sábado, 13 de febrero de 2010

12. Una reacción exagerada

Si algo molestaba a Akira era el saber que, en esos momentos, el cotilleo sobre que se habían quedado Akane y él encerrados en el ascensor, estaba recorriendo los pasillos del instituto. Iba a ser un día muy largo, seguro, lleno de preguntas y comentarios, eso era muy aburrido, además la gente tenía la costumbre de sacar conclusiones absurdas y descabelladas. Cuando Genki y Nowaki llegaron eufóricos y se acercaron a él, tuvo la confirmación.
- ¡Aki! - Gritaba Genki - ¡Te has convertido en el ídolo del instituto, la imagen a seguir por los adolescentes!
- ¿Por quedarme encerrado en un ascensor?
- Tu sabes porqué, pillín - dijo Nowaki dándole una palmada en la espalda
- ¡Maldito Nowaki! Mira que eres...
- Es mas - continuaba Genki - Eres el amo del instituto
- Que cosa tan absurda
- ¡Nowaki deja de decir tonterías! - decía Momoka mientras cogía al chico de una oreja y le llevaba hasta su mesa - Y tú, Genki ¡Siéntate ya!
- Vale Momoka, no te enfades ¿Ves? Ya me siento pero no me pegues ¿Eh?
Sonó el timbre que indicaba el comienzo de las clases y todos ocuparon sus asientos. Algunos se habían dado cuenta de que había sonado con retraso, ese era un hecho no habitual, como tampoco era habitual que el profesor de turno, Yotsuda, no llegara nada más sonar el timbre. Esperaron unos minutos comentando la tardanza del profesor. Hizashi se puso en pie.
- Parece que Yotsuda viene hoy con retraso, por favor, quedaos en vuestros asientos y mantener la compostura
- Vale Hizashi, gracias - dijo el profesor entrando. Este era un hombre enorme cuya sola presencia imponía respeto - Siento el retraso. Bien, buenos días chicos
Yotsuda se situó delante de la mesa del profesor.
- Antes de empezar y aunque me disgusta, tengo que pedir a Shibi Kamizuru que se levante
Shibi así lo hizo
- La directora te está esperando, ve a su despacho inmediatamente.
Un gran cuchicheo se extendió por el aula. Shibi se dirigió hacia la puerta.
- Espera ¿Sabes por qué te llama la directora?
- Si, si lo se
- Entonces ¿lo reconoces?
- Si
- ¿Qué has hecho Shibi? - preguntó gritando Nowaki
- He agredido verbalmente a Zenko
El cuchicheo aumentó.
- ¡Vale, silencio! Yo diría que ha sido algo más que verbalmente ¿No, Shibi?
Shibi le miró perplejo.
- Tiene un esguince en la muñeca. Tu actitud es intolerable
Kamui se levantó de su asiento.
- Yotsuda... señor
- Ahora no Kamui, estoy hablando con Shibi
- ¿A dicho Zenko que yo le he producido un esguince? - preguntó Shibi
- ¿Podrías decirnos porqué lo has hecho?
- Yo no le he hecho nada de eso. Solamente le cogí el brazo. Miente.
- Pues la enfermera no opina lo mismo.
- El esguince se lo he hecho yo - sentenció Kamui - Creo que deberá ir también a ver a la directora.
- ¿Tú? ¿Aseguras que el esguince se lo has hecho tú?
- Lo aseguro.
- ¡Silencio! Esto es muy serio. Zenko ha acusado a Shibi, no ha dicho nada de ti
- Es un cobarde y un rastrero.
- ¿Estás seguro de lo que dices?
- Esta mañana le pedí a unos alumnos de 3-1 que le llevaran a los servicios, aunque fuera con engaños, quería hablar con él, cuando estuvimos a solas, porque no había nadie más le amenacé, cogí su mano y se la retorcí por detrás de su espalda con mucha violencia, estaba enfadado y no supe controlarme, he sido yo, sin duda.
Yotsuda y los demás alumnos le miraban boquiabierta. Akane, se frotaba la frente y movía nerviosamente una pierna, estaba empezando a sospechar lo que había pasado.
- Yo - continuó Shibi - seguí a Kamui y le vi entrar al servicio detrás de Zenko. Esperé a que saliese y entré. Es verdad que le dije algunas palabras fuertes, incluso le agarré del brazo y le amenacé. Se que es una conducta intolerable y acepto mi castigo.
Hizo el gesto de marcharse hacia la puerta.
- ¡Quieto! O sea, que habéis sido los dos ¿Por qué habéis hecho algo así?
- Se lo merecía - contestó contundentemente Kamui - No me voy a justificar, iré a ver a la directora, además el muy cobarde ha acusado a Shibi, tampoco es una acción muy digna.
- No, tampoco y supongo que cuando la directora sepa la verdad y si es cierto lo que decís, actuará en consecuencia pero ¿Por qué? ¿No se os ha dicho que evitéis en lo posible esos ataques de ira?
- El empezó.
- Ya, claro, llevaba un cartel diciendo "te caigo mal, agrédeme"
- Fue por lo que pasó ayer ¿verdad? - Dijo Yuri levantándose - Yotsuda no es culpa de ellos, Zenko se lo buscó.
- ¿Qué pasó ayer?
- Esto... es que... - miraba temerosa a Kamui.
- Vamos, estoy esperando.
- Es que... Zenko se metió con Akane y la amenazó, es por eso ¿verdad? La culpa ha sido mía por contarlo... si me hubiese quedado callada no habría pasado nada y...
- Vale Yuri, siéntate. Akane... ¿te amenazó? - Akane se levantó pero evitaba mirar a Yotsuda a los ojos - Vamos Akane ¿te amenazó?
- No tuvo importancia, fue solo un comentario
- ¿Pero te amenazó? - Gritó Genki.
- ¡Maldito Zenko! - Gritó también Nowaki - ¡Has hecho muy bien en patearle la boca Kamui!
- No tuvo importancia - repitió Akane - fue una frase sin más, una de esas fanfarronadas que os gusta decir a los chicos.
- Amenazó a una chica - dijo Kamui - eso es imperdonable.
- ¡Di que sí! - añadió Nowaki - y yo porque no me había enterado que si no... yo...
- No entiendo porqué armáis tanto jaleo si no pasó nada - habló Momoka - Por lo que se ve Akane supo solucionarlo ella sola, no necesita "príncipes que laven su honor" Kamui, has sido muy irresponsable.
- Nadie amenaza a una de mis compañeras - repuso el aludido.
- Claro, mira que listo Zenko - añadía con aspavientos Genki - Amenazar a una chica ¡cobarde!
- Vamos a ver Genki, siéntate ¡silencio! ¿Cuándo sucedió eso?
- Ayer por la tarde - respondió Akane.
- ¿Por qué no lo has comunicado?
- Fue ayer por la tarde, el único profesor que había era Ebisu, el tutor de 3-1, iba a ser mi palabra contra la suya, además ya me había olvidado.
- ¿Estabas sola? ¿Nadie te ayudó?
- Esto es una tontería. No quise la ayuda de nadie, yo fui quien me metí en ese lío, yo solita, hablé de más y debía imaginarme como reaccionaría Zenko, así que solita supe salir.
- Zenko había dicho algo de mí - añadió Shibi.
- Shibi por favor, no fue por ti, Zenko es un bocazas y yo me pasé de lista y se mosqueó... Ya está bien, no comprendo tanto jaleo.
- Yo creo que deberíamos ir todos a ver a la directora - propuse levantándose Nowaki.
- ¡Nowaki siéntate y calla! Aunque Zenko sea un bocazas y se hiciera el machote ante Akane, eso no justifica la violencia, ni que os toméis la justicia por vuestra cuenta. Vamos, Shibi, Kamui, id al despacho y los
demás a callar.
Los dos chicos salieron del aula.
- Pero no es justo - se quejó Kenshi - él se lo merecía.
- Kenshi, la vida es así, tenéis que aprender a controlaros porque ahora ellos dos se llevarán una sanción por tomarse la justicia por su cuenta y Zenko se reirá en vuestra cara. Sois demasiado impulsivos, ellos han estropeado todo lo que ayer Akane había logrado, no caer en su juego. Os estáis ganando muchas amonestaciones y eso os va a perjudicar. Por cierto, Karura, no se te olvide ir luego tú también a ver a la directora, que también tienes algo pendiente.
- ¿Qué has hecho Karura? - preguntó Karasu.
- Nada importante. Ebisu que es algo exagerado.
- Solo le plantó la mono en el culo a Akira y reclamó su posesión - dijo con voz estruendosa Yuri.
En medio de las risas se oyó un golpe seco, era la cabeza de Akira, el chico la había dejado caer sobre la mesa.
- ¡Ala! Karura le ha tocado el culo a Akira ¡que bueno! - gritaba Nowaki.
- Por lo que se ve ayer Akira tuvo una tarde de lo mas movida - comentaba Karasu
- Akira ¿Y no hiciste nada para ayudar a Akane? - preguntó de pronto Genki.
Akira levantó la cabeza y abrió la boca pero no dijo nada porque la voz chillona de Yuri le silenció.
- Yuya y Tsuki le había secuestrado, no se enteró de nada con esas dos lobas intentando comérselo.
De nuevo el chico dejó caer la cabeza a plomo sobre el pupitre sonoramente.
- Bueno, vale ya - dijo el profesor - Con vosotros no hay manera de dar una hora entera y tú deja de golpearte que te vas a causar un derrame cerebral. Vamos, silencio, empezamos a la de tres.
Durante los cambios de clase Genki y Nowaki aprovechaban para agobiar a Akira con infinidad de preguntas a cada cual más surrealista. Por su parte, Momoka agobiaba a Kamui preocupada como estaba por la sanción que le habían puesto. Kenshi se acercaba a Akira y le observaba detenidamente. Kyojin se divertía muchísimo con la situación creada. Karasu y Suo discutían sobre quien ayudaría a Sumire a bajar las escaleras. Xu-Xu y Jisei cuchicheaban con Ryuko y Akane decidió hablar con Shibi y Kamui.
Primero se acercó a Kamui que estaba, como siempre, franqueado por Yuri y Momoka, muy serio con los codos apoyados en la mesa y las manos juntas delante de su boca, postura típica en él.
- Kamui - comenzó a decir - yo...
- No digas nada - interrumpió fríamente el chico - No haya nada que hablar.
- ¿Qué sanción te han puesto?
- Tres días de expulsión - contestó Momoka - como a Shibi, pero no se tendrá en cuenta para lo de la obra.
- ¡No es justo! - Chilló Yuri - ¿Te das cuenta?
- Ella no me pidió que lo hiciera - repuso Kamui sin ningún énfasis.
- ¡Nadie le hecha las culpas a ella! - repuso Yuri.
- Lo hubiera hecho por cualquiera, no soporto a los bravucones.
- Es que Kamui es todo un héroe - comentaba Momoka con voz ñoña.
- Pero no vuelvas a... - Akane iba a decir que no se metiera en sus asuntos pero los ojos verdes de Momoka le parecían un encanto mirando embobada a su "héroe" - Ha sido un detalle bonito, pero esos no merecen la molestia - terminó.
Akane se alejó con la sensación de haber echo el tonto. Se acercó a Shibi que, hablaba con Kenshi.
- Si tanto te preocupa habla con él - le decía
- ¡Ah! No me entiendes, no me entiendes, claro, a ti me gustaría verte en mi situación.
Y enfuruñado Kenshi volvía a su asiento.
- Rabieta de cachorro - aclaró Shibi.
- ¿Estás bien?
- Perdóname Akane, no quería que te enterases.
- Supongo que ha sido culpa mía, si te lo hubiese contado lo habrías comprendido.
Akane estaba delante del pupitre de Shibi, éste se levantó y apoyó sus manos en él bajando la cabeza hasta ponerla a la altura de la chica.
- Akane, tú eres mi amiga, más que eso, eres como mi hermana ¿Cómo crees que me sentí al saber que te había amenazado?
- ¿Ves? Sabía que lo ibas a exagerar todo.
- Supongo que lo saqué todo de contexto pero ya sabes lo mal que nos llevamos Zenko y yo.
- ¿Qué días son los de la sanción?
- Miércoles, Jueves y Viernes de la semana que viene ¿Me llevarás los deberes?
- ¡Akane, Akane! - Kenshi se acercó algo intranquilo - Tú me puedes ayudar.
- ¿Qué te pasa?
- Ayer, en el ascensor... entre tú y Akira ¿no intentó nada?
- Pero ¿qué iba a intentar? ¿Tú crees que estábamos para "intentos"?
- Jo, que desilusión, eras mi última esperanza.
Kenshi se fue muy desanimado a su asiento.
- ¿Todavía está con lo mismo?
- Cree que Akira se ha enamorado de él.
- Pues dile que hable con Akira y deje las cosas claras, no vaya a ser que Akira se ilusione - reía Akane.
Kenshi estuvo todo el día huyendo de Akira, tampoco es que éste pusiera mucho empeño en hablar con él, pensó que aquello era una tontería y que, siendo Kenshi como era, pronto lo olvidaría, su mente era muy simple, cualquier suceso nuevo ocuparía todo su cerebro y desterraría los anteriores.
Al terminar las clases, las chicas, alteradas como estaban por la cita de Akane, dijeron que querían estar sin chicos y se apartaron de ellos. Allí quedaron Kyojin, Akira, Shibi y Kenshi. Comenzaron la vuelta a casa
en silencio, para Kenshi eso era algo insoportable, de cuando en cuando miraba con desconfianza a Akira.
- Bueno - gritó al fin - ¿Es que nadie va a decir nada?
- ¿Tu no tienes nada que decir, Kenshi? - habló Shibi
- Pues no, no tengo ganas de decir nada...bueno si, que no me gusta que nos hayan dejado las chicas, porque a mí me gustan las chicas, me gustan mucho las chicas.
- ¿Alguna preferencia? - preguntó Kyojin
- No, bueno si, que sea una chica, que tenga lo que tienen las chicas, ya me entendéis - miró fijamente a Akira.
- ¿Tetas? - repuso éste.
- Pues mira sí, entre otras cosas.
- Déjalo ya Kenshi - dijo Shibi.
- ¿Por qué? Somos tíos ¿no? Y adolescentes, se supone que tenemos que hablar de eso, de tías y tetas.
- Se supone que es lo que hace cualquier adolescente - añadió Kyojin divertido.
- Claro que si, tú me entiendes. Dime ¿a ti como te gustan?
- ¿Las tías o sus melones? - inquirió Akira con gesto aburrido
- En general, tío, en general ¿Qué te gusta de una chica, Akira?
- Yo sé que clase de chicas le gustas a Akira - afirmó Kyojin.
Akira le miró con desconfianza, esperaba que no se le ocurriese decir lo que sospechaba que iba a decir.
- Aunque él sea un vago - continuaba Kyojin - y un desmotivado, le encantan las chicas pasionales que ponen todo su corazón en lo que hacen.
Akira seguía mirándole, cambiando la desconfianza por asombro, realmente Kyojin le conocía muy bien.
- Le gustan las chicas tenaces y hasta cabezotas - seguía su amigo - Para Akira todo es un rollo, por eso le gustan las chicas que toman la iniciativa.
- ¿Cómo Yuri? - dijo Kenshi.
- Que tomen la iniciativa no quiere decir que le manden, Yuri es demasiado dominante para él.
- Es la dualidad del Yin y el Yang - intervino Shibi - en el fondo todos lo hacemos, buscamos alguien opuesto a nosotros que a la vez nos complemente.
- Ya... - Kenshi movía la cabeza con gesto de no comprender nada - pero yo me refiero a físicamente.
- En la vida - continuó Shibi - la atracción física no es lo único, aunque es lo primero en lo que te fijas.
- Pues eso quiero saber ¿En que os fijáis? ¿En la cara? ¿En el cuerpo? Yo me fijo así, en conjunto.
- Vamos, que estén buenas - explicó Shibi.
- ¿Y que tiene de malo? Soy un chico al que le gustan las tías buenas ¿a vosotros no?
- Tú tienes las hormonas muy revolucionadas - intervino Akira - Pero mira, ya hemos comprendido que eres un chico muy machote al que le gustan las chicas.
- ¿Y a ti que te pasa? ¿Te da miedo decir que te gusta de una chica?
- Empieza tú, dinos quien te gusta.
- A mi me parece que Hikari, la amiga de Kamui está buenísima.
- Creí que Xu-Xu te parecía preciosa - dijo Shibi.
- Eso no quita para que piensa que Hikari está que cruje.
- A mi me gusta Ryuko - habló Kyojin.
- Eso ya lo sabemos, yo digo a que la veas y digas ¡guau!
- Pues eso, Ryuko, yo soy así de simple, además ¿Por qué no puede ser ella?
- No, nada, nada, si Ryuko tiene una cara preciosa ¿Y tú Shibi?
- Pues me gustan las piernas de Karura y también me llama la atención Nanao, ya se, no digas nada, es una profesora, solo digo que creo que es guapa, no que esté enamorado, no me la líes, cachorro loco.
- Si no digo nada ¿Y tú, Aki?
- Pues... creo que Himeko es muy guapa.
- ¡Eh! ¡A Himeko ni tocarla! No estropees la pureza de Himeko con tus sucios pensamientos.
- ¡Qué pesado eres! Yo solo te he respondido, como ves, soy muy normal, como el 50% del instituto, pero el que me parezca guapa no quiere decir que me guste.
- Esa poesía que dijiste ayer ¿No pensarías en ella?
- Que pesado eres... no, te lo aseguro.
- ¿Y por qué me la dijiste a mi?
- ¡Y yo que sé! Por presumir, me pavoneaba delante de las chicas.
- ¿Quieres saber en quien pensaba? - preguntó Kyojin con malicia.
- Kyojin... no
- ¿Tú lo sabes? - preguntó Kenshi abriendo mucho los ojos.
- El no sabe nada - contestó Akira.
- Claro, pero es un secreto - le ignoró Kyojin.
- ¡Kyojin!
- Entonces ¿te gusta alguna chica? Pero eso no es nada malo ¿Quién te gusta?
- Todas... me gustan todas.
- Ya, anda dínoslo, somos amigos ¿no? ¿Es que no confías en nosotros? Dilo, prometo no decírselo a nadie.
- No me gusta nadie, son paranoias de Kyojin.
Kyojin se reía. Kenshi le obligó a pararse pasando el brazo por sus hombros. Akira siguió andando al lado de Shibi. Al instante oyeron las risas de Kyojin y Kenshi corriendo se situó delante de Akira, mirándole fijamente a los ojos.
- ¿Te gusta Akane? - gritó.
- Ya veo lo bien que guardas los secretos.
- Pero ¿Te gusta Akane?
- ¿Eso te ha dicho Kyojin?
- Pero ¿te gusta o no?
- Quita del medio.
- Le da vergüenza reconocerlo - dijo Kyojin.
- Ya hablaré contigo.
- Pero Aki, no hay nada malo en que te guste, la chica está muy bien, tiene una delantera de lujo.
- Nunca he dicho que me gustase.
- No - intervenía Kyojin - solo está colado por ella.
Akira suspiró, miró a sus amigos de hito en hito, Shibi no parecía reaccionar de ninguna manera, Kyojin continuaba riéndose y Kenshi le miraba expectante con una gran sonrisa de oreja a oreja. Esto era ridículo pero era consciente de que cuanto más lo negase menos convencería a ese chico.
- Vale pues si - dijo en voz alta - ¿Qué pasa? Pero por favor, no se lo digas a ella.
Kenshi sonreía ahora triunfante y aliviado.
- Claro, por eso dijiste esa poesía, era para ella.
- Lo que tú digas.
- ¿Por qué no quieres que ella lo sepa?
- ¿Te imaginas que se entera de que voy hablando por ahí de ella?
- ¡Ostras! Te mata fijo. Pero... ¿Por qué no le pides salir?
- Tenemos muchas cosas en contra.
- ¿Cómo qué?
- Como que me odia, por ejemplo.
- Bueno si, no parece loca por ti, la verdad, lo tienes bastante chungo.

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