miércoles, 17 de febrero de 2010

13. Y llegó el domingo y con él la cita

No se podía decir cuál de las chicas estaba más emocionada. Aprovechando que los padres de Jisei se habían marchado ese fin de semana, Xu-Xu, Akane, Sumire, Ryuko y Jisei decidieron comer juntas el domingo en casa de ésta última. Al verlas llegar y el alboroto que organizaban en la cocina, el hermano de Jisei decidió que lo mejor era desaparecer de allí.
Lo tenían todo planeado, primero comerían hablando de chicos y luego ayudarían a Akane y a Ryuko a arreglarse. Estaban muy alteradas, quizás la única que parecía mantener la calma era Akane. Las más escandalosas eran Xu-Xu y Sumire, Ryuko casi no hablaba, los nervios parecían haberse juntado todos en su intestino, produciéndole unos tremendos retortijones, menos mal que por lo menos Akane no parecía haberse molestado por lo de "espiarla", al contrario, se había reído muchísimo.
- Entonces ¿Has estado chateando con Kamui? - preguntaba Xu-Xu.
- Un poco.
- ¿Pero ese chico se comunica con los demás? - inquirió Jisei.
- Hombre, algo se comunica, no es que se extienda mucho en sus respuestas...
- Si el año pasado - continuaba Xu-Xu - me dicen que una de nosotras iba a quedar con el Kaguya no me lo hubiera creído, bueno, que todavía no me lo creo.
- Tía, el Kaguya ¡qué fuerte! - decía Sumire - yo pensaba que ese chico estaba por encima del mundo.
- Es un chico normal y corriente - intervino Akane - algo separatista, pero normal.
- No, normal no es, es el Kaguya - aclaró Sumire - el más popular del instituto.
- El más popular desde la guardería - enfatizó Xu-Xu..
- Es como una telenovela - habló entusiasmada Sumire - él el chico guapo y rico y tú la chica pobre pero honrada.
- ¡Madre mía! - exclamó Akane - Ahora si que me estás poniendo mala.
- Tranquila - dijo Jisei - son los típicos nervios previos a la cita. Es normal que estés nerviosa piensa que eres la representante de todas las chicas normales que hay en el mundo, en tí se hace realidad el sueño de todas: salir con el más guapo y popular.
- ¡La madre que os parió! Que exageradas sois. Kamui es guapo pero personalmente creo que hay otros que no le desmerecen nada, como Kohaku, Hizashi... Kenshi... hay muchos ¿Y tú Ryuko no dices nada?
- No puedo ni hablar, estoy aterrada.
- Pues no creas que nos hemos olvidado de ti - repuso Xu-Xu.
- ¿Por qué? ¿Estáis planeando algo malo? Lo mío no es nada comparado con la cita de Akane de la que parece depender el futuro de la humanidad.
- ¡Uy, que no! - dijo Jisei - lo que pasa es que no queremos ponerte nerviosa.
- ¡Pero si no es una cita de verdad!
- Si, si, ya no sabemos - habló de nuevo Jisei - pero también sabemos que "si" es un cita.
- Una cita es una cita lo mires por donde lo mires - puntualizó Xu-Xu - Has quedado con un chico, eso es una cita.
- Mira Ryuko - Akane la miró fijamente - Tú se tú misma, como siempre, no te esfuerces en parecer súper simpática, ni ingeniosa, ni esas cosas que hacemos para gustar más a un chico. Tu mejor baza es que le gustas como eres, así que se natural, habla cuando quieras decir algo y ríe cuando tengas ganas, tienes que actuar como cuando salimos en grupo, igual.
- Ya, pero cuando estoy con él a solas me pongo muy nerviosa ¿Y si piensa que soy una paranoica o algo peor?
- ¿Por qué iba a pensar eso? - dijo extrañada Sumire
- Por lo de espiar a Akane.
- Bueno, en todo caso quizás piense que eres una cotilla - respondió Jisei.
- ¿Pero no fue él quien te lo propuso? - agregó Xu-Xu.
- Si.
- Pues entonces. Será que le gustan las cotillas... o que le da igual - comentó Akane - Sea como sea hoy es un dia importante ¿qué te vas a poner?
- Pues he traído mi vestido blanco.
- Muy apropiado, ideal para ti - continuó Akane - tiene un aire romántico, a ti te queda bien, a mi algo así me quedaría como una patada pero a ti te pega.
- Y verás - añadió Xu-Xu - lo guapa que te voy a poner.
- ¿No irás a maquillarme, no?
- Mujer, solo un poco... un toque de luz en tu mirada y brillo en los labios, te lo prometo. Y te voy a peinar... un peinado natural no te asustes, como tú eres.
- ¡Ah! Yo tengo otra cosa - Jisei se levantó y salió.
- ¿Y tú Akane?
- Me arreglaré un poco para no desentonar con el guaperas, claro que donde no hay tampoco se pueden hacer milagros.
- ¿Llevarás las gafas?
- Hombre claro, si me las quito no le veré bien.
- Ya estoy aquí - dijo Jisei regresando, llevaba una caja de madera, la abrió, estaba llena de botecitos pequeños, bolsas que parecían tener pétalos de flores, cajitas y palitos de incienso.
- ¿Qué es éste? - Preguntó Sumire - ¿Tus instrumentos de bruja?
- Algo así. Verás - rebuscó enre los botecitos y sacó uno redondo con un tapón rosa - Este es.
- Me da miedo preguntar - dijo Akane.
- ¿Es veneno? - interrogó Sumire
- ¿Una pócima? - añadía Xu-Xu.
- Es un perfume. Un perfume muy especial. Unas gotitas y Kyojin se quedará embobado contigo.
- ¡Toma ya! ¡Una pócima de amor! - exclamó Sumire.
- A saber que has echado aquí, a ver trae - dijo Akane quitándoselo de las manos y abriéndolo - ¿Se puede oler?
- Claro, no es una pócima, es un perfume... un perfume que estimula.
- Huele a jazmín - comentaba Akane - ¿Es afrodisíaco? ¿Tú lo has probado?
- Tiene esencia de jazmín entre otras cosas, y no, no lo he probado, no he tenido esa oportunidad ¡Pero qué haces, loca! - gritó arrebatándole el frasco.
- Solo me he echado unas gotitas, hija perdona, es que me gusta el jazmín.
- Dios, Akane ¿qué has hecho?
- ¿Es muy caro? - preguntó Sumire.
- No es eso pero... ¿qué va a pasar ahora? ¿y si Kamui...?
Xu-Xu se acercó al cuello de Akane y olisqueó.
- Huele bien, pero no siento nada.
- ¡Porque tú eres una chica! De verdad, luego no me vengas con responsabilidades ¿eh? Yo no quiero saber nada.
- ¡Que tontería! ¡Cómo si fuera a pasar algo! Anda Ryuko, échate.
- No, déjate, mejor no, mejor algo relajante ¿no tienes?
- Si pero... toma, mejor ponte este... es sándalo, te pega con tu personalidad, además da fortaleza de espíritu... Y tú, desastre, ¡Procura que Kamui no te huela!
- Claro... como si fuera a ser como en las película ¡Anda ya!
- Pobre Akira - suspiró Xu-Xu.
- ¿A que viene ahora ese? - gritó Akane.
- ¿Es que no te da penilla?
- Ya te dije que la parida esa que te contó Kenshi de que yo le gustaba era mentira... mentira... lo dijo para que se callase y dejase de pensar que iba detrás de él... ¿Y pensar que yo misma le dije que le dijera que le gustaba una chica? ¡Ah, que rabia!
- ¿Pero por qué dijo tu nombre - inquirió Sumire - habiendo tantas chicas?
- Porque es subnormal... lo haría para fastidiarme.
- O a lo mejor - intervino Ryuko - le traicionó su subconsciente.
- ¡Le traicionó el loco de tu novio!
- No es mi novio, además, podía haberlo negado, pero no lo hizo y cuando Kyojin lo dijo por algo sería, que ellos son muy amigos y se conocen.
- Si, porque es raro y retorcido como tú... Vamos a dejar este tema de una vez.
- Quien se pica... - comenzó a decir Jisei divertida.
- ¿Sabeis lo que os digo? Que sois unas pesadas y que si por una remota, remota casualidad yo le gustase, que se aguante y trague aceite de ricino.
- ¡Qué mala eres!
- Y más que puedo serlo... Ala ¡Se acabó el tema!
Akira estornudó. Kyojin le miraba sentado en una silla mientras Yuri le peinaba.
- Por ahí se acuerdan de ti - dijo Kyojin.
- Me alegra de que os hayais acordado de mí - decía Yuri - Ya verás Kyojin, con mis consejos vas a estar irresistible, lástima que no puedas perder unos kilos de sopetón porque tú eres un chico guapo...¡Lástima de kilos!
- Déjalo ya, Yuri, por favor - se quejó Akira.
- ¿Y a quien se le ha ocurrido la idea?
- Yo solo quería que me asesorases un poco, no hacía falta que vinieras - respondió Kyojin.
- Vamos Kyojin, no seas tonto... ¿Cómo no iba a venir?
- En realidad todo es culpa de Akira, él me dijo que te preguntara.
- Normal... tienes que dar una buena imagen, es un día importante.
- Claro - añadió Akira - la primera cita es importante, aunque ella esté harta de verte.
- Que no es una cita, no es una cita.
- Da igual, da igual.
- Ya está... un pelo perfecto. Ahora a ver que tienes de ropa ¿Qué te vas a poner?
- Pues no se.
- ¡Ay, los hombres, pero que sosos sois! A ver, venga, saca tus mejores pantalones y camisas que te los convino, de verdad, si no fuera por chicas como yo el mundo sería un desastre.
Kyojin hizo lo que Yuri le había dicho, sacó varios pantalones, camisas y camisetas, Yuri lo escudriñó todo con minuciosidad.
- Toma, pruébate esto.
Mientras Kyojin se iba para cambiarse de ropa y probarse el conjunto escogido por la chica, Akira se levantó, se acercó a la ventana y léntamente encendió un cigarro.
- ¿Qué te pasa? - le pregunto Yuri - Estás como muy pensativo.
- No... nada.
- Ha sido un detalle muy bonito el que habéis tenido.
- ¿Qué detalle?
- El de hacer que Kyojin y Ryuko queden a solas.
Lo malo de improvisar mentiras es que a veces se te olvida lo que has dicho. Akira tuvo que poner sus pensamientos en orden, como no podía decir a Yuri que Kyojin y Ryuko habían quedado para ir a espiar a Akane y Kamui, lo había justificado diciendo que entre él y Akane se las había arreglado para liarles y que fueran a hacer unos recados importantes para la obra, por suerte Yuri no estaba muy interesada en saber que clase de recados.
- Si, bueno - habló pensado en lo que iba a decir para que fuese convincente . Fue idea de Akane.
-Típico de esa chica, si es que es una lianta, ya decía yo que tardaba demasiado en hacer de celestina.
Akira sonrió "mira" pensó "cuando Akane se entera ya tendrá una razón más para odiarme" porque la chica podría ser muy lianta pero no llegaba a celestina.
Yuri se acercó a su amigo.
- ¿Y tú que vas a hacer?
- Nada importante.
- ¿Por qué no sales conmigo? Podríamos jugar a seguirlos.
Akira sintió que el humo del cigarro se le atragantaba y comenzó a toser. Yuri a la vez que le palmeaba la espalda, le quitó el cigarro de la mano y lo tiró por la ventana.
- Deja ya el tabaco, hombre ¿No ves que no te hace nada bueno?
Akira seguí tosiendo, pues si, lo que faltaba, Yuri y él siguiendo a Kyojin y Ryuko que la vez seguían a Akane y Kamui, esto estaba empezando a resultar absurdo.
- Vale, vale, no me pegues mas ¿No habías quedado con Momoka?
- Pero la aviso y ya está - se agarró melosa al brazo del chico - Venga, ya verás como nos lo pasamos bien.
- Eso no está bien Yuri, si has quedado con ella, has quedado con ella.
- Bueno pues vamos los tres. Tú con dos chicas guapas ¡Anda que no ibas a presumir!
- ¿Qué pretendes Yuri?
- ¿Es que tienes algo más interesante que hacer que salir con una chica como yo?
- Se lo que pretendes, por muy mimosa que te pongas no vas a conseguir nada.
- ¿Estás seguro? ¿No tengo yo nada que te apetezca a ti?
Akira consiguió zafarse de ella y se sentó de nuevo.
- No empieces Yuri, no me vas a liar.
Yuri se colocó delante de él y sonriendo se sentó a horcajadas sobre sus rodillas.
- ¿Qué, Aki? ¿Te decides?
- Haz el favor de levantarte.
Yuri clavó sus azules ojos en los de su amigo, por un instante el chico estuvo tentado de aceptar la propuesta, al fin y al cabo Yuri era algo gritona pero divertida. Sin embargo un par de cosas dentro de él se lo impedía, quizás solo era apatía y pereza después de todo.
- ¡Qué problemática eres!
Yuri seguía mirándole fijamente, sabía de sobra que era algo capaz de poner nervioso a cualquiera.
- Mira Yuri, no insistas, sé muy bien tu juego, no voy a conseguirte esas pastillas me ofrezcas lo que me ofrezcas a cambio.
- Pero si son inofensivas, si son de hierbas, si no hacen nada malo.
- Ve a la farmacia y cómpralas tú
- Sabes que tu padre no me las va a vender.
- ¿Y me las va a vender a mi?
- Tu puedes conseguirlas sin comprarlas... por favor... las necesito.
- ¿Para qué? ¿Para qué demonios necesitas esas pastillas? Estás muy bien, no necesitas adelgazar mas.
- ¡Está claro que nunca me entenderás! - Yuri se levantó bastante molesta.
- ¡Claro que no te endenderé! Nunca entenderé esa obsesión tuya con adelgazar, te estás haciéndo daño, primero no comes apenas nada y ahora quieres que te consiga esas malditas pastillas ¿Para qué? ¿Qué va a ser lo siguiente que hagas? ¿Dejar de comer definitivamente?
- ¡No soy tonta! ¡Sé muy bien lo que hago! Lo tengo todo controlado, solo son unas pastillas de nada para eliminar líquidos.
- ¿Que líquidos vas a eliminar si no comes? Yuri, estas cosas no son buenas, se te van a ir de las manos - Akira se acercó a ella y le acarició la mejilla - Estás bien así, por favor, déjalo ya.
No podía entenderla, nunca podría entenderla, esa obsesión de Yuri por ser la chica perfecta iba a terminar por causarle graves problemas ¿Pero cómo se lo haría entender? Desde luego que las mujeres eran todas muy complicadas y lo que más le preocupaba era que estaba allí, dispuesta a ofrecerle algo que era mejor no imaginar solo porque le consiguiera unas pastillas para... hacer pis ¿A que extremo podría llegar? ¿No se daba cuenta de que todo se le estaba yendo de las manos? Todo era más que problemático, entre ella y su irresponsabilidad y Karura y su relación con vete tú a saber quien, que a saber quien sería para que anduviese con tanto misterio, para no querer que sus hermanos se enterasen y se negaba a presentárselo... la verdad, no podía comprender a que venía tantas dudas que tenía por salir con un chico ¿Que era mayor que ella? Eso era normal, vamos, de toda la vida... ¡Mujeres! ¡Y luego se extrañaban que se quejase! Entre unas y otras le iban a volver loco.
- He engordado... si sigo así me voy a poner como una vaca... así nunca le gustaré a ningún chico... tu no lo entiendes, quiero tener la imagen perfecta para...
Kyojin entró en la habitación.
- ¡Kyojin estás divino! - exclamó Yuri entusiasmada - Fantástico, fantástico... soy una artista, ¡Ay! ¡Qué talento tengo, que talento!
- ¿Estoy más o menos decente?
- Estas genial... Ahora solo queda convencer a éste de que salga conmigo.
- No puedo - se apresuró a decir Kyojin - Es que ¿No te acuerdas que todavía tienes que hacer el informe de la obra con Akane?
- Pues... - Akira ordenó rápidamente su cerebro, seguramente Kyojin decía eso para ayudarle - Se me había olvidado... ¡mierda!
- ¿Mira que eres desastre! - gruñó Yuri - Seguro que lo que querías era escaquearte, pero con Akane no te vale eso, ya sabes como se las gasta.
- Eres muy despistado, Aki
- Lo que es, es un vago.
- ¡Eh, chicas! - Gritó Sumire asomada a una ventana - ¡Kamui ya ha llegado!
- ¿Ya? ¡Pero si es muy temprano aún! - exclamó nerviosa Xu-Xu
- Míralo, allí, en la esquina, donde habíais quedado ¿no?
- ¡Qué emoción! - Decía alterada Xu-Xu - ¡Ha venido! Venga Akane, no le hagas esperar.
- ¡No! - casi gritó Sumire - Tiene que hacerle esperar, las chicas siempre llegan tarde.
- Claro, para que se canse y se vaya ¿no? Ni hablar.
- ¡No me agobiéis! Esperaremos a que sea la hora, puede pensar que estoy ansiosa.
- ¡Que guapo está! - Exclamaba Sumire - ¡A mí me va a dar algo de los nervios!
- Ni que fueras tú la que sale - comentó Jisei.
- Acuérdate de contárnoslo todo, sobretodo si intenta besarte.
- No creo que se le ocurra, no le gusto tanto. Le pica la curiosidad pero de ahí a...
- Bueno - interrumpió Sumire - Tú nos lo cuentas todo.
- Y procura no ser muy encantadora - añadió Jisei . No queremos que se enamore.
- Tranquila, eso no pasará, ni soy Momoka, ni me parezco a ella.
- ¡Y que no te huela!
- ¿Dónde vais a ir al final? - preguntó Sumire.
- Ay, Sumire, no te enteras de nada - contestó Xu-Xu - Primero van a ver una exposición que hay en el centro comercial sobre la historia del periódico... el chico se quiere hacer el interesante y se ha informado de sus aficiones, luego... es una sorpresa.
- Sobretodo no dejes que te huela.
- ¡Pero qué pesada que eres! no creo que quiera olerme... En fin ¿Cómo dices que hay que hacer, Jisei? Inspirar y expirar expulsando lo que me turba ¿No?
Kamui había llegado pronto. Reconocía estar algo intranquilo, no mucho, pero si sentía cierto hormigueo en el estómago, quizás porque no podía evitar la sensación de estar engañando a Momoka.
"Es absurdo" pensaba "Si yo no estoy saliendo con ella, ni somos novios, ni estamos comprometidos, ni es nada mío, solo es una amiga... esto es absurdo ¿no puedo salir con otras personas? ¿no puedo tener más amigos?"
Unos pasos acercándose en la soledad de la calle le devolvieron a la realidad. Miró en la dirección en la que se oían los pasos y una nueva sensación desconocida comenzó a invadirle desde la punta de sus pies; era algo intenso que relegaba en el olvido la intranquilidad anterior ¿Quien era esa chica? Era Akane, sin duda pero ¿Por qué la veía como a una persona distinta? ¿Quizás porque no llevaba el uniforme? No, ya la había visto antes con ropa de calle. Quizás era que él la miraba de forma diferente, quizás porque ahora no la veía como a cualquier compañera de clase, si no como a una persona. Durante años, Kamui se había habituado a no ver a las personas que le rodeaban como a tal, salvo muy pocas excepciones, para él nadie tenía importancia, solo importaba él mismo y su sufrimiento; procuraba relacionarse con el menor de número de personas posible y menos aún se implicaba en sus vidas. Últimamente había empezado a abrirse un poco a los demás, había descubierto que acciones suyas podían repercutir en los demás, que a veces dañaba a personas como Nowaki, que solo pretendía ayudarle.
El mundo era muy complejo y lo que más le confundía era descubrir que existían personas como Momoka, era increible como a pesar del desprecio que le mostró, Momoka nunca le abandonó segura de que lo suyo era algo temporal. Fue entonces cuando Kamui decidió mirar al mundo de otra forma y descubrió a Akane, que cuando, en bromas, le dijo que si salía con ella, él no pudo evitar contestar afirmativamente, aquella chica le resultaba curiosa y quería conocerla mejor. Y ahora estaba allí y por primera vez tenía que intentar ser agradable.
- ¡Hola! ¡Eh, hola! - dijo Akane sacándole de sus cavilaciones
- ¡Hola! Estás... estás... - Kamui se acercó a ella, no sabía que debía hacer, tampoco que decirle que no sonara falso y preparado, inspiró y un profundo y dulzón olor le embargó - ...fantástica.
- Me he arreglado un poco, quería estar a tono contigo. Ya sé que no soy tan guapa como Momoka pero también pito.
- ¿Qué?
- Que... bah, déjalo ¿Te encuentras bien?
- Hueles... muy bien.
- ¡Anda, el perfume de Jisei! ¿Lo hueles? ¿Tanto huele? ¿Es muy fuerte?
Kamui no sabía si era por ese olor agrio y dulce a la vez que parecía apoderarse de sus sentidos pero sentía que un gran sofoto iba creciendo en su rostro.
. Esta Jisei tiene potingues muy raros - continuaba hablando Akane, preocupada por si resultaba apestosa.
Kamui seguía sin hablar. Akane torció los labios "a ver si va a ser verdad y este perfume tiene efectos secundarios, a lo mejor espanta a los chicos"
- Nunca me había dado cuenta de lo atractiva que eres.
- Vaya... no se si tomármelo como un cumplido, la verdad.
- No quiero decir que antes no te viera atractiva, siempre he pesando que... pero hoy estás...
- Es por el escote ¿A que sí? Siempre me pasa, ya estoy acostumbrada.
- No, no, no creas que antes no me había dado cuenta... - no pudo evitar que se le escapara una sonrisa, se estaba comportando como un tonto, era la primera vez que le pasaba.
- Vale, vale, déjalo, no te esfuerces más.
- Bueno pues... vamos andando ¿no?
- Si, claro.
¿Qué se suponía que tenía que hacer? Kamui estaba acostumbrado a tener chicas enganchadas de su brazo pero ¿Qué esperaba Akane de él? Akane le sonrió y decidió que lo mejor era relajarse, ella ya sabía cómo era, no fingiría ser de otra forma, disfrutaría del paseo que iniciaban, seguro que iba a ser agradable.

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