miércoles, 30 de noviembre de 2011

52. El monstruo de ojos verdes

Los siguientes en encontrarse y enfrentarse fueron los equipos de Deisuke y Takumi. Se emboscaron mutuamente, no parecía haber ningún ganador claro. Se habían agazapado por parejas donde había podido y desde sus sitios intentaban maniobrar, pero tanto Deisuke como Takumi se conocían demasiado bien y sabían como reaccionaría el otro.
Deisuke pidió a Kohaku que hiciera de señuelo junto con Himeko; pensaba que Takumi evitaría dañar a la chica ya que para él la belleza era algo que no había que dañar y otras extravagantes ideas y ellos podrían aprovechar la velocidad y el ataque de Dosu y Kuromaru. El problema fue que Kohaku se negó... no expondría a Himeko; era solo un juego pero la idea de que la atacaran no era factible para Kohaku. Quizás en realidad se debía a que no soportaba a Deisuke y ponía esa excusa solo para negarse, si era sincero consigo mismo deseaba que Deisuke fracasase.
La discusión que comenzó entre ellos sirvió para distraerlos, Shugo y Momoka aprovecharon para atacar cubiertos por la enorme puntería de Xu-Xu y la destreza de Suo. Kuromaru y Dosu cayeron y Momoka se ocupó de registrarlos y encontrar la bandera.
- Bien - dijo Deisuke furioso - Ya te has salido con la tuya, llevas intentando boicotearme todo el rato, estupendo, ya no somos un equipo. ¡Tú! - se dirigió a Shibi - Suelta tu pulsera y dámela. Ahora es la ley de la supervivencia y voy a por ti Kohaku.
- ¿Que hacen? -preguntó Hikari.
- Es igual - respondió Takumi - Hemos conseguido la bandera, ya no van a ganar, vamos a marcharnos por ahora.
- ¿Y los demás pañuelos?
- Los conseguiremos cuando estés dispersados, serán más vulnerables.
Una vez "suelto" de Shibi, Deisuke desapareció.
- Shibi, suelta a Himeko - habló Kohaku.
- ¿Y ahora que vamos a hacer? preguntó Himeko.
- Llévala a un punto de control - dijo Kohaku a Shibi - Lo de Deisuke y yo es cuestión personal.
- Pero Kohaku...
- Cuidala Shibi, confió en ti.
- Espera - Himeko se quitó su pañuelo - Toma. Has sido muy amable conmigo, por favor aceptalo - Kohaku lo cogió casi con miedo - Todo ha sido por mi culpa, porque has querido protegerme.
- No es por eso Himeko, simplemente no soporto a Deisuke. Me quedo con tu pañuelo porque me traerá suerte.
- Kohaku - interrumpió Shibi - Voy a acompañar a Himeko a un punto de control y volveré. Yo no me voy a rendir.
- Pues búscame y lucharemos juntos. Hasta luego.
Shibi hizo tal y como había dicho y llevó a Himeko hasta el punto de control vigilado por Yotsuda y Akemi.
- ¿Que ha pasado? - se interesó Yotsuda.
- Nuestro equipo se ha disgregado. Nos atacó el equipo violeta y tuvimos fricciones internas.
- ¿Vuelves a la batalla?
- Por supuesto, intentaré conseguir todos los pañuelos que pueda. Himeko se queda aquí.
- Ahora que lo pienso - habló casi de forma inaudible la chica - Debí haberme negado a venir aquí, yo también puedo luchar y ayudar.
- Himeko, Kohaku hubiese estado pendiente de ti y yo también. Se que eres capaz pero no lo habríamos podido evitar y Kohaku necesita libertad de movimiento.
La respuesta no convencía mucho a Himeko, como siempre había decidido sin tener en cuenta otras posibilidades y ahora se sentía un poco inútil. Shibi desaparecía casi misteriosamente y Akemi pasó uno de sus brazos por los hombros de Himeko.
- No eres una inútil. Esto no va contigo, tu fuiste la víctima de todo, son ellos los que tienen que resolver sus problemas. Tu descansa, por cierto ¿y tu pañuelo?
- Se lo dí a Kohaku.
- Pues mira, ya le has ayudado.
- ¿Tu crees?
- Seguro que si - afirmó sonriendo Yotsuda - ¿Quien queda de tu equipo?
- Solo ellos tres, Deisuke, Kohaku y Shibi.
- Pues pueden ser muy molestos.
El equipo de Kimisuke había localizado al violeta.
- Bien, Takumi, Xu-Xu, Momoka, Hikari, Suo y Shugo - repasaba Kimisuke - Kanna háblame de Takumi, tu le conoces bien ¿no?
- Tenemos que tener cuidado con él, Takumi es muy bueno y guarda muchos trucos, es escurridizo, tiene una mente muy lúcida.
- En ese caso nuestra prioridad será knoquearle a él.
- Y a Xu-Xu - añadió Hizashi - Esa chica tiene una puntería asombrosa, antes iba a tiro con arco. Si se coloca en algún punto estratégico puede atacarnos de lejos
- Entonces tendremos que localizarla antes de nada, seguramente la sitúen en un lugar alto y escondido. Nowaki, tu y Hizashi ocupaos de Takumi y Xu-Xu; Kanna tú y yo nos ocuparemos de Momoka y Shugo, yo conozco bien a Shugo, creo que puedo controlar sus reacciones violentas. Y vosotros dos os ocupareis de Suo y Hikari ¿crees que podrás Ryuko?
- Claro, al menos procuraré no estorbar.
- No te preocupes - dijo Genki eufórico - Yo me ocuparé de todo.
- Genki, solo quiero que los mantengáis distraídos ¿vale? No quiero escenas a lo loco y en plan suicida.
- ¿No te fías de mi?
- Te conozco Genki, recuerda que nosotros ya nos conocemos y se que eres muy impulsivo.
El plan de Kimisuke, en principio, era todo un éxito. Hizashi localizó a Xu-Xu y aunque no pudo evitar que Genki se llevase un disparo en el brazo la pilló desprevenida subida a unas ramas, el inconveniente vino que al asustarla, Xu-Xu pisó mal y cayó el árbol.
- ¡Xu-Xu! - Hizashi saltó del árbol donde se había subido para sorprenderla bastante asustado al verla caer - ¿Estas bien? ¿Que te has hecho?
- Me he hecho daño en el hombro - se quejó mostrando un gesto de dolor mientras se levantaba - ¡Ahhhhh! - gritó cuando Hizashi se lo tocó.
- Lo siento, yo no quería... Te llevaré a la enfermería.
- No. Esto es la guerra ¿recuerdas?
- Vamos Xu-Xu no seas así.
- ¡Que no me toques! No pasa nada.
- ¿Que sucede? - gritó Nowaki.
- Se ha caído del árbol por mi culpa y se ha golpeado en el hombro. Nowaki tenemos que llevarla a un punto de control.
Nowaki se quedó perplejo, eso no le hacía gracia pero el gesto de dolor en el rostro de Xu-Xu evidenciaba que le dolía bastante.
- ¡Eres un bruto Hizashi! - dijo.
- ¡Ocúpate de Takumi! - le recriminó Hizashi.
- ¿Pero que hacemos?
Xu-Xu quiso coger su arma pero Hizashi fue más rápido y la inmovilizó.
- ¡Ahhhhh! - volvió a gritar de dolor la chica.
- Lo siento, ríndete, por favor ríndete y te llevaremos a un punto de control, no hagas esto más difícil.
- No, no lo haré... Dispararme Hizashi o seguiré intentándolo
- Entonces serás mi prisionera.
- No me voy a dejar... ¡Ahhhh!
- ¡Tenemos la bandera! - gritó Genki de pronto - ¡La hemos conseguido!
- Pero ¿Cómo...? - Kimisuke estaba de lo mas confundido - ¿No te dije que no atacases, Genki?
- Bueno pues ya está, que mas da.
- Ha sido mi culpa - habló Ryuko - Tengo tan mala puntería que he dado a Kanna sin querer.
- ¿Te lo puedes creer? - gruñía Hikari - Es que yo no me lo puedo creer aún, he caído de la forma más tonta... victima de un disparo perdido.
- Y yo pillé a Suo por la espalda aprovechando la confusión - relativa alegre Genki - ¡Somos un gran equipo, Ryu-chan!
- Todos los tontos tienen suerte - comentaba Hikari también sin llegar a creérselo del todo.
Takumi se cortó su pulsera y la arrojó al lado de Xu-Xu.
- Pues cogerme si podéis.
- ¡Maldito seas! - gritó - Nowaki - ¡Ahora verás!
- ¡Nowaki, ni te muevas! - ordenó a su vez Hizashi.
- ¡Pero que se va!
- Y tú estás unido a mi, tranquilizate.
- ¡Ah! Es verdad... Mírale... que vergüenza de líder de equipo, largándose sin mas.
- ¿Que ha pasado? - Kimisuke y Kanna se acercaron a ellos.
- Takumi ha huido - respondió Hizashi - Espera ¿ya no hay disparos?
- Hemos abatido a Shugo, ha sido difícil pero ya os dije que le conocía bien... la chica también ha huido.
- ¡Bien por Momoka!
Deisuke y Kohaku se encontraron. Después de un combate más bien a puño limpio que a disparos, ambos terminaron eliminándose mutuamente el uno al otro., no había servido para nada, bueno si, para desahogarse y descargar energía.
- ¿Os habéis quedado a gusto los dos? - apareció de pronto Shibi examinando las manchas de pinturas de ambos.
- Llegas un poco tarde para ayudar a tu amigo - repuso Deisuke.
- Si, ha sido una pena, pero en fin ¿os habéis dado cuenta de que estáis muertos los dos?
- Nos hemos dejado llevar demasiado por nuestros impulsos - respondió Kohaku - Es la primera vez que me he dejado llevar tanto por mis impulsos.
- La verdad es que me lo has hecho pasar fatal, reconozco que eres un hueso duro de roer - Deisuke se sentó pesadamente apoyándose en un árbol.
- Pues si vuelves a hacer algo a Himeko o cualquiera de mis amigos seré aún peor.
- ¿Crees que yo quería hacer daño a la princesa? No, yo nunca la dañaría... prefiero convencerla.
Shibi detuvo a Kohaku que había hecho el gesto de acercarse a Deisuke con bastante violencia.
- No se puede rematar - le advirtió - Ni ser sanguinario.
- Ya estamos muertos, chico escarabajo - se burló Deisuke - No te soporto Kohaku, no sabes nada de mi y aún así te permites el lujo de juzgarme.
- No sabré nada de ti pero si de tus actos.
- Bueno - habló Shibi - Como estáis muertos, yo voy a apropiarme de vuestros pañuelos, no podréis negaros porque estáis muertos.
- ¿Saqueas a los muertos? - rió Deisuke.
- Si... son trofeos para mi al fin y al cabo... en las guerras no hay piedad. En cuanto me marche podéis seguir con vuestra lucha particular.
- ¿Sabes que me estás empezando a caer bien?
Los siguientes en encontrarse fuero Takumi y Momoka. Tuvieron una lucha en la que se hirieron mutuamente pero no llegaban a vencerse, tan pronto parecía que iba a ser Momoka la vencedora como se giraban las tornas y todo parecía a favor de Takumi.
En un último movimiento Takumi consiguió acorralar a Momoka, estaba a punto de disparar fríamente sobre ella cuando un disparo a bocajarro le hizo detenerse.
- ¿Shibi? - dijo Momoka realmente muy confundida.
- No se porqué he decidió ayudarte.
- ¡Maldita pelirrosa! Has tenido mucha suerte de que éste inútil apareciese.
- ¿Algún problema conmigo?
- Si, eres bastante rastrero ¿Que estabas esperando? ¿Estabas esperando escondido para atacar de esta forma tan sucia?
- Pasaba por aquí y he visto la situación, supongo que prefiero enfrentarme a ella antes que a ti, no eres un rival fácil... si... he sido bastante rastrero.
Takumi miró a Momoka de forma iracunda.
- Si no llega a ser por él tu sola no lo habrías conseguido. En fin, esto ya acabó para mi, vaya mierda de juego.
Momoka se quedó callada viendo como Takumi se alejaba de ellos dejando caer su pañuelo de forma despectiva.
- ¿Tengo que darte las gracias?
- No necesariamente. Te repito que prefiero luchar contigo a él.
- ¿Entonces ahora vamos a luchar?
- No, por ahora no, estás agotada, esperaré a que te recuperes.
- No necesito que tengas consideración conmigo - Momoka recogió el pañuelo de Takumi - ¿Cuales son tus planes?
- Buscaba a Kohaku pero Deisuke y él se han auto eliminado ¿y a ti que te ha pasado? ¿Cómo has llegado a pelear contra tu teniente?
- El equipo de Kimisuke nos venció. Yo huí o me dejaron huir, no se. Estaba buscando al equipo de Kamui.
- ¿Quieres unirte a él?
- Bueno, puedo ser de ayuda.
- Mira que eres... El equipo naranja está hacia el este, si corres les alcanzarás pronto pero ten cuidado, el equipo magenta no anda muy lejos, les están siguiendo.
- ¿Y tu? Ven conmigo, si nos encontramos con alguien nos defenderemos mejor y seguro que Kamui nos acepta como aliados.
- No te ofendas pero no me fío de ti, serías capaz de traicionarme para darle mi pañuelo.
- El va a ganar aunque sea sin tu pañuelo.
- Prefiero ir de renegado. Ten cuidado. Nos vemos.
Y sin más, Shibi tomó la dirección contraria.
El equipo de Kamui había parado un momento.
- Tengo los pies hinchados, ya no puedo mas - se quejaba Kikyo - En mi vida lo que pasado tan mal ¿cuantas horas llevamos ya andando por este asqueroso lugar? Yo digo que nos rindamos y acabemos con esto.
- Solo tenemos una bandera - gruñó Reiji - No nos podemos rendir.
- Claro y vamos a conseguir muchas mas de esta forma - continuaba quejándose Kikyo - ¿Pero dónde están los otros equipos?
- Vamos a por el equipo magenta, por si no te has dado cuenta - contestó de nuevo Reiji.
- ¿Y dónde se han metido? - gritó algo histérica Kikyo - ¿Y por qué vamos a por ellos?
- Supongo que porque está Nagato, aquí los Kaguya querrás demostrar algo - conjeturó Reiji - Yo lo que estoy deseando es meterme a tiros con alguien, a este paso no va a quedar nadie.
Kamui se sentaba al lado de Akane.
- ¿Estás bien?
- Si, todo lo bien que se puede estar con estas agujetas de ayer.
- ¿Quieres agua? - le ofreció su cantimplora.
- Primo - habló de pronto Taro que no estaba muy lejos de ellos - Como líder no deberías mostrar tantas preferencias.
- ¿Por qué no vais Jiro y tú a echar un vistazo por los alrededores? - respondió Kamui de forma seca y fría.
- Claro, tu eres el que manda y Taro obedece.
Akane miraba a Kamui, era cierto, en toda la mañana había estado pendiente de ella ¿por qué lo hacía? ¿sería cierto que le interesaba? No, no podía ser, era el Kaguya, uno de los chicos mas populares del instituto ¿por qué razón se iba a interesar en ella? ¿no sería un capricho? ¿no sería por que precisamente ella no corría detrás de él? Akane era desconfiada, muy desconfiada, no lo podía evitar; no se fiaba de ningún chico y menos aún de los que parecían populares ¿por qué habiendo tantas chicas iba a fijarse en ella? Sin embargo Kamui se lo había dicho, le había vuelto a pedir que salieran... ¿por qué? Quizás era culpa suya, quizás le estaba insinuando algo ¿y si realmente era cierto que sentía interés por ella? Eso estaba mal porque entonces ella era la mala, la que se estaba aprovechando, la que le estaba dando esperanzas y... ¿a ella le gustaba? Hombre, el chico era muy guapo, eso no lo negaba y era atento con ella pero... ¿debería darle una oportunidad? o mas bien ¿debería darse a si misma una oportunidad? Quizás debería dejar esa desconfianza a un lado... pero estaba Momoka ¿que pasaría con ella? Que te guste un chico y descubrir de pronto que sale con otra es muy doloroso, ella lo había comprobado... no soportaría mirar a Momoka, ni estar en su misma clase... ¿Y que pasaría con Akira? ¡Maldita sea! ¿Por qué ahora tenía que acordarse de él?
- ¿Te pasa algo? - preguntó taciturno Kamui.
- No, nada. Solo pienso en cosas...
- ¿Estás enfadada por lo e esta mañana? De veras que yo no quería hacerte nada yo...
- Ay, ya déjalo. No lo dramatices todo por...
- ¡Primo! - gritó Taro interrumpiendo la conversación - El equipo magenta nos está pisando los talones.
- ¿Se acercan mucho?
- Bastante.
- Es ilógico que se arriesguen tanto, están siendo muy descuidados.
- A no ser que quieran llevarnos a una trampa.
- Tienes razón y eso parece típico de Seishiro, no querrán pillar desprevenidos ¡Venga levantaos, tenemos que seguir!
- ¿Otra vez? - se quejó Kikyo - ¡Que más da que descansemos un poco más!
- No podemos. Si no puedes andar que Reiji te lleve a la espalda.
- ¿Eh? ¿Qué dices? ¡A mi este no me toca!
- Ukon, vosotros id los últimos y dispara a cualquier cosa que se mueva. Taro, tú y Jirobo ir delante.
- Primo, ahí delante hay un sitio estupendo para que preparemos una trampa pero tendremos que cruzar un claro ¿que hacemos? Si damos un rodeo nos arriesgamos a una emboscada, quizás es eso lo que pretenden.
- Pero por el bosque nos podemos esconder mejor - intervino Akane - Aunque el camino parece mas intransitable.
- Lo más sencillo y rápido será atravesar el claro porque seguramente no esperan que nos arriesguemos, lo las probable es que quieran que nos desviemos. Bien, el equipo magenta viene detrás, si vamos deprisa creo que lo atravesaremos sin problemas. Dame la mano Akane. No vamos a correr, no quiero que se den cuenta de que sabemos que vienen detrás, tenemos que alcanzar el otro lado y allí los esperaremos y prepararemos una emboscada, como vienen detrás de nosotros se confiarán. Actuar con naturalidad, caminad deprisa pero sin pasarnos.
Empezaron a atravesar el claro, un ruido seco a sus espaldas les hizo girarse. Reiji comenzó a disparar contra no sabía bien que pero seguro de que allí había alguien.
- Parece que no hay nadie Reiji - habló Kamui.
Reiji cesó de disparar y en ese preciso momento un certero disparo que nadie supo identificar de donde venía le dio en una pierna.
- ¡Me cago en...! - comenzó a gruñir mirando incrédulo la mancha magenta. Otro disparo, esta vez parecía venir desde otro punto, le dio en la otra pierna.
- ¡Disgregaros! - gritó Kamui.
Echaron a correr sin orden, cada pareja hacia un lado. Kamui tiraba de Akane y se dirigía al final del claro cuando allí, precisamente delante de ellos, aparecieron Nagato, Akira y Kyojin. Reiji volvió a disparar como loco pero dos ráfagas de tinta magenta tiñeron esta vez su camiseta completamente. Mientras gritaba todos los insultos que parecía conocer, Kikyo se dejó caer al suelo tapándose la cabeza.
Kamui miraba incrédulo a todos lados ¿Dónde estaban? ¿Era todo una trampa para llevarles al claro? ¿Por qué estaban tan separados? ¿Cuando habían llegado allí si iban por detrás de ellos?
- ¡Maldito gordo de mierda! - gritó Jiro lanzándose con Kyojin.
Pero Kyojin fue mas rápido y comenzó a disparar con toda la rabia que tenía acumulada contra él.
- ¡Vale Kyojin! - dijo Akira - Vale ya, ya ha caído.
- ¡No! ¡No está! ¡No está! - gritaba Kyojin, el recuerdo de lo que había pasado y sobretodo el mal rato que le hizo pasar a Ryuko se había instalado en su mente y le impedía dejar de disparar.
- ¡Kyojin, ya! - gritó Akira - ¡Tranquilizate!
- ¡Vale, me rindo, me rindo! - lloriqueaba Kikyo - ¡Ya no puedo más! Esto no merece la pena.
- Stella - llamó Akira - Sal y apresarla.
Stella apareció por detrás del claro apuntando a Kikyo.
- ¿Stella? ¿Que haces?
- Lo siento Kikyo, no es nada personal.
- ¿Pero vas a ser capaz de atarme?
- Y de dispararte si te resistes.
- Pero somos amiga, anda, yo me rindo, no me ates, te digo que no escaparé, ni tengo intención, ya estoy harta de esta tontería.
- Lo siento, pero son las órdenes de mi teniente.
Kikyo hizo un además para levantarse. Stella la disparó sin pensarlo.
- ¿Que has hecho?
- ¡Anda y chúpate esa! - exclamó riendo Reiji - Quien lo diría de la pija.
- Lo siento Kikyo, no haberte movido, me dijeron que si te resistías disparase, tu lo escuchaste.
- ¿Haces caso a ese tipo?
- Voy a ganar Kikyo, pienso ganar y él sabe como hacerlo. Quiero ganar y haré lo que sea.
- Stella retira las armas de los tres muertos, aunque están muertos no me fío, ah y que te den sus pañuelos.
Mientras tanto Seishiro apareció por un lado con su estúpida sonrisa en los labios.
- Que sorpresa, Kamui, esperaba más de ti.
- La situación se te pone mal, Kaguya - dijo Nagato - Creo que deberías rendirte.
- ¡No lo veas tan fácil! - se oyó la voz alta y algo nerviosa de Momoka - Desde donde estoy sois un blanco fácil. Dejad irse a los que no están heridos si no queréis que empiece a disparar.
- ¿Momoka? - se extrañó Kamui - ¿Momoka, eres tú?
- No te preocupes, yo te cubriré.
- ¡Que amable es la chica! - habló socarronamente Nagato - ¿Crees que podrás salvarlos a todos? En cuanto des el primer disparo, nosotros les dispararemos a ellos.
- Pues entonces... ¿No atacareis a los prisioneros?
- ¿Por quien nos has tomado, niña? - respondió Seishiro.
- ¿Que haréis con ellos?
- ¿No es esta conversación un poco tonta? - se quejó Nagato.
- ¡Soltad a Kamui!
- Vaya, cuanta amabilidad - rió Seishiro - ¿Sólo vas a salvar a tu Kamui?
- Momoka no digas idioteces - gruñó Kamui.
- Yo se lo que me hago - explicó Momoka.
- ¿Quieres planear salvar a los demás junto con Kamui? - habló sin muchas ganas Akira.
- ¡Callate ya, Momoka! - gritó de pronto Akane - Solo te están entreteniendo.
- Anda si la pelirroja sabe hablar - dijo Nagato.
- Y morder también - repuso Akane.
- ¡Hacedme caso! - reclamó atención Momoka - Estoy hablando en serio, dejad irse a Kamui.
- ¿Que hacemos Kaguya? - habló Seishiro - ¿Te dejamos libre? ¿Sacrificarás a tus compañeros? No eres muy amable, perdedora, sigues siendo igual de cobarde y patética, incluso aún peor.
- Seishiro tu eres el... ¡Ah!
Hubo un silencio.
- Esto - interrumpió la expectación Akira - ¿Nos habéis contado?
- Taro sabe... falta uno.
- Falta Yuko - masculló Akane - Y Momoka ha caído de lleno en las trampas de estos.
Yuko apareció casi arrastrando a Momoka.
- He encontrado este ratón por ahí escondido ¿Que hacemos con él?
- No se - dijo Akira - Estaba dispuesta a sacrificar a Taro y a Akane por salvar a su Kamui, que decidan ellos.
- ¡Eso no es cierto! Yo quería salvar a Kamui para que juntos pudiésemos...
- Eres tan traidora como yo - la cortó Seishiro - Llorica.
- No, Kamui, no es lo que parece, no les escuches.
- ¡Ahg! - se quedó Akira - Esto es un aburrimiento. Vamos a hacer un divertido juego, Kamui. Un juego en el que te voy a dar la oportunidad de salvarte y salvar a una de estas dos damas.
- ¿Un juego?
- Si, es que esto me aburre mucho. Mira, a tu izquierda tienes a Seishiro, apuntando a Akane, a la derecha a Yuko apuntando a Momoka. Elige a cual quieres que disparen y te dejaré marchar con la otra.
- ¿Estás loco?
- No, es divertido. Elige a cual quieres sacrificar y podrás planear tu venganza con la otra. Vamos... no me digas que no es un chollo, tendrás otra oportunidad de vencerme.
- ¡Eres un psicópata! - gritó Momoka.
- Ya te lo he dicho, me aburro. El gran Kaguya no ha resultado ser un gran rival.
- Escógela a ella - habló llena de rabia Akane sin quitar sus ojos de Akira - Es mas peleona que yo y te ayudará más.
- No, no... eso no Akane - habló medio sonriendo Akira - Tu a callar, no le vayas a confundir. Debe elegir él solo ¿A quien vas a sacrificar para conseguir otra oportunidad, Kaguya? Vamos, decídete.
- ¡Menudo cabrón estás echo! - rió Reiji - ¿Esto se puede hacer?
- Estaba prohibido matar a los prisioneros - intervino Jiro.
- Técnicamente aún ninguna es mi prisionera, nadie les ha quitado el arma, lo mismo nos disparan... y tampoco se han rendido ¿a que no?
Kamui miraba aterrado a Akira aquel chico era cruel, realmente cruel y su mirada era fría y despiadada. Miró a Momoka, avergonzada, y a Akane mirando con ojos llenos de fuego a su posible ejecutor. Luego miró a Seishiro, sonriendo cínicamente, como siempre y a Yuko, seria y sin dudar en lo que hacía.
- ¿Te has decidido ya? Venga, no tenemos mucho tiempo - apremió Akira.
- ¿Y si no acepto este juego? ¿Y si no escojo a ninguna?
- Pues no se, dejare que mi equipo decida, a lo mejor os llevamos prisioneros y se acabó el juego.
- ¿Taro no puede dar su opinión?
- No Taro, no puedes.
- Esta bien - dijo en tono furioso Kamui - Salvo a ... - cerró los ojos y respiró hondo - A Momoka.
- Vaya - sonrió Akira mientras se oía protestar a Momoka - Apartate un poco... Seishiro, cuando quieras.
- ¿De verás las vais a disparar? - preguntó incrédula Momoka.
- Sera un placer - fue lo que se oyó responder a Seishiro.
Todo fue muy rápido. Antes de que Seishiro apretase el gatillo Kamui se lanzó tirándo a Akane contra el suelo y protegiéndola con su cuerpo. Una lluvia de cartuchos de tinta magenta se estrellaron en él.
- Para Seishiro - dijo Akira - Ya está más que muerto. ¡Que bonito Kaguya! Has sacrificado tu vida por ellas.
Kamui seguía abrazado a Akane aún protegiéndola. Poco a poco la soltó y la miró.
- Lo siento. Yo nunca dejaría que te hicieran daño.
- ¡Por dios Kamui, que esto es un juego! No te pongas tan dramático.
Presa de un ataque de nervios, Momoka se había dejado caer al suelo e intentaba nerviosamente no llorar.
- Bueno pues... - continuó Akira mientras la miraba - No puedo dejarte marchar.
- Una escenita muy trágica - interrumpió Nagato - Pero vamos a acabar ya con esta tontería de una vez.
- ¿Te has enfadado? - preguntaba Kamui a Akane en voz baja aún encima de ella.
- ¿Por qué? ¿Por que escogiste a Momoka? No seas tonto, me lo imaginaba, era lo lógico.
- ¡Eh! - dijo Akira agachándose junto a ellos - Ahora es mía ¿lo recuerdas? Eres un muerto muy pesado ¿lo sabías? Vamos Akane, levanta, me tienes que dar algo.
- ¡Déjame agonizar al menos! ¿no?
- ¡Que problemático eres! Vale, agoniza un poco si quieres, mientras voy a por la otra. Taro ¿tú te rindes o quieres que juguemos también a cualquier cosa?
- No, Taro no es tonto, Taro se rinde.
- Vale, buen chico. Atale Nagato.
- No hagas daño a Taro ¿vale?
- ¿Por qué te rindes tan fácilmente? - dijo Nagato mientras procedía a atarle - No es muy típico de ti.
- Porque Taro ha descubierto que se divierte más mirando.
- Bueno Momoka - Akira se acercó a ella - Como supondrás no te voy a dejar ir. Levanta.
- Pero...
- El trato era dejar a Kamui pero es que está muerto. ¿Qué se siente al saber que te eligió a ti pero murió por otra?
Momoka respiró profundamente y le miró llena de rencor.
- Eres un monstruo, disfrutas con todo esto. Si eligió que yo me salvase deberías dejarme ir.
- Parece que no entiendes nada. Aquí mando yo y tu no estás en posición de pedir. Me encanta ser malo. Vamos levanta ¿Tienes algún otro pañuelo?
- Lo tendrás que averiguar tu.
Akira chasqueó la lengua, la miró con gesto aburrido y se agachó hasta quedar a su altura.
- Eres un poco dura de mollera ¿Quieres que te lo busque Seishiro?
- Es... está en mi mochila.
- Así me gusta - Akira se levantó y cogiendo a Momoka del brazo la obligó a hacer lo mismo.
- Busca en su mochila Yuko y átala. Pero antes me vas a decir quien anda por ahí.
- No te voy a decir nada.
Akira suspiró.
- Me estás aburriendo mi querida flor de melocotón.
- ¿Que vas a hacer? ¿Dispararme? Fíjate que miedo me das.
- No, no te voy a disparar. Creo que la tortura es más eficaz y Seishiro debe estar deseando "probar" unas cosas - Akira se acercó a ella y con una mano rodeó su cintura - Tu me lo vas a decir ¿a que si? ¿a que no te fías de Seishiro? - y acortó el espacio entre ellos sonriendo maliciosamente.
- Sh... Shibi está por libre. El equipo de Kimisuke venció al mio y también tiene la bandera azul marina, que yo sepa no hay nadie más.
- ¿Ves como sabes cooperar?
Akira desató el pañuelo de Momoka que tenia anudado en la cabeza y se lo dio a Yuko. Momoka parecía bastante molesta y avergonzada de su propia actitud.
- Bueno - Akira volvió a donde estaban Kamui y Akane que ahora se encontraban sentados - ¿Te has muerto ya?
- ¿Qué le has hecho a Momoka? - Kamui le miró con reproche.
- Para estar muerto das mucha guerra. Aparta - empujó a Akane volviendo a tirarla contra el suelo y sentándose a horcajadas en su piernas, apuntándola directamente al pecho, postura que era muy incómoda para la chica por culpa de la mochila que llevaba a la espalda. Kamui hizo un ademán que parecía indicar que quería atacar a Akira, Seishiro le detuvo con la metralleta y sonriendo hizo un gesto de negación con la cabeza - Dame tu bandera.
- ¡Eres un bruto! ¿Qué te hace pensar que tengo yo la bandera?
- ¡Ahhhhh! ¡Que complicadas sois las mujeres! ¿Por qué hacéis todo tan difícil? Stella dame cuerda.
- ¿No irás a dispararla tan de cerca? - gruño Kamui. Akira le regaló una aburrida mirada.
Stella le pasó la cuerda. Akira soltó la metralleta y cogió ambas muñecas de Akane.
- ¿Sabes que me encanta tenerte así? Creo que he descubierto una parte muy sádica en mi. No te pongas nerviosa, no voy a besarte hasta que tú me lo pidas.
- Ve-te-a-la-mi-er-da.
Akira sonrió y comenzó a pasar la cuerda por la muñecas de la chica.
- Estúpido engreído
- No sabes la satisfacción que me da verte tan indefensa... a ver, a lo que iba ¿Dónde está la bandera?
- Eres un cerdo, eres un...
- Si, si ¿Dónde está la bandera?
- La tengo atada en el muslo pero no me puedo quitar los pantalones ¿lo vas a hacer tú, asqueroso?
Akira se retiró de encima de su compañera y tanteó las dos piernas.
- No hace falta. Tu misma puedes intentar quitártela, seguro, a no ser que quieras que lo haga yo
¿Te gusta la idea, Akane?
Akane llevó sus manos a una de sus piernas y comenzó a hacer movimientos para aflojar la bandera y que cayese.
- Las chicas tenéis la costumbre de guardaros las cosas donde pensáis que no nos atreveremos a tocar y precisamente es ahí donde queremos tocar – rió Reiji.
Instantes después Akira ondeaba triunfante su trofeo, los demás componentes del equipo dieron vítores de alegría.
- Tienes mas banderas ¿verdad?
- En la mochila.
- Con lo fácil que es colaborar ¿por qué lo haces todo tan difícil? Kamui acércate voy a quitarte la pulsera.
- Estoy muerto, acércate tu.
Akira suspiró. Seishiro empujó bruscamente a Kamui para acercarle.
- ¿No deberías quitársela a ella? - preguntó Momoka.
- No, me llevo la de Kamui. Akane va a ser mi prisionera particular, va a estar muy cerquita de mi.
Después de quitarle la pulsea a Kamui se la guardó en su bolsillo.
- Vamos Akane - dijo levantándose - Y ya sabes, procura no separarte de mi.
- Eres totalmente despreciable - indicó Kamui.
- Ya, ya... pero ahora mi equipo tiene ya tres banderas ¿Que hacemos equipo magenta? ¿Vamos al barracón y lo dejamos? ¿O buscamos al equipo de Kimisuke? Son los únicos que quedan por lo que se ve.
- Pues yo digo, o sea, que vayamos a por todos - propuso Stella - El poder causa un placer inmenso.
- ¿No queda nadie más? - inquirió Nagato.
- Si, Shibi, puede ser una molestia.
- Vayamos a por todas - propuso ahora Nagato.
- A por todas - repitió Seishiro.
- ¿Kyojin?
- Haré lo que tu digas, te sigo a ti.
- ¿Yuko?
- Tenemos tres prisioneros que pueden ser una molestia, primero dejémosles en un punto de control y luego... demostremos de lo que somos capaces.
- Pues la mayoría ha hablado. Vamos Akane, levanta o me voy sin ti - Y comenzó a alejarse.
- ¿Crees que es fácil levantarme, inútil?
- Yo te ayudo - dijo Seishiro uniendo la acción a la palabra - Creo que un monstruo de ojos verdes ha poseído al Shikamoto.
Akane le miró sin entenderle. Su pulsera pitó. Akira se detuvo en su camino.
- Vamos calabazita. La próxima vez no me detendré.
- No te perdonaré en la vida - gruñía Akane caminando hacia él.
Kyojin caminó al lado de Akira.
- ¿Se puede saber que te pasa? Tú no eres así ¿Por qué haces estas cosas?
- Son el enemigo, al enemigo ni agua.
- Mas bien me recuerdas a los ciervos que me llevaste a ver una vez, esos que estaban en época de apareamiento y arremetían a cornadas contra otros.
- Eso no tiene mucho sentido.
- ¿Estas celoso? Si... es eso... estás celoso.
- ¿Por qué iba a estar celoso?
- Estás muy celoso.
- ¡No digas tonterías!
- Uy, los celos a ti te afectan mucho - comentaba Kyojin quedándose parado. Seishiro pasó a su lado.
- Da miedo tu amigo ¿eh? Es lo que tienen los celos, convierten en monstruo a la mejor persona.
- Eso decía yo.
- ¿Esos dos tienen algún tipo de relación, verdad?
- Es todo muy complicado. ¡Aki! ¿No vamos a parar para comer?
- Ahora dentro de un rato.
- Me estoy muriendo de hambre.
- Taro tendría que ir al baño.
- ¿No puedes aguantar? ¿Quieres que te baje los pantalones Nagato?
- Taro aguanta, Taro aguanta.

0 comentarios: