miércoles, 30 de noviembre de 2011

72. Por culpa de un ratoncillo intruso

Buscaron una explanada para acampar, era un sitio precioso no muy lejos del río. Para que fuera más cómodo el traslado de las tiendas llevaban 3, una de 4 plazas, otra de 2 en la que cogían perfectamente 3 personas y una individual donde había sitio para 2.
- Esto está muy claro - decía Chiharu - La abuela lo ha hecho a propósito. La grande es para las chicas, la mediana para Nowaki, Kohaku y Kyojin y esta pequeña para la pareja de novios.
- ¿No estarás insinuando que uno de esos novios soy yo? - gruñó Akane.
- Está clarísimo, mis abuelas son muy modernas, este es vuestro nidito de amor.
- A ver Chiharu - se apresuró a hablar Akira antes de que estallara de nuevo Akane - Tu teoría tiene una gran base pero es que las tiendas las he escogido yo, pesada.
- ¡Entonces eres tú el que quiere pasar la noche con Akane! - declaró triunfante Minako.
- No pienso pasar la noche contigo - advirtió Akane.
- No se porqué no, ya pasaste una noche con Kamui.
Minako y Chiharu comenzaron a hacer ruiditos nerviosos.
- Eso fue distinto y vosotras callaos ya, no voy a pasar la noche con él. Akira diles algo, diles que no es así.
- ¿Tanto te molestaría pasar la noche conmigo? - dijo con tono aburrido.
- ¡Akira!
- Ahhh... Está bien... Pesadas. A ver Chiharu en la tienda grande dormiremos los cuatro chicos, tú y Minako en la pequeña y Akane, Himeko y Ryuko en la mediana, esa era la idea. Y tú, chica desconfiada ¿de veras pensabas que quería pasar la noche contigo?
- ¿Y por qué no? - se interesó Nowaki - ¿Es que tiene ella algo de malo?
- Nowaki, no calientes el tema, haz el favor.
Minako miraba el interior de la tienda pequeña.
- Aún no está montada ¿verdad? - preguntaba.
- Casi - respondía Akira.
- Es que... es muy pequeña ¿no?
- Cogéis vosotras dos perfectamente.
- Pero es que es muy pequeña - insistía.
- Creo que a mi hermana no le gustan los sitios pequeños - aclaró Nowaki.
Akira miró en interior de la tienda y luego a Minako que movía nerviosa las manos.
- No pasa nada - intervino Himeko - Pueden dormir en esta tienda Ryuko y Akane y si a vosotros no os importa, nosotras tres en la mediana.
- ¿No te importaría? - Minako se acercó a ella cogiéndola de las manos y mirándola con ojillos tiernos.
- No, claro.
- ¡Ay que bien! Entonces hacemos eso ¿vale?
- Minako deja de comportarte como una mimada caprichosa - la regañó Nowaki.
Akira las observaba disimuladamente, le llamaba la atención el silencio de Akane y que no propusiese nada y enseguida se dio cuenta al ver como miraba la tienda pequeña... recordaba que Akane, cuando ellos se quedaron encerrados en el ascensor lo pasó francamente mal y reconoció ser claustrofóbica... ahora que lo pensaba, si de pequeña la encerraban durante horas en un armario era lógico que tuviese terror a los espacios cerrados y pequeños... todo encajaba perfectamente.
- ¿No te gustan las tiendas pequeñas, Akane? - dijo no con intención de molestarla si no de que Ryuko, siendo su amiga y conociéndola cayese en su problema de claustrofobia.
Akane no contestó pero, efectivamente, Ryuko captó la indirecta.
- Mejor Himeko y yo dormimos en la pequeña - dijo - Y que Akane duerma con su "cuñadita", tenéis que ir conociéndoos.
- Pero vosotras querréis estar juntas - hablaba con timidez Himeko.
Akane suspiró aliviada, miró a Akira que miraba hacia otro lado indiferente, sabía que él lo había hecho a propósito, estaba segura, Akira siempre la sorprendía con esos detalles.
Después de dar bastantes vueltas al tema fue esa precisamente la decisión que tomaron, Himeko y Ryuko dormirían en la tienda pequeñas.
Todo se lo estaban pasando muy bien. Montaron las tiendas, se rieron con las tonterías de Nowaki, incluso Akira había llevado su guitarra, los ánimos parecían haberse calmado. Chiharu y Minako estaban dentro de su tienda, Akira dormitaba, Kohaku, Nowaki y Himeko jugaban a las cartas, Ryuko Y Kyojin fueron a dar un paseo por los alrededores y Akane parecía estar escribiendo una especie de diario de la acampada cuando se oyeron los gritos despavoridos de Chiharu y Minako y se las vio salir atropelladamente de la tiendas mientras no paraban de dar grititos.
