miércoles, 30 de noviembre de 2011

65. La muñeca rota

Akemi había preparado 20 test, todos distintos, aunque algunos tuvieran preguntas en común, cada uno iba marcado con un código e indicó a Masashi cual era el que tenía que dar a Akane para que rellenase, este estaba hecho específicamente para ella y también señaló los de Jisei y Ryuko ya que parecían conocer el problema.
Cuando llegó la hora de la clase de Shinobu está, junto con Masashi, entraron en clase. Shinobu les explicó que no darían clase, Nanao tenía algo que hacer y aprovecharían esa hora y la siguiente de tutoría para darles una charla sobre abusos escolares ya que últimamente se habían dado algunos casos en el instituto.
Masashi comenzó su charla sobre como darse cuenta de cuando se producen tales abusos y detectarlos a tiempo, como ayudar a un compañero... todo bastante rutinario.
Los alumnos comenzaron a hacer preguntas y comentarios y antes de que nadie se diese cuenta la conversación estaba tomando otros derroteros.
- Pero a ver - decía Momoka - ¿Quieres decir que un niño puede sufrir malos tratos durante años y que nadie se de cuenta?
- Nadie, nadie, no - contestaba Masashi - La gente cercana a él y sus agresores deberían darse cuenta, bueno eso es lo que debería ser pero por desgracia a veces la gente no sabe ver la señales de alarma. Un niño puede estar sufriendo malos tratos en su casa y en el colegio puede que nadie se de cuenta.
- Pero los malos tratos físicos se deben notar ¿no? - preguntó Genki.
- No creas, no siempre. Normalmente si pero esos niños suelen alegar que se han caído y cosas por el estilo, además ¿sabías que hay forma e golpear a una persona y no dejarle marcas? De todas formas - continuaba Masashi - Yo me refiero a los malos tratos psíquicos, esos que no dejan ninguna huella física pero miles de traumas... y no es que los físicos no dejen traumas, que también, simplemente sucede que al ser físicos alguien puede descubrirlos y es más fácil ponerles fin.
- Pero exactamente - intervino Nowaki - ¿Cómo se puede maltratar a un niño psicológicamente?
- De muchas maneras, humillándole, menospreciándole, diciéndole continuamente lo malo que es, obligándote a tomar responsabilidades que no le correspondan y no solo eso, exigiéndoselas, coartando su libertad... hay muchas formas de torturar a una persona sin agredirla, pero sobre todo consiste en minar su personalidad día a día, siempre insistiendo en mostrarle sus fallos, en repetirle lo mal que hace las cosas y en obligarle, sin que se de cuenta, a depender de su agresor, a buscar continuamente su aprobación.
- Perdona Masashi - interrumpió Hizashi - ¿Los abusos sexuales que tipo de malos tratos son?
- Pues de los dos tipos porque se le daña físicamente y se le humilla.
- ¿Y los malos tratos tienes consecuencias en el futuro? - se interesaba ahora Momoka.
- Por supuesto, tanto en el caso de los malos tratos físicos como emocionales. Ya os he dicho que ese niño, sea victima de física o emocionalmente de una agresión da igual porque dependerá de la aprobación de su agresor, tendrá miedo y su vida consistirá en intentar agradarlo, en hacer lo que le pida, por eso nunca se quejará, para no enfadarlo, incluso se da el caso de que llegue a pensar que esa persona es maravillosa.
- ¿Cómo va a ser eso? - gritó muy alterado Lee.
- Ese niño tendrá una idea de la realidad distorsionada. En su mente él es malo y por eso se merece un castigo y pensará que su agresor solo quiere ayudarle y hasta agradecerá los malos tratos... porque los castigos le enseñarán a ser bueno. Con el tiempo, ese niño se convertirá en una persona dependiente o incluso algo peor: será independiente, odiará que le ordenes lo que tiene que hacer, se empeñará en hacer las cosas a su estilo pero eso solo será una cortina de humo, una fachada que por cualquier motivo puede desmoronarse y hundirle en un pozo de abatimiento. Cuando de pequeño han anulado tu voluntad, tu determinación, siempre te sentirás vulnerable, te dará miedo confiar en las personas, huirás de las demostraciones de amor, inconscientemente querrás a alguien que de alguna forma te domine, eso te hará sentir seguro. La mente humana es muy compleja.
"¿A quien me recuerda eso?" pensaba Akira mientras dolorosamente reconocía en cada palabra de Masashi las reacciones de Akane.
Mientras Masashi daba su charla, Kohaku observaba a sus compañeros, sabía que esto venía por algo, él había tratado ya con muchos psicólogos y orientadores como para no conocer su forma de actuar. Algo pasaba con alguno de sus compañeros. No era Himeko, podía ser, él sabía que Himeko era una chica insegura, que su padre la trataba como a una perdedora e incluso había llegado a decir que no se merecía ser la heredera de los Girei, pero no era ella, Akemi era su orientadora personal, su tutora, incluso vivió una temporada con ella, no tenía explicación que ahora diesen esa charla por ella. También sabía que Hizashi había tenido una infancia difícil, que se sentía solo e incomprendido, que guardaba mucho rencor en su interior pero sabía que había superado esa etapa, que por fin pudo liberarse de aquellos sentimientos. Luego estaba Kamui. Pero no, no era Kamui, tenía sus manías, había hecho tonterías, no soportaba a su hermano... pero no, no era por Kamui, ese era otro tema ¿Quien podría ser? Desde su posición a algunos de sus compañeros no podía verles la cara pero no le hizo falta, no tardó en llamar su atención una de sus compañeras: Akane.
Algo sucedía con Akane. Estaba tensa, muy tensa a juzgar por su postura. Podía ver su cuerpo completamente rígido, movía una pierna continuamente golpeando con el pié el suelo con un movimiento nerviosos. Se movía cambiando a menudo su postura, miraba repetidamente el reloj, parecía que el tiempo se le estaba haciendo muy largo, también movía mucho las manos, lo cogía todo, sobretodo los bolígrafos y golpeaba con ellos la mesa con un gesto impaciente y nervioso. Estaba claro que aquella charla le resultaba muy incómoda.
Ryuko y Jisei la miraban de soslayo, incluso Kohaku podía ver como Ryuko se limpiaba disimuladamente los ojos ¿lloraba? si no la hacía estaba al borde de hacerlo.
Si, no había duda, era Akane, por alguna razón esa charla iba dedicada a ella. Además ¿por qué no decía nada? Ella era una chica participativa, siempre tenía algo que decir o sugerir ¿no iba a proponer decir nada en el periódico como hacer algún artículo para animar a los alumnos a denunciar posibles maltratos o algo por el estilo? Esa actitud tan callada no era propio de ella.
La charla de Masashi fue muy interesante, Shinobu repartió unos test, pura rutina dijo, solo para conocer lo que los chicos de su edad pensaban, para ayudar a los profesores. Fue repartiendo uno por uno y cada vez que lo hacía parecía anotar algo en un folio. También dijo que no era obligatorio responder, eso si, si lo hacían que fuera lo mas sincero posible, tampoco había que poner el nombre ni ninguna referencia personal, eran anónimos.
Bueno, serían anónimos pero algo le decía a Kohaku que los profesores iban a descubrir de quien era cada test.
Eran una preguntas muy simples y básicas, Kohaku también se sorprendió, resultaban hasta inocentes. Volvió a mirar a Akane, esta ni se había esforzado en coger el bolígrafo y disimular, había cruzado los brazos y parecía mirar a través de la ventana y también observó como Shinobu la miraba a su vez con mucho interés.
Una vez terminada la charla, mientras todos recogían para marcharse, Kohaku se acercó a Masahi.
- ¿Puedo comentarte una cosa?
- Dime Kohaku ¿no te habremos incomodado con algo? ¿te ha traído la charla malos recuerdos?
- No. Yo solo quería decir que... que contéis conmigo... si os puedo ayudar en algo.
- ¿A que te refieres?
- A mi experiencia... A veces, un compañero a mas confianza que un profesor.
- ¿Te has dado cuenta, verdad? Gracias Kohaku, se que te ofreces de corazón, es un gesto muy bonito de tu parte.
- Se lo que es pasarlo mal y se lo que es no poder hablar con nadie que realmente te comprenda, que haya pasado algo parecido a lo tuyo.
- En eso tienes toda la razón.
- Perdón - dijo tímidamente Himeko - Lo siento, no quería interrumpir ni escuchar pero...
- Himeko ¿tú también quieres ayudar?
- No quiero que penséis que soy una cotilla.
- Tranquila, es estupendo que hayas tenido esta reacción tan espontánea.
