miércoles, 30 de noviembre de 2011

61. Las citas de todos (2ª parte)

Genki había subido a la colina con Shiho, esta parecía ensimismada mirando por su telescopio y tomando notas. El miraba las estrellas ensimismado en sus pensamientos.
"No me voy a rendir, no me voy a rendir, se que lo conseguiré, no importa las veces que caiga, mientras tenga una posibilidad, por que peque que sea, seguiré levantándome. Se que si no me rindo lo conseguiré"
- ¡Eh! ¡Yamada! ¿Te encuentras bien?
- ¿Que pasa? ¿Ha pasado algo?
- No hace falta que te quedes a acompañarme, tus amigos te estarán esperando.
- ¿Mis amigos? Pues no creo ni que me echen de menos.
- ¿Estás seguro? Anda y ve con ellos.
- ¡No! Me quedaré aquí y te protegeré.
- Muchas gracias pero no veo de que me vas a proteger.
- Siempre hay peligros, el mal nunca descansa.
- Como quieras "Llanero Solitario" ¿Te interesan las estrellas?
- ¿Por qué estás sola en un día como hoy?
- ¿Por qué estás tu solo? Di ¿te interesan? Anda mira por el telescopio verás que maravilla.
Genki miró y no tardó en exclamar de forma pomposa...
- ¡Es increíble! ¡Que bien se ven!
- ¿A que sí? Es un telescopio muy potente, no lo parece pero tiene un objetivo de... bueno... muy bueno.
- ¿Qué es eso?
- A ver... déjame... Eso es Marte ¿No es precioso?
- Si que lo es... Enséñame más.
- Mira... Venus... ¿Quieres ver a Orihime y HIkoboshi? Son los protagonistas de este día.
Genki empezó a encontrar aquello de mirar por el telescopio algo realmente apasionante, tanto que enseguida olvidó que había dejado en la noria a Momoka con Nowaki y a todos los demás
Karura no quería hablar, no quería tener que dar explicaciones de ningún tipo, se apoyó en un árbol del solitario parque donde habían terminado ella y Hizashi y se cruzó de brazos. No quería pero era consciente de que debía hacerlo, ella no era una cobarde que diera la espalda a sus problemas, nunca lo había hecho y no iba a empezar ahora.
- Lo siento - dijo finalmente.
- No pasa nada - contestó Hizashi, en cuyo rostro no parecía reflejarse ningún tipo de asombro o desilusión.
- Si para Hizashi, si pasa.
- No ha pasado nada Karura, por lo tanto no tienes que explicarme nada.
Karura suspiró. Hablar con Hizashi era difícil, tenia que buscar la forma de explicarle las cosas, el problema era que raras veces el rostro de Hizashi expresaba lo que sentía y así era muy difícil saber si se lo estaba tomando bien o mal.
- ¿No te sientes ofendido, Hizashi?
- ¿Por qué iba a estar ofendido?
- ¿Decepcionado?
- ¿Crees que estoy decepcionado? ¿Piensas que lo que buscaba era...
- No, no es eso - le interrumpió Karura sin dejarle terminar - Pero la verdad es que parecía que...
- ¿Crees que es lo único que me interesa de ti?
- ¡No! No es eso. Hizashi yo te he utilizado. Te utilicé aquella vez y he estado a punto de hacerlo otra vez.
- ¿Me has utilizado?
- ¡Si! - Karura parecía empezar a alterarse - Te utilicé, es así, me aproveché de ti.
- No te entiendo.
- ¡No hay mucho que entender! Te utilicé porque... por... ¡no lo sé! Pero te utilicé eso es seguro y esta vez no lo he hecho porque me da miedo volver a pensar que estoy embarazada otra vez, solo por eso.
- No me estás escuchando Karura, lo que no entiendo es porqué crees que soy tan tonto de dejarme utilizar.
- No es que crea que seas tonto... ¡No me entiendes!
- ¡Espera! ¿Te quedaste embarazada?
- ¡Espera! ¿Te quedaste embarazada?
Karura iba a contestar cuando al ver el rostro repentinamente desencajado de Hizashi se quedó sin saber que decir.
- ¿Te quedaste embarazada de mi?
- ¡No, no!... no me quedé embarazada.
- Karura no me mientas.
- ¡No me quedé embarazada! Pero podía haberme quedado... Lo pensé, fue horrible, pasé unas semanas horrorosas, casi las peores de mi vida.
- ¿Semanas? ¿Creíste estar embarazada de mí durante semanas?
- Ah, Hizashi, no me mires así, cuando se hacen ciertas cosas hay bastantes posibilidades de que ocurra y nosotros no tuvimos precauciones.
- ¿Y por qué no me lo dijiste?
- ¿Que querías que te dijera? ¿Que creía estar a punto de arruinarte la vida?
- ¿Y si hubieras estado embarazada? ¿Me lo hubieras dicho?
- Pues mira, no lo se... no se que hubiera hecho.
- ¿No hubieras contado conmigo? ¿Por qué no me lo dijiste? Te podría haber ayudado.
- ¿A qué? ¿Que me ibas a solucionar?
- Hombre creo que siendo el padre algo tendría que decir.
- ¿Decir de que?
- ¿Ibas a encargarte tu sola?
- ¡No sé lo que iba a hacer! No me líes, eso ya pasó, no había embarazo, no vale la pena que ahora me reproches nada. Pasó porque fue una egoísta irresponsable y solo pensé en sentirme bien un momento pero ya he aprendido la lección.
Hizashi guardó silencio unos minutos, parecía estar ordenando todos aquellos datos en su cerebro.
- Karura ¿De que estás huyendo?
- ¿Que?
- Estás huyendo de algo, no soy tan tonto como para no darme cuenta ¿Qué es lo que tanto miedo te da? ¿Por qué necesitaste utilizarme?
Por primera vez en su vida Karura sintió miedo de enfrentarse a la mirada de otra persona, a esos ojos que la miraban interrogativos esperando una respuesta.
- Yo no quiero hacerte daño Hizashi, tú me gustas, eres un chico estupendo y no te mereces que te utilice nadie.
- Dime la verdad.
- Es todo muy complicado.
- ¿Sigues enamorada de Akira? ¿Es eso? ¿Me utilizaste a mi como sustituto?
- ¡No! Yo es que... he perdido el control de mi vida.
- No me contestes, prefiero no saberlo. Una vez te lo dije, no pretendo ser el primer hombre en tu vida pero si deseo ser el último. Lo que si quiero es que sepas que tu me importas, y me importan las cosas que te pasen... no me gusta pensar que estuviste sola pensando que iba a ser de tu vida, que no constases conmigo, no como parte implicada sino como amigo.
Era inútil, Karura acaba de asumirlo, era totalmente inútil hablar con Hizashi, él tenía sus ideas, todas cuadriculadas y apiladas perfectamente en su cerebro y cualquier otra que no fuese perfectamente cuadrada y pudiese apilar no tenía cabida.
- Lo siento, Karura - dijo con una voz muy baja.
- ¿Ahora por qué dices eso?
- Siento no saber darte la confianza suficiente para que confíes en mí. Siento no haberme dado cuenta de nada, no observar tus cambios de humor para deducir que estabas nerviosa. Siento ser tan poco detallista. Siento no darme cuenta de que necesitas desahogarte porque algo te pasa y...
¿Que era aquella mirada que veía en Hizashi? Era algo que la confundía y la llenaba de desasosiego. Sentía ganas de llorar, de gritar con todas sus fuerzas... Fuma... Hizashi... ¿Que le pasaba? ¿Es que ella solo servía para hacer daño? Antes de que tuviera tiempo de reaccionar se vio rodeada por los brazos de Hizashi que la apretaba fuertemente contra él.
- No te preocupes, tengo mucha paciencia - le oyó susurrar - y esperaré lo que haga falta.
- No lo entiendes Hizashi... tu no me conoces, si me conocieras te decepcionarías mucho.
- Estupendo, así entonces podré odiarte a ti y no a mi mismo por ser tan estúpido de no darme cuenta de nada.
Nada más ver bajar de la noria a Nowaki y Momoka, Kamui supo que pasaba algo. Momoka esta muy nerviosa e intentaba disimular de forma torpe y Nowaki extrañamente silencioso y hasta parecía apurado. Sin embargo Yuri bajaba muy contenta, Setsu pasaba el brazo por sus hombros y ambos parecían entenderse muy bien. Momoka lanzó una mirada feroz a su amiga, le molestaba, le molestaba mucho su forma de comportarse.
