domingo, 24 de agosto de 2014

159. La "princesa" imperfecta

Cuando Akira abrió los ojos lo primero que vio fue unos de color turquesa mirándole fijamente.
- Buenos días, cielo.
- ¿Te pasa algo?
- No, solo te observaba y me preguntaba que puedo hacer por ti.
- ¿Por mi?
- Tengo que hacer algo por ti, te esfuerzas mucho en cuidarnos, te has complicado mucho la vida, bombón.
Akira sonrió, su sospecha inicial estaba confirmada, era Ayesa.
- Es mi forma de ser, no lo puedo evitar, me gusta complicármela. Ya te acostumbrarás cuando te cases conmigo.
- Como te oiga eso Akane ya verás la que te lía - dijo incorporándose y ágilmente sentándose a horcajadas encima del chico.
- Ayesa, no empieces.
- ¿A qué?
- ¡No te muevas! - se apresuró a añadir - Te lo pido por favor.
- Que tímido que eres ¿Pero por qué sigues teniéndome tanto miedo? - acercó la cara a la suya casi pegando los labios.
- Más bien le tengo miedo a la naturaleza propia de mi género.
- ¿Me vas a echar de menos cuando ya no esté?
- ¿A dónde vas a ir?
- Supongo que terminaré siendo asimilada por Akane pero espero poder disfrutar mucho antes de que eso suceda.
- Que pueden pasar años, así que no corras tanto.
- Sí que me vas a echar de menos - sonrió - ¿A que no se te ocurrió traer los preservativos de chocolate que compró por error Akane?
- Ayesa, no... no empieces por favor...
- Humh... ¿Qué vamos a hacer hoy? No me gustaría quedarme otro día más metida aquí y sé que Akane tampoco.
- Pues pensaba que te quedases con mi hermana y que te llevara al pueblo, podíais ir de compras, Akane dijo que quería comprar algún recuerdo para las chicas.
- Que aburrido ¿Y tú que vas a hacer?
- Tengo que ayudar a mi padre y a mis tíos.
- ¿Y yo no puedo acompañarte?
- Hombre, no sé, quizás sea un trabajo un poco duro.
- ¿Cómo de duro?
- Pues es que tú eres una chica y estás débil...
- ¿Porque soy una chica soy débil?
- No, no es eso, digo que estás débil, tomas muchos medicamentos y has estado enferma.
- Cielo, solo ha sido un resfriado, no exageres tanto. Pues yo quiero ir a ayudarte.
- No creo que te guste hacerlo - Ayesa le miró frunciendo el ceño - Va a ser cansado y a ti no te gustan esas cosas.
- ¿Qué me quieres decir?
- No te veo yo trabajando... ¡Estate quieta! - se quejó al notar los dedos de la chica explorando su abdomen - No, no me rio, estate quietecita. Déjame, que voy a ducharme, no quiero que se me haga tarde, bicho, que eres un bicho.
Akira la retiró con firmeza de encima de él y salió de la habitación rumbo al cuarto de baño.
Media hora más tarde era Ayesa la que salía sonriendo del cuarto de baño. Había conseguido lo que deseaba, pues claro que sí y ahora iba a demostrar que ella no era ninguna "burguesita" acomodada de la ciudad, le molestaba que Akira pensase de ella que era demasiado delicada para el trabajo en el campo... ah no, no sabía Akira quien era ella.
De vuelta en la habitación se puso unos cómodos pantalones hasta la rodilla, una camiseta de tirantes y por encima una vieja camisa, ahora hacía un poco de fresco pero seguramente, según avanzase el día, tendría mucho calor, se peinó con dos coletas y bajó hasta la cocina. Allí estaba ya Akira con su padre, Akihito y varios de sus tíos.
- Buenos días – dijo al entrar.
- ¡Hombre! Nuestra invitada – dijo uno de los tíos – Buenos días, pasa, pasa, estamos desayunando.
- ¿Cómo te has levantado tan pronto? – preguntó otro.
- Me ha dicho Akira que hay que madrugar para trabajar.
- Ah ¿Pero vas a trabajar en serio? – preguntó el padre de Akihito, un hombre de pelo canoso pero aún muy atractivo - ¿Has traído una chica para trabajar?
- Claro – respondió Akira levantándose y mirándola de reojo – Ella es una chica dura. Siéntate que te sirvo el desayuno.
- Desde luego ya no se liga como antes – rió el padre de Akihito.
- Te lo tienes que comer todo – advirtió Akito – Si no te quedarás pronto sin energía. ¿Dónde la vas a llevar, Akira?
- ¿Qué es lo que tengo que hacer? – preguntó el chico.
- Pues había pensado pedirte que fueras a reparar la cerca en la parte norte – habló Akito – Pero a lo mejor prefieres hacer la ronda y que vea el paisaje.
- Ah no – intervino Ayesa – Iremos a reparar la cerca, yo he venido aquí a trabajar, no a ver paisajes.
- Huuuuuuuh – se oyó a varios de los allí presentes.
- Cuidado Akira – sonrió Akito – Esta chica es de armas tomar, ya te lo dije.
Akira suspiró, Ayesa siempre conseguía lo que quería, estaba claro que no tenía fuerza de voluntad contra ella, era tan cabezota como Akane y encima jugaba sucio.
Esto le pasaba por ser tan inseguro, si seguro que era por eso. Si no tuviera tanta inseguridad pues no le pasarían cosas así. Si demostrara un poco más de confianza en sí mismo pues Yuri no le hubiese utilizado como excusa ante sus padres, claro, no se habría atrevido y menos aún a decírselo a él mismo. Si tuviera más confianza en sí mismo habría sido capaz de decirle a Yuri que no, así, de forma simple y directa, "no".
Era consciente de que cubrir a Yuri en una mentira no era ayudarla para nada, lo que su amiga necesitaba era afrontar su problema directamente, reconocerlo y enfrentarse a él y para eso nada mejor que el apoyo de sus amigos y, los más importantes, su familia, sus padres ¿Quién mejor que sus padres iban a poder apoyarla? Pero claro, para que la apoyen deben conocer el problema y ¿qué clase de amigo era él? Pues no sería muy buen amigo cuando no le decía claramente que no... Pero es que él era así de pusilánime, no era capaz de enfrentarse a Yuri y sus grandes ojos, esos que sabían mirarle como si fuese un cachorrillo indefenso.
Menudo amigo que estaba hecho.
Y lo peor de todo es que menudo novio que estaba hecho.
¿Quién era más importante para él? Yuri era importante, nadie lo dudada, era su amiga de toda la vida, con la que había pasado tantas cosas; ella, Akira y él. Siempre había estado en su vida, no recordaba ningún hecho importante en el que Yuri no estuviese presente, seguramente estaría presente hasta el día en el que empezó a andar. Hasta recordaba que el primer diente de leche que perdió fue de un puñetazo que le dio Yuri jugando y casi se lo traga.
Pero aunque Yuri era muy importante, con ella pasaba lo mismo que con Akira, que sabía que estaban allí y que le conocían, aunque se preocupaba por ella y sabía que si él tuviese algún problema Yuri estaría para él, quien más le importaba era Ryuko. Porque tenía el convencimiento de que aunque el tiempo pasase y las circunstancias les separaran, Yuri y él seguirían siendo amigos pero Ryuko... si ahora se separaba de Ryuko seguro que todo se estropearía.
Había que ser sinceros, la vida es así de cruel y por una tontería como esa o peor se habían estropeado relaciones, acabado amistades y demás. Era cierto que a pesar de lo que sucedió entre Akira y Akane ellos siguieron siendo amigos... bueno, por lo menos lo intentaban, pero ¿lo conseguirían ellos? Es que él no tenía la misma seguridad que Akira, ni su paciencia, ni su capacidad de estrategia para saber cuál era el momento adecuado para contraatacar y Ryuko no es Akane, que puede que Akane fuese muy cabezota pero en el fondo siempre confió en Akira... eso estaba claro dijese lo que dijese... es que Ryuko además tenía a sus padres, especialmente a su madre en contra de él, seguro no que no era muy buena influencia.
Él tenía que hacer algo y tenía que hacerlo ya, no podía, como Akira, ponerse a esperar y observar, de eso nada.
Eso sin contar con el hermano de Jisei, que no sabía por qué no le daba muy buena espina. La culpa de ese mal presentimiento es que el día anterior, cuando ya disponían a separarse del resto de sus amigos para ir a sus casa, precisamente en ese momento apareció el condenado hermano de Jisei en su condenado cochecito. Con su sonrisa y esa confianza que tenía con Ryuko se ofreció a llevarles a casa. Kyojin se apresuró en contestar que no, él deseaba ir dando un paseo con Ryuko pero la chica dijo que si y... se subió al coche.
En esos momentos lo único que pudo llegar a pensar era eso que solía decir Jisei a veces del karma y que se vuelve en tu contra... claro, él ofendió a Ryuko dejándola sola, se fue con Yuri, puede que Yuri necesitase hablar pero él dejó a Ryuko, puede que Ryuko le dijese que se fuera con Yuri, que no había problema, lo que fuera, daba igual, la dejó sola así que ahora era justo que fuese él quien se quedase solo.
Aunque el karma fuera algo justo, según Jisei, era también de lo más molesto, por no decir algo más fuerte.
Mientras caminaba para encontrarse con Shibi, con el que había quedado, Kyojin se puso a recordar lo que él día anterior había hablado con Jisei en el planetario, mientras Ryuko conversaba con Sumire y Shiho que les explicaba cosas de las constelaciones.
"...
- ¿Qué vas a hacer entonces con Yuri? – le preguntó Jisei bastante seria.
- Pues hablar con ella y explicarle que no puedo cubrirle la mentira.
- Vaya, menos mal que te has dado cuenta.
- Espero que no se enfade conmigo.
- Si se enfada tiene dos opciones, o desenfadarse o ponerse a gritar.
- Es que ella confía en mí y no quiero que piense que la abandono.
- Ah, entonces es que prefieres que sea Ryuko la que piense que la abandonas. Mira Kyojin, tú no estás enamorado de Yuri y Yuri no está enamorada de ti, no lo está y lo sabes, así que, si no te decides a poner a Ryuko como tú prioridad puede pasar que termine por abandonarte, porque las mujeres son así, les gusta saber que son nuestra prioridad y si Ryuko te abandona te vas a encontrar solo porque Yuri no va a tirarse en tus brazos para consolarte, además que no es tonta ¿Crees que no iba a darse cuenta de que ha sido por su culpa? En resumen, eso sería muy problemático para ti Kyojin porque ofenderás a dos buenas chicas, perderás a Ryuko y seguramente Yuri se enfadará contigo... y ya sabes cómo es Yuri cuando se enfada.
- ¿Cómo soportaría Akira que Akane te tratase con esa indiferencia?
- Ah, pero es que a él Akane no he trataba con indiferencia, recuérdalo, solía gritarle, insultarle y lanzarle lo que encontraba a mano.
- Akira siempre estaba metiéndose con ella y yo pensaba que estaba un poco loco pero ahora le entiendo, lo hacía para llamar su atención.
- Por supuesto, no estaba dispuesto a dejar que le olvidase. Pero no te lo recomiendo, Akane es Akane y Ryuko es Ryuko, creo que lo único que conseguirías, si te dedicases a molestarla, es hacerla daño.
- Tienes razón, Ryuko tiene otro carácter - Kyojin inspiró profundamente - Tengo que hablar con ella.
- Y demostrarle lo que te importa. A las mujeres nos gustan esas cosas, solemos ablandarnos.
- ¿Y cómo hago eso?
- Tendrás que averiguarlo. A lo mejor deberías aprender algo de Akira.
- ¿Por qué? ¿Qué fue lo que hizo Akira?
- Bueno, Akane es una chica difícil, ha tenido una infancia bastante triste y con falta de demostraciones de afecto. Akira se dio cuenta que nunca hablaba de sus sentimientos, que no los demostraba porque no sabía hacerlo, porque no había vivido en un hogar cariñoso, donde recibiese muestras de cariño, al contrario, siempre la culpaban de todo, así que él lo que hace es decirle continuamente lo que la necesita. Akira fue muy listo, se paró a analizar a Akane.
- ¿Qué me quieres decir?
- Que busques el punto débil de Ryuko, eso que la ha hecho reaccionar de esa forma. Akane creyó que Akira la había abandonado porque Karura era más excitante, que me ofrecía algo que ella no le daba ¿Tu qué crees que piensa Ryuko? A lo mejor piensa que te gusta más Yuri que ella.
- Pues claro que ella es más importante que Yuri para mí, eso no hay que dudarlo.
- No lo dudas tú, ella necesita que se lo digas. Además ¿Acaso ella no se esfuerza por ti? Bueno, ahora no pero ¿No lo ha hecho? Para empezar te ha aceptado tal y como eres y no ha tratado de cambiarte, no como otras.
..."
Averiguar el punto débil de Ryuko... que Kyojin supiera, Ryuko tampoco era una persona muy segura de sí misma, es más, por lo visto su madre siempre le decía que una chica como ella no podía aspirar a mucho... ¿Una chica como ella? Claro, ahí estaba, de pronto lo había comprendido, no sería la primera vez que Ryuko se intimidase ante Yuri, siempre decía que Yuri era muy guapa ¿Y si de verdad se consideraba poca cosa? ¿Y si de tanto decírselo su madre se lo había terminado creyendo? ¿Y si pensaba que él la va a abandonar si se le cruza otra por delante? Es que su madre por lo visto se lo repetía continuamente, que la iba a abandonar en cuanto tuviese lo que quería o si no se lo daba... menuda tontería, si, sería una tontería ¿pero y si ella había llegado a pensarlo?
Por lo visto para la madre de Ryuko él no era lo suficientemente bueno, claro, sería por su físico, seguro, por las cosas que Ryuko decía lo más probable es que esa mujer pensase que él no se merecía gran cosa, lo mismo que con Ryuko pero al revés, que como no es un chico de los que la gente considera más atractivos pues tendría que conformarse con cualquier "cosilla" que encontrase por ahí y por supuesto, ahí estaba Ryuko ¿Era eso lo que pensaba la madre de Ryuko? ¿Qué él no aspiraba a una chica guapa y despampanante? ¿Qué se conformaba con Ryuko considerándola "poca cosa"? Pues esa señora estaba muy equivocada porque para Kyojin, Ryuko era la chica más guapa del mundo, más que Yuri, más que cualquiera, le gustaba todo de ella, por fuera y por dentro y Akira tenía razón, Ryuko no había intentado cambiarle, le había aceptado como era y lo estaba pasando muy mal porque su madre se oponía a que saliesen, vale que no era una chica con un carácter de esos que todo se la trae floja pero a su manera le defendía.
Yuri se había levantado muy temprano y muy decidida. Por fin se había dado cuenta de que no estaba bien involucrar a Kyojin en sus problemas, por muy amigo suyo que fuera.
Miró el kimono colgado en una percha en su habitación, un kimono de color celeste con lirios bordados y mangas larguísimas... qué bonito que era, seguro que en cuanto se lo pusiera se iba a sentir como una princesa, claro que ¿de qué le servía? Si esto le hubiese pasado hace unos años, no tanto, solo hace unos meses, ahora estaría muy nerviosa, bueno, mucho más nerviosa de lo que estaba, sería todo un manojo de nervios, pensar en verse así vestida y en una cita nada más y nada menos que con Kamui Kaguya... eso sí que era un sueño.
Pero ahora... no se sentía en una nube, estaba contenta sí, pero... empezaba a pensar que no se lo iba a pasar mejor que el día anterior en casa de Nowaki, al lado de Nowaki, sintiendo esa calidez que parecía desprender. Nowaki era tan distinto a Kamui que ahora no comprendía como no se había dado cuenta antes y no es que ahora pensase mal de Kamui pero es que ahora... No recordaba quien, quizás fue Kohaku, dijo una vez que Nowaki tenía el don de cambiar a las personas.
- ¡Mamá! – gritó – Me voy a la peluquería.
- ¿Ya? Es muy pronto todavía.
- Es que quiero pasar antes por casa de Kyojin.
- ¿Para qué?
- Para nada. Solo para devolverle una cosa.
- Está bien. Ven que te doy el dinero.
Qué pena que Momoka no estuviese, le hubiera gustado que la acompañase a la peluquería y a arreglarse, por algo era su mejor amiga, pero se había ido con Sasori a ver a su abuela.
¡Cómo habían cambiado las cosas! Desde luego que ya no se parecían a esas dos niñas que se peleaban por llamar la atención de Kamui. Cuantas cosas habían cambiado, y encima, el chico que antes iba detrás de Momoka por lo visto ahora le gustaba ella ¿Debería molestarse por eso? Puede... quizás debiera pensar que era algo así como el segundo plato de Nowaki, que como Momoka no le hace caso pues se ha fijado en ella, pero había algo que le impedía hacerlo, era imposible pensar eso de Nowaki, él no era para nada un chico retorcido, ni con dobles intenciones.
Kyojin no estaba en su casa, según su madre había ido con un amigo a algún sitio, aunque no sabía dónde.
Yuri se resignó. Pues iría a la peluquería, era un fastidio, para una vez que le daba un arranque de buena intención y el destino no estaba a su lado.
O quizás sí, porque a veces el destino es caprichoso y prefiere que tomemos otra decisión.
Camino de la peluquería se encontró de pronto a dos chicas mirando unos escaparates de ropa, una de ellas cargaba con una bolsa de la compra.
- ¡Xu-Xu! ¡Ryuko! ¿Qué hacéis por aquí? - dijo alegremente y bastante sorprendida.
Ryuko no es que estuviese de muy alegre pero al ver allí a Yuri aún se sintió peor.
- Hola Yuri - contestó Xu-Xu - Pues ya ves, soñando con comprarnos cosas bonitas.
- Que bien que os haya encontrado porque me gustaría hablar contigo, Ryuko.
- ¿Conmigo?
- Si, por favor, tengo que hablar contigo y explicarte muchas cosas.
- No hace falta que me expliques nada.
- Ay Ryu – se quejó Xu-Xu – No seas arisca. Vamos a mi casa y hablamos por el camino, es que tengo que llevar la compra o mi madre se enfurecerá.
Ryuko se sentía de lo más molesta, estar allí con Yuri le resultaba muy incómodo ¿Es que ahora también iba a quitarle a su amiga?
- ¿Y para qué querías hablar con Ryuko? – se interesó Xu-Xu.
- Yo es que... quería hablar contigo Ryuko sobre todo lo que ha pasado con Kyojin.
- Si eso os dejo solas – intervino Xu-Xu - O sea que no hace falta que me acompañéis.
- No, no hace falta – comentó Yuri – Es que yo quiero que me perdones si te he causado algún problema Ryuko.
Ryuko estaba a punto de gritarle que sí, que le había causado muchos problemas, que Kyojin estaba saliendo con ella y que por su egoísmo ahora entre ellos se había abierto una especie de brecha, que por su culpa ya no eran las cosas como antes... pero Ryuko no era una chica que normalmente soliera decir lo primero que pensaba, en realidad, cada vez que lo había hecho, como el día del instituto, había terminado arrepintiéndose. Ella no tenía carácter para esas cosas.
- Lo siento Ryuko – optó por continuar Yuri ya que la chica permanecía callada – Yo no quería causarte problemas, es que no sé lo que me pasó, no lo sé, no pensé.
- Es igual – habló por fin Ryuko con lágrimas en los ojos, era el gran problema de Ryuko, que enseguida empezaba a llorar.
- Yo no quería molestar a Kyojin, solo...
- No está bien involucrar a personas en una mentira – pareció quejarse Ryuko – Porque Kyojin es muy bueno y él no sabe decir que no y yo no digo que no sea amigo tuyo pero... puede que para ti fuera una tontería pero...
- Lo sé, lo sé, si es que siempre me pasa, actúo sin pensar.
- Tu problema es que crees que eres el centro del mundo – contestó sin pensarlo mucho – Crees que todo gira a tu alrededor y que todos deben hacer lo que tú quieres.
- Ryuko... – comenzó a decir Xu-Xu.
- No, déjala, déjala que me diga lo que piensa, estoy harta de que la gente me oculte lo que piensa de mi – habló Yuri - ¿Es eso lo que piensas de mí? ¿Es esa la imagen que doy?
- Pues mira sí, es esa. Todo el mundo está pendiente de ti y de tu problema.
- ¿De mi problema?
- Los demás también tenemos nuestras cosas y no... lo siento, Yuri, lo siento, no sé lo que estoy diciendo, es que estoy muy nerviosa. Las cosas entre Kyojin y yo no están tan bien como antes y... lo siento.
- No sabía que te había hecho tanto daño.
- No eres tú, es... es... es que eres tú, quiero decir que eres tan perfecta y tienes tantos amigos preocupados por ti y yo soy tan poca cosa comparada contigo y sé que le gustabas a Kyojin así que me da miedo que... sigas gustándole.
- No soy perfecta, soy egoísta y caprichosa y me gusta que todo el mundo siempre esté pendiente de mí.
Yuri también había comenzado a llorar... eso era fantástico, pensaba Xu-Xu, Ryuko lloraba, Yuri lloraba y ella lloraba porque las veía llorar, no lo podía evitar, las miraba y le entraba una especie de pena que se ponía a llorar.
Shibi miraba a Hana mirando muy atenta la pantalla del ordenador de su padre en el despacho que tenía en el centro veterinario.
- ¿Qué me miras tanto? - dijo la chica sin levantar la vista del ordenador.
- A ti.
- Bueno pues no me mires tanto.
- Es que pienso que o bien he necesitado la ayuda de tu madre o de mi hermana pequeña para convencerte para salir, es algo... inaudito.
- Pues sí, si que lo es, pero es que mi madre es bastante inaudita. Pero me ha sorprendido más que convencieras a Kenshi de ponerse a tu lado.
- Somos amigos y él es muy protector con su hermana y creo que piensa que a mí me conoce y si te hago daño me puede patear más fácilmente que si fuera un extraño.
- Soy su hermana mayor ¿no debería ser yo la protectora?
- No, que va, él se siente el "macho" de la familia.
- Lo cual es una somera tontería porque tenemos padre, si no lo tuviéramos lo entendería pero es que lo tenemos.
- Ya pero tus padres están divorciados y tu padre como que parece tenerle miedo a tu madre.
- Como para no tenérselo, yo creo que por eso pidió el divorcio. Pero mi padre es un buen hombre y mira vamos a dejar ya el tema de mi padre que no viene a cuento.
- Hana ¿Te sientes molesta yendo con tu hermano y sus amigos?
- No, sois todos muy simpáticos.
- Bien, empezaba a pensar que te estaba molestando y no quiero que sea la razón por la cual siempre tengo que estar casi obligándote a salir a dar una vuelta.
- Lo que no se es porqué insistes tanto.
- Será porque me gusta salir contigo.
- Creo que te tomas todo muy enserio.
- Pues claro que me lo tomo enserio ¿Quieres que no me lo tome enserio?
- Mira Shibi yo... ¿Es que no te das cuenta de que esto no nos lleva a nada?
- No nos lleva a nada porque tú no quieres. Quizás es que tengo que esperar 10 años para que me tomes enserio ¿Crees que cuando tenga 28 ya no te pareceré tan crio para ti? ¿Entonces no te importará la diferencia de edad?
- No es solo la diferencia de edad, es que...
- Dame una oportunidad Hana, te lo pasas bien cuando salimos juntos, no lo niegues... si me comporto como un crio te dejaré que me des una patada en el culo.
Esta vez fue Hana la que sonrió, la verdad es que Shibi era un chico que resultaba muy maduro y centrado y tampoco se llevaban tantos años y ella no recordaba haber tenido una adolescencia "normal", siempre había estado concentrada en sus estudios y como su madre trabajaba en el criadero pues era ella la que se ocupaba de la casa, de hacer las comidas, la compra y todas esas cosas y la verdad es que le gustaba, ella no se quejaba, recordaba ir con Kenshi y Shibi todos los miércoles a hacer la compra de la semana, eran momentos muy divertidos...
- Esta bien, te dejaré intentarlo, si no lo hago mi madre no va a dejarme en paz. Veremos que eres capaz.
- No me lo puedo creer.
- Pero te advierto que no voy a permitir que me interrumpas en mis estudios.
- Me parece bien. Entonces quedamos mañana.
- Pero deja de meter a mi madre por medio ¿entendido?
- Entonces quedamos esta tarde. Iré a recogerte a tu casa. Ahora me voy que he quedado con Kyojin.
- Está bien, esta tarde nos vemos.
Habían llegado a casa de Xu-Xu y esta, después de dar la compra a su madre, llevó a sus amigas hasta su cuarto.
- Sentaos.
La habitación de Xu-Xu no era muy grande y la compartía con su hermana. Había una litera, un armario y un escritorio. También un par de sillas, una de las cuales estaba llena de ropa apilada sobre ella. Xu-Xu cogió la ropa y la dejó sobre la litera para ofrecer ambas silla a sus amigas.
- ¿Queréis tomar algo? - preguntó, tanto Ryuko como Yuri no parecían muy animadas y ninguna contestó - Bueno, yo voy a traer algo, yo si tengo ganas.
Se marchó y regresó al rato con tres refrescos.
- Tomad, por si os entra sed - dijo sentándose en la litera y abriendo uno de ellos.
- No sé por qué hice lo que hice – habló Yuri – Lo único que quería era que mis padres no se dieran cuenta de que había vuelto a dejar de comer, yo solo quería estar perfecta, es lo que se espera de mí.
- Pero si tú estabas muy bien como estabas – comentó Xu-Xu, Yuri la miró con lo que parecía algo de reproche – No quiero decir que ahora no estés bien pero antes estabas mejor, quiero decir...
- Déjalo Xu-Xu, no te esfuerces, vosotras no lo podéis comprender.
- ¡Porque tú lo digas! ¿Acaso no crees que a mí me gustaría tener otro físico? – se quejó Ryuko.
- Ya se lo que pasa, pensáis que soy una mimada y una caprichosa.
- No es eso Yuri – terció Xu-Xu – Solo creemos que te has obsesionado demasiado.
- Vosotras no os imagináis lo que yo os envidio.
- ¿A nosotras? – se sorprendió Xu-Xu – Bueno, a lo mejor si tiene su lógica – dijo mirando a Ryuko.
- Cuando yo era pequeña... – comenzó a hablar Yuri – Yo... no sé, siempre me decían que yo era muy guapa, la madre de Kyojin decía que yo era una muñeca y la de Akira me llamaba princesa, todo el mundo me miraba y decían lo guapa que era y mi madre siempre me vestía de forma que llamaba la atención. Todos le decían a mi madre lo guapa que era su hija y lo mona que iba y empecé a acostumbrarme a eso. Cuando empecé a ir al colegio a mí me gustaba mucho, me gustaba estudiar y yo sacaba muy buenas notas, yo era una niña muy lista pero nadie hacia caso de mis notas, nadie se daba cuenta de que yo era inteligente, todo el mundo decía que el más listo de la clase era Kamui o Momoka y eso era mentira, yo era más lista que Momoka, yo sacaba mejores notas pero a mí solo me conocían como la niña bonita y presumida de la clase. Mi madre me llevaba a concursos de belleza y lo peor es que los ganaba, no siempre era la primera pero si quedaba muy bien situada y yo... empecé a pensar que lo único que valía de mí era mi cara. Todo el mundo decía que yo sería lo que quisiese en la vida, eso me gustaba mucho porque yo quería ser maestra o arqueóloga o veterinaria pero no, resulta que decían que yo sería lo que quisiese porque podría ser modelo, o actriz y cada vez que empezaba un curso y yo decía que quería ser... lo que fuese... nadie me tomaba en serio. Pero lo peor fue cuando crecí y empecé a desarrollarme, entonces ya sí que nadie se fijaba otra cosa que no fuera mi aspecto y yo empecé a creer que era lo único que importaba, total, ya le había cogido gusto a ser el centro de atención... comencé a obsesionarme con ser perfecta, tenía que ser perfecta, tenía que ser lo que todo el mundo siempre había dicho de mi pero... yo no sé lo que pasó que un día me di cuenta de que lo había perdido todo.
Yuri hizo una pausa para sacar un pañuelo de papel y limpiarse un poco las lágrimas.
- Solo soy una niña vacía y superficial – habló llorando aún más – Crecí y lo perdí todo. De pronto me he visto sola y me he dado cuenta de que no tengo nada... nada.
- No digas esa tontería – lloró también Xu-Xu – Mira, me estás haciendo llorar.
- Es cierto. Todos crecimos y yo... yo me quedé siendo esa niña tonta y estúpida. Kyojin, que era mi mejor amigo, que siempre me regalaba dulces y trataba de llamar mi atención pues... dejó de interesarse por mí, además apareció una chica más bonita que yo, por lo menos para él era más bonita que yo... – miró a Ryuko,
- Se refiere a ti, tonta – aclaró Xu-Xu a Ryuko.
- El ya dejó de hacerme caso, solo hablaba de ti, solo te miraba a ti y a mí me pareció genial porque yo quiero a Kyojin como a un hermano, pero Nowaki y Genki iban detrás de Momoka, a Kohaku se le notaba que le gustaba Himeko, a Kenshi pues tú – señaló a Xu-Xu - Karasu y Suo siempre estaban detrás de Sumire... es que a mí me gustaba Suo pero él nunca me hizo un dibujo y sin embargo siempre dibujaba a Sumire y Hizashi siempre estaba con Karura y... el tonto de Akira no quiso enrollarse conmigo, no, él se lió con Yuya y salió con Karura pero conmigo no podía hacer nada, resulta que me veía como a una hermana y esas eran muy raras con una hermana... yo no le interesaba a ningún chico, muchos se acercaban a mí pero solo porque creían que yo me enrollaba con cualquiera... y yo me sentía fatal ¿Qué tenía yo de malo que no le gustaba a ningún chico? ¿Por qué? ¿Tan fea y horrible era?
- No digas eso, Yuri – habló Ryuko – Tú le gustas a muchos.
- Sí, claro, a muchos... fíjate si le gusto a muchos que tuve que medio engañar a Kenshi para que saliera conmigo.
- Yo lo que creo – opinó Xu-Xu – Es que intimidas a los chicos, te ven guapa y piensan que no van a conseguir nada de ti.
- Yo lo único que sé es que me vi sola y que no le gustaba a nadie, eso seguro que era porque estaba gorda... yo solo quería ser perfecta.

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