sábado, 27 de febrero de 2010

15. Lo complicado de las mujeres

Shibi caminaba con parsimonia hacia el lugar donde había quedado, no parecía demasiado entusiasmado, claro que, Shibi siempre tenía el mismo gesto: ninguno. Alzó la mirada y vio a Akira sentado frente a una pequeña mesa, bueno, más bien recostado, fumaba monótonamente y su mirada parecía perderse siguiendo el humo. Se acercó a él.
- Has llegado pronto - le dijo.
Akira alzó la vista.
- No tenía otra cosa que hacer.
Shibi movió una de las sillas y se sentó. Un camarero se le acercó y pidió un refresco.
- Hemos quedado en un sitio muy extraño - volvió a decir.
- Lo extraño es que hayamos quedado.
- Desde aquí se ve perfectamente la entrada a la exposición, que casualidad ¿no?
Akira chasqueó la lengua.
- No me seas pejiguero, fuiste tú quien lo dijo.
- Ya. Pensé que querrías ver como salían... me refiero a Kyojin y Ryuko, sé que estás intrigado.
- ¿Sabes otra cosa? Para ser un chico tan silencioso a veces eres muy mordaz.
- Verás, es que como no hablo, tengo tiempo de pensar.
- ¿Y has pensado que somos dos chicos jóvenes que están pasado la tarde de un domingo solos en una terraza, aburridos y tratando de curiosear la vida de los demás?
- Dicho así suena fatal.
- Somos unos perdedores, chaval.
- Supuse que estarías solo por eso te lo propuse, al fin y al cabo no eres mala compañía.
- Yo podía haberme ido con Yuri, ella me lo propuso.
- ¿Y por qué no lo has hecho?
- Francamente, ahora no lo sé, ella es más atractiva que tú. Creo que Akane tiene razón y soy un pusilánime después de todo.
- Por eso estás perdiendo puntos en la competición.
Akira arqueó una ceja, este Shibi y su manía de hablar con acertijos le intrigaba.
- Te recuerdo - añadió Shibi - que no hay premio para el segundo.
Akira se incorporó y apoyó los codos en la mesa, le peor de Shibi es que no se le podía mirar a los ojos, en fin, diría lo primero que pensó al oír eso, a lo mejor así se enteraba de lo que hablaba.
- Ya perdí una vez el primer premio ¿recuerdas? Me lo quitaste tú.
- Eso fue porque quizás te interesaban más los premios "de consolación".
- Creo que mejor será no seguir por ese camino. Y dime ¿Por qué hemos quedado precisamente aquí? ¿Te pone ver a Akane con otro chico?
- Lo que pasa es que las chicas van a venir por aquí.
- ¿Qué chicas?
- Jisei, Xu-Xu y Sumire, deben estar a punto de llegar ¿No se te ha ocurrido pensar que no van a poder con la curiosidad de venir a echar un vistazo?
- Y digo yo ¿Por qué no has quedado con ellas desde el principio?
- ¡Qué poco conoces a las chicas! A ellas les gusta hacer sus trapicheos a solas.
- ¡Ahg! - Volvió a recostarse - ¿Y por qué me has llamado? ¿Para no quedarte a solas con ellas?
- No, eso me da igual es por... mira, precisamente ahí vienen.
Shibi se levantó, las chicas le vieron sin problemas y se dirigieron a su lado.
- ¿Pero qué hacéis aquí, chicos? - habló muy alegre Sumire.
- Uy, uy, uy, Shibi y Akira los dos solitos tomando unas copas - dijo maliciosa Xu-Xu - ¿Hay que pensar mal?
- Que casualidad encontrarnos ¿no? - Comentó Sumire sentándose pesadamente y soltando las muletas - Malditas muletas, creí que no llegábamos ¿No habrán salido ya, no?
- No es casualidad - dijo Jisei - es que son tan cotillas como nosotros, solo que no lo reconocen.
- ¿Fueron puntuales los galanes? - preguntó Shibi mientras hacía un gesto al camarero para que atendiese a las chicas.
- Muy puntuales - respondió Xu-Xu - Kamui llegó prontísimo y estaba guapo, guapo, como un queso.
- Claro que Akane también iba muy aparente - añadió Sumire - Y Ryuko y Kyojin no se quedaban atrás.
- Tenías que haberla visto, Aki - dijo Xu-Xu con cierto soniquete.
Akira se limitó a mirar las chicas con su cara de aburrimiento, esto pasaba por la gracia de Kyojin, ya sabía él que traería cola.
Después de pedir lo que quería tomar, Sumire se acercó bastante a Akira y le miró fijamente a los ojos, parecía como querer leer los pensamientos del chico a través de ellos.
- ¿Qué? ¿Qué pasa? - preguntó el chico algo alarmado.
- Umh, no le veo nada raro.
- ¿Pero qué le pasa? ¿Se ha vuelto loca?
Sumire se separó un poco de él.
- Oye Aki, he oído decir que tú has salido con muchas chicas.
- Mejor no hagas caso de todo lo que oigas.
- Y dime ¿Qué se hace en la primera cita?
- ¿Qué?
- ¿Eres tonto o te lo haces? Qué nos cuentes que se hace en la primera cita.
- ¿Y por qué no se lo preguntas a Akane?
- ¡Pero qué dices! - Exclamó burlona Xu-Xu - nosotras somos muy discretas ¿Cómo le vamos a preguntar esas cosas?
- Estáis locas ¿lo sabíais?
- Cuenta - continuó Sumire - ¿Te enrollas con ellas en la primera cita o esperas a la segunda? ¿Intentas besarla? ¿Qué haces para besarla, te lanzas o se lo insinúas? A lo mejor no haces nada hasta que ella te lo propone o...
- Si quieres salimos un día y lo ves con tu ojos - propuso el chico sin demasiado entusiasmo.
- ¡No! - Cortó tajante Jisei - ¡No vas a salir con éste! ¡Ni lo pienses!
- ¿Tanto miedo doy?
- No te ofendas, pero no eres el chico apropiado para ella.
- ¿Creéis que Kamui intentará besar a Akane? - preguntó curiosa Sumire
- Pues le va a ir mal - intervino Shibi - A Akane no le gustan los besos.
- ¡Anda si es verdad! - Habló nerviosa Sumire - ¡Sí tú saliste con Akane! ¿Intentaste besarla?
- Sumire, por favor - intervino Jisei - eso no se pregunta.
- ¿Qué pasa? Que ya somos mayorcitos, que no tenemos 12 años para escandalizarlos por unos besitos.
- Un caballero nunca habla de sus citas con una dama - repuso Akira.
- Tranquilo que no voy a hablar.
- ¡Qué bonito! - Exclamó Sumire - Seguro que Akane guarda sus besos para cuando esté enamorada de verdad ¡Solo se los dará a su verdadero amor!
- Lo que pasa - dijo Akira - es que es una escrupulosa y le dan asco.
Todas las miradas se dirigieron a él.
- ¿Y tú como lo sabes? - preguntó Jisei con cierto aire de picardía.
- Porque lo ha dicho montones de veces, sus besos son pequeños y suaves de otra forma le dan asco... ¡qué poca memoria tenéis!
La mirada de Jisei se clavó literalmente en el chico, éste sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. Shibi se cruzó de brazos mientras le observaba "A ver como sales de ésta, genio" pensó.
- ¡Esto es una tragedia! - La exclamación de Sumire rompió aquel momento - Estaba pensando ¿Seré la única que no he besado a nadie? ¿Vosotras habéis besado a alguien?
- ¿Por qué no dejamos este tema? - propuso Jisei.
- Jo, pues es que me gustaría saber tantas cosas...
Sumire volvió a mirar a Akira que encendía otro cigarro.
- ¿No estás fumando mucho hoy? - preguntó sarcástica Jisei
- Mira - Akira le enseñó el cenicero con una solitaria colilla en él.
- ¿Por qué fumas, Aki? - preguntó Sumire
- Es un mal vicio que tengo.
- ¡Ah! - Gritó Sumire acercándose a él - ¡Ya lo sé! ¡Ya lo sé! ¡Jisei, ya lo sé!
- ¡Dios! - Se quejó Akira - ¿Pero qué te pasa hoy?
- Ya se lo del sueño, ya sé lo que significa.
- ¿Qué sueño? - preguntó Shibi.
- Uno que tuvo Jisei con Akira.
- Déjalo Sumire - suspiró Jisei
- ¿Jisei ha soñado conmigo?
- No te hagas ilusiones, solo salías en uno de mis sueños.
- Era un sueño premonitorio, seguro ¿vosotros sabíais que Jisei tiene sueños premonitorios?
- Cómo no lo vamos a saber siendo una bruja - declaró medio aburrido Akira.
- Pues yo sé lo que significa. Ya sé lo que Akira tiene por dentro que le quema, Akane dice que es mala conciencia pero no lo es, es humo - declaró triunfante.
Xu-Xu y Jisei rieron, Shibi y Akira las miraban asombrados.
- ¿A que es humo? ¿Qué no? Míralo, el humo está matándole por dentro.
- Vale Sumire... será el humo.
Un pitido les sobresaltó. Era un mensaje recibido en el móvil de Jisei.
- Es Ryuko, ya van a salir ¡Y van con ellos!
- ¡Ah! - Gritó Sumire - Vamos a acercarnos un poco más
- Desde aquí les veremos bien - dijo Jisei.
- Si, pero anda, vamos a acercarnos, a lo mejor podemos hablar con Ryuko, anda, porfa...
- Bueno, bueno, vamos Jisei.
Las tres chicas se levantaron.
- Ahora volvemos.
Shibi las observó mientras se marchaban.
- Están muy emocionadas, son un encanto.
- Son unas escandalosas.
Shibi se incorporó en su silla y la acercó un poco a Akira.
- Así que a Akane le dan asco los besos ¿Los suyos son pequeños y suaves?
- ¿Qué? ¿Me vas a decir que no lo sabías?
- Si, me lo dijo ella.
- ¿Y? Ya te dije que lo había oído.
Shibi sonrió, a Akira esa sonrisa casi le daba miedo.
- Akane nunca ha dicho eso en público, lo del asco sí, pero eso de explicar cómo son sus besos...
- ¿A no? ¿Estás seguro? ¿Entonces por qué lo sé?
- Dímelo tú.
Akira miró hacia la salida de la exposición.
- Mira, allí salen.
Shibi dirigió allí su mirada, efectivamente, desde ese lugar se les podía ver muy bien, veía a Kamui al lado de Akane hablando con ella y detrás Kyojin y Ryuko y también a Xu-Xu acercándose, parecía llamar a Ryuko, y un poco alejadas Sumire y Jisei. Akira desvió la vista hacia el lado contrario.
- ¡La leche! - se le escapó mientras se levantaba.
- ¿Qué? ¡Mierda!
- ¡Eh! - Gritó Yuri a pocos metros de ellos, al lado de Momoka - ¡Aki, cielo, que bien que te encuentro!
- Hola Shibi - saludó Momoka al acercarse - ¿Qué tal Akira?
- Hola - dijo Shibi levantándose para bloquear la vista a las chicas a la vez que miraba disimuladamente hacia donde todavía se veía a Kamui y Akane, además, ahora estaban solos, seguramente las otras habrían conseguido separar a Ryuko y Kyojin para curiosear un poco.
- ¿Qué hacéis aquí? - preguntó Akira
- ¿Nosotras? Pues hijo viendo cosas, paseando, tomar algo... pareces tonto - le recriminó Yuri - ¿Y vosotros, estáis solos?
- No, estamos con las chicas. Han ido al servicio, ya sabes que como sois, vais siempre en manada.
Momoka echó un vistazo a la mesa donde estaban los vasos, así era Momoka, nunca se le pasaba un detalle.
- ¿Y Kyojin?
- Está con Ryuko - aclaró Yuri - Luego te lo cuento ¿Y tú? ¿Has terminado el trabajo con Akane?
- ¡Ahg! Mas o menos...
- Si es que eres un desastre, bueno, nos vamos.
Yuri avanzó un paso precisamente hacia dónde estaba Kamui.
- ¿Dónde vas? - Akira se puso delante de ella.
- A seguir con lo nuestro, quita.
- Tomaos algo.
- No gracias, vamos Yuri.
En una fracción de segundo Shibi miró, sí, allí seguían, Akira miró a Shibi que torció los labios, luego miró a Momoka que giraba la vista también hacia ese lugar, tenía que conseguir llamar su atención...
- Yuri, espera.
Y sin más se acercó a Yuri cogiéndola de la cintura y antes de que ésta pudiera reaccionar tapó los labios de la chica con los suyos en lo que parecía un efusivo beso. La chica, sorprendida dejó caer su bolso. Momoka, paralizada miraba el espectáculo entre incrédula y asqueada, Yuri puso sus manos en los hombros de su amigo y trató de zafarse del beso pero este parecía apretar el abrazo cada vez más. Momoka dejó su bolso en una silla justo en el momento en el que la falta de aire hizo que Akira soltase a Yuri, ésta estaba roja de indignación.
- ¡Maldito cerdo! - gritó casi sin respiración y levantó la mano sin duda para golpearle, esto parecía esperarlo Akira porque esquivó el guantazo, lo que no esquivó fue un tremendo directo de Momoka que se estrelló en u boca.
- ¡Pervertido asqueroso! - gritaba mientras su puño impactaba en su objetivo - ¿Te has vuelto loco?
El golpe hizo que Akira perdiese el equilibrio, dio un paso hacia atrás, tropezó con la pata de una silla y terminó sentado en el suelo, tirando la silla y de paso la mesa llena de vasos.
- Desde luego, si era lo que querías - continuaba gritando Yuri - ¿Por qué no saliste cuando te lo pedí?
- ¡Todos los chicos sois unos salidos! ¡Vámonos Yuri!
Akira miró a Shibi, éste ya no tenía gesto ninguno, eso quería decir que ya no había peligro. Las dos chicas recogieron sus bolsos y bastante furiosas se marcharon por donde habían venido. Shibi se inclinó ofreciéndole su mano al dolorido Akira, este se incorporó agarrándose a él.
- ¿Qué tipo de estrategia es ésta, genio?
- La de aquí te pillo, aquí me matan.
Akira sentía algo húmedo en sus labios, se llevó un par de dedos, le escocía, se los miró, sí, eso era sangre.
Un camarero acudió a levantar la mesa y recoger el destrozo que se había formado. La gente alrededor miraba con curiosidad.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó Xu-Xu muy alarmada al ver aquel alboroto.
- El huracán Momoka - contestó Shibi.
- ¡Dios mío, si tienes sangre! - gritó Sumire.
- Y el orgullo por los suelos - respondió Akira.
- ¿Pero qué habéis hecho? - decía Jisei.
- Trae - Sumire sacó un pañuelo de papel y presionó en la herida - ¿Te duele?
- Pero vamos a ver - decía Xu-Xu - ¿Le has pegado tú, Shibi?
- No.
- Mira que sois desastre ¿Por qué os habéis peleado? - insistía Xu-Xu - Os dejamos unos minutos y mira la que armáis.
- No nos hemos peleado - contestaba Shibi - Ha sido cosa del genio.
- A ver - habló Jisei - ¿Qué ha pasado?
- Que han aparecido Yuri y Momoka - explicó Shibi.
- ¿Las dos? ¿Qué hacían aquí? - inquirió Jisei.
- Pasando la tarde, esto es un centro comercial - dijo Akira con desgana - Y tuvieron que aparecer en el momento menos oportuno, justo cuando estaban a las puertas la parejita.
- ¿Y? - dijo Sumire - Estate quieto Aki que te limpie.
- El genio ha hecho una maniobra de distracción a lo loco.
- Ha sido todo tan rápido que ni lo he pensado ¡Ay! - se quejó cuando Sumire le restregó el pañuelo contra el labio.
- Pues eso es raro en ti - añadió Jisei - ¿Qué hiciste?
- Tenía que distraerlas para que no miraran ¡Ay! Déjalo ya, te lo agradezco pero déjame a mí... No pensé lo que hacía, fue como un reflejo... ¡yo que sé!
- Le dio un morreo a Yuri.
- ¿Qué? - gritó Xu-Xu.
- ¿Besaste a Yuri así por qué sí? - también gritó Jisei.
- O eso, o quería saber cuánto aguantaba la respiración - añadió Shibi.
- ¿Te has vuelto loco? - volvía a gritar Xu-Xu.
- ¿Pero como hiciste algo tan tonto? - Interrogaba Jisei - Perdona Akira pero eso no es propio de ti. Siendo como eres ¿No pensaste que te iba a pegar?
- Si lo pensé y evité su golpe, el que no evité fue el de Momoka.
- ¿Te pegó Momoka? - esta vez gritó Sumire.
- ¡Y no sabes cómo pega!
- Desde luego Aki - añadió Jisei - Estás perdiendo facultades.
- Claro - dijo Sumire - Tanto hablar de besos los tenía metidos dentro de su mente.
- Pero conseguí distraerlas.
- A ellas y a los que están alrededor.
- Jo - se quejó Sumire - ¡Y yo me lo he perdido!
- Podías haberle dicho que tenía la ropa sucia o que se le había corrido el maquillaje, habría salido corriendo a buscar un espejo - explicó Xu-Xu.
- Vale ya, dejarme.
- ¿Y ha sido un beso bonito? - Insistía Sumire - Jo, me hubiera gustado verlo.
- Hombre - reflexionó Shibi como siempre sin inmutarse - Yo diría que más que besarla lo que quería era extraerle las anginas.
- ¡Qué asco, Aki por dios! - Jisei hizo un gesto de repulsa.
- Sí, tú arréglalo. Bueno mira, yo me voy, supongo que ahora os traerán otra ronda, yo pago la anterior.
- ¿Te vas? - dijo sonriendo Jisei - ¿No te interesa saber lo que ha dicho Ryuko?
- Ha dicho que Kamui está muy amable - contestó Sumire sin dejarle decir una palabra.
- Y le ha comprado bombones a Akane - añadió con bastante malicia Jisei.
- ¿Bombones? - preguntó alarmado Akira.
- Una gran bolsa. Y ya sabéis como se pone Akane con el chocolate.
Shibi y Akira se miraron y se sonrieron.
- Espero que esa loca sepa controlarse - comentó Akira - Yo me voy, me voy a meter en la cama hasta mañana.
- ¿Vas a soñar con Yuri? - preguntó mirándole curiosa Sumire.
- Mas bien con el puño de Momoka. ¡Hasta mañana!
- Espera un momento - le paró Shibi - Solo una pequeña pregunta ¿Lo has hecho por Yuri, por Momoka, para evitarles el palo, por ayudar a Kamui o porque no odiaran a Akane?
- Por imbécil, lo he hecho por imbécil.
- Para no importarte te tomas muchas molestias.
- Vale ¡Hasta mañana Kamizuru!
- ¡Qué bonito! - suspiró Sumire viendo alejarse a su compañero - ¿Por qué lo habrá hecho? Es igual, es bonito.
- E impropio de él - añadió Xu-Xu - Más bien parece típico de Nowaki, o de Genki.
- El corazón tiene razones que el cerebro no entiende - comentó Jisei.
- ¡Oh, qué bonito! ¿Qué quieres decir Jisei?
- Bueno, yo también me voy - dijo Shibi levantándose - Os dejo solas para que cotilleéis a gusto.
- Espera y tómate algo, mira si te lo traen - propuso Xu-Xu - Anda, siéntate, tampoco tengas tanta prisa.
- Oye Shibi ¿Por qué estabais aquí? - inquirió Jisei.
- Curiosidad.
- ¿Por Kamui?
- No, solo curiosidad.
Akira salía del los servicios, había estado lavándose un poco la cara. La herida no era muy grande, ni profunda pero sí bastante molesta, notaba el labio hinchado y sentía como tiraba de la piel cuando movía la boca.
- Tsick, menudo rollo - decía tocándose el labio.
Esto le recordaba a Yuri lo cual le llevaba a recordar la conversación que había tenido sobre las pastillas. Aquello sí que era problemático ¿Qué hacía? Había dejado muy claro que no le conseguiría esas pastillas, era lo que tenía que hacer, no podía ser cómplice en ese atentado contra su propia persona pero... no podía dejar de darles vueltas... si no se las daba él, seguramente Yuri las intentaría conseguir por otro sitio y eso le preocupaba porque ¿Qué porquería le venderían? Yuri era muy inconsciente, nunca pensaba lo que hacía, siempre actuaba a lo loco, dejándose llevar por sus impulsos. Si él le conseguía las pastillas al menos podía estar seguro de darle unas lo más inocuas posible, quizás así la chica se quedaría contenta porque si no... lo mismo le daba otra vez por no comer... ¡Dios, que complicado era todo! ¿Accedía a su chantaje? ¿Pero qué garantías tenía de que se conformase con lo que él le diese? ¿No le pediría cada vez más? ¿Y si no lo hacía y luego se enteraba que había comprado otras vete tú a saber dónde? ¿Y si, por tener esas pastillas decidía dejar de comer o provocarse el vómito? No sería la primera vez. Nadie mejor que Akira sabía las locuras que Yuri podría llegar a hacer cuando le entraba la manía de adelgazar.
Aquello le estaba empezando a producir un gran dolor de cabeza. Salió por la parte de atrás. Allí había poca gente, más bien era una zona de aparcamiento. Se abrieron las puertas de un coche y dos personas bajaron de él, Akira caminaba lentamente, iba a pasar al lado de una de esas personas cuando se paró de golpe sin creer lo que veía.
- Karura - dijo a pocos metros de ella, mirándola asombrado.
Karura le devolvió la misma mirada asombrada y algo apurada.
- ¿Akira? Esto...
Akira miró a su acompañante, aquello era lo que le sorprendía. Cerrando la puerta un hombre joven y atractivo sonreía socarronamente. No le extrañaba que Karura estuviera con un hombre, lo que le extrañaba era quien era éste.
- Fuma Kaguya - murmuró.
- Verás Akira, deja que te explique.
- No tienes nada que explicarle - habló Fuma - A no ser que este crio sea algo importante para ti y tengas que darle explicaciones de tu vida.
- El es mi amigo y quiero explicárselo.
- No... - balbuceó Akira - Tiene razón. No tienes que explicarme nada.
- Anda vamos, nos estarán esperando - Fuma habló mirando a Akira.
- Esto, Akira, mañana hablamos ¿vale?
- Ten cuidado - susurró cuando Karura pasó a su lado.
Akira se había quedado congelado. Sabía que algo raro había en Karura y esa persona con la que mantenía una especie de relación, lo que no imaginaba es que esa persona fuera Fuma Kaguya, el hermano de Kamui, del que nadie contaba nada bueno, del que decían que pertenecía a una organización poderosa con secretas actividades pero que se sospechaba tenía mucha influencia en las altas esferas. Sea por lo que fuera, Fuma no era muy bien recibido, quizás estaban muy influenciados por Kamui y su tema personal, o por Nowaki o Momoka que, ya se sabía, si Kamui odiaba a su hermano ellos también... Sea por lo que fuese, Fuma no daba ninguna confianza a Akira y ahora comprendía por qué Karura lo mantenía tanto en secreto.
Miró como se caminaban, Fuma rodeó la cintura de Karura, ésta se giró y le dirigió una última mirada acompañada con una sonrisa. Akira suspiró... desde luego que hoy no era su día, pero ya no podía pasarle más cosas desastrosas... o quizás sí, lo mejor sería irse para casa, darse un buen baño, relajarse y tratar de mantener la mente en blanco... Eso iba a ser difícil.
Estaba claro que Jisei tenía razón, el universo estaba regido por un gran bromista, "el bromista cósmico" lo llama ella, "algo" que se divierte riéndose de nosotros, gastándonos pesadas bromas, poniendo obstáculos en nuestra vida y dedicándose a destrozar nuestros sueños... Y el bromista cósmico ahora se entretenía amargando la vida de Akira. No tenía bastante con preocuparse por Yuri y su anorexia, ahora veía a Karura con Fuma... las mujeres eran todas difíciles y complicadas y que no venga nadie a decirle que no.
Le molestaba pensar en Yuri y en su anorexia, Yuri era amiga suya de toda la vida, se habían criado prácticamente juntos, incluso su madre estaba empeñada en que algún día sería la esposa ideal para él, le tenía cariño, era como de la familia... Le molestaba pensar en Karura saliendo con aquel arrogante Kaguya, ella era una gran mujer, fuerte, orgullosa, segura de sí misma, le había enseñado a enfrentarse a sus sentimientos, le había estado a su lado cuando tuvo el corazón destrozado, era su amiga, una mujer fuerte y orgullosa ¿Cómo podía perder el control ante Fuma?... Pero lo que más le molestaba sin lugar a dudas era pensar en Akane, era algo que le hacía sentirse mal consigo mismo, eran unos pensamientos que no se alejaban de su mente... ¿por qué la idea de los ojos de Kamui mirándola mientras comía chocolate le producía tal incomodidad? Oh, si... las mujeres eran difíciles... muy difíciles.

domingo, 21 de febrero de 2010

14. Cenicienta

En la ventana de la casa de Jisei, ésta y sus tres amigas suspiraron.
- Por fin... ahí van - comentó Xu-Xu
- ¡Pero qué guapo estaba Kamui! - casi gritaba de emocionada que estaba Sumire.
- ¡Ya te digo! - Exclamaba Xu-Xu - Soy yo Akane y me da algo.
- Tenía un aura encantadora.
- Ya estamos con las auras - se quejó Xu-Xu - ¿cómo puede ser una aura encantadora? ¿Qué color es ese?
- No es el color es... bah, no lo vais a entender.
- Yo solo espero que Akane no se encandile - añadió preocupada Ryuko.
- Akane sabe controlar la situación - dijo Xu-Xu - no se pone nerviosa, siempre tiene los pies en la tierra, no se va a dejar encandilar por ese bombón.
- Ya, eso creemos pero es una chica al fin y al cabo - continuaba Ryuko - Y tampoco espero que él se encandile.
- No seas así y dale una oportunidad al chico - intervino Jisei - a lo mejor es una gran persona, no le conocemos.
- ¿Es que Akane ha salido con muchos chicos? - preguntó Sumire.
- Pues no - contestó Jisei - pero vamos, es la que más ha salido de nosotras... la única diría yo
- ¡Eh! - gritó Xu-Xu - que yo una vez salí con Hizashi
- ¡Ya ves tú! Un día y cuando tenías 12 años, el día de su cumpleaños, que te invitó al cine... toda una hazaña - repuso Jisei
- Yo tampoco he salido con chicos... ¿soy rara? - comentó Sumire
- Seremos raras todas - añadió Jisei - el grupo de las raritas.
- ¿Con cuántos ha salido Akane? - volvió a preguntar Sumire.
- Pues la verdad, no muchos, lo que pasa es que como nosotras no hemos salido nos parece una barbaridad - explicó Ryuko
- Pues mira - continuó Jisei - Que sepamos, primero, como hace dos veranos, salió con Shibi... duraron... todo el verano, se pasaron el verano juntitos, iban juntos a todas partes, se cogían de la mano... algo muy tierno... pero lo dejaron, parece ser que les faltaba "chispa" vamos, que solo eran amigos. Luego, el año pasado, volvieron a salir juntos... otra vez... esta vez parecían más enserio... pero duraron menos... que no, que lo suyo no es amor... Entre Shibi y Shibi, salió con mi hermano
- ¿Con tu hermano? - Gritó Sumire alarmada - ¿El que hemos visto antes? ¡Pero si es muy mayor para ella!
- Mi hermano es un asalta cunas... no, no te asustes, es una exageración mía, solo salieron una semana y no era por amor ni nada de eso, es que estaban solos los dos, ella es muy amiga de mi familia... pero si salió con alguien que no debes recordarle nunca.
- Pero nunca, nunca - recalcó Xu-Xu.
- Si es un secreto, quizás no deberíais contármelo.
- No es un secreto, pero a ella no se lo menciones nunca, ni aunque te mueras de ganas - añadió Xu-Xu
- ¿Por qué?
- Porque salió con Seishiro - respondió Xu-Xu.
- ¡Seishiro! ¿Te refieres a ese chico tan mono de gafas y coletita? A mí me caía genial.
- Si - habló de nuevo Jisei - ese que ahora está en 3-1. Al principio a todas los parecía mono y era educado y nos ayudaba y... nos la pegó pero bien.
- Perro lameculos le llama Akane - añadió Ryuko
- Es un traidor rastrero... lo peor que te puedes encontrar... manipulador... mira, mejor no hablamos más de él - decía Xu-Xu.
- ¿Y salió mucho con él?
- No, pero lo suficiente como para que no quiera ni acordarse - respondió Ryuko
- Lo peor - dijo bastante seria Jisei - es con quien no ha llegado a salir.
Algo se encendió en el cerebro de Ryuko.
- ¿Te refieres a Akira? - preguntó con un hilo de voz.
Jisei miró hacia el suelo.
- ¿Akira no quiso salir con Akane? - Interrogó Sumire - ¿A Akane le gustaba Akira? Claro, por eso le odia tanto.
- En realidad - intervino Xu-Xu - yo tengo mala memoria pero creo recordar que dijo que él se lo había pedido, pero algo pasó y al final no salieron, supongo que se lo pensaría mejor.
- Fue todo muy complicado - habló Jisei suspirando.
- Yo también me he estado preguntando que pasó, recuerdo todo como muy confuso - dijo Ryuko.
- Pero a ver ¿se gustaban o no?
- No llegaron a salir digamos "oficialmente" - explicó Jisei - pero durante un tiempo tuvieron... ¿Cómo lo diría? Como un preludio, unos ensayos, unos preliminares... algo muy intenso. Es una pena que a veces las cosas no salgan bien.
- ¿Tú sabes qué pasó? - preguntó intrigada Ryuko
- No. Lo saben ellos. Yo se parte del asunto, puedo suponer cosas, pero aún así me falta la versión de Akira, que supongo tendrá su versión, lo cual me limita mucho.
- ¡Qué bien hablas Jisei! - Exclamó Sumire - Pero no me entero de nada ¿Por qué no haces un resumen para torpes?
- Si por favor - rogó Ryuko - dinos lo que sepas
- Puff... a ver Sumire ¿Qué crees que tienen en común Shibi, Seishiro, Akira y Kamui?
- No sé... ¿que no hablan mucho?
- Pues no del todo, es su cerebro, son bastante inteligentes, si hay algo que le gusta a Akane son los chicos listos y de entre todos, Akira la tenía tontita, ella lo decía, tú no te acuerdas Ryuko pero solía decir que le encantaba esa mente analítica. No me preguntéis como fue pero bastantes días antes de que nos dijera aquello de "Akira me ha pedido salir"... ¿Lo recuerdas Ryuko?
- Vaya, me quedé el shock, nunca había pensado que Akira hiciera una cosa así.
- Nadie nos lo esperábamos - recalcó Xu-Xu.
- Yo sí, sabía que algo pasaba entre ellos, debieron mantenerlo en secreto, supongo que hasta que consideraron oportuno, no sé por qué, habría que preguntárselo a Akane, pero yo sé que había algo, es que recuerdo que cuando se acercaban en uno al otro sus auras parecían chisporrotear, cuando creían que nadie les miraba se sonreían y se cogían las manos a escondidas... Bueno, el caso es que dijeron que iban a salir, era un lunes y la cita iba a ser el sábado... pues del lunes al sábado pasaron muchas cosas.
- Si - interrumpió Ryuko - El día antes, el viernes, Akane dijo que al final no salían, de eso me acuerdo, pero ella parecía normal.
- Ya, del lunes al viernes el aura de Akane fue oscureciéndose poco a poco, pero Akira parecía seguir igual. Yo me quedé muy preocupada, así que el sábado la llamé, pero no me contestaba, tuve un mal presentimiento, ya sabéis como soy, llamé a Shibi y le pedí que me ayudara a encontrarla.
- ¿Por qué a Shibi? - Preguntó Ryuko - ¿Por qué no a mí?
- Pues porque cuando Akane nos había ocultado la verdad sería por no algo, eso pensé y... bueno, tú dile a un chico que cree estar enamorado de una chica que la busque, que ésta está en apuros y necesita un amigo y ya verás como la busca hasta debajo de las piedras y la encuentra.
- ¿Shibi estaba enamorado de Akane? - interrumpió Sumire
- Eso creía él, pero vamos, esa es otra historia que os contaré otro día, en fin, al grano: Shibi me llamó dos veces, la primera para decirme que la había encontrado y que no me preocupara y la segunda para que sí me preocupara y fuera con ellos.
- ¿Y qué pasaba? - Xu-Xu no podía más de la intriga.
- No sé lo que pasó pero cuando llegué encontré a Akane... llorando, hacía mucho que no veía llorar a Akane, así que me impresioné... estaba tan desconsolada y a la vez tan rabiosa...
- ¿Pero por qué no me dijo nada? - Ryuko no podía creer lo que oía.
- Son cosas suyas. Estaba muy dolida con Akira ¿Por qué? Pues no lo sé, pero estaba fatal, llena de rabia y de rencor, recuerdo que decía "si ha sido culpa mía, tonta, tonta, no se puede ser más tonta, imbécil, alelada" Y en esto, llegó Akira... fue una situación muy tensa, la verdad es que ni hablaron - Jisei hizo una pausa como reviviendo en su mente todo lo sucedido - Shibi agarró a Akane y se la llevó de allí, pero Akira dijo - Jisei tomó aire, parecía que aquel recuerdo le afectaba - "por favor, no impliques a Ryuko, ni ella, ni Kyojin tienen culpa de nada, ellos no tienen nada que ver", Akane se paró, le miró y respondió "en lo que a mí concierne, esto no ha pasado nunca, tú y yo nunca hemos tenido nada"
- No entiendo ¿Por qué dijo eso Akira?
- Supongo que sabía que tú te pondrías del lado de Akane y Kyojin del suyo y me imagino que pensó que no teníais por qué sufrir los "daños colaterales" y Akane... ya sabes lo cabezona que es, si dijo que para ella no había pasado nada es que no iba a hablar nunca del tema... como si no hubiese pasado de verdad. Pero tampoco es un secreto, no es que ella quisiera ocultarlo, solo que es algunas heridas es mejor dejarlas cicatrizar antes de recordarlas. No le gusta hablar del tema, no le gusta recordarlo, no os esforcéis en interrogarla porque es muy cabezota y no contará mucho, ya sabéis es que "no pasó".
- ¿Y se lo ha guardado dentro todo este tiempo? - dijo Xu-Xu
- No creo, estoy segura de que Shibi sabe muchas cosas, además, bueno, ya sabéis la tirria que le tiene a Akira ¿no? Ella no olvida, es muy rencorosa, no perdona, creo que va a estar resentida toda la vida, aunque no lo lleva mal del todo, ha conseguido odiarle pero seguir siendo amigos
- Vaya, vaya - comentó Xu-Xu - ¿No será por eso que no se fía de ningún chico y dice que no se va a enamorar hasta que no sea madura?
- Pues va a ser que sí. Pero no os equivoquéis, esta historia, como todas, tiene dos versiones, no conocemos la de Akira pero Akane no fue la única en pasarlo mal, pasase lo que pasase, Akira estaba tan desilusionado y dolido como ella y estuvo mucho tiempo bastante confuso y aunque es un chico que esconde muy bien sus sentimientos a mí no me engañó, se volvió cínico y mezquino.
- ¿Mezquino Akira? - Se extrañó Sumire - Pero si es amable y considerado.
- Sumire, él es amable. Tú le recuerdas amable y ahora le has vuelto a ver amable. Es que Xu-Xu estaba en otra clase y no le trataba demasiado y Ryuko solo tenía ojos para Kyojin, pero Akira se volvió muy mezquino... por suerte es inteligente, se dio cuenta y recapacitó, y volvió a ser el chico desmotivado y monótono de siempre y, esto es importante, empezó a fumar, supongo que es su forma de superar su frustración, ella grita y lanza cosas, él, fuma.
Ryuko no podía creer lo que oía ¿Cómo podía conocer tan poco a su amiga?
- Pobre Akane - se lamentaba - Debió pasarlo mal y yo no me di cuenta de nada ¿Por qué nunca me entero de nada?
- Piensa en lo que siempre dice "lo que no me mata, me hace más fuerte" Venga... ¡Ahhh!
- ¿Qué pasa?
- ¡Ay por dios! - Jisei corrió a la ventana - ¡Ahí está Kyojin! Venga, vamos, no le hagas esperar más.
- ¡Madre mía! ¡Madre mía! - Gritaba Sumire - Corre Ryuko y ya sabes... ¡suerte!
- ¡Suerte Ryuko! - gritó también Xu-Xu
Ryuko llegó corriendo donde estaba Kyojin esperándola.
- Kyojin ¿Llego muy tarde?
- Ryuko... no, llegas a tiempo
- Lo siento - la chica trató de tomar aliento - Me entretuve más de la cuenta y no me fijé en la hora.
- Bueno, la espera ha merecido la pena... estás preciosa.
Ryuko se sonrojó levemente.
- Tú también estás muy bien.
- Tendrás que darle las gracias a Yuri, ella me aconsejó - no sabía porqué pero tenía la sensación de haber metido la pata - Es que es muy cotilla y se mete en todas partes.
- Ya, bueno, vamos andando o no les pillaremos.
- Claro ¿Vino no? Me alegro... no es que me alegre de alégrame es que si no hubiese venido pues tú y yo... quiero decir que no tendríamos a quien espirar y a lo mejor pues cambiabas de planes y... creo que estoy quedando en ridículo.
- Eres muy gracioso.
- Perdona pero ¿Te pasa algo? Te noto algo apenada ¿No será por ir conmigo?
- No. No - Ryuko se mordió el labio pensando si debería contárselo a su amigo - Es que he estado hablando con Jisei y... ¿Te acuerdas lo que hablamos cuando nos quedamos solos? Lo de Akane y Akira...
- Ajá ¿Pasó algo, verdad? Yo le pregunté el otro día, reconozco que últimamente le pico demasiado, fui yo el que le dijo a Kenshi que le gustaba Akane, no sé cómo no me partió la boca... bueno, que el otro día le
pregunté qué había pasado entre ellos y por qué no llegaron a salir.
- ¿Y?
- No me contestó, simplemente me miró fijamente y luego sacó un cigarro, lo encendió y se puso a mirar las nubes. Pero dijo algo entre dientes, muy bajito y no pude oírle pero era algo de "no sé qué es un asco". Le dije que qué había dicho, que no le oí y dijo "las mujeres son muy problemáticas" pero te juro que no fue eso lo que dijo al principio.
- O sea que tampoco te ha contado nada.
- Eso no me extraña, él habla poco de sus cosas ¿Jisei sabe lo que pasó?
- No del todo, creo que, como es tan intuitiva, sabe bastante del asunto, pero tampoco quiere hablar más de la cuenta, lo que me da rabia es lo torpe que soy y no haberme dado cuenta de nada ¡pero si lo tenía delante de los ojos! Que mala amiga soy, torpe y egoísta, solo sé pensar en mí y en mis tonterías.
- No digas eso, yo no creo que seas una mala amiga. Venga, olvida esa tontería ¿qué te ha dicho Jisei?
Ryuko fue relatando todo lo que Jisei le había contado.
- Yo creo - sentenciaba Kyojin - Que esos dos tienen un asunto pendiente, algo que no han hablado, porque si hubieran hablado seguramente lo habrían aclarado todo. No puede ser que Akira hiciese daño adrede a Akane, no me lo puedo creer, eso es un malentendido, fijo.
- Sobre todo porque Jisei asegura que hubo algo entre ellos. Oye ¿Tú recuerdas cuando empezó a fumar Akira? Porque Jisei sostiene la teoría de que empezó a fumar entonces, porque estaba frustrado.
- Pues puede ser, porque solo fuma cuando está intranquilo o algo le preocupa. Ahora que lo dices, el día que le vi fumar por primera vez pensé que estaba volviéndose tonto, él siempre se ha metido con Asuma-sensei por fumar... mira que ahora todo tiene sentido... él estaba en nuestro banco de siempre, en el parque y yo me reí porque tosía bastante, recuerdo que le dije "¡que te vas a morir! ¿Qué quieres demostrar?" El no me miraba, entonces me fijé en él y vi que tenía los ojos enrojecidos, se dio cuenta, me miró de reojo y dijo "maldito tabaco, el humo se mete en los ojos, lo odio" y yo seguí burlándome de él por lo patético que parecía ¿Sabes? Ahora pienso que quizás no era por el humo después de todo...
Ryuko guardó silencio ¿realmente había algo entre esos dos? Sabía de sobra que Akane no creía en enamoramientos, siempre decía que enamorarse era una reacción química temporal que se producía en el cerebro, que te gustase tanto un chico como para volverte idiota no tenía nada que ver con el amor de verdad y menos a su edad, pero entonces, si no estaba enamorada ¿Qué lo dolió tanto? ¿Qué es lo que niega que pasase?
Tan absorta iba en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que Kyojin la había cogido de la mano. Lo más curioso es que éste tampoco era consciente de ese hecho, había sido un acto reflejo, intentando quizás darle ánimos o demostrarle su apoyo.
Akane miraba todo con gran atención, Kamui la miraba a ella, le hacía gracia ver el interés que demostraba.
- Sabía que te interesaba esto el periódico - comentó - pero no imaginaba que tanto.
- Me fascina, yo quiero ser periodista ¿sabes? Y viajar por el mundo allí donde esté pasando algo importante y poder contarlo. Acertaste de lleno con la idea de venir aquí.
- Como perteneces al periódico del instituto se me ocurrió que quizás te gustaría. De todas formas te he estado observando. En la sala de proyecciones ponen un pequeño documental, es muy corto ¿Pasamos?
- Vale... ¿Me has estado observando?
- Claro ¿Por qué crees que antes he comprado esto? - Kamui levantó una bolsita repleta de bombones y chocolatinas que, por cierto, Akane no paraba de mirar de reojo desde que la había comprado y se preguntaba para qué lo habría hecho si no la abría y además no tenía pinta de gustarle los dulces - Toma, son para ti, quería saber si aguantarías sin preguntarme, se que te encanta el chocolate.
- Pues mira, no te voy a decir que no.
Akane abrió la bolsa y sacó una chocolatina, le quitó el papel que la cubría y se la llevó a la boca, al paladearla hizo un gesto que evidenciaba lo mucho que le gustaba.
- Hummm... es una delicia ¿Quieres? Esto es una maravilla.
Kamui la miraba detenidamente.
- ¿Siempre disfrutas tanto cuando comes algo que te gusta?
- Claro, cuando algo te gusta hay que disfrutarlo ¿no? No sabes lo que has hecho Kamui Kaguya, darme chocolate es mi perdición, me vuelvo loca.
- ¿Te vuelves loca? - decía consternado mientras veía como lentamente desenvolvía un bombón, lo llevaba a sus labios y le daba pequeños lametazos antes de introducirlo en su boca y paladearlo inclinando la cabeza hacia tras cerrando los ojos... realmente esa chica era todo un espectáculo comiendo bombones pero lo peor era que una oleada de calor inundó su cuerpo durante unos segundos ¿Qué le estaba pasando? ¿A qué venía ese pensamiento que cruzó su mente durante una fracción de segundo?
Kyojin estaba tan enfrascado en sus pensamientos como Ryuko. No le extrañaba que Akira no le contase nada, él era perezoso para todo, hasta para hablar de su vida y sus problemas y menos aún alardeaba de sus relaciones con las chicas, era un chico tranquilo que dejaba pasar la vida relajadamente. Así, en silencio llegaron al lugar donde sabían habían ido Akane y Kamui. Fue entonces cuando Kyojin al ver tan pensativa a su amiga, apretó ligeramente su mano en un nuevo gesto de transmitir tranquilidad, Ryuko sintió la presión en su mano y el corazón se le sobresaltó ¿Cuándo le había cogido la mano? Miró al chico que sonreía tiernamente "Ryuko, tranquilízate, a ver, que solo estáis cogidos de la mano, que no tiene la menor importancia... pero ¿Por qué yo también se la tengo cogida? ¿Habré sido yo la que se la ha cogido sin darme cuenta? Dios mío ¿Y si no soy dueña de mis actos? A ver... deja ya de fliparte, sea lo que sea, ahora necesitas tu mano, tú con naturalidad, suelta la tuya y seguro que... ¡Ah! ¡No me suelta! ¿Qué hago? ¡Por favor, que situación tan ridícula!"
- Bueno... se supone que están aquí ¿No? ¿Entramos?
Por suerte Kyojin pareció leer en la mente de Ryuko y rápidamente soltó su mano.
- Lo siento, no sé lo que me ha pasado, por favor, no pienses mal de mí.
"Vaya por dios" pensó la chica "Debemos ser la pareja más pava en kilómetros"
Kamui y Akane salían de ver la proyección. Akane se disponía a comer otro bombón.
- Se te picarán los dientes.
- Y la culpa será tuya por comprar tantos bombones. Vas a tener que pagarme el dentista. Lo siento pero cuando empiezo a comer chocolate cada vez necesito más y más, no lo puedo evitar, es superior a mí... Mira allí... ¡son Kyojin y Ryuko! - dijo con sorpresa como si un supiese que se los iba a encontrar.
- Es verdad ¿Están saliendo?
- No, que va, lo que pasa es que se han quedado solos, todo el mundo tenía cosas que hacer... no, si esto ya lo suponía yo.
- ¿Qué iban a venir precisamente aquí? ¿Tú les has dicho que veníamos?
- Hombre Kamui piensa que Kyojin está colado por Ryuko, el pobre habrá pensado... ¡Yo que sé!... ¿Qué hago justificando sus actos?
- Ya
- No seas así, piensa que tú eres Kamui Kaguya, todo un personaje en el instituto.
- Solo soy un chico normal.
- Si, ya, normal. Vamos no te hagas el modesto, eres súper popular, vas con el grupo de los "guapos"
- ¿Los guapos?
- Si, la gente guapa, ya sabes, los populares... Además eres inteligente, aplicado, sacas buenas notas, eres bueno en deportes, en artes, eres el capitán del equipo de futbol y no solo eso, también el de tenis, tienes un club de fans y tu familia en distinguida, eres guapo y con un aire "cool" e interesante que te hace muy sexy... tio eres un asco, eres perfecto.
- Tal y como lo dices parezco un bicho de laboratorio.
- Y yo pertenezco al grupo de los mediocres... no somos populares, somos... normales. Mira, yo ahora me siento como la Cenicienta en el baile del príncipe, es normal que mis amigas también se alteren un poco,es que eres el Kaguya. Bueno, lo siento, me estoy pasando, siento si te he ofendido, no quería tratarte como a un trofeo, lo siento.
- Tranquila, si no me ofendo, estoy acostumbrado a que la gente espere eso de mí, que sea perfecto
- ¿Y eres feliz? Perdona, perdona, es que ha salido mi parte cotilla, perdona.
Kamui sonrió levemente.
- Llámalos.
Akane le miró desconfiada.
- Diles que nos acompañen, son tus amigos, es tu baile Cenicienta.
Akane le seguía mirando detenidamente.
- Yo quiero estar contigo - continuó el chico - Quiero conocerte, me da igual que haya más gente o no, son tus amigos y por tanto, parte de ti, diles que se acerquen, bueno, si te apetece.
- Les voy a llamar, pero solo para avergonzarles... es muy divertido, seguro que no se lo esperan - rió de forma maliciosa mientras levantaba una mano segura de que la verían.
- Espera, quiero decirte otra cosa: tú no eres para nada mediocre y me encantaría formar parte de tu grupo "no popular" de amigos.
Akane le sonrió abiertamente.
- Ahora vengo.
La observó acercarse a sus amigos, esto parecían sorprendidos y, tal y como había dicho, avergonzados. Les vio mirarle y les hizo un gesto con la mano. Después de un rato, por fin, estos siguieron a Akane hasta donde estaba.
- Ya les traigo, no querían venir.
- Hombre, no queremos molestar - dijo Kyojin
- Que tontería, ¿Qué tal Kyojin? - Kamui le ofreció su mano y Kyojin algo confuso se la estrechó.
- Bien, es que nos hemos quedado solos y... fíjate qué casualidad
- Ya veo. Ryuko te ves radiante, estás muy guapa, deberías ir así al instituto.
- Gracias - contestó extrañada del halago recibido
- ¿Queréis un bombón? - ofreció Akane mostrando su botín de chocolate
- Hombre, eso ni se pregunta - dijo Kyojin
- Akane ¿Qué es eso? - preguntó algo secamente Ryuko
- ¿No lo ves? Chocolate.
- Akane ¿Qué hemos hablado del chocolate?
- No se seas quisquillosa - Akane se comió otra chocolatina paladeándola lentamente - ¡Pero qué bueno está!
- Akane por favor - gruñía entre dientes Ryuko - ¡Compórtate!
Al ver que Akane se llevaba los dedos a la boca le dio un manotazo.
- ¡No te chupes los dedos! ¡Ni se te ocurra!
Akane miró de reojo a Kamui que la observaba entre curioso y asombrado.
- Dame un pañuelo, anda Ryu.
- Toma... esto ha sido una mala idea, lo sabía, anda, dame un bombón... ¡A tomar viento la dieta!
- Akane - dijo Kyojin - creo que será mejor que Ryuko te guarde los bombones y te de algunos de vez en cuando, ya sabes cómo de descontrolas cuando comes muchos.
- No, ya los guardo yo... prometo no comer muchos hasta... más tarde... de verdad. Ya te he dicho - miró a Kamui - que me vuelvo loca.
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miércoles, 17 de febrero de 2010

13. Y llegó el domingo y con él la cita

No se podía decir cuál de las chicas estaba más emocionada. Aprovechando que los padres de Jisei se habían marchado ese fin de semana, Xu-Xu, Akane, Sumire, Ryuko y Jisei decidieron comer juntas el domingo en casa de ésta última. Al verlas llegar y el alboroto que organizaban en la cocina, el hermano de Jisei decidió que lo mejor era desaparecer de allí.
Lo tenían todo planeado, primero comerían hablando de chicos y luego ayudarían a Akane y a Ryuko a arreglarse. Estaban muy alteradas, quizás la única que parecía mantener la calma era Akane. Las más escandalosas eran Xu-Xu y Sumire, Ryuko casi no hablaba, los nervios parecían haberse juntado todos en su intestino, produciéndole unos tremendos retortijones, menos mal que por lo menos Akane no parecía haberse molestado por lo de "espiarla", al contrario, se había reído muchísimo.
- Entonces ¿Has estado chateando con Kamui? - preguntaba Xu-Xu.
- Un poco.
- ¿Pero ese chico se comunica con los demás? - inquirió Jisei.
- Hombre, algo se comunica, no es que se extienda mucho en sus respuestas...
- Si el año pasado - continuaba Xu-Xu - me dicen que una de nosotras iba a quedar con el Kaguya no me lo hubiera creído, bueno, que todavía no me lo creo.
- Tía, el Kaguya ¡qué fuerte! - decía Sumire - yo pensaba que ese chico estaba por encima del mundo.
- Es un chico normal y corriente - intervino Akane - algo separatista, pero normal.
- No, normal no es, es el Kaguya - aclaró Sumire - el más popular del instituto.
- El más popular desde la guardería - enfatizó Xu-Xu..
- Es como una telenovela - habló entusiasmada Sumire - él el chico guapo y rico y tú la chica pobre pero honrada.
- ¡Madre mía! - exclamó Akane - Ahora si que me estás poniendo mala.
- Tranquila - dijo Jisei - son los típicos nervios previos a la cita. Es normal que estés nerviosa piensa que eres la representante de todas las chicas normales que hay en el mundo, en tí se hace realidad el sueño de todas: salir con el más guapo y popular.
- ¡La madre que os parió! Que exageradas sois. Kamui es guapo pero personalmente creo que hay otros que no le desmerecen nada, como Kohaku, Hizashi... Kenshi... hay muchos ¿Y tú Ryuko no dices nada?
- No puedo ni hablar, estoy aterrada.
- Pues no creas que nos hemos olvidado de ti - repuso Xu-Xu.
- ¿Por qué? ¿Estáis planeando algo malo? Lo mío no es nada comparado con la cita de Akane de la que parece depender el futuro de la humanidad.
- ¡Uy, que no! - dijo Jisei - lo que pasa es que no queremos ponerte nerviosa.
- ¡Pero si no es una cita de verdad!
- Si, si, ya no sabemos - habló de nuevo Jisei - pero también sabemos que "si" es un cita.
- Una cita es una cita lo mires por donde lo mires - puntualizó Xu-Xu - Has quedado con un chico, eso es una cita.
- Mira Ryuko - Akane la miró fijamente - Tú se tú misma, como siempre, no te esfuerces en parecer súper simpática, ni ingeniosa, ni esas cosas que hacemos para gustar más a un chico. Tu mejor baza es que le gustas como eres, así que se natural, habla cuando quieras decir algo y ríe cuando tengas ganas, tienes que actuar como cuando salimos en grupo, igual.
- Ya, pero cuando estoy con él a solas me pongo muy nerviosa ¿Y si piensa que soy una paranoica o algo peor?
- ¿Por qué iba a pensar eso? - dijo extrañada Sumire
- Por lo de espiar a Akane.
- Bueno, en todo caso quizás piense que eres una cotilla - respondió Jisei.
- ¿Pero no fue él quien te lo propuso? - agregó Xu-Xu.
- Si.
- Pues entonces. Será que le gustan las cotillas... o que le da igual - comentó Akane - Sea como sea hoy es un dia importante ¿qué te vas a poner?
- Pues he traído mi vestido blanco.
- Muy apropiado, ideal para ti - continuó Akane - tiene un aire romántico, a ti te queda bien, a mi algo así me quedaría como una patada pero a ti te pega.
- Y verás - añadió Xu-Xu - lo guapa que te voy a poner.
- ¿No irás a maquillarme, no?
- Mujer, solo un poco... un toque de luz en tu mirada y brillo en los labios, te lo prometo. Y te voy a peinar... un peinado natural no te asustes, como tú eres.
- ¡Ah! Yo tengo otra cosa - Jisei se levantó y salió.
- ¿Y tú Akane?
- Me arreglaré un poco para no desentonar con el guaperas, claro que donde no hay tampoco se pueden hacer milagros.
- ¿Llevarás las gafas?
- Hombre claro, si me las quito no le veré bien.
- Ya estoy aquí - dijo Jisei regresando, llevaba una caja de madera, la abrió, estaba llena de botecitos pequeños, bolsas que parecían tener pétalos de flores, cajitas y palitos de incienso.
- ¿Qué es éste? - Preguntó Sumire - ¿Tus instrumentos de bruja?
- Algo así. Verás - rebuscó enre los botecitos y sacó uno redondo con un tapón rosa - Este es.
- Me da miedo preguntar - dijo Akane.
- ¿Es veneno? - interrogó Sumire
- ¿Una pócima? - añadía Xu-Xu.
- Es un perfume. Un perfume muy especial. Unas gotitas y Kyojin se quedará embobado contigo.
- ¡Toma ya! ¡Una pócima de amor! - exclamó Sumire.
- A saber que has echado aquí, a ver trae - dijo Akane quitándoselo de las manos y abriéndolo - ¿Se puede oler?
- Claro, no es una pócima, es un perfume... un perfume que estimula.
- Huele a jazmín - comentaba Akane - ¿Es afrodisíaco? ¿Tú lo has probado?
- Tiene esencia de jazmín entre otras cosas, y no, no lo he probado, no he tenido esa oportunidad ¡Pero qué haces, loca! - gritó arrebatándole el frasco.
- Solo me he echado unas gotitas, hija perdona, es que me gusta el jazmín.
- Dios, Akane ¿qué has hecho?
- ¿Es muy caro? - preguntó Sumire.
- No es eso pero... ¿qué va a pasar ahora? ¿y si Kamui...?
Xu-Xu se acercó al cuello de Akane y olisqueó.
- Huele bien, pero no siento nada.
- ¡Porque tú eres una chica! De verdad, luego no me vengas con responsabilidades ¿eh? Yo no quiero saber nada.
- ¡Que tontería! ¡Cómo si fuera a pasar algo! Anda Ryuko, échate.
- No, déjate, mejor no, mejor algo relajante ¿no tienes?
- Si pero... toma, mejor ponte este... es sándalo, te pega con tu personalidad, además da fortaleza de espíritu... Y tú, desastre, ¡Procura que Kamui no te huela!
- Claro... como si fuera a ser como en las película ¡Anda ya!
- Pobre Akira - suspiró Xu-Xu.
- ¿A que viene ahora ese? - gritó Akane.
- ¿Es que no te da penilla?
- Ya te dije que la parida esa que te contó Kenshi de que yo le gustaba era mentira... mentira... lo dijo para que se callase y dejase de pensar que iba detrás de él... ¿Y pensar que yo misma le dije que le dijera que le gustaba una chica? ¡Ah, que rabia!
- ¿Pero por qué dijo tu nombre - inquirió Sumire - habiendo tantas chicas?
- Porque es subnormal... lo haría para fastidiarme.
- O a lo mejor - intervino Ryuko - le traicionó su subconsciente.
- ¡Le traicionó el loco de tu novio!
- No es mi novio, además, podía haberlo negado, pero no lo hizo y cuando Kyojin lo dijo por algo sería, que ellos son muy amigos y se conocen.
- Si, porque es raro y retorcido como tú... Vamos a dejar este tema de una vez.
- Quien se pica... - comenzó a decir Jisei divertida.
- ¿Sabeis lo que os digo? Que sois unas pesadas y que si por una remota, remota casualidad yo le gustase, que se aguante y trague aceite de ricino.
- ¡Qué mala eres!
- Y más que puedo serlo... Ala ¡Se acabó el tema!
Akira estornudó. Kyojin le miraba sentado en una silla mientras Yuri le peinaba.
- Por ahí se acuerdan de ti - dijo Kyojin.
- Me alegra de que os hayais acordado de mí - decía Yuri - Ya verás Kyojin, con mis consejos vas a estar irresistible, lástima que no puedas perder unos kilos de sopetón porque tú eres un chico guapo...¡Lástima de kilos!
- Déjalo ya, Yuri, por favor - se quejó Akira.
- ¿Y a quien se le ha ocurrido la idea?
- Yo solo quería que me asesorases un poco, no hacía falta que vinieras - respondió Kyojin.
- Vamos Kyojin, no seas tonto... ¿Cómo no iba a venir?
- En realidad todo es culpa de Akira, él me dijo que te preguntara.
- Normal... tienes que dar una buena imagen, es un día importante.
- Claro - añadió Akira - la primera cita es importante, aunque ella esté harta de verte.
- Que no es una cita, no es una cita.
- Da igual, da igual.
- Ya está... un pelo perfecto. Ahora a ver que tienes de ropa ¿Qué te vas a poner?
- Pues no se.
- ¡Ay, los hombres, pero que sosos sois! A ver, venga, saca tus mejores pantalones y camisas que te los convino, de verdad, si no fuera por chicas como yo el mundo sería un desastre.
Kyojin hizo lo que Yuri le había dicho, sacó varios pantalones, camisas y camisetas, Yuri lo escudriñó todo con minuciosidad.
- Toma, pruébate esto.
Mientras Kyojin se iba para cambiarse de ropa y probarse el conjunto escogido por la chica, Akira se levantó, se acercó a la ventana y léntamente encendió un cigarro.
- ¿Qué te pasa? - le pregunto Yuri - Estás como muy pensativo.
- No... nada.
- Ha sido un detalle muy bonito el que habéis tenido.
- ¿Qué detalle?
- El de hacer que Kyojin y Ryuko queden a solas.
Lo malo de improvisar mentiras es que a veces se te olvida lo que has dicho. Akira tuvo que poner sus pensamientos en orden, como no podía decir a Yuri que Kyojin y Ryuko habían quedado para ir a espiar a Akane y Kamui, lo había justificado diciendo que entre él y Akane se las había arreglado para liarles y que fueran a hacer unos recados importantes para la obra, por suerte Yuri no estaba muy interesada en saber que clase de recados.
- Si, bueno - habló pensado en lo que iba a decir para que fuese convincente . Fue idea de Akane.
-Típico de esa chica, si es que es una lianta, ya decía yo que tardaba demasiado en hacer de celestina.
Akira sonrió "mira" pensó "cuando Akane se entera ya tendrá una razón más para odiarme" porque la chica podría ser muy lianta pero no llegaba a celestina.
Yuri se acercó a su amigo.
- ¿Y tú que vas a hacer?
- Nada importante.
- ¿Por qué no sales conmigo? Podríamos jugar a seguirlos.
Akira sintió que el humo del cigarro se le atragantaba y comenzó a toser. Yuri a la vez que le palmeaba la espalda, le quitó el cigarro de la mano y lo tiró por la ventana.
- Deja ya el tabaco, hombre ¿No ves que no te hace nada bueno?
Akira seguí tosiendo, pues si, lo que faltaba, Yuri y él siguiendo a Kyojin y Ryuko que la vez seguían a Akane y Kamui, esto estaba empezando a resultar absurdo.
- Vale, vale, no me pegues mas ¿No habías quedado con Momoka?
- Pero la aviso y ya está - se agarró melosa al brazo del chico - Venga, ya verás como nos lo pasamos bien.
- Eso no está bien Yuri, si has quedado con ella, has quedado con ella.
- Bueno pues vamos los tres. Tú con dos chicas guapas ¡Anda que no ibas a presumir!
- ¿Qué pretendes Yuri?
- ¿Es que tienes algo más interesante que hacer que salir con una chica como yo?
- Se lo que pretendes, por muy mimosa que te pongas no vas a conseguir nada.
- ¿Estás seguro? ¿No tengo yo nada que te apetezca a ti?
Akira consiguió zafarse de ella y se sentó de nuevo.
- No empieces Yuri, no me vas a liar.
Yuri se colocó delante de él y sonriendo se sentó a horcajadas sobre sus rodillas.
- ¿Qué, Aki? ¿Te decides?
- Haz el favor de levantarte.
Yuri clavó sus azules ojos en los de su amigo, por un instante el chico estuvo tentado de aceptar la propuesta, al fin y al cabo Yuri era algo gritona pero divertida. Sin embargo un par de cosas dentro de él se lo impedía, quizás solo era apatía y pereza después de todo.
- ¡Qué problemática eres!
Yuri seguía mirándole fijamente, sabía de sobra que era algo capaz de poner nervioso a cualquiera.
- Mira Yuri, no insistas, sé muy bien tu juego, no voy a conseguirte esas pastillas me ofrezcas lo que me ofrezcas a cambio.
- Pero si son inofensivas, si son de hierbas, si no hacen nada malo.
- Ve a la farmacia y cómpralas tú
- Sabes que tu padre no me las va a vender.
- ¿Y me las va a vender a mi?
- Tu puedes conseguirlas sin comprarlas... por favor... las necesito.
- ¿Para qué? ¿Para qué demonios necesitas esas pastillas? Estás muy bien, no necesitas adelgazar mas.
- ¡Está claro que nunca me entenderás! - Yuri se levantó bastante molesta.
- ¡Claro que no te endenderé! Nunca entenderé esa obsesión tuya con adelgazar, te estás haciéndo daño, primero no comes apenas nada y ahora quieres que te consiga esas malditas pastillas ¿Para qué? ¿Qué va a ser lo siguiente que hagas? ¿Dejar de comer definitivamente?
- ¡No soy tonta! ¡Sé muy bien lo que hago! Lo tengo todo controlado, solo son unas pastillas de nada para eliminar líquidos.
- ¿Que líquidos vas a eliminar si no comes? Yuri, estas cosas no son buenas, se te van a ir de las manos - Akira se acercó a ella y le acarició la mejilla - Estás bien así, por favor, déjalo ya.
No podía entenderla, nunca podría entenderla, esa obsesión de Yuri por ser la chica perfecta iba a terminar por causarle graves problemas ¿Pero cómo se lo haría entender? Desde luego que las mujeres eran todas muy complicadas y lo que más le preocupaba era que estaba allí, dispuesta a ofrecerle algo que era mejor no imaginar solo porque le consiguiera unas pastillas para... hacer pis ¿A que extremo podría llegar? ¿No se daba cuenta de que todo se le estaba yendo de las manos? Todo era más que problemático, entre ella y su irresponsabilidad y Karura y su relación con vete tú a saber quien, que a saber quien sería para que anduviese con tanto misterio, para no querer que sus hermanos se enterasen y se negaba a presentárselo... la verdad, no podía comprender a que venía tantas dudas que tenía por salir con un chico ¿Que era mayor que ella? Eso era normal, vamos, de toda la vida... ¡Mujeres! ¡Y luego se extrañaban que se quejase! Entre unas y otras le iban a volver loco.
- He engordado... si sigo así me voy a poner como una vaca... así nunca le gustaré a ningún chico... tu no lo entiendes, quiero tener la imagen perfecta para...
Kyojin entró en la habitación.
- ¡Kyojin estás divino! - exclamó Yuri entusiasmada - Fantástico, fantástico... soy una artista, ¡Ay! ¡Qué talento tengo, que talento!
- ¿Estoy más o menos decente?
- Estas genial... Ahora solo queda convencer a éste de que salga conmigo.
- No puedo - se apresuró a decir Kyojin - Es que ¿No te acuerdas que todavía tienes que hacer el informe de la obra con Akane?
- Pues... - Akira ordenó rápidamente su cerebro, seguramente Kyojin decía eso para ayudarle - Se me había olvidado... ¡mierda!
- ¿Mira que eres desastre! - gruñó Yuri - Seguro que lo que querías era escaquearte, pero con Akane no te vale eso, ya sabes como se las gasta.
- Eres muy despistado, Aki
- Lo que es, es un vago.
- ¡Eh, chicas! - Gritó Sumire asomada a una ventana - ¡Kamui ya ha llegado!
- ¿Ya? ¡Pero si es muy temprano aún! - exclamó nerviosa Xu-Xu
- Míralo, allí, en la esquina, donde habíais quedado ¿no?
- ¡Qué emoción! - Decía alterada Xu-Xu - ¡Ha venido! Venga Akane, no le hagas esperar.
- ¡No! - casi gritó Sumire - Tiene que hacerle esperar, las chicas siempre llegan tarde.
- Claro, para que se canse y se vaya ¿no? Ni hablar.
- ¡No me agobiéis! Esperaremos a que sea la hora, puede pensar que estoy ansiosa.
- ¡Que guapo está! - Exclamaba Sumire - ¡A mí me va a dar algo de los nervios!
- Ni que fueras tú la que sale - comentó Jisei.
- Acuérdate de contárnoslo todo, sobretodo si intenta besarte.
- No creo que se le ocurra, no le gusto tanto. Le pica la curiosidad pero de ahí a...
- Bueno - interrumpió Sumire - Tú nos lo cuentas todo.
- Y procura no ser muy encantadora - añadió Jisei . No queremos que se enamore.
- Tranquila, eso no pasará, ni soy Momoka, ni me parezco a ella.
- ¡Y que no te huela!
- ¿Dónde vais a ir al final? - preguntó Sumire.
- Ay, Sumire, no te enteras de nada - contestó Xu-Xu - Primero van a ver una exposición que hay en el centro comercial sobre la historia del periódico... el chico se quiere hacer el interesante y se ha informado de sus aficiones, luego... es una sorpresa.
- Sobretodo no dejes que te huela.
- ¡Pero qué pesada que eres! no creo que quiera olerme... En fin ¿Cómo dices que hay que hacer, Jisei? Inspirar y expirar expulsando lo que me turba ¿No?
Kamui había llegado pronto. Reconocía estar algo intranquilo, no mucho, pero si sentía cierto hormigueo en el estómago, quizás porque no podía evitar la sensación de estar engañando a Momoka.
"Es absurdo" pensaba "Si yo no estoy saliendo con ella, ni somos novios, ni estamos comprometidos, ni es nada mío, solo es una amiga... esto es absurdo ¿no puedo salir con otras personas? ¿no puedo tener más amigos?"
Unos pasos acercándose en la soledad de la calle le devolvieron a la realidad. Miró en la dirección en la que se oían los pasos y una nueva sensación desconocida comenzó a invadirle desde la punta de sus pies; era algo intenso que relegaba en el olvido la intranquilidad anterior ¿Quien era esa chica? Era Akane, sin duda pero ¿Por qué la veía como a una persona distinta? ¿Quizás porque no llevaba el uniforme? No, ya la había visto antes con ropa de calle. Quizás era que él la miraba de forma diferente, quizás porque ahora no la veía como a cualquier compañera de clase, si no como a una persona. Durante años, Kamui se había habituado a no ver a las personas que le rodeaban como a tal, salvo muy pocas excepciones, para él nadie tenía importancia, solo importaba él mismo y su sufrimiento; procuraba relacionarse con el menor de número de personas posible y menos aún se implicaba en sus vidas. Últimamente había empezado a abrirse un poco a los demás, había descubierto que acciones suyas podían repercutir en los demás, que a veces dañaba a personas como Nowaki, que solo pretendía ayudarle.
El mundo era muy complejo y lo que más le confundía era descubrir que existían personas como Momoka, era increible como a pesar del desprecio que le mostró, Momoka nunca le abandonó segura de que lo suyo era algo temporal. Fue entonces cuando Kamui decidió mirar al mundo de otra forma y descubrió a Akane, que cuando, en bromas, le dijo que si salía con ella, él no pudo evitar contestar afirmativamente, aquella chica le resultaba curiosa y quería conocerla mejor. Y ahora estaba allí y por primera vez tenía que intentar ser agradable.
- ¡Hola! ¡Eh, hola! - dijo Akane sacándole de sus cavilaciones
- ¡Hola! Estás... estás... - Kamui se acercó a ella, no sabía que debía hacer, tampoco que decirle que no sonara falso y preparado, inspiró y un profundo y dulzón olor le embargó - ...fantástica.
- Me he arreglado un poco, quería estar a tono contigo. Ya sé que no soy tan guapa como Momoka pero también pito.
- ¿Qué?
- Que... bah, déjalo ¿Te encuentras bien?
- Hueles... muy bien.
- ¡Anda, el perfume de Jisei! ¿Lo hueles? ¿Tanto huele? ¿Es muy fuerte?
Kamui no sabía si era por ese olor agrio y dulce a la vez que parecía apoderarse de sus sentidos pero sentía que un gran sofoto iba creciendo en su rostro.
. Esta Jisei tiene potingues muy raros - continuaba hablando Akane, preocupada por si resultaba apestosa.
Kamui seguía sin hablar. Akane torció los labios "a ver si va a ser verdad y este perfume tiene efectos secundarios, a lo mejor espanta a los chicos"
- Nunca me había dado cuenta de lo atractiva que eres.
- Vaya... no se si tomármelo como un cumplido, la verdad.
- No quiero decir que antes no te viera atractiva, siempre he pesando que... pero hoy estás...
- Es por el escote ¿A que sí? Siempre me pasa, ya estoy acostumbrada.
- No, no, no creas que antes no me había dado cuenta... - no pudo evitar que se le escapara una sonrisa, se estaba comportando como un tonto, era la primera vez que le pasaba.
- Vale, vale, déjalo, no te esfuerces más.
- Bueno pues... vamos andando ¿no?
- Si, claro.
¿Qué se suponía que tenía que hacer? Kamui estaba acostumbrado a tener chicas enganchadas de su brazo pero ¿Qué esperaba Akane de él? Akane le sonrió y decidió que lo mejor era relajarse, ella ya sabía cómo era, no fingiría ser de otra forma, disfrutaría del paseo que iniciaban, seguro que iba a ser agradable.

sábado, 13 de febrero de 2010

12. Una reacción exagerada

Si algo molestaba a Akira era el saber que, en esos momentos, el cotilleo sobre que se habían quedado Akane y él encerrados en el ascensor, estaba recorriendo los pasillos del instituto. Iba a ser un día muy largo, seguro, lleno de preguntas y comentarios, eso era muy aburrido, además la gente tenía la costumbre de sacar conclusiones absurdas y descabelladas. Cuando Genki y Nowaki llegaron eufóricos y se acercaron a él, tuvo la confirmación.
- ¡Aki! - Gritaba Genki - ¡Te has convertido en el ídolo del instituto, la imagen a seguir por los adolescentes!
- ¿Por quedarme encerrado en un ascensor?
- Tu sabes porqué, pillín - dijo Nowaki dándole una palmada en la espalda
- ¡Maldito Nowaki! Mira que eres...
- Es mas - continuaba Genki - Eres el amo del instituto
- Que cosa tan absurda
- ¡Nowaki deja de decir tonterías! - decía Momoka mientras cogía al chico de una oreja y le llevaba hasta su mesa - Y tú, Genki ¡Siéntate ya!
- Vale Momoka, no te enfades ¿Ves? Ya me siento pero no me pegues ¿Eh?
Sonó el timbre que indicaba el comienzo de las clases y todos ocuparon sus asientos. Algunos se habían dado cuenta de que había sonado con retraso, ese era un hecho no habitual, como tampoco era habitual que el profesor de turno, Yotsuda, no llegara nada más sonar el timbre. Esperaron unos minutos comentando la tardanza del profesor. Hizashi se puso en pie.
- Parece que Yotsuda viene hoy con retraso, por favor, quedaos en vuestros asientos y mantener la compostura
- Vale Hizashi, gracias - dijo el profesor entrando. Este era un hombre enorme cuya sola presencia imponía respeto - Siento el retraso. Bien, buenos días chicos
Yotsuda se situó delante de la mesa del profesor.
- Antes de empezar y aunque me disgusta, tengo que pedir a Shibi Kamizuru que se levante
Shibi así lo hizo
- La directora te está esperando, ve a su despacho inmediatamente.
Un gran cuchicheo se extendió por el aula. Shibi se dirigió hacia la puerta.
- Espera ¿Sabes por qué te llama la directora?
- Si, si lo se
- Entonces ¿lo reconoces?
- Si
- ¿Qué has hecho Shibi? - preguntó gritando Nowaki
- He agredido verbalmente a Zenko
El cuchicheo aumentó.
- ¡Vale, silencio! Yo diría que ha sido algo más que verbalmente ¿No, Shibi?
Shibi le miró perplejo.
- Tiene un esguince en la muñeca. Tu actitud es intolerable
Kamui se levantó de su asiento.
- Yotsuda... señor
- Ahora no Kamui, estoy hablando con Shibi
- ¿A dicho Zenko que yo le he producido un esguince? - preguntó Shibi
- ¿Podrías decirnos porqué lo has hecho?
- Yo no le he hecho nada de eso. Solamente le cogí el brazo. Miente.
- Pues la enfermera no opina lo mismo.
- El esguince se lo he hecho yo - sentenció Kamui - Creo que deberá ir también a ver a la directora.
- ¿Tú? ¿Aseguras que el esguince se lo has hecho tú?
- Lo aseguro.
- ¡Silencio! Esto es muy serio. Zenko ha acusado a Shibi, no ha dicho nada de ti
- Es un cobarde y un rastrero.
- ¿Estás seguro de lo que dices?
- Esta mañana le pedí a unos alumnos de 3-1 que le llevaran a los servicios, aunque fuera con engaños, quería hablar con él, cuando estuvimos a solas, porque no había nadie más le amenacé, cogí su mano y se la retorcí por detrás de su espalda con mucha violencia, estaba enfadado y no supe controlarme, he sido yo, sin duda.
Yotsuda y los demás alumnos le miraban boquiabierta. Akane, se frotaba la frente y movía nerviosamente una pierna, estaba empezando a sospechar lo que había pasado.
- Yo - continuó Shibi - seguí a Kamui y le vi entrar al servicio detrás de Zenko. Esperé a que saliese y entré. Es verdad que le dije algunas palabras fuertes, incluso le agarré del brazo y le amenacé. Se que es una conducta intolerable y acepto mi castigo.
Hizo el gesto de marcharse hacia la puerta.
- ¡Quieto! O sea, que habéis sido los dos ¿Por qué habéis hecho algo así?
- Se lo merecía - contestó contundentemente Kamui - No me voy a justificar, iré a ver a la directora, además el muy cobarde ha acusado a Shibi, tampoco es una acción muy digna.
- No, tampoco y supongo que cuando la directora sepa la verdad y si es cierto lo que decís, actuará en consecuencia pero ¿Por qué? ¿No se os ha dicho que evitéis en lo posible esos ataques de ira?
- El empezó.
- Ya, claro, llevaba un cartel diciendo "te caigo mal, agrédeme"
- Fue por lo que pasó ayer ¿verdad? - Dijo Yuri levantándose - Yotsuda no es culpa de ellos, Zenko se lo buscó.
- ¿Qué pasó ayer?
- Esto... es que... - miraba temerosa a Kamui.
- Vamos, estoy esperando.
- Es que... Zenko se metió con Akane y la amenazó, es por eso ¿verdad? La culpa ha sido mía por contarlo... si me hubiese quedado callada no habría pasado nada y...
- Vale Yuri, siéntate. Akane... ¿te amenazó? - Akane se levantó pero evitaba mirar a Yotsuda a los ojos - Vamos Akane ¿te amenazó?
- No tuvo importancia, fue solo un comentario
- ¿Pero te amenazó? - Gritó Genki.
- ¡Maldito Zenko! - Gritó también Nowaki - ¡Has hecho muy bien en patearle la boca Kamui!
- No tuvo importancia - repitió Akane - fue una frase sin más, una de esas fanfarronadas que os gusta decir a los chicos.
- Amenazó a una chica - dijo Kamui - eso es imperdonable.
- ¡Di que sí! - añadió Nowaki - y yo porque no me había enterado que si no... yo...
- No entiendo porqué armáis tanto jaleo si no pasó nada - habló Momoka - Por lo que se ve Akane supo solucionarlo ella sola, no necesita "príncipes que laven su honor" Kamui, has sido muy irresponsable.
- Nadie amenaza a una de mis compañeras - repuso el aludido.
- Claro, mira que listo Zenko - añadía con aspavientos Genki - Amenazar a una chica ¡cobarde!
- Vamos a ver Genki, siéntate ¡silencio! ¿Cuándo sucedió eso?
- Ayer por la tarde - respondió Akane.
- ¿Por qué no lo has comunicado?
- Fue ayer por la tarde, el único profesor que había era Ebisu, el tutor de 3-1, iba a ser mi palabra contra la suya, además ya me había olvidado.
- ¿Estabas sola? ¿Nadie te ayudó?
- Esto es una tontería. No quise la ayuda de nadie, yo fui quien me metí en ese lío, yo solita, hablé de más y debía imaginarme como reaccionaría Zenko, así que solita supe salir.
- Zenko había dicho algo de mí - añadió Shibi.
- Shibi por favor, no fue por ti, Zenko es un bocazas y yo me pasé de lista y se mosqueó... Ya está bien, no comprendo tanto jaleo.
- Yo creo que deberíamos ir todos a ver a la directora - propuse levantándose Nowaki.
- ¡Nowaki siéntate y calla! Aunque Zenko sea un bocazas y se hiciera el machote ante Akane, eso no justifica la violencia, ni que os toméis la justicia por vuestra cuenta. Vamos, Shibi, Kamui, id al despacho y los
demás a callar.
Los dos chicos salieron del aula.
- Pero no es justo - se quejó Kenshi - él se lo merecía.
- Kenshi, la vida es así, tenéis que aprender a controlaros porque ahora ellos dos se llevarán una sanción por tomarse la justicia por su cuenta y Zenko se reirá en vuestra cara. Sois demasiado impulsivos, ellos han estropeado todo lo que ayer Akane había logrado, no caer en su juego. Os estáis ganando muchas amonestaciones y eso os va a perjudicar. Por cierto, Karura, no se te olvide ir luego tú también a ver a la directora, que también tienes algo pendiente.
- ¿Qué has hecho Karura? - preguntó Karasu.
- Nada importante. Ebisu que es algo exagerado.
- Solo le plantó la mono en el culo a Akira y reclamó su posesión - dijo con voz estruendosa Yuri.
En medio de las risas se oyó un golpe seco, era la cabeza de Akira, el chico la había dejado caer sobre la mesa.
- ¡Ala! Karura le ha tocado el culo a Akira ¡que bueno! - gritaba Nowaki.
- Por lo que se ve ayer Akira tuvo una tarde de lo mas movida - comentaba Karasu
- Akira ¿Y no hiciste nada para ayudar a Akane? - preguntó de pronto Genki.
Akira levantó la cabeza y abrió la boca pero no dijo nada porque la voz chillona de Yuri le silenció.
- Yuya y Tsuki le había secuestrado, no se enteró de nada con esas dos lobas intentando comérselo.
De nuevo el chico dejó caer la cabeza a plomo sobre el pupitre sonoramente.
- Bueno, vale ya - dijo el profesor - Con vosotros no hay manera de dar una hora entera y tú deja de golpearte que te vas a causar un derrame cerebral. Vamos, silencio, empezamos a la de tres.
Durante los cambios de clase Genki y Nowaki aprovechaban para agobiar a Akira con infinidad de preguntas a cada cual más surrealista. Por su parte, Momoka agobiaba a Kamui preocupada como estaba por la sanción que le habían puesto. Kenshi se acercaba a Akira y le observaba detenidamente. Kyojin se divertía muchísimo con la situación creada. Karasu y Suo discutían sobre quien ayudaría a Sumire a bajar las escaleras. Xu-Xu y Jisei cuchicheaban con Ryuko y Akane decidió hablar con Shibi y Kamui.
Primero se acercó a Kamui que estaba, como siempre, franqueado por Yuri y Momoka, muy serio con los codos apoyados en la mesa y las manos juntas delante de su boca, postura típica en él.
- Kamui - comenzó a decir - yo...
- No digas nada - interrumpió fríamente el chico - No haya nada que hablar.
- ¿Qué sanción te han puesto?
- Tres días de expulsión - contestó Momoka - como a Shibi, pero no se tendrá en cuenta para lo de la obra.
- ¡No es justo! - Chilló Yuri - ¿Te das cuenta?
- Ella no me pidió que lo hiciera - repuso Kamui sin ningún énfasis.
- ¡Nadie le hecha las culpas a ella! - repuso Yuri.
- Lo hubiera hecho por cualquiera, no soporto a los bravucones.
- Es que Kamui es todo un héroe - comentaba Momoka con voz ñoña.
- Pero no vuelvas a... - Akane iba a decir que no se metiera en sus asuntos pero los ojos verdes de Momoka le parecían un encanto mirando embobada a su "héroe" - Ha sido un detalle bonito, pero esos no merecen la molestia - terminó.
Akane se alejó con la sensación de haber echo el tonto. Se acercó a Shibi que, hablaba con Kenshi.
- Si tanto te preocupa habla con él - le decía
- ¡Ah! No me entiendes, no me entiendes, claro, a ti me gustaría verte en mi situación.
Y enfuruñado Kenshi volvía a su asiento.
- Rabieta de cachorro - aclaró Shibi.
- ¿Estás bien?
- Perdóname Akane, no quería que te enterases.
- Supongo que ha sido culpa mía, si te lo hubiese contado lo habrías comprendido.
Akane estaba delante del pupitre de Shibi, éste se levantó y apoyó sus manos en él bajando la cabeza hasta ponerla a la altura de la chica.
- Akane, tú eres mi amiga, más que eso, eres como mi hermana ¿Cómo crees que me sentí al saber que te había amenazado?
- ¿Ves? Sabía que lo ibas a exagerar todo.
- Supongo que lo saqué todo de contexto pero ya sabes lo mal que nos llevamos Zenko y yo.
- ¿Qué días son los de la sanción?
- Miércoles, Jueves y Viernes de la semana que viene ¿Me llevarás los deberes?
- ¡Akane, Akane! - Kenshi se acercó algo intranquilo - Tú me puedes ayudar.
- ¿Qué te pasa?
- Ayer, en el ascensor... entre tú y Akira ¿no intentó nada?
- Pero ¿qué iba a intentar? ¿Tú crees que estábamos para "intentos"?
- Jo, que desilusión, eras mi última esperanza.
Kenshi se fue muy desanimado a su asiento.
- ¿Todavía está con lo mismo?
- Cree que Akira se ha enamorado de él.
- Pues dile que hable con Akira y deje las cosas claras, no vaya a ser que Akira se ilusione - reía Akane.
Kenshi estuvo todo el día huyendo de Akira, tampoco es que éste pusiera mucho empeño en hablar con él, pensó que aquello era una tontería y que, siendo Kenshi como era, pronto lo olvidaría, su mente era muy simple, cualquier suceso nuevo ocuparía todo su cerebro y desterraría los anteriores.
Al terminar las clases, las chicas, alteradas como estaban por la cita de Akane, dijeron que querían estar sin chicos y se apartaron de ellos. Allí quedaron Kyojin, Akira, Shibi y Kenshi. Comenzaron la vuelta a casa
en silencio, para Kenshi eso era algo insoportable, de cuando en cuando miraba con desconfianza a Akira.
- Bueno - gritó al fin - ¿Es que nadie va a decir nada?
- ¿Tu no tienes nada que decir, Kenshi? - habló Shibi
- Pues no, no tengo ganas de decir nada...bueno si, que no me gusta que nos hayan dejado las chicas, porque a mí me gustan las chicas, me gustan mucho las chicas.
- ¿Alguna preferencia? - preguntó Kyojin
- No, bueno si, que sea una chica, que tenga lo que tienen las chicas, ya me entendéis - miró fijamente a Akira.
- ¿Tetas? - repuso éste.
- Pues mira sí, entre otras cosas.
- Déjalo ya Kenshi - dijo Shibi.
- ¿Por qué? Somos tíos ¿no? Y adolescentes, se supone que tenemos que hablar de eso, de tías y tetas.
- Se supone que es lo que hace cualquier adolescente - añadió Kyojin divertido.
- Claro que si, tú me entiendes. Dime ¿a ti como te gustan?
- ¿Las tías o sus melones? - inquirió Akira con gesto aburrido
- En general, tío, en general ¿Qué te gusta de una chica, Akira?
- Yo sé que clase de chicas le gustas a Akira - afirmó Kyojin.
Akira le miró con desconfianza, esperaba que no se le ocurriese decir lo que sospechaba que iba a decir.
- Aunque él sea un vago - continuaba Kyojin - y un desmotivado, le encantan las chicas pasionales que ponen todo su corazón en lo que hacen.
Akira seguía mirándole, cambiando la desconfianza por asombro, realmente Kyojin le conocía muy bien.
- Le gustan las chicas tenaces y hasta cabezotas - seguía su amigo - Para Akira todo es un rollo, por eso le gustan las chicas que toman la iniciativa.
- ¿Cómo Yuri? - dijo Kenshi.
- Que tomen la iniciativa no quiere decir que le manden, Yuri es demasiado dominante para él.
- Es la dualidad del Yin y el Yang - intervino Shibi - en el fondo todos lo hacemos, buscamos alguien opuesto a nosotros que a la vez nos complemente.
- Ya... - Kenshi movía la cabeza con gesto de no comprender nada - pero yo me refiero a físicamente.
- En la vida - continuó Shibi - la atracción física no es lo único, aunque es lo primero en lo que te fijas.
- Pues eso quiero saber ¿En que os fijáis? ¿En la cara? ¿En el cuerpo? Yo me fijo así, en conjunto.
- Vamos, que estén buenas - explicó Shibi.
- ¿Y que tiene de malo? Soy un chico al que le gustan las tías buenas ¿a vosotros no?
- Tú tienes las hormonas muy revolucionadas - intervino Akira - Pero mira, ya hemos comprendido que eres un chico muy machote al que le gustan las chicas.
- ¿Y a ti que te pasa? ¿Te da miedo decir que te gusta de una chica?
- Empieza tú, dinos quien te gusta.
- A mi me parece que Hikari, la amiga de Kamui está buenísima.
- Creí que Xu-Xu te parecía preciosa - dijo Shibi.
- Eso no quita para que piensa que Hikari está que cruje.
- A mi me gusta Ryuko - habló Kyojin.
- Eso ya lo sabemos, yo digo a que la veas y digas ¡guau!
- Pues eso, Ryuko, yo soy así de simple, además ¿Por qué no puede ser ella?
- No, nada, nada, si Ryuko tiene una cara preciosa ¿Y tú Shibi?
- Pues me gustan las piernas de Karura y también me llama la atención Nanao, ya se, no digas nada, es una profesora, solo digo que creo que es guapa, no que esté enamorado, no me la líes, cachorro loco.
- Si no digo nada ¿Y tú, Aki?
- Pues... creo que Himeko es muy guapa.
- ¡Eh! ¡A Himeko ni tocarla! No estropees la pureza de Himeko con tus sucios pensamientos.
- ¡Qué pesado eres! Yo solo te he respondido, como ves, soy muy normal, como el 50% del instituto, pero el que me parezca guapa no quiere decir que me guste.
- Esa poesía que dijiste ayer ¿No pensarías en ella?
- Que pesado eres... no, te lo aseguro.
- ¿Y por qué me la dijiste a mi?
- ¡Y yo que sé! Por presumir, me pavoneaba delante de las chicas.
- ¿Quieres saber en quien pensaba? - preguntó Kyojin con malicia.
- Kyojin... no
- ¿Tú lo sabes? - preguntó Kenshi abriendo mucho los ojos.
- El no sabe nada - contestó Akira.
- Claro, pero es un secreto - le ignoró Kyojin.
- ¡Kyojin!
- Entonces ¿te gusta alguna chica? Pero eso no es nada malo ¿Quién te gusta?
- Todas... me gustan todas.
- Ya, anda dínoslo, somos amigos ¿no? ¿Es que no confías en nosotros? Dilo, prometo no decírselo a nadie.
- No me gusta nadie, son paranoias de Kyojin.
Kyojin se reía. Kenshi le obligó a pararse pasando el brazo por sus hombros. Akira siguió andando al lado de Shibi. Al instante oyeron las risas de Kyojin y Kenshi corriendo se situó delante de Akira, mirándole fijamente a los ojos.
- ¿Te gusta Akane? - gritó.
- Ya veo lo bien que guardas los secretos.
- Pero ¿Te gusta Akane?
- ¿Eso te ha dicho Kyojin?
- Pero ¿te gusta o no?
- Quita del medio.
- Le da vergüenza reconocerlo - dijo Kyojin.
- Ya hablaré contigo.
- Pero Aki, no hay nada malo en que te guste, la chica está muy bien, tiene una delantera de lujo.
- Nunca he dicho que me gustase.
- No - intervenía Kyojin - solo está colado por ella.
Akira suspiró, miró a sus amigos de hito en hito, Shibi no parecía reaccionar de ninguna manera, Kyojin continuaba riéndose y Kenshi le miraba expectante con una gran sonrisa de oreja a oreja. Esto era ridículo pero era consciente de que cuanto más lo negase menos convencería a ese chico.
- Vale pues si - dijo en voz alta - ¿Qué pasa? Pero por favor, no se lo digas a ella.
Kenshi sonreía ahora triunfante y aliviado.
- Claro, por eso dijiste esa poesía, era para ella.
- Lo que tú digas.
- ¿Por qué no quieres que ella lo sepa?
- ¿Te imaginas que se entera de que voy hablando por ahí de ella?
- ¡Ostras! Te mata fijo. Pero... ¿Por qué no le pides salir?
- Tenemos muchas cosas en contra.
- ¿Cómo qué?
- Como que me odia, por ejemplo.
- Bueno si, no parece loca por ti, la verdad, lo tienes bastante chungo.

domingo, 7 de febrero de 2010

11. Una confusión y un plan

Kenshi se levantó muy temprano, siempre lo hacía para poder sacar a pasear a Linda, su perrita, pero hoy era más temprano de lo habitual.
- ¡Maldito Akira! - gruñía dando puntapiés a cualquier cosa que veía.
Toda la culpa la tenía Akira. Por su culpa se había pasado la noche teniendo pesadillas.
La tarde anterior, él, Xu-Xu, Sumire, Jisei y Shibi quedaron para dar una vuelta, bueno, más o menos, porque dar una vuelta con Sumire y sus muletas era algo más que complicado. Jisei recibió una llamada, era Ryuko, estaba muy angustiada, ella, Kyojin, Akira y Akane habían ido al instituto a recoger no se qué cuando les pilló la tormenta. Por lo visto el ascensor se había estropeado con Akira y Akane dentro. A Jisei le dio un ataque de risa, aquella situación le parecía divertida, claro, que, pensando en como se llevaban esos dos, empezaron a barajar la posibilidad de que, al día siguiente tuvieran que visitarle en el hospital. Sea como fuera, Ryuko y Kyojin estaban solos en el instituto y la pobre chica se sentía angustiada, no sabían que hacer, pensaron en llamar a algún profesor pero no encontraban los teléfonos, por eso llamaban a Jisei, a ver si ella podía ayudar. Fue todo un caos, Xu-Xu llamó a Himeko, segura de que ella tendría el teléfono de Akemi, ya que era su profesora particular, pero no lo cogía, así que llamó a Momoka, esta no tenía ninguno pero sabía que Nowaki o Kamui tendrían el de Sigure y dijo que ella se ocuparía. Todo ese jaleo no hacía falta porque Akira y Akane habían pulsado el botón de emergencia y el servicio técnico cogió el aviso, pero daba igual, allí todo el mundo se movilizó, en el fondo les encantaban esos jaleos.
Como tardaban más de lo que pensaban en arreglar el ascensor, Jisei comenzó a ponerse nerviosa, y Sumire se empeñó en ir a la puerta del instituto a esperarlos. Y allí que fueron.
Cuando por fin salieron, después de preguntarles miles de veces que habían hecho allí dentro y escuchar a Akane contando que, aunque resultase increíble tenía que reconocer que Akira había sido todo un héroe, que aguantó su ataque de ansiedad y lo mal que ella lo pasó, con aquel calor, que al final le produjo una lipotimia, por fin decidieron irse de allí.
- Ya es tarde - dijo Akira estirándose - yo me voy por el parque, tengo ganas de pasear y respirar algo de aire puro.
- Te acompaño - dijo Kyojin y era extraño que no dijese que se iba con Ryuko - Nos vemos mañana - dirigió una sonrisa cómplice a la chica.
- Hasta mañana - respondió Ryuko
Ambos se giraron y empezaron a andar, Akira con sus manos en los bolsillos, Kyojin decidió abrir una bolsa de cacahuetes.
- ¡Eh, Akira! - le llamó Akane, el chico se detuvo y giró la cabeza - Yo también se algo, mira: "Sabe si alguna vez tus labios rojos
Quema invisible atmósfera abrasada,
Akira se giró un poco más y continuó con voz suave y dulzona al unísono de la chica
... que el alma que sabe hablar con los ojos
También puede besar con la mirada"
- Bécquer - añadió sonriendo débilmente - Otra de sus rimas. Curioso.
- ¡Eh, figura! - gritó Kenshi - a eso también se jugar yo.
"Por una mirada, un mundo...- la voz de Kenshi sonaba pomposa y más chillona que nunca - Por una... sonrisa, un… ¿mar?..."
Akira se acercó a él y le puso la mano en la barbilla, obligándole a mirarle. Clavó sus ojos en los de Kenshi, y volvió, a recitar con acento meloso.
- "Por una mirada, un mundo.
Por una sonrisa, un cielo.
Por un beso...
¡Yo no se que te diera por un beso!" Se hace así, Kenshi.
- ¿Pero que haces? - Gritó despavorido Kenshi separándose de él - ¡A mí no me toques!
Akira volvió a girarse y levantó la mano en gesto de despedida.
- Eso, huye, huye cobarde.
- Vamos Kenshi - le dijo Shibi, el único que permanecía allí con él, porque las chicas se habían comenzado a andar - Que te quedas atrás.
- Pero ¿Habéis visto?
- Oye, ese era Akira ¿no? - preguntaba asombrada Xu-Xu.
- El mismo - respondía Akane - Es bueno recitando.
- Es que normalmente él habla así como "que aburrimiento, menudo rollo y eso" y ahora sonaba como un galán de cine.
- ¿Pero habéis visto? - seguía gruñendo Kenshi - Tu no le mires más Xu-Xu que ese es un pervertido peligroso, uno de los peores, que va lanzando besos con los ojos"

Kenshi andaba sin rumbo, dónde sus pasos quisieran llevarle, hasta que se dio cuenta de que había terminado frente a la casa de Shibi. Se quedó parado pensando si aquello era cosa del destino o solo de la costumbre. Un hombre, que parecía una copia de Shibi pero madura, salía en esos momentos.
- Hombre Kenshi - dijo casi sin mostrar ninguna expresión, en eso también se parecía a Shibi - ¿Cómo tú por aquí a estas horas?
- Buenos días señor Kamizuru, estaba paseando a Linda.
El perrita ladró y correteó alrededor del hombre.
-¿Shibi está despierto?
- Si, todos están despiertos.
- Bien.
- No te entretengas mucho o llegarás tarde al instituto ¡Hasta luego!
- ¡Hasta luego!
La casa de Shibi era muy ruidosa, éste tenía muchos hermanos, Kenshi no recordaba cuantos, a lo mejor no eran tantos pero como no paraban de moverse por toda la casa y se parecía mucho entre sí a Kenshi le parecía decenas.
- Esto parece un hormiguero ¿Eh Linda? ¿Linda?
Linda estaba siendo llevada de mano en mano, la achuchaban, la acariciaban y hasta le tiraban de las orejas y el rabo.
- ¡Eh! ¡Dejadla!... ven Linda.
Kenshi la arrancó de unos brazos a pesar de las protestas de los niños.
- ¿Qué sucede Kenshi? - preguntó Shibi al verle.
- No, nada, solo pasaba por aquí ¿Necesitas ayuda? - A Kenshi siempre le daba la impresión de que Shibi necesitaba ayuda.
- Está todo controlado.
- No... me parecía. Oye Shibi ¿Podemos ir juntos al instituto? Es que... quiero hablar contigo... ¿eh?
- Vale, luego voy a buscarte.
- ¿Luego? ¿Por qué luego?
- ¿Vas a ir al instituto sin cartera y con Linda?
- ¡Mierda! Es verdad, vale, ve a buscarme ¿Eh? Vamos Linda.

- ¡Sumire! - gritaba su madre - ¡Vas a llegar tarde!
- Todavía hay tiempo.
- Recuerda que estás coja y caminas muy despacio ¿Qué haces? - dijo asomándose a su habitación y verla rebuscar entre las cajas de la mudanza que todavía no había colocado.
- Busco mi cámara de fotos
- La cámara está en el despacho de tu padre.
- No, la digital no, la mía.
- ¿Y para qué quieres ahora esa cámara?
- Para hacer fotos, mamá.
- ¿Y no puedes coger la otra?
- No, quiero hacer un álbum con los recuerdos de éste curso y quiero hacerlo lo más personal posible.
- ¿Y tiene que ser ahora?
- Jo, quiero empezar esta tarde, en los ensayos "Recuerdos de una obra de teatro" lo voy a llamar ¿a que suena bien?
- Anda vete ya, yo te la buscaré.
- Luego voy a ver si hay club de fotografía, me gustaría hacer una exposición y...
- Vale, vale, pero vete ya.
- Tu me la buscas ¿eh?
- Que si... Lárgate.
Al salir de su casa Sumire encontró a Xu-Xu esperándola. Sumire andaba torpemente, después de la caída por las escaleras que le produjo el esguince en el tobillo, le habían puesto una escandalosa venda, era complicado moverse con las muletas y la cartera, ese vendaje le estaba amargando la vida... y aún le quedaban un par de semanas por delante.
- Buenos días Xu-Xu ¡que buena eres por acompañarme!
- Buenos días, anda trae tu cartera.
- Yo sola no podría.
- No es nada, a nosotras nos gustan estas cosas de ayudar, venga, vamos despacito.
- ¿Y las demás?
- Pues mira, Jisei y Ryuko vienen por allí, Akane vive más para allá, nos esperará.
Jisei miraba a Ryuko realmente incrédula.
- ¿Qué vas a salir con Kyojin?
Ryuko asentía con la cabeza.
- Bueno, si no cambia de idea.
- ¿Y como es eso? Ya estás empezando a largar.
- Pero si no es nada.
- ¿Te lo ha pedido él?
- No... es que... verás... ayer, claro, pasamos un buen rato a solas esperando que fueran a arreglar el ascensor y... hablamos de muchas cosas y...
- Mira que eres pillina y que calladito te lo tenías, así teníais ese aura tan feliz ¿Qué pasó? ¿Sellasteis la cita con un besito?
- ¡Ah, Jisei! ¡No me dejas contártelo! Que no es eso, que no es una cita
- ¿Entonces qué es? ¿Una no-cita?
- Mira, vamos a coger a esas dos y ahora os lo cuento.
Apresuraron el paso hasta alcanzar a Sumire y Xu-Xu. Después de saludarse, Jisei continuó con lo que le interesaba.
- A ver Ryuko ¿Cómo te pidió salir Kyojin? Desembucha.
- ¿Kyojin te ha pedido salir? - casi gritó Xu-Xu
- ¿No me digas? - Exclamó Sumire - ¡Que ilusión! Cuenta, cuenta.
- Que no, que no es eso.
- Ya estás tardando en contarlo - añadía impaciente Xu-Xu.
- ¿Dónde vais a ir? ¿Qué te vas a poner? - interrogaba Sumire.
- Bueno vale - dijo Jisei - Estamos aturdiendo a la chica, va... Ryuko, empieza con el principio y no olvides los detalles.
- A ver, que no es una cita, y mira, no os voy a decir nada hasta que no esté Akane, que si no me va a tocar contarlo... o no, mejor no le digáis nada a Akane.
- ¿Por qué?
- Es que Kyojin y yo hemos quedado para, digamos "espiar" a Akane y Kamui
- ¿Espiarlos? - Interrumpió Xu-Xu - ¡Que rastreros! ¡Me encanta!
- ¡Que buena idea! - Exclamó Sumire - Yo también quiero espiarles.
- ¿Y como se os ha ocurrido esa idea de peón caminero?
- Es que yo no quiero que salgan, me angustio mucho solo de pensarlo y se lo dije a Kyojin.
- O sea, que tuvisteis conversaciones íntimas y personales ¿eh? - inquirió Jisei.
- Bueno, me dijo que si supiéramos donde van a ir pues...
- Es la excusa más tonta que he visto en mi vida para pedir una cita a una chica - comentó Jisei.
- Pero funciona Jisei - añadió Xu-Xu - será una tontería pero funciona
- Claro - habló Sumire - Y como no es una "cita, cita" dijiste que sí y de paso cotilleas a ver que pasa con Kamui y Akane ¿no?
- El lo hizo para ver si así me sentía mejor, más tranquila.
- Que sí - decía Jisei - para tranquilizarte, lo que tú digas.
- Hombre - añadía Xu-Xu - el chico es amable... o un cotilla.
- Pues aunque sea para "vigilar" a Akane - intervenía Jisei - es una cita, no formal, pero una cita es quedar con un chico y tú has quedado con Kyojin y eso es una cita.
- ¿Y qué te vas a poner? - decía alterada Sumire - Te tienes que poner guapísima
- De momento no le digáis nada a Akane, va a pensar que estoy loca y me muero por saber lo que hace con Kamui. Yo se lo digo luego, a mi aire.
- Si, si, díselo tú, a ver como le explicas que quieres espiarla - dijo Jisei - Mira, allí está esperándonos.
Las cuatro chicas se acercaron a Akane entre risitas y cuchicheos. Las cinco emprendieron, despacio, el camino al instituto.

- ¡Maldito Akira! - Continuaba gruñendo Kenshi - Por su culpa he dormido fatal.
Shibi le miraba sin demostrar ninguna expresión.
- Me he pasado la noche soñando que me perseguía diciéndome poesías y lanzándose besos, creo que le odio.
- ¿Qué pasa? ¿Le lanzaba besos a alguna chica? ¿Himeko?... ¿Xu-Xu quizás?
- No, no me escuchas, me los lanzaba a mí ¡a mí! No me lo puedo quitar de la cabeza...
- No creo que a Akira le interese lanzarte besos precisamente a ti.
- Ha sido horrible, he tenido unas pesadillas espantosas pero ¿De qué va este tío? Oye Shibi, tú que eres mi amigo ¿tengo yo pinta de que me guste que un tío me diga poesías? ¡Ah! ¿Le gustaré a Akira? A lo mejor es culpa mía por ser simpático, a lo mejor es que ha pensado que me gusta.
- Kenshi, tranquilízate, tú no le gustas a Akira.
- ¿Tu crees? ¿Y si se ha enamorado de mí? ¿Y si siempre le he gustado y lo ha mantenido en secreto pero ayer creyó que yo... y ya no pudo mas y...?
- Estás muy acelerado. Créeme, tú no eres del tipo que le gusta.
- ¿No? ¿Y por qué no? ¿No soy lo suficientemente guapo para él?
- Verás, no quiero ofenderte pero te faltan algunas cualidades y te sobran otras.
- Oye que yo soy todo un hombre, a mi los tíos no me van ¿Debería hablar con él? Las cosas hay que dejarlas claras cuanto antes.
- No creo que haya nada que aclarar, cachorro loco.
- Pero, o sea que a mi me cae bien pero como amigo, solo como amigo.
- Por casualidad ¿Estás insinuando que Akira es homosexual?
- ¡Pero tú viste como me miraba!
- No te miraba a ti.
- ¿Qué no? Me cogió de la barbilla y me miró directamente a los ojos, profundamente, ahora me siento sucio y mancillado.
- Ni siquiera sabes lo que es esa palabra.
- Pero me miraba a mí.
- Pero pensaba en otra persona.
- ¿Y tú como lo sabes?
- Porque a Akira no le van los tíos y menos los escandalosos como tú.
- ¿Y cómo lo sabes? Va mucho con Kyojin.
- ¿Tú te imaginas a esos dos...?
Kenshi se paró y se llevó una mano al mentón. Puso cara de estar pensando, frunció el ceño y cerró los ojos apretándolos fuertemente.
- Ten cuidado, no te hagas daño.
Kenshi siguió en esa postura. Shibi vio que Kamui, acompañado de Momoka y Yuri estaban unos metros por delante de ellos.
- Voy a preguntarle algo a Yuri
- ¿A Yuri? ¿Crees que ella lo sabrá? ¡Claro, ellos dos salieron! Espérame
En realidad Shibi quería preguntarse algo a Yuri sobre la tarde anterior. Cuando volvían a casa Ryuko mencionó algo sobre Zenko, Yuri y Akane, fue algo muy leve porque disimuladamente Akane le hizo un gesto para que no siguiese, pero él se había dado cuenta, se percató de que algo había pasado con Zenko, al ver a Yuri lo recordó y pensó que quizás ella se lo contaría.
No hizo falta que preguntase nada, al acercarse oyó a la rubia hablar precisamente de Zenko. Permaneció unos pasos por detrás, hizo un gesto a Kenshi para que se callase y escuchó atentamente.
Yuri relataba con todo detalle todo lo que había pasado, naturalmente desde su punto de vista y recalcando el miedo que ella pasó, porque, ya se sabía Zenko era capaz de pegar a Akane y de paso a ella.
- ¿Le hizo algo a Akane? - preguntó secamente Kamui.
- No, no, solo fue la amenaza, el susto, ya sabes que Zenko es capaz de pegarla.
- Bien - dijo Kamui sin demostrar ninguna emoción - Id a clase, yo tengo algo que hacer.
Kamui se separó de las chicas y cambió el rumbo de sus pasos.
- ¡Hola Momoka, Yuri! - gritó Kenshi. ¿Qué tal?
Kenshi se adelantó cogiendo a las chicas. Shibi se quedó parado observando a Kamui. Kenshi comenzó una alegre conversación con las chicas sobre todo lo que había pasado la tarde anterior, ninguno se dio cuenta de que Shibi seguía los pasos de Kamui y es que Shibi siempre era silencioso y muy sigiloso, no era la primera vez que desaparecía sin que nadie se diera cuenta.
Kamui se acercó a un par de chicos, uno era muy alto, de pelo castaño claro, tenía, a pesar de su apariencia física un aspecto cohibido, como si quisiese parar desapercibido al contrario que el otro, que daba la impresión de estar muy seguro de sí mismo, este tenía el pelo de color rubio ceniza y unos ojos de color malva.
- Tenéis que hacerme un favor - fue lo único que dijo.
- ¿Qué tenemos que hacer? - preguntó el chico grande.
- Poca cosa, acompañarme.

Una vez que habían llegado al instituto, las cinco chicas miraban aquellas escaleras como al peor enemigo del mundo.
- ¿No me digas que ahora hay que subir esto? - dijo Xu-Xu.
- Necesitamos un voluntario - Akane echó un vistazo alrededor, justo entraba su voluntario - ¡Eh, Suo, Suo!
Suo se acercó a ellas, como siempre con su extraña sonrisa.
- ¿Qué tal Suo? - preguntó Akane con cierto tono malicioso.
- Bien, gracias ¿y vosotras?
- Bueno, no estamos mal, es que tenemos un problema, a ver si tú nos puedes ayudar.
- Claro.
- Verás, Sumire, ya lo ves, pobrecilla, está con muletas y claro, le cuesta subir las escaleras y nosotras querríamos subirla en brazos pero... claro, tendríamos que ser dos para...
Suo soltó su cartera y antes de que ninguna pudiese reaccionar ya había cargado a Sumire a su espalda. Ésta dio un pequeño gritito de asombro.
- Vamos - dijo el chico sin dejar de sonreír.
Akane recogió la cartera del chico.
- ¡Manipuladora! - susurraba Xu-Xu.
- Pero si el chico está encantado, mírale que energía.
- Eres mala - añadía Jisei.
- Si son tontos no es mi culpa, hay que saber aprovechar lo que la naturaleza nos ofrece. Y mañana... estoy pensando ¿Karasu no tiene moto?
- Miedo me das - decía Xu-Xu.
Al entrar en clase ya habían llegado la mayoría de sus compañeros, entre ellos. Kyojin y Akira que, apartado del grupo hablaba con Yuri.
Suo dejó que Sumire se bajara de su espalda.
- Muchas gracias Suo, eres muy amable y yo estoy muy apurada.
- Ha sido un placer - contestó el chico sonriendo.
- ¡Eh, eh, eh! - se acercó Karasu haciendo aspavientos - ¿Qué pasa aquí?
- Suo me ha ayudado a subir las escaleras, es muy amable.
- ¿Y por qué no me lo has dicho a mi? Yo también soy amable.
- Será porque no te hemos visto - contestó Jisei.
- Tranquilo Karasu - intervino Akane - Para ti tengo otro trabajito que te va a encantar.
Akira fruncía el ceño mientras Yuri, con gesto mimoso, se acercaba a él.
- Vamos Aki ¿tanto te cuesta?
- Te repito que no y no me sobes más... ¡no es no!
- Sabes que no te voy a poner en un apuro.
- ¿Qué no? ¿Sabes el daño que te está haciendo eso?
- No me está haciendo daño, al contrario, no sabes lo que me ayuda, no sé por qué te pones tan tonto, es solo un favor, Aki, por dios, sabes que te lo voy a pagar, no te pido que las robes, somos amigos ¡no me puedo creer que no seas capaz de hacerme ese favor!
- Yuri, estás perdiendo el control de todo esto y ya sabes lo que te puede pasar. Yuri, por favor, por favor - Akira la miraba suplicante - Recapacita, ahora estás bien.
- ¡No estoy bien! ¡Tú no sabes lo que estoy pasando! Akira, por favor, tú no me puedes fallar.
- ¡No! - Contestó tajante - No voy a ser tu cómplice.
- Si tú no me las consigues las compraré por Internet y entonces si que no estaré segura de la mierda que me vendan.
- Yuri, no me amenaces.
- Tú verás, piénsalo, pero lo necesito ya.
Yuri se marchó bastante enfadado. Akira resopló y se dirigió a su asiento.
- ¡Mujeres!- susurraba.
Antes de sentarse se encontró con Shibi, parado delante de él.
- Vengo huyendo del cachorro loco - dijo - Y es por tu culpa.
- ¿Por mi culpa?
- Es un pesado. Ahí está, tratando de demostrar al mundo que es un macho, machote. Tienes que hacer algo.
Akira volvió a fruncir el ceño.
- Ayer le recitaste un poema ¿lo recuerdas? Ahora piensa que te gusta.
Todos los que estaban alrededor y lo oyeron se echaron a reír, sobretodo Jisei y Kyojin.
- Será idiota... No era para él... bah, está loco.
- Pues está convencido de que eres un depravado que va detrás de chicos y chicas.
- Como tenías pocas - comentó Akane - te parió la abuela.
- No, si ya le noté yo algo azorado - dijo Jisei mientras continuaba riéndose - A lo mejor es que le gustó el poema.
- Dice que ha pasado toda la noche soñando contigo, le has traumatizado.
- ¡Maldito Kenshi! Vale, a ver si luego hablo con él.
- Será si consigues acercarte a él.
- ¡Menudo rollo!
- ¿Qué le vas a decir - intervino Jisei - que es un amor platónico e imposible?
- Lo mejor será - propuso Akane - que le diga que le gusta una chica... así tu hombría también quedará a salvo.
- ¡Claro! - Exclamó Sumire - Dile que pensabas en esa chica, que expresabas lo que sientes por ella dentro de tu corazón pero no te atreves a decirle.
- Que bonito te ha quedado - decía Ryuko.
- Es que veo muchas películas románticas.
- ¡Madre mía! - suspiró Akira.
- Pero tienes que tener cuidado de la chica que dices que te gusta - puntualizó Kyojin - Tiene que ser creíble, no puedes decir cualquiera. Si dices Himeko, tiene tendencia a protegerla, o Xu-Xu, quizás sea peor el remedio que la enfermedad.
- Tampoco puedes decir a Ryuko, Kenshi pensaría que eres un traidor - repuso Jisei
- Bueno, puede que valore mucho a Akira y le parezca apropiado para Himeko - terció Shibi.
- Entonces sería peor, seguro que querría hacer de "celestino" - continuó Kyojin - Tío, te veo saliendo con la princesa.
- Bueno - interrumpió Shibi - eso sería si Hizashi le da permiso, ya sabéis como es Hizashi.
- A no ser que también le parezca bien - dijo Akane - En ese caso, te veo casado con ella. Definitivamente no nombres a Himeko, puedes decir a Jisei.
- Si, claro - habló a mencionada - ¿Cómo va a pensar que se ha enamorado de mí? Anda y no digas sandeces.
- Es posible - continuaba Akane - Tú ten esa opción en cuenta, o puedes decir que quieres reconquistar a Karura o llegar al corazón de Yuri.
- ¡Bueno, vale ya! Me estáis aburriendo - se quejó Akira - Id a tomarle el pelo a otro.

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Nota: De nuevo las rimas que se recitan en éste capítulo han sido escritas por Gustavo Adolfo Becquer.