miércoles, 30 de noviembre de 2011

77. Todo por culpa de un capricho

Karasu, Kenshi y Genki compartían habitación. Genki y Kenshi se habían quedado ya dormidos pero Karasu no podía, hacía mucho calor o al menos él lo tenía. Genki había apagado el climatizador porque decía que eso no era sano y que sudar te liberaba de toxinas o algo parecido, algo que era bueno para la juventud, así que Karasu se fastidiaba y pasaba calor, ese calor pegajoso y húmedo que hace cerca del mar.
Oía a Kenshi moverse continuamente y hacer extraños ruidos... ese chico era bastante escandaloso, le recordaba a un perrillo cuando tiene un sueño agitado. Como no podía dormir se puso a pensar en diversas cosas y saltando de una a otra terminó pensando en Sumire, esa chica le gustaba, era bastante obvio y tampoco es que se esforzara mucho por ocultarlo sobretodo delante de Suo que parecía tener cierto interés en ella, por lo menos a Karasu le molestaba porque siempre estaba haciendo dibujitos de ella y siempre llegaba con helados, bombones, caramelos o cualquier cosa, decía que era porque los amigos suelen hacerse regalos... ya, pues a él no le regalaba nada... y luego esa sonrisa, Suo siempre ponía esa extraña sonrisa que a él le ponía nervioso... pero no podía decirse que estuviese celoso, no, lo que sucedía es que le molestaba tener que compartir la atención de Sumire porque a él le gustaba Sumire y no, no estaba celoso... y ahora que lo pensaba ¿por qué no había venido a la playa? Bueno, mejor para él, así no tenía competencia aunque últimamente Suo ya no parecía el mismo... mejor para él.
Tumbado boca arriba en la cama, con los brazos abiertos, la única prenda que cubría su cuerpo eran unos boxers que se había puesto solo por no dormir desnudo delante de esos dos, por fin el sueño pudo más que el calor y se quedó dormido; de pronto sintió un peso sobre él, algo que le presionaba el cuerpo y le impedía respirar con normalidad y que le daba calor, demasiado calor.
Karasu se medio despertó y sin abrir los ojos llevó sus manos hacia aquello que tenía encima para retirarlo.
"¿Pelo?" se preguntó extrañado "¿Había un perro?"
Abrió los ojos y miró hacia su pecho para encontrar una oscura cabeza de pelo alborotado.
- ¿Pero que...
Sumire emitió un suave sonido, como un ronroneo y levantó la cabeza para volver a apoyarla rápidamente.
- ¿Sumire, que haces? - susurró muy bajito para no despertar a sus compañeros.
Sumire volvió a emitir ese sonidito mientras movía lentamente el cuerpo rozándose con el de Karasu.
- ¡Ahhhh! -Karasu ahogó aquella exclamación - Sumire, por dios ¿qué haces?
No se lo podía creer, Sumire se había metido en su cama y hacía cosas extrañas y... ¿no estaría soñando? a lo mejor estaba imaginando que Sumire hacía esas cosas, claro, que se había dormido pensando en ella...
Cerró los ojos de nuevo "Es un sueño" se dijo a si mismo "Un sueño que te cagas, mejor no me despierto"
Sin embargo la presión y el calor que emitía el cuerpo de Sumire parecían muy reales, demasiado reales.
Sumire volvió a moverse restregándose en Karasu con suavidad. Karasu abrió los ojos de par en par... aquello no podía ser un sueño.
- Su... Su... Sumire ¿te encuentras bien?
Sumire parecía decir algo, algo ininteligible mientras alzaba la cabeza y volvía con aquel movimiento. Entonces fue cuando, a la escasa luz que entraba por la ventana, Karasu creyó ver que tenía los ojos cerrados ¿estaba dormida?
- Sumire... eh, Sumire.
Sumire no contestó, volvió a acomodarse sobre Karasu.
- ¿Estás dormida?
Y de nuevo aquel movimiento. Karasu se mordió el labio, su temperatura corporal estaba comenzando a subir por momentos.
- Sumire, Sumire - comenzó a moverla, primero con delicadeza, pero al ver que no se despertaba fue aumentando su brusquedad, pero nada, la chica no parecía reaccionar, al contrario, por cada meneo que le daba ella correspondía con otro y a Karasu cada vez le parecían más intensos y sensuales, definitivamente esta dormida porque eso no cuadraba con ella ¿pero que estaría soñando esa chica? Karasu no se había visto en una situación tan incómoda en su vida; incómoda en todos los sentidos porque pensándolo bien si ahora se despertaba eso iba a ser algo violento.
Respiró hondamente un par de veces, lo mejor sería relajarse... ¡Y unas narices! Ya no había manera de relajarse.
Karasu sentía el cuerpo de Sumire presionando el suyo, solo una fina tela, la del pequeño camisón de la chica les separaba y Karasu no podía negar que, aunque incómodo, aquello era delicioso.
"¿Y si..." comenzó a pensar "No, no... ¿que estúpida idea estaba teniendo?" "Piensa en otra cosa , Karasu, piensa en otra cosa" Pero aunque él se esforzaba en mantener su mente ocupada sus manos tenían otra idea y acariciaba lentamente la espalda de la chica, suavemente hasta llegar a donde no había espalda, ahí se detuvo. "Total" se dijo "Está dormida, lo pero que puede pasar es que se despierte y en ese caso se acabará la tortura"
La tentación era muy fuerte, Karasu dudaba si seguir con su exploración o no, esto le empezó a poner nervioso. Cerró fuertemente los ojos, no sabía si para quitarse esa idea o para lanzarse, cuando sintió algo siniestro a su lado. Abrió los ojos despavorido, seguro de saber lo que encontraría.
- ¿Qué... estás... haciendo? - dijo lentamente con tono sádico y mirada asesina Jisei.
- ¿Yo? Esta dormida... ha venido sola ¡Lo juro!
- Es sonámbula - aclaró Xu-Xu al lado de Jisei - Menudo susto nos ha dado cuando no la hemos visto en la cama, la hemos buscado por todas partes.
- ¿Sonámbula?
- ¡Lo que no entiendo es por qué demonios se ha metido en tu cama? - bufó Jisei.
- Creo que tiene la costumbre de meterse con su hermano - explicó Xu-Xu - Será por eso.
- ¿Y podéis quitármela de encima? - rogó Karasu - Es que lo estoy pasando muy mal.
- Si ya... muy mal... seguro gruñó Jisei.
- Sumire - habló Xu-Xu a su oído - Ven conmigo, vamos a ir a un sitio muy divertido - Sumire farfulló algo y levantó la cabeza - Venga, levántate.
De una forma lenta y como perezosa Sumire fue incorporándose. Xu-Xu la ayudaba hasta que quedó de pie, parado al lado de sus amigas.
- Lo siento Karasu - dijo Xu-Xu - Ella no es consciente de lo que hace.
- No, si no importa, aquí estamos para lo que haga falta.
Jisei le soltó un capón.
- Ahí te quedas con tu problema, degenerado.
Xu-Xu cogió del brazo a Sumire y la guió hasta la puerta. Karasu suspiró, ahora no sabía si alegrarse o darle pena. Miró a Genki y a Kenshi que seguían durmiendo como si nada. Se levantó, iría a darse una ducha, por lo menos se quitaría ese sudor de encima, porque estaba claro que esta noche no iba a dormir.
La hora de desayunar fue muy bulliciosa; se reunieron todos en la enorme cocina de la casa, Kamui desplegó una mesa y allí cada uno colocó lo que, según sus gustos habían comparado, por que claro, que bastante era con dejarles la casa, no iba también a darles de comer, esa había sigo la "sugerencia" de Momoka y que todos siguieron.
Momoka estaba radiante. Después de dormir se había despertado alegre y feliz, ya no recordaba sus dudas de la noche anterior y disfrutaba muchísimo del desayuno con una enorme sonrisa en los labios. Genki la miraba admirado, le gustaba verla feliz, fue entonces cuando se dio cuenta de que quería verla feliz, quizás como quien desea ver feliz a alguien a quien aprecia, a un amigo muy querido y eso debía ser que no estaba tan enamorado como él mismo decía porque celos, lo que se decía celos no sentía y de haber estado loco de amor pues suponía que algo de pelusilla debía darle... lo único que le preocupaba que es presentía que algo no iba bien con Kamui, pero bueno, él sobretodo era un buena migo y estaría allí si le necesitaba.
Jisei no paraba de observar a Genki, ese chico era tan tenaz, tan persistente, era una de esas personas que se merecen que todo les vaya bien solo por el esfuerzo que ponía. Jisei se daba cuenta de que Genki tenía una pequeña espinita que le molestaba, intentaba ignorarla pero estaba allí.
Karasu por su parte tenía unas ojeras tremendas. Al final a penas si había dormido un poco en toda la noche.
- Se te ve a pagado, Karasuchin - le dijo Kenshi.
- ¿No has dormido bien? - añadió Sumire.
Karasu la miró y sonrió burlonamente "si tu supieras la parte de culpa que tienes..." pensó.
- ¿No te habré molestado yo, Karasuchin? - insistió Kenshi - Se que me muevo mucho por la noches.
- ¿Karasuchin? - Karasu le miró iracundo - ¿De dónde ha salido eso? Vuelve a llamarme así y te borro la sonrisa.
- Ohhhhh - rió Kenshi - Kari se mosquea.
- Pues yo he dormido estupendamente - decía Sumire estirándose - Me he levantado llena de energía, y eso que tenía mucho miedo porque soy sonámbula y por eso cuando estoy con gente me pongo nerviosa, me da miedo hacer alguna tontería, una vez me fue de mi casa y todo.
Yuri no hacía caso a la conversación. No se encontraba demasiado animada. Miraba a Kamui y no veía cambio en él, seguía igual que siempre, con su misma actitud, actitud que si bien antes a Yuri le resultaba increíble ahora le molestaba. Había hablado poco con Momoka, esta de pronto parecía querer evitar el tema, pero lo suficiente como para entender entre líneas... Momoka estaba avergonzada de ella misma, ni se atrevía a confesar que se había enrollado con él, seguro y no lo hacía porque la conocía, sabría que ella la iba a regañar por tonta y estúpida ¿es que no se daba cuenta de que no podía abrirse de piernas ante la primera insinuación de Kamui? Era tonta, Momoka era muy tonta y lo peor es que no se respetaba a ella misma, claro, luego pretenderá que Kamui la respete... tonta, tonta, tonta... "las mujeres cuando nos enamoramos somos muy tontas" cavilaba Yuri para si "pensamos que si les damos lo que quieren nos van a querer mas o les vamos a retener... tontas".
Mas valía que dejara de pensar en ese tema porque terminaría haciéndose muy mala sangre, además ¿por qué no reconocerlo? le daba envidia, le daba mucha envidia. Eso de que Momoka tuviera un chico, aunque fuera el aprovechado de Kamui, y ella no la llenaba de envidia. Ahora echaba de menos no tener un chico a su lado que la hiciera algún mimo o al menos que pudiera presumir y no sentirse como una solterona amargada ante su amiga que de pronto tiene novio... era una comparación muy mala la que había hecho... Si al menos estuviese allí Akira podría ponerse melosa con él, ese chico era tan vago que todo le daba igual... o Kyojin, que puede que no fuera el chico perfecto pero era cariñoso y ella siempre la había gustado ¿cómo no iba a gustarle? o también podía estar Suo e intentar algo con él... y de pronto algo llamó su atención, algo que se le había pasado por alto, que siempre estaba allí y nunca había mirado bien: Kenshi.
Kenshi reía alegremente bromeando con Nowaki sobre cualquier tontería ajeno al interés que acababa de despertar en Yuri. De pronto sus ojos se habían dirigido hacia ese chico que no paraba de moverse y le encontró muy atractivo ¿Desde cuando Kenshi le parecía tan atractivo? Le conocía desde hace mucho tiempo y nunca se había dado cuenta ¿por qué nunca se había dado cuenta? ¿Sería porque no parecía tomarse nada en serio? ¿Por sus continuas bromas y gamberradas? ¿Sería porque estaba cegada por Kamui y su perfección en todo? Kenshi era algo mal hablado, bastante brusco, no prestaba atención pero Kenshi… Kenshi era muy guapo. Su pelo alborotado, sus ojos, la expresión de su boca, le daban un aspecto salvaje y muy sexy, además que el resto de su cuerpo se veía pero que muy bien ¿Cómo había dejado ella pasar semejante pastelito? Kenshi tenía algo especial, atrayente, era como si las hormonas estuviesen escapando de su cuerpo, como si le sobrasen y fuera esparciéndolas. Yuri sintió un escalofría la pensar como sería besar a un chico que se veía tan apasionado... quizás era hora de decidirse, total, Kenshi no estaba saliendo con nadie, se decía que él y Xu-Xu terminarían juntos pero no salían, no eran "novios" ¿que le gustaba a Xu-Xu? Bueno pues que hiciera algo, si no salían juntos después de lo amigos que eran sería porque tanto no le interesaría Kenshi.
Se levantó y se situó detrás de él, que seguía sentado a la mesa y puso sus manos en los hombros del chico pasando las manos suavemente por dentro de la camisa desabrochada que llevaba puesta: la piel de Kenshi era tal y como suponía Yuri, bastante caliente.
- Kenshi, tesoro - dijo llevando una de sus manos hasta el mentón de Kenshi y guiándole para que inclinase su cabeza hacia atrás. Era una postura incómoda que no dejaba ver bien a Kenshi, así que se giró un poco para mirarla. Yuri le sonrió mientras pasaba sus dedos por el cuello del chico - Dice Kamui que se pueden alquilar motos de agua ¿te apetecería?
- ¿El qué? - respondió Kenshi entre confundido y aterrorizado, Yuri nunca le había hablado mirándole así.
- Subir a una moto ¿lo harías conmigo?
Kenshi instintivamente y sin saber porqué miró de reojo a Xu-Xu, claro que le apetecía subir a una moto de agua y quería hacerlo con Xu-Xu.
- Iremos todos ¿no?
- Claro, pero yo soy muy miedosa - habló Yuri con algo de mimosa - Necesito alguien que me cuide.
- Tranquila - se oyó secamente a Xu-Xu mientras se levantaba y soltaba su cubierto sobre la mesa sin ocultar su mosqueo - El te cuidará.
Xu-Xu giró sobre sus talones y salió rabiosa de allí. No podía creer lo que acababa de ver ¿a que demonios jugaba Yuri?
Kenshi la vio irse y miraba aún mas confundido a Yuri.
- ¿Tú vendrás conmigo, Kamui? - se apresuró a preguntar Momoka.
- ¿Que dices, Sumire? - se interesó Karasu.
- Ah no, no, no, a mi no me gusta el agua ni el agua el movimiento y menos aún algo que se mueva encima del agua en movimiento.
- Pero mujer, si llevarás chaleco salvavidas y además yo te protegeré.
- Ah no, no, no, no, no - yo soy de secano.
- Entonces yo te haré compañía - dijo Jisei.
- ¿Tu no vas a subir?
- Sube conmigo - propuso entusiasmado Genki.
- ¿Por qué no subes con Xu-Xu? - le respondió Jisei - O mejor, que Karasu vaya con Xu-Xu.
- ¿Con Xu-Xu? - se extrañó Karasu mirando a Kenshi, nadie dudaba de que Kenshi y Xu-Xu irían juntos, claro que Yuri parecía opinar otra cosa.
- Claro - insistió Jisei - Tú irás con Xu-Xu.
La mirada de Jisei daba miedo, a ver quien era el guapo que le llevaba la contraria.
Kenshi no estaba muy de acuerdo con eso, no le gustaba la idea de que Xu-Xu se agarrase a Karasu o al revés... al revés era aún, pero Yuri, detrás de él jugueteaba enredando los dedos entre su pelo, este hecho, tan extraño, consiguió llamar su atención obligándole a pensar que querría esa chica porque seguro que quería algo ¿por qué lo iba a hacer si no? si lo más amigables que alguna vez le había llamado era "pulgoso".
Poco observador, como era él, no se le ocurrió pensar en lo molesta que estaba Xu-Xu, la había visto irse algo mosqueada pero no lo relacionó con la repentina muestra de afecto de Yuri.
Xu-Xu regresó, ella no era una chica de esas que podían pasarse horas mosqueada sin querer saber nada de nadie, dio una pequeña vuelta por la casa y aunque seguía mosqueada había decidido que ese hecho no la iba a impedir que se divirtiese.
- Xu-Xu - dijo Sumire - Que ya lo hemos solucionado todo, tú irás con Karasu.
- Bueno, si quieres - añadió Karasu.
- O con Genki - continuó Sumire.
- O también puedo ir solita, creo que podré manejar la moto sin ayuda de ningún machito.
- Tu siempre tan chicazo - bromeó Yuri.
- Pues mira - Xu-Xu le lanzó una mira desafiante - Ahora me apetece ir con Karasu, con Genki o con los dos, es mas, estoy deseando. Venga, vamos a recoger que no veo la hora de ir al sitio ese.
El camino hacia donde estaban las motos de agua fue de lo más curioso. Momoka, tímidamente se había agarrado al brazo de Kamui, que no había dicho nada, ni para bien, ni para mal, se limitaba a caminar a su lado como si tal cosa. Junto a ella iba Yuri que era mas lanzada y sujetaba a Kenshi por la cintura, éste, para mayor comodidad, apoyaba su mano en el hombro de la chica, más que nada porque no sabía que hacer con su brazo pero eso les daba un aire de parejita de novios y no es que el chico lo hiciese con mala intención, él actuaba con normalidad, hablando y bromeado. Los cuatro iban por delante. Unos pasos más atrás iban Xu-Xu, Jisei y Sumire.
- ¿Pero como permites esto? - gruñía entre dientes Sumire.
- ¿Y que quieres que haga? - refunfuñaba Xu-Xu - Ya es mayorcito, él sabe lo que hace,.
- Pero Xu-Xu... ¡mira!¡mira! - decía señalando inquisitivamente.
- ¿Y que? Yo no soy su novia ni nada así, que haga lo que quiera... mira, que le aproveche.
- ¿Pero no estás enfadada?
- ¿Yo? Anda y a ver si se le atraganta.
- No, que va - comentaba Jisei irónicamente - No está enfadada.
- Por mí que hagan los que quieran.
Xu-Xu se detuvo y recogió una pequeña caracola de la arena, con toda su rabia la lanzó contra Kenshi dándole en la espalda. Al notar el golpe, el chico se giró.
- ¿Querías algo?
- ¿Que pasa? - preguntó a su vez Xu-Xu - ¿Que tenemos que querer algo de ti? Anda y sigue a lo tuyo.
Kenshi se encogió de hombros y siguió con lo que estaba.
- ¿Por qué has hecho eso? - le interrogó Sumire.
- Ahora entiendo a Akane ¡No veas que gustazo da lanzarles algo!
- Pues ten cuidado - advirtió Jisei - Akane no tiene puntería pero tú a lo mejor le escalabras.
- Si es que es tonto... no merece ni el esfuerzo, es... como todos... en el fondo me da pena, Yuri va a hacer con él lo que quiera.
- ¿Por qué actúa así Yuri? - planteaba Sumire.
- Le gusta llamar la atención - contestó Jisei - Le gusta tener a alguien pendiente de ella y a su alrededor, hoy le ha tocado a Kenshi. No hay de que preocuparse, estas manías se le pasan muy pronto.
- Pues a mi me mosquearía bastante - refunfuñaba Sumire - Yuri tiene mucho morro.
- Déjale - gruñó Xu-Xu - Si con suerte a lo mejor hasta le enseñan algo.
- Xu-Xu... - Sumire la miró con pena.
- Lo único que me preocupa es que el muy imbécil lo mismo se hace ilusiones... es que es muy inocente.. es tonto.
- Esto te pasa - añadía Sumire - Por no haberle dicho que te gustaba y que querías salir con él.
- Si no importa Sumire, yo no lo que no quiero es que deje de ser mi amigo, que le aparte de mí... no pasa nada, de verdad. Venga, vamos, animaros, veréis que bien lo vamos a pasar.
Y mal no lo pasaron.
Xu-Xu había decidido que iba a dejar de estar mosqueada, total, no conseguía nada ¡Cómo si no conociera ella a Yuri! Ya sabía la manía que tenía de coquetear con cualquiera, seguramente estaba rabiosa porque Kamui y Momoka parecían tener algo, ellas dos siempre están tratando de llamar la atención del "lindo" Kaguya, así que estaría que trinaba, Yuri es muy competitiva en cuestión de chicos. Desde que la conocía la había visto coquetear con muchos, con Akira, por supuesto, se supone que tiene un título de propiedad que dice que es suyo, con eso de que son amigos desde siempre acude a él a menudo... ah, claro, es que Akira ahora no está aquí, eso lo explica todo... También la ha visto coquetear con Suo... que tampoco está aquí, una lástima,. porque suele ser el candidato segundo de chicos "lindos"... con Karasu, con Deisuke, con Seishiro y más de otras clases ¡vamos, por favor, menudo catálogo tiene! Claro, le quedaba Kenshi, lo que Xu-Xu no entendía era como no se había fijado antes en él ¡con lo bueno que está! A saber como terminaría esto.
De momento Xu-Xu lo pasaba bien, ella, Jisei, Genki y Karasu habían alquilado entre los cuatro una moto acuática, lo habían echo, entre otras cosas, porque el alquiler era bastante caro y además se iban turnando, todos disfrutaban y Sumire no se quedaba sola en la playa. Le dio un poco de pena cuando Kenshi tuvo que alquilar él solo la moto de agua que compartía con Yuri, porque, claro, Yuri no iba a pagar... que morro tenía esa chica... y Kenshi puso cara de que eso le dolía en su cartera.
Pero Kenshi también se lo pasaba bien. Aparte del sablazo que había dado a sus ahorros, él no se fijaba mucho en los detalles, vivía el momento sin pensar en nada más. Algo le extrañaba la actitud de Yuri pero bueno, sería alguna manía, se había despertado así o quería algún favor, bueno, ya se enteraría.
Sentada detrás de él en la moto acuática, Yuri se abrazaba al chico pegándosele bastante, incluso pasaba sus manos por debajo de la camiseta y rozaba con sus dedos su estómago y le gustaba, el cuerpo de Kenshi era más firma de lo que imaginaba y Kenshi parecía no reaccionar a aquellas caricias y es que él no le daba importancia, le traían sin cuidado, él estaba más concentrado en pasárselo bien y en el pique que tenía con Karasu o Genki a ver cual de ellos manejaba mejor esos trastos. Curiosamente la que mejor lo hacía era Xu-Xu y eso molestaba a Kenshi, bueno, eso no, más bien cuando Karasu iba detrás en la moto porque conociendo a Karasu a saber que clase de malos pensamientos tenía.
Hubo un momento en el que Genki se picó bastante con Kamui, en esos momentos Xu-Xu iba detrás enganchada a él.
- ¡Déjalo! - le gritó - ¡Todos sabemos que Kamui lo hace todo bien!
- ¿Pero hay una cosa que nunca tendrá! - gritó también Genki.
- Si, mi respeto.
- ¡Un dinosaurio!
Xu-Xu se echó a reír y Kenshi la miró, parecía que se divertía mucho, él también querría subir con ella ¿Cómo haría para libarse de Yuri? Es que se había pegado a él como una lapa.
- ¿Por qué le habrá dado a Yuri por Kenshi? - preguntaba Sumire sentada en la playa al lado de Karasu y Jisei.
- No le habrá gustado ver que Kamui dedicaba atenciones a Momoka - respondió Karasu - Creo que es su forma de reaccionar.
- ¿Crees que Kamui ahora se interesa por Momoka? - volvió a preguntar Sumire.
- No lo se. Pero lo que veo es que se está aprovechando de ella.
- ¿Se aprovecha de Momoka?- gritó alarmada.
- A pesar de que Momoka quiera dárselas de madura es muy inocente. Pero este lo viene bien, quizás así se de cuenta de que no puede estar toda la vida aferrada a un sueño.
- ¡Ah! ¡Que bonito hablas Karasu! ¿Verdad Jisei? No sabía que hablabas tan bonito.
A punto estuvo Karasu de decirle que la bonita era ella pero recordó que Jisei estaba allí y lo mismo se ganaba uno de sus capones que estropearían el momento, la miró de reojo... era curioso pero Jisei no estaba lanzándole una de sus habituales miradas de bruja, más bien miraba con pena hacia donde estaban sus amigos.
- Se avecinan cambios - murmuró de forma misteriosa.
Momoka no podía estar más feliz. Kamui había dicho que quería saber lo que sentía por ella, eso era muy importante y ella le demostraría lo que era el amor, Akane no le amaba pero ella si y eso Kamui lo notaría.
"- Momoka - le dijo esa misma noche cuando se vieron en la terraza con gesto serio y frío, como siempre - No te hagas ilusiones.
- Pero Kamui...
- No quiero saber que puedo hacerte daño.
- No te entiendo.
- No quiero que llegues a darme pena. Quiero saber lo que siento sin sentirme presionado por la culpabilidad ¿lo entiendes?
- Si, claro, no te preocupes. No tienes que sentir lástima de por mí. No me ilusionaré"
Pero si lo hacía, no podía evitarlo. Llevaba muchos años soñando con Kamui ¿Cómo no iba a ilusionarse?
Por la tarde salieron a dar una vuelta por un pueblo cercano. Estuvieron comprando recuerdos. De entre todas las cosas que vieron a Kamui le llamaron la atención unos pequeños peluches, eran como monitos de ojos grandes vestidos de frutas; en particular había uno vestido de naranja y sin darse cuenta lo cogió.
- ¡Ah! - gritó Sumire a su lado - ¡Pero si es Akane!
- No grites, loca - la regañó Jisei.
- Ah, perdón - bajó notablemente su tono de voz - Es que se parece a Akane ¿verdad Kamui?
Kamui sonrió mirando el muñeco en su mano.
- Si, a mi también me la ha recordado.
- ¿Estáis llamando mono a Akane? - Jisei torció la boca.
- ¡Mira! - exclamó de nuevo Sumire cogiendo uno vestido de melocotón - ¡También está Momoka! Melocotón... Momoka... perfume de melocotón...
- Ya, ya, te hemos entendido.
- Búscate - le dijo Kamui - Que te lo voy a regalar.
- ¿A mi? Jisei - le dijo en voy muy bajita a su amiga - Me quiere regalar un monito ¿que hago?
- Tonta - le respondió también en voz baja - Lo que quiere es comprar el de Akane, tu le sirves de excusa.
- ¡Ah!... No entiendo.
- Mira, una grosella, podías se tú ¿no?
Al final Kamui compró uno para cada una de las chicas más el de la naranja y otro para llevar de recuerdo a Ryuko que se lo dio a Jisei para que se lo regalase ella.
- Sabes montártelo muy bien ¿no Kamui? - le dijo sonriendo Jisei.
Después de las compras fueron a un mirador. Kenshi, Yuri, que no se separaba de él, Xu-Xu, Sumire y Karasu bajaron a unos acantilados a hacer unas fotos. Genki y Jisei se quedaron arriba pero se apartaron discretamente de Kamui y Momoka, esta se abrazaba al chico pero él parecía no reaccionar.
- Genki - dijo Jisei para distraerle y que no se fijara más en Momoka abrazada a Kamui - Vamos un poco retrasados con el trabajo que nos mandaron, acuérdate que nos tocó juntos.
- ¡Cierto! ¡Pues ni me acordaba del trabajo! ¡Que desastre! Tienes razón, si lo dejamos al final se nos echará el tiempo encima. Podemos quedar un día de estos... la semana que viene no, que tengo clase de refuerzo, no me viene bien.
Jisei le miraba sin atreverse a decir nada sobre lo que había comentado, no quería parecer maleducada, pero Genki sabía que había producido cierta curiosidad en ella.
- ¿No sabías que voy a clases de refuerzo?
- No. La verdad es que tus notas son buenas.
- Es por las clases de refuerzo y porque me esfuerzo mucho ¿Tu sabías que yo he repetido curso, no?
- No, no lo sabía.
- Es porque soy disléxico. Al principio nadie lo sabía y yo iba fatal, por eso me hicieron repetir, pero por suerte el maestro Gaito se dio cuenta e mi problema. Todo el mundo pensaba que yo era tonto o que no quería estudiar y no... es que era disléxico.
- Vaya, no lo habría imaginado.
- Pero ya no tengo casi superado. Gaito-sensei me ayuda muchísimo.
- ¿Es él el que te da las clases de refuerzo?
- Si ¿verdad que es genial?
Jisei no se extrañaba de la admiración que Genki sentía hacia aquel excéntrico profesor.
- He oído decir que los disléxicos son muy inteligentes.
- Eso dicen ¡que cosas! A mi me llamaban tonto y se reían e mi porque las letras "bailaban" en mi cabeza y no comprendía lo que leía y escribir era peor, yo pienso una cosa y me salen palabras... "personalizadas"
- Es eso de escribir al revés ¿no?
- Juntar palabras, separarlas... al principio me deprimía pero quise demostrar que no soy tonto y puedo vencer todas las dificultades.
- ¿Y eres disléxico solo con las letras o con todo? Bueno... si te ofendo...
- No me ofendes.
- Como nunca has mencionado el tema, a lo mejor no quieres hablar de ello.
- Nunca lo he mencionado porque nunca ha venido a cuento. A veces me hago un lío con la derecha y la izquierda y no coordino muy bien mis movimientos pero para eso también está Gaito-sensei y sus clases de psicomotricidad.
- Eres una caja de sorpresas ¿Esto lo sabe Momoka?
- No. No lo sabe mucha gente... Hizashi, Xu-Xu...
- Pues debería saberlo.
- ¿Para qué?
- Porque es una cualidad tuya que te hace increíble.
- ¿La dislexia?
-Tu esfuerzo. Tienes que esforzarte más que cualquier otro, no me digas que eso no es para admirarte.
Para Yuri, Kenshi había resultado la elección perfecta. Era simpático, gracioso, se divertía con él y encima no parecía obsesionado con meterle mano, daba la impresión que lo único que le interesaba era pasárselo bien, además que a pesar de lo rebelde que parecía en realidad era muy dócil y se amoldaba a ella y sus caprichos, solo necesitaba darle algo como "recompensa" para que no huyera de su lado que es lo que parecía que a veces intentaba ¿y que le podía ofrecer? evidentemente algo que no tuviera habitualmente.
Al borde del acantilado se abrazaba a él.
- ¿No te molesta que me agarre a ti? - le dijo mimosa.
- Ah... no... pero ten cuidado, no nos acerquemos tanto o nos caeremos los dos.
- Kenshi... esto... tienes algo en la boca.
- ¿Donde? - dijo tocándose?
- Aquí, en el labio.
- ¿Qué es? ¿Una miga? Ay, no noto nada.
- ¿Me lo das?
- ¿El qué?
Yuri le dio un beso corto.
- Ya está... era un beso.
Kenshi se quedó perplejo sin saber como reaccionar ni que decir mientras Yuri de abrazaba mimosa.
Xu-Xu apretó con rabia los dientes mientras se giraba para marcharse, unos fuertes brazos que no esperaba la rodearon.
- Ya - susurró Karasu a su oído - No llores delante de ellos.
- Déjame Karasu, no voy a llorar.
- Así me gusta, enfádate.
- ¿Qué?
- Pero grítame a mí. Si ahora le dices algo a Kenshi seguro que Yuri conseguirá que quedes como una histérica.
- Ay, Karasu, no digas mas tonterías, no voy a gritar a nadie, anda, suéltame.
Xu-Xu se zafó del abrazo de Karasu y le miró, Karasu era un buen tipo, con unos ojos sinceros, puede que pareciese que siempre estaba desesperado por ligarse a cualquier chica pero en el fondo era muy buen chico; ahora mismo podría estar al lado de Sumire, coqueteando con ella, incluso podría intentar algo pero no, estaba a su lado, mirándola con preocupación.
A Karasu le gustaban las mujeres, de cualquier tipo, no hacía distinciones entre ellas, para él cualquiera tenía algo bello y maravilloso, y si, puede que siempre pareciese un salido pero Karasu no soportaba ver a una chica triste o deprimida. Claro que le apetecía estar con Sumire y tontear un poco con ella pero le preocupaba mas esa amiga suya, esa chica amiga de todo el mundo, de ojos vivarachos que ahora brillaban llenos de lágrimas de decepción.
- Sumi, venga, vamos a subir ya - le gritó a su amiga fingiendo alegría.
Kenshi los vio alejarse e hizo un ademán para seguirlos.
- Espera, no corras tanto - le detuvo Yuri.
- Es mejor que volvamos con todos ya.
- Pero es que tienes más y yo los quiero.
- ¿Más?
Y Yuri volvió a besarle, le daba pequeños besos en los labios, muy suaves y cortos y algo hizo "clic" en el cerebro de Kenshi porque una chica le estaba besando y eso le gustaba y más aún a su cuerpo que le daba igual quien fuera, era una chica, eso era lo único que sabía.

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