- ¿Ahora dónde vamos? - propuso Setsu.
- Nosotras vamos por otro camino - habló con rapidez Momoka - Venga Yuri que tenemos que ir a "eso"
- ¿A eso?
- Si, a eso, venga, no te hagas la tonta. Vamos Nowaki.
- ¿Y el cejotas? - preguntó con tono desanimado Nowaki.
- Se fue a dar una vuelta con una chica con gafas - respondió Shugo.
- ¿Una chica con gafas? ¿Akane?
- No, no era esa, era otra. Llevaba un telescopio, creo que dijeron que iban a la colina.
- Vale, voy a ver si le encuentro.
Kamui y Momoka se quedaron mirando extrañados como Nowaki, cabizbajo se alejaba si tan siquiera decir adiós. Momoka cogió de la muñeca a Yuri.
- Venga Yuri, tenemos que irnos.
- Podéis venir con nosotros ¿verdad Kamui? - comentó Setsu.
- ¿Y a ti que te pasa? - gritó de pronto Momoka - ¿Es que tenéis que pedir permiso a Kamui para todo? - Todos miraron a Momoka realmente asombrados - Lo siento, no debí gritar... venga Yuri, vamos.
Yuri no sabía a que "eso" se refería Momoka pero estaba claro que algo le pasaba y ella podía ser una chica que parecía superficial, superflua o coqueta pero sobretodo era amiga de sus amigas.
- Si, venga vamos. Me llamas ¿vale Setsu?
- No lo dudes.
- Momoka - interrumpió Kamui - ¿Pasa algo?
- No, no pasa nada ¿que iba a pasar?
- No se, te noto extraña.
- Pues no pasa nada... Mañana nos vemos... Hasta mañana.
Kamui se quedó un rato bastante preocupado, algo pasaba seguro y a él se preocupaba ¿significaba eso que le preocupaba Momoka?
- Bueno dime que te pasa Momoka - apremió Yuri en cuanto vio que ya estaban lejos del grupo de Kamui.
- Nada.
- No, si te pasa algo, te lo noto ¿Que te ha pasado?
- No es nada.
- Si es... Vamos Momoka, somos amigas ¿por qué nunca me cuentas lo que te pasa? siempre tengo que estar sonsacándote... ¿Ha sido por ver a Kamui con Hikari? ¿Ha pasado algo con Nowaki en la noria?
- Ya que hablas de no contar nada ¿Y a ti que te pasa?
- ¿A que viene eso ahora?
- Viene a lo que viene, Yuri, se que te pasa algo y tampoco tú me lo quieres contar.
- No se a lo que te refieres. Yo solo estaba divirtiéndome con Setsu ¿sabes que es un chico muy simpático?
- ¡No me refiero a Setsu! ¡Me refiero a ti!
- ¿A mi?
- ¡Si, a ti! ¿Que te pasa?
- ¿Qué me pasa de qué?
- Yuri... hace un tiempo que no eres la misma, has cambiado.
- ¿Que he cambiado?
- Yuri, si tienes algún problema puedes contármelo.
- Pero es que no tengo ningún problema.
- No te voy a juzgar, te lo juro, pero por favor, somos amigas, comparte tus problemas conmigo.
- Realmente no se a lo que te refieres.
- Ay, Yuri... yo te quiero ayudar, haré lo que sea para ayudarte.
- Pero es que no sé de lo que hablas ¿Es que hay algo en mi que te molesta? Habla claro, por favor.
- ¿De verdad quieres que hable claro?
- Si, eso es lo que quiero.
- Esta bien, pues hablaré claro, tu lo has querido... pasa que... que... te noto distinta.
- ¿Distinta?
- Si ¿Sabes a lo que me recuerdas?
- No, no lo se, me estás volviendo loca, no se a lo que te recuerdo.
- Me recuerdas a hace un par de años cuando te dio esa manía de querer adelgazar y dejaste de comer.
Yuri se quedó clavada en el sitio sin saber que decir.
- ¿Crees que he recaído? ¿Es eso? ¿Crees que ha vuelto a dejar de comer? ¿Y en que te basas para decir algo así, eh?
Ahora Momoka no sabía como salir del atolladero donde se había metido, se arrepentía de ser tan bocazas, tenía que haber sido más sutil. Se mordía el labio inferior y miraba nerviosa a su amiga.
- Es que... has perdido peso y yo...
- ¡Vale! He perdido peso ¿Es que una no tiene derecho a perder peso? ¿Es que cada vez que adelgace un poco me vas a echar en cara que una vez dejé de comer? ¿Tan tonta me crees para volver a hacerlo?
Yuri parecía muy molesta y Momoka se sentía cada vez peor.
- Lo siento, Yuri, es que me preocupo por ti.
- ¿Que pasa? ¿Que me consideras una anoréxica?
- No es eso Yuri, lo siento.
- Pues que sepas que no soy tan tonta. Claro que como.
- Pero comes muy poco, yo te he visto.
- Como sano y adecuadamente. Solamente he limitado un poco las grasas y los hidratos.
- Entonces ¿es verdad que estas a dieta?
- ¡Pues claro que si! Es difícil mantener este tipo, en cuanto me descuido los malditos kilos se me pegan a la cintura.
Momoka se sentía cada vez peor. Ahora Yuri se habría enfadado con ella y seguro que la confianza que tenía en ella se había visto amenazada. De pronto de se ocurrió. Fue una idea rápida que apareció de improviso.
- Yuri yo... Te comprendo... siento haberte hablado así... en realidad yo... ¿Tu me ayudarías a mi a perder peso?
- ¿Es que quieres perder peso?
- Bueno es que yo... querría perder un par de kilos y pensé que si hacíamos dieta tú y yo juntas sería mas... divertido.
La idea de Momoka era, de alguna forma, formar parte de la rutina de Yuri, quizás con la excusa de hacer dieta juntas ella podría vigilar que de veras comiera lo apropiado.
- Las dos juntas nos apoyaremos mutuamente y nos daremos ánimos - concluyó casi con miedo.
- ¡Es genial! - dijo de pronto sonriendo Yuri - ¡Si! ¡Será fantástico! Mira, tengo una dieta perfecta, mañana la llevo al instituto ¿Y sabes lo que podemos hacer también? ¡Ir al gimnasio!
- ¿Al gimnasio?
- Si... anda, apúntate conmigo ¿quieres? Mañana mismo voy a ir a preguntar. Venga, será divertido ir juntas.
Aliviada porque parecía haber controlado la situación, Momoka prosiguió su camino escuchando a Yuri hacer un montón de planes. Estaba tan aliviada que la vergüenza que había pasado por besar a Nowaki en la noria ahora le parecía una mera anécdota.
Caminaban en silencio porque ninguno sabía que decir. No es que fuera una situación violenta pero si inusual o al menos a ellos se lo parecía. Un profesor paseando al lado de su alumna, muy normal no era. Sin embargo Jisei se sentía muy a gusto, para ella en esos momentos Inari no era su profesor, era simplemente un amigo, le miraba y aunque intentaba ver en él a su profesor la imagen de un hombre joven y que a ella le resultaba muy atractivo se anteponía.
Algo parecido se sucedía a Inari, además por un día que dejase de estar pensando que Jisei era su alumna tampoco iba a pasar nada, estaban dando un paseo, un simple paseo ¿es que eso tenía algo de malo? y él tenía que relajarse un poco, toda esa tensión se le empezaba a acumular en las cervicales.
- Creo que debería ir para mi casa - habló con voz suave Jisei.
- Aún es pronto ¿no?
- Pero mañana hay clases y hay que madrugar. Debes estás en forma para tus clases.
- Vaya... me has recordado lo que ya había olvidado. Supongo que tienes razón. Bueno podemos pasear hacia tu casa.
- Pero está lejos de aquí y tu coche...
- ¿Acaso piensas que voy a dejarte ir sola? Además cuanto más lejos mejor, el paseo es agradable, tal vez porque la compañía también lo es.
Jisei creía que su casa estaba alejada pero ahora que habían llegado al portal le parecía que estaba demasiado cerca. Habían estado hablando de anécdotas, Inari contaba situaciones divertidas que se producían entre los profesores y Jisei las locuras de sus compañeros, pero no lo hacían como un profesor hablando de otros profesores o una alumna de otros alumnos, no, simplemente hablaban de sus amigos y conocidos.