- ¿Qué pasa? ¿qué pasa? - corrió Nowaki hacia ellas.
- ¡Un ratón! ¡Un ratón! - chillaban nerviosas.
- Estamos en un bosque, claro que hay ratones - gritó él también.
- Típico de mujeres - se quejó Akira - Ponerse histéricas por un pobre ratoncillo.
- Es que se ha metido en la tienda - gritó como loca Minako.
- Bueno pues ya saldrá - respondía Akira con aburrimiento.
- ¡Y unas narices! - chilló Chiharu - Yo no vuelvo a meterme en esa tienda.
- Ni yo ¿Cómo vamos a dormir con eso dentro?
- ¿Que pasa? - decía Kyojin que llegaba corriendo seguido por Ryuko a los que los gritos de las chicas habían alarmado.
- ¡Había un ratón en nuestra tienda! - volvió a gritar Minako.
- Tenía ojos rojos inyectados en sangre - añadía Chiharu.
- ¡Cuidado no os vaya a devorar! - rió Kyojin.
- Chiharu por dios - se quejó Akira - Como si no supieses como son los ratoncillos de campo, has visto miles.
- Pero no en mi tienda, tocando mis cosas.
- Yo no pienso meterme ahí dentro - advertía Minako.
- Pero a ver - se acercó Kohaku - ¿Cómo era de grande?
- Enorme - contestó Akira irónico - Nuestros ratones son del tamaño de un gato o más.
- Los ratoncillos de campo son muy pequeños - explicó Kyojin.
- No lo entendéis - terció Akane - No importa el tamaño lo que importa es que es un ratón.
- ¿Tu si que nos entiendes, hermanita!
- Pues claro, un ratón es un ratón lo mires por donde lo mires.
- ¿Y que hacemos? - apuntaba Minako - Yo no pienso entrar.
- Ni yo ¿se habrá ido ya?
- Necesitamos un héroe que entre a echarlo - habló Akane mirando a Akira.
- Hermanito anda entra tú.
- Entra tú - contestó perezosamente Akira - Solo es un ratoncillo.
- Nowaki... - Minako le puso cara de cachorrillo abandonado.
Nowaki entró en la tienda refunfuñando. Al rato salió.
- Aquí no se ve nada - insistía Nowaki.
- Pues yo no lo he visto salir - advirtió Chiharu.
- Ni yo - añadía Minako - Mira bien.
- ¿Por qué no miras tú?
- Pues hasta que no me aseguréis que no está yo no entro - Minako se cruzó de brazos.
- Ni yo.
- Ah, yo tampoco - añadió Akane.
- ¡Akane! - Akira la miró con reproche.
- ¿Que pasa? Yo no puedo dormir sabiendo que hay algo peludo que se mueve.
- Claro, di que si ¿Y si se nos mete en el saco? - apuntaba Chiharu.
- O se nos sube encima con esas patitas... ¡agggg! - Minako ponía verdadera cara de asco.
- Decidido, nosotras no dormimos con ese ser - sentenció Akane.
- Pero Akane - intervino Ryuko - Ese pobre animalillo debe estar mas asustado que vosotras.
- Seguro que no sabe salir ¿no os da pena? - terciaba Kyojin.
- Con esa carita que tienen... - apeló a su compasión Ryuko.
- Claro, como no se ha metido en tu tienda... ¡A mi no me da pena! - gruñía Akane.
- Akane no tiene corazón - dijo Akira - ¿Cómo va a saber lo que es la compasión?
- A saber las ideas que tendrá en su pequeño cerebro de roedor - decía Akane.
- ¿Y dónde vais a dormir? - se burló Nowaki - ¿Al descampado?
- No - respondió Minako - Yo voy a dormir en tu tienda y tu que eres tan valiente en la mía ¿vale?
- Eso - añadía Chiharu - Y tu también, Aki.
- Ya ¿y que más? - gruñía Nowaki - ¿Por qué tengo que cambiar la tienda?
- Mira, mira - proponía Minako - Nosotras cinco dormimos juntitas en la tienda grande y vosotros os repartís en las otras dos.
- Claro, claro, la grande para nosotras las chicas.
- Vosotras sois 5, Chiharu y la tienda de 4 y es pequeña - indicaba Akira - No vais a poder dormir.
- Nos apretamos un poco, no hay problema.
- De eso ni hablar - gritó Nowaki - Yo no me voy a de mi tienda.
- Bueno pues tu te quedas - organizó Akane - Kohaku, Kyojin y Akira que se vayan a la nuestra.
- ¿Queeeeeeé? - gritó de nuevo Nowaki ¿Queréis dormir las tres conmigo? Ah no, me podéis volver loco.
- Pues te vas tu Nowaki y que se quede Kohaku - propuso Minako.
- ¿Que queréis? ¿Violarle?
- Si, mira - Akane se acercó a ellas con aires de querer organizarlo todo - Akira, Chiharu, Minako y Nowaki, que son hermanos que duerman juntos y Ryuko y Kohaku en la pequeña.
- Imposible - explicó Akira - Es una tienda individual, caben dos, pero dos pequeñitas como ellas.
- También podemos - propuso Chiharu - Hacer lo que la abuela quería. Himeko, Ryuko, Minako y yo en la grande, en la mediana Kyojin, Nowaki y Kohaku y vosotros dos en la pequeña.
Akira y Akane se miraron.
- ¿Que dices? - gritaron los dos a la vez.
- Ah no - se apresuró a contestar Akane - Yo no me meto en esa tienda con dos animales.
- Ni yo pienso compartir mi espacio con un ratón y una loca.
- ¿No habría que preguntar al ratón que opina? - seguía riendo Ryuko.
- ¿Por qué no quieres compartir tu espacio conmigo? - habló ahora bastante ofendida Akane - Pues compartí tienda con Kamui y no me lo comí.
- Y desde entonces...
- No provoques Akira - advirtió Kyojin viendo que su compañero se disponía a decir cualquier ironía - Por tu bien, no provoques.
- Déjale, déjale, a ver que dice, con suerte busco al ratón y se lo hago comer.
- ¡Di que si Akane! - jaleó Chiharu - Métele caña a mi hermano que a mi me mola.
- ¿Y por qué no entra alguien y busca al ratoncillo?- indicó Himeko.
- Vale - dijo Kohaku - Voy yo.
- Te acompaño - se ofreció Nowaki . Necesitarás alguien que te proteja.
- A saber donde se ha metido - decía Minako - Que los ratones son muy escurridizos.
- Vamos a sacar las mochilas - propuso Nowaki - Y todo, vamos a vaciarla ¿vale?
Al cabo de un rato todas las pertenencias de las chicas estaban fuera.
- Aquí no hay nada - dijo Kohaku - La tienda está limpia.
- ¿Estáis seguros? - miró de reojo Minako.
- Seguros, aquí no hay nada - repitió Nowaki.
- ¿Y si se ha metido en las mochilas?
- Pobre ratoncillo - comentó Ryuko - Que no tendrá otra cosa que hacer que hurgar en vuestras... cosas.
- ¡Ay por favor como se haya metido en mi mochila! - exclamaba Minako - ¡A mi me da algo, te lo juro!
- Aki, hermanito, mira en mi mochila.
- Y tu en la mía, Nowaki.
- Si claro, no tengo yo otra cosa que hacer ¡vaya que si! - gruñó Nowaki.
- Mira que sois complicadas y escandalosas - habló con tono aburrido Akira - Yo voy a evadirme un poco de vosotras y vuestras historias.
- Míralo - intervino Akane - Como siempre, con tu hermano no se puede contar nunca.
- Pasad de mi.
Akira se sentó para pasar a recostarse en la hierba.
- Lo mejor será vaciar las mochilas - propuso Himeko - Creo yo.
- Si pero ¿y si sale el ratón? - chilló Minako.
- Y a ver quien se pone la ropa después de... ¡ag, que asco!
- ¿Pero de veras no está en la tienda, Nowaki?
- Que no, plasta, que no.
- Ryuko asómate tu, anda - decía Chiharu.
- ¡Molestas! - se quejaba Akira en voz baja.
- Venga yo os ayudo - propuso Himeko.
Akane miró su mochila como quien mira un cubo lleno de cosas desagradables. La abrió tocándola lo menos posible, luego le dio la vuelta y la movió para que lo que había en su interior cayese fuera. Himeko, sentada en el suelo, ayudaba a a vaciar la suya a Minako y Ryuko decidió ayudar a Chiharu.
Allí no se veía nada, al menos no ratoncillos, solo ropa desperdigada.
Akira cerró los ojos cuando de pronto notó algo golpeando su cabeza.
- ¿Qué...? - se incorporó y miró lo que le había golpeado: una pitillera de plástico morada.
- ¿Qué hace tu tabaco en mi mochila? - se oyó bramar a Akane.
- ¿Pero que dices, loca?
- ¿Que qué hace ese tabaco en mi mochila? - gritó de nuevo.
- ¿Tienes tabaco en tu mochila?
- Tu sabrás, aquí el único que fuma eres tú.
Akira cogió la pitillera y la abrió, allí había algunos cigarros y un mechero.
- Primero, yo no uso mariconadas de esas, las pitilleras moradas no van con mi estilo, segundo, mi mechero no tiene conejitos colgando, tercero, no fumo esta marca y cuarto no he traído tabaco, además ¿por qué iba a meterlo en tu mochila, calabacita?
- Ah y entonces ¿quien lo ha hecho?
- Pues habrás sido tu ¿no? - respondió inocentemente Nowaki.
- Yo no fumo Nowaki ¿por qué iba a hacer eso?
- Pero yo te he visto fumar - insistía Nowaki a pesar de que la mirada de Akane en esos momentos daba miedo.
- ¿Tú estás tonto? ¿Cuando he fumado yo?
- Esto... - comenzó a decir Ryuko. Kohaku la sujetó de un brazo.
- No digas nada - le susurró - Si ha cometido un error debe servirle de escarmiento, no podéis protegerla siempre ¿nunca antes había dejado cosas de una que pudiera ver la otra?
Ryuko parpadeó perpleja ¿así que Kohaku sabía lo de la doble personalidad de Akane? ¿pero cómo?
- No... o al menos no le había causado problemas - respondió confusa también en voz baja.
- O se ha confiado o lo ha hecho a propósito. Tiene que resolverlo sola.
- Pero se va a desconcertar.
- Así tendrá mas cuidado la próxima vez, no siempre estaréis allí para ayudarla.
- ¿Y tú como sabes lo que le pasa?
- La vi fumando. Era lógico, he conocido personas con su mismo problema, para mi no es nada extraño.
Akane seguía encarándose a Akira mientras este, con cara de aburrimiento, intentaba acabar con la conversación, de seguir así terminaría con dolor de cabeza, Akane era demasiado testaruda, cuando se le metía algo entre ceja y ceja es que no se apeaba del burro.
- ¿Por qué discuten tanto? - decía Minako observándoles sentada en el suelo.
- Uy esto no es nada, a Akane aún no se le ha hinchado la vena - respondía Kyojin.
- Es parte de su naturaleza - proseguía Ryuko - Pero no te preocupes, dentro de poco estarán muy juntitos, siempre les pasa.
- Mola - añadió Chiharu - Nunca había visto a mi hermano tan... alterado, parece hasta vivo.
- Pues tu no le conoces cuando se pone celoso - explicó Kyojin - Entonces da hasta miedete.
- Ya sabía yo que debajo de esa pereza había un chico apasionado - suspiraba Minako.
- ¿Se puede saber que sabes tu de pasiones? - gritó como enloquecido Nowaki.
- Ay, Nowaki, que carca eres.
- No, no, a ver, cuéntame eso a mi.
- Anda y piérdete, pesado.
Akane, de improviso, se dejó caer al suelo mientras se llevaba las manos a la cabeza con gesto de oro.
- ¿Qué te pasa? - se alarmó Akira.
- Me duele... me duele mucho... me va a estallar.
- Himeko - la miró Kohaku interrogante - ¿Has traído lo que te di para que guardaras?
- Si, voy.
Himeko corrió a su tienda. Kohaku y Akira se arrodillaron al lado de Akane. Todos se acercaron preocupados.
- Akane... Akane - decía Kohaku - Escúchame, escucha mi voz, se que te duele pero intenta tranquilizarte.
- Toma - Himeko le pasó una pastilla y una cantimplora.
- ¿Que es eso? - interrogó Akira.
- Es solo un analgésico para la cefalea - explicó Kohaku en voz baja - a lo mejor no hice bien pero le conté a mi psicóloga lo que pasaba, ella me lo dio. Akane, tómate esta pastilla, te calmará el dolor.
Normalmente Akane no se tomaría nada sin asegurarse de lo que era pero aquel dolor la taladraba el cerebro. Cogió la pastilla, casi se la tragó sin agua.
- Ya verás, en un rato le hará efecto, es bastante fuerte, es uno de los analgésicos que me daban a mi.
Ryuko también se arrodilló a su lado y la abrazó estrechándola contra ella. Akane, como una niña pequeña se acurrucó. Akira y Kohaku se levantaron, todos se alejaron un poco.
