sábado, 27 de febrero de 2010

15. Lo complicado de las mujeres

Shibi caminaba con parsimonia hacia el lugar donde había quedado, no parecía demasiado entusiasmado, claro que, Shibi siempre tenía el mismo gesto: ninguno. Alzó la mirada y vio a Akira sentado frente a una pequeña mesa, bueno, más bien recostado, fumaba monótonamente y su mirada parecía perderse siguiendo el humo. Se acercó a él.
- Has llegado pronto - le dijo.
Akira alzó la vista.
- No tenía otra cosa que hacer.
Shibi movió una de las sillas y se sentó. Un camarero se le acercó y pidió un refresco.
- Hemos quedado en un sitio muy extraño - volvió a decir.
- Lo extraño es que hayamos quedado.
- Desde aquí se ve perfectamente la entrada a la exposición, que casualidad ¿no?
Akira chasqueó la lengua.
- No me seas pejiguero, fuiste tú quien lo dijo.
- Ya. Pensé que querrías ver como salían... me refiero a Kyojin y Ryuko, sé que estás intrigado.
- ¿Sabes otra cosa? Para ser un chico tan silencioso a veces eres muy mordaz.
- Verás, es que como no hablo, tengo tiempo de pensar.
- ¿Y has pensado que somos dos chicos jóvenes que están pasado la tarde de un domingo solos en una terraza, aburridos y tratando de curiosear la vida de los demás?
- Dicho así suena fatal.
- Somos unos perdedores, chaval.
- Supuse que estarías solo por eso te lo propuse, al fin y al cabo no eres mala compañía.
- Yo podía haberme ido con Yuri, ella me lo propuso.
- ¿Y por qué no lo has hecho?
- Francamente, ahora no lo sé, ella es más atractiva que tú. Creo que Akane tiene razón y soy un pusilánime después de todo.
- Por eso estás perdiendo puntos en la competición.
Akira arqueó una ceja, este Shibi y su manía de hablar con acertijos le intrigaba.
- Te recuerdo - añadió Shibi - que no hay premio para el segundo.
Akira se incorporó y apoyó los codos en la mesa, le peor de Shibi es que no se le podía mirar a los ojos, en fin, diría lo primero que pensó al oír eso, a lo mejor así se enteraba de lo que hablaba.
- Ya perdí una vez el primer premio ¿recuerdas? Me lo quitaste tú.
- Eso fue porque quizás te interesaban más los premios "de consolación".
- Creo que mejor será no seguir por ese camino. Y dime ¿Por qué hemos quedado precisamente aquí? ¿Te pone ver a Akane con otro chico?
- Lo que pasa es que las chicas van a venir por aquí.
- ¿Qué chicas?
- Jisei, Xu-Xu y Sumire, deben estar a punto de llegar ¿No se te ha ocurrido pensar que no van a poder con la curiosidad de venir a echar un vistazo?
- Y digo yo ¿Por qué no has quedado con ellas desde el principio?
- ¡Qué poco conoces a las chicas! A ellas les gusta hacer sus trapicheos a solas.
- ¡Ahg! - Volvió a recostarse - ¿Y por qué me has llamado? ¿Para no quedarte a solas con ellas?
- No, eso me da igual es por... mira, precisamente ahí vienen.
Shibi se levantó, las chicas le vieron sin problemas y se dirigieron a su lado.
- ¿Pero qué hacéis aquí, chicos? - habló muy alegre Sumire.
- Uy, uy, uy, Shibi y Akira los dos solitos tomando unas copas - dijo maliciosa Xu-Xu - ¿Hay que pensar mal?
- Que casualidad encontrarnos ¿no? - Comentó Sumire sentándose pesadamente y soltando las muletas - Malditas muletas, creí que no llegábamos ¿No habrán salido ya, no?
- No es casualidad - dijo Jisei - es que son tan cotillas como nosotros, solo que no lo reconocen.
- ¿Fueron puntuales los galanes? - preguntó Shibi mientras hacía un gesto al camarero para que atendiese a las chicas.
- Muy puntuales - respondió Xu-Xu - Kamui llegó prontísimo y estaba guapo, guapo, como un queso.
- Claro que Akane también iba muy aparente - añadió Sumire - Y Ryuko y Kyojin no se quedaban atrás.
- Tenías que haberla visto, Aki - dijo Xu-Xu con cierto soniquete.
Akira se limitó a mirar las chicas con su cara de aburrimiento, esto pasaba por la gracia de Kyojin, ya sabía él que traería cola.
Después de pedir lo que quería tomar, Sumire se acercó bastante a Akira y le miró fijamente a los ojos, parecía como querer leer los pensamientos del chico a través de ellos.
- ¿Qué? ¿Qué pasa? - preguntó el chico algo alarmado.
- Umh, no le veo nada raro.
- ¿Pero qué le pasa? ¿Se ha vuelto loca?
Sumire se separó un poco de él.
- Oye Aki, he oído decir que tú has salido con muchas chicas.
- Mejor no hagas caso de todo lo que oigas.
- Y dime ¿Qué se hace en la primera cita?
- ¿Qué?
- ¿Eres tonto o te lo haces? Qué nos cuentes que se hace en la primera cita.
- ¿Y por qué no se lo preguntas a Akane?
- ¡Pero qué dices! - Exclamó burlona Xu-Xu - nosotras somos muy discretas ¿Cómo le vamos a preguntar esas cosas?
- Estáis locas ¿lo sabíais?
- Cuenta - continuó Sumire - ¿Te enrollas con ellas en la primera cita o esperas a la segunda? ¿Intentas besarla? ¿Qué haces para besarla, te lanzas o se lo insinúas? A lo mejor no haces nada hasta que ella te lo propone o...
- Si quieres salimos un día y lo ves con tu ojos - propuso el chico sin demasiado entusiasmo.
- ¡No! - Cortó tajante Jisei - ¡No vas a salir con éste! ¡Ni lo pienses!
- ¿Tanto miedo doy?
- No te ofendas, pero no eres el chico apropiado para ella.
- ¿Creéis que Kamui intentará besar a Akane? - preguntó curiosa Sumire
- Pues le va a ir mal - intervino Shibi - A Akane no le gustan los besos.
- ¡Anda si es verdad! - Habló nerviosa Sumire - ¡Sí tú saliste con Akane! ¿Intentaste besarla?
- Sumire, por favor - intervino Jisei - eso no se pregunta.
- ¿Qué pasa? Que ya somos mayorcitos, que no tenemos 12 años para escandalizarlos por unos besitos.
- Un caballero nunca habla de sus citas con una dama - repuso Akira.
- Tranquilo que no voy a hablar.
- ¡Qué bonito! - Exclamó Sumire - Seguro que Akane guarda sus besos para cuando esté enamorada de verdad ¡Solo se los dará a su verdadero amor!
- Lo que pasa - dijo Akira - es que es una escrupulosa y le dan asco.
Todas las miradas se dirigieron a él.
- ¿Y tú como lo sabes? - preguntó Jisei con cierto aire de picardía.
- Porque lo ha dicho montones de veces, sus besos son pequeños y suaves de otra forma le dan asco... ¡qué poca memoria tenéis!
La mirada de Jisei se clavó literalmente en el chico, éste sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. Shibi se cruzó de brazos mientras le observaba "A ver como sales de ésta, genio" pensó.
- ¡Esto es una tragedia! - La exclamación de Sumire rompió aquel momento - Estaba pensando ¿Seré la única que no he besado a nadie? ¿Vosotras habéis besado a alguien?
- ¿Por qué no dejamos este tema? - propuso Jisei.
- Jo, pues es que me gustaría saber tantas cosas...
Sumire volvió a mirar a Akira que encendía otro cigarro.
- ¿No estás fumando mucho hoy? - preguntó sarcástica Jisei
- Mira - Akira le enseñó el cenicero con una solitaria colilla en él.
- ¿Por qué fumas, Aki? - preguntó Sumire
- Es un mal vicio que tengo.
- ¡Ah! - Gritó Sumire acercándose a él - ¡Ya lo sé! ¡Ya lo sé! ¡Jisei, ya lo sé!
- ¡Dios! - Se quejó Akira - ¿Pero qué te pasa hoy?
- Ya se lo del sueño, ya sé lo que significa.
- ¿Qué sueño? - preguntó Shibi.
- Uno que tuvo Jisei con Akira.
- Déjalo Sumire - suspiró Jisei
- ¿Jisei ha soñado conmigo?
- No te hagas ilusiones, solo salías en uno de mis sueños.
- Era un sueño premonitorio, seguro ¿vosotros sabíais que Jisei tiene sueños premonitorios?
- Cómo no lo vamos a saber siendo una bruja - declaró medio aburrido Akira.
- Pues yo sé lo que significa. Ya sé lo que Akira tiene por dentro que le quema, Akane dice que es mala conciencia pero no lo es, es humo - declaró triunfante.
Xu-Xu y Jisei rieron, Shibi y Akira las miraban asombrados.
- ¿A que es humo? ¿Qué no? Míralo, el humo está matándole por dentro.
- Vale Sumire... será el humo.
Un pitido les sobresaltó. Era un mensaje recibido en el móvil de Jisei.
- Es Ryuko, ya van a salir ¡Y van con ellos!
- ¡Ah! - Gritó Sumire - Vamos a acercarnos un poco más
- Desde aquí les veremos bien - dijo Jisei.
- Si, pero anda, vamos a acercarnos, a lo mejor podemos hablar con Ryuko, anda, porfa...
- Bueno, bueno, vamos Jisei.
Las tres chicas se levantaron.
- Ahora volvemos.
Shibi las observó mientras se marchaban.
- Están muy emocionadas, son un encanto.
- Son unas escandalosas.
Shibi se incorporó en su silla y la acercó un poco a Akira.
- Así que a Akane le dan asco los besos ¿Los suyos son pequeños y suaves?
- ¿Qué? ¿Me vas a decir que no lo sabías?
- Si, me lo dijo ella.
- ¿Y? Ya te dije que lo había oído.
Shibi sonrió, a Akira esa sonrisa casi le daba miedo.
- Akane nunca ha dicho eso en público, lo del asco sí, pero eso de explicar cómo son sus besos...
- ¿A no? ¿Estás seguro? ¿Entonces por qué lo sé?
- Dímelo tú.
Akira miró hacia la salida de la exposición.
- Mira, allí salen.
Shibi dirigió allí su mirada, efectivamente, desde ese lugar se les podía ver muy bien, veía a Kamui al lado de Akane hablando con ella y detrás Kyojin y Ryuko y también a Xu-Xu acercándose, parecía llamar a Ryuko, y un poco alejadas Sumire y Jisei. Akira desvió la vista hacia el lado contrario.
- ¡La leche! - se le escapó mientras se levantaba.
- ¿Qué? ¡Mierda!
- ¡Eh! - Gritó Yuri a pocos metros de ellos, al lado de Momoka - ¡Aki, cielo, que bien que te encuentro!
- Hola Shibi - saludó Momoka al acercarse - ¿Qué tal Akira?
- Hola - dijo Shibi levantándose para bloquear la vista a las chicas a la vez que miraba disimuladamente hacia donde todavía se veía a Kamui y Akane, además, ahora estaban solos, seguramente las otras habrían conseguido separar a Ryuko y Kyojin para curiosear un poco.
- ¿Qué hacéis aquí? - preguntó Akira
- ¿Nosotras? Pues hijo viendo cosas, paseando, tomar algo... pareces tonto - le recriminó Yuri - ¿Y vosotros, estáis solos?
- No, estamos con las chicas. Han ido al servicio, ya sabes que como sois, vais siempre en manada.
Momoka echó un vistazo a la mesa donde estaban los vasos, así era Momoka, nunca se le pasaba un detalle.
- ¿Y Kyojin?
- Está con Ryuko - aclaró Yuri - Luego te lo cuento ¿Y tú? ¿Has terminado el trabajo con Akane?
- ¡Ahg! Mas o menos...
- Si es que eres un desastre, bueno, nos vamos.
Yuri avanzó un paso precisamente hacia dónde estaba Kamui.
- ¿Dónde vas? - Akira se puso delante de ella.
- A seguir con lo nuestro, quita.
- Tomaos algo.
- No gracias, vamos Yuri.
En una fracción de segundo Shibi miró, sí, allí seguían, Akira miró a Shibi que torció los labios, luego miró a Momoka que giraba la vista también hacia ese lugar, tenía que conseguir llamar su atención...
- Yuri, espera.
Y sin más se acercó a Yuri cogiéndola de la cintura y antes de que ésta pudiera reaccionar tapó los labios de la chica con los suyos en lo que parecía un efusivo beso. La chica, sorprendida dejó caer su bolso. Momoka, paralizada miraba el espectáculo entre incrédula y asqueada, Yuri puso sus manos en los hombros de su amigo y trató de zafarse del beso pero este parecía apretar el abrazo cada vez más. Momoka dejó su bolso en una silla justo en el momento en el que la falta de aire hizo que Akira soltase a Yuri, ésta estaba roja de indignación.
- ¡Maldito cerdo! - gritó casi sin respiración y levantó la mano sin duda para golpearle, esto parecía esperarlo Akira porque esquivó el guantazo, lo que no esquivó fue un tremendo directo de Momoka que se estrelló en u boca.
- ¡Pervertido asqueroso! - gritaba mientras su puño impactaba en su objetivo - ¿Te has vuelto loco?
El golpe hizo que Akira perdiese el equilibrio, dio un paso hacia atrás, tropezó con la pata de una silla y terminó sentado en el suelo, tirando la silla y de paso la mesa llena de vasos.
- Desde luego, si era lo que querías - continuaba gritando Yuri - ¿Por qué no saliste cuando te lo pedí?
- ¡Todos los chicos sois unos salidos! ¡Vámonos Yuri!
Akira miró a Shibi, éste ya no tenía gesto ninguno, eso quería decir que ya no había peligro. Las dos chicas recogieron sus bolsos y bastante furiosas se marcharon por donde habían venido. Shibi se inclinó ofreciéndole su mano al dolorido Akira, este se incorporó agarrándose a él.
- ¿Qué tipo de estrategia es ésta, genio?
- La de aquí te pillo, aquí me matan.
Akira sentía algo húmedo en sus labios, se llevó un par de dedos, le escocía, se los miró, sí, eso era sangre.
Un camarero acudió a levantar la mesa y recoger el destrozo que se había formado. La gente alrededor miraba con curiosidad.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó Xu-Xu muy alarmada al ver aquel alboroto.
- El huracán Momoka - contestó Shibi.
- ¡Dios mío, si tienes sangre! - gritó Sumire.
- Y el orgullo por los suelos - respondió Akira.
- ¿Pero qué habéis hecho? - decía Jisei.
- Trae - Sumire sacó un pañuelo de papel y presionó en la herida - ¿Te duele?
- Pero vamos a ver - decía Xu-Xu - ¿Le has pegado tú, Shibi?
- No.
- Mira que sois desastre ¿Por qué os habéis peleado? - insistía Xu-Xu - Os dejamos unos minutos y mira la que armáis.
- No nos hemos peleado - contestaba Shibi - Ha sido cosa del genio.
- A ver - habló Jisei - ¿Qué ha pasado?
- Que han aparecido Yuri y Momoka - explicó Shibi.
- ¿Las dos? ¿Qué hacían aquí? - inquirió Jisei.
- Pasando la tarde, esto es un centro comercial - dijo Akira con desgana - Y tuvieron que aparecer en el momento menos oportuno, justo cuando estaban a las puertas la parejita.
- ¿Y? - dijo Sumire - Estate quieto Aki que te limpie.
- El genio ha hecho una maniobra de distracción a lo loco.
- Ha sido todo tan rápido que ni lo he pensado ¡Ay! - se quejó cuando Sumire le restregó el pañuelo contra el labio.
- Pues eso es raro en ti - añadió Jisei - ¿Qué hiciste?
- Tenía que distraerlas para que no miraran ¡Ay! Déjalo ya, te lo agradezco pero déjame a mí... No pensé lo que hacía, fue como un reflejo... ¡yo que sé!
- Le dio un morreo a Yuri.
- ¿Qué? - gritó Xu-Xu.
- ¿Besaste a Yuri así por qué sí? - también gritó Jisei.
- O eso, o quería saber cuánto aguantaba la respiración - añadió Shibi.
- ¿Te has vuelto loco? - volvía a gritar Xu-Xu.
- ¿Pero como hiciste algo tan tonto? - Interrogaba Jisei - Perdona Akira pero eso no es propio de ti. Siendo como eres ¿No pensaste que te iba a pegar?
- Si lo pensé y evité su golpe, el que no evité fue el de Momoka.
- ¿Te pegó Momoka? - esta vez gritó Sumire.
- ¡Y no sabes cómo pega!
- Desde luego Aki - añadió Jisei - Estás perdiendo facultades.
- Claro - dijo Sumire - Tanto hablar de besos los tenía metidos dentro de su mente.
- Pero conseguí distraerlas.
- A ellas y a los que están alrededor.
- Jo - se quejó Sumire - ¡Y yo me lo he perdido!
- Podías haberle dicho que tenía la ropa sucia o que se le había corrido el maquillaje, habría salido corriendo a buscar un espejo - explicó Xu-Xu.
- Vale ya, dejarme.
- ¿Y ha sido un beso bonito? - Insistía Sumire - Jo, me hubiera gustado verlo.
- Hombre - reflexionó Shibi como siempre sin inmutarse - Yo diría que más que besarla lo que quería era extraerle las anginas.
- ¡Qué asco, Aki por dios! - Jisei hizo un gesto de repulsa.
- Sí, tú arréglalo. Bueno mira, yo me voy, supongo que ahora os traerán otra ronda, yo pago la anterior.
- ¿Te vas? - dijo sonriendo Jisei - ¿No te interesa saber lo que ha dicho Ryuko?
- Ha dicho que Kamui está muy amable - contestó Sumire sin dejarle decir una palabra.
- Y le ha comprado bombones a Akane - añadió con bastante malicia Jisei.
- ¿Bombones? - preguntó alarmado Akira.
- Una gran bolsa. Y ya sabéis como se pone Akane con el chocolate.
Shibi y Akira se miraron y se sonrieron.
- Espero que esa loca sepa controlarse - comentó Akira - Yo me voy, me voy a meter en la cama hasta mañana.
- ¿Vas a soñar con Yuri? - preguntó mirándole curiosa Sumire.
- Mas bien con el puño de Momoka. ¡Hasta mañana!
- Espera un momento - le paró Shibi - Solo una pequeña pregunta ¿Lo has hecho por Yuri, por Momoka, para evitarles el palo, por ayudar a Kamui o porque no odiaran a Akane?
- Por imbécil, lo he hecho por imbécil.
- Para no importarte te tomas muchas molestias.
- Vale ¡Hasta mañana Kamizuru!
- ¡Qué bonito! - suspiró Sumire viendo alejarse a su compañero - ¿Por qué lo habrá hecho? Es igual, es bonito.
- E impropio de él - añadió Xu-Xu - Más bien parece típico de Nowaki, o de Genki.
- El corazón tiene razones que el cerebro no entiende - comentó Jisei.
- ¡Oh, qué bonito! ¿Qué quieres decir Jisei?
- Bueno, yo también me voy - dijo Shibi levantándose - Os dejo solas para que cotilleéis a gusto.
- Espera y tómate algo, mira si te lo traen - propuso Xu-Xu - Anda, siéntate, tampoco tengas tanta prisa.
- Oye Shibi ¿Por qué estabais aquí? - inquirió Jisei.
- Curiosidad.
- ¿Por Kamui?
- No, solo curiosidad.
Akira salía del los servicios, había estado lavándose un poco la cara. La herida no era muy grande, ni profunda pero sí bastante molesta, notaba el labio hinchado y sentía como tiraba de la piel cuando movía la boca.
- Tsick, menudo rollo - decía tocándose el labio.
Esto le recordaba a Yuri lo cual le llevaba a recordar la conversación que había tenido sobre las pastillas. Aquello sí que era problemático ¿Qué hacía? Había dejado muy claro que no le conseguiría esas pastillas, era lo que tenía que hacer, no podía ser cómplice en ese atentado contra su propia persona pero... no podía dejar de darles vueltas... si no se las daba él, seguramente Yuri las intentaría conseguir por otro sitio y eso le preocupaba porque ¿Qué porquería le venderían? Yuri era muy inconsciente, nunca pensaba lo que hacía, siempre actuaba a lo loco, dejándose llevar por sus impulsos. Si él le conseguía las pastillas al menos podía estar seguro de darle unas lo más inocuas posible, quizás así la chica se quedaría contenta porque si no... lo mismo le daba otra vez por no comer... ¡Dios, que complicado era todo! ¿Accedía a su chantaje? ¿Pero qué garantías tenía de que se conformase con lo que él le diese? ¿No le pediría cada vez más? ¿Y si no lo hacía y luego se enteraba que había comprado otras vete tú a saber dónde? ¿Y si, por tener esas pastillas decidía dejar de comer o provocarse el vómito? No sería la primera vez. Nadie mejor que Akira sabía las locuras que Yuri podría llegar a hacer cuando le entraba la manía de adelgazar.
Aquello le estaba empezando a producir un gran dolor de cabeza. Salió por la parte de atrás. Allí había poca gente, más bien era una zona de aparcamiento. Se abrieron las puertas de un coche y dos personas bajaron de él, Akira caminaba lentamente, iba a pasar al lado de una de esas personas cuando se paró de golpe sin creer lo que veía.
- Karura - dijo a pocos metros de ella, mirándola asombrado.
Karura le devolvió la misma mirada asombrada y algo apurada.
- ¿Akira? Esto...
Akira miró a su acompañante, aquello era lo que le sorprendía. Cerrando la puerta un hombre joven y atractivo sonreía socarronamente. No le extrañaba que Karura estuviera con un hombre, lo que le extrañaba era quien era éste.
- Fuma Kaguya - murmuró.
- Verás Akira, deja que te explique.
- No tienes nada que explicarle - habló Fuma - A no ser que este crio sea algo importante para ti y tengas que darle explicaciones de tu vida.
- El es mi amigo y quiero explicárselo.
- No... - balbuceó Akira - Tiene razón. No tienes que explicarme nada.
- Anda vamos, nos estarán esperando - Fuma habló mirando a Akira.
- Esto, Akira, mañana hablamos ¿vale?
- Ten cuidado - susurró cuando Karura pasó a su lado.
Akira se había quedado congelado. Sabía que algo raro había en Karura y esa persona con la que mantenía una especie de relación, lo que no imaginaba es que esa persona fuera Fuma Kaguya, el hermano de Kamui, del que nadie contaba nada bueno, del que decían que pertenecía a una organización poderosa con secretas actividades pero que se sospechaba tenía mucha influencia en las altas esferas. Sea por lo que fuera, Fuma no era muy bien recibido, quizás estaban muy influenciados por Kamui y su tema personal, o por Nowaki o Momoka que, ya se sabía, si Kamui odiaba a su hermano ellos también... Sea por lo que fuese, Fuma no daba ninguna confianza a Akira y ahora comprendía por qué Karura lo mantenía tanto en secreto.
Miró como se caminaban, Fuma rodeó la cintura de Karura, ésta se giró y le dirigió una última mirada acompañada con una sonrisa. Akira suspiró... desde luego que hoy no era su día, pero ya no podía pasarle más cosas desastrosas... o quizás sí, lo mejor sería irse para casa, darse un buen baño, relajarse y tratar de mantener la mente en blanco... Eso iba a ser difícil.
Estaba claro que Jisei tenía razón, el universo estaba regido por un gran bromista, "el bromista cósmico" lo llama ella, "algo" que se divierte riéndose de nosotros, gastándonos pesadas bromas, poniendo obstáculos en nuestra vida y dedicándose a destrozar nuestros sueños... Y el bromista cósmico ahora se entretenía amargando la vida de Akira. No tenía bastante con preocuparse por Yuri y su anorexia, ahora veía a Karura con Fuma... las mujeres eran todas difíciles y complicadas y que no venga nadie a decirle que no.
Le molestaba pensar en Yuri y en su anorexia, Yuri era amiga suya de toda la vida, se habían criado prácticamente juntos, incluso su madre estaba empeñada en que algún día sería la esposa ideal para él, le tenía cariño, era como de la familia... Le molestaba pensar en Karura saliendo con aquel arrogante Kaguya, ella era una gran mujer, fuerte, orgullosa, segura de sí misma, le había enseñado a enfrentarse a sus sentimientos, le había estado a su lado cuando tuvo el corazón destrozado, era su amiga, una mujer fuerte y orgullosa ¿Cómo podía perder el control ante Fuma?... Pero lo que más le molestaba sin lugar a dudas era pensar en Akane, era algo que le hacía sentirse mal consigo mismo, eran unos pensamientos que no se alejaban de su mente... ¿por qué la idea de los ojos de Kamui mirándola mientras comía chocolate le producía tal incomodidad? Oh, si... las mujeres eran difíciles... muy difíciles.

0 comentarios: