miércoles, 30 de noviembre de 2011

53. La manera más tonta de vencer

Inari, apoyado en una de las paredes del barracón, miraba absorto hacia el frente sin ver nada inmerso como estaba en sus pensamientos.
- Ejem - carraspeó a su lado Nanao - ¿Que pasa Inari? - gritó ahora sin mucha sutileza.
- ¡Ah! Nanao... ¿que tal la chica lesionada?
- Xu-Xu., es Xu-Xu... Ya deberías conocer a tus alumnos.
- No si yo es que...
- Tenía la clavícula descolocada ¿No has oído el grito que ha dado cuando se la han metido?
- Pues la verdad... no, pero tiene que haberle dolido bastante.
- Pues si, es muy doloroso - Callaron durante unos segundos a Nanao le resultaron incómodos - ¿Por qué estamos hablando de tonterías? Parecemos... no se lo que parecemos... desconocidos hablando de cosas que no nos importan.
- Lo siento Nanao, es que estoy un poco distraído.
- ¿Un poco? ¡Podía haberme paseado desnuda por delante de ti y no te habrías dado cuenta!
Inari sonrió amablemente ante la afirmación de la profesora.
- En serio Inari ¿te pasa algo? Estás como muy distraído.
- No, es solo que a veces me planteo dudas sobre la enseñanza y sobre lo que es ético o no.
- ¡Que tonto eres! - Nanao le dio una palmada en el hombro - Esas cosas no se piensas ¿Que ha sucedido? ¿Problemas con los alumnos?
- No, no es eso.
- ¿Por qué no quedamos un día de estos y hablamos sobre lo que sea? ¿Eh? ¡Venga! Tomaremos unas copas y nos reiremos un poco.
Inari miró a los ojos de Nanao, quizás era eso lo que necesitaba, salir con una mujer más cercana a su edad, tener una charla de amigos, distraerse, tal vez eso le ayudaría a centrarse, a volver a su vida porque llevaba unos días en los que tenía la sensación de no controlar nada. No podía dejar que una de sus alumnas le estuviese poniendo el mundo del revés... no podía permitirlo, aquella era una situación absurda e incoherente, él era un profesor, le gustaba enseñar, no iba a dejar que su carrera se arruinase y menos aún estropear la amistad con la familia Nagashiyama.
- Me parece buena idea, Nanao.
- ¡Genial! No lo olvides, tenemos una cita.
Nanao se giró para alejarse e Inari sonrió de nuevo, sonrisa que se borró inmediatamente de sus labios cuando vio unos ojos oscuros mirándole fijamente, unos ojos pertenecientes a una de sus alumnas.
- ¡Hola Nagashiyama! - la saludó Nanao al pasar por su lado.
- Hola Nanao - le devolvió el saludo Jisei.
Inari se sentía incómodo, Jisei había visto la escena y seguramente había oído lo de la cita ¿y por qué él se sentía como si estuviese haciendo algo malo? ¿Cómo si tuviese que justificarse? Jisei se acercó a él lentamente.
- ¿Cómo está Karura? - preguntó tratando de actuar con normalidad.
- Mejor... La directora le ha dado algo... unas pastillas y parece que no hace falta que vaya al hospital.
- Bien... mejor ¿no?
- Bueno yo es que quería saber si podías llevarme al punto de control donde están mis compañeros.
- ¿Y eso?
- Es que aquí yo...
- Venga, vamos.
Recorrieron la distancia que les separaba del jeep en silencio y en silencio, un silencio incómodo, Inari conducía hacia el punto de control.
- ¿Que le ha pasado a Xu-Xu? - se atrevió a romper aquel silencio Jisei.
- Creo que se ha caído de un árbol.
- Vaya. Bueno es normal que en una actividad así sucedan accidentes.
Inari frenó de golpe y apretó las manos en el volante.
- ¿Sucede algo? - se alarmó Jisei.
- ¡Maldita sea Jisei! ¡Maldita sea! - dio un golpe seco con ambas manos en el volante - Estoy perdiendo la cordura. Una parte de mí no para de repetirme que está mal, que eres mi alumna, la hermana de Kisuke, casi como mi hermana pequeña, y otra parte no puede dejar de mirarte, de ver la mujer en la que te has convertido, de desearte y de añorarte cuando no te veo. No sé lo que me pasa y no te voy a mentir, no sé si es amor o solo deseo, sé que cuando miro tus ojos me pierdo en ellos, que me muero de rabia cada vez que veo a tus compañeros cerca de ti, que anhelo estar a tu lado y hablar y bromear contigo, que de pronto empiezo a pensar en ti y me enojo conmigo mismo porque no puedo dejar de hacerlo, y cuando te veo miles de imágenes en las que te beso y te acaricio invaden mi mente, quiero tenerte cerca y sentirte y me enfado contigo porque no te das cuenta... y yo...yo...no puedo pensar con claridad, creo que me estoy convirtiendo en un depravado.
- Inari yo... - Jisei temblaba, aquello que había escuchado era más de lo que nunca podría haber supuesto - no te burles de mí porque llevo mucho tiempo sintiendo algo por ti, y no es respeto hacia un profesor, ni admiración, ni cariño de amiga. Puedo soportar que me digas que solo soy tu alumna, que me rechaces, pero no soportaría tus burlas.
Se miraron casi con miedo.
- Esto no puede seguir así - dijo temeroso Inari.
- A lo mejor... a lo mejor deberíamos conocernos mejor... creo yo... no pienses nada raro... quiero decir que a lo mejor descubriríamos que no es cierto lo que creemos ¿Tu crees que sientes algo por mí? – Inari guardó silencio – Necesitamos tiempo Inari, no solo somos Inari y Jisei, somos un profesor y una alumna, la hija de quien te ha tratado casi como a un hijo... esto es más que complicado. Yo también siento haberte provocado, no he tenido en cuenta lo difícil que resultaba para ti, solo he pensado en lo que yo sentía...
- Jisei ¿Te apetecería salir algún día conmigo? No me refiero a como amigos, si no a una cita, una cita para conocernos más íntimamente y saber de verdad lo que sentimos.
- ¿Tu crees que eso es apropiado?
- Lo que se es que sea lo que sea tenemos que solucionarlo. Si sentimos algo el uno por el otro nos enfrentaremos a ello y si no... podremos olvidarlo todo y actuar como siempre quitándonos ese peso de encima, tu misma lo dijiste.
- ¿Y si solo es uno el que lo siente?
Inari arrancó el coche de nuevo.
- Déjalo Jisei... todo es muy complicado. Es mejor que lo olvidemos todo.
- Si... es mejor, en el fondo son tonterías... pronto nos reiremos de esta situación.
Y continuaron el viaje en silencio. De nuevo habían vuelto a evitar el tema, de nuevo intentaban engañarse a si mismos sobre su situación.
El equipo de Kimisuke llegó hasta donde había sido la batalla entre los equipos naranja y magenta. Solo quedaba Kamui, sentado, abatido y con gesto de querer cobrar venganza por algo.
- ¡Kamui! - Nowaki corrió a su lado - ¿Qué te ha pasado?
- ¿No es obvio?
- ¡Nowaki no seas tan imprudente! - advirtió Hizashi - ¿No ves que podía ser una trampa?
- ¿Que ha pasado con tu equipo? - se interesó Kimisuke.
- Solo han quedado Taro y Akane, se los han llevado prisioneros. También llevan prisionera a Momoka.
- ¿A Momito? - preguntó alarmado Genki.
- Si, apareció de pronto.
- ¿Sabes dónde iban? - se apresuró Nowaki a preguntar.
- Van a llevar los prisioneros a un punto de control. Tener cuidado con ellos, sus pulseras están desactivadas y atacan por todas partes.
- ¿Y tú que haces aquí? - se interesó Kanna - ¿Por qué no vas a un punto de control? ¿Necesitas ayuda?
- Solo pienso en la paliza que me han dado. No debería haber dicho nada, los muertos no hablan, estoy cayendo muy bajo.
- ¡Venga! - gritó animado Genki - ¡Tenemos que salvar a Momoka y a Akane!
- ¡Si! - gritó también Nowaki - ¡Seremos unos héroes! y Momoka hasta quizás me de un besito, ¡ya lo verás!
- ¡Estoy deseando encontrarlos! - seguí jaleando Genki.
- Bueno vayámonos - ordenó Kimisuke.
- Nowaki - le llamó Kamui - No te fíes de Akira, no actúa como crees, además lleva mi pulsera, la que me unía a Akane, ella no está libre y...
- Tranquilo - Nowaki le miró muy serio - Rescataré a Akane.
El equipo magenta había parado a descansar y comer algo. En las mochilas llevaban algo de alimento, unos bocadillos, frutos secos, chocolate... algo que diera energía rápida.
Había separado a los tres prisioneros, no quería que estuviesen juntos para evitar que entre ellos organizasen cualquier "plan de fuga" o algo por el estilo. Akane, sentada en el suelo, observaba al equipo magenta no muy lejos de ella hablando de la estrategia a seguir. Akira hablaba y los demás le miraban atentamente. Cuando terminó se levantó y se acercó a ella.
- ¿Estás bien?
- Seguro, estupendamente.
- Vaya, por fin te decides a hablarme.
- Si, tengo muchos insultos que decirte.
Akira se sentó a su lado y la miró. A Akane aquella mirada la descolocó, por primera vez volvía a ver los ojos de su amigo, no aquellos ojos fríos e insensibles, era como volver a ver a Akira después de un tiempo.
- ¿Quieres comer algo?
- Tengo la mochila a mi espalda y las manos atadas, no se si te has dado cuenta pero no puedo sacar la comida.
- Es cierto. Muévete un poco, yo te la saco.
- Déjalo, no tengo ganas de nada.
- ¿Te has enfadado mucho?
- No... me encanta que me trates así... estoy siendo irónica, por si no te habías dado cuenta.
- ¿Quieres nueces?
- ¿Sabes por dónde te puedes meter tus nueces?
- Veo que sigues enfadada.
- A lo mejor piensas que debo reírte la gracia.
- Es culpa tuya, te ha dicho muchas veces que no me gusta verte con Kamui.
- Ah claro y yo tengo la culpa.
- Le estás dando muchas confianzas. Ese chico te va a meter en problemas.
- Eso sería problema mío.
Akira bajó la mirada.
- Claro ¿por qué tengo que preocuparme yo? Soy un poco ridículo ¿no? En fin ¿quieres nueces o no? - volvió a mirarla, Akane hubiese jurado que sus ojos ahora parecían tremendamente tristes - o mejor... tengo chocolate.
- ¡Es verdad! Tenemos chocolate ¿no se habrá derretido? Hace calor.
- Tomad - Stella llegó ofreciendo un puñado de moras - Las hemos encontrado Kyojin y yo, ya las hemos lavado y todo.
Akane frunció el ceño mientras la veía alejarse.
- ¿Qué le pasa a esa? Actúa muy raro.
- Simplemente se ha adaptado al grupo. Sabe que tiene que colaborar con nosotros, es lo más inteligente. A pesar de su aptitud pija y con aires de superioridad Stella no es tonta... al menos hasta que consiga lo que quiere ¿Quieres moras?
Akira llevó una mora hasta la boca de Akane, pensó que sus dedos corrían peligro, conociéndola lo mas seguro es que aprovechara para darle un buen mordisco. Pero lo hizo, solo aceptó la mora.
- Está dulce - dijo la chica.
- ¿Tienes hambre, eh?
- Pero nunca lo reconoceré, ya sabes como soy.
- Akane yo... necesito hablar contigo.
- No empieces a ponerte en plan de víctima, no lo soporto.
- Pero que... pesada eres... Tenemos algo pendiente y te juro que lo vamos a solucionar.
Seishiro les observaba.
- Mira que escena más tierna - musitaba.
Yuko llegó corriendo.
- ¡Akira! ¡Ya están aquí!
- Estupendo - dijo Akira levantándose - Ya sabéis lo que tenéis que hacer. Levanta Akane, Stella tu escóndete con Taro. Momoka, tú ahí quietecita, vas a disculparme pero voy a atarte al árbol.
- ¿Que soy? ¿La carnaza?
- Tú lo has dicho... un cebo perfecto.
- ¿Creéis que van a caer un una trampa tan obvia?
Momoka terminó la frase en solitario, todos habían desaparecido rápidamente y ella estaba allí sola y atada a un árbol... eso era muy ridículo.
- ¡Momoka, te encontré! - gritó Nowaki.
- ¿Momito, estás bien? - gritaba Genki.
- Nowaki no... - empezó a decir Hizashi viendo como el rubio se acercaba corriendo a ella.
Una ráfaga e disparos dieron contra Nowaki y Genki. Momoka agachó la cabeza abatida.
- Pues si... han caído... ¡Nowaki! - gritó de pronto furiosa - ¿Eres tonto o que te pasa?
- ¡Yo solo quería ayudarte!
Kimisuke, dejando a parte su habitual tranquilidad, estaba a punto de lanzarles la metralleta directamente. Kanna se había quedado parada con la boca abierta y a Ryuko le entraron ganas de reír.
- ¿Cómo no has visto que era una trampa? - gruñó entre dientes Hizashi mirando a Genki - ¿Es que nunca vas a pensar? Por que ya has caído si no te disparaba yo mismo.
La cara de Momoka mirándolos daba realmente miedo.
- ¿Sois imbéciles? - continuaba gritando - ¿En que pensabas Genki?
- Lo siento Momito, me he dejado llevar por el entusiasmo.
- Lo siento, lo siento... sois los héroes más patéticos que he visto en mi vida.
Kimisuke soltó la pistola y se dejó caer abatido sentándose en el suelo.
- No me lo puede creer.
- ¡Serán imbéciles! - gruñó Kanna - Eso es pasa por pensar con el pito.
Akira se rascaba la cabeza.
- Desde luego... tanto pensar una estrategia para esto.
Mientras, Momoka seguía gritándoles.
Ryuko, de improviso sintió un golpe en su espalda, como si le hubiesen lanzado algo, se giró buscando el origen del golpe.
- No te muevas ni digas nada - oyó un débil susurro.
- ¿Shibi?
- ¿Por qué no te rindes a mi? Total tu pareja está muerta.
- ¿Dónde estás? ¿Que haces aquí?
- Dando un paseo ¿Te rindes? Te tengo en el punto de mira.
- Si, si... me rindo... ya que más da.
- Quítate el pañuelo y lánzalo.
Ryuko, algo confusa miró a Kimisuke y Kanna que seguían alucinados viendo la escena de Momoka gritando a los otros dos que no sabían ni como justificarse. Le quitó el pañuelo y lo lanzó, enseguida Shibi apareció.
- Esta es mía - dijo sorprendiendo a Kimisuke y Kanna - No os esforcéis en dispararme, si lo hacéis descubrirán vuestra posición. El equipo magenta está disgregado y abarca todos los ángulos. Si cooperáis conmigo a o mejor podemos quitarles todas sus banderas.
Mientras hablaba rompió la pulsera de Ryuko y la lanzó golpeando a Genki en la cara.
- ¿Y esto? - dijo el chico muy perplejo.
- Tengo el pañuelo de Ryuko - habló Shibi.
- Vaya... el que faltaba - comentó Akira.
- ¿Quieres negociar, Akira?
- Paso, se lo que me vas a pedir.
- Tenía que intentarlo.
Akira tenía que pensar rápido. Shibi estaba eso, de momento, eso podía parecer una desventaja pero Akira conocía a Shibi, este era silencioso y se escabullía con facilidad, podría estar en cualquier sitio, además era metódico y bastante listo, eso quería decir que podría acercarse a cualquiera de su equipo y derribarle. Akira quería que su equipo terminase sin ninguna baja. Realmente Shibi representaba una gran molestia.
Kanna vio asombrada como Shibi, de repente, había desaparecido, dejando allí a Ryuko.
- ¿No te lleva contigo?
- Parece que no le sirvo de mucho, ya tiene lo que quería.
- Pero ya no puedes hacer nada - aclaró Kimisuke - Estás eliminada igualmente.
- ¿En que te conviertes ahora? - se preguntaba Kanna - No tienes pañuelo, pero no estás prisionera... eres una prisionera liberada.
- ¿Hacemos una alianza, Shibi? - se oyó a Akira.
Shibi no contestó. Mala señal. Akira miró a su alrededor. Necesitaba coger la bandera que casi seguro llevaba Genki ¿cómo acercarse sin que Shibi disparase?
- Equipo magenta ¿Cuantas banderas tenéis? - preguntó de improviso Kimisuke.
- Contando la nuestra, cuatro - respondió Seishiro.
- Entonces ya habéis ganado. Esto ya no merece la pena. Rindo lo que queda del mío.
- ¿Pero que dices? - gritó Kanna.
- Piénsalo, ellos ya han ganado, estamos bajo un fuego cruzado entre ellos y el tipo que anda suelto. Ellos han demostrado lo que valen, son bueno, prefiero dar nuestra bandera a los ganadores. Este juego ha llegado a su fin y yo ya no tengo ganas de seguir.
- Tienes razón, además yo estoy ya cansada... y podré ver a Nagato... y él está en el equipo ganador... ¡Nos rendimos al equipo magenta!
-¿Por qué habláis por mi? - inquirió Hizashi.
- ¿Quieres seguir luchando en este absurdo juego? - respondió Kimisuke - Nos han hecho jugar para que intentásemos comprendernos y trabajar en equipo con otras personas a las que habitualmente no queremos entender... ya hemos aprendido algo… que los que han conseguido olvidar momentáneamente sus diferencias y sus prioridades personales son los que han ganado, nosotros hemos perdido porque dos miembros de nuestro grupo han preferido guiarse solo pensando en sus impulsos.
Hizashi recapacitó sobre las palabras de Kimisuke. En cierta forma seguir con ese juego era algo muy absurdo, estaban en desventaja y ya no ganarían como equipo.
Instantes después, Kimisuke, Kanna y Hizashi aparecieron tirando sus armas. Hizashi miraba a Nowaki y Genki con ojos coléricos.
- No te enfades, tenía que hacerlo, prefiero morir defendiendo a Momoka que no hacer nada - hablaba Nowaki.
- Sois absurdos - fue lo único que dijo.
- ¡Shibi! - dijo Akira - Se han rendido, no puedes dispararles.
- A ellos no puedo dispararles pero a la gente de tu grupo si.
Akira hizo un gesto a Yuko, Nagato y Seishiro para que buscasen a Shibi.
- Shibi, nosotros somos 6 ¿crees que te puedes esconder de todo?
- Seguro que no es fácil pero lo puedo intentar.
- Shibi vamos a dejarlo - se oyó a Kyojin - Tengo hambre y estamos cansados.
- Dadme a vuestros prisioneros.
Akira miró a Akane.
- Para esto has quedado, para ser moneda de cambio.
- ¿Y que vas a hacer, ciervo? - contestó la chica.
- Te puedes llevar a Momoka y a Taro.
- No, a Taro no. Taro prefiere ser prisionero del equipo ganador.
- Mira que eres raro - comentó Akane.
- Taro se rindió a este equipo.
- ¿Y qué mas te da? - le dijo Kyojin
- Si da, a Taro si le importa.
- ¿Te parece llevarte a Momoka, Shibi? - habló en voz alta Akira.
- Dame también a Akane.
- No. No te voy a dar a mi prisionera, me siento superior teniéndola atada a mi y es mi seguro, si la libero esta gata salvaje es capaz de cualquier cosa.
- Pues dame los pañuelos del equipo de Kimisuke, a fin de cuentas se han rendido gracias a mí.
- No. El de Nowaki y Genki son nuestros y todo lo que tengan en sus pertenencias. Lo demás te lo puedes quedar.
- ¿Y cómo se que no me vas a disparar?
- Tienes mi palabra.
- Con eso me vale ¿te vale a ti con la mía?
- Perfecto.
Cuando llegaron al barracón ya estaban el resto de sus compañeros esperándoles y también los profesores. El equipo magenta mostró sus trofeos: todas las banderas y un buen puñado de pañuelos. Hubo vítores y aplausos. Se les dio una medalla a cada uno de ellos y también a Shibi por ser el único que llegó a sobrevivir y conseguir méritos en solitario.
- Entonces - habló la directora para todo los alumnos - ¿Ya estáis todos libres de vuestras parejas?
- No - gruñó Akane - Yo no. Estoy unida a este desperdicio de ser humano.
- Perdona, perdona, pecosa... toma, la pulsera.
- ¿Y me puedes desatar o es mucho trabajo?
- Ahg... si te desato me pegas, fijo.
- ¿Habéis sacado alguna conclusión de todo esto? - continuaba hablando la directora para el resto.
- Que ha ganado el equipo con menos escrúpulos - respondió Kamui.
- O el que mejor se ha adaptado - repuso Chikara - A pesar de las diferencias decidieron colaborar, por eso fueron fuertes, confiaron en su líder ¿verdad Nowaki?
- ¿Por qué me miráis a mi? ¡Genki hizo lo mismo que yo!.
- Actuasteis por vuestra cuenta sin escuchar pero ya hablaremos de esos detalles. Ahora ir a daros unas duchas que algunos estáis hechos un asquito y luego pasad al comedor. Aunque no llevéis pulseras seguís siendo los mismo equipos ¿entendido? Vamos a tener unas charlas sobre lo que ha pasado.
- Ha sido toa una sorpresa - comentaba Akemi a Yotsuda - Esperaba más de los Kaguya.
- Si, yo tampoco esperaba de Akira, Nagato y Seishiro llegasen a trabajar en equipo. Creo que lo que ha vencido ha sido la inteligencia; los que han analizado fríamente las cosas y los beneficios que podía reportarles trabajar en equipo.
- Lo que ha sido un desastre ha sido el equipo de Inari: Deisuke y Kohaku juntos eran una bomba.
Después de las charlas sobre o que habían aprendido unos de otros y de lo que les había servido aquella experiencia, recogieron las tiendas y sus objetos personajes, devolvieron las mochilas y emprendieron el viaje de vuelta.
Como compañeros de viaje y ya liberados de la presión de los equipos, fueron subiendo al autobús y sentándose según sus afinidades, por ejemplo, no tardaron Nagato y Kanna en hacerlo juntos. También Kyojin y Akira, Stella, al pasar por sus asientos, se detuvo.
- Quería decirte algo, medianía.
Akira la miró como siempre aburrido. Stella se acercó a él y se estrelló contra su cara, clavándole casi los dientes en los labios.
- Nadie me besa sin mi permiso. Tampoco quiero que vayas diciendo estupideces. Que sepas que aunque te acepté como jefe sigues cayéndome fatal - le dijo marchándose con su habitual gesto de superioridad.
- ¿Te ha besado?
- Mas bien me ha mordido - decía tocándose los labios.
- ¿Pero tío, como lo haces? - casi parecía sollozar Karasu que lo había visto todo - Te juro que seré tu esclavo pero dímelo.
- Si no he hecho nada... Las mujeres son muy raras, nunca se sabe lo que piensan.
Akira cerró los ojos y se dispuso a dormir.
Hikari se enganchó prácticamente a Kamui. Después de su conversación con Suo estaba más dispuesta que nunca a hacerle entender que ella también quería una oportunidad.
- ¿Nos sentamos juntos?
- Bueno - respondió Kamui de forma impersonal. Le daba igual quien se sentase a su lado, ya casi estaba resignado a oír a Momoka e Yuri discutir sobre el tema y terminar junto a Nowaki - Siéntate dónde quieras.
Momoka y Yuri en un principio se sentaron juntas pero no tardaron en comenzar a discutir, parecía una de sus habituales discusiones, pero Momoka sabía que era algo importante: ella había insinuado algo sobre lo poco que comía Yuri y ésta había reaccionado a la defensiva; dándose cuenta de que aquella tontería terminaría convirtiéndose en una discusión seria que quizás rompiese el equilibrio e la confianza que Yuri tenía en ella. Así que, alegando estar enfadada porque Kamui estaba con Hikari se levantó para cambiarse al lado de Nowaki y haciendo que su acompañante, Suo, se mudase con Yuri.
Shibi se sentó junto a Kenshi. Xu-Xu al lado de Sumire. Genki miró con ojos penosos a Hizashi que con un leve gesto le aceptó como compañero. Ryuko con Akane.
- Akane ¿Por qué no me haces un favor? - decía medio sonriendo Ryuko, aquella sonrisilla no le dio buena espina a la chica pelinaranja.
- ¿Qué te pasa?
- ¿Por qué no le dices a Kyojin que se siente conmigo?
- Si quieres ir con Kyojin haberte sentado con él.
- Es que me da apuro, anda, tu vas y le dices que te quieres sentar con Akira ¿eh?
- Si claro. Siento un gozo inmenso por sentarme a su lado ¿Crees que Kyojin es tonto y se lo va a tragar?
- Anda, anda, hazlo por mí.
Ryuko la miró con ojos de corderillo degollado.
- Vas a tener que compensarme esto - Akane se levantó y suspiró - Me lo tendrás que compensar mucho - Se acercó a los asientos de sus compañeros - Esto, Kyojin ¿te lo digo de forma clara y concisa o me vas a hacer pensar una excusa medianamente creíble?
- ¿El qué?
- La razón por la cual te quiero cambiar el asiento.
- Lo primero.
- Estupendo. Pues porque si. Anda ve y siéntate con Ryuko.
- Pero...
- Que no me hagas pensar la razón, simplemente lárgate.
- ¿Quieres estar con Akira?
- Si mira... tiene muchas cosas que explicarme y yo decirle un montón de insultos nuevos que se me han ocurrido.
- Bueno pues os dejo entonces... parejita - Kyojin les dedicó una sonrisa amplia que a Akira le sonó a recochineo.
- ¿Me dejas la ventanilla, bambi? Así me distraeré viendo el paisaje.
- Ahhhh... pesados.
Perezosamente se levantó para cederle su asiento. Cuando se volvió a sentar se recostó nuevamente.
- Estabas deseando estar a mi lado ¿eh? - comentó sarcástico.
- Si, me muero de ganas por verte dormir.
- Te gustó que te retuviese ¿a que si?
- Mejor duérmete de una vez. Desde luego, lo que hay que aguantar por una amiga.
- Tengo que conseguir atarme más veces.
- ¿Se puede saber que estás pensando, imbécil?
- En que te gustó... lo se.
- ¿Crees que soy una pervertida? ¿Crees que a mi me gusta que me dominen?
- Yo no he hablado de sexo... lo has hecho tú. Pero cuando me necesites para cualquier cosas solo tienes que decírmelo.
- Cállate de una vez... Lo que me faltaba por oír de ti...
- No... aún te falta por oír algo que no quieres.
- ¿Que me desprecias?
- ¿Eso es lo que crees?
- Mejor olvídame, haz lo de siempre, ignórame y duerme.
Momoka tampoco parecía muy cómoda con Nowaki, hablaba demasiado y ella necesitaba un poco de calma, por culpa de Kamui y de Yuri no tenía ganas de hablar con nadie. Volvió a cambiarse al lado de Himeko. Kohaku se sentó con su hermano Karasu y Karura con Jisei.
- ¿Tu echas las cartas, verdad? ¿Te importa si me siento contigo? - le dijo.
- Yo siempre llevo mis cartas ¿quieres que te las eche?
- ¿Sabrías darme un consejo sobre algo que me ronda por la cabeza?
-Bueno, en las cartas hay muchas respuestas, solo es necesario saber verlas.
Asombrosamente, Yuko fue a sentarse al lado de Nowaki.
- ¿Te pasa algo? - preguntaba Kyojin a Ryuko.
- No. Pensé que quizás les vendría bien hablar. Akane parece muy molesta.
- Normal. Akira se ha portado algo brusco con ella. Estaba como muy mosqueado ¿Y a ti? ¿Qué tal te fue con Genki?
- Una locura. Tengo agujetas hasta en las pestañas, no sabes que energía tiene ese chico. Eso si, siempre estaba dispuesto a ayudarme... También es casualidad que Akane le tocase con Kamui, malditas casualidades de la vida.
Akira miraba sonriendo como Akane iba cerrando poco a poco los ojos, al final no había reaccionado tan mal como él pensaba y ahora se sentía muy satisfecho: consiguió arrebatársela al Kaguya, de una forma un poco brusca, si, pero lo había hecho. El autobús echó a andar. El suave vaivén parecía atraer a la chica a un dulce sueño. Estaba cansada, bastante cansada.
Cuando abrió los ojos se encontró apoyada contra el pecho de Akira. No sabía como había llegado a esa posición y sobretodo como sus dedos habían terminado entrelazados con los de su compañero. Rápidamente se retiró, observó a Akira, este también dormía... menos mal que no la había visto... Miró a través de la ventanilla, estaba anocheciendo y ya entraban en Kizuna.
Nowaki hablaba muy animado con Yuko. Había hablado sin parar, habló de montones de cosas y, por supuesto, de lo que le gustaba Momoka.
- Eres muy gracioso
- Te he hecho sonreír, eso me gusta. Eres una chica muy guapa, no deberías estar siempre tan triste.
- ¿Sabes lo que es estar enamorado?
- Claro, yo estoy enamorado de Momoka.
- No. No estás enamorado de ella, te gusta mucho, pero no estás enamorado.
- ¿Y tú como sabes eso?
- Lo veo en tus ojos. Te gusta y la quieres mucho pero no es amor, no veo amor en tus ojos cuando la miras, a pesar de la tontería que has hecho antes.
Nowaki la miraba sin comprender nada. De pronto se acercó mucho a ella.
- ¿Sabrías decirme si hay amor en los ojos de Kamui? ¿Está enamorado de Momoka?
- Pues no se decirte, no he tratado mucho a tu amigo.
El autobús paró.
- ¡Un momento! Habló Masashi – Antes de bajar. Para el martes queremos una redacción sobre esta experiencia.
- ¿No hemos hablado ya bastante del tema? - preguntó Zenko.
- No, queremos una reacción sobre lo que pensáis que hemos aprendido de otras personas. Ya sabemos que seguís odiándoos mutuamente, pero mira, son ganas de fastidiaros ¿entendido?
Bajaron del autobús. Antes de separarse, Fatora se acercó a Karasu.
- Pues nada, se acabó ¿no?
- Si, supongo que nos veremos por el instituto y no nos hablaremos ¿verdad? - sonrió Karasu.
- Bueno pues... adiós.
Yuko se acercó a Akira y Kyojin.
- Nada, que me lo he pasado muy bien en vuestro grupo. Espero que nos veamos – Dio dos besos a Kyojin – Hasta luego y ya sabes lo que tienes que hacer.
- Cuídate Yuko.
También dio dos besos a Akira.
- Hasta luego jefe y ten cuidado con Seishiro, no le caes muy bien.
Shugo también fue a despedirse de Momoka. Taro de Akane, Hikari de Suo y luego Takumi que lanzó una mirada a Xu-Xu que le produjo un escalofrío.
¿Que estás tramando? - preguntó Deisuke.
- Me gustan esas dos chicas – respondió mirando hacia Xu-Xu y Sumire – Creo que voy a divertirme mucho.
- ¡Que descarada es esa chica! - hablaba Yuri en un tono demasiado alto cerca de Akira - ¿Cómo se atreve a besaros en público?
- Mira quien fue a hablar – intervino Karura – La que no se acerca a los chicos por mantener la buena educación.
- Lo mío es distinto bonita, Aki, Kyojin y yo somos como de la familia? ¿te escuece?
Mientras Yuri y Karura comenzaban a lanzarse lindezas, Shibi, silencioso como siempre se puso a su lado.
- Bueno, psicópata endemoniado – dijo – ¿Te has tranquilizado ya?
- Solo era una actuación.
- Ya, claro... lo que tu digas. Por cierto, me tienes que devolver la foto, pero tranquilo, mañana o pasado, cuando la hayas escaneado.
Shibi se bajó un poco las gafas y le guiñó un ojo mientras Akira le miraba con la boca abierta.

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