-Qué le pasa? - preguntó con miedo Chiharu.
- Está muy estresada - comentó Himeko asombrándose ella misma de oírse tan espontáneamente en esa circunstancia y es que había hablado sin pensar, como por instinto.
- Si, es eso - añadió Akira - Creo que se siente muy agobiada.
- ¿Pero por qué?
- Tiene mucho jaleo. Es la mayor de un montón de hermanos, se ocupa de todo, ahora tiene que cambiarse de casa y me ha dicho que va a dejar la redacción del periódico... eso debe ser horrible para ella porque adora el periódico.
- ¿Es necesario que lo deje? - se interesó Himeko.
- Quiere buscar un trabajo y tendrá que dejarlo si quiere tener tiempo libre. Kyojin, le he dicho que me ocuparé mas de la obra, que seré mas responsable pero necesitaré tu ayuda.
- Claro, para eso soy tu amigo y tu ayudante, no lo olvides.
- Oye Aki - Chiharu se plantó delante de él con las manos en jarras - Haz el favor de cuidarla mejor, esa chica te necesita así que olvida tu pereza y comportate como un Shikamoto.
Akira la miró arqueando una ceja y chasqueó la lengua.
- Ahhhhh... tienes razón.
No tardó en pasársele el dolor de cabeza. Akane poco a poco fue incorporándose a los juegos y otras actividades como preparar la cena, pero ya no era Akane, aquel olor de cabeza había dado paso a Ayesa, si, tal y como decía el libro que Akira estaba leyendo, ese era un síntoma considerado "normal". Aunque en esta ocasión Ayesa no parecía comportarse de forma extraña o inhabitual en Akane, Akira estaba bastante molesto ¿por qué tenía que aparecer ella?
- Quería hacer una especie de terapia, un juego - le dijo Kohaku cuando tuvieron ocasión de quedarse a solas - Pero veo que no es buen momento.
- Sobretodo porque no es Akane - respondió el aludido.
- ¿Y cómo lo sabes?
- Ha estado comiendo con la izquierda, Ayesa es zurda ¿no es curioso? Supongo que es que es ambidiestra y que a Akane nunca le ha dado por utilizar esa mano, a lo mejor ni sabe que la maneja igual que la derecha... es curioso. Bueno eso y su forma de hablar, su manera de caminar, de sentarse, como se ha recogido el pelo, las gafas que se las ha quitado... no, no es Akane.
- Te fijas mucho en todos los detalles.
- No lo puedo evitar, mi mente es muy analítica.
- Pensé que era porque conoces muy bien a Akane. Es fantástico que sepas reconocerla ante una copia exacta.
- No es una copia exacta.
- Es la misma persona.
- ¡Ah! Todo es muy complicado, menuda complicación ¿Tú no reconocerías a una buena amiga tuya?
- Supongo que reconocería a Himeko entre decenas de Himekos iguales.
- ¿Lo ves?
- Pero es que yo estoy enamorado de Himeko ¿No te habías dado cuenta?
Kohaku esbozó una leve sonrisa y se marchó. Akira se quedó perplejo.
- ¿Kohaku está siendo irónico conmigo? Esto si que es nuevo - comentó para si mismo incrédulo - ¿Kohaku irónico? ¿Kohaku sabe decir indirectas? Esto es algo desconcertante.
Se hizo tarde y llegó la hora de ir a dormir. Algunos se fueron metiendo en las tiendas, otros andaban de allá para acá, Chiharu y Minako estaban sentadas dentro de la tienda pero con las piernas fuera y Ayesa se sentó enfrente de ellas. Las tres se lo estaban pasando muy bien contando chistes y anécdotas sobretodo anécdotas de Akira cuando era pequeño. Ayesa sacó la polémica pitillera de en un bolsillo de la chaqueta del chándal, de ahí un cigarrillo y lo encendió.
- ¿Vas a fumar? - casi gritó Minako - Yo no sabía que fumabas.
- Y no lo hago, es para fastidiar a Akira. Me he propuesto mosquearle, veréis como se pone cuando me vea.
- ¿Por qué le haces eso? - preguntó Chiharu - ¿Para llamar su atención? ¿O es que te cae mal de verdad?
- Ah no, él me gusta, pero me encanta meterme con él, es tan... tan así, es que a veces pienso que no tiene sangre en las venas.
- Bueno es que mi hermano se toma las cosas con calma.
- Y tanto - repuso Minako - Siempre se queja y parece cansado.
- Mi madre se pasa el día gritándole pero tiene un punto bueno, cuando tiene que hacer algo que considera importante lo hace sin pensar en el trabajo que le va a suponer.
- Oye ¿y está bueno el tabaco? - preguntó curiosa Minako.
- ¿Quieres una calada?
- ¡Pero que dices! No, no.
- Hija, solo es una calada... aunque haces bien, es mejor ni probarlo.
- ¿Y tú por qué lo haces? - insistió Chiharu.
- Ya te lo he dicho, por fastidiar a tu hermano.
- ¿Es verdad que engancha?
- Eso dicen. Yo fumo poco, mira, este es el primero de hoy. Pero lo mejor es no empezar a fumar.
- ¿Puedo dar un calada? - preguntó con miedo Minako.
- No deberías pero... en la vida hay que probar de todo.
- ¿Se puede saber que cojones haces? - dijo muy serio Akira mirándola con los brazos cruzados, en pie, a su lado.
- Le iba a dar una calada ¿Quieres tu?
- Debería arte un capón y clavarte en el suelo. Tienen 14 años, le estás ofreciendo tabaco a unas niñas de 14 años.
- ¿Tú cuantos tenías cuando empezaste a fumar? - respondió con toda tranquilidad - ¿15? ¿16?
- Yo soy imbécil y me hago daño a mi mismo, tú se lo haces a inocentes.
- Jo Aki que aburrido eres, si no íbamos a fumar, solo era una broma.
- ¿Una broma? ¿Qué broma? Es igual, ni siquiera debería fumar a vuestro lado.
- Oh, habla el que no contamina.
El tono de Ayesa no era de enfado, ni molesto, no era el habitual tono medio nervioso, medio irritado de Akane, no, ella no hablaba enfadada, hablaba tranquilamente, con cierto punto de cinismo.
- ¿Te parece ético el ejemplo que les das? - la recriminaba Akira.
- ¿Y tú, cariño? ¿No fumas?
- Pues mira no, no he traído tabaco.
- Un error, escogiste mal día para dejar de fumar ¿Quieres?
- ¿Te importaría que discutiésemos esto en privado? ¡Apaga ese cigarro de una vez! Cada vez eres mas... Anda, acompáñame.
Ayesa se levantó.
- ¿A dónde me llevas, cielo?
- Solo a charlar un poco sobre tu actitud.
Akira la miró, llevaba un pijama de verano o algo así, eran unos pantalones cortos, muy cortos y una camiseta de tirantes, encima se había puesto un chaqueta de chándal, en ese momento se la estaba abrochando.
- ¿No tienes fresco? ¿Vas a ir así?
- ¿Se me ve algo? No. Pues eso.
- ¿Dónde vas Akira? - preguntó Nowaki.
- A discutir en privado - respondió Ayesa.
- Volvemos en seguida - añadió Akira.
Nowaki entró en la tienda donde ya estaba Kohaku.
- Akira y Akane van a volver a discutir.
- ¿Otra vez?
- ¿No deberíamos hacer algo?
- No, déjales, parece que forma parte de su rutina diaria.
- Mira que son raritos.
Pero no discutían. Estaban a la orilla el río. Ayesa miraba casi hipnotizada el agua.
- ¿Por qué has aparecido, Ayesa?
- ¿Te molesto?
- Yo quería...
- Si, ya se, querías que fuese Akane todo el tiempo pero ¿que quieres? Encontró el paquete de tabaco, no entendía que hacía en su mochila y se puso nerviosa.
- Creo que pusiste ese paquete a posta, para que se pusiese nerviosa y aparecer tu.
- ¿Eso crees?
- Eres muy perversa.
- Uy perversa.. que palabra tan horrible. A lo mejor crees que lo hice para verte.
- No se porqué lo haces ni me importa.
- A lo mejor si quería verte - Ayesa se situó delante de él mirándole fijamente y sonriendo.
- Da igual, el caso es que no debes ofrecerle tabaco o a mi hermana nunca, nunca.
- ¿Te pongo nervioso?
- Bastante ¿Se puede saber que haces? - Ayesa se desabrochaba la chaqueta del chándal - Vas a coger frío y no me vas a provocar.
- Si no quiero provocarte - se quitó la chaqueta dejándola caer al suelo - ¿Sabes lo que me apetece ahora mismo?
Con toda la naturalidad del mundo, Ayesa se quitó la única prenda que tapaba su pecho desnudo: la camiseta. Los ojos de Akira se salieron de sus órbitas, la mandíbula se le desencajó mientras notaba como toda la sangre que debía regar su cerebro se acumulaba en su entrepierna, eso debía de ser, que su cerebro se había quedado sin oxígeno, porque no era capaz de hablar, ni de moverse.
- Me apetece darme un baño.
Y también con toda la naturalidad posible, Ayesa se giró y llevó sus manos al pantalón. Akira no vio mas, un resorte interno que aún parecía funcionar le obligó a girarse. Sentía su corazón latir como un caballo desbocado y el aire que tomaba en su pulmones se le antojaba escaso. Oyó chapotear el agua.
- ¿Te... te has metido ya?
- Si, ya puedes mirar sin miedo.
Pero con miedo se giró. Si, Ayesa estaba en el río, a sus pies la camiseta y el pantaloncito del pijama.
- ¿Te metes conmigo?
- Tu no estás bien, estás enferma y te vas a poner más enferma, el agua está fría.
- Anda y no seas tímido, ven, que yo te daré calorcito.
Akira ya no podía mas, esto era demasiado, estas cosas no se le hacían a un adolescente, se iba a volver loco.
- Voy a por una toalla - habló en tono grave - Te resfriarán.
- Trae otra para ti, la necesitarás.
- ¡Déjame en paz!
Y gruñendo para si lo difícil, molesta, imposible, inconsciente, perversa y descarada que era esa chica, regresó hasta donde habían acampado, todo el mundo estaba ya en sus tiendas, él entró en la suya.
- ¡Maldita condenada!
- ¿Que te pasa? - preguntó Nowaki - ¿Y Akane?
- Está bañándose en el río la muy... loca - respondió mientras rebuscaba nervioso en su mochila.
- ¿Bañándose? - insistió Kyojin - ¿A estas horas?
- Si, bañándose... desnuda.
- ¿Desnuda? - casi gritaron a la vez sus tres compañeros de tienda.
- Vaya - habló Kyojin tras la sorpresa inicial - Muy novelesco ¿no? Bañándose a la luz de la luna.
- Está loca.
- ¿Donde vas, Nowaki? - le recriminó Kohaku.
- No... es que yo... ¿Está sola? Es peligroso bañarse sola en un río de noche.
- Tranquilo - Akira había conseguido la toalla y se disponía a salir - Si se la traga el río, la escupirá, a esa no la aguanta nadie.
Con la toalla en la mano se acercó a la tienda de Ryuko y Himeko.
- Ryuko ¿Puedes salir? Es importante.
- ¿Que pasa?
- O Himeko, la que sea.
Abrieron la tienda. Akira les tiró la toalla.
- Tu amiga está bañándose desnuda en el río, llévale esto y que salga pero ya... y que se vista.
- ¿Por qué no vas tu?
- Ah no, yo ya he tenido mi dosis de sobrecarga hormonal.
Ryuko cogió la toalla y salió.
- Bueno, voy a ver.
Akira volvió a su tienda, entró y se tumbó boca abajo, tapándose la cabeza con lo primero que encontró, unos pantalones parecían.
- ¿Estás bien? - se interesó Kyojin.
- No. No estoy bien, ahora no voy a poder mirarla más a la cara sin pensar en... ahggg... que situación más... difícil.
- ¿Vosotros estáis seguros de que Akane no se droga? - preguntó inocente Nowaki.
- Yo no se si se droga o no pero que va a acabar con mi salud mental eso es seguro.
- ¿Eso que hace es normal? - volvió a preguntar Nowaki - Lo de bañarse a estas horas, digo.
Akira se incorporó y respiró hondo.
- Bueno, no es tan raro - intercedió Kyojin.
- ¿Suele hacer a menudo esas cosas? - se interesó ahora Kohaku.
- Ella es una chica abierta - respondió con burla Kyojin - Así... natural.
- Si, natural como la vida misma - le replicaba Akira molesto - Loca, pero natural.
- ¿Y tú la has visto desnuda? - Nowaki se acercó con cara intrigante a Akira.
- No Nowaki, es de noche, no he visto nada.
- Entonces ¿Por qué te pones así? ¿Eh?
- Porque está loca, nunca me escucha.
Nowaki se acercó más y me miró fijamente a los ojos no muy convencido de su respuesta.
- Humh... entre vosotros hay algo, algo oscuro y siniestro ¡vaya que si!
- ¿Oscuro y siniestro?
- ¿Le has hecho algo para que te tenga tanta tirria?
- ¡Yo que le voy a hacer! Te lo digo, está loca.
- ¿Hace cosas como esas delante de todo el mundo? - volvió a interesarse Kohaku
- ¡Y yo que se! A mi desde luego es la primera vez que se me desnuda así como tal cosa.
- ¿Se ha desnudado? - casi gritó Nowaki.
- ¿Pues no te he dicho que se estaba bañando desnuda?
- Pero ¿Desnuda, desnuda?
- A lo mejor llevaba braguitas, yo no he mirado.
- Pues si que eres tonto... oye ¿y arriba?
- Nowaki, déjalo ya, tu mente empieza a imaginar lo que no debe - le regañó Kohaku.
- Es cierto porque me la estoy imaginando solo con ese tanga que... mejor pienso en otra cosa.
- Mejor será - Akira le miró de reojo - Estás siéndole infiel a Momoka con el pensamiento.
- ¿Creéis que se bañará en el lago ese de Kamui también a la luz de la luna? - comentó como si nada Kyojin pero con bastante malicia.
- Pues si le entran ganas, lo hará - contestó mosqueado Akira.
- ¿Y se desnudará delante de Kamui? ¡Ay madre, ay madre!
- Bueno - intervino Kohaku - Tampoco es para morirse, le damos demasiada importancia. Es por nuestra edad, la mente nos juega malas pasadas es mas lo que imaginamos que lo que es.
- Pero a Kamui le puede dar algo, a lo mejor hasta muere.
- No se ha muerto Akira, no se morirá él - replicó Kohaku.
- Pero a él le gusta Akane ¿no lo entendéis? Lo mismo le da un repentón o algo.
- O no - contestó irónico Akira - Lo mismo se envalentona.
- ¿Pero que dices? Kamui para eso es muy cortado.
- ¿Le has visto tu en alguna situación así? Tu amigo es mas pervertido de lo que piensas.
- ¿Kamui? ¡Anda ya! Pero si el no se fija en las chicas.
- Ya, ya... fíate tu de la virgen y no corras - rió Kyojin - La verdad es que resulta raro imaginarse a Kamui siendo pervertido como siempre es tan frío.
- Kamui es un buen tipo, es respetuoso, un caballero.
- Lo que tu digas Nowaki - Akira se metió en su saco. Ahora si que estaba molesto, pero molesto del too ¿sería capaz Ayesa de algo así? Porque él era un panoli y ella lo sabía pero ¿y Kamui? ¿sabría Ayesa que Kamui no era tan tonto como él?
- ¡Ahhhhhhh! - gritó de pronto Nowaki.
- ¿Que te pasa? ¿Ya has caído? - dijo con tono aburrido Akira.
- ¡Hoy era el cumpleaños de Kamui y se me olvidó llamarle!
- Vale - continuó con el mismo tono Akira - Que se pare el mundo que Nowaki tiene que bajarse.
- Que desastre. Voy a enviarle un mensaje, que vea que me acuerdo de él.
- De veras Nowaki que a veces pareces su novia.
- ¿Qué has dicho? - gritó.
- ¡Ay no chilles! Escandaloso - De repente Kyojin se echó a reír - ¿Y a ti que te pasa?
- Es que me estoy imaginando tu cara, Akira, mientras Akane se quitaba la ropa, que pena habérmelo perdido, debió ser un poema.
- ¡Dejadme en paz!
- Pobre Akira, esta noche no va a poder dormir tranquilo - Kyojin seguía riendo.
- Ah pues yo no pienso dormir a su lado - se quejaba Nowaki.
- ¿Me tienes miedo?
Nowaki asintió con la cabeza.
- Pueden darte ideas extrañas.
- No estoy tan desesperado como para atacarte a ti, cabeza de membrillo.
- Ya, pero por si acaso yo no duermo a tu lado.
- ¡Anda que no eres pesado ni nada! - Akira se levantó.
- ¿Y ahora donde vas?
- Será inútil que intente dormir... voy a ver la estrellas.
A Akira le gustaba ver las estrellas, era lo que mas le gustaba cuando iba al bosque, poder tumbarse y mirar cientos de luces brillando en el cielo, así, con esa calma y el frescor de la noche... sonrió, que pena no haber traído a Akane unos días después, cuando tiene el lugar el maravilloso espectáculo de lluvia de estrellas que tiene lugar cada año en esa época , las famosas "Lágrimas de San Lorenzo" que las llaman algunos... y volvió a sonreír al darse cuenta de que cuando rememoraba cosas que le gustaban siempre pensaba que quería enseñárselas a Akane; ojalá lo que tenía planeado para el día siguiente le gustase.

0 comentarios: