domingo, 31 de enero de 2010

09. Entre tú y yo


Ryuko y Kyojin estaban frente al tablón de anuncios buscando algún teléfono.
- Nada - decía Ryuko bastante nerviosa - No hay nada ¿Cómo no hay nada?
- Supongo que para que algunos no gasten bromitas.
- Entonces ¿qué hacemos?
- ¿Quién tendría el teléfono de la directora?
- Los profesores.
- Lógico ¿y quien tiene los teléfonos de los profesores?
- También podemos llamar a la policía o a los bomberos.
- Mejor probamos con los profesores y ellos que llamen a la policía ¡Ya está! Ah no, iba a decir que Akira tiene el teléfono de Yotsuda...
- ¡Menuda solución! En el ascensor no tienen cobertura, ya lo hemos intentado!
- ¿Tú no tienes el teléfono de alguno?
- ¿Yo? No ¿y tú?
- Tampoco, no es lo normal... Ah, si, seguro que Nowaki tiene el teléfono de Masashi, le dio clases particulares.
- ¿Tienes el teléfono de Nowaki?
- No tengo teléfono, se me ha olvidado el móvil.
- Estupendo... Ah, Hizashi es el delegado a lo mejor los tiene, pero tampoco lo tengo... ¡Ya se! Himeko puede avisarle, como viven en la misma casa...
- A lo mejor si que era buena idea llamar a la policía...
- ¡Vaya! Tiene el móvil apagado. Momoka seguro que tiene el teléfono de Nowaki, pero primero voy a llamar a Jisei.
- Bueno yo voy a por algo para picar.
- Vale... ¿Jisei? ¡Ay que bien que te he localizado! Soy Ryuko... si, verás es que Akane, Kyojin, Akira y yo hemos venido al instituto a recoger un baúl... si, un baúl, nos lo dijo la directora... el caso es que Akane y Akira se han quedado encerrados en le ascensor... encerrados, encerrados, vamos que no pueden salir... ¡no te rías! Es cierto... que sí... ¿Tú crees?... hombre yo no creo que Akane, vamos no creo que llegue a pegarle... bueno a lo mejor alguna colleja... bah, deja de reírte ¿las paces? ¡que más quisiera yo!... si, ya se que estas situaciones unen mucho pero... bueno, a lo que iba, que Kyojin y yo... si, estamos solos... ¡Jisei, por favor!... Mira es imposible hablar contigo - y colgó el teléfono bastante mosqueada.
Jisei estaba acompañada por Xu-Xu, Sumire, Kenshi y Shibi.
- ¿Qué pasa? - preguntó más que preocupada Sumire.
- ¡Ay! - Jisei intentaba dejar de reírse - ¡Que chicos estos! ¡Qué cosas les pasan!
- Era Ryuko ¿no? - interrogaba Xu-Xu.
- Si... calla... que han ido a recoger no se que les ha mandado la directora al instituto.
- ¡Un baúl! - exclamó triunfante Sumire - ¡Es un baúl!
- Si, eso y Akira y Akane se han quedado encerrados en el ascensor.
- ¿Pero encerrados de no poder salir? - preguntó Kenshi.
- Encerrados de no poder salir.
- ¡Pobre Akane! - exclamó Xu-Xu - ¡Con lo poco que le gustan los ascensores va y se queda atrapada... con Akira!
Jisei continuaba con su risa floja.
- ¿Y que van a hacer? - preguntó Sumire.
- No se, supongo que avisarán a alguien.
- ¿Pero están solos? - interrogó Shibi.
- Solos y Kyojin y Ryuko solos en el instituto.
- ¿Y que te hace tanta gracia? - volvió a preguntar Sumire.
- Me rió ahora por si mañana me toca llorar.
- Pues ese ascensor es pequeño, van a estar ¿cómo lo diría yo? Bastante unidos - explicó Shibi.
Jisei de nuevo rompió a reír.
- Pues casi que no tiene gracia - decía Xu-Xu - a Akane le ponen nerviosa los espacios pequeños y cerrados, ya lo sabéis y también la pone nerviosa Akira.
- Mala unión - añadió Shibi.
- ¡Akira va a morir! - gritó algo dramático Kenshi.
- Míralo por el lado bueno - decía Jisei - mañana no tendremos clase.
- ¡Pero que mala eres! - le recriminó Xu-Xu.
- Pobre Akira, después de esta experiencia no va a volver a ser el mismo - se lamentaba Shibi.
- ¡Ay! ¡Que risa más tonta me ha dado!
- ¿Crees que Akira - empezó a preguntar Sumire casi susurrando - que, ya sabéis, que... se va a portar como un caballero?
- Si quiere salir vivo de allí, más le vale - contestó Jisei.
- Hombre - habló Shibi - Ya sabéis como es, cualquier cosa que vaya a suponer traerle problemas la evitará.
- ¡Pues mira que es tonto! - exclamó Kenshi - Ya me gustaría quedarme a mi encerrado con una chica.
Jisei dejó de reír y le lanzó una mirada de esas que si matasen, Kenshi estaría de cuerpo presente.
- Es un decir, mujer.
- Pero yo quiero saber que pasa - dijo Sumire - ¿no les podemos llamar?
- Voy a llamar a Ryuko - Xu-Xu sacó su móvil y marcó - Vaya está comunicando.
Comunicaba porque Ryuko había llamado a Momoka.
- No te preocupes, no te preocupes - se oía la voz de Momoka débilmente a través del móvil - Yo me ocupo, tengo el teléfono de la directora porque el año pasado me dio unas clases, si no, Nowaki seguro que tiene el de Masashi o Kamui el de Sigure, tú no te pongas nerviosa ¿vale?
- Vale, gracias Momoka,
- Yo llamo, tú quédate tranquila.
- Si, si, hasta luego y gracias.
Ryuko colgaba justo en el momento en el que Kyojin regresaba.
- He ido a buscar al tutor de 3-1, para que él , que es un profesor, se ocupara de todo.
- ¿Y?
- No está, ya se han marchado ¿y tú?
- He hablado con Momoka, ella va a llamar a la directora.
- Pues entonces vamos a sentarnos a esperar.
Kyojin se sentó en las escaleras y abrió una bolsa de patatas.
- Toma, también he traído coca-cola.
- Gracias - y se sentó a su lado.
Nada más colgar, Momoka marcó el número de teléfono de la directora pero comunicaba, iba a llamar a Nowaki, cuando se le ocurrió una idea mejor.
- Ahora tengo una excusa para llamar a Kamui - se dijo.

Un chasquido y otra voz hueca, esta vez masculina, se oyó a través del interfono.
- ¿Estáis ahí chicos?
Akane dio un respingo y se levantó.
- Si, aquí estamos.
- Bien ,soy el técnico del ascensor ¿cómo va todo? ¿os encontráis bien?
- Pues no, muy bien no, aquí hace mucho calor.
- Bueno, escucharme, voy para allá, no tardaremos en llegar, vuestra directora está avisada y también va, no os pongáis nerviosos ¿alguno de vosotros es claustrofóbico?
- Pues a mi no me gustan para nada los lugares pequeños, me agobian mucho, de echo creo que ahora ya estoy agobiada.
- ¿No erais dos? ¿Quién está contigo?
- Un inútil.
- Vale, a ver ¿el inútil no habla?
- Cuando ella me deja.
- ¡Hombre, un chico! A ver chaval ¿tú como lo llevas? ¿Estás agobiado?
- No, estoy bien.
- Estupendo, entonces mira, la chica ha dicho que está agobiándose ¿si?
- Está histérica.
- Bueno pues tu mantén la calma y procura entretenerla, no vamos a tardar mucho pero con personas así la situación puede ser algo tensa.
- ¿Cómo que con personas así? - gritó Akane - ¿Y cómo me va a entretener este?
- No sé, hay muchas cosas que se pueden hacer, bueno, algunas no las hagáis, que utilice su imaginación.
- ¿Imaginación? ¿Este? Eso es mucho trabajo para él.
- Bueno chaval ¿Cómo te llamas?
- Shikamoto
- Yo le llamo inútil pero vamos, ese es otro tema.
- Vale ¿y tú?
- ¿Para que lo quiere saber?
- Vuestra jefa lo ha preguntado.
- Pues yo Kumoyuki y dígale que no me hago responsable de lo que pase entre nosotros.
- ¿Qué piensas hacerme?
- Las circunstancias son las circunstancias. Oiga ¿nos podemos quedar sin aire?
- No, no te preocupes, hay una rejillas en las paredes, mira abajo y las verás. Venga, si tenéis algún problema pulsar el botón y saldré yo directamente ¿vale? Ale, chaval, cuida bien de ella.
Tanto Akira como Akane iban a contestar cuando el chasquido indicó que había colgado.
- ¡Menudo aburrimiento! - se quejó el chico.
- ¿Pero como puedes estar aburrido en un momento así?
- ¿Y qué quieres que haga?
- Ya lo has oído, me tienes que entretener.
- ¿Jugamos a las adivinanzas?
- Adivina quien se va a llevar un guantazo si sigue tomándome el pelo.
Akira suspiró, todo esto era demasiado complicado para él ¿Por qué tenían que pasarle siempre esas cosas? ¡Con lo bien que estaría ahora en su casa, tranquilo en su sillón favorito! Miró a Akane que permanecía de pié, a lo mejor, pensó, si la aturdo un poco se tranquiliza, claro que también puede ser peor. Se levantó con gran esfuerzo, miró fijamente a la chica a los ojos y con media sonrisa apoyó una de sus manos en la pared, arrinconándola, puesto que no tenía por donde escapar debido a la pequeñez del espacio. Akane le miró perpleja y furiosa, abrió la boca pero él posó su dedo índice en sus labios y habló suavemente, en un susurro.
- "Yo no se lo que busco eternamente,
En la tierra, en el aire y en el cielo,
Yo no sé lo que busco, pero es ago
Que perdí no se cuando y que no encuentro.
Aún cuando sueño que invisible habita
En todo cuanto toco y cuanto veo."
Akane le miraba aún más perpleja ¿se habría vuelto loco?
- "Como se arranca el hierro de una herida
Su amor de las entrañas me arranqué,
Aunque sentí al hacerlo que la vida
Me arrancaba con él."
Ahora Akane sentía más calor que antes, era como un sofoco que le subía desde el estómago ¿Qué pretendía el idiota éste? Sentía ganas de darle un puñetazo pero la curiosidad era superior para ella.
- Estás consumiendo mi oxígeno - le dijo al fin.
- Te recito poesías y tu me dices que te robo el aire?
- ¡Déjame en paz! - y le empujó furiosa - ¿Qué pretendes?
- Pues no se... dejarte callada.
Vaya, no se lo podía creer, la había pillado en su punto débil.
- ¡Eres idiota, tonto amorfo! - seguí empujándole hasta que el chico topó con la pared, entonces empezó a golpearle con el libreto - ¿Estos son los trucos que empleas con la chicas, sucio mono traidor?
- Vale, vale ¿pero a que te has olvidado de donde estabas?
- Chaval, tú y yo vamos a terminar en el hospital.
Akane se sentía cada vez más furiosa ¿cómo se atrevía ese vago?
- Supongo que preferirías estar aquí con Karura.
- Tchisk - se volvió a sentar - Preferiría estar solo.
Akira la miró, quizás ese era el momento para iniciar "aquella" conversación... no, mejor no, le daba demasiada pereza, además el ambiente ya estaba bastante tenso.
- ¿Sabes que me sacas de quicio, ciervito?
- Lo he notado, si.
- Se te da bien eso de la poesía.
- Te dije que me gustaba.
- Así que ¿Ese es tu secreto para encandilar a las romanticotas?
- Por ahí dicen que tengo otras cualidades, yo no las conozco, pero lo dicen.
- ¿Y ligas mucho?
- Tchisk, ni una, claro que tampoco lo intento, las mujeres sois muy complicadas, por ahora prefiero que os mantengáis a distancia.
- ¡Que rarito eres! ¿Has pensado que tu vida sería mas tranquila si eligieses entre Karura o Yuri?
- No empecemos.
- No está bien jugar con las chicas.
- ¿Y quien juega? Karura y Yuri son mis amigas, punto. A Yuri la conozco de toda la vida, he crecido con ella.
- Entonces tendrás muchos recuerdos imborrables.
- Tú lo has dicho, imborrables, algunos buenos y otros malos, muy desagradables.
- Pues entonces te gusta más Karura.
- ¿Pero por qué tiene que gustarme una? ¿Te cae mal Karura a ti?
- No, me cae estupendamente, es más, la admiro, me gustaría ser como ella.
- ¿Y entonces por qué la quieres condenar a cargar conmigo? ¿No dices que soy un inútil?
- Pues diles a ellas que te dejen en paz.
- ¡Ah! Es inútil ¿No entiendes tú que yo a ellas les importo un bledo? No se pican por mí, yo no les intereso, me ponen de pretexto pero no es por mí... ¿Y tú qué? ¿Por qué vas a salir con Kamui?
- ¿Y a ti que te importa?
- Nada, a mi me da igual ¿Qué dice Shibi del tema?... Olvídalo, era por hablar de algo.
- ¿Esto de irritarme lo haces aposta? ¡Dios! ¡Que calor hace! ¿Tú no tienes calor?
- Espero que no tarden en sacarnos de aquí.
- ¿Qué crees que harán Kyojin y Ryuko?
- Reírse de nosotros... Tienes razón, el ambiente te está cargando.
- ¿Nos vamos a quedar sin aire?
- ¿Para que habré dicho nada?
- Porque si es así te pediría que dejases de respirar, al menos que uno sobreviva.
Akira cerró los ojos.
- Estás loca ¿Sabes una cosa? Esa obra que tienes en las manos es una buena opción a tener en cuenta para representar, léela, ya verás.
- ¿Tú crees? - Akane se sentó - Oye Akira... Akira... ¿te has muerto? ¡Eh! ¿No me digas que te has dormido ya? ¡Aki! Es increíble, está como un tronco, menuda capacidad para coger el sueño, será vago.

Kyojin miraba a Ryuko mientras hablaba por teléfono con una de sus amigas, estaba demasiado nerviosa y emocionada y hablaba sin parar, para ella, aquella situación que se salía de lo habitual era totalmente desconcertante. Kyojin pensaba si debería aprovechar y quizás insinuarle algo pero ¿cómo empezaba? Era inútil, solo en pensar que estaba allí, solo con ella, hacía que el estómago le rugiese más que nunca y así no había manera de... nada.
Esperó, mirándola algo embobado a que la chica colgase.
- ¿Xu-Xu? - la voz le salía algo temblorosa.
- Si, estaba con Jisei, ya verás mañana va a ver tema para rato.
- Entonces Momoka al final llamó a Kamui.
- Si, dijo que la directora estaba comunicando y llamó a Kamui para que avisase al profe Sigure.
- No ya... es que... Kamui.... - resopló Kyojin.
- Si, hubiera preferido que llamase a otro.
- Pero claro, siendo Momoka... oyes ¿es que te cae mal?
- No es que me caiga mal es que - Ryuko se mordía los labios - es que... ¡No quiero que salga con Akane!
Lo soltó de golpe, casi sin respirar, como el que se libra de algo molesto.
- Ya.
- No pienses mal, es que me da miedo.
- ¿Te da miedo Kamui?
- No, no es él, es que Akane es mi amiga y...
- Deberías estar tranquila, Kamui será muchas cosas pero nunca haría nada raro.
- No es que piense que va a aprovecharse de ella ni esas cosas - le cortó la chica nerviosa - es que, no quiero que a Akane llegue a gustarle.
- ¿Crees que Akane se podría enamorar?
- Bueno no, enamorarse no, pero es un chico guapo, interesante... yo no sé explicarme, pero conozco a Akane y se que esa clase de chicos la pierden y lo peor es que ella es... tiene como un algo que... es parte de ella... supongo que me da miedo que...
- ¿Kamui se enamore de ella?
- Algo así, es que ella es agradable y ¡tú viste como la miraba!
- Si, si me dí cuenta.
- Ella no es fea, es bastante simpática y es lista, a mi me gustaría ser como ella.
- No digas eso, a mi me gusta como eres...
Kyojin no terminó la frase ¿qué estaba diciendo? Sentía que sus orejas iban a estallar, seguro que se le habían puesto no rojas, si no moradas. Miró disimuladamente hacia el ascensor esperando que Ryuko no ser burlase de él. Podía estar tranquilo ella no le miraba, estaba demasiado ocupada en controlar su propio sofoco "¿Ves?, esto es lo que no me gusta de mí ¿por qué tengo que azorarme tanto? Así no voy a llegar a nada" pensaba.
- Bueno - habló tímidamente Kyojin - Quiero decir que Akane es una chica fascinante, creo a algunos chicos les gustaría pero bueno, por ejemplo a mi no me gusta, a mi me gustan otro tipo de chicas, por ejemplo... así como... tú.
- ¡Tengo un mal presentimiento! - tanto esfuerzo para decirlo y Ryuko no había llegado a escucharle.
- ¿No será que piensas que vas a perder a tu amiga?
- Pues mira, a lo mejor, no sé.
- ¡Pobre Akira! - suspiró Kyojin - Toma, coge patatas.
- No te preocupes - dijo Ryuko mirando al ascensor - Akane se pone algo histérica en los lugares pequeños pero también sabe autocontrolarse.
- Ah, eso no me preocupa, Akira seguro que sabe como controlar la situación, es por lo de Kamui - Kyojin miró a Ryuko de reojo ¿Debería decirlo? Quizás el contar una confidencia haría que su relación se estrechase ¿o no? - Es que... yo... creo... diría que... a Akira le gusta Akane.
¡Ya está! ¡Lo había dicho! Madre mía ¿Qué había dicho? Bueno pues así tendrían tema para hablar, total, ya lo había dicho.
- ¿Si? ¿A Akira? - a Ryuko esas palabras le sonaron a gloria ¿sería verdad? Si era así, quizás...
- El lo niega pero en el fondo, si, estoy convencido. Cada vez estoy más convencido. Al principio lo dije casi como broma pero ahora que lo pienso bien, estoy seguro, aunque él no lo quiera reconocer.
Ryuko sonreía y a Kyojin cuando la veía sonreír le revoloteaban mariposas en el estómago.
- Parece raro.
Y a ver ahora como le decía que eran ideas suyas. Pero lo que Kyojin estaba a punto de descubrir era que su mente iba más rápido de lo que él creía. En un instante decenas de imágenes parecía pasar por delante de sus ojos.
- Si - dijo muy decidido - Creo que si, es más, casi estoy seguro, él nunca me lo ha dicho pero le conozco, le conozco muy bien ¿viste como recitó Romeo y Julieta?
- Es buen actor.
- ¡Que va! Es un vago, para él interpretar es muy aburrido, no, esas palabras salían de su corazón, si no sintiese nada no la habría dicho con tanto sentimiento, es más, no hubiera dicho nada. Además fíjate que ahora recuerdo que cuando Kamui dijo a Akane que si saldrían, él miró a otro lado, como no queriendo ver nada y sonrió ¿cómo te diría? Con mucha tristeza.
- ¡Vaya! Oye ¿Tu te acuerdas que en una ocasión estuvieron a punto de salir?
- Cierto, algo se dijo, pero luego ya no se mencionó más el tema.
- ¿Sabes de que me estoy acordando? Que eso fue cuando Akira salió con Yuri y con Karura, me acuerdo porque le decíamos que se la habían adelantado y ella estaba como muy iracunda - miles de ideas rondaban por la mente de Ryuko - ¡Ay, madre! ¿Y si pasó algo entre ellos?
- No sé, Akira es muy reservado para sus cosas pero ahora que lo dices, en es época andaba algo deprimido, si, porque recuerdo que le dije que cuando más éxito tenía con las chicas era cuando más aburrido estaba.
- Algo pasó entre ellos, estoy segura.
- ¿A ti Akane no te ha dicho nada? Las chicas soléis hablar de esas cosas.
- Pues no ¿Tú crees que la dejó por Karura?
- Akria no es así, al menos no lo haría aposta, él es muy considerado con las personas, a ver si al final fue ella quien le dio calabazas.
- ¿Y por eso salió con Karura?
- Podría ser ¿no?
Hubo unos instantes de silencio.
- Pero no quiero que salga con Kamui, soy una egoísta, lo sé, me da miedo que Kamui la aparte de mi, ese chico es muy raro.
Kyojin la miraba, en cierto modo era lógico que pensase eso, estaban muy unidas "¿Ves? Akira nunca la apartaría de su amiga" se dijo.
- Vas a decir que estoy loco pero, verás, es que te veo algo preocupada y pensaba que ¿sabes donde van a ir?
- Pues no, aún no.
- Es que había pensado que si lo supiéramos tu y yo podíamos... en fin, es una idea, pero yo podría acompañarte a ti... ¡no te rías, por favor!
- Es que no te entiendo.
- Quiero decir que nosotros podríamos ir a donde sea que vayan y encontrarnos con ellos por casualidad - "Madre mía, no me puedo creer lo que estoy diciendo" se decía para sí.
"¿Me está pidiendo una cita?" pensaba a su vez Ryuko "Es una cita, rara, pero una cita. Vamos Ryuko, espabila, dí algo"
- Lo siento - dijo algo avergonzado Kyojin - es una idea tonta.
- No, no, si es una buena idea, lo que pasa es que...
- Claro ¿Por qué ibas a querer ir conmigo?
- Que no es eso... que sí, que es buena idea.
- También podría acompañarte Shibi.
- Que no, que no... ¿Tú me acompañarías? No quiero causarte problemas.
- No es ninguna molestia. Nosotros vamos y luego nos hacemos los encontradizos y vemos como va el tema.
Durante unos segundos sus miradas se cruzaron llenas de ilusión. El móvil de Ryuko sonó trayéndoles a la realidad.
- ¿Si?... Si ¡Oh, profesor Sigure! Si, soy Ryuko ¡que alegría oírle!... estamos algo asustados... si, Kyojin y yo... no sabíamos que hacer... si, no... siguen ahí... ¿nosotros? Sentados en la escalera ¿Por qué?... vale, vale... la alarma, si, no nos moveremos... en unos minutos llegan... si, no, nos movemos.

Sigure iba en el coche de Shinobu, la enfermera y ayudante de la directora, era ésta la que conducía. Nada más colgar, el teléfono que era el de la enfermera, comenzó a sonar.
- Cógelo, por favor - le dijo.
- ¿Hola?
- ¿Tu quien eres? - se oyó bramar a Chikara.
Estaba en su coche, su teléfono estaba en modo manos libres, cosa que Shinobu pidió a Sigure que pusiera.
- Soy Sigure.
- Viene conmigo - agregó Shinobu.
- ¿Y que hace contigo?
- He ido a recogerle. Kamui Kaguya le avisó y él me llamó a mí, tú comunicabas.
- ¿Kaguya? ¿Y quien se lo dijo a él?
- Momoka. Ya estoy llegando.
- ¿Les has avisado de lo de la alarma?
- Si, les hemos dicho que no se muevan.
- ¿Sabes quienes son los encerrados, no?
- Shikamoto y Kumoyuki.
- Espero que no pase nada, no me fío de esos dos. Cuanto más se pegan, peor.
- Nosotros ya estamos, enseguida desactivo la alarma... ah, Chikara, parece que veo la furgoneta de los técnicos.
- ¡Malditos críos! Yo no tardo, ya casi veo el instituto.

Kyojin y Ryuko reían nerviosos.
- Ha dicho Sigure que no nos movamos, que las puertas se cierran automáticamente a cierta hora y se conecta la alarma.
- ¡Lo que nos faltaba!
- Dice que tiene un censor de movimientos, si no nos movemos de aquí, no saltará.
- Pues ahora que lo dices, me están entrando ganas de ir al baño.
- ¡Eres tremendo!

...........................................................................


Nota: las estrofas recitadas por Akira han sido escritas por Rosalía de Castro y Gustavo Adolfo Becquer.

martes, 26 de enero de 2010

08. Conservemos la calma

Los párrafos que recitan Akane y Akira pertenecen a "Romeo y Julieta" de William Shakesapeare. vamos que no la he creado, solo cogidas prestadas.
................................................................................

Los cuatro miraban la trampilla que les había indicado la directora, si, estaba allí, en el techo.
- Bien - dijo Kyojin - la hemos encontrado, el problema ahora es abrirla.
- ¡Ahg, esta directora! - se quejó Akira.
- ¿Y esto no os lo dijo? - añadió Ryuko.
- No se nos ocurrió preguntar - contestó Akane - ¿Habrá alguna escalera por algún sitio?
- Si, en el cuarto de las calderas - afirmó Kyojin.
- ¿Allá abajo?
- El cuarto de calderas está siempre abierto o eso creo.
- Pues habrá que bajar a por ella - propuso en todo aburrido Akira.
- Y subirla - agregó Akane.
- ¡Menudo tostón! - volvió a quejarse Akira - La directora nos la ha jugado.
- Bueno, venga - dispuso Kyojin - ¡A por la escalera!
- ¡Ahg! Vamos Kyojin y yo, vosotras esperad aquí, no hace falta que vayamos todos.
Akane estaba a punto de protestar pero Akira, camino de las escaleras levantó la mano y la miró sonriendo de reojo.
- Luego la bajáis vosotras - dijo.
Akane hizo un gesto de burla mientas veía bajar a los chicos.
- Vamos nosotros - decía en tono grotesco - que somos unos machotes.
- Encima que el chico lo hace por ser amable y no vayas tú.
- ¿Y por qué no puedo ir yo? Lo hace porque sí, porque es así, siempre tan...
- ¿Educado?
- ¿Machista?
- Te estás pasando Akane, a ti se te ha metido en la cabeza que le tiene manía a las mujeres.
- ¡Pero si él mismo lo reconoce!
- Bueno, puede, pero no es tan machista como crees.
- Bah, déjalo, no nos vamos a poner de acuerdo nunca.
- Estás furiosa.
- Siempre que habla me pone furiosa, tiene ese don.
- Eso son lo celos.
- ¿Qué celos?
- Los que has sentido al verlo con tanta chica al lado.
- Si vamos, que casi me muero al ver como le manoseaban.
- ¿Lo ves? ¿Lo ves?
- ¿Qué?
- Estás celosa, no lo niegues, estás celosa.
- En esos momentos Ryuko te confieso que...
- Estabas celosa.
- Que le hubiera dado un par de collejas ¿cómo se puede ser tan... tonto?
- Celosa.
- Aquí la única celosa eres tú. Reconócelo cuando Yuri se ha despedido con aquel besito se te han revuelto las tripas.
- ¿Eso es lo que has sentido tú?
- ¡Vale ya! Al final terminaremos discutiendo, como broma ya basta.
- Vale, vale.
De camino a por la escalera, Kyojin y Akira tenían una conversación parecida.
- Es normal que Akane esté enfadada contigo.
- Ella siempre está enfadada conmigo.
- Reconoce que no te has portado demasiado bien.
- Quizás debí haber apoyado más a Karura ¿no? Mañana hablaré con la directora.
- Vale, pero no me refiero a eso, te hablo de Akane.
- Ya, ya lo sé
- ¿Y no te sientes mal?
- ¿Qué pasó con Zenko?
- Vaya, creía que no iban a preguntarlo.
- Yuya y Tsuki no me dejaban acercarme.
- No, ya lo vi, te toqueteaban bien ¿eh?
- ¡Que pesadas! No paraban de hablar y hablar y luego vino Yuri y... ¡Nunca entenderé a las mujeres!
- El caso es que Zenko se pasó con ella y tú no fuiste a ayudarla.
- ¿Qué le dijo?
- Que le iba a partir la boca, solo eso.
- ¿La amenazó?
- Pero no te preocupes, ella supo salir del atolladero sin tu ayuda.
- ¿Zenko llegó a amenazarla?
- Tú estabas muy ocupado, no te culpes, no podías saberlo.
- Pero eso es algo...
- Tranquilo, ya pasó, claro que seguro que Kamui habría ido a ayudarla.
- ¿Kamui? ¿A que viene ahora Kamui?
- Por nada, no te preocupes que nadie te lo va a echar en cara. Vamos, se que es duro pero ya pasó, olvídalo. Tienes que tener en cuenta que Kamui lleva toda la vida zafándose de las chicas, a ti te falta experiencia.
- Mira... vamos a los la escalera, cogemos ese maldito baúl y después te acompaño a casa, te tomas una lecha caliente y te metes en la cama, no te encuentras muy bien.
- Te la van a quitar.
- ¿La escalera?
- Como no espabiles te la quitan.
Akira se paró.
- Kyojin realmente estás muy raro ¿Quién me va a quitar una escalera?
- ¿Y quien habla de escaleras? Te hablo de Akane, espabila que te la quita ¿A qué estás esperando?
- ¿A qué estás esperando tú?
- No hablamos de mí, sino de ti y de Akane.
- ¿Qué tengo que hacer para que acabes con esta tontería?
- Reconoce que estás loco por ella y me callaré.
- ¿Si digo que me gusta me dejarás tranquilo?
- ¿Lo ves? Lo has dicho.
- Eres imposible, pero imposible de verdad.
El trastero era un cuarto oscuro, sin ventanas, algo polvoriento, demasiado limpio para lo que esperaban encontrar, lleno de estanterías y cajas por todas partes. Akira fue el primero en subir, a tientas buscó el interruptor de la luz, luego ayudó a Akane y a Ryuko.
- ¿A mí no me vas a echar una mano? - decía Kyojin asomando la cabeza.
- Al cuello te la voy a echar.
- ¡Carai, que sitio! - exclamó Ryuko - ¡Es increíble!
- Me encantan estos lugares, están llenos de magia - dijo Akane - ¿Cuántos recuerdos habrá aquí guardados?
- Venga - habló Akira - Vamos a buscar el baúl.
- Resulta raro verte a ti con prisas, bambi.
- Tiene que ser esto - Akira señalaba un viejo arcón de madera - Lo abrimos y salimos de dudas.
Kyojin lo arrastró un poco hacia adelante y abrió la cerradura, levantando la tapa. Dentro se podían ver telas, espadas, coronas...
- Parece que acertamos - dijo sacando una espada.
- ¡Qué emocionante! - dijo Ryuko - Es como encontrar un tesoro.
- El sueño de una noche de verano - musitó Akane - Mirad, es el libreto de una obra de teatro.
- ¿Dónde has encontrado eso?
- Estaba aquí - señaló una estantería. Abril 1970, ayer mismo. Mirad que curioso, el reparto: Titania, reina de la hadas: Chikara.
- ¿Será la directora?
- Y sigue, Oberón, rey de las hadas: Masashi. ¿Os los imagináis?
- Pues aquí hay más - añadió Ryuko - Fotos de otras obras, folletos... Parece que este instituto tiene historia... ¡Fijaos! 1992, obra "Romeo y Julieta" ¡mirad quienes son!
- ¡Pero si son Yotsuda y Akemi, los profesores! ¡Y por aquí sale Sigure!
- ¡Que fuerte! - terció Kyojin - Yotsuda hizo de Romeo y Akemi está guapísima. ¿A que no sabéis una cosa? Akira también hizo una vez de Romeo.
- ¡Anda ya! - rió Akane
- Es verdad, fue en un campamento, yo también actué, pero vamos, a mí ni se me veía.
- No me imagino yo a este de Romeo - intervino Akane.
- Prefiero no recordar esta etapa de mi vida.
- ¿Y sabéis quien era Julieta?
- No me lo digas... Yuri.
Akane y Ryuko se echaron a reír.
- ¿Qué os hace tanta gracia? - se molestó Akira.
- Nada, nada, solo me lo imagino - dijo Akane.
- La verdad es que fue un verdadero rollo - se quejó Akira.
- Yo quería ser Romeo - siguió Kyojin - pero Yuri se negó.
- ¿Y quiso que fuese este?
- Por aquel entonces - continuó Kyojin - a mi me gustaba Yuri, para mi era como una princesa, la niñas más guapa que conocía, teníamos 9 años.
- ¡Oh, el primer amor! ¡Que ternura!
- El primer desengaño. Me dejó muy clarito que nunca le gustaría un chico como yo.
- ¿Te declaraste? - preguntó curiosa Akane.
- No. No me dio ni tiempo, a ella le interesaban otros chicos.
- Bueno, pero eso fue hace años - intervino Akira.
- Si pero mi autoestima lo recuerda.
- ¿Aún te gusta? - preguntó asustada Ryuko.
- ¡No! En cuanto me di cuenta de que le gustaba otro chico me olvidé de ella, de su pelo rubio y dejó de ser una princesa.
- Si - dijo Akane - la mejor forma de superar un desengaño es bajar a tu "ideal" al suelo. Además es una tontería sufrir por alguien que no te valora.
Akira se quedó mirándola con cierta tristeza.
- La mancha de una mora con otra verde se quita ¿no? - comentó con amargura.
- Supongo que sí - contestó Akane mirándole a los ojos - Es mejor pensar que ellos se lo pierden.
- Ya pero a veces - siguió hablando Akira - el corazón no hace caso y sientes que tu cuerpo piensa por si solo.
Akane le miraba un poco asombrada, la verdad es que esta tarde Akira no dejaba de sorprenderla, primero dice que le gusta la poesía y luego filosofea sobre el amor ¿era ese el Akira quejicoso de siempre?
- ¡Ah, que lata! - se quejó el chico - Venga que se nos hace tarde.
Akane metió el libreto que había encontrado en el arcón y lo cerró.
Lo difícil era bajarlo de allí. El baúl pesaba lo suyo ¿Cómo lo iban a bajar por esa escalera de mano?
Se les ocurrían muchas formas... ninguna viable. No había forma, la cosa era más difícil de lo que parecía.
- Lo mejor será tirarlo por el agujero - sentenció Akane.
- ¡Pero que bruta eres! - exclamó Akira.
- ¿Y si lo vaciamos? - propuso Ryuko - Así pesaría menos.
- Y luego lo tiramos por el agujero.
- Yo tengo hambre - habló Kyojin - Me siento débil y sin fuerzas.
Mientras pensáis voy a ver si saco algo de la máquina de la cafetería ¿Estará abierta?
La tormenta cobraba más fuerza. Akira observó que Ryuko estaba cada vez más nerviosa y no paraba de mirar la escalera de mano; llegó a la conclusión de que tanto los relámpagos como la idea de bajar por esa escalera la estaban aterrando. Se asomó por la trampilla y cuando vio que Kyojin se había alejado se acercó a la chica.
- Bueno Ryuko, Kyojin no está, así que ahora voy a ayudarte a bajar.
- ¿Qué dices?
- Me da la impresión de que no te gustan esas escaleras.
- ¡Ja! - dijo Akane. ¡Te ha calado Ryu!
- Bu... bueno, es que...
- Ryuko sufre de vértigo.
- No te preocupes, yo te ayudaré, venga.
Akane volvía a mirarle sorprendida ¿podría ser que tuviese consideración hacia alguien? A lo mejor es que le gustaba Ryuko. Vio como el chico, con todo el cuidado y mimo, ayudaba a su amiga a bajar.
- Gracias Akira.
- ¡Ah! No hay de qué pero deberías haberlo dicho.
- Eso le digo siempre yo, no pasa nada por decir tus debilidades, la gente no es tan desconsiderada como parece.
- ¡Eso lo dices tú!
- Es lo que he comprobado, ni no dices lo que te avergüenza o da miedo, si tratas de ocultarlo, la gente te da cuenta y termina por burlarse de ti, pero, si lo declaras abiertamente, no pasada nada, te dirán "venga que te ayudo" "ánimo" y esas cosas.
Akane era una de esas personas que no sabe mentir, si algo no le gusta siempre lo hace saber, si algo le da miedo también, nunca pone excusas inventadas para nada y nunca se avergüenza de sus manías. Akira valoraba esa espontaneidad, como ayer, cuando le dijo claramente que no podían reunirse para lo de la obra ¿por qué? Porque había quedado con Sumire, así, clara y concisa, sin excusas, ni explicaciones retóricas... solo recordaba una vez en la que no hubo nada, ni sinceridad, ni explicaciones, ni diálogo... nada.
- ¡Eh, Romeo! - la voz de Akane desde el trastero le sacó de sus cavilaciones - ¿Me ayudas a mí también?
- ¿Necesitas ayuda?
- Seguro, soy bastante patosa ¿sabes? - Akira comenzó a subir las escaleras - Romeo, Romeo ¿dónde estás que no te veo? - dijo con voz trágica asomando la cabeza.
- Veras... Julieta - Akira adoptó un aire dramático - ¡Silencio! - su voz comenzó a sonar suave y algo eufórica a la vez - ¿Qué resplandor se abre paso a través de aquella ventana? ¡Es el oriente y Julieta el sol! ¡Surge, esplendente sol y mata a la envidiosa luna, lánguida y pálida de sentimiento, porque tú, su doncella, la has aventajado en hermosura!
- ¡Bien! ¡Bravo! - Ryuko daba palmas entusiasmada.
- ¡Oh, Romeo, Romeo! - respondió Akane a la improvisada escena - ¿Por qué eres tú Romeo? Niega a tu padre y rehúsa tu nombre, o si no quieres, júrame tan solo que me amas y yo dejaré de ser una Capuleto.
- ¡Fantástico! - Ryuko aplaudía cada vez con más euforia.
- Vaya, lo hacéis muy bien - dijo Kyojin, que llevaba rato mirando el espectáculo, aunque nadie se había percatado.
- ¿A que sí? Son geniales. Tal parecéis Romeo y Julieta.
- Es la tormenta - habló Akira que se había quedado a centímetros de la cabeza de Akane y ambos se miraban fijamente - Nos afecta a las conexiones neurológicas.
- Haced otra escena, anda, va...
- ¿Pero que dices? - gritó Akane - ¡Si no se más!
- Venga si - intervino Kyojin - Akira demuestra lo que vales.
- Adiós, adiós - de nuevo recitó Akane con voz dulzona - Triste es la ausencia y tan dulce la despedida, que no se como arrancarme de los hierros de esta ventana.
- ¡Que el sueño descanse en tus dulces ojos y la paz en tu alma! ¡Ojala fuera yo el sueño, ojala fuera yo la paz en que se duerme tu belleza!
Akane le miraba algo embobada.
- Carai con Romeo, si que tenía labia.
- ¡Ay, que me emociono! - decía Ryuko - Mira si hasta se me salen las lágrimas.
- Y eso que no han hecho la escena de la muerte - añadió Kyojin.
- Yo ya no sé más - dijo Akane - Así que se acabó. Te digo una cosa, Romeo: eres bueno, no lo pensaba de ti.
- ¿Y no os vais a besar? Esta escena merece un beso - propuso Kyojin.
- Vale, pero seguimos con el mismo problema - le ignoró Akane.
- Yo digo que vaciemos es baúl, la idea de Ryuko es buena - terció Akira.
- Claro - añadía Ryuko - Así pesará menos.
- Pero luego tendremos que recogerlo y vamos a perder mucho tiempo
- concluyó Akira - Pero claro, más tiempo estamos perdiendo hablando y pensando.
- Bueno pues si no hay otra idea, manos a la obra, Akira y yo lo iremos vaciando y os damos las cosas.
Entre charlas y discusiones sobre porqué no podían hacer Romeo y Julieta, vaciaron el baúl, no sin grandes esfuerzos lo bajaron y volvieron a meter los trajes y accesorios.
- ¡Terminamos! - exclamó Ryuko - Al final no hemos tardado tanto.
- Ahora hay que llevarlo al gimnasio - apuntó Akira.
- Pero podemos utilizar el ascensor - propuso Akane.
- ¿Pero funciona? - preguntó Kyojin.
- Claro, a nosotros no nos dejan utilizarlo pero yo he visto a algún profesor cogerlo.
- Ala, pues al ascensor.
El ascensor no era demasiado grande. El baúl cogía justito a lo ancho. Primero habían entrado Akira y Akane, luego el baúl, Kyojin y Ryuko ya no cogían.
- Bueno, nosotros bajamos por la escalera.
Kyojin pulsó el botón que indicaba el 0 y se apartó de la puerta, esta se cerró de forma sonora. El ascensor tardó unos instantes en comenzar un lento descenso.
- La verdad es que suena a cascajo - comentó Akane.
- A saber cuantos años tendrá.
- Muy rápido no es.
Los dos guardaron silencio, uno de esos silencios que suelen hacerse en los ascensores y que hacen que el tiempo se ralentice. De pronto la oscuridad mas absoluta se apoderó del pequeño espacio y bruscamente el ascensor se detuvo.
- ¡Vaya por dios! - exclamó Akane - ¡Que momento mas inoportuno!
- ¿Estás bien?
- Si... claro... esta es una situación incómoda.
Akira sacó un mechero de su bolsillo y lo encendió.
- ¿Se habrá ido la luz en todo el edificio? - preguntó Akane.
- Seguramente, pero no te preocupes la luz no tardará en volver.
- ¿Cómo lo sabes?
- Me imagino que un edificio como éste debe tener un generador de emergencia, algo automático.
La luz empezó a parpadear durante unos segundos hasta que se quedó encendida.
- ¿Ves? Ya está.
- Bien, ahora a bajar.
Akane pulsó el botón del ascensor pero este no se movió, tampoco la luz que indicaba que había sido pulsado lo hizo. Volvió a pulsarlo.
- Creo que tenemos un problema - dijo el chico.
- ¡Será por dios! - la chica pulsó varias veces más el botón y también los demás botones - ¡Maldita sea!
- Déjalo ya, no funciona, no te esfuerces.
- ¿Cómo puedes estar tan tranquilo?
- ¿Y que quieres que haga?
- No se, tu eres la mente superior ¿no?
- ¡Ah! - se quejó Akira y con desgana pulsó el botón de alarma - Ya está.
Akane se sintió algo avergonzada.
- ¿Crees que funcionará?
- Supongo, pero no te preocupes Kyojin y Ryuko harán algo ¿no?
- ¿Por qué no nos contestan?
- ¿Te pone nerviosa esta situación?
- Pues si, no lo voy a negar. Los sitios pequeños no me gustan, no puedo moverme, me agobian.
- Será mejor que nos pongamos cómodos.
Akira consiguió pasar por encima del baúl para situarse en el otro lado, allí empujó un poco el baúl hacia Akane que ya ni cogía.
- Ven, aquí estaremos mejor.
Akane también paso por encima del baúl y ya en el otro lado, ambos terminaron de pegar el baúl a la pared. Akira se sentó en él.
- Ha llamado al servicio técnico de urgencias de mantenimiento, buenas tardes.
Una voz hueca se oyó retumbando por el pequeño espacio.
- ¡Ah, por fin! - exclamó Akane - Hola, hola.
- Hola ¿Algún problema?
- Si, estamos encerrados en un ascensor.
- De acuerdo, sobretodo no se preocupen, ahora tomo aviso ¿Cuántos son?
- Somos dos.
- Y un baúl - añadió Akira - Que ocupa lo suyo.
- ¿El ascensor de que tipo es?
- ¿Qué que tipo...? Es un ascensor normal, bastante pequeño, la verdad.
- Bueno ante todo conserven la calma ¿Dónde está situado el ascensor?
- En el Instituto de Kizuna.
- ¿En el Instituto? ¿No será una broma?
- Señorita, por favor, no es una broma, estamos en el Instituto que está vacío.
- ¿Y que hacen en el Instituto?
- ¡Y que más da! - gritó Akane - A ver somos dos adolescentes encerrados en un ascensor, hace calor y me está empezando a dar un agobio tremendo, haga el favor de avisar para que nos saquen.
- Vamos a ver, tranquilidad. Tengo que asegurarme de que no es una broma.
- ¿No pueden llamar a la directora del Instituto? - propuso Akira.
- Si, tenemos un número de contacto.
- ¡Pues llámela! - de nuevo gritó Akane - Ella le confirmará que teníamos permiso y de paso dígale que no me hago responsable de mis actos.
- Bueno, voy a contactar con ella pero vamos a relajarnos ¿vale?
Se oyó como se interrumpía la comunicación.
- ¿Tú crees que nos sacarán de aquí, Akira?
- No les queda otro remedio, si nos morimos aquí les va a caer una buena.
- ¿Nos podemos morir?
- Era solo un decir.
- ¿Se nos va a acabar el aire?
- No te preocupes, no está cerrado herméticamente.
- ¿Pero nos podemos quedar sin aire?
- Hombre, puede que dentro de varias horas se enviciase un poco. Venga, no te preocupes que nos sacan enseguida. Lo que no imaginaba era que fueses claustrofóbica.
- ¿Y que quieres que te diga? A mi no me gustan los lugares pequeños, a Ryuko no le gustan las altura, a Jisei las arañas y a ti no te gustan las mujeres y te ha tocado quedarte encerrado con una histérica, fíjate tú, la vida es muy injusta.
- Yo no he dicho que no me gusten las mujeres.
- No, solo que no nos aguantas. Carai ¡que calor hace! Espero no sudar demasiado.
- Anda, siéntate aquí y haz caso a lo que te han dicho, relájate.
Akane se sentó de mala gana.
- Y no te preocupes, de momento hueles bien.
- ¡Idiota!
- Procura pensar en algo... no sé, agradable, algo que te haga olvidar que estas aquí.
- ¿Y cómo voy a olvidar que estoy aquí si estoy aquí? Espera... levanta, levanta.
Ambos se levantaron, Akane abrió un poco el baúl y metió la mano. Rebuscó y sacó triunfante el libreto que había metido allí.
- ¡Aquí está! Bien, lo leeré, creo que así me distraeré.

viernes, 22 de enero de 2010

07. Un incidente desafortunado

La tarde estaba nublada. Akane y Ryuko esperaban en un banco, habían quedado esa misma tarde para recoger el baúl que les había dicho la directora.
- Te lo juro - decía Akane - Me duele todo el cuerpo, estoy molida, tengo cardenales yo creo que hasta en el pelo.
- Te diste un buen porrazo.
- Mira - Akane se bajó un poco el jersey y le enseñó el hombro
- ¡Ala, dios, vaya negro te ha salido!
- Mira, ya vienen - dijo señalando a Kyojin y Akira que se acercaban lentamente.
- ¡Qué bien! Te agradezco que nos dijerais que viniéramos.
- Se supone que sois nuestros ayudantes, era lógico.
- Ya, pero yo sé por qué lo haces
- Entonces, podrías aprovechar para decirle algo.
- Calla, que ya están aquí.
Las chicas se levantaron, después de una palabras, se dirigieron hacía el instituto. Ellas caminaban unos pasos por delante.
- Parece que va a llover - dijo Akane girándose - ¿No habéis traído paraguas?
- Ya veo que vosotras sí - contestó Kyojin
- Es que estamos preparadas para todo
- Va a caer una buena tormenta - replicó Akira mirando el cielo
- ¿Cómo lo sabes? - preguntó Ryuko
- Son nubes de tormenta.
- Akira entiende mucho de nubes - añadió su amigo
- Si no nos damos prisa, nos pillará
Ryuko aligeró el paso, Akane la agarró del brazo
- Espera, espera
- No me gustan las tormentas
- Tonta - susurró - si llueve podrás ofrecerte a compartir el paraguas con Kyojin.
- Anda, es verdad, y tú con Akira ¡que romántico!
- Anda y vete a chupar un limón... plasta
- Oye Akira - decía mientras Kyojin - Deberías aprovechar esta oportunidad.
Akira le miró extrañado.
- Si quieres me acerco a ellas con cualquier excusa... ya sabes
Akira seguí mirándole, no sabía si no le comprendía o no quería comprenderle.
- Venga, eres tú el que dice que no hay que ser tímido ¿no?
- Tschisk - chasqueó la lengua - Creo que el universo se ha plegado sobre si mismo y estoy en una realidad alternativa.
- No me des las gracias, estoy encantado de echarte una mano.
- Vale, lo que tú digas.
Kyojin se adelantó hasta alcanzar a las chicas.
- Oye Akane, creo que Akira quiere hablar contigo.
Akane giró la cabeza y le miró.
- ¿Hablar conmigo?
- Si, sobre la obra...
Akane tenía la misma cara de sorpresa que Akira.
- Venga - dijo Ryuko - Ve a ver.
Mientras Ryuko y Kyojin continuaban andado, Akane permaneció quieta esperando al chico.
- Si, dime
- ¿El qué?
- Kyojin dice que quieres hablar conmigo
- ¡Ah! Si... bueno... no ¡Ahhh!... ¡yo qué se!
- Bien.
Caminaron en silencio, escuchando, aun sin querer, lo que sus amigos hablaban, viéndoles reír "tontamente" con esa risa nerviosa que te entra cuando estás al lado de la persona que te gusta.
- ¿Cómo se te ha dado el examen? - preguntaba Ryuko
- Fatal, no tenía ni idea de nada.
- Estos exámenes sorpresa son una guarrada
- Fíjate que en la pregunta esa que había que hablar de Masaoka Shiki, no tenía ni idea y he puesto "Era un poeta muy bueno, que escribía poesías buenas"
Ambos se reían
- Si, de buena calidad - replicaba Ryuko
- A ver, si no me acordaba de nada ¡y yo que sé!
Akane les miraba asombrada.
- ¡Madre mía! ¿Y estos son el futuro del país? ¿Y tú, qué? ¿Has hecho el examen?
- Pues claro, como todo el mundo.
- No sé, no sería la primera vez que no lo haces.
- ¡Ah, pero que malas sois las mujeres! Siempre os acordáis de todo, por eso no me gustáis.
- Pues gracias por la parte que me toca.
- Además, a mi me gusta la poesía.
- Me tomas el pelo, claro.
- No, en serio, los poemas son preciosos, hablan de sentimientos, te provocan emociones, es... como mirar al corazón de quien los escribe.
Akane se paró en seco ¿a Akira le gustaban los poemas? El chico también se paró y la miraba con media sonrisa.
- ¿No me crees?
- Desde luego nunca te acostarás sin saber algo nuevo... En fin, era por hablar de algo, los silencios me incomodan.
Pero volvieron a caminar en silencio. Akane miraba de cuando en cuando al chico. "¿De veras le gusta la poesía?" se preguntaba sin salir de su asombro.
- Oye Aki, esto, estaba pensando que... es que yo... había pensado...
- No me como a nadie ¿sabes?
- No, es que no quiero que pienses algo raro de mí.
- Estate tranquila, no puedo pensar que eras más rara de lo que eres.
- Ya... bueeeeeno, entonces dime ¿A Kyojin le gusta mucho Ryuko?
- ¡Que pregunta! ¿Es que no se nota?
- Bueno, yo creo que le gusta un buen montón. Entonces ¿Por qué no le pide salir?
- Simplemente no se atreve, tiene poca confianza en su "atractivo".
- Ya, pero yo creo que también se nota que a Ryuko le hace mucho "tilín".
- ¿Por qué no se lo pide ella?
- Me extraña que tú digas eso.
- ¿Por?
- Porque según tú deben ser los tíos los que le pidan salir a las chicas.
Akira sonrió.
- Sabes que hago excepciones.
- Bueno pues Ryuko tampoco se atreve, le da miedo el rechazo.
- A ver ¿Qué se te ha ocurrido?
- ¿A mí?
- Tienes cara de tener una idea perversa.
- No es perversa, solo es que, estaría bien que convencieses a Kyojin para ¿cómo te diría? Que el domingo acompañe a Ryuko.
- ¿A dónde?
- A donde yo vaya a ir con Kamui.
- ¿Qué pasa? ¿Te da miedo estar a solas con el súper chico?
- ¡Idiota! ¡No sé ni para que me molesto en hablar contigo!
Habían llegado a la entrada del instituto, unas risas y voces de chicas les hicieron girarse.
- ¡Eh, ratoncito!
Dos chicas se dirigían hacia ellos.
- Hombre mira, tus novitas.
- ¡Mierda!
- ¡Eh, espéranos!
Las chicas les alcanzaron enseguida. Se situaron una a cada lado de Akira. Una de ellas era bajita, delgada, con el pelo de color caoba y la otra, más alta, morena, tenía el pelo muy largo y liso. Akane continuó andando.
- Ryuko espérame.
- ¿Qué pasa? Anda si son Yuya y Tsuki.
- Si, ya ves, Akira está ocupado.
Las chicas eran bastante ruidosas y parecían disfrutar incomodando y reteniendo a Akira..
- Habría que ayudarle - dijo Ryuko
- Bah, déjale, ya está acostumbrado, anda, vamos.
Pero Akane no pudo dar ni un paso, un chico moreno se había situado delante de ella.
- ¿Ya no se saluda?
- Déjala Zenko - dijo otro chico situado un poco más alejado, apoyado en un banco.
El chico se apartó un poco, dejando continuar a Akane.
- ¿Sabes Dosu? A mí me encantan las chicas con gafas.
- ¿A qué habéis venido? - Preguntó el segundo chico -¿A espiar?
Un revuelo de personas comenzó a salir de los pabellones laterales, habían terminado las actividades extraescolares. Entre ellos iba Yuri, que al ver a sus compañeros, se acercó apresuradamente.
- ¿Chicos, que hacéis aquí?
- Pero las que más me gustan son las rubias - continuó Zenko.
Kyojin parecía a punto de decir algo.
- Venga, no le hagáis caso - susurró Akane.
- ¿Tú tampoco me vas a saludar, rubita?
- Ho... Hola...
- ¿Veis? Los saludos no cuestan nada y te hacen parecer amable ¿verdad?
- ¿Qué queréis? - Rompió a hablar Akane, bastante molesta - ¡No hemos venido a espiaros ni nada de eso!
Zenko volvió a cortarle el paso.
- ¿Y tú amigo el de los bichos? ¿No viene contigo, gatita?
- ¿Por qué? ¿Es que te gusta?
Zenko señaló amenazante a Akane, Kyojin quiso acercarse pero Ryuko y Yuri le sujetaron fuertemente del brazo. Akira veía todo la escena desde su posición y quería avanzar pero las dos chicas le retenían y como no paraban de hablar, no le dejaban enterarse bien de lo que pasaba.
- ¿Qué has dicho, niñata? ¿Quieres que te parta esa boquita de piñón?
Akane sintió miedo, por unos segundos pensó que Zenko realmente sería capaz de pegarla. Manteniendo toda la calma que podía hizo un gesto a sus amigos para que no intervinieran.
- Lo siento - dijo tratando de contener la rabia que sentía - Me he pasado, discúlpame.
Sabía que aquella escena podía dar lugar a un grave incidente, que era lo que los de 3-1 siempre pretendían. Zenko se quedó algo perplejo.
- ¿Qué sucede? - Uno de los profesores se acercaba - ¿Qué hacéis aquí fuera?
- No te enfades, profe - dijo Dosu - Hemos salido a tomar el aire, ya regresamos. ¿verdad Zenko?
- Si, ya íbamos.
- Bien ¿y vosotros?
- Hemos venido a recoger una cosa, nos manda la directora.
- Es verdad, me lo comentó, pues venga y rapidito. Vosotras dos, también, dejad de sobar a ese chico y para adentro.
- Si, ya vamos, enseguida - dijo una de ellas.
El profesor dio media vuelta y se marchó. Dosu se acercó a Kyojin.
- Y tú, ten cuidado. No creas que Jiro sea el único que te tiene manía.
Cuando Dosu y Zenko se hubieron marchado, Yuri respiró fuertemente.
- ¡Que fuerte! ¿No?
- ¿Qué haces aquí?
- He traído unas flores. Alguien ha pedido un ramo, había que dejarlo en la sala de profesores - Entre otras cosas, Yuri solía ayudar a sus padres, dueños de una floristería, con recados y cosas así.
- ¿De quien será? - preguntó Ryuko
- No he podido leer la tarjeta pero seguro que es para la profe Akemi, de Yotsuda, me apuesto lo que sea. Oye ¿Qué hacen esas dos todavía con Akira?
Y sin dejar contestar a nadie se acercó a su compañero muy decidida. Desde luego la situación de Akira no podía ser más comprometida, ya no sabía como apartar las manos de las chicas de él.
- Anda, si son Karura y Hizashi - dijo Ryuko viéndoles acercarse.
- Hola - saludó Hizashi
- ¿Qué hacéis aquí? - preguntó Karura.
- La directora nos presta un baúl con trajes y cosas para los ensayos y venimos a recogerlos - contestó Kyojin.
- ¿A estas horas?
- Cosas de la jefa ¿y vosotros?
- Hoy tenía entrenamiento de kendo e invité a Karura.
- Se lo pedí yo, estoy pensando apuntarme. No sé quiero probar algo nuevo.
- ¿Y tus artes marciales? - preguntó Akane - Ahora con Momoka la competencia se habrá puesto dura ¿eh?
- Oye - interrumpió Hizashi - ¿Qué pasa allí? - señaló al grupo de tres chicas y Akira que cada vez era más ruidosa.
- Creo que Yuya quiere el teléfono de Akira - contestó Ryuko - y matar a Yuri, es lo que he entendido.
- ¿Le ayudamos?
- Bah - dijo Akane - Déjale que disfrute.
- Pues entonces yo me voy - habló Hizashi - que tengo prisa.
- Es cierto, te has entretenido por mi culpa - dijo Karura.
- No importa, de verdad, ha sido un placer tenerte conmigo... allí, quiero decir.
- Pues venga, ¡Vete! ¡Corre!
- ¡Hasta luego!
- Es que tiene que ir a la academia - apostilló Karura mientras el chico se marchaba.
- Ese chico se toma las cosas demasiado en serio - añadía Akane.
- ¿Te puedo hacer una pregunta personal? - Karura se dirigió a Akane.
- Si, bueno - las dos se apartados unos pasos.
- He oído que vas a salir con Kamui ¿es cierto?
Akane la miró entrecerrando los ojos.
- Me parece que Karasu tiene una bocota demasiado grande.
- Entonces es cierto.
- No, si al final se va a enterar el instituto entero. Ya hablaré yo con tu hermano y del secreto que iba a guardar con Sumire.
- No, si él no me lo ha dicho... es que habla en sueños; decía "je, je, Sumire, preciosa, confía en mí, je, je" y otras cosas que mejor no te cuento.
- ¡La madre que le parió!
- ¿Y como es que te ha pedido salir?
- No, si se lo pedí yo, no se un repentón que me dio, tampoco lo dije en serio pero ya ves.
- ¿Y te dijo que sí?
- Misterios de la vida.
- Ten cuidado... no te fíes de él, es un chico muy raro.
- Oye, no lo comentes, por favor.
- Tranquila... - Los gritos de Yuri llamaron la atención de la chica - ¡Esta gritona! ¡Bueno, ya está bien! Voy a resolver esto.
Y se unió al grupo de Akira comenzando a discutir con todas.
- Pobre Akira - dijo Kyojin - la verdad es que no le envidio
- Es increíble - decía atónita Akane - Cuatro tías peleándose por Akira, el Ragnarok está cerca, el fin del mundo se aproxima...
- Vaya, ya empiezan a caer gotas - comentó Ryuko.
Pero s los tres que veían aquella escena pensaban que ya era bastante asombrosa, no era nada comparada con lo que iba a pasar: Karura se las había apañado para colocarse al lado de Akira y con un gesto rápido y brusco, colocó sonoramente su mano en el trasero del chico ante el asombro de las otras chicas y de él mismo que abrió los ojos desmesuradamente.
- Que quede claro - dijo en voz alta - Que este culo ¡es mío!
Silencio.
- ¡Pero que basta eres! - gritó al cabo de unos segundo Yuri.
- Desde luego - comentaba Akane - Karura es única para terminar una discusión.
- ¿Qué pasa aquí? - Gritó de nuevo el profesor acercándose - Lo he visto todo, a ver, señorita, ¿le parece bonito ese gesto?
Yuya y Tsuki reían con ganas.
- ¡Silencio! Ustedes dos tenían que estar ya en los ensayos y usted - señaló a Yuri - no sé que hace aquí pero no debería estar - sacó una libreta y un bolígrafo y comenzó a escribir - Tenéis una falta.
- ¿Por qué? - se quejó Tsuki.
- Por faltar a los ensayos y la señorita Akarui por escandalosa, hay que saber comportarse señorita y no ser una verdulera., usted Shikamoto no crea que se va la librar de la falta ¿qué hacía? ¿Provocar a las chicas para que se pelearan? Y usted - señaló a Karura - una amonestación grave por conducta indecorosa, esto no se puede consentir. Toma - arrancó una hoja de la libreta - Mañana va a hablar con la directora ¿entendido? Además, os recuerdo a todos que las amonestaciones influirán negativamente en el resultado final de vuestra obra. Otra amonestación señorita Akasagan y será expulsada 3 días del centro, avisada está. Y ahora venga, cada uno a lo suyo.
La lluvia comenzó a caer copiosamente.
Akane, Ryuko y Yuri abrieron sus paraguas., Ryuko cobijó a Kyojin y Akane hizo lo mismo con Karura; Yuri se ocupó de Akira. El profesor y las dos chicas de 3-1 se marcharon.
- Lo siento Karura - dijo Akira.
- No, lo siento yo, he sido muy basta, lo sé.
- Si Akira no fuera tan pusilánime no abría pasado nada- gruñó Akane.
- No, si lo se - continuó Karura - a veces soy muy bruta. Bueno me voy, que me estoy empapando y ya sabes - miró a Akira y le guiñó un ojo - si necesitas mi ayuda me llamas... ¡hasta luego!
- Desde luego ¡que descarada! - Refunfuñaba Yuri viéndola marchar - Se lo tiene merecido.
- El que tenía que haberse llevado la amonestación es otro - apuntillaba Akane. mirando a Akira que a su vez tenía puesta toda su atención en lo que sucedía unos metros más allá.
- Bueno, yo también me voy.
Yuri se acercó a Kyojin y le puso la mejilla, ambos dieron un beso al aire.
- Hasta mañana, Yuri.
- Hasta mañana, Kyojin.
Luego se acercó al abstraído Akira y le dio un sonoro beso en la mejilla mientras le sujetaba de la barbilla.
- Hasta mañana, cielo.
- ¡Ah! Adiós, Yuri.
- Mira que es besucona - gruñó mosqueada Ryuko cuando se alejó de ellos.
- No te enfades - terció Akira - ella, Kyojin y yo nos conocemos desde siempre, somos como familia.
- No, si no me enfado. Venga vamos a por ese baúl... Akane, tapa a Akira que se moja
Pero Akane ya estaba alejada de allí.
Akira había visto un coche detenerse al lado de Karura y a ésta subirse a él. Conocía el coche, era de uno de los profesores de las actividades extraescolares, concretamente el profesor de kendo: Fuma Kaguya y no sabía decir por qué pero aquello le dio mala espina.
"¿No me digas que va a ser el hermano de Kamui con el que está liada Karura?” Pensaba "No puede ser que sea tan inconsciente" "¿Pero que demonios tienen estos hermanos?".
Efectivamente, había sido Fuma el que paró el coche y se ofreció como buen samaritano a Karura.
- Sube - le había dicho - Te vas a empapar. Te llevo a tu casa.
- No... mejor no.
- No seas tonta... Sube... A nadie le gusta mojarse... Venga.
Karura dudó pero al final subió al coche.
- Bienvenida - se acercó a ella y la besó.
- No hagas eso... pueden vernos.
- ¿Y qué?
- Si te pones tonto me bajo.
- Está bien, está bien. Nunca entenderé a las chicas, otras veces no me dices eso.
- Por favor Fuma.
- ¿Te llevo a tu casa o prefieres pasar por la mía?
- A mi casa... Llévame a mi casa.
- ¿Estás segura? - dijo sonriendo con malicia.
Karura se mordió el labio. Tenía que se fuerte, tenía que dejar las cosas claras, no podía ser que otra vez se dejara llevar por a atracción que le provocaba aquel hombre.
- A mi casa - titubeó.
- De acuerdo... lo lamentaré pero haré lo que me pides. Sabes que en el fondo hago todo lo que quieres, eres la dueña de mi cuerpo y mi mente.

lunes, 18 de enero de 2010

06. El dichoso crédito

Ryuko y Kyojin vieron cerrarse la puerta del ascensor. A punto estaban de girarse cuando el resplandor de un relámpago hizo que la chica, aterrada, se agarrase al brazo de Kyojin y escondiera su cabeza casi debajo de su axila, apretando con fuerza los ojos, esperando el estruendo que le siguió casi al instante. Kyojin la miró casi sin reaccionar. Cuando el trueno se silenció, Ryuko, avergonzada, se separó del muchacho.
- ¿Te dan miedo los truenos?
- Me aterran, lo siento, no suelo actuar así, no...
De nuevo otro relámpago envió su fugaz luz y Ryuko se tapó los oídos con ambas manos.
- ¡Vaya! Parece que la tenemos encima - comentó el chico
- ¡No digas eso!
- No te preocupes, venga, vamos a bajar a...
No terminó la frase porque esta vez el trueno vino acompañado de un apagón de luz en todo el vacío instituto.
- Anda, ahora se va la luz
- ¡El ascensor! - gritó despavorida Ryuko.
- ¡Ah! ¿Se habrá parado también?
- Quizás ya han llegado.
Mientras hablaban Kyojin cogió de la mano a Ryuko y todo lo rápido que podía empezaron a bajar las escaleras. Ahora Ryuko no sabía por qué estaba más asustada, si por los truenos, por caerse o por sus amigos en el ascensor, cuando, se oyó como un zumbido y regresó la luz.
- Ya ha vuelto - dijo Kyojin deteniéndose justo frente al ascensor - Pero el ascensor no se mueve.
- ¿No se mueve?
- Que no hace ruido, ni luce, ni nada...
- Bueno, a lo mejor es que ya han llegado abajo
Ryuko se separó de Kyojin y pulsó nerviosa lo botones.
- ¡No se encienden Kyojin! ¡No funcionan!
- Venga, no nos pongamos nerviosos.
- ¿Se habrán quedado encerrados?
Kyojin sopesó un instante la situación.
- ¡Mira que si se han quedado encerrados!
- ¡Seguro que sí! ¡Akane! - gritó Ryuko asomándose a las escaleras - ¡Akane! ¡Akira! ¡Ay, Kyojin, que se han quedado encerrados!
- ¡Pero si ha vuelto la luz! Debe haberse estropeado el ascensor.
- ¿Y qué hacemos, que hacemos?
- No te asustes, seguramente pulsarán el botón ese de emergencia.
- ¿Y si tampoco funciona?
- No seas negativa. Vamos abajo, creo que en el tabón de anuncios hay unos teléfonos, vamos a ver.
Bien, analicemos la situación: Kyojin y Ryuko estaban solos en el instituto, no hay nadie más en ese edificio porque las clases terminaron ya hace horas... bueno, no, no estaban solos, Akane y Akira también estaban, solo que estos se encontraban atrapados en el ascensor... una situación cuando menos peculiar, pero ¿Cómo habían llegado a tal situación?

Todo comenzó, más o menos, hacía unas horas, cuando la directora, Chikara, les dijo a Akira y Akane que podía adelantar su cita del lunes. Ellos, lo que pretendían era pedir una especie de préstamo con el que sufragar los gastos que la representación teatral ocasionaba.

Akira miraba el papel que Chikara había escrito con el importe, los intereses y las condiciones para su devolución, arqueó una ceja y chasqueó la lengua.
- ¡Ah! ¡Pero que complicado es todo esto!
Akane, perpleja, no reaccionaba, se encontraba totalmente perdida.
- Pero directora... - balbuceó - Esto...
- Es lo que hay - dijo Chikara - Pensarlo, haced vuestras cuentas, veréis como no exagero... bueno, un poco tal vez sí, pero más vale que sobre ¿no?
- Pe... Pero...
- Creerme, he participado en bastantes obras y sé lo que hay.
- Pero directora, creo que un 3% de interés es algo... bastante exagerado
- Pero niña ¿Tú sabes lo que cobran los bancos?
- Con todos los respetos, me parece que pedirnos interese es de ser muy usurera.
- ¡Vaya con la señorita! - Chikara la miró fijamente - Te lo dejo en un 2,5
- Mejor un 1%, con eso es suficiente, teniendo en cuenta que somos unos adolescentes.
- Por eso, seguro que tenéis mucho ingenio para conseguir dinero, además, tanto yo, como los demás profesores os daremos trabajo y extras.
- 1,5, creo que es lo justo.
- Esto - interrumpió Akira - Perdonad que me meta, pero tengo una propuesta
Chikara y Akira le miraron curiosas.
- Verás, directora, en lugar e darnos todo este dinero, propongo que nos lo vayas dando según te lo vayamos pidiendo, así, lo que no gastemos, no te lo tenemos que devolver.
- Eres muy listo jovencito - Chikara guardó silencio durante unos instantes observando atentamente a los chicos - Esto me pasa por poner al mando a alguien que utiliza el cerebro. Está bien, de acuerdo, es más, el dinero que podáis devolver antes de Navidad os lo dejo al 1,5, el resto, ni para ti, ni para mí, señorita negociadora, al 2%
Akane parecía analizar la propuesta.
- Por mí de acuerdo - dijo Akira
- ¿Y tú Akane?
- Que remedio. De acuerdo.
- Bien, le diré a Shinobu que redacte una especie de contrato y ahora - sacó una llaves de un cajón y las soltó en la mesa - Estas llaves abren el trastero.
- ¿Qué trastero?
- Uno que hay en la buhardilla, en el ala donde están los de primero ¿Nunca os habéis fijado? Bueno, en la última planta, si miráis al techo veréis una trampilla, estas llaves la abren, es un trastero donde guardamos ¿cómo dice Shinobu? "las sombras del pasado". Venid esta tarde, os doy permiso para que cojáis un baúl lleno de trastos.
- ¿Trastos?
- Son trajes y cosas de otras obras que se han hecho en este instituto, os servirán para los ensayos pero solo son un préstamo ¿entendido?
Cuando Akane y Akira regresaron al aula, seguían teniendo la misma cara de aturdimiento. Cada uno ocupó su asiento sin decir una palabra.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó Ryuko a Akane
- ¡Esto es una hecatombe! ¡Ah, estamos arruinados!
- Pero ¿Qué dices? - se acercó Jisei
- ¡Es la ruina!
- ¿Qué pasa? - preguntó Sumire acercándose torpemente
- No sé, pero tiene que ver con el dinero - dijo Jisei - Akane solo se pone así si es por un asusto de dinero.
- ¿No nos va a dar la directora el dinero? - preguntó de nuevo Sumire
- No, Chikara no da nada, lo presta
- ¡Ah, bueno!
- ¡Es peor que yo! Esa mujer no tiene corazón, nos va a sangrar hasta que terminemos la Universidad
- Bueno, bueno, no exageres tanto
- ¡Esto es la ruina! - continuaba quejándose Akane
Mientras, Kyojin observaba a las chicas y a Akira de hito en hito.
- Oye Aki ¿Qué has hecho?
- ¿Yo? ¿Por qué iba a hacer algo?
- No sé, Akane parece asustada
- ¡Ah, no! Está aterrada, pero no he sido yo la causa, cuando venga la profesora lo sabrás.
Pero no era el único que les observaba. Akira sintió un escalofrío, algo clavándose en su nuca, al girarse vio los negros ojos de Kamui escrutándole.
- ¡Ah, ese chico! ¡Será posible!
Kyojin miró a Kamui, éste estaba sentado frente a su mesa, con los codos apoyados en ella, las manos juntas delante de su boca, como era habitual en él y mirando fijamente a Akira.
- Vaya, parece que no le caes muy bien
- El a mí tampoco.
Kamui se levantó bajo la mirada, como siempre, de Momoka y lentamente se acercó a uno de los ventanales del aula, el que estaba más cerca de una mesa. Pensativo, miró a la lejanía; Shibi, el propietario de esa mesa, le observó disimuladamente.
- Dime una cosa, Shibi - murmuró Kamui
Shibi se recostó en su silla, en esos últimos días, Kamui se había dirigido a él más que en todos los años que se conocían, esa situación le resultaba curiosa y extraña.
- ¿Si? - contestó
- ¿Akira ha salido con Akane?
- ¿Por qué lo dices?
- Dijiste que a Akane le gustan los chicos inteligentes, no hay nadie más inteligente que Akira.
- Cierto.
- Entonces ¿Han salido?
- Ninguno de los dos dijo nada el otro día.
- Ya... pero tú eres su amigo.
- Pero su vida es suya.
- Ya.
Durante unos segundos eternos ambos guardaron silencio.
- ¿Por qué Akane le tiene tanta manía?
Shibi no contestó.
- ¿Puede que no quisiese salir con ella?
- Eso no sería motivo.
- Entonces, la hirió de alguna forma.
- Si eso es lo que crees... ¿Por qué te importa tanto?
- No me importa - contestó secamente Kamui.
- Deberíamos dejar de hablarnos así, parecemos espías o traficantes.
- Vale, entendido.
Kamui regresó a su asiento. Shibi le siguió con la mirada y de paso echó una ojeada por toda la clase; se detuvo en Jisei, que sonreía maliciosamente y buscó lo que la chica miraba: a Kamui.
La profesora entró en el aula. Era una mujer joven y atractiva, con unos increíbles ojos color escarlata. Todos guardaron silencio.
- Buenos días - saludó suavemente
Casi al unísono respondieron a su saludo. Akane levantó el brazo.
- Profe - dijo
- Si, me imagino lo que quieres ¿Ya habéis hablado con la directora?
Akane asintió con la cabeza.
- Adelante, todo vuestro.
Akane se puso en pié.
- ¿Vas a ser tú la portavoz? - preguntó Akemi, que era el nombre de esa profesora.
- Sí, a Akira no le gusta mucho hablar.
- Pero hablarás en nombre de los dos ¿no?
- Si, estamos de acuerdo - contestó Akira.
- Bueno pues, te escuchamos.
- Si, que como sabéis hemos ido a hablar con la directora para tratar el tema del dinero.
- ¿Qué dinero? - interrumpió Nowaki
- Pues el dinero que necesitamos para montar la obra, decorados, vestuario, iluminación y otras cosas.
- Bueno, pero eso no puede ser mucho - comentó Karasu
- ¡Ya está! - Exclamó Genki levantándose - ¡Podemos poner un fondo común!
- ¿Tú sabes lo que estás diciendo? - le recriminó Momoka - Quizás algunos tengan dinero para poner pero otros no disponemos o no podemos dar dinero en cualquier momento.
- ¿Y tantos gastos son? - volvió a hablar Nowaki
- Pues seguro que sí - contestó Karura - Yo no entiendo mucho pero piensa por ejemplo en el vestuario
- Eso podemos hacerlo nosotros - propuso Yuri.
- Si, pero las telas cuestan dinero - replicó Karura - Además, supón, que por ejemplo, dijésemos que cada uno se hiciese su vestuario, que podía ser una solución, habría quien supiese hacerlo y quien no.
- Eso, eso - dijo Yuri - Que cada uno se haga lo suyo.
- Ya - continuó Karura - Puede que tú sepas pero yo no tengo ni idea y tampoco tengo a nadie que lo haga.
- Pues te lo compras
- ¿Y si no tengo dinero?
- Además - cortó esa discusión Akane - Si unos lo hacen y otros lo compran nos arriesgamos a que haya... a ver si me explico, a que no demos una imagen muy homogénea.
- Claro - intervino Xu-Xu - Además es que si yo actúo tengo que hacerme mi traje y otro no actúa pues no tiene que hacérselo, ni gastar dinero en comprarlo, ni nada, eso no sería justo.
- Pues el que no actúe que acoquine con otra cosa - propuso Kenshi
- Que no, que lo justo es hacerlo todo en común y cooperar entre todos - repuso Xu-Xu
- Pues eso, habrá que poner un fondo - replicó Nowaki - Total, no puede ser tanto
- Toma - Akira se levantó y pasó un papel a Nowaki - Ese es el presupuesto que dice la directora que necesitamos.
- ¿Qué? ¿Pero que es esto?
Varios se arremolinaron alrededor de Nowaki y un gran rumor se extendió.
- A ver - dijo Akemi - Silencio. Vamos, luego comentáis lo que queráis - al cabo de unos segundos volvió a reinar el silencio - Así me gusta. Os voy a decir una cosa, una obra conlleva muchos gastos, no solo el vestuario o el decorado, si queréis que todo salga medianamente bien os aconsejo que os dejéis asesorar.
- De cualquier forma - dijo Kamui - ellos son los directores y los que toman las decisiones y nosotros debemos aceptarlas.
- En eso Kamui tiene razón - añadió Momoka
- ¿Y entonces por qué estamos discutiendo? - casi gritó Nowaki
- A ver - intervino Akane - La decisión ya está tomada, lo que queremos es decir que vamos a aceptar el préstamo de la directora, préstamo que tenemos que devolver y para eso todos debemos colaborar.
- ¿En qué? ¿Hay que dar dinero? - decía un confuso Nowaki - Es que no me entero de nada.
- Tenemos que conseguir dinero, la directora dice que nos dará trabajo y...
- ¿Va a hacernos trabajar? - gritó Genki
- ¡A ver si me dejáis terminar!
- Vale, ya lo digo yo - dijo Akemi - Si no, vamos a estar todo la hora con el tema. Lo que Akane quiere decir es que vayáis pensando en como conseguir dinero, organizar fiestas, sorteos y cosas así y que cualquier idea será bienvenido ¿a que sí? - Akane asintió - y que todos, y repito todos, debéis colaborar en lo que Chikara os pida, puede ser desde limpiar el jardín a ir de monitores en excursiones con los de primaria y cosas así ¿entendido? Ella os rebajará el préstamo por esos "trabajos". Vale, pues ya está, luego habláis lo que queráis, ahora preparaos porque nos toca un pequeño examen.
- ¿Examen? - se oyó en tono de pánico
- Pero profe...
- Vamos, que ya hemos perdido bastantes minutos, venga fuera libros y alegrad las caras que va a ser muy cortito.

jueves, 14 de enero de 2010

05. Las teorías de Ryuko y Kyojin

Tenían educación física. Todos se prepararon para ir al gimnasio. Akira y Akane tenían permiso para saltarse esa clase, tenían que ocuparse de la obra de teatro. Sería conveniente que empezaran a hacer algo, que se viera algo de movimiento o los profesores comenzarían a mosquearse por su falta de interés. Bien, ellos irían a la biblioteca a poner en orden esos papeles.
Camino del gimnasio, Sumire, emocionada como estaba con la idea de una "cita secreta", se enganchó del brazo de Akane mientras bajaban las escaleras. Tan emocionada estaba que se giró bruscamente, levantó uno de sus pies y al volver a ponerlo en el suelo se encontró con que no había escalón, perdió el equilibrio, su propio peso la hizo caer hacia atrás, arrastrando en su caída a Akane.
Fue una caía bastante escandalosa, que organizó un gran revuelo. Sumire gritaba alarmada que había matado a Akane y ésta lo único en lo que pensaba era en sus gafas que habían salido volando.
Un par de profesores acudieron, Sumire se quejaba de que le dolía el tobillo y no podía apoyarlo, Akane de su cabeza. Las acompañaron a la enfermería.
Lo de Sumire parecía un esguince y la trasladaron a un centro médico. Akane estuvo un rato en la enfermería, no parecía tener nada, salvo el golpe.
Al salir de la enfermería, Akane se dirigió a la biblioteca segura de que Akira habría aprovechado el percance para echarse una siesta. Para su asombro le encontró muy concentrado, rodeado de papeles y con unos cuantos libros en la mesa.
- ¿Qué hay? - dijo en voz baja para no alterar el silencio que allí reinaba.
- ¿Qué haces aquí? ¿Estás bien?
- La enfermera ha dicho que estoy bien - se sentó a su lado - ¿Qué haces?
- Verás, he estado ordenando estos papeles, clasificándolos y mira he hecho un esquema con las preferencias de cada uno y estos libros de obras teatrales, he estado echando un vistazo, más o menos, a ver si son factibles de tener en cuenta... ¿De verdad estás bien?
Akane le miraba realmente asombrada, desde luego no parecía propio de él tanto esfuerzo.
- Si... solo me va a salir un buen chichón.
Akane se llevó la mano hacia donde se había golpeado y se tocó.
- A ver - Akira se aproximó y acercó su mano a la cabeza de la chica, la puso suavemente donde había visto que ella se tocó - ¡Menudo pedazo de huevo te va a salir! ¿Te duele mucho?
Akane se sentía incómoda al sentir la mano de Akira, le había producido un pequeño hormigueo. Akira la miraba fijamente sin apartar la mano.
- Te has tomado muchas molestias - dijo la chica tratando de evitar su mirada.
- Es un rollo, pero hay que hacerlo. Cuando hay que hacer algo, se hace. Me han ayudado Kyojin y Ryuko, como tú estabas lesionada les han dejado venir.
- ¿Y dónde están?
- Kyojin está haciendo unas fotocopias, de momento las he pagado yo, pero ¿recuerdas lo que nos dijo la directora de que necesitaríamos un crédito? Le he pedido a Ryuko que vaya a decirle que tenemos que hablar con ella... vamos a tener que acceder a su préstamo.
Desde cierta distancia Ryuko estaba observando toda la escena, no oía lo que ambos chicos se decían pero los gestos que veía hacer a Akira se le antojaron tiernos y afectuosos. Estaba abstraída, por eso, cuando Kyojin habló, dio un respingo.
- ¿Verdad que hacen muy buena pareja? - susurró el chico.
- ¡Ah, Kyojin! ¿Cuándo has venido?
- Llevo un rato aquí pero estabas tan concentrada que me daba pena molestarte.
- Lo siento. No es que les estuviera espiando ni nada de eso, yo es que...
- ¡Ah, no te preocupes! Son raras las ocasiones en las que no se están diciendo lindezas, es como un fenómeno extraño ¿no?
Ryuko miró llena de vergüenza a Kyojin, la había pillado en una situación muy comprometida porque parecía que espiaba a su amigo o que cotilleaba... Ryuko quería desaparecer, sin embargo Kyojin continuaba mirándoles y sonreía divertido.
- Dicen que los que se pelean, se desean ¿crees que será cierto?
Ryuko seguía dándole vueltas a su incómoda situación y no atendía a lo que Kyojin decía.
- Bueno, vamos a interrumpir este momento... ¿vienes Ryuko?
De pronto, mientras se acercaba a la mesa ocupada por sus amigos, siguiendo a Kyojin, la frase pronunciada por éste pareció haber llegado a una parte de su cerebro donde hizo saltar un resorte. Y es que, a veces, las grandes ideas surgen del pensamiento más tonto.
Lo que no sabía Ryuko es que el mismo resorte se había activado, curiosamente, también en Kyojin.
- ¿Qué hacéis parejita? - habló Kyojin.
- ¿Te encuentras bien, Akane? - preguntó Ryuko.
- La enfermera dice que mañana estaré peor.
El timbre que indicaba el cambio de clase sonó.
- Vaya, ya es la hora - comentó Akira - ¿Has conseguido cita con la directora?
- Si, pero tiene que ser el lunes que viene.
- ¿El lunes? ¡Menuda lata! Bueno, vosotras id a clase, Kyojin y yo recogemos esto.
- No, yo te ayudo - dijo Akane
- ¡Que te estés quieta! Siempre tienes que andar tocándolo todo... anda Ryuko, ve con ella, no sea que aún se maree... Ryuko... Ryuko... ¡eh!
- ¿Perdón?
- ¿Qué te pasa? Pareces en Babia.
- No, nada. Anda Akane, vamos a clase, no tienes buena cara.
Cuando Kyojin vio que las chicas ya se habían alejado lo suficiente, se sentó al lado de su amigo.
- Te he visto - le habló con voz muy bajita
- Si, vale ¿Qué has visto?
- Lo que has hecho
- Supongo, no era un secreto.
- ¿Ah, no?
- Hombre, no es habitual en mí, pero sabes que cuando no hay más remedio, se hace.
- Ya - Kyojin guardó un silencio calculado - Pero está prohibido hacer ciertas cosas en el instituto.
Akira levantó la cabeza y le miró frunciendo el ceño.
- ¿Qué está prohibido hacer en el instituto?
- Ya sabes... cosas... indecentes.
- ¿Indecentes?
Akira no daba crédito a lo que oía ¿De qué hablaba Kyojin?
- No lo niegues, que te he visto.
- A ver Kyojin ¿Qué has visto?
- Como le tirabas los tejos a Akane.
- ¿Qué yo le tiraba qué?
- Y como la manoseabas.
- ¿Qué yo qué? - Akira subió el tono de voz.
- Chissst, no se puede gritar.
- ¿Qué dices que he manoseado?
- A Akane.
- ¿Pero tú que has visto? Yo solo le he tocado el chichón.
- Ya... por el chichón se empieza y se termina como se termina.
- Anda, vamos, dejemos los libros y vamos a clase, me parece que necesitas comer algo.
Por el camino, Akane miraba curiosa a su amiga.
- ¿Ryuko, estás bien?
- Si, estoy genial ¿Por qué lo dices?
- No sé... me miras raro... y llevas un rato sin decir una palabra de la cita... me das miedo.
- ¿Por qué? ¿Es que hay algo que quieras ocultar?
- ¡Akane! - Gritó Genki acercándose a ellas - ¿Ya estás bien?
- Bueno... he estado mejor.
- ¿Y Sumire?
- Parece que tiene un esguince.
- ¡Mira Kamui! - Decía a unos metros Momoka - Es Akane, vamos a ver como está.
- ¿Para qué? Cuando está aquí es porque está bien - respondió Kamui.
- Bueno... yo voy a verla - Momoka se separó del chico.
- Eso es Kaguya - susurró una voz a su espalda - No pierdas tu actitud de chico duro.
- ¿Kamizuru? - dijo sin girarse, seguro de que era Shibi.
- Aunque te mueras de ganas.
- Precisamente quería hablar contigo.
Los dos chicos comenzaron a hablar en silencio.
- ¿Y qué querías? - preguntó al fin Shibi.
- Quería preguntarte sobre Akane.
- Ya.
- Tú eres su amigo ¿no? La conoces bien.
- Bastante.
- Incluso dijiste que saliste con ella.
- Ajá.
- Y dime ¿Qué espera ella de una cita?
- ¿Qué esperas tú?
Kamui guardó silencio.
- ¿Por qué aceptaste su cita?
- Pensé que podría conocerla mejor.
- ¿Te parece interesante?
- Bastante.
- Entonces sé tu mismo y todo irá bien.
- ¿A qué te refieres?
- Ella solo quiere conocerte mejor, tú la intrigas, no se trata de una cita amorosa, no tengas miedo.
- ¿Solo es curiosidad?
- Algo así. Verás, Akane no cree en enamoramientos, no le interesa el amor.
- ¿Lo sabes por experiencia?
Shibi hizo una mueca que parecía querer ser una sonrisa.
- A lo mejor.
- ¿Qué le interesa entonces?
- Es curiosa. Le gusta observar. Quizás tu cerebro. A Akane le gustan los chicos inteligentes, capaces de sorprenderla intelectualmente.
- Eso ha sonado extraño.
- Te repito que no cree en el amor. Pero le atraen los retos.
- No te capto.
- Es igual. Verás... ¿Tú no me conoces enfadado, verdad?
- ¿Eso a que viene ahora?
- No pienses ni en tocarla o aprovecharte de algún modo de ella.
- ¿Estás enamorado de ella?
- Es mi amiga, punto.
Shibi aligeró el paso dejando a Kamui detrás realmente perplejo.
Kyojin tenía una idea.
Se le había ocurrido de pronto, al ver a Akira hablando con Akane.
Akira era un chico perezoso y desmotivado. Si por él fuera, dejaría pasar el tiempo lentamente sin hacer nada, pero era un gran amigo, su mejor amigo, la primera persona que le aceptó tal y como era., sabía que nunca le iba a faltar su apoyo, gracias a su amistad pudo superar esos malditos años en los que se sentía un bicho raro, presa fácil de las burlas... él siempre estaba allí, haciéndole comprender que tal y como era estaba bien y que los malos ratos al lado de alguien se pasan más rápido.
Kyojin no era ni por asomo un chico popular. La verdad es que solía pasar desapercibido, la gente se olvidaba siempre de él. No era feo, para nada, tenía un abundante pelo castaño claro y unos ojos color avellana, su cara era bastante agraciada, con rasgos suaves y agradables salvo por los mofletes que, si bien a algunas personas le resultaban graciosos a otros le parecían deformidades... vale... no era precisamente delgado, pero tampoco estaba excesivamente gordo, solo algo más rellenito de lo normal.
Ni que decir tiene que Kyojin nunca tuvo éxito con las chicas. Cada vez que le gustaba alguna, esta solía salir casi huyendo de su lado, pero lo peor es cuando alguna decidía mofarse de él hasta la saciedad "¿tan patético soy?" solía preguntarse, y se juraba que iba a pasar de las chicas, ya estaba bien de hacer el ridículo, como decía su amigo "son todas unas retorcidas".
Lo malo es que en el corazón no se manda y un día una chica nueva apareció y le puso sus convenciones patas arriba. Nada más verla algo le dijo "es ella" ¿Quién dijo que no existe el flechazo? Le gustó todo de ella, su cara redondita, sus ojos dorados, su pelo de color de la miel, como se sentaba, como evitaba sus ojos al saludar, sus silencios, su risa tímida, sus nervios cuando salía a la pizarra... todo, era todo.
- Akira - le dijo un día - Creo que me he vuelto tonto.
- Si... un poco tonto si estás.
- Se llama Ryuko ¿a que es un nombre bonito?
- Parece buena chica y es bastante mona ¿Por qué no le pides salir?
- ¿Salir? ¿Estás tonto? No, no podría resistir su rechazo.
- ¿Y por qué sabes que te va a rechazar?
- Lo hará, seguro.
- Nunca lo sabrás si no lo intentas.
- Prefiero no saberlo.
- Al menos habla con ella, nunca podrá conocerte si no lo haces.
- ¿Y que le digo?
- No sé... improvisa
Pero no se atrevió a decirle nada. La casualidad quiso que un día de fiesta, mientras estaba sentado en un banco del parque con Akira, tranquilamente dejando pasar las horas sin hacer otra cosa que picar algo de aperitivos y mirar las nubes, Ryuko, acompañada de sus amigas, fueran a sentarse en un banco cercano. Parecían divertirse bastante y sus risas rompían el silencio.
- ¡Que escandalosas! ¡Menuda lata! - se quejó Akira.
- Es ella.
- ¿Quién? Anda, mírala, con sus amigas la pelo de zanahoria y la medio bruja.
- Se llaman Kumoyuki y Nagashiyama
- Lo sabes todo de ella ¿eh? Pues nada, la ocasión la pintan calva, ve a decirle algo.
- No me atrevo.
- ¿Y te vas a quedar ahí mirándola con cara de tonto? ¡Ah, creo que no tengo otro remedio! - Se levantó con verdadera pereza - Venga, vamos.
- Pero Akira...
- No creo que nos vaya a morder.
Y así fue como empezó todo. Desde ese día comenzaron a juntarse con frecuencia con las chicas. Algunas veces Shibi, que era muy amigo de Akane se unía a ellos. Otras lo hacía Xu-Xu, tenía mucha afinidad con Jisei, la medio bruja, ambas decían la "buena fortuna" y cosas así y también Kenshi o Genki se agregaban de vez en cuando. Así, formaron un grupo curioso y agradable, el único inconveniente es que seguía sin atreverse a declararse a Ryuko, y eso que todo el mundo estaba al tanto de lo que pasaba.
Seguramente ella también lo sabía pero no decía nada, por lo menos no se burlaba de él, no claro, ella nunca haría eso, ella era una chica especial y maravillosa, entonces ¿por qué no le decía sus sentimientos?... Era imposible, el pánico le inmovilizaba.
Pero ahora se había dado cuenta de algo: estando con Akira lograba valor y se sentía más seguro y con más confianza pero claro ¡No iba a estar Akira delante! Sería ridículo... pero... si Akira estuviese saliendo con otra chica... si esa chica fuese alguna de sus amigas... quizás una de las más íntimas... quizás no sería tan extraño que ellos les acompañasen y el ambiente... ¡Ah, si! El ambiente es muy importante.
Además Akira era su amigo, le conocía bien, desde que salió con Karura y Yuri se encontraba más desmotivado de lo normal, como apagado, Kyojin se había dado cuenta, puede que pareciese que no le afectaba, pero Kyojin tenía la certeza de que no era así. Al verlo junto a Akane recordó una pequeña anécdota y se dio cuenta: a Akira le gustaba Akane, sentía algo por ella, estaba completamente seguro, de ello, ahora recordaba con todo detalle de que una vez estuvieron a puntito de salir.
Si, a pesar de lo que parecían odiarse, de las puntillas que continuamente se lanzaban, a Akira le atraía Akane, puede que ni se diese cuenta, pero le atraía... y Akane era la candidata perfecta, era muy amiga de Ryuko, solían estar siempre juntas y Ryuko la tenía muchísimo aprecio ¿cómo no se había dado cuenta antes?
- Kyojin... Kyojin... - la voz de Akira le sacó de sus pensamientos
- ¿Qué pasa? - dijo sonriendo con gran satisfacción.
- ¿Qué te pasa a ti? Estás en la inopia.
- Cosas mías. Oye Akira ¿No te preocupa el golpe en la cabeza de Akane?
- No. Si la enfermera dice que está bien es que estará bien.
- Pero los golpes en la cabeza son muy peligrosos.
- ¿Crees que se va a volver más retorcida de lo que ya es?
- ¿Por qué no acudiste a ayudarla?
- ¿Qué iba a hacer? Kyojin ¿tú también te has golpeado?
- Pues Kamui prácticamente voló para ayudarla.
- Ah... si... Kamui es todo un príncipe valiente.
- ¿Y tú?
- ¿Yo qué?
- ¿No te asustaste?
- Mira si, pensé que se mataban.
- Pero no hiciste nada.
- ¿Qué tendría que hacer? ¿Tirarme yo también por las escaleras a ver si las cogía al vuelo?
- ¡Pobre Akira! Ve a Akane rodando por la escaleras y no puede hacer nada... debió ser muy doloroso ¡Que triste!
- Creo que las patatas que has comido estaban caducadas.
"No te vas a escapar de esta Akira" pensaba Kyojin sonriendo.
Ryuko y Kyojin se parecían más de lo que nadie se imaginaba, ni siquiera ellos mismos.
Ryuko era una chica insegura de sí misma, callada y soñadora. Para ella sus amigas eran importantísimas y su amistad lo más valioso. Creía firmemente que con amigas apoyándola sería capaz de superar cualquier cosa... menos decirle a un chico que le gustaba, eso era superior a ella, cada vez que lo intentaba sentía un sudor frío y unos calambres en el vientre que parecían cortarle la respiración. Era imposible, por más que Akane y Jisei la animaban y le aseguraban que Kyojin estaba coladito por ella, por más directas e indirectas que recibía de todo el mundo, la situación la superaba.
A Ryuko siempre le habían dado miedo los cambios. , cualquier cambio en su vida monótona y tranquila le producía desasosiego, así, al miedo al rechazo del chico se unía el "¿qué pasará después? Si me dice que no ¿podremos seguir siendo amigos? Y si me dice que sí ¿Qué haremos? ¿Seremos novios? ¿Se lo digo a mis padres? ¿Sabré yo estar con él a solas? Y un sin fin de dudas más. Lo ideal, según ella, era que salieran juntos pero en pandilla, es decir, Kyojin y ella, Akane y Shibi, Jisei y Akira... si, para Ryuko esas eran las parejas perfectas, incluso Kenshi y Xu-Xu, todo sería perfecto, las parejas perfectas... Pero su sueño distaba mucho de la realidad: Jisei no quería saber nada de chicos y menos de Akira, que, por alguna misteriosa razón, de la noche a la mañana se había convertido en uno de los chicos "deseados" del instituto, no, decía que su aura ocultaba "cosas". Shibi y Akane eran muy buenos amigos, si, pero no iban a poner en peligro su amistad por una "aventura amorosa" eso decían... pero Kyojin había dicho algo, algo muy importante "los que se pelean, se desean"
Desde luego Akira y Akane se pasaban el día peleando, Ryuko estaba convencida de que el mero echo de que Akira existiese molestaba a Akane ¿no sería que en realidad le gustaba?... ¡Ah! Ahora todo tenía sentido... y en cuanto a Akira ¿por qué le molestaba tanto que Akane y Shibi estuvieran juntos? Cada vez que Shibi se acercaba algo más de lo "normal" ahí estaba él, separándolos ¿serían celos? ¿Por qué se molesta tanto cuando ella habla de lo que le gustaban otros chicos?"... esto era perfecto... Akira es el mejor amigo de Kyojin, si Akane y él salieran... "seguro que podríamos ir con ellos y entonces el ambiente..." ¡Ah, si! El ambiente es muy importante.
- Ryuko - le decía Jisei durante la comida - Hoy estás muy pensativa.
- Si... estaba pensando... Akane ¿A ti te gusta Akira?
Akane la miró perpleja, Jisei se echó a reír.
- Ufff... un montón ¿no se nota?
Jisei continuaba riéndose.
- Pues yo creo que sí te gusta.
- Claro, es el hombre de mi vida, vago, quejica, machista, prepotente... me tiene loquita... ¡Bueno Jisei vale ya, que te va a dar algo!
- ¡Ay, ay! Es que me ha dado la risa tonta...
- Sin embargo - continuaba Ryuko - Yo sé que te atrae.
- A ver Ryuko, que el golpe me lo he dado yo ¿cómo puede ser que te afecte a ti?
- Lo que ocurre es que tú no te das cuenta pero te gusta.
- Vamos - decía Jisei mientras seguía riendo - ¡Y lo dice tan convencida!
- Es que lo sé. Recuerdo que estuviste a punto de salir con él ¿Qué os pasó?
- Bueeeeeno - terció rápidamente Jisei - dejemos éste interesante tema,
- No... si no me importa - repuso Akane - ¿Quieres saber lo que nos pasó?: una chica de piernas largas y cuerpo escultural.
- No se lo que pasó, porque tú eres una cabezota y tu versión no me sirve, pero te voy a decir una cosa, mi querida Akane ¿No sabes que del amor al odio solo hay un paso?
- Si... del amor al odio solo hay un paso, un paso muy pequeño, pero del odio al amor, mi querida Ryuko, hay un enorme barranco.
"Vas a caer, Akane, ya lo creo que vas a caer" pensaba maliciosa Ryuko.