- Yo... es que... me he dado cuenta de que algo pasa... ¿a que si? No estaba muy segura y me he acercado y... no quería meterme en donde nadie me llama...
- No te preocupes. Vuestra psicóloga debe estar muy orgullosa de lo solitarios que sois.
Akane estaba realmente furiosa. No era tonta, sabía que ella charla estaba "dedicada" a ella y sabía muy bien quien la había provocado. Recogía sus cosas realmente con rabia, Ryuko y Jisei ni se atrevían a pronunciar una palabra. Akira sentía su mirada llena de rencor clavándose en su nuca, estaba claro que se había dado cuenta que la voz e alarma la había dado él, era lógico, mucha casualidad tenía que ser que justo ayer le diese una de esas crisis y hoy los profesores dieran una charla sobre malos tratos.
Akane aguantó sin hablar hasta la salida del edificio principal. Se paró de pronto a las puertas del instituto como clavada en el suelo, mirando fijamente a Akira. Kenshi y Xu-Xu se habían despedido de ellos, lo mismo que Suo, Karasu y Sumire se dirigieron a la moto del primero y allí permanecían en silencio Akane, Ryuko, Jisei, Akira, Kyojin y Shibi. Un poco más alejado se quedó Kohaku. Le dijo a su hermana que quería hablar con alguien , que no le esperase y lo mismo hizo Himeko que, muy vergonzosamente se acercó a él. Hizashi se extrañó pero vio tal determinación en Himeko que decidió dejarla.
Poco a poco los alumnos fueron saliendo del instituto. El grupo permaneció quieto y callado.
En la sala de profesores Akemi miraba por encima los test.
- No sé porqué me he molestado en marcarlos. Se reconoce fácilmente el de Kumoyuki.
- ¿Por qué? - se interesó la directora.
- Está en blanco... ni el nombre ha puesto.
- ¡Eh! - exclamó Sigure que miraba a través de la ventana - Aquí pasa algo curioso, tenéis que verlo.
Kyojin era el más incómodo con aquella situación que no comprendía.
- ¡Que alguien diga algo! - dijo al fin - ¿Por qué nos hemos parado aquí?
- ¿Por qué has hecho esto? - habló llena de resentimiento Akane.
- Quería ayudarte - respondió Akira.
- ¿Por qué me has hecho esto? - continuaba Akane - Yo confiaba en ti, confié en ti ¿por qué me haces esto?
- Akane... quiero ayudarte.
Extendió la mano hacia ella pero Akane la retiró de un manotazo.
- ¡No te acerques a mi! - exclamó con rabia - No necesito tu compasión ni tu ayuda. Creí que eras mi amigo, confié en ti y eres un hipócrita ¿quien te crees que eres? ¿crees que eres mejor que yo? ¿te sientes importante por hacer lo que has hecho? Me has engañado, me has engañado muy bien maldito engreído ¡No te acerque a mi! Eres un maldito engreído, prepotente... ¿quien te crees que eres? ¿crees que lo sabes todo?
Nadie se atrevía a decir nada, el gesto de Akane era doloroso y desesperado.
- ¡Cómo te gusta reírte de mi! ¡Como te gusta demostrar que eres superior! ¿Que crees que has hecho echándome así a los profesores? ¿Qué quieres? ¿que ahora me tomen por trastornada? Ahora hablarán con mis padres ¿lo entiendes? ¡llamarán a mis padres! les dirán que... ¿ahora que hago? Mis padres pensarán que me he quejado... por tu culpa... por tu culpa ahora... te odio... lo has estropeado todo ¡yo confiaba en ti! ¡dijiste que eras mi amigo!
Aquellas palabras iban clavándose una a una en el pecho de Akira con aguijones pero lo que más daño le hacía era ese gesto de odio y dolor, esos ojos mirándole con reproche.
- ¡Basta ya! - gritó de pronto Kohaku acercándose - ¡Deja de comportarte así Akane!
Todos, menos Akane le miraron llenos de confusión. El gesto de Kohaku era grave y muy serio.
- ¿Así es como te han enseñado a comportarte? - continuaba en tono severo - Akira solo quería ayudarte y tu se lo agradeces así ¿no te han enseñado educación? ¿quien te ha educado tal mal?
Akane se quedó quieta, como paralizada y miró entre perpleja y asustada a Kohaku. Ryuko hizo un gesto para acercarse a ella pero Shibi la detuvo sujetándola del brazo.
- Parece que tus padres no saben educar a una hija, son unos pésimos padres.
- No digas eso - habló Akane asustada - Ellos... ellos...
Nadie daba crédito a lo que estaba viento, Kohaku, muy serio, casi daba miedo.
- He sido yo, lo siento - se escuchó débilmente a Akane.
- ¿Crees que Akira quiere hacerte daño?
- No. He sido una desconfiada - ahora el gesto de Akane había cambiado totalmente, tenía los hombros caídos y la con la cabeza inclinada miraba el suelo, además su voz tenía un timbre extraño, entre doloroso y aterrorizado.
- ¿Que tienes que decir? - espetó Kohaku del mismo modo severo.
- Kohaku yo creo que... - empezó a decir Jisei a la cual el dolor que ahora veía en Akane estaba empezando a agobiarla. Kohaku levantó una mano haciendo un gesto que Jisei interpretó como que se callase.
- ¿Que te han dicho que tienes que hacer? - continuaba Kohaku que parecía muy enfadado.
- Lo siento Akira - Akane hablaba entrecortadamente - Perdón... perdón... yo no quería ofenderte... he sido muy egoísta.
Todos pensaban que Akane lloraría pero no lo hacía, sus ojos estaban completamente secos, los levantó y miró a Kohaku y Akira de hito en hito buscando su aprobación. Tenía las manos juntas delante del estómago y se retorcía los dedos nerviosamente.
Ryuko era la que había empezado a llorar acongojada. Kyojin no entendía nada de lo que pasaba, se acercó a ella y le pasó un brazo por los hombros, Ryuko se dejó caer abatida sobre su pecho, agarrando con fuerza su camisa y ahogando su llanto.
- ¿Que te mereces Akane? - proseguía Kohaku - Akane no contestó, solo bajo la cabeza - Debes castigarla, Akira.
- ¿Qué? - gritó confuso el aludido.
- Sabe que se ha portado mal y espera su castigo y tú debes castigarla porque no se sentirá bien con ella misma hasta que lo hagas.
- ¡Pero yo no estoy enfadado!
- Ella te ha ofendido.
- ¡No! ¡No lo ha hecho! Yo la entiendo, entiendo que se enfadase conmigo, lo único que quiero es que ella me entienda a mi y que entienda que no lo hace para hacerla daño.
- ¿Lo has oído, Akane?
- Si.
- ¿Entiendes que él solo quería ayudarte?
- Si, yo he sido.. mala, soy una mala persona.
- ¡No! - volvió a gritar Akira - ¡No es eso!
- Akira, en estos momentos no vas a poder razonar con ella, no es ella, es solo una sombra de si, la verdadera Akane está escondida en algún lugar de su mente, el miedo se ha apoderado de ella. Yo se muy bien lo que es esa sensación, lo que es sentirse anulado como persona. Ahora puedes hacer con ella lo que quieras, puedes pedirle cualquier cosa, por muy rara que te parezca, lo hará.
- ¿Que es esto? - dijo Kyojin asustado - ¿Una pesadilla?
- ¡Basta ya, Kohaku! ¡Basta ya! - lloraba Ryuko cada vez mas desesperada.
- Está esperando. Akira tu has sido el que has hablado con los profesores ¿no?
- Si, he sido yo.
- Pues ahora eres el responsable de su estado.
- Quería ayudarla.
- Seguro, no lo dudo, pero esto es muy serio.
- Kohaku tiene razón - dijo Jisei - Si tu has abierto la caja de Pandora ahora tienes que hacerte responsable.
- Pero yo solo quería ayudarla, pensé que los profesores sabrían como...
- Quiero que veas algo horrible - prosiguió Kohaku - Yo conozco estas situaciones, te voy a enseñar algo realmente horroroso ¿estás listo?
- ¿Qué vas a hacer?
- Akane ¿Harás lo que Akira te mande?
- Lo haré... soy mala, merezco un castigo.
- ¿Quien manda ahora?
- Akira.
- ¿A quien obedecerás?
- A Akira.
- ¿Harás lo que él te pida? Piensa que si no lo haces hablará con tus padres.
Akane levantó la cabeza y miró aterrada a Akira.
- Lo haré... lo haré... lo prometo.
Ryuko se apretó contra Kyojin, ella ya no podía más, Jisei también empezaba a llorar, sentía, a parte de su dolor, la angustia y la desesperación de Akane. Shibi había girado la cabeza, parecía no mostrar ningún gesto pero sus labios temblaban débilmente. Akira miraba aterrorizado a aquel frío y severo Kohaku sin salir de su asombro, sintiendo el miedo apoderándose de él, sintiendo como sus piernas comenzaban a aflojarse.
- Akira quiere... Akira quiere que te quites la ropa interior - fue lo más humillante que de pronto se le ocurrió pero tenía que demostrar hasta que punto esa pobre chica estaba dispuesta a llegar con tal de que no le dijera nada a sus padres.
Akira quiso decir algo y Kohaku le detuvo con un gesto. Akane miró a su alrededor.
- Es... vergonzoso.
- ¿No lo harás? ¿Desobedecerás?
- Me da vergüenza.
- ¿Te atreves a no hacerlo? ¿Quieres que se enfade más?
- ¡No! ¡No!... lo haré.
- ¡Basta! - Akira sujetó una mano de Akane con fuerza - ¿Que clase de juego es este?
- Haré lo que Akira quiera, merezco un castigo.
- ¡Pues no quiero castigarte!
- Eso no es así - habló Kohaku - Si le dices eso la confundes, ella espera tu castigo para sentir que la has perdonado.
- ¡No puedo Kohaku! - Akira sintió como las lágrimas comenzaban a resbalar por su cara sin él desearlo - No puedo más... acaba con esto... por favor.
Shibi se acercó a Akane, la agarró suavemente y la giró hacia él.
- Akane mírame - dijo con voz suave - Akira no quiere ahora nada, no quiere hablar contigo, quiere que vayas a casa de Jisei y le esperes allí ¿entiendes?
- ¿No puedo ir a mi casa?
- No. No quiere que vayas a tu casa, vas a irte con Jisei ¿no te importa, verdad, Jisei? - Jisei movió la cabeza negativamente.
- Pero... mis obligaciones...
- ¿No obedecerás, Akane? - volvió a ordenar Kohaku.
- Si... iré con Jisei, esperaré en su casa... si lo hago... ¿Akira me perdonará?
- Si lo hará.
- ¿Solo eso?
- Solo eso.
Jisei abrazó a Akane.
- Ven, vayámonos.
- ¡Espera! - dijo de improviso Himeko. Nadie se había percatado de su presencia, cuando Kohaku se acercó a aquel grupo ella corrió a la sala de profesores, Akemi y otros profesores observaban la escena desde una de las ventanas. Himeko tenía el presentimiento de que Akemi sabía lo que estaba pasando y tendría alguna solución - Toma - ofreció a Jisei un frasquito con una pastilla dentro. Me lo ha dado Akemi, es un relajante, le ayudará.
Jisei miró el bote sin saber que decir.
- De veras que me lo ha dado Akemi - repitió.
- Gracias Himeko.
- Voy contigo - dijo Ryuko separándose de Kyojin.
- Yo llevaré su cartera a su casa - explicó Shibi - y les diré que está en la tuya. Akira, ven conmigo, creo que tenemos mucho de que hablar.
- ¿Puedo ir yo? - intervino Kyojin - No se muy bien lo que pasa pero necesito una explicación.
Jisei, guiando a Akane, y Ryuko comenzaron a alejarse. El coche de Inari apareció delante de ellas.
- Subid, yo os llevo - dijo el profesor asomando la cabeza.
- Gracias Inari - contestó Jisei mientras abría la puerta - Entra tu primero Ryuko.
Entraron las tres chicas en los asientos de atrás, Akane en medio, muy callada, Ryuko la recostó sobre su hombro y le acariciaba el pelo.
- Ya Akane - susurraba sin dejar de llorar - Ya ha pasado todo.
- Tomad - Inari les ofreció una botella de agua - Darle ya la pastilla esa.
- Gracias Inari - Jisei cogió la botella - Toma Akane, tienes que tomarte esto.
- No... no quiero.
- Venga Akane, por favor, te sentirás mejor.
- Me duele la cabeza.
- Por eso, ya verás como te lo quita.
No parecía muy convencida pero la cabeza parecía a punto de estallarle así que cogió la pastilla.
- Eso es, ahora cierra los ojos y descansa. Llevanos a mi casa Inari, por favor.
- De acuerdo ¿dónde vives?
- No hace falta que disimulemos, ellas saben que eres amigo de la familia.
Inari miró por el retrovisor, de pronto se sentía incómodo aunque no se sorprendía mucho, si para Jisei lo que había sucedió entre ellos significaba algo, para bien o para mal, era lógico que se lo contase a sus amigas, seguramente estaría muy confusa ¿no sería él demasiado egoísta si la obligase a pasar toda esa presión sola? Aunque eso no evitaba la incomodidez que sentía ante esas chicas.
- Venga Ryuko, deja ya de llorar, al final nos tenía que haber dado otra pastilla para tí.
- No lo puedo evitar... - susurró en voz muy baja - si estuviese aquí Ayesa todo sería más fácil, esto no habría pasado.
- Pero no está, estamos nosotras solas, bueno no... tenemos a Akira – también susurró Jisei.
Akane se empezaba a sentir cansada, los párpados parecían pesarle y ese nombre que acababa de decir Ryuko se repetía una y otra vez en su cabeza.
- Gracias Kohaku - decía Shibi - Lo has hecho muy bien, has podido controlar la situación, seguramente yo no habría sido capaz.
En ese momento, el gesto frío de Kohaku se derrumbó totalmente.
- Ha sido horrible - Kohaku comenzó a temblar - Horrible... horrible...
Himeko le abrazó y Kohaku dejó caer su cabeza en el hombro de la chica.
- Pero lo has hecho bien - dijo suavemente y casi con vergüenza.
- Era como verme a mi mismo hace unos años, esa parte que nunca quería mostrar... ¿quien le ha hecho eso?
Las piernas de Akira terminaron de aflojarse y sin poder sujetarse más se precipitó al suelo de rodillas.
- Yo solo quería ayudarla - se lamentó entre sollozos.
- Akira tienes que ser fuerte - dijo Shibi - Yo no lo fui y no supe ayudarla.
- ¿Tú los sabías? ¿Cuanta más gente lo sabía y no hizo nada?
Akemi, Yotsuda, Genma y Masashi se acercaron a ellos.
- No te preocupes - habló Masashi - Ahora todo está bien, confía en nosotros, no la vamos a abandonar.
- ¿Que le habéis dado a Jisei?
- Es solo un relajante - contestó Akemi - dormirá un poco y se despertará más tranquila.
- ¿Estáis dispuestos a ayudarla? - preguntó Genma - Si no queréis hacerlo es el momento de que os marchéis como si nada.
- Yo la ayudaré - habló Kohaku - Akane siempre ha sido amable conmigo, incluso cuando no me conocía. Se lo que es que te humillen, el terror que se puede sentir. En lo que yo pueda la ayudaré.
- Yo también - añadió Himeko - Nadie se merece algo así y si no puedo hacer haca la menos intentaré ayudar y escuchar a Jisei y Ryuko, ellas también sufren.
- Yo ayudaré - habló ahora Kyojin que se encontraba muy impresionado - Akane es mi amiga y además no voy a abandonar a Ryuko. Pero me gustaría que alguien me explicase lo que sucede. Sea lo que sea, lo haré.
- Quise ayudarla y no pude - continuaba Shibi - Era un niño y no supe pero juré que nunca la abandonaría y no lo haré.
- ¿Y tu, Akira?
Akira seguía arrodillado en el suelo, aunque trataba de evitarlas, las lágrimas fluían sin control por sus mejillas ¿Que era ese dolor tan horrible que sentía? ¿Por qué le parecía que el mundo se abría bajo sus pies? Era una sensación que nunca había sentido y de pronto, entre ese dolor lo comprendió todo, lo vio todo claramente y con una lucidez increíble: él amaba a a Akane, no es que le gustase, no es que la quisiese porque era su amiga, una amiga muy especial y que representaba mucho para él, no... es que la quería con toda su alma y se desesperaba al ver sus sufrimiento... hubiese dado lo que fuese por evitárselo, hubiese querido que le pasara a él, nunca se había sentido tan inútil y tan desesperado, con esa desesperación que le ahogaba e intentaba salir por su garganta como un grito angustioso.
- Yo quería ayudarla. Soy un inútil, soy un crío inútil y patético... no he hecho mas que agravarlo todo... si me hubiese callado...
- No, eso no es cierto - Akemi se agachó a su lado - Eso estaba dentro de Akane y sigue allí, en cualquier momento puede salir. Lo tiene porque nunca lo ha expulsado, lo ha mantenido ahí, escondido para que nadie lo viera y eso se ha convertido en un monstruo, un monstruo que necesita poca para salir... una equivocación... cualquier cosa... el miedo a algo... Lo que hay que conseguir es que lo acepte, que acepte que no es culpa suya, que ella no es la culpable si no la víctima y que acepta la ayuda de los demás.
Akira se limpió las lágrimas y se levantó.
- De acuerdo, tienes razón, no puedo comportarme como un niño asustado. Yo he provocado todo esto, yo decidí ayudarla y lo haré. No voy a abandonarla. Me he dejado superar por los acontecimientos, no me ha gustado lo que he visto, por eso mismo no me voy a quedar de brazos cruzados. Solo tenéis que decirme lo que debo hacer.
Akemi sonrió.
- Estupendo - dijo - porque creo que tú vas a ser un elemento importante. El mayor problema que tenemos ahora es su edad, es muy mayor, a los niños pequeños es más fácil ayudarles. Lo suyo es una herida mal curada por el tiempo.
- Dicho de otra forma - explicó Masashi - Debemos abrir esa herida, limpiarla y volver a cerrarla. Va a ser un proceso muy doloroso por eso tenéis que estar seguros de querer estar a su lado.
Akira. Shibi y Kyojin caminaron en silencio hasta la casa de Akane. Shibi entregó la cartera a unos de sus hermanos y volvieron a caminar en silencio. Se sentaron en un banco del parque. Allí, de nuevo, Akira volvió a resumir lo que había ocurrido el día anterior y lo que había averiguado hablando con Ginta.
- Pobre Akane - se lamentó Kyojin - ¿Quien lo iba a decir?
- Akane siempre lo ha mantenido todo en silencio - habló Shibi lentamente - y disimula muy bien, no quiere alarmar a nadie por dos razones: tiene miedo a que se enteren sus padres y la castiguen o implicar a otra persona, quiero decir, siempre ha tenido miedo por Jisei, por Ryuko, por mi, por sus hermanos. Espero que lo que os voy a contar quede entre nosotros, le prometí que nadie lo sabría nunca.
- Entonces, no deberías decir nada - repuso Akira.
- No es eso, tengo que hacerlo. Porque es algo que llevo por dentro comiéndome y porque le prometí a cierta persona que cuando encontrase a alguien que la quisiese y dispuesto a ayudarla lo haría... ¿eres tú esa persona, Akira? - Akira levantó la vista hacia el cielo - Dime ¿que sientes por ella?
- Quizás yo debería irme - dijo Kyojin.
- No, quédate, lo que voy a contar también afecta a Ryuko, también es algo que la come a ella por dentro y sería estupendo que pudieses ayudarla. Veréis, yo conocí a Akane en el parque, mis padres nos llevaban a mi y a mis hermanos a jugar, allí iban los padres de Akane también, me refiero a su padre y su mujer. Para mí Akane era una niña rara, siempre estaba pendiente de sus hermanos, sobretodo de Takato, nunca se separaba de él, no le dejaba hacer casi nada solo, ni subirse al tobogán, ni jugar con la arena... yo no la hacía mucho caso, pero un día yo llevé un escarabajo metido en una caja de cerillas... yo siempre llevaba algún bicho en mis bolsillos; lo enseñaba orgulloso a otros niños y decía que estaba amaestrado... ella se acercó curiosa y digo "¡Como mola! ¿Tiene nombre?"e incluso quiso tocarlo, Akane lo tocaba todo... era la primera niña que no sentía asco de mi y de mis mascotas, lo miraba con aquellos ojos abiertos de par en par como si fuera algo maravilloso, yo quise que viera lo que hacía y lo solté, una señora que pasaba por allí se puso a gritar y lo pisoteó y Akane se puso hecha una furia gritando que era mi amigo y que como podía ser tan cruel y yo... me enamoré de esa niña, sabía que ya no podría olvidarme de ella. Nos hicimos amigos, muy amigos, siempre que podía iba a buscarla al parque para verla, le enseñaba todos mis mascotas y ella les ponía nombre. Nunca había conocido a nadie como ella, por eso, cuando me dí cuenta de como la trataban me dolió muchísimo, sentí un rencor tremendo, odiaba a su madre, odiaba a su padre por no darse cuenta de nada y odiaba sobretodo a aquella mujer, la madre de su madrastra. Sus padres vivían en su casa... era mujer era mala, mala de verdad, siempre la estaba gritando, la llamaba inútil y desgraciada, le decía que era fea y sucia y que nunca nadie la querría. Y eso no era lo peor... ¿estáis dispuestos a escuchar? Quizás no os guste mucho lo que voy a contar.
Era difícil ver ningún tipo de expresión en Shibi pero Kyojin juraría que le veía muy abatido. Akira, extrañamente calmado, fumaba y dejaba salir lentamente el humo mientras le miraba.
- Akane era muy sumisa, ahora vosotras la conocéis así, con ese carácter que tiene pero era muy sumisa. Yo quería ser un héroe y defenderla y estaba dispuesto a hablar con mis padres y con su padre pero ella me hizo prometer que no lo haría, por lo visto cuando los padres de Jisei hablaron con sus padres a ella la llamaron mentirosa, era una caprichosa y mentirosa que decía esas cosas para llamar la atención. Así que ella callaba y se sometía, aprendió a ser muy sumisa y obediente... el problema vino... veréis... no se como decíroslo... siempre hay alguien que sabe aprovecharse de estas cosas... en su caso era el hermano de la mujer de su padre.
Akira sintió algo frío dentro de él, como si la sangre se le helase... no... lo que estaba pensando no podía ser.
- ¿Qué quieres decir? - preguntó temblando, deseoso de saber la respuesta pero sin querer oír lo que suponía.
- Se llamaba... se llama Jaakuro... ahora tendrá... no sé... casi 30 años. Parecía una buena persona, era amable con Akane, le compraba helados y dulces, hablaba poco, tenía la costumbre de acariciarle el pelo y cuando "esa" mujer la regañaba siempre la abrazaba y le decía que no se preocupase... y yo... inútil de mi... pensé que era una buena persona... nada más lejos de la realidad... tenía que haberme dado cuenta antes pero yo solo era un niño, tenía que haberme dado cuenta de que Akane siempre huía de él, evitaba acercarse...
Shibi se quitó las gafas, ese era un gesto muy inhabitual en él que sorprendió a Kyojin.
- Akane solo era una niña, una niña pequeña y curiosa y él...
- ¿Abusaba de ella? - preguntó Akira con una frialdad que produjo escalofríos a Kyojin.
- Por lo visto le gustaba que ella le tocase... que le masturbase.
- ¿Solo eso?
- Akane nunca contó nada, lo mantenía en secreto porque eso que hacía era de niñas malas y sucias y si alguien se enteraba... si nos enterábamos íbamos a dejar de ser sus amigos. Os voy a contar como nos enteramos... Era verano, Akane pasaba las vacaciones en casa de su padre, teníamos 11 años y Ryuko y yo habíamos ido a su casa para hacer juntos los trabajos que nos habían puesto los profesores para el verano. Era por la tarde, hacía mucho calor y ella había enchufado un ventilador para que nos diera algo de aire, estábamos en el comedor, no había nadie en la casa, sus pares y esa mujer se habían llevado a los niños a la piscina... allí estábamos los tres, riéndonos y hablando más que haciendo los deberes cuando llegó Jaakuro bastante enfadado, nos miró y se fue a su habitación. Ryuko y yo seguimos como si nada y Akane nos pidió que bajáramos la voz pero no la hicimos caso, entonces salió Jaakuro y nos gritó que dejáramos de hacer ruido, yo me quedé muy asombrado porque él nunca se comportaba así, entonces se puso a regañar a Akane porque había cogido el ventilador sin permiso, estaba furioso y le dijo que entrara en la habitación, Akane no quiso, dijo que estaba con nosotros... entonces Jaakuro se acercó a Ryuko y empezó a acariciarla el pelo "eres muy bonita" dijo "Akane sabe hacer cosas estupendas ¿no te lo ha dicho?" Akane se puso muy nerviosa y le pidió que la dejase en paz, él se reía y Akane, cada vez mas nerviosa se levantó y le empujó... Todo fue muy rápido y no tuvimos tiempo de reaccionar, Jaakuro agarró a Akane del pelo y la tiró contra mi, me caí de la silla con Akane encima
"- ¿Que te pasa? ¿no quieres que enseñe a tu amiga lo que te enseñé a ti?
- No por favor, no le hagas nada a Ryuko - Akane comenzó a llorar.
- ¿Es que no les has dicho lo guarra que eres y lo que sabes hacer?
El dolor y la vergüenza que de pronto vi en la cara de Akane es algo que no se puede describir, la vi temblar, la sentía temblar