puedo.
- Pues si no quieres bañarte no te bañes, no pasa nada.
- No, es que... tengo la regla - dijo en voz baja.
- Ah... bueno, pues no pasa nada, no te bañes.
- Es que yo quiero bañarme.
- ¿Y que quieres que yo le haga?
- ¿No tienes tampones?
- Pues no, lo que si tengo es compresas.
- Eso no me vale, de eso ya tengo yo, lo que necesito es un tampón para poder bañarme.
- Bueno, preguntaremos a Ringo o a Ryuko.
- Ryuko no usa tampones.
- Pues le preguntamos a Stella, a lo mejor ella tiene.
- Me da vergüenza.
- Pues no te bañes ¿Para que quieres bañarte?
- Porque nunca he estado en una fiesta en una piscina y parece divertido.
- Pues te aguantas.
- Jopetas.
...
- ¿Qué te pasa que estás tan serio? - preguntaba Momoka a Takumi.
- Tus amigos no me miran nada bien.
- ¿Y eso te preocupa?
- No, eso me da igual.
- ¿Entonces?
- Es extraño estar en una fiesta con Himeko, realmente me siento mal, se que lo que le hice fue una verdadero putada y además está Seishiro, no entiendo que hace aquí.
- A mi también me mosquea ¿Quien le habrá invitado? Porque Yuri seguro que no.
- Y Stella tampoco, ella no lo soporta.
- ¿Entonces?
- Ha venido por lo que ha venido.
- ¿A que te refieres?
- Seguro que ha venido a traer nuevas cosas.
- ¿Qué cosas?
- Shishio, ya sabes quien te digo, sintetiza droga ¿No lo sabías? y Seishiro es quien suele repartirla.
- ¿Ese tipo fabrica drogas? ¿Kamui se juntó con un tipo de fabrica drogas?
- Sería mas exacto decir que experimenta con drogas. No me gusta, no me gusta nada.
- ¿Y como lo sabes?
- Porque... es una historia muy larga, lo que importa es que Deisuke, como es así, le entró la curiosidad de probarlas, a ver que se sentía y ahora está enganchado a esa mierda y Shishio le utiliza de "conejillo de indias".
- ¿Qué quieres decir? ¿Que Deisuke acepta probar todo lo nuevo que Shishio inventa?
- Tu no sabes lo que es tener una adición ¿A que no? Deisuke probaría cualquier cosa que le quitase el mono.
- ¿No me digas que aquella droga que echasteis a Himeko...?
- Si, era una de las drogas de Shishio, era una inhibidora, habrás oído hablar de ellas ¿no? son esas que te dejan como muerto y no eres capaz de moverte, ni defenderte... No queríamos hacer daño a Himeko, te juro que yo no quería hacerla daño, solo queríamos probarla.
- ¿Por qué hiciste eso? ¿Y si a Himeko le hubiese pasado algo malo? ¿Y si los efectos hubiesen sido mayores o algo? ¿Cómo hiciste algo así?
- No tuve más remedio.
- Claro ¿Es que te amenazó con matar a tu abuela o algo así?
- Me amenazó con no darme mi dosis - Takumi la miró gravemente - Si, Momoka, yo he estado muy enganchado también a las mierdas.
- Pero tu eres una persona inteligente y...
- Pero sigo siendo un... un crío imbécil - resopló - No tengo excusa ninguna, pensé que por probar una no le pasaría nada, todo el mundo las tomaba y yo... me comporté como un verdadero crío imbécil
- No me lo puedo creer.
- Pues créetelo, la única diferencia entre Deisuke y yo fue que yo decidí que tenía que dejarlo, me di cuenta de que me estaba convirtiendo en una especie de marioneta de la mierda que tomaba... Lo siento Momoka, se que hice mal y no tengo ninguna excusa, ni siquiera el dolor, las taquicardias o como creía volverme loco... ya sabes que clase de persona soy. Me avergüenza reconocerlo, te lo cuento a ti porque quiero que veas que tengo confianza contigo, pero también te digo otra cosa, si estoy orgulloso de haberlo dejado, ahora te aseguro que estoy limpio, voy todas las semanas a un centro que hay cerca de la estación y allí me hacen unos análisis para comprobar que no he tomado nada, pronto me darán el alta.
- Pero... ¿Cómo lo dejaste?
- Mis padres me ayudaron, bueno, y que este verano lo pasé en casa de mi abuela Mito... encerrado... fue horrible.
- Creí que no te llevabas bien con tu abuela.
- Es mi abuela ¿Crees que una abuela da la espalda a su único nieto?
Momoka guardó silencio, ahora si que comprendía muchas cosas y quería preguntar muchas otras pero había algo que la alarmaba.
- ¿Por qué no te fías de Seishiro? - preguntó temiendo la respuesta - ¿No pensarás que va a drogarnos?
- No, no se va a arriesgar a drogar a todo el mundo pero seguro que anda buscando nuevos incautos.
- ¿Y donde está ahora?
- No lo se... vamos a buscarlo por si acaso.
...
Inari miraba preocupado a Akane, no era para él normal ver a su alumna tan decaída, sentada en la parte de atrás de su coche y mirando absorta no se sabía donde, claro que no se extrañaba de ese decaimiento porque había llegado su madre para dejar a su hermano pequeño y tan solo le dijo un "¿Te encuentras mejor?" y además como de refilón, parecía más ocupada en decirle todo el jaleo que se le había formado y lo estresadísima que se encontraba y por supuesto darle indicaciones sobre el hermano... Y mira que Akane tenía mala cara, se la notaba como cansada o más bien agotada. Luego supo que le habían dado varias pastillas para calmar la ansiedad que sentía... claro, por eso estaba como adormilada... pero seguía resultándole triste que su propia madre no se hubiese preocupado más por ella, de echo, él no estaba presente, Jisei le había obligado a meterse en la cocina porque decía que no quería que la madre de Akane le reconociese y fuese hablando por ahí, pero había oído como le decían a la madre que Akane había tenido un corte de digestión y que por eso se encontraba tan mal... pero es que la madre no insistió en nada, no preguntó como había pasado, como estaba... nada.
Que triste era aquello, ahora entendía la preocupación de Jisei por su amiga... el lunes iba a hablar con Akemi, el problema de esta chica era grave de verdad, muy grave.
Ahora iban en su coche, él, Jisei, Akira y Akane, siguiendo el coche de Hana, la hermana de Kenshi Tsumerage, que iba con Shibi y los dos pequeños hermanos, el suyo y el de Akane. No imaginaba que Shibi estuviera saliendo con una chica, bueno, tampoco es que le tuviese que extrañar, lo que ocurría es que siempre se le veía como que no le importaban esos temas, además que Hana parecía mayor que él... bueno, sería mejor que se concentrase en seguir al coche y dejase de pensar tanto.
Akira acarició el pelo de Akane.
- Ay mi niña, la de mimitos que necesita hoy - dijo en tono ñoño.
- ¡Deja de decir tonterías, ganso!
- ¿Encima que quiero mimarte?
- ¿Qué va a pensar Inari de ti?
- Que quiero mucho a mi novia.
- Que eres un pesado y un empalagoso, eso es lo que va a pensar.
- Lo que voy a pensar es que no me imaginaba que fuerais novios.
- Y es que no lo somos - gruñó Akane - Son imaginaciones suyas.
- Ah si, si que lo somos, ella lo niega pero lo somos, bueno no ¿Cómo dijo tu hermanos que éramos? ¡Ah ya! Folliamigos.
Jisei rompió a reír.
- ¿Quieres dejar de hacer el payaso? - volvió a gruñir Akane.
- Solo quiero que te sonrías... ¡Mira! ¡Ya has sonreído!
- Eres imposible.
- ¿Y a donde vamos? - preguntó Jisei - ¿Lo sabe alguien?
- Ni idea - respondió Akira - Pero Shibi ha dicho que lo pasaremos bien.
- A saber la idea que tiene ese de pasarlo bien, yo no me fiaría - comentó Jisei.
Llegaron a su destino, el criadero de perros de los Tsumerage, situado a las afueras de Kizuna en una gran extensión de campo.
- ¿Que tiene de especial este sitio? - preguntó Inari.
- Perros - contestó Shibi - Muchos perros y sobretodo cachorros ¿Hay alguna camada, verdad Hana?
- Si, por supuesto.
Akane se preguntaba realmente que habían ido a hacer en ese sitio.
- Verás Akane, los animales son la mejor terapia que existe - explicó Shibi.
Entraron, Hana saludó a su madre y otros parientes que estaban por allí, como era sábado tenían bastante trabajo, la gente aprovechaba los fines de semana para ir a ver a los perritos y escoger cual comprar.
- ¿Que pasa, Shibi? - le saludó la madre de Hana dándole una palmada en la espalda - ¿Cómo va eso? ¿Consigues que Hana se relaje o no?
- ¡Mama, por favor! - gruñó Hana - Deja ya tus bromas que nadie entiende.
Los dos pequeños entraron corriendo a jugar con los cachorros.
- Por lo menos ellos se lo pasarán bien - dijo Jisei.
- Este sitio es estupendo - decía Shibi - Yo venía a acompañar a Himeko muchas veces.
- ¿Sabéis que Shibi, Kenshi y Himeko de pequeños siempre estaban juntos? Toma Akane - Hana cogió un cachorro de pastor alemán en brazos y se lo pasó - Acarícialo.
- ¡Que bonito que es! ¡Mira Akira! ¿No es la cosa mas bonita del mundo?
- Si tu lo dices…
- Ven, vamos a ver los demás.
- Veras que al final me va dar pelusa.
Los dos se alejaron un poco, Shibi sonrió, bien conocía él a Akane y sabía que ver a los cachorros la iba a entusiasmar, mírala, ya ni escuchaba a nadie.
- Si, si que lo sabíamos - decía Jisei a Hana - Kenshi y Himeko eran novios - rió.
- Si, Inari, pero no pienses mal - habló Shibi - Solo era un juego.
- Pero eran muy tiernos, se mandaban notitas... - decía Hana-
- Lo curioso era que no sabían escribir, ni leer - intervino Shibi - Así que te puedes imaginar como eran esas notas.
- Pero cuando aprendió Kenshi le escribió una carta - continuó Hana.
- La culpa de todo aquello fue de vuestra madre - afirmó Shibi.
- Si, es cierto. En realidad a Himeko le interesaba otro chico pero Kenshi se puso muy pesadito.
- ¿Qué pasó? - se interesó ya por el asunto Inari.
- Cosas del cachorro loco - añadió Shibi - Pero lo empezó tu madre, Hana, y bien que nos traumatizó a los dos.
- ¡Que exagerados que sois! La cosa fue que... ¿Puedo contarlo, Shibi?
- Si, a mi me da igual.
- Pasó que como Shibi y Kenshi estaban siempre juntos una vez mi madre comentó que parecían novios.
- Y Kenshi se lo tomó muy en serio - resopló Shibi.
- Entonces Kenshi - continuó Hana - Decidió que de mayor él se casaría con Shibi, porque era su amigo y era un chico y que sería más divertido casarse con un chico para poder jugar al balón cuando quisieran.
Inari dejó salir una sonrisa.
- Cuando se dio cuenta de lo que andaba diciendo quiso rectificar demostrando que le gustaban las chicas - habló Shino - Y entonces decidió que su novia sería Himeko, claro, la pobre no se quejaba…
- Kenshi era muy gracioso - apuntó Jisei - Me acuerdo una vez que fue al colegio con dos coletitas pequeñas y decía que eran orejas de liebre.
- Si, nunca tuvo mucho sentido del ridículo - suspiró Shibi.
- Y como se entere de que habláis de él se va a mosquear - dijo desde donde estaba Akira.

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