miércoles, 30 de noviembre de 2011

58. Ven al festival conmigo

Akane miraba esa última tarjeta. Leía sus palabras una y otra vez: "mirar, escuchar, que me mires y que me escuches". ¿a quien le recordaba? Sabía que tenía las piezas de aquel puzzle pero no sabía como empezar a montarlo... ¡que rabia! Esa tontería estaba deconcentrándola, tanto que no era capaz de pensar con lógica y eso se debía a la cantidad de información que le llegaba de golpe, no tenía tiempo de ordenarla y además sus amigas la distraían haciendo que desviase su atención... ahora estaba perdiendo toda la mañana en lo que seguramente era una payasada. Necesitaba hablar con alguien... con alguien lógico, no con una de esas alteradas, que hay que ver que forma de alterarse... Shibi, si, tenía que hablar con él.
- Shibi ¿te quedas a comer hoy conmigo aquí?
- ¿No vas a bajar?
- No me fío, seguro que al subir hay otra tarjeta, mejor me quedo.
- Bueno, te acompañaré.
"Es increíble" pensaba Jisei "Tiene calculados todas y cada una de la reacciones de Akane. De sobra sabía que el no poder controlar esta situación le iba a causar ansiedad y necesitaría hablar con alguien, por eso le pidió a Shibi que estuviera dispuesto a escucharla, porque sabía que acudiría a él".
Durante la hora de la comida a Akira aún le quedaba un cabo suelto que atar, así que fue a hablar con Kenshi y le separó de sus compañeros habituales.
- ¿Sabes lo de las tarjetas que está recibiendo Akane? - le preguntó Kenshi mirándole de reojo.
- Si, si lo se.
- ¿Y no te pones celoso?
- No. Soy yo quien se las envía.
- ¿Tú? ¿Que eres tú? ¿Pero que me dices?
- Es un juego Kenshi, un juego para tenerla entretenida, es como la búsqueda del tesoro. Pero no le digas nada, es un juego.
- ¿Y por que lo haces?
- Para estimular su cerebro. Por cierto, hoy es tu cumpleaños ¿no? Pues toma, un regalo.
- ¿Qué es?
- Son unos vales, es para que invites a Xu-Xu esta noche a cenar, es un sitio estupendo, sirven el mejor sushi.
- ¿Y para que me los das?
- Para que invites a Xu-Xu, pero tiene que ser hoy.
Kenshi miraba los vales como si fuera la cosa más rara que hubiese visto en su vida.
- Te lo voy a explicar Kenshi, quiero que tú y Xu-Xu nos acompañéis a cenar esta noche.
- ¿A quien?
- A mí, a Kyojin, a Ryuko y a Akane.
- Pero no lo entiendo.
- A ver como te lo explico. Quiero ir la festival con Akane pero ella no va a querer ir conmigo. La conozco, se lo que va a pasar por su cabeza, es muy testaruda y desconfiada pero si vamos con otras personas la cosa cambia, se sentirá más segura. Si vamos solo con Kyojin y Ryuko será incómodo, pensará cualquier cosa desde que quiero que se sienta mal hasta que lo han liado ellos, pero si vais tú y Xu-Xu la cosa cambia. Vosotros no sois una pareja de enamorados empalagosos, ni siquiera estáis saliendo, iremos tres parejas, si, pero no lo parecerá y ella se sentirá más cómoda ¿a ti te gusta Xu-Xu, no?
- Bastante.
- ¿Y no quieres ir con ella al festival? No tiene que ser una cita de novios, seremos solo un grupo de amigos que van a divertirse.
- ¿Y no sería mas fácil que quedásemos toda la panda?
- Jisei va con su familia, Sumire está lesionada, Shibi no puede, Suo ha quedado con Nowaki y Momoka... sé que no lo entiendes pero hazme ese favor, no es tan horrible ¿con quien ibas a ir tu?
- Bueno, pensaba ir con Nowaki, Momoka, Genki y esperaba que Xu-Xu viniese, si.
- Pues entonces. Lo pasaremos bien, incluso os dejaremos un rato a solas.
Akira le guiñó un ojo.
- Lo que entiendo es que Akane te gusta.
Akira resopló ¿para qué se esforzaría tanto en explicarle las cosas?
- Bueno pues vale, si así lo quieres, así será. Akane me gusta, es eso, me gusta y quiero llevarla al festival a ver si pillo cacho ¿te convenzo así?
- ¡Lo sabía! ¡lo sabía! ¡Quieres enrollarte con ella! Tú eres mucho de enrollarte con tías.
- Eres tan agudo que me has descubierto - ironizó. Kenshi le palmeó la espalda.
- ¡Eres un crack, tío! Hay que ver como conoces a las tías y lo que les gusta pero Akane es un hueso duro de roer... claro que te ayudo pero ¿Xu-Xu querrá ir conmigo?
- Pregúntaselo y saldremos de dudas. Yo diría que irá si tú se lo pides.
- ¿Cómo lo sabes?
- Porque es tan enredona como las demás y el plan le va a encantar. Vamos, ve y díselo ¡compórtate como un hombre! ¡Ah! Una cosa más, a Akane no le digáis ni media palabra de esto, deja que yo se lo diga o se estropeará todo, ya sabes la manía que me tiene.
- Vale, vale, lo que tu digas, aquí tú eres el genio.
Kenshi fue hasta donde Xu-Xu comía junto a Sumire y Genki.
- ¿Has terminado de comer Xu-Xu? Es que quiero enseñarte algo.
- Venga, enséñamelo.
- Es que... es algo... privado.
- Bueno - dijo Xu-Xu levantándose ante las risitas de Genki y Sumire - Vamos a ver que es eso.
Kenshi y Xu-Xu se subieron a un enorme árbol que había en los jardines del instituto, tenían la costumbre de subirse allí cuando querían hablar o simplemente disfrutar de la compañía del otro. Kenshi se sentía muy a gusto con Xu-Xu, era una de las pocas chicas con las que de verdad se podía sentir bien, casi como si fuera un chico.
A Xu-Xu también le gustaba estar con Kenshi, era un chico alegre y cariñoso, fiel como un perrillo y nunca le fallaba, además aunque no lo pareciese, Kenshi era muy bueno escuchando.
- ¿Vas a ir al festival esta noche? - le preguntó mirándola de reojo.
- Pues... - Xu-Xu no sabía que responder, ella esperaba ir con él y darle su regalo - Depende.
- ¿De qué?
- Es que no se. Podría ir con Hizashi y Himeko pero van Kohaku y Karura, a lo mejor molesto, claro que podría ir con Genki pero va con Nowaki y Momoka y la verdad no me apetece mucho aguantar a esos dos bailándole el agua a Momoka. Sumire tampoco va a salir , no se si ir a su casa un rato a hacernos compañía mutuamente - dijo con la esperanza de que Kenshi le propusiese ir con el grupo que fuera a ir él.
Bueno, vale, pensó Kenshi, el panorama no parecía muy alegre. Guardó silencio.
- ¿Y tu, Kenshi?
- Es mi cumpleaños.
- Supongo que tendréis fiesta en casa.
- No, ya soy muy mayor para eso, o eso dice mi madre.
Xu-Xu pensaba como decirle que fuera con ella sin que él llegase a pensar que le pedía una cita porque con los chicos nunca se sabe, sus cabezas están llenas de ideas lujuriosas.
- Veo, veo - dijo de pronto Kenshi.
Xu-Xu dejó salir una risita, ya estaban de nuevo con aquel juego que habían inventado cuando tenían que decirse algo y no sabían como empezar.
- ¿Que ves? - respondió.
- Veo un regalo que alguien me ha hecho y me gustaría compartir. Te toca.
- Veo, veo.
- ¿Que ves?
- Veo un regalo que quiero darle a un amigo.
- Veo, veo.
- ¿Que ves?
- Veo a la chica con la que quiero ir al festival esta noche - Kenshi tragó saliva - ¿Me acompañarás?
- Veo, veo.
- ¿Que ves?
- Al chico con el que quiero ir al festival.
Los dos sonrieron como tontos.
- Akira me ha regalado un par de vales para un restaurante de sushi, mira.
- ¿Akira?
- Si, Kyojin y Ryuko van a ir y creo que él está pensando invitar a alguien, podríamos ir nosotros ¿no?
- ¿Con ellos?
- A lo mejor prefieres que vayamos con Nowaki o con Hizashi.
- No, no, está bien - Ahora si que podría darle el regalo sin ningún problema - Está muy bien.
- Oye, pero por lo que parece Akane aún no sabe que va a salir con Aki así que… guarda el secreto.
- Por supuesto.
Xu-Xu sabía que Akira lo tenía todo bien atado. Le había dicho a Ryuko que insistiese en pedirle a Akane que la acompañase a ella y a Kyojin, que insistiese mucho, insistencia a la que Akane no cedería ¿cómo iba a ir con una pareja? y cuando él se lo pida, ella, orgullosa como es, le costará admitir que cede ante él aunque se muera de ganas pero si van en grupo es otra cosa. Xu-Xu también intuía que Akira en algún momento se las arreglaría para quedarse a solas con ella... ¿por qué le había dado esos vales a Kenshi? ¿para que la invitase a ella? Akira es un genio y sus razones tendría, no importaban, lo que importaba es que ella también tendría su momento a solas con Kenshi, seguro y pensaba pasárselo genial.
Habían terminado las clases. Akane meditaba sobre lo extraño que era todo mientas iban bajando las escaleras cuando una voz la llamó.
- ¡Akane, espera!
Una chica algo menor que ellos, de pelo castaño y peinada con dos trenzas se acercó corriendo.
- ¿Que te pasa, Miyu?
- Toma - le ofreció un sobre blanco con su nombre escrito en él - Alguien ha dejado esto en el periódico, va dirigido a ti, la redactora.
Miyu era una de las colaboradoras habituales del periódico, Akane siempre la llamaba "secretaria" y siempre estaba dispuesta a ayudar en lo que fuera.
- Si, ya veo - Akane cogió el sobre temblando, pensaba que ya había acabado todo pero por lo visto no era así - Gracias Miyu.
Miyu se despidió y se marchó corriendo como llegó.
- ¿Lo vas a abrir o no? - preguntó Ryuko.
- Ahora... en la calle.
- ¡Que emoción! - decía Sumire entusiasmada como era habitual en ella.
Tal y como todos sospechaban el sobre tenía dentro otro sobre celeste y este a su vez una tarjeta blanca con una violetas dibujadas en ella. Akane leyó lo que todos estaban deseando oír.
- "Sombra. Solo soy una sombra de mi mismo. Te espero escondido porque temo tu luz. Ya casi me has encontrado"
No sabía porqué pero, mientras las chicas volvían a armar bastante revuelo y los chicos sonreían, inconscientemente Akane buscó la mirada de Akira..
- Ya sabes - dijo este - Ya casi le has encontrado. La flor es una violeta doble y significa "amistad"; las conozco porque en primavera son las primeras que florecen en mi jardín.
Los ojos de Akira miraron a los suyos intensamente y ella tuvo una extraña sensación, algo como un hormigueo creciendo por su cuerpo.
Cuando Akane llegó a su casa cogió todas las tarjetas y se encerró en el servicio; era el único lugar donde podría tener un poco de intimidad. Colocó todas las tarjetas en el suelo en el orden en el que las había recibido.
- A ver... ¿Qué me tenéis que decir? ¿Quien os envía?
Las miró detenidamente.
- Búscame en las flores y en mis palabras - murmuró - Primero las flores: crisantemo, lila, orquídea, pensamiento, violeta.
Así no parecían decirle nada.
- Sinceridad, primer amor, promesa, recuerdos, amistad.
El corazón empezó a latirle muy fuerte, por fin parecía entenderlo.
- Perdóname... Soy... Tengo... Encuentrame... Sombra... no puede ser... Perdóname-sinceridad... Soy-primer amor... Tengo-promesa... Encuentrame-recuerdos... Sombra-amistad... no...no...
Cogió un sobre y metió una de las tarjetas, luego se quedó mirando el efecto que daba al abrir la solapa y ver el blanco de la tarjeta entre el celeste del sobre. Miró a través de la ventada el poco cielo que podía ver... regresó su mirada al sobre.
- No... - repitió - Es imposible que seas tú.
El corazón cada vez le latía mas deprisa. Puso sus manos sobre el pecho y trató de respirar lentamente.
- ¿Por qué me pongo así? ¿Por qué tengo miedo de que sea él? No... él nunca haría algo así, además él no estaba cuando encontré las primeras, vino después y estábamos untos en la biblioteca... Cálmate Akane y trata de ser lógica. A ver, por partes... la primera tarjeta lleva un crisantemo y dice que le busque en las flores, eso significa que las flores quieren decir algo, eso está claro, el crisantemo es "sinceridad", vale, es una persona sincera, una persona sincera no miente o sus palabras son verdaderas y en sus palabras dice "perdóname" ¿Por qué? ¿Pide perdón por si me enfado o por algo anterior?... La segunda, la flor es una lila que significa "primer amor" ¿Qué primer amor? ¿El suyo o el mío? ¿Quiere ser mi primer amor? No, porque no lo sería a no ser, claro, que no lo sepa... ¿Soy su primer amor? Tampoco, no creo que esté enamorado de mi, a no ser que hable del pasado, en ese caso... ¿Qué dice la tarjeta? "Soy" ¿Soy qué?... ¡Ah!¡Me va a dar dolor de cabeza!
Akane pasó un rato mirando las tarjetas y analizando cada palabra y cada significado.
- Es alguien que conozco, es un amigo mio, me conoce y sabe mis costumbres; sabe lo que me enfada, por eso me pide perdón; conoce lo que significan las flores... pero en realidad no es nadie, es algo que vive dentro de alguien, escondido, algo que nadie ve, algo que quiere que yo recuerde, que le escuche, quiere que le encuentre... un recuerdo, una promesa, el primer amor... el color celeste del cielo y el blanco de la nubes... Kumoyuki... el olor de jazmines... las palabras que nunca quiero escuchar, la única persona a la que dejo hablar con el corazón, que nunca miro dentro de él, al que siempre ignoro... miles de besos guardados en un cajón, miradas de soslayo y sonrisas escondidas... palabras sinceras y un perdón... eres tú Akira, eres tú... mi amigo, mi primer amor, los recuerdos y las promesas... no se como lo has echo ni que te ha llevado a hacer algo tan complicado pero eres tú, seguro... O a lo mejor es lo que yo quiero creer... No, no, no es él... No tiene lógica que hiciera esto... "No quiero ofenderte ni enamorarte"... ¿pues que quiere¿ ¿volverme loca?
- ¡Akane? - su hermano golpeaba la puerta - ¿Te has caído por el inodoro?
- Ya voy, ya voy...
- Te llaman por teléfono.
- Voy.
Era Ryuko, por lo visto la directora la había avisado de que como era Tanabata tenían que adelantar el ensayo para poder terminar antes. Ryuko dijo que ella se ocuparía de avisar a los demás, para eso era la secretaria.
- ¿No te molesta? - le preguntó Akane.
- No, es lo que tengo que hacer pero... ¿vendrás con nosotros al Tanabata?
- ¡Pero que cansina que eres! Hasta luego, pelma.
Colgó, una nueva idea la dejó paralizada.
- Tanabata... una promesa...
Durante el camino de vuelta al instituto Akane estuvo muy callada. La acompañaban Ryuko, Xu-Xu y Jisei.
- ¿Ya sabes quien es? - se interesó Xu-Xu.
- Tengo una idea.
- ¿Y?
- Solo es una idea.
- ¿Y quien es el admirador? - preguntó Jisei con media sonrisa en los labios.
- No es un admirador.
- Bueno ¿Y cómo lo llamamos?
- No lo sé. No sé porqué lo hace, pero no es un admirador... ni secreto, ni nada.
Akane estaba muy nerviosa. Estaba casi convencida de que el dueño de esas tarjetas era Akira, tenía que ser él, solo a él se le podía ocurrir un plan como aquel pero ¿que pretendía? ¿por qué hacía algo así? ¿es que se había propuesto humillarla o algo parecido? Sin embargo no podía enfadarse del todo... pero no, eso no podía ser, no se ablandaría delante de él.
Jisei la observaba preocupada, más que nadie ella sabía lo testaruda que podía llegar a ser su amiga y también el daño que se hacía a si misma.
Encontraron en la puerta del gimnasio a Karasu, Sumire, Suo, Shibi y Kyojin.
- ¿No ha llegado nadie más? - preguntó Akane.
- Somos los primeros - rspondió Sumire.
- Pero ¿Los avisaste? - Akane se dirigió a Ryuko.
- Que si. Estarán a punto de llegar.
- ¿Tampoco ha llegado Akira?
- Pues aquí no está - contestó Kyojin.
- Se habrá dormido - se resignó Akane - Voy a pedir las llaves.
- Ya voy yo - se adelantó Kyojin - Para eso soy vuestro ayudante.
Kyojin se fue y regresó pasados unos minutos con las llaves en la mano; las metió en la cerradura, giró y empujó la puerta.
- Las damas primero - dijo.
- Gracias guapo - respondió Akane.
Akane entró la primera en el gimnasio, era algo que los demás tenían planeado así que, disimuladamente casi la indujeron a que entrase. El gimnasio estaba en penunbra, oyó unos pasos detrás de ella que se dirigieron a encender las luces. Nadie hablaba. A un lado, no muy lejos de donde estaba había colocada una mesa y sobre ella un pequeño ramo de jazmines; apoyado en él un sobre celeste. Nadie dijo nada. Akane se acercó y lo cogió.
Sacó la tarjeta, esta vez no había dibujada ninguna flor, en su lugar había un precioso atardecer en un cielo donde brillaba una estrella. Akane leyó para sí el mensaje escrito.
"Mírame. Ya sabes quien soy. Soy un pobre iluso escondido en el cuerpo de un tonto. Mírame, estoy justo detrás de ti"
Oyo pasos y como se cerraba la puerta del gimnasio. Tenía miedo y curiosidad, cerró los ojos y se giró sobre sus talones. Lentamente abrió los ojos y allí estaba... a menos de un metro de ella, con sus manos dentro de los bolsillos del pantalón, mirándola y sonriendo como siempre hacía él, levemente y nadie más a su alrededor.
Y Akane no supo como reaccionar, no sabía si reir o llorar, si enfadarse o sentirse conmovida, si golpearle o ignararle.
- Ven conmigo al festival, por favor.
- ¿Por qué has hecho todo esto?
- Porque quería que pensases en mi, quería que recordases que soy tu amigo, quería despertar tus recuerdos, despertar tu curiosidad para que me recordases, para que me escuches... si desde el principio hubieses sabido que era yo ni habrías abierto el sobre. Quería que me buscases en tus recuerdos, que recordases que fuiste mi primer amor, que, como las violetas en mi jardín, tú fuiste la primera mi corazón. Fuiste mi primera ilusión, esa que todavía vive dentro de mi y que nunca olvidaré. Quería verte así, callada, delante de mí, escuchándome, porque quiero... pedir que me perdones. Se que fue culpa mía, todo fue culpa mía; sabía que le gustabas a Shibi, todos los sabíamos, así que fue culpa mía lo que pasó... por no cuidarte, por no estar pendiente de ti, por no darme cuenta de que te dejaba sola, que te hacía daño y que él sabría... - las palabras empezaban a formar un nudo en su garganta, sus ojos se veían algo enrojecidos - Perdóname, todo lo que pasó fue culpa mía, cometí un error, soy un crío inmaduro que no sabe de la vida, pensé que no pasaría nada pero ¿sabes? mientras estaba con ella me di cuenta de que en mis pensamientos solo estabas tu, todo lo ocupabas tu y corrí a buscarte para decírtelo, para decirte que... y te vi... te vi con Shibi y me sentí traicionado y ya no quise ser lógico.
¿Y ahora que hacía Akane? ¿Se ponía la coraza de siempre? ¿Se negaba a escuchar nada más o hacía un esfuerzo y le dejaba terminar? Akira la había pillado con la guardia bajada ¿y ahora qué? Cabezota y orgullosa como era no se resignaba a perder, no ante él.
- Akira, tú y yo ya somos amigos, no hace falta que removamos el tema, no hacemos más que dañarnos.
Y como siempre que Akane no sabía como continuar optó por marcharse. Sabía que esa era una reacción cobarde y se sentía mal. Pasó al lado de Akira, solo pudo dar dos pasos más porque unos brazos que la rodearon por la espada la pararon en seco.
- Perdóname - le susurró al oído - lo siento pero no voy a dejarte ir porque puede que seamos muy jóvenes y que nos hayamos hecho daño y no sepamos como repararlo pero ¿sabes? yo tengo recuerdos muy bonitos y no voy a olvidarlos; no lo pienso hacer porque son muy valiosos; había algo bonito entre nosotros, quizás solo era un subidón de adrenalina pero era bonito. Yo te esperaba a que terminases en el periódico para acompañarte a tu casa y dábamos un rodeo tan largo que casi se nos hacía de noche ¿te acuerdas?
Akane no pudo evitar sonreír.
- Venías al club conmigo - continuaba el chico - y yo no atendía a ninguna partida, me pasaba el tiempo mirándote y Yotsua me acribillaba a pelotazos. No he olviado ni un solo detalle.
- Éramos bastante tontos.
- Vamos juntos al festival ¿quieres? No tenemos que ir solos, vamos con Kyojin y Ryuko, además también van a venir Kenshi y Xu-Xu. Lo pasaremos bien.
- ¿Y has organizado todo esto de las flores solo para decirme que vayamos al festival?
- Es que a veces, este vago, perezoso, que no se mueve para nada, a veces, cuando le interesa si se mueve.
- Deberías moverte mas a menudo.
- No te cuento lo que se me está ocurriendo.
- ¿Es algo pervertido?... Mejor no me lo digas.
- La culpa es tuya por preguntar. Bueno ¿vamos juntos al festival? Yo ya tengo preparados mis deseos.
- Antes de contestarte ¿Tu sabes que te tengo manía?
- Si, ya me he dado cuenta.
- Te esperé - Akane procuraba que su voz no sonara resentida, lo estaba, porque ella era así y no podía evitarlo pero no tenía ganas de volver a organizar una escena dramática, al contrario, sabía que no conseguiría nada, además ese inútil había conseguido desarmarla, no tenía ni ganas de discutir ¿pero que le pasaba ahora? ¿Había decidido hacer el rol de víctima? porque eso era lo que parecía, que él era el bueno, mirándola con cara de idiota y echándose la culpa de todo y ella... ella era la bruja, egoísta y malvada que no sabía perdonar... pero Akane era cabezota y no estaba dispuesta a… de pronto se dio cuenta de lo obsesiva que era y terminó por derrumbarse - Te esperé aunque sabía que todo se había estropeado, te estuve esperando.
Akira se extrañó del tono calmado de la chica.
- Y no me refiero solo a ese día, no, me refiero a después, pasaron los días y yo seguía esperando a que te acercaras a mi para hablar, para explicármelo... pero tú empezaste a salir con una tras otra.
- Tú estabas con Shibi ¿que querías que hiciera? Le habías escogido a él. Lo siento - le susurro al oído - lo siento muchísimo, pero en esos momentos me sentía herido y tú me ignorabas. Yo solo quería olvidarte porque tú ya no te acordabas de mi.
- Bueno, mejor no seguir con este tema que no nos lleva a nada. Suéltame un poco que quiero mirarte a los ojos - Akira la soltó y ella se guró mirándole direcamente - ¿Por qué quieres que vayamos al festival?
- Porque es algo que tenemos pendiente. Nunca tuvimos una cita de verdad y yo te prometí que iríamos; tenía mucha ilusión en salir con nuestros amigos y quería hacer algo especial para ti en Tanabata.
- ¿Pero por qué ahora después de tanto tiempo?
- Eres muy pesada ¿lo sabías?
- ¿Soy pesada? - dió un paso hacia él mientras Akira instintivamente daba uno hacía atrás.
- Mucho.
- ¿Muy pesada? - sonrió malicioa y dió otro paso.
- Demasiado.
Akane dió un paso más y Akira chocó contra la pared.
- ¿Tú sabes lo que has hecho?
- ¿Qué he hecho?
- Me has tenido toda la mañana muriéndome de curiosidad.
- Ese era el plan.
- ¿Y te parece divertido?
- Mucho... a pesar del miedo que me estás dando ahora.
- ¿Sabes lo que te mereces?
- ¿Me vas a hacer daño?
- Depende.
- ¿Dónde me vas a golpear?
- Cierra los ojos.
- Me da miedo.
- Pues da igual, te voy a dar lo que te mereces - Akane le cogió de la barbilla y con un gesto rápido y brusco le obligó a acercar su cara hasta su altura para capturar sus labios con un corto beso que parecía subirsele a la cabeza de Akira.
Akira la miró sorprenido y hasta se sentía algo acalorado, que ridiculo se sentía ¿podía ser que se hubiese puesto de pronto colorado? Sonrió y rodeó con sus brazos a Akane y de nuevo para su sorpresa la chica contestó a su abrazo con otro apoyando la cabeza en su pecho.
- Se está bien así - murmuró.
- Muy bien - respondió suspirando Akira.
Fuera del gimnasio, los demás se habían sentado en el césped esperando que la puerta se abriese y enterarse de que había pasado. Todos salvo Shibi que esperaba apoyado cerca de la puerta el gimnasio.
- ¿Que creéis que pasará ahí dentro? - preguntaba impaciente Sumire.
- Lo mismo... - respondía Karasu sonriendo tontamente - Hacen las paces y todo - Jisei le dio una sonora colleja - ¡Ahu! Ya empezamos.
- No pienses cosas sucias.
- No son sucias, son... naturales.
- ¿Qué son cosas naturales? - se interesó Sumire.
- Luego te lo explico detenidamente, preciosa - de nuevo recibió otra colleja de Jisei.
- ¡Resetea tu cerebro, Karasu!
- Me estas dañando mi masa gris ¿lo sabías?
- ¡Si no sabes lo que es eso!
- Se que sirve para pensar o algo así.
- A ti no te hace falta, tú piensas con otra cosa.
- ¿Que insinúa Karasu? - comentó Sumire a Ryuko - Es que no me entero de nada.
- A lo mejor a matado a Akira y se está deshaciendo del cadáver - rió Kyojin.
- ¡Mira! - exclamó Ryuko - ¡Ya se abre la puerta! ¡Vamos a ver!
Akira salió, miró a Shibi y éste entró en el gimnasio. Todos se acercaron a él mientras sacaba un cigarro y lo encendía.
- ¿Que tal? - se impacientó Sumire.
- ¿Que te ha dicho? - también preguntó algo nerviosa Ryuko.
Akira asintió con la cabeza. Xu-Xu y Sumire se abrazaron dando grititos de alegría. Ryuko y Jisei también.
- Muchas gracias por tu ayuda Ryuko, lo has hecho muy bien - decía Akira - Muchas gracias a todos, sin vosotros no podría haberlo hecho.
Karasu le palmeaba la espalda.
- ¡Monstruo! ¡Que eres un monstruo!
- Akira - Kyojin le miraba con una sonrisa burlona - ¿Por qué tu coleta está medio deshecha?
Todas las miradas se dirigieron a esa parte de la cabeza de Akira, este chasqueó la lengua. Sumire se acercó mucho a él y le miró fijamente.
- Ya estamos - se quejó el chico - ¿Te pasa algo?
- Tienes los labios rojos.
- Si los tuviera blancos estaría medio muerto.
- Su sabes a lo que me refiero.
- Te juro que no.
- ¿Te ha besado?
- ¿Quien? ¿Akane? ¿A mi?
- Uy, uy, uy, todo ese rato ahí dentro... solos... - se burló Karasu.
- La coleta medio deshecha - murmuró Kyojin.
- Aquí ha pasado algo - continuó Xu-Xu.
- Algo interesante - remataba Sumire.
Akira sonrió.
- Siento desilusionaros, pero no soy tan bueno como para que caiga a mis pies.
- Ah, pues yo hubiera caído.- repuso emocionada Sumire.
- ¿Estás como muy nervioso, no? - apuntilló Kyojin.
- Tenía miedo de que me agrediese o algo así.
- ¿Y por qué ha entrado Shibi? - se interesó Suo.
- Eso, eso ¿Que tiene que hacer con ella? - recalcó Sumire.
- Mira Sumire - respondió Akira - ¿Te has dado cuenta de que habeis estado engañandola todo el día? Sobretodo las chicas...
- Bueno... un poco.
- Akane es Akane - dijo Jisei - Puede mosquearse mucho, pero mucho.
- El único capaz de razonar con ella es Shibi - añadió Ryuko - A nosotras puede que no nos quiera ni oir.
- ¡Pero ha sido tan divertido! - exclamó Sumire - ¡Yo me he divertido muchísimo! ¡Y además ha sido muy romántico!
Shibi se asomó.
- Podéis entrar, no está enfadada.
- ¿Ah no?
- No.
Jisei se enganchó del brazo de Ryuko.
- Ven cariño que quiero hablar contigo.
- ¿Qué pasa?
- Vamos a hablar de "lo nuestro"
- ¿Ha habido algún problema?
- Espero que no.
Kyojin miraba a Akira.
- ¿Sabes que te brillan los ojos?
- ¿Te vas a poner romántico conmigo?
- Pues te brillan.
- Yo también te quiero pero lo nuestro es imposible, trata de superarlo - Akira apagó el cigarrillo y se dirigió a la entrada.
- A mi no puedes ocultarme nada.
No tardaron en llegar el resto de la clase, a su hora habitual. Akane estaba algo molesta con todo lo que había pasado porque se sentía un poco tonta y no le gustaba la idea de que a ese inútil se le hubiesen ocurrido tantas cosas, de que lo hubiese planeado todo y encima con anticipación, que no hubiese dejado nada descuidado ¿de dónde había sacado tanta energía si hasta abril los ojos era para él un esfuerzo? Pero por otro lado se sentía satisfecha y hasta enternecida.
Kenshi corrió a hablar con Akira.
- ¿Se lo has pedido ya?
- Ajá.
- ¿Y que te ha dicho?
- Vendrá.
- ¡Bien! - gritó a la vez que hacía un gesto de triunfo - ¡Toma, toma, toma! ¡La tenemos en el bote!
- Vale, pero procura no gritar tanto.
- ¡Toma Kamui! ¿Quien es el que manda ahora, eh?
- ¡Kenshi! Tranquilízate, estás muy alterado.
- ¿Qué te pasa, cachorro loco? - dijo Shibo que estaba sentado cerca de ellos.
- ¡Toma, toma, toma! Es que me ha dado un subidón de mucho cuidado... voy a subirme a las espalderas.
- Parece muy emocionado - sugirió Shibi - Si sigue con ese entusiasmo Xu-Xu no va a saber si sale con un chico o un cachorro enloquecido.
Yuri enseñaba a Akane los diseños que había hecho para el traje de las hadas, escogiesen la versión que escogiesen, las hadas seguirían siendo hadas.
- Son preciosos y espectaculares pero ¿y los materiales para las alas?
- No te preocupes, he encontado una tienda increible ¿tenemos ya el crédito de la directora?
- Si... y tenemos que devolverlo. Eso me recuerda que tenemos que empear a movernos. Déjamelos, se los voy a enseñar a mi socio.
Y así lo hizo.
- Parecen complicados - fue todo lo que Akira opinó.
- Yuri dice que no.
- Yuri nunca sabe donde se mete ¿Qué le has dicho?
- Que te las enseñaría a ti.
Akira la miró arqueando una ceja.
- ¿Me tienes en cuenta?
- Claro. Oye - le miró sonriendo con picardía y mirando de una forma que hizo que Akira sintiera hormigas correteando en su estómago.
- ¿Que?
- Reconoce que hoy te he sorprendido.
- Pero yo lo hice antes - le devolvió la misma sonrisa.
- Pero yo te he sorprendido más.
- Tu siempre me ganas.
- Ejem - carraspeó el profesor Yotsuda - Está bien que no os peleeis y eso pero creo que tampoco hace falta pasarse al otro extremo.
- Ah, profe ¿cómo estás? - saludó Akane.
- Bien, venga vamos a empezar señores directores.
Cuando terminanron el ritual para vencer la verguenza pasaron a los ensayos.
Esto... - Akira se sentía nervioso mirando aquella sonrisa que ahora Akane le regalaba - Tenemos que decidirnos ya con lo de la versión porque a este paso no nos va a dar tiempo a aprender los diálogos.
- Vale, entonces lo reduciremos a dos opciones; o son griegos o la del cuento, como tu dijiste.
Akira la miró y le tocó la frente.
- ¿Te encuentras bien?
- Dime tu si estoy bien ¿Tengo fiebre o que?
- Uy ¿No te habrá dado algo Jisei?
- ¿Piensas que me ha drogado o algo así solo porque te he escuchado?
- Entre otras cosas, si.
- ¿No te gusta que sea amable contigo? Te gusta que sea borde ¿verdad? ¿Te ponen las chicas bordes?
- No... no es eso... - desvió incómodo la mirada hacia sus compañeros que ensayaban - ¿Que le pasa a Kamui? ¡A ver, Kamui, Momoka! ¿Podéis volver a empezar?
- Ya podías estar mas atento - gruñó secamente Kamui mientras le miraba ferozmente.
- Volved a empezar y no protestes... ¿Que le pasa ahora a este? - se dirigió a Kyojin.
- Parece que le molesta que Akane y tu esteis tan acaramelados.
- ¿Quien está acaramelado?
- Tú y calla y atiende.

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