- Bueno, ya hemos llegado - dijo Inari.
- ¿Por qué no subes a tomar un café? - propuso Jisei - Después de acompañarme hasta aquí es lo menos que puedo ofrecerte.
- ¿Y tus padres?
- Estarán durmiendo.
- Por eso lo digo, por no despertarles.
- No vamos a hacer tanto ruido, además quizás ni hayan llegado aún. Mi madre se enfadará conmigo si se entera de que me has acompañado y ni te he ofrecido una copa o algo.
- Eso es cierto - dijo sonriendo - Tu madre es muy detallista.
- Pues venga, sube conmigo.
No iba a negarse Inari, estaba demasiado cómodo como para querer que ya acabase la velada. Entraron tratando de no hacer ruido, toda la casa estaba a oscuras, Jisei cogió de la mano a Inari para guiarle hasta la cocina, allí, encendió la luz.
- Pasa - dijo en voz baja - Voy a ver si están durmiendo.
Jisei se marchó e Inari cogió la cafetera, tenía ya más que confianza con esa familia y no era la primera vez que él mismo se preparaba el café. Cuando estaba allí siempre tenia la sensación de formar parte de ellos, de ser uno más.
- No hay nadie - habló Jisei en voz alta desde algún punto de la casa - No han regresado, ni mis padres, ni Kisuke.
- No sé porqué no me extraña.
- Bueno pues entonces ya no tenemos porqué hablar en un susurro y quedarnos en la cocina, vamos al comedor, estaremos más cómodos.
- Espérame allí, enseguida llevo los cafés. El tuyo con leche como siempre ¿verdad?
- Si, ya sabes.
Cuando Inari llegó al comedor con los cafés Jisei estaba sentada en el sofá, había encendido un aplique de la pared que daba una tenue luz y puesto un disco de música.
- Ya estoy aquí. Creo que quema, ten cuidado - dijo mientras se sentaba.
- Gracias sensei.
- ¿Que te he dicho de llamarme sensei? - Inari acercó, como siempre que decía aquello, su cara a la de la chica - ¿Cómo me llamo? I-ru...
Ambos entornaron los ojos, era algo que ninguno había planeado, un acto reflejo que le llevó a Jisei a juntar sus labios en un beso mucho más apasionado de lo que Inari se esperaba al que no pudo hacer otra cosa que responder.
Se miraron y se sonrieron, parecía que no necesitaban decirse nada más. Sus respiraciones eran entrecortadas fruto del oxigeno que se habían robado mutuamente. Jisei pensó que debería hacer algo y le atrajo de nuevo hacia ella devolviéndole aquellos besos que le había entregado. Besaba con miedo, eran besos tímidos e inexpertos pero que a Inari le parecían deliciosos. Inari no se atrevía a profundizar el beso aunque lo estaba deseando, no parecía que ella tuviera demasiada experiencia y no quería asustarla, por lo menos no tan pronto. Jisei no sabía como hacerle saber que quería más de él, decidió mordisquearle el labio inferior, Inari emitió lo que parecía un leve gemido mientras apretaba el abrazo, lentamente Jisei pasó su lengua rozando los labios del sensei. Fue lo único que este necesitó para entender que ella estaba dispuesta a más, las dudas que le quedaban sobre si era ético lo que hacía se desvanecieron a la vez que profundizaba desesperadamente aquel beso.
Aquellas sensaciones, nuevas para Jisei, la inundaban completamente, era una mezcla de euforia y deseo, deseo de sentir más besos de Inari, deseo de tocarle y de sentir sus manos en ella...ahora entendía lo que las otras chicas decían sobre perder la cabeza y dejarse llevar. Con un suspiro Inari apartó sus labios y los llevó hasta su cuello, al sentir su aliento en él un gemido salió de los labios de Jisei.
El impertinente sonido del teléfono hizo de ambos se sobresaltaran y emitieran ciertos sonidos de disgusto.
- Serán mis padres - dijo Jisei levantándose rápidamente y acercándose para descolgar.
Mientras Jisei hablaba por teléfono, Inari trataba de normalizar su ritmo cardiaco, realmente se encontraba muy acelerado y sentía como si todo aquello no fuera real... no quería pensar, ni recapacitar, porque si lo hacía sabía que iba a sentirse mal consigo mismo.
- Era mi madre - dijo la chica colgando el teléfono - Por lo visto no les da tiempo a venir esta noche.
- ¿Que no les da tiempo?
- El que se han ido a no se donde a ver las estrellas... ya sabes como son.
- Siguen enamorados, eso es muy bonito. Bueno, creo que lo apropiado es que me vaya.
- ¿Ya?
- Es que he dejado mi coche un poco alejado y claro... bueno, ya me entiendes.
- Al menos tómate el café, para algo lo has hecho ¿no? Estará frío ¿te lo caliento?
- No, no... está bien así.
- Bien.
- Bien.
Ambos sonrieron y se miraron llenos de complicidad.
Ryuko estaba bastante nerviosa. Se suponía que iban a dejar a Akane y a Akira solos pero eso quería decir que ella se quedaría a solas con Kyojin ¿y que haría? No era la primera vez que estaban a solas pero eran de noche, una noche romántica, el ambiente estaba ya creado, el sitio era precioso, tranquilo, solitario ¿que se supone que tenía que pasar? Ella no tenía práctica en esas cosas ¿que hacía? ¿Y si Kyojin intentaba besarla? ¿Y si no? ¿Lo intentaba ella? ¿Era eso lo que se suponía esperaba de ella? ¿Una insinuación? porque Kyojin era muy dulce y encantador y nunca había intentado besarla pero estaban saliendo ¿o no? así que seguro que querría besarla porque eso es lo que hacen las parejas.
Lo que no sabía es que Kyojin estaba en el mismo dilema ¿que esperaba Ryuko que hiciese? Si hacía algo a lo mejor lo estropeaba, Ryuko podía pensar que él era un salido y solo pensaba en lo que pensaban todos a su edad y si no lo hacía lo mismo pensaba que es que no le gustaba o que no la consideraba lo suficientemente atractiva; había que tener en cuenta que Ryuko tenía la extraña idea de que ella no gustaba a nadie y que era el patito feo de la clase... tenía razón Akira y todo era demasiado complicado.
Había un extraño silencio entre ambas parejas. Akane suponía que Ryuko debía estar pasándolo mal, porque la conocía, ella era así, se ahogaba en un vaso de agua.
- Bueno Akira - dijo - ¿Dónde me vas a llevar ahora?
- ¿No te gusta este sitio?
- Si pero... bueno chicos, no os ofendáis pero me gustaría hablar algo con Akira... a solas. Es algo privado ¿Podemos ir a un sitio algo más, no se, a cubierto? Me siento como desprotegida aquí, me parece que cualquier nos va a ver; aunque no lo parezca soy bastante vergonzosa.
Akira frunció el ceño, juraría que no la entendía.
- Si, bueno yo... - comenzó a hablar nerviosa Ryuko mientras veía como Akane se acercaba a Akira y pasaba una de sus manos por sus brazos, gesto de pilló de sorpresa a Akira haciendo que su rostro se tensase - Debería irme ya, ya sabes que mis padres...
- Te acompaño - añadió presuroso e incómodo Kyojin - Así damos un paseo ¿no os importa, verdad?
- Claro que no - respondió Akane - A fin de cuentas hemos venido aquí para algo ¿no Akira? - Akane le miró de reojo sonriendo con picardía.
- Bueno yo... yo... - parecía tartamudear Akira - Que... quería que viéramos las estrellas.
- Ya - continuaba Akane - Pero se suponía que esto iba a ser una cita romántica, de eso se trataba.
- Bueno - dijo en voz alta Kyojin - Pues os dejamos. Vámonos Ryuko.
- Mañana nos vemos - se despidió la chica.
Nowaki, algo deprimido y sin entender muy bien lo que había sucedido, ni siquiera las frases que él mismo había pronunciado, caminaba por las afueras de Kizuna. Se suponía que iba buscando a Genki, hacia la colina, sin embargo, como estaba enfrascado en sus pensamientos, no llevaba buena dirección. De pronto de extrañó al ver frente a él el río ¿cómo podía haberse desviado tanto? Daba igual, se veía un sitio ideal para sentarse a meditar y no había mucha gente, solo un par de parejas y.. Nowaki abrió los ojos extrañado y sonrió.
- ¡Yuki! - exclamó al ver a la alumna de la clase 3-1 - ¿Que haces tan sola?
- Hola Nowaki... ya ves, huyendo del mundo ¿Y tu?
- Quería ir hacia la colina pero me he distraído.
- Pero bastante, te has distraído bastante ¿en que andabas pensando? ¿En tu chica de ojos verdes?
Nowaki se sentó a su lado sonriendo.
- Tú eres una chica muy lista, siempre te das cuenta de todo.
- No soy muy lista es que tú eres muy trasparente ¿Crees que deberías sentarte a mi lado?
- ¿Es que te molesto?
- No pero soy de 3-1 y tu de 3-2 y ya sabes que no nos debemos juntar.
- Pero tú eres distinta, no te pareces en nada al resto de tus compañeros. Oye ¿Por qué estás en esa clase?
- Porque soy una alumna problemática.
- No sabía que estuvieseis saliendo - oyeron casi en un susurro a sus espaldas. Ambos se giraron rápidamente.
- ¡Dios! ¡Shibi! - gritó Nowaki - ¿Es que quieres que me muera de un infarto?
- ¡Que susto! - exclamó la chica - No te hemos oído.
- Eres muy impresionable, Nowaki - dijo Shibi mientras se sentaba a su lado.
- Y tú eres un tío muy raro, siempre andas sigiloso, das mal rollo.
- Ten cuidado con lo que dices, podrías ofenderme.
- ¿Y que haces por aquí? ¿Por qué no estás con Akane?
- No siempre estoy con Akane, soy su amigo, no su sombra.
- Pero es que yo pensaba que tú y ella...
- Piensas demasiado ¿Cuantas veces tenemos que decirte que no estamos liados ni nada? Aunque no te lo creas yo tengo mi propia vida.
Era cierto. Todo el mundo daba por echo que Shibi era amigo de Akane y las chicas, que coleccionaba insectos y ya, pero Shibi, aunque nunca lo decía, no lo comentaba y ni lo parecía también tenía sus propias preocupaciones.
Shibi era una de esas personas que no suelen hablar de si mismas. Sus pensamientos los conocía solamente él. Hablaba muy poco de sus anhelos o sus aspiraciones y no es que no confiase en sus amigos, simplemente es que su carácter era así. Algunas veces tenía la necesidad de contar lo que le preocupaba pero eran mínimas las ocasiones en las cuales hablaba de si mismo.
Shibi no era infeliz, nunca se sentía solo, él simplemente era así, solitario por naturaleza, introspectivo, realmente no necesitaba exteriorizar nada. Se concentraba en sus aficiones, en sus insectos, para él era la mejor terapia que existía.
- Vale, no te pongas así... que desagradable eres cuando quieres.
- ¿Y tú? ¿Dónde has dejado a tu Momoka?
- ¡Y dale! ¿Es que tengo que estar siempre con Momoka?
Shibi le miró sonriendo, precisamente eso era más o menos lo que él acababa de decir.
- Siempre estás detrás de Momoka y diciendo lo que te gusta - habló Yuki - Es normal que pensemos que es raro verte sin ella, sobretodo en un día como hoy.
Nowaki se dejó caer hacia atrás apoyándose en sus codos.
- Es todo muy complicado - dijo - Creo que nuestra relación es muy confusa.
- Es que la vida es muy complicada - añadió la chica - Nunca las cosas son tan sencillas como creemos que van a ser.
- ¿Y tú que hacías tan sola por aquí? - la miró Nowaki extrañada.
- Es normal que esté sola si no tengo a nadie con quien están.
- ¿Y tus amigas? - interrogó Nowaki.
- Yo no tengo amigas - contestó con cierta amargura.
- ¿Cómo que no tienes amigas? - Nowaki había subido considerablemente el tono de su voz.
- Nowaki no grites - advirtió Shibi - Atraes la atención de todo el mundo.
- ¿No tienes amigas? - repitió Nowaki con un tono de voz mas normal.
- No. Hace mucho que no tengo amigas. Perdí todo por... imbécil. Es lo que te decía, las cosas son más complicadas de lo que parece.
- Pero... - comenzó a hablar Nowaki.
- Déjalo Nowaki - le cortó Shibi - Son cosas suyas, no la obligues a hablar de lo que no desea.
- ¡No la voy a obligar!
- ¿Por qué no miramos las estrellas? - habló la chica - Esta noche están preciosas. Es mejor mirarlas y simplemente no pensar.
Los tres dirigieron sus miradas al cielo. Era cierto, quizás lo mejor para cada uno era simplemente mirarlas y no pensar.
- Por cierto ¿Que haces tú por aquí, Shibi? - gritó de pronto Nowaki.
- Busco luciérnagas.
- ¿Luciérnagas? ¿No tenías otro día para buscar bichos?
- No. Hoy puedo salir de casa sin que mis padres se mosqueen.
Y la noche seguía siendo estupenda.
Todo estaba en calma y un ambiento romántico envolvía la ciudad.
Porque era la noche de los deseos.
Porque allá en el cielo, después de un año de separación, Orihime y Hikoboshi podían reunirse de nuevo.
Porque a Kenshi le gustaba Xu-Xu y a Xu-Xu le gustaba Kenshi y el paseo hasta casa de Xu-Xu era más que agradable.
Porque a ambos les costaba despedirse.
Y curiosamente ambos pensaron a la vez que eso de los piquitos no era tan importante y que ¿por qué no? Y también, curiosamente, tuvieron la misma idea en el mismo momento, lo que produjo un pequeño desastre porque ambos se lanzaron a la vez a dar ese piquito y entre los nervios y la confusión de ver al otro haciendo lo mismo, terminaron chocándose de una forma torpe, lo que les hizo reír nerviosamente.
Pensaron que era mejor no volver a intentarlo porque Kenshi era Kenshi y Xu-Xu era Xu-Xu, de momento todo estaba bien como estaba.
- Bueno Kenshi, me lo he pasado genial.
- Ha sido una noche estupenda. Solo ha faltado una cosa.
- ¿Qué cosa?
- Un beso de una chica especial - Kenshi le puso la mejilla, Xu-Xu sonrió y se acercó a besarle.
Si, ellos estaban bien así... de momento.
Porque Himeko reconocía que, a pesar de haberse quedado a solas con Kohaku, se sentía muy cómoda. Se preguntó que pensaría Kohaku, siempre tan callado y con esos ojos tan bonitos y tristes y no entendía porqué algunos decía que daba miedo, si era una persona educada y encantadora.
Quizás es que ella estaba acostumbrada a las personas calladas y a no demostrar sus sentimientos, pero ella veía en aquellos ojos esmeraldas a un amigo, a un amigo dulce y comprensivo.
Y Kohaku la miraba y en cada mirada descubría algo nuevo, un gesto, una sonrisa y supo que estaba perdiendo la batalla contra la cordura; si seguía así terminaría enamorado de esa chica y lo pero y mas desconcertante era que quería ayudarla a declararse a Nowaki ¿podía ser algo más absurdo?
Porque Kyojin había cogido la mano de Ryuko y caminaban en silencio.
Porque Ryuko pensaba que ya estaba bien de ser tan sosa.
Porque Kyojin pensaba que ya estaba bien de tener tan poca confianza en si mismo.
Porque se suponía que estaban saliendo, al menos él le había pedido salir y ella parecía haber accedido.
- Kyojin -dijo de pronto - ¿Yo te gusto?
- ¿Por qué preguntas eso?
- No se... me pregunto si de verdad te gusto.
- Si no me gustases no te habría pedido salir.
- Ya pero es que... o sea... es que no lo parece.
- ¿Que no lo parece? Te lo he dicho más de una vez, no entiendo que me quieres decir.
- Es que... no parece que estemos saliendo porque tú nunca has intentado...
- Te dije que iríamos despacio... a nuestro ritmo... ¿no te lo dije?
- Si pero... es que...
Era el momento. Kyojin sabía que era el momento. Tenía que hacerlo.
- Bah... déjalo - continuaba Ryuko - En realidad no estoy preparada para na...
Porque... ¿que es lo peor que podría pasar? ¿que Ryuko se enfadase? Entonces, le pediría perdón...
… y Ryuko no parecía enfadada...

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