miércoles, 30 de noviembre de 2011

79. Nuevas decisiones, cambios a la vista

Cuando regresaron de la playa era ya bastante tarde. Habían aprovechado esos días en la playa todo lo que pudieron, por esa razón cogieron el autobús que más tarde salía. En las cocheras se despidieron. Allí estaban los padres o madres o hermanos de la mayoría para recogerlos.
En el coche de su padre, de vuelta a su casa, Jisei estuvo a punto de quedarse dormida. Estaba muy cansada, había sido un viaje largo y lo único que quería ahora era meterse en la cama. Habían sucedido demasiadas cosas en la playa, muchos cambios ¿cómo afectarían tantos cambios? Era algo que no podía dejar de pensar.
Jisei se sumió en sus pensamientos. Se empezaba a preguntar que es lo que pretendía Kamui. A Jisei no le gustaba su actitud, últimamente se sentía enojada con él porque ¿a que estaba jugando? ¿Que pretendía? ¿Jugar a dos bandas con Momoka y Akane? Momoka era una buena chica, no se merecía que abuse de su buen corazón, solo porque esté enamorada de él no quiere decir que pueda utilizarla a su antojo, a Jisei le daba la impresión de que Kamui quería tenerla ahí, en la reserva, para cuando no tuviese otra cosa o por si lo de Akane le salía mal. No se fiaba de Kamui, no veía en él un aura limpia, al contrario, era cambiante y engañosa y descolocaba continuamente a Jisei eso sin contar con que Akane era su amiga, una muy buena amiga y le preocupaban las intenciones de Kamui respecto a ella.
No es que Jisei quisiese ser protectora con Akane, simplemente se preocupaba, eso era normal ¿o no? Jisei y Akane estaban muy unidas, podía decirse que incluso más que Ryuko y Akane. La familia de Jisei siempre había estado allí para Akane ¿cuantas veces había acudido Akane cuando se encontraba sola? ¿Cuantas veces fue a pedir ayuda a su madre porque alguno de sus hermanos se encontraba mal y no sabía como atenderle? Cuando aquella horrible mujer castigaba a Akane sin dejarla entrar en su casa o la echaba directamente para que "reflexionase" ¿A donde acudía Akane? Y el año que nadie se acordó del cumpleaños de Akane ¿quien lo hizo?... Cuando eran pequeñas Jisei fantaseaba con la idea de que un día sus padres iban y le decían a los padres de Akane que ya que no querían a Akane ellos la iban a adoptar y entonces serían hermanas... Cosas de niñas.
Así que, si, estaba preocupada por Akane y por las intenciones de Kamui ¿Realmente a Kamui le gustaba Akane? Es que le era muy difícil creerlo, solo sabía que cuando Akane estaba cerca de él su aura se volvía cálida como no la había visto nunca, ni siquiera estando con Momoka o Nowaki.
Tampoco podía evitar recordar la última conversación que tuvo con Kamui. Ella regresaba de la playa, de despedirse cuando le encontró.
"...- ¿Tienes un momento? - le salió al paso el chico.
- Si claro ¿Que sucede?
- Ven, vamos al jardín.
Jisei le siguió intrigada hasta llegar al jardín, allí se sentaron en un par de sillas.
- Oye Jisei - habló de repente el chico - ¿No te extraña que te haya dicho que vinieras?
- Un poco si. Supongo que quieres preguntarme algo.
- Claro, tú siempre lo sabes todo antes de que pase.
- Eso no es cierto, no lo se todo.
- ¿Y que crees que quiero preguntarte?
- No hace falta ni ser lista ni leer la mente o tener poderes para saberlo. Algo querrás saber de Akane.
- Quería preguntarte como estaba.
- ¿Por qué?
Kamui guardó silencio durante unos minutos, realmente no sabía que le había llevado a salir al jardín con Jisei ni porqué quería preguntar por Akane.
- Yo también quería hablar contigo, si te digo la verdad.
- Me quieres advertir que no haga daño a Akane?
- No especialmente. He aprendido que uno no debe meterse en la vida de los demás. Lo que me gustaría saber es que sientes realmente por Akane, a que se debe esa curiosidad por ella.
- ¿Crees que lo mío es curiosidad?
- Por supuesto. Ella es muy distinta a otras chicas que conoces, te llama la atención.
- Que equivocada estás - sonrió débilmente - Lo que me gustaría saber es porqué a su lado me siento... distinto.
- ¿De veras te gusta Akane?
- ¿Por qué a todo el mundo le resulta tan raro? ¿Por qué todo el mundo piensa que voy dañar a otros?
- Está bien Kamui, no te alteres.
- No me altero. Simplemente no entiendo porqué tengo que dar tantas explicaciones de lo que hago. Me gusta Akane, si, me gusta ¿No me puede gustar? ¿No es una chica como las demás? ¿Es que tiene algo de especial que impide que me guste?
- Es que... no te ofendas, pero resulta raro.
- ¿Por qué?
- Porque no es tu tipo.
- ¿Es que tengo un tipo?
- Perdona, no quiero decir... Es que Akane es mi amiga y...
- Tienes miedo de que el Kaguya se burle de ella o algo así porque claro, soy el Kaguya, soy un traidor y no se puede uno fiar de mí.
- Lo siento, no quería ofenderte.
- Estoy muy harto, toda mi vida ha sido siempre así, nadie me ha visto como a Kamui, siempre he sido el Kaguya y siempre se ha esperado de mí que fuera perfecto... "como tu hermano, Kamui, tienes que ser como Fuma" "si eres el hermano de Fuma seguro que también eres un genio" La primera persona que me ha tratado sin miedos, sin mirar que soy un Kaguya, sin juzgarme por lo que hice ha sido Akane.
- Eso no es cierto, Nowaki te dio su amistad.
- Pero no es lo mismo. Por favor Jisei, yo quería que le dieras esta carta a Akane, si no es mucha molestia.
Sacó del bolsillo de su pantalón un sobre doblado. Jisei lo cogió y lo miró con intriga.
- ¿Puedo preguntar que es?
- Le cuento lo que ha sucedido con Momoka. Quiero que lo sepa con mis palabras, no que se lo cuente otra persona, que conozca mi versión.
- ¿Y por qué no se lo dices tu?
- Porque cuando la miro se me olvida lo que quiero decir, porque se que ella me va a preguntar si ya he aclarado mis sentimientos, porque conseguirá liarme, lo se, cuando estoy con ella no se explicarme...
Y entonces Jisei vio en los ojos de Kamui la misma tristeza que en su sueño... ese chico presuntuoso y frío solo era un niño que se sentía solo..."
Al entrar en su casa, Jisei se llevó una última sorpresa: Inari estaba allí. Ambos se miraron en silencio, evitando que sus ojos delatasen que se alegraban de verse más de lo que unos simples amigos se debían alegrar.
Ver de nuevo a Inari produjo en ella una sensación de felicidad que casi le asustaba y lo que no sabía es que esa misma sensación se producía en Inari. Esto molestaba mucho a Inari ¿por qué esa chica, una alumna suya tenía que producirle esas sensaciones? ¿Por qué no podía dejar de mirarla? ¿Por qué se alegraba de ver su sonrisa? Pensó que durante las vacaciones todo se calmaría y volvería a ser como antes, si no la veía todos los días quizás conseguiría enfriar su mente pero no, al contrario, no verla le había producido una extraña ansiedad y ahora que la veía de nuevo se sentía como un quinceañero ante su primer amor.
Cuando Jisei al fin se encontró sola en su habitación se sentó apesadumbrada en la cama. Ella tenía su propio secreto y notaba como la empezaba a agobiar. Hubiera querido desahogarse con sus amigas pero había sido imposible, Akane se encontraba muy estresada y no quería preocuparla mas, Ryuko se ahogaba en un vaso de agua así que mejor no insistirle, ahora a Xu-Xu le había pasado eso... Sumire... quizás... pero es que Sumire era demasiado romántica, lo mismo no veía complicación en su historia con Inari... pero ella necesitaba hablar con alguien, la experiencia le había demostrado que ocultar secretos solo para ti no te ayuda en nada.
Aún le quedaba dos opciones, una era su madre pero tampoco quería preocuparla y su madre iba a preocuparse, seguro, aunque era la mejor opción pero antes quería contárselo a otra persona y ella tenía un amigo, un buen amigo, nunca le había fallado y siempre que le veía le reprochaba que ya no hablaran... Cogió su móvil... si, le llamaría... seguro que él querrá escucharla, no pretendía que nadie solucionase sus problemas, solo hablar, solo contarlos. Ahora que estaba sola en la habitación llamaría... si, habían pasado demasiadas cosas en muy poco tiempo y necesitaba hablar con alguien. Marcó... tardaban en contestar, estaba a punto de colgar cuando oyó una voz femenina al otro lado.
- ¿Si, dígame?
- Si, buenas noches, perdone ¿no es ese el teléfono de Kimisuke Irie?
- Si, si lo es.
- Ah, perdone que le moleste a estas horas pero ¿puede ponerse?
- ¿Quien le llama?
- Soy una amiga suya... del instituto... me llamo Jisei.
- ¿Jisei, eres tú, bonita? Soy la madre de Kimisuke.
- Buenas noches señora Irie.
- ¡Cuanto tiempo sin saber de ti! ¿Cómo estás?
- Bien, bien.
- Es que mira, Kimisuke está en el hospital ingresado.
- ¿Ingresado?
- Es que ya sabes lo débil que tiene los pulmones, se resfrió y tiene neumonía.
- ¿Pero como está?
- Está fuera de peligro, no te preocupes.
- ¿Está en el hospital de Kizuna?
- Si, en la cuarta planta.
- ¿Que habitación?
- 415-B.
- 415-B - apuntó en un papel que encontró - Déle un beso de mi parte y dígale que voy a ir a visitarle ¿vale?
Las noticias corren a veces demasiado y al día siguiente Chiharu miraba con gesto triunfante a Akira que le devolvía una mirada llena de aburrimiento.
- ¿A que no sabes lo que sé, Aki? Venga, pregúntame, pregúntame.
- ¿De que te has enterado? - dijo sin mucho entusiasmo.
- De que Yuri tiene un nuevo novio.
- Pues mira que bien.
- ¿No te interesa saber quien es?
- Pues la verdad, no.
- Pues es un amigo tuyo.
- ¿A quien habrá engañado esta vez?
- ¿Ves como si tienes curiosidad?
- Ah, que pesada que eres.
- ¡Ya estáis discutiendo! - gritó la madre.
- Tu hijo no quiere reconocer que se muere por saber quien es el nuevo novio de Yuri.
- ¿Yuri tiene novio? ¿Akira tu sabías eso?
- Yuri tiene muchos novios al cabo del año, uno más no llama la atención.
- Pero hijo ¿Es que no te importa?
- ¿Debería importarme?
- Si fueras como debes ser no pasarían estas cosas. La culpa es tuya y solo tuya, te mereces lo que te pase por dejado, la pobre Yuri no puede estar esperándote toda la vida.
- Bueno ¿Te digo con quien está saliendo?
- Haz lo que quieras, seguro que no vas a parar hasta decirlo.
- Kenshi Tsumerage.
Eso llamó la atención de Akira que miró a su hermana entre incrédulo y burlón.
- ¿Qué?
- ¿Quien es ese? - preguntó la madre - ¿Le conozco?
- El hermano de la veterinaria, ese que sus padres tienen un criadero de perros.
- ¿Ke... Kenshi? - repetía incrédulo Akira.
- Ah, ya caigo - decía la madre - Un chico muy guapo y simpático.
- Ese mismo hermanito.
- ¿Cómo va a salir Kenshi con Yuri? No, mejor ¿Cómo va a salir Yuri con Kenshi? Es absurdo.
- Pues me lo ha dicho Touya.
- Te está tomando el pelo o se ha equivocado.
- Yuri es su hermana, no creo que se equivoque.
- Me lo creeré cuando lo vea.
- Pues lo verás.
- Bueno - cortó la madre - Venga, levántate que tenemos que ir a comprar.
- Pero mamá... - se quejó el chico.
- Ni peros ni nada, vamos y no lo pienses mas, ya verás que Yuri se da cuenta de que tu vales mas, además tu ya tienes a tu chica, Akane ¿no? Haberlo pensado antes... vamos.
Akira tenía la sensación de haber viajado a un universo paralelo. Pero si pensaba que eso era absurdo no se imaginaba lo que le esperaba.
Después de hacer las comprar, la madre sugirió o más bien ordenó, ir a una cafetería a tomar algo. Habían escogido una mesa. A punto estaba Akira de sentarse cuando sintió algo agarrándose a una de sus piernas.
- ¡Aki, hermanito! - gritaba el pequeño hermano de Akane.
- Hombre, el anticristo - miró a su alrededor, la madre de Akane se dirigía hacia ellos.
- ¿Conoces a este niño, Akira? - interrogó su madre.
- Es el hermano pequeño de Akane.
- Lo siento, disculpen - decía la madre de Akane - Kenta por favor, suelta a Akira.
- ¿Y el gatito?
- Durmiendo.
- Lo siento. Kenta, que lo sueltes te digo.
- No se preocupe señora - habló Yoshiko.
- Ah, disculpen, soy Misae Ryuga, la madre de Akane, encantada.
- Encantada señora Ryuga yo soy Yoshiko Shikamoto, tenía ganas de conocerla.
- Quiero ver al gatito - insistía el pequeño.
- Kenta no me seas caprichoso. Lo siento Akira, ya sabes el cariño que te ha cogido. Vamos, pórtate bien o no te dejará ver más al gatito, ni te hará lo del conejo. Lo siento señora, ya sabe como son los niños.
- No se preocupe ¿Quiere tomar algo con nosotros?
- No quiero molestar, gracias.
- No es molestia, siéntese. Akira tu y tu hermana llevad al pequeño al parque infantil... venga.
- Pero... - La mirada de su madre se le clavó en el cerebro - Esta bien. Anda Kenta, vamos a jugar al parque.
- No te molestes Akira.
- No es molestia señora. Venga - cogió al niño de la mano - Vamos Chiharu.
Las dos madres se sentaron una frente a la otra mientras Akira se marchaba mirándolas de reojo, aquello no presagiaba nada bueno. El pequeño se soltó y dando un gritito echó a correr.
- ¡Hideki!
Prácticamente arrolló al niño rubio de gafas que le devolvía el abrazo.
- Es otro de sus hermanos - explicó Akira - El Pitagorín - Akane tiene hermanos para todos los gustos.
- ¿A mi no me saludas, Kenta? - dijo Maron, la madre de Hideki.
- Mira Maron, es Aki, voy a jugar con él.
- Akira que alegría verte.
- ¿Cómo está señora Kumoyuki? Esta es mi hermana Chiharu... ella es la esposa del padre de Akane.
- Kenta ¿Dónde está tu mamá?
- Está allí... - señaló el pequeño - Vamos Aki - tiraba de él - Vamos con Hideki al parque, vamos...
- Si, vamos - habló Hideki - Tengo unos acertijos para ti realmente difíciles.
Akira no sabía que era más problemático, si lidiar con el anticristo y el repelente Pitagorín o el que su madre se juntara con la madre y la madrastra de Akane, de allí, nada bueno podía salir.
- Menuda situación, Aki - rió Chiharu - Se han juntado tus dos suegras con tu madre ¡Tienes dos suegras!... que palo.
Maron se acercó a la mesa ocupada por Misae y Yoshiko. Maron y Misae se saludaron y Misae presentó a la madre de Akira.
- Quizás he llegado demasiado pronto - se excusaba Maron.
- No se preocupen - dijo la madre de Akira - Yo me marcho ya.
- No por favor señora Shikamoto, quédese con nosotras, a fin de cuentas Akira es casi como de la familia - habló Misae - Ya ve lo que Kenta le quiere.
- En mi casa también le apreciamos - añadía Maron - Señora Shikamoto su hijo es un encanto, educado, atento... estará muy orgullosa de él.
- No crea, no ha sido fácil educarle, es muy dejado, nada le interesa, antes de hacer cualquier cosa ya está quejándose.
- Pues yo - continuaba Misae - me alegro que esté al lado de Akane en estos momentos, la pobre lo está pasando fatal.
- ¿Le sucede algo a Akane?
- Nada importante - aclaró Misae - Maron es un poco exagerada.
- Pues yo creo que si es importante, Misae ¿Qué vamos a hacer cuando acaben las vacaciones?
- No creo que sea apropiado hablar delante de la señora Shikamoto de nuestros problemas.
- Tienes razón. Discúlpeme.
- No por favor pero ¿qué le sucede a Akane? - puede que a Yoshiko no le importase demasiado pero seguro que a su hijo si.
- No es nada grave - puntualizó Misae - Solo tiene que mudarse con su padre, en nuestra casa no hay sitio para todos.
- Es triste que digas que en tu casa no hay sitio para tu hija - pareció reprocharle Maron.
- No es eso Maron, yo no estoy echando a mi hija de casa, además según tu, vosotros tampoco podéis acogerla.
- Perdonen - intervino apurada Yoshiko - Quizás molesto.
- No, no por dios señora Shikamoto - explicó Misae - No piense mal. Mi casa es muy pequeña, tengo cuatro hijos, Akane y tres varones y solo una habitación para ellos. Akane ya es una mujer y mis hijos mayores pues... compréndame, no pueden compartir habitación, se producen situaciones muy incómodas. Ella tiene un padre, no veo nada extraño en que vaya a vivir con él.
- Pero en mi casa está mi madre, Misae, ya sabes lo mal que se llevan. No quiero que Akane... no, para ella es... No quiero que Akane sufra de nuevo.
- Exageras Maron.
- Te lo digo en serio, no pueden estar juntas, no me preguntes porqué pero...
- Tu madre nunca ha querido a mi hija, ya, ya lo se. Pero Akane ya no es una niñita...
- Por eso mismo se convierte en una situación muy violenta.
Y sin quererlo, Yoshiko fue puesta al día de la situación de esa chica. Escuchó a las dos mujeres y comprendía los dos puntos de vista. Desde luego que era inadmisible que una chica de 18 años compartiera cama con un chico de 15, por muy hermanos que fueran, a parte de lo incómodo que resultaría para esa chica no tener un espacio privado; ahí daba la razón a la madre, teniendo un padre lo mejor para ella era irse con él.
Claro que también comprendía a la mujer del padre. Por lo visto en el pasado Akane no era bien recibida con su madre, la regañaba continuamente y la criticaba por todo. Y ahora que Akane era ya mayor seguramente contestará y se revelará y las discusiones estarán a la orden del día, entre ellas dos y entre ella y su propia madre, además de con el padre de Akane. Era normal que esa mujer quisiese mantener la paz en su hogar.
Pensó en Akira, quizás por esa razón últimamente estaba tan pensativo, más de lo normal.
Los días que precedieron a la partida de "los bellotas y sus niñeros" al lago estuvieron llenos de cambios y novedades. Muchas cosas habían cambiado de pronto y todos parecían muy nerviosos ante tanto cambio.
Kyojin y Ryuko ya parecían una pareja de novios, bueno, de hecho Kyojin la presentó a sus padres como su novia, otro tema eran los padres de Ryuko, que seguían sin saber nada. Ryuko no era capaz de hablar con ellos, no se atrevía, simplemente no se atrevía. Eran demasiados severos e inflexibles y ella no encontraba ni el momento, ni como decírselo. No quería ni imaginarse la charla de su madre si lo de Kyojin salía mal. Empezaría con que "ya te lo dije", "si es que no te puedes fiar", "que tu eres muy tonta y todo te lo crees"... Todo eso le producía bastante angustia y no sabía como enfrentarse a esas situaciones. Y Kyojin lo comprendía todo, él siempre le decía que no se preocupase, que lo entendía y que no pasaba nada, ya encontrarían el momento.
Jisei tenía las tardes bastante ocupadas, o bien iba al templo a ayudar o pasaba por el hospital a ver a Kimisuke. Era su amigo y ya estaba harta de que la dijeran que no podía ni hablarle sobretodo cuando Kamui podía hacer lo que le viniese en gana, así que, se pusiesen como se pusiesen, ella iría a visitarle.
Xu-Xu dejó de frecuentar el grupo de Sumire. Eran muy amigas pero simplemente Sumire iba mucho con Jisei, Shibi, Karasu y los demás y era un grupo al que también se unía Kenshi así que decidió, para no tener que encontrárselo, cambiar su rutina. Ahora salía mucho con Genki, que, al igual que ella también había variado sus preferencias, antes se unía al grupo de Nowaki, por estar cerca de Momoka, ahora ellos dos se juntaban con Hizashi y Karura.
Momoka salía bastante con Kamui, también iban con ellos Yuri y Kenshi, al que la chica prácticamente arrastraba. A este grupo se unía frecuentemente Nowaki junto con Himeko y Kohaku porque Nowaki no estaba dispuesto a renunciar a ninguno de sus amigos.
El día que Hizashi y Karura se marcharon a pasar esos días al lago, Xu-Xu decidió entonces ir a visitar a Sumire, a ver como andaban las cosas. Sumire se alegró mucho de verla y la regañó por tonta y juntas fueron a buscar a Jisei.
Encontraron a Jisei buscando algo por su habitación bastante preocupada.
- ¿Pero que se te ha perdido? - la interrogó Sumire.
- Un frasquito con unos polvos que compré hace tiempo.
- ¿Droga?
- Pues mira, no se si es droga, nunca los he usado.
- ¿Y para que compras algo que no usas? - preguntó Xu-Xu.
- Porque me hizo gracia. Decían que era cuerno de dragón... a saber que sería, lo mismo yeso, lo mismo... ¡ayyyyyyy!
- ¿Y es importante? - añadió Sumire.
- Pues si. Se supone que es un afrodisíaco... a saber que será. ¡Ay madre que no se los hayan llevado!
- ¿Quien?
- Esos pequeños demonios, Sumomo y Yusuke ¡Ayyyyyy! Por dios, que no lo hayan cogido.
- ¿Y cómo lo iban a coger?
- Es que, hace unos días Lee vino a mi casa para que le ayudase con los deberes del verano y se trajo a su hermana... no se porqué, no me lo preguntes, dijo que estaba aburrida y sola y quería venir y me pidió que la dejase ver mis libros de conjuros y yo, para que estuviese entretenida se los dejé. Y luego otro día vino con Yusuke y yo no estaba y mi madre les dejó entran en mi habitación y... de Yusuke no me fío de un pelo.
- ¿Y para que iban a querer coger ellos polvos de cuerno de dragón? - rió Xu-Xu.
- De esas mentes nada bueno puede salir.
- ¿Y estás segura de que han sido ellos? - inquirió Sumire.
- Ay no, no lo se, solo se que hoy me he puesto a colocar mis frasquitos y no lo encuentro.
- Lo mismo se te ha caído por aquí.
- Ya lo se, es lo que había pensado...
- Desde luego eso te pasa por comprar cosas tan raras que no sabes ni lo que son.
Después de seguir buscando un rato más y no encontrar nada, las tres chicas salieron rumbo al hospital. Jisei iba a ir a ver a Kimisuke, no lo iba a ocultar, si querían acompañarla que la acompañasen, si no, que la esperasen donde fueran.
- Ah pues yo te acompaño, ayer te dije que te acompañaría - dijo muy resuelta Sumire - Quiero conocerle.
- Pero Sumire - la habló Xu-Xu - No seas loca, es un chico de 2-1, no es buena gente.
- Ah pero si se le ha dado una oportunidad a Kamui ¿por qué a él no?
- Eso digo yo - protestó Jisei - ¿Por qué a él no?
- Pues... pues no lo se. Venga, yo también voy, no creo que nos vaya a comer.
- Eso es Xu-Xu, esa es la actitud que me gusta - sonrió Jisei - Por cierto ¿cómo es que ya no vienes con el grupo?
- No es por nada, simplemente no coincidimos.
- Ya, claro.
- Pues que sepas - añadió Sumire - Que Kenshi tampoco viene.
- ¿Y eso que tiene que ver?
- Es que a Yuri le gusta ir mas con Momoka, lógico, es su amiga - explicó Jisei.
- No sé que tiene que ver eso conmigo.
- Que puedes venir con nosotros sin problema - volvió a añadir Sumire.
- ¿Creéis que no voy con vosotras por no ver a Kenshi? - Sumire y Jisei afirmaron con la cabeza - Pues estáis muy equivocadas. No voy porque no voy, porque quedo con Genki y Hizashi que también son mis amigos.
- Si eso me parece muy bien - dijo Jisei - Solo es para que lo tengas presente.
- A lo mejor no voy con vosotros para no tener que aguantar estas cosas. Os he dicho que yo estoy bien. No me importa con quien salga Kenshi pero no se os mete en la cabeza y me... me estáis cansando ya.
Todos esos días la madre de Akane había estado dándole vueltas a una misma idea. Cuando estuvo hablando con "las madres" de Akane y le contaron la situación de la chica ella preguntó que es o que opinaba Akane y Maron lo explicó muy claro:
"...- Quiere buscarse un apartamento o una habitación o lo que sea. No quiere ir a mi casa, es normal. Dice que va a buscar un trabajo y en cuanto pueda se independizará..."
Aunque pareciera extraño era la solución más lógica de todas. Pero independizarse cuesta dinero. Las dos familias estaban dispuestas a ayudarla un poco pero no parecía suficiente.
Era lamentable comprobar como una hija puede ser una molestia. Yoshiko no la tenía especial afecto, a penas la conocía y quería robarle a su hijo pero no podía evitar sentirse mal, porque nadie pensaba realmente en esa chica y en como debía sentirse... quizás Akira si lo hiciera, conocía a su hijo, a él esas cosas no le traían sin cuidado. Por eso, después de varios días analizándolo todo, tomó la decisión que tomó.
A la hora de la cena, sentados los cuatro alrededor de la mesa, viendo la televisión, Yoshiko soltó de golpe la noticia:
- A partir del mes que viene Akane va a vivir aquí.
Akira y Akito la miraron con el mismo gesto de "¿De qué narices hablas?"
- ¿Quien va a vivir aquí? - preguntó Chiharu.
- Akane, la amiga de tu hermano. No va a ser algo definitivo, por supuesto.
- ¿Si? ¿Akira tú lo sabías? ¿Y por qué? ¿La hemos adoptado o algo? ¿No estará embarazada?
- ¡Pero que tonterías dices! Akira cierra la boca, es de mala educación enseñar la comida.
- Perdona cariño - habló el padre - ¿Has dicho que esa chica va a vivir con nosotros?
- No, con nosotros no, vivirá aquí. Prepararemos una de las habitaciones de la otra casa para ella. Le daremos toda la libertad que podamos.
- Mamá - dijo Akira sin creerse lo que oía - ¿Te ha dado por beber?
- ¡No me faltes el respeto!
- Lo siento.
- A ver, cariño - insistía el padre - Explícanos eso despacio.
- Esa pobre criatura no tiene donde vivir, teniendo nosotros toda una casa vacía ¿cómo podemos consentirlo?
- ¿Tú lo sabías, Akira?
- Pues si, se que tiene problemas, en casa de su madre no tiene sitio y en casa de su padre no... no está bien.
- ¿Es allí donde...? - comenzó a decir su padre.
- Allí vive una señora que no la trató muy bien.
- En ese caso no hay nada más que decir, vivirá aquí.
- Yo también vivo aquí - intervino Chiharu - ¿No me preguntáis a mí? A fin de cuentas es una persona que no es de la familia, una intrusa.
- ¡Chiharu! - recriminó la madre.
- Tiene razón, mamá, no puedes meter a una extraña en casa, no sabes que clase de persona puede ser ¿y si es una... delincuente?
- ¿Que pasa, hermanito? ¿Tienes miedo de que viole? O... a lo mejor es que crees no poder controlar tus impulsos.
- No puede vivir aquí, mamá.
- Ya está decidido. Hasta que encuentre un trabajo que le de algo para ahorrar vivirá aquí.
- ¡Papá, dile algo!
- ¿Que le voy a decir? Tu mismo estabas preocupado por ella, tu mismo me contaste lo que sufrió de pequeña ¿no querías ayudarla?
- Pe... pero...
- ¿Y que hacemos? - Akito le miró muy serio a los ojos - ¿La dejamos? ¿Serás capaz de mirar a la cara sabiendo lo que está pasando? Creí que era tu amiga y te preocupabas o quizás es mejor cerrar los ojos ¿no?
- Es que ella... la conozco... no va a querer...
- Sus padres están dispuestos a ayudarla - continuó Yoshiko - Le darán una paga eso ayudará en los gastos de luz y gas.
- ¿Y el desayuno? ¿Y la cena? - insistía Akira.
- ¡Deja de poner pegas!
- Pero ¿Y nuestra intimidad? ¿Y la suya?
- Akira ya está todo pensado. Dormirá en la otra casa, su madre ha dicho que va a conseguirle una cocina pequeña y su otra madre una nevera de segunda mano. Podrá hacerse su desayuno y su cena si quiere.
- ¿Y su ropa? ¿Y su aseo personal?
- ¿Que no tenemos baños en la otra casa? Y la ropa se la llevará los fines de semana a la casa que la toque, porque solo estará aquí entre diario, los fines de semana y las fiestas irá con sus padres.
- ¡Voy a tener una hermana, que bueno!
- Ah, Akira y ya que te preocupas tanto de si es una delincuente pues te mudarás a la otra casa.
Akira hubiera querido lanzar una exclamación como "¿Qué?" o algo así pero enmudeció. Lo que acababa de decir su madre era lo mas absurdo del mundo.
- ¿Que va a vivir con ella? - gritó Chiharu.
- El hará su vida normal, con su familia, solo que dormirá allí. Es para que no esté sola en esa casa.
- Es lógico - añadió el padre - A fin de cuentas esa es tu casa, chaval.
Akira les miraba a los dos sin salir de su asombro.
- ¿Me echáis de casa?
- Que tontería... solo que, eventualmente, dormirás allí.
- Espera ¿quieres que duerma con una chica?
- Cada uno en su habitación, pondremos un cerrojo en la suya, para que se cierre, así no tendrás tentaciones - rió el padre.
- ¿Y que creéis que va a decir ella de eso?
- ¿Que va a decir? - respondió la madre - Seguro que va a estar agradecida.
- Para ella puede ser una situación muy violenta.
- Por eso pagará sus gastos.
- Pero ella me odia ¿No tiene bastante con verme en el instituto, con las actividades de teatro, cuando salimos, que encima va a verle al despertar y antes de acostarse?
- Que bien hermanito, será la primera persona que veas al levantarse y la última al acostarte.
- Eso te enseñará - dijo Yoshiko - La convivencia es muy dura, así sabrás lo que es vivir con ella, que luego te casas y te desilusiones, así conocerás sus manías.
A Akira todo eso le parecía un despropósito, sobretodo conociendo a Akane, no es que le disgustase que Akane viviese con ellos, al contrario, esa idea le producía cierta excitación nerviosa, podría estar cerca de ella para cuidarla pero ¿y Ayesa? Porque Ayesa iba incluida en el "pack" y eso era lo que le preocupaba, algo le decía que eso le iba a traer muchos dolores de cabeza ¿Y que iba a decir Akane de eso? No, a ella no le iba a gustar compartir tanta "intimidad" con él y encima tener que deberle un favor... con lo cabezota y rencorosa que era, pero, claro, como siempre era inútil discutir con su madre.
Lo que si estaba claro es que el universo se estaba plegando sobre si mismo creando una realidad alternativa en la que su madre invitaba a Akane a vivir en su casa y Kenshi salía con Yuri.

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