miércoles, 30 de noviembre de 2011

71. La novia del cervatillo

Ryuko miraba entre nerviosa y emocionada el paisaje a través de la ventana del tren. Sentado a su lado, Kyojin prefería mirarla a ella.
- ¿Queda mucho? - preguntaba inquieta.
- No, ya no queda mucho ¿estás nerviosa?
- Es la primera vez que viajo sin mis padres y tengo un no se qué aquí dentro - se tocó el estómago - Tengo miedo de que pase algo.
- ¿Algo? ¿Que va a pasar?
- No se, un accidente, un incendio, algo malo.
- Anda que no eres negativa ¿por qué piensas esas cosas?
- Porque he mentido a mis padres y me siento mal.
- ¿Que les has mentido?
- He dicho que iban algunos padres, personas adultas mas responsables que nosotros.
- ¿Y por qué has dicho eso?
- Tu no conoces a mis padres, si se enteran de que somos solo un grupo de chicos y chicas no sabes la que me pueden armar, por eso tengo miedo de que pase algo y lo descubran.
- ¿Algo como un accidente o que tengan que reconocer nuestros cadáveres?
- ¡No digas eso, por dios!
Kyojin rió y se acercó a los labios de Ryuko para darle un pequeño beso ¡era tan encantadora cuando se asustaba!
- ¡No te burles! - dijo fingiendo enfado.
- Si no me burlo, anda tranquilizate y disfruta. De todas formas ¿de que tienen miedo tus padres? ¿De que hagamos una fiesta con alcohol, drogas y todo tipo de perversiones? - Ryuko le miró con cara de circunstancias - ¿De veras piensan eso de ti?
- De mi no o eso creo. Lo que pasa es que piensan que soy muy tonta y que todo el mundo me va a engañar.
- Bueno pues te prometo que no te meteré droga en las patatas fritas.
Ryuko miró al otro lado del tren, a los asientos que quedaban a la altura de los suyos, separados por el estrecho pasillo. Allí iban Himeko y Akane.
- A Akane le vendrá muy bien este pequeño descanso. Akira tuvo una gran idea.
- Por eso lo hizo. Está mas preocupado de lo que aparenta y también mas celoso de lo que quiere decir y menos mal que es Akane, a mi no me cae mal Ayesa pero espero que no aparezca en estos días, a Akira no le gusta pero nada.
- ¿Tan mal le cae?
- No es que le caiga mal es que yo creo que se pone pelusón como los niños chicos, él quiere ser el héroe, el que ayude a Akane y Ayesa le quita el trabajo.
- Y que le pone nervioso.
- Si, eso también, Ayesa es demasiado lanzada para él.
- Ya, pero yo tengo otra teoría.
- ¿Cual?
- Que le gusta Akane y le da rabia que sea Ayesa porque no puede estar con Akane.
- Lo has explicado muy bien, además que le pone muy nerviosito ¿Sabías que Ayesa le besó?
- Me lo imaginaba, ella no me ha dicho nada pero insinúa muchas cosas ¿y que pasó?
- ¿Aparte del calentón que le dio? - Kyojin bajó el tono temiendo que pudieran escuchales - ¿Sabes por qué no le gusta que le bese Ayesa? Porque no es Akane. No le gusta Ayesa, no le gusta que sea tan... como es, a él le gusta Akane, con sus manías y todo. Podía haberse aprovechado, a fin de cuentas es el cuerpo de Akane ¿no crees? cualquier otro lo hubiera hecho pero él no, porque no era Akane.
- Seguramente es porque a Akane no le gusta besar y pensó que se enfadaría si lo supiera.
- O simplemente porque sentía que no era Akane.
- Akira es mas tierno de lo que parece, yo lo se.
- El año pasado se despendoló un poco. No es que saliera con Karura o Yuri, con Yuya y Tsuki, es que le daba igual quien fuese, ahora lo pienso y creo que era una forma de vengarse o de... ay, no se como explicarme, era como que no se tomaba en serio nada. Yo entonces, claro, alucinaba con él y creía que es que era un fenómeno... ahora entiendo que lo que estaba es frustrado, desengañado. Y de pronto todo acabó, así, de golpe, empezó a pasar de tías, de enrollarse con ellas y de todo, al contrario, desde entonces es que pasa de todo eso, aunque tenga oportunidades, nunca, nunca ha vuelto a comportarse así, es como si hubiese hecho un voto de castidad.
- ¿Que crees que le pasaría?
- Yo creo, ahora, que fue un arranque de rabia, se desahogo, se tranquilizó y acabó así como así
Detrás de ellos Chiharu y Minako hacían sus planes.
- Vale - decía Chiharu - Tu ve a por Kohaku, yo me quedo con tu hermano.
- ¿Con mi hermano? ¿Estás enferma?
- A ver, me quitas a Kohaku ¿y que me queda? Oye y que Nowaki es muy mono, cada vez se parece mas a tu padre y tu padre es guapo Minako, las cosas como son.
- Pero es mi hermano, es algo muy asqueroso.
- Para ti no para mi. Que pena que no haya venido Shibi, ay... ese si que me gusta. Pero bueno, me quedo con tu hermano.
- ¿Y si yo me quedo con tu hermano, eh? ¿que pensarías?
- Tu si que estás enferma ¿No querías a Kohaku?
- Ya pero tu hermano también tiene su punto.
- Mira mi hermano dentro de 20 años será como mi padre ¿tu crees que mi padre tiene algún punto?
- Pues a mi me gusta Akira.
Nowaki viajaba al lado de Kohaku, hablándole continuamente de miles de temas desde el deporte a la comida. El único que viajaba solo era Akira: sentado al algo de alguien desconocido leía detenidamente uno de los libros que Kohaku le había prestado. Era un libro que trataba sobre los trastornos de personalidad, había un capítulo en especial muy interesante para Akira, era el dedicado al "trastorno de personalidad disociativo", ese era el nombre completo de la personalidad múltiple. El libro repetía lo mismo que había leído en el libro de Jisei pero ahora podía leerlo con mas detenimiento y cada vez se impresionaba más de como todo encajaba, como todo parecía lógico, las causas que producían ese trastorno como el estrés agobiante y doloroso, los traumas en la infancia, no sentirse protegido, malos tratos psicológicos... era como si Akane siguiese unas instrucciones al pie de la letra o como si ella hubiese sido el objeto de estudio. Había trastornos de identidad para todos los gustos, paranoides, ezquizoies, narcisistas, histriónicos... la mente humana era apasionante. La personalidad disociativa o múltiple era a la vez un fallo ocurrido en la mente cuando aún no se tenía formada la personalidad y un mecanismo de defensa, era una forma de arrinconar los problemas, vivir otra vida olvidándose de todo y lo más curioso era que a veces esas personalidades podían interactuar entre ellas. Akira cada vez estaba mas fascinado ¿Akane y Ayesa hablarían entre ellas? ¿Por qué solían decir que Akane era la original si en teoría las dos lo eran? ¿Akane oiría "voces", es decir, a Ayesa? ¿Cómo tenía Ayesa tal control? Sobretodo le intrigaba el tema de la ropa, porque Ayesa usaba ropa que Akane no, como el tema del tanga que les enseñó ¿o Akane también usaba esa prenda? ¿que pensaría Akane al ver de pronto "eso" entre su ropa?... ya estaba... su mente empezaba a degenerar los temas.
El libro también hablaba de que normalmente eran mas de dos personalidades las que se adoptaban aunque las predominantes solo fueran dos ¿Tenía Akane más personalidades? Quizás aquella niña asustada que lloraba desconsolada era otra, Akane nunca volvía a hablar de ciertas reacciones suyas, en realidad actuaba como si nada hubiera pasado.
Luego estaba el tema de como tratar ese trastorno, el libro hablaba de unificar las personalidades o de que fueran desapareciendo y de lo doloroso que eran el proceso porque había que reabrir los traumas ¿quería él que Akane sufriese? Según los médicos especialistas este era un proceso lento, de bastantes años y le asaltaba una duda ¿y si era Ayesa la que absorvía a Akane? ¿y si Akane terminaba desapareciendo? ¿había garantías de que Akane siguiese siendo Akane?
- ¿Que lees tan intrigado? - la voz y la mano de Akane en su hombro le sobresaltó y casi dio un salto cerrando el libro de golpe - "Trastornos de la personalidad. Tristezas del alma" ¿A ti te interesan esas cosas?
- Casi me matas del susto... Me lo ha dejado Kohaku, es bastante curioso.
- Es porque estás mal de la cabeza ¿a que si?
- No, es que me resulta curioso.
- ¿Estás pensando en ser psicólogo?
- Mira, no estaría mal, es un trabajo que no requiero mucho esfuerzo físico, solo tendría que escuchar, a lo mejor me lo planteo.
- Creía que tu tenía que dedicarte a "los trabajos de Shikamoto"
- Ah si pero no quita que tenga otra profesión. Cuidar ciervos no da para mucho.
- ¿Cuidáis ciervos?
- ¿Nunca te he hablado de los ciervos que tenemos?
- Me dijiste que teníais un bosque y que hay ciervos en él y que recogéis cornamentas.
- Los Shikamoto nos ocupamos de los ciervos, de que no entren furtivos a cazarlos, vigilamos que no haya epidemias, hacemos recuentos y mas recuentos. en primavera recogemos cornamentas y en otoño vigilamos la época de celo y que no se lesionen demasiado... algunos ciervos pueden morir por las heridas recibidas intentando reclamar a una hembra - De pronto una luz de encendió en el cerebro de Akira y empezó a bullir -... si encontramos algún herido o enfermo lo cuidamos.
- ¿Que sacáis con eso?
- Con las cornamentas se hacen muchas medicinas, también proveemos a zoos y vienen personas a estudiar su hábitat, sus costumbres, sobretodo colegios. Nosotros vamos a acampar en una zona que no es muy frecuentada por ellos pero si quieres puedo intentar que los veas.
- Señorita - dijo el señor sentado al lado de Akira -siéntese aquí si quiere.
- No gracias, no se moleste.
- No es molestia, yo me bajo en esta estación.
El señor se levantó, Akira pasó a ocupar asiento y Akane se sentó en el suyo.
- ¿Y como es que vives en Kizuna?
- Es por el trabajo de mi padre.
- ¿Por la farmacia?
- Si y también tenemos un herbolario. Jisei compra un montón de potingues allí.
- ¿Los hace tu padre?
- Algunos.
- ¿Y no puede tener una farmacia en tu pueblo?
- Es que mi madre quería vivir en la ciudad, estaba harta del pueblo y mi madre es la que manda, además fue la que insistió en la farmacia, ella estudiaba farmacia pero lo dejó.
- ¿Por qué hizo eso?
- Creo que porque nací yo.
- Pues que pena.
- Ayuda bastante a mi padre. Oye ¿y tu? ¿Has pensado en que te gustaría trabajar?
- Me gustaría ser periodista.
- Si, te pega, siempre metes tus narices en todas partes.
- Me gustaría estar allí, en medio de la noticia, vivir la historia. Debe ser emocionante decir "en tal año se firmó tal cosa importante y yo estaba allí".
- Es un bonito sueño, no dejes que un hijo te lo estropee.
- Yo no pienso tener hijos ¿Por qué me miras así?
- Porque me alegra que hayas venido, me alegro mucho de verte.
Akane entornó los ojos.
- ¿Te encuentras bien?
- Ahora mismo estoy mejor de lo que imaginas. Gracias por venir de acampada conmigo.
- Me gustó que me invitases pero es una pena que no haya venido Yuri.
- ¿Yuri? Ella odia el campo, todo lleno de bicho y animales que hacen sus necesidades por todas partes, eso sin contar que no hay servicios, ni baños, ni espejos... por favor.
- No te burles, Yuri no es tan pija.
- Podía haber venido, estaba delante cuanto lo dije y no dijo nada sin embargo fíjate como se puso con lo de la playa.
- No se, yo no estaba.
- ¿Cómo que no estabas? Hombre claro que estabas cuando Kamui se hizo el chulito con sus casitas.
- No, a mi me lo dijo Ryuko ¿No te acuerdas? Yo no recuerdo eso de la playa.
- ¿No te acuerdas de Kamui y la playa?
Akane se encogió de hombros. Akira prefirió no insistir, seguramente no lo recordaba porque era Ayesa y tampoco parecía muy preocupada. Mejor se callaría no fuera a ser que la confundiera.
- Bueno, que Yuri lo sabia y no me pidió venir.
- Vaya... lo siento bueno pero a lo mejor preferías a Karura.
- Karura también lo sabía y se apuntó a ir con Hizashi al lago ese de Kamui, creo que ese detalle lo dice todo.
- Estás perdiendo atractivo, Shikamoto. A lo mejor Karura no ha venido porque vengo yo.
- ¿Que clase de tontería es esa?
- No se, quizás le molesto.
Akira sentía ganas de decirle que era la chica mas tonta que conocía ¿como pensaba algo así?
- Oye, Aki ¿puedo decirte algo que me preocupa?
- Claro ¿que te pasa?
- No es que me preocupe, es que me... voy a dejar la redacción del periódico del insti.
- ¿Por qué? Si lo haces muy bien.
- Es que no voy a poder ocuparme. Me da mucha rabia pero me consume mucho tiempo.
- ¿Estás muy ocupada? Pues deja otra cosa.
- No, tiene que ser la redacción. Es que quiero buscar trabajo.
- ¿Y eso?
- Tengo que conseguir dinero, necesito ahorrar todo lo que pueda.
- ¿Para qué?
- Quiero alquilar una habitación en bloque de apartamentos o una pensión, algo donde vivir. No quiero vivir con mi padre y su familia y no quiero causar inconvenientes a mis hermanos, lo mejor es que me independice, es una idea que se me ha ocurrido y creo que es lo mejor. En cuanto me gradúe me iré a vivir sola.
- ¿Has oído una voz diciéndotelo?
- No te rías. Hablo en serio. El mes que viene tengo que mudarme a casa de mi padre y... soy una molestia así que a mi padre le parece buena idea. El esta dispuesto a ayudarme en algo y supongo que mi madre también, seguro que así casi podré pagar el alquiler pero claro habrá otros gastos y... tengo 8 meses para buscar trabajo... solo 8 meses.
- Tranquila, no pasa nada, te entiendo, te ayudaré a buscar ese empleo y también un sitio económico y decente donde vivir.
- ¿No crees que soy una inconsciente o una caprichosa?
- No, tienes ya 18 años, a esa edad mucha chicas ya están casadas, no veo porqué no ibas tú a poder vivir independiente pero no me gusta que renuncies a tus sueños de ser periodista.
- Ah pero es que pretendo prepararme para la universidad... estoy bastante asustada pero creo que podré organizarmelo todo.
- Seguro que si, eres buena organizando. ¿No puedes dejar otra cosa que no sea el periódico?
- No. Es lo que mas tiempo me lleva. Ser subdelegada no me quita a penas nada, Hizashi es demasiado eficiente y lo de los clubs, pues mas que nada me da trabajo al principio de curso y en la semana cultural.
- La obra de teatro te quita bastante.
- Pero a eso no puedo decir que no, es nuestra sanción.
- Bueno pero yo también soy director, déjalo en mis manos, además Ryuko y Kyojin me ayudarán.
- Pero yo no quiero que lo hagas tu todo.
- No, todo no, menudo rollo... venga, todo irá bien.
- Yo solo soy un estorbo en casa de mis padres, nunca saben donde colocarme, para ellos será un alivio que yo me marche.
Era triste escuchar a Akane decir esas cosas, ver a alguien pensando que es un estorbo para su familia e intentando huir y alejar sus problemas, veía en los ojos de Akane la tristeza que eso le producía, debía ser frustrante tener dos familias pero no poder encajar con ninguna, pero también podía ver el miedo cuando hablaba de mudarse a la casa de su padre, seguro que ese sitio le traía recuerdos dolorosos.
- Bueno - continuaba la chica - Yo iba al baño. Voy a pasar por la cafetería ¿te traigo algo?
- No, ahora no me apetece.
- Vale, pues te dejo con tu libro.
Akira se levantó y cogió del portaequipajes una bandolera, guardó el libro y sacó un cuaderno y un lápiz. Se sentó y lo abrió por las últimas páginas, era un cuaderno de campo, el suyo propio, los Shikamoto cuando entraban en el bosque solían apuntar cualquier cosa extraña o inusual que veían, pero ahora le iba a servir para otra cosa. A ver, mientras hablaba con Akane se le había ocurrido: tenía que aprender de la naturaleza porque en la naturaleza tenía la respuesta y solo tenía que aplicarla a su situación.
Estaba muy claro que Kamui era un macho en celo tratando de formar un harén. Puede que él fuera algo inexperto en cuanto a mujeres pero sabía de ciervos y en realidad entre humanos y ciervos no había tanta diferencia, había visto muchas veces a los machos formando sus harenes a la fuerza. Kamui era todo en ejemplar de macho dispuesto a conseguir no el mayor número de hembras para poder asegurarse la descendencia, si no a demostrar que consigue lo que quiere y él era un ciervo algo más modesto que tiene que enfrentarse a ese presuntuoso macho, quizás sus cuernos no son los mas espectaculares pero tiene una ventaja: la hembra se ha metido en su territorio, lo ha hecho sin querer y ni lo sabe, Akane es una joven hembra que huyendo de otros peligros se ha acercado a él, ahora le toca marcar ese territorio y hacer entender a Kamui, a base de berridos cuales son sus fronteras y que ella está dentro, así que teóricamente es suya. Aquello iba a ser como el enfrentamiento a cornadas entre los ciervos pero sin cuernos... y él tenía que convertirse en un ciervo macho y dominante, demostrarle a esa hembra que él es el que manda y que la protegerá.
Tenía que conseguir hacer una buena jugada, atraer a la hembra y crear una gran defensa.
Y con esas ideas comenzó a planear sobre le papel su estrategia, los pros y los contras de cada actuación, que debería hacer y las consecuencias que tendrían sus decisiones... no podía dejar nada al azar porque Kamui tiene unos cuernos grandes y no va a dudar en aprovecharse de ellos pero él era bueno haciendo estrategias al ajedrez, todo consistía en traspasar sus estrategias a la vida real.
- Bueno pues - decía Kyojin al bajar del tren. Ya hemos llegado al pueblo de los Shikamoto.
- Se ve tranquilo y bonito - dijo Minako.
- Aquí hay un montón de Shikamotos - continuó Kyojin.
- ¿Y eso?
- Es un pueblo pequeño - explicó Chiharu - al final casi todos somos parientes, siempre hay alguien que es el hijo del primo de la sobrina el nieto el hermano de mi bisabuelo o algo así. Mi madre también es una Shikamoto, pariente lejana, muy lejana de mi padre ¿no habíais notado el parecido?
- Así ha salido tu hermano con esas taras mentales - comentó Akane.
- ¿Van a venir a recogernos, Aki? - preguntó Chiharu.
- Si, viene el primo, ya debería estar aquí.
- Es un lugar precioso - decía mientras tanto Himeko respirando profundamente el aire limpio con olor a romero.
- ¿Y como es tu primo? - se interesó Nowaki
- No te preocupes - contestó Kyojin - en cuanto lo veas sabrás que es su primo.
- ¡Ahí está! - gritó Chiharu - ¡Akihito, Akihito!
Un chico algo mayor que ellos y peinado con una coleta como Akira se acercó sonriendo.
- Buenos días Chiharu ¿cómo estás primita?
Se parecía bastante a Akira, era un poco mas algo, sus ojos eran verdes y el color de su pelo algo mas claro, también su complexión era más musculosa, claro que no tenía ni el ceño fruncido, ni cara de aburrimiento y lucía una enorme sonrisa.
- Akihito te presento a mis amigos. Mira esta es Minako.
- Hola Minako, encantado. Hola a todos ¿Que tal Akira?
- Bien, te agradezco que vengas a recogernos.
- No hay ningún problema, ya sabía yo que ir andando sería mucho trabajo para ti. Kyojin, me alegro de verte.
- Yo también, hacia mucho tiempo que no venía por aquí.
- Oye ¿y esa coleta? - preguntó curiosa Minako - ¿Es la marca de los Shikamoto?
Akihito se echó a reír.
- Es cómoda. Anda, darme las mochilas que las voy metiendo en el maletero.
Fueron subiendo a la furgoneta que Akihito había llevado para recogerlos, casi un microbús.
- ¡Madre mía como está tu primo! - exclamó Akane - Debió llevarse los genes buenos de la familia.
- Ya estáis... las chicas siempre pensando en el físico... pervertidas - se quejó Nowaki.
Las cinco chicas rompieron a reír.
- ¿A dónde vamos? - se interesó Ryuko.
- A la casa familiar - habló Chiharu - Ahí viven mis abuelas y mis tíos, los padres de Akihito, allí es donde deberían vivir mis padres pero rompieron la tradición y se fueron a Kizuna. Mis tíos son como los capataces de los terrenos pero mi papi es el jefe.
- ¿Y está muy lejos?
- No, pero a Akira le da flojera andar.
- ¿Y dónde vamos a acampar? - interrogó Kohaku.
- Ya veréis, es un lugar precioso pero eso sí, hasta allí hay que ir andando.
- ¿Y dormir? ¿Cómo vamos a dormir si no hemos traído tiendas ni sacos? - intervino Nowaki.
- En la casa familiar hay tiendas de campaña, las tenemos de todo tipo. Los Shikamoto pasamos muchas veces semanas en el bosque, algunos trabajos no se pueden hacer en un ratito.
- ¿Y que hacéis en el bosque? - preguntó ahora Nowaki.
- Pues las cosas de los Shikamoto - respondió aburrido Akira.
La casa familiar de los Shikamoto era bastante grande pero de apariencia modesta y estaba situada en medio de una parcela de terreno no muy grane. Akihito aparcó delante de la puerta de la casa, una señora de unos 60 años, con el pelo moreno, recogió en una coleta baja, esperaba en la misma. En cuanto bajó, Chiharu corrió a saludarla.
- ¡Abuela! ¡Ya he vuelto!
- Ya te veo cervatillo inquieto.
- ¿Y no te alegras?
- Pues no porque te vas de acampada y no te quedas conmigo.
- Oh mi abuelita mimosa... Pero mira que chicos mas guapos traigo. Venid a conocer a mi abuela, dejad que mi hermano se ocupe de todo.
- Buenos días señora Shikamoto - saludó Kyojin.
- ¡Kyojin! ¡Pero cuanto tiempo sin verte! Veo que sigues igual que siempre ¿y tus padres?
- Y mira abuela - continuaba Chiharu - Estos son Kohaku y Nowaki, son compañeros de clase de Akira ¿a que son lindos?
Chiharu presentó a todos con bastante entusiasmo mientras Akira ayudaba a Akihito a bajar las mochilas.
- Hola abuela - saludó Akira cuando terminó
- ¡Akira! ¡Ven y dame un beso, sinvergüenza! No nos había dicho que tus compañeras eran tan guapas, así te pasa, que no quieres venir a verme nunca.
- No es eso abuela, lo que pasa es que estoy ocupado.
- Ya... anda y pasa a saludar a la abuela Harumi, está deseando verte.
- Chiharu, Akira, ya estáis aquí - saludó una señora bastante parecida a Chiharu que llegaba tirando de un carro de la compra.
- ¡Tía Haruko! - saludó Chiharu - Es la madre de Akihito... ¿y el tío?
- Está bastante liado, siente no poder venir a saludaros ¿y tus padres?
- Bien, bien, están bien.
- ¿Y tú, Akira, no me saludas?
- Espero a que terminéis vosotras de charlar.
- Como ves, tía - intervino Chiharu - Tan tonto como siempre.
- ¿Estos son vuestros amigos? Pero pasad, os prepararé algo, os sentará bien después del viaje.
Entraron en la casa. En un gran salón, al lado de una chimenea, sentada en un butacón, estaba una señora mayor, de pelo blanco, corto, sus rasgos, aunque muy envejecidos se parecía mucho a los de Akira.
- Akira - dijo al verles mientras se levanta con gran esfuerzo y le tendía los brazos.
Akira se apresuró a acercarse.
- Abuela Harumi, siéntate, por favor.
- Ah no estoy tan debilucha. A ver, déjame que te vea y te de un beso.
- Es nuestra bisabuela - aclaró Chiharu - Quiere mucho a Akira.
- ¡La bisabuela! - exclamó admirado Nowaki - ¡Que flipada!
Chiharu también se acercó.
- Hola abuelita Harumi - dijo en todo cariñoso – Venga, pasar vosotros también a saludar a la abuelita.
La bisabuela era un simpática mujer que tuvo una palabra amable para todos, es especial le gustó Minako a la que pellizcaba los mofletes.
- Bueno Kyojin - le decía - ¿tienes novia ya?
- No yo... bueno eso es lo que intento - tonteó un poco apurado.
- ¡Ah pillastre! ¿Y cual es la elegida?
- Es esta - cogió del brazo a Ryuko - Ya casi somos medio-novios.
- Kyojin, por favor - se quejó avergonzada Ryuko.
- Ven acércate... maja, muy maja, siempre has sido muy listo - puso sus manos en las caderas de la chica - y no tendrá problemas para parir, hija los Akihana son de grandes huesos.
- ¡Abuela no hagas esas cosas! - se quejó Chiharu - Nos haces pasar vergüenza.
- ¿Y la novia de mi nieto? ¿quien es?
- Esta - dijo Chiharu muy decidida abrazando a una desconcertada Akane - Es esta, la del pelo color zanahoria ¿que te parece?
- ¡Chiharu! - gruñó Akira lanzándole una mirada heladora.
- Ven bonita, que no te veo bien, acércate un poco.
- Pero es que yo... es que no... - empezó a decir Akane mientras Chiharu la empujaba.
- Vaya, eres mejor de lo que esperaba. Yo pensaba que con el poco interés que pone en todo se quedaría con la más fea.
- Pero es que...
- No crea señora - intervino Nowaki alegremente - Akira liga un montón y están bien buenas.
- ¿Cómo te llamas, bonita?
- Akane Kumoyuki, señora pero yo...
- Bonito nombre, ven, acompáñame bonita, quiero enseñarte algo.
- Abuela - habló presuroso Akira - No hagas caso a...
- Tu calla, tengo que hablar con ella. Dame mi bastón, venga.
La señora se agarró del brazo de Akane y la indicó por donde quería irse.
- Ya te vale, Chiharu - gruñó Akira bastante molesto cuando las vio salir por una puerta.
- ¿Sois novios? ¿Por qué yo no lo sabía?
- No somos novios, no somos nada, es una broma de este desastre.
- Ya te vale a ti, Aki, para un capricho que tiene la abuela y no eres capaz de dárselo.
- Ya hablaremos tu y yo cuando estemos en casa, pequeño demonio con faldas.
- Akira - le llamó la abuela. Tengo eso que pediste, ven comingo.
Akira la siguió hasta la enorme cocina.
- Parece una buena chica - comenzó a hablar la abuela.
- Verás abuela es que...
- Me gusta más que la rubia que siempre trae tu madre. Toma - le pasó un pequeño frasco - Debe gustarte de verdad para que quieras enseñárselas.
- Gracias abuela, es que quiero que se lleve un buen recuerdo.
- ¿Vas a declararte allí?
- Abuela, por favor...
- Deberías hacerlo, tu abuelo así lo hizo y me conquistó del todo.
- Con Akane habría querido ver yo al abuelo...
- ¿No le has dicho que la amas? Pues deberías hacerlo, si no lo haces no puede saberlo con seguridad.
- Si – repuso en voz baja Akira – Si no lo hago no lo puede saber...
La bisabuela de Akira llevó a Akane hasta una habitación llena de muebles tapados con enormes trozos de tela. Por el camino había estado preguntándole cosas sobre su vida y familia.
- Esta es la habitación de los recuerdos, aquí se guardan los recuerdos mas preciosos de los Shikamoto. Dime ¿que te gusta más de mi pequeño?
- ¿De Akira? No, es que yo... - miró a la abuela, con sus ojos tiernos, mirándola con un extraño brillo que quizás era orgullo o no sabía el que pero de pronto no tuvo valor para decirle la verdad - Pues no sabría que decirle es como... un conjunto.
Akane se preguntaba ahora como había llegado a esa situación, como saldría de ella y como asesinaría a Akira de forma lenta y dolorosa.
- Pero algo habrá que te gusta mas ¿o tengo que pensar que es por lo que una dama no debe decir?
- Por su cerebro - se apresuró a contestar - Me gusta su cerebro.
- Que graciosa, si, está muy bien dotado, me lo debe a mi, lo del cerebro, yo soy una auténtica Shikamoto, mi marido renunció a su apellido, el cerebro lo ha heredado de mi, también las migrañas, pobre... lo otro lo heredó de su abuelo.
- ¿Lo otro?
- No te pongas tan roja, me refiero a la pereza. Mira, destapa esto, bonita.
Akane retiró la tela que le señalaba dejando al descubierto un maniquí vestido con un precioso kimono blanco de boda.
- Es mi vestido de novia, con el que me casé.
- Es precioso señora.
- Con él se casó mi madre, la mujer de mi hijo, la madre de Akira y con él te casarás tú.
Akane abrió los ojos desmesuradamente.
- Esto es que yo...
- Pero yo no lo veré porque espero que sea entro de algunos años y estaré ya con mi marido y mi hijo. Hija, no tengáis prisa en casaros, uno se cansa del matrimonio, te lo digo yo. Ahora estudiar y dedicaros a disfrutar.
- No se preocupe, no está en mis planes casarme con su nieto.
- Ya conozco a la prometida del heredero Shikamoto, ya puedo estar tranquila, pero eso si, no me gustaría convertirme en tatarabuela, aún no estoy preparada para conocer a otra generación Shikamoto, así que, confío en que tomes las medidas oportunas para que no suceda ¿me entiendes?
- No se preocupe si Akira y yo no...
- No digo que no hagáis nada, sois jóvenes y serías tontos si no lo hicierais pero... ahora hay mucho medios, no lo olvides.
- No, no señora.
- Me gustas, bienvenida a la familia Shikamoto. Tienes que decirle a Akira que te traiga en otoño, el la época de celo de los ciervos, la berrida es un espectáculo magestuoso.
- Yo... es que... tengo varios hermanos más pequeños y ayudo a mi madre y no se si va a poder ser.
- Pues te los traes, sería una ocasión estupenda para conocer a tu familia y que conozcas a todos los Shikamoto, podíamos hacer una fiesta.
Si lo que a Akane le gustaba el bosque de Shikamoto era inversamente proporcional al enfado que llevaba encima, estaba claro que le gustaba muchísimo. Esa era la conclusión que sacaba Akira mientras la veía caminar enfurruñada y sin decir una palabra.
- ¿Todavía estás mosqueada? - preguntó Chiharu.
- No estoy mosqueada, estoy... furiosa.
- Lo siento hermana, no quería molestarte.
- No me llames hermana, no me lo llames.
- Perdón, perdón. Yo solo quería alegrar a la bisabuela.
- No estoy enfadada contigo, lo estoy con... - cogió una rama y la lanzó contra Akira - con eso de ahí.
- Ya estamos - comentó en tono pesado Akira - Eres una pesada.
- Y tú un pusilánime, ya podías haber dicho algo ¿no?
- Ahhhh... tampoco habrá sido tan horrible.
- ¿Es que no te da vergüenza engañar a tu abuela?
- Haberlo hecho tu.
- ¡Es tu abuela!
- ¡Eh, eh! - intervino Nowaki - ¿Vamos a estar todo el camino así?
- Díselo a ella que es una cabezota.
- Si, dímelo a mi que para él es muy complicado.
- Ya te he dicho que lo sentía.
- Que lo sentía... que lo sentía...
- Tu madre cree que soy tu novio ¿no? Pues mi abuela que tu eres mi novia ¿que diferencia hay?
- No es lo mismo.
- Akane, si es lo mismo - advirtió Ryuko.
- Bueno pero él es... imbécil ¿sabes lo que me ha dicho su abuela? que no quiere conocer a un tataranieto, yo creo que no quiere que se reproduzca... así que ya sabes, que tengas cuidado y no esparzas tus genes por ahí.
- ¿No te ha icho que os caséis pronto? - inquirió Kyojin.
- No, que va, pero eso si, me ha enseñado su vestido de novia.
- La abuela es muy moderna - hablaba Chiharu - No cree en el matrimonio entre jovencitos, dice que cuanto mas tare mejor, claro, pero sin pasarse.
- Y me ha dicho que tengo que casarme con ese vestido - continuaba Akane.
- Mira - intervino Nowaki - Eso que te ahorras, ya no lo tienes que comprar.
- ¿Por qué siempre está de tal mal humor contigo? - se acercó Kohaku a preguntar a Akira.
- Ah... es muy difícil de entender.
- Pues deberías hacerle entender que eres tú el dominante.
- ¿Qué?
- Verás, lo dijo Masashi ¿no te acuerdas? Este tipo de personas buscan a alguien que las domine, eso les hace sentirse seguras, es a lo que está acostumbrada, necesita a alguien a su lado que se mantenga firme porque cuando algo la supera, ya sea por rabia o por lo que sea, se descontrola, no sabe manejar estas situaciones... cuanto toda tu vida has estado dominado luego no se sabe ser dominante, se termina por convertirse en un tirano.
Akira se detuvo y recapacitó unos segundos, veía a Akane seguir caminando con su mal humor, porque cuando Akane se ponía de mal humor era difícil calmarla pero Akira sonreía mientras la veía con aquel rebote, porque aunque resultase raro, echaba de menos verla con alguno de sus mosqueos, al menos así estaba seguro de que era su Akane.

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