El álbum de los recuerdos

Este one-shot es un regalo que quiero hacer con todo mi cariño a GothicGirl-MC, autora de la historia Mi nueva vida.

En esta historia he hecho que interactue su protagonista principal (Akari) con el protagonista de mi historia (Akira). Me pareció una idea divertida juntar a los personajes de las dos historias y ver como podrían actuar.

Para quien conozca las dos historias puede que le resulte tierna. Si solo conocen Mi nueva vida pues lo tomarán como un one-shot con Akari de protagonista. Si solo conocen Mis amigos.Mis secretos.Mis sueños... cuidado, puede haber ciertos spoiler aunque no quiere decir que la situación suceda realmente en la historia y si no conocen ninguna... pues se puede leer sin problema.

Tengo que decir que aunque esta historia la he escrito yo, he contado con el asesoramiento de GothicGirl para conseguir que su personaje no se saliera de lo que ella tiene en mente.

Como anécdota quiero contar que mientras charlabamos decidiendo cosillas surgió el tema del apellido de la psicologa y GothicGirl comentó que quería llamarla con el apellido de mi personaje, para evitar confusiones y aprovechando la circustancia decidimos que serían familiares y así nació el primer lazo de unión entre nuestras historias... ¿no es curioso?

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 "Aozora" Akira leía aquellas letras brillantes encima de la entrada del local. "Bien" se dijo "Aquí debe ser".

Hacía bastante frío, un aire gélido golpeaba la cara del chico haciendo ondular sus cabellos y alborotarse por encima de su rostro, más que nunca, Akira se arrepentía de no haberse hecho su coleta habitual. Sería mejor que entrase, aún quedaba para la salida de la chica que esperaba y si permanecía allí terminarían cangrenándosele los pies.

Entró en el bar acaparando la mirada sombría de algunos comensales y se acercó a una de las mesas. Se quitó el abrigo y se sentó. Acababa de hacerlo cuando el ruido de unos patines rodando le advirtó que alguien se acercaba a él.

Akira sonrió al ver a aquella joven morena y de ojos verdes vestida de lolita en patines.

- Bienvenido - le dijo la chica - ¿Que haces aquí?
- Estás muy graciosa - respondió Akira.
- Ya me habías visto antes ¿no? ¿Que te hace tanta gracia?
- Que estás muy graciosa - repitió.
- ¿Se puede saber que haces aquí? ¿Ha pasado algo? ¿Akane te ha echado?
- Mas o menos. He venido a recogerte.

El rostro de Akari mostró un gesto entre confuso y divertido.

- O sea, Akane te ha echado.
- Me ha obligado a venir, es tu culpa y ahora te tienes que hacer responsable.
- Mira, no puedo perder el tiempo, dime que vas a tomar.
- Ponme un café, estoy a punto de dormirme.
- Ahora te lo traigo - dijo después de apuntarlo en su pequeña libreta.

Akira se entretuvo observando con detenimiento la decoración del lugar hasta que Akari regresó con una taza de café y un plato con unos pequeños pastelitos.

- Los pasteles son de mi parte.
- ¿Te queda mucho para salir?
- No, no demasiado ¿Por qué has venido?
- Ya te lo he dicho, vengo a recogerte para acompañarte a tu casa.
- ¿Idea de Yoh o de Akane?
- De los dos.
- Ya hablaré yo con Yoh. Perdona pero tengo trabajo.

Akira se tomó su café, los pastelitos e intentó no dormirse mientras esperaba la hora de la salida de Akari. Cuando ya quedaban pocos minutos pidió la cuenta y pagó, volvió a ponerse su abrigo y salió a la calle a esperarla allí.

No tardó Akari en aparecer.

- ¡Que frío hace! - dijo colocándose su bufanda - Anda vamos.
- Si, será mejor que nos movamos.
- ¿Por qué has venido? ¿Le ha pasado algo a Yoh? ¿Le ha subido la fiebre? - preguntó algo preocupada, había recordado que durante el día Yoh había estado bastante molesto y se le veía acatarrado.
- No, pero ya deberías conocer a Akane... él quería venir a recogerte pero Akane le ha mandado a su casa, ha dicho que si salía con este frío empeoraría.
- Eso es cierto.
- Y por eso me manda a mí... a ver si me hay suerte y me da un "algo"

Akari rió y golpeó a Akira en el hombro.

- ¡Que tonto eres! Siempre con tus bromas.
- Yoh no quería irse sin antes venir a por ti, por supuesto tu príncipe no te iba a fallar, pero la malvada bruja es muy poderosa y al final le convenció de que yo vendría a por ti... soy el sustituto del héroe.

Akari volvió a reír.

- Tienes una risa muy bonita, Akari.
- Te voy a echar mucho de menos... os voy a echar mucho de menos ¿De veras os tenéis que ir mañana?
- Claro, tenemos que seguir con nuestros estudios; ya hemos perdido muchos días.
- Echaré de menos vuestras discusiones... y vuestras reconciliaciones.
- Te hemos dado mucha lata ¿verdad?
- No, no, para nada. Estos días han sido divertidísimos.
- Si, Akane y yo somos todo un espectáculo.
- ¡Tonto! No me refiero a eso. Me alegro mucho de haberos conocido.
- Y nosotros de haber conocido a alguien como tu. Has sido muy amable al dejarnos estar en tu casa.

Se miraron y sonrieron en silencio. Era cierto, para ambos, el conocerse había sido algo valioso e importante.

Estaban allí para visitar a una psicóloga que les ayudase a decidir si Akane, compañera y amiga de Akira, necesitaba ingresar en un hospital psiquiátrico o no. Era innegable que Akane necesitaba ayuda, aunque ella no quería reconocerlo su infancia había sido demasiado pesada para una niña y le había producido muchas secuelas, ahora cargaba con una mochila llena de traumas que la impedían avanzar. Por suerte para ella, Akira estaba allí, dispuesto a compartir su carga, él fue quien se había dado cuenta de todo el dolor y resentimiento que la chica guardaba y quien había dado la voz de alarma entre el equipo de psicólogos del instituto, ahora no podía abandonarla, era responsable, si él no hubiera removido sus recuerdos quizás Akane no hubiese reaccionado tan a la defensiva. El era quien se había empeñado en ayudarla y ahora estaban allí, visitando aquel hospital y en casa de Akari. Y fue el padre de Akira quien recordó que Miyuki Shikamoto, una prima lejana, era psicóloga y vivía en un barrio a las afueras de Tokyo, quizás ella pudiera dar un segundo diagnóstico y ayudarles a decidir si realmente Akane necesitaba estar ingresada. Miyuki Shikamoto era la psicóloga de Akari y pensó que antes de nada debía conocer a Akane y se les ocurrió ponerles en una terapia junto con Akari y Yoh, los cuatro chicos no tardaron en congeniar, tanto que Akari insistió en ofrecer una habitación en su casa para sus dos nuevos amigos.... cosa de la que no se arrepentiría nunca.

- Entonces - habló casi con miedo de meter la pata Akari - ¿Akane no ingresará en el hospital?
- No... no creo que haga falta... ella me necesita, necesita a sus amigos, allí se sentiría muy sola... y yo no puedo separarme de ella.

Akari le miró. Aquel chico estaba muy enamorado de esa chica. Un día cuando llegó de trabajar bastante tarde, como siempre, a su casa, tuvo que entrar en la habitación dónde habían improvisado los futones para ellos; no quería, pero no tuvo otro remedio, necesitaba coger algo importante y lo que vio le produjo la sensación mas tierna que en mucho tiempo había sentido... era increíble, todo lo que Akane había protestado por dormir cerca de Akira y lo que le había advertido que ni se acercase a ella y sin embargo estaban muy juntos, Akane acurrucada en el pecho de Akira y él rodeándola de una forma protectora, entrelazando sus dedos, como si quisiese asegurarse de que no se alejaría de él. Había algo en esa escena que conmovió a Akari, era algo que emanaba... no era lo que se veía era lo que trasmitía.

- Pero si a ella le hace bien.... - se atrevió a decir la chica tímidamente.
- No puedo dejarla allí Akari, por muy bien cuidada que esté, necesito tenerla cerca, tengo que saber que está a mi lado, donde yo pueda ayudarla si me necesita... si pienso que necesita ayuda y no estoy a su lado yo...
- ¿Piensas que nadie la va a cuidar como tu?
- No es solo eso, es que necesito tenerla cerca.
- Realmente la amas.

Akira se paró, Akari podía ver como tragaba saliva pesadamente, como queriendo tragar algo doloroso.

- Tengo que cuidarla Akari... y la necesito a mi lado, necesito ver su cabeza de calabaza y oír como me grita. La necesito tanto como Yoh te necesita a ti.

Ante aquella afirmación Akari se sintió algo apurada.

- No digas eso.... Akane y tú tenéis una relación que Yoh y yo...

Akari no pudo continuar, Akira cogía sus manos con firmeza y sonreía.

- No digas eso, Yoh y tu tenéis una relación muy especial ¿Ves tus manos? No te has puesto guantes y se te están enfriando... deberías cuidártelas porque son pequeñas y parecen frágiles pero ellas sujetan todo el mundo de Yoh.

Akari sintió como un gran calor subía hacia su rostro, seguro que se había puesto muy colorada. Akira pasó a acariciar su mejilla.

- Eres una chica muy fuerte, eres dulce y fuerte a la vez... No tengas miedo a tus sentimientos, Yoh te ama más de lo que puedas imaginar.

Akari no sabía que contestar.

- Yo... yo también lo amo.
- Ya lo sé.
- Dime Akira ¿De veras crees que él me ama tanto como tu a Akane?

Akira sonrió.

- Eso no lo puedo saber. Se que te mira y no ve a nadie más, se que piensa en ti y...

Akari le calló poniendo dos dedos sobre sus labios.

- ¿Crees que se enfadaría si te pidiese un beso?
- Seguramente me mataría.
- Me gustaría que alguien me protegiese como tú proteges a Akane.
- Eso es fácil... ya lo hace, solo que tú no quieres verlo.

Akari reanudó el camino.

- Me da miedo el amor - habló casi en un susurro.
-¿Temes que te abandonen?
- Si... todo el mundo termina por abandonarme.
- Eso no es cierto, mucha gente te ama demasiado como para abandonarte.
- Tú no abandonas a Akane.
- Es porque ya la perdí una vez... tuve que perderla para aprender a amarla. A veces creemos que la vida es injusta y que cometemos errores, sin embargo de los mayores errores nacen las mayores oportunidades.

Entre conversaciones sobre sus sentimientos llegaron al domicilio de Akari. La luz del comedor estaba encendida, Akane, tumbada en el sofá, dormía con lo que parecía un álbum entre las manos.

- ¡Será posible! - se quejó Akira - Mira que le dije que se acostase, maldita cabezota, al final se empeñó en terminarlo.
- ¿Que es eso?
- Es un recuerdo para ti. Lleva todo el día haciéndolo... quería dártelo esta noche.
- ¿Para mi? ¿Que es?

Akira le quitó suavemente el álbum de las manos y se lo entregó a Akari.

- Son sus tonterías... trocitos del tiempo que hemos pasado juntos.

Tenía el tamaño de un cuaderno pequeño. Eran varias cartulinas cosidas en un costado a modo de libro. Lo que parecía la portada tenía una foto de Akane, Akira, Yoh, Akari y Mitsuki y Ren, una pareja muy buena amiga de la última, el día que fueron al parque de atracciones adornada con un montón de flores dibujadas alrededor. Akari sonrió.

- Nos lo pasamos bien aquel día ¿verdad?
- Ábrelo, verás.

Abrió como si fuera un libro. En la siguiente cartulina había cuatro dibujos hechos de forma tosca y en plan monigote, pero se podía reconocer a ellos cuatro.

- "Esta es la historia de una chica que encontró a una amiga" - leyó - "Aquí está Akane, la iracunda doncella que buscaba aventuras" "Este es el malvado ciervo Akira, transformado en humano para torturar a la pobre Akane"
- Soy el malvado ciervo - sonrió
- "La princesa del reino, Akari, hermosa e inteligente" "Y el apuesto caballero Yoh, dispuesto a defender a su princesa frente a cualquier ogro o monstruo"... Esta Akane... está bien loca - Pasó la página, pagadas en la parte de atrás estaban las entradas del parque de atracciones y el dibujo de los cuatro monigotes en lo que parecía una noria - Son las entradas... que tierno.
- También ha pegado los tickets de cuando comimos en el burguer, hojas de los árboles del parque... en fin, todas las chorradas que se le han ido ocurriendo, dice que es para que siempre tengas un recuerdo de todo lo que hicimos.
- No es una chorrada... es maravilloso - Akari sentía tanta emoción que pensó que terminaría llorando - Por eso se guardaba todo. Que bonito regalo... ¿Y esto? - tocó un trozo de tela pegada en una de las cartulinas.
- Un trozo de su vestido, también hay un trozo de una camiseta mía... no le busques mucha lógica y da gracias que no ha puesto mis calzoncillos.

Akari se llevó una mano a la boca e intentó controlar las lágrimas que ahora si se empeñaban en querer salir.

- ¿Te pasa algo?

Negó con la cabeza para inmediatamente después abrazarse al chico.

- ¡Os voy a echar mucho de menos!

Akira le correspondió al abrazo estrechándola contra él. Era increíble el poco tiempo que hacía que se conocían y lo profundo que esa chica había conseguido calar en sus corazones.

- ¿Tienes nuestros correos?
- Si, claro que los tengo.
- Pues no olvides que seguiremos en contacto. Bueno, voy a ver si llevo a mi doncella iracunda a la cama.

Al día siguiente Akari volvió a entrar a hurtadillas en la habitación donde dormían, Akira abrazaba de nuevo a Akane entrelazando sus manos y otra vez aquella escena le pareció simplemente hermosa. Se acercó al bolso de Akane y guardó un sobre en él, un sobre lleno de buenos deseos para su vida.
Salió en silencio y cogió su cartera, pero antes de salir de su casa realmente con pena por saber que a su regreso la encontraría vacía, se detuvo y abrió de nuevo aquel álbum lleno de recuerdos... en la última página Akane había dibujado a aquellas dos chicas abrazándose y debajo escrito con alegres colores.... "Amigas para siempre".

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Akari, Yoh, Miyuki Shikamoto, Mitsuki y Ren son personajes creados por GothicGirl-MC para su historia Mi nueva vida (c) Todos los derechos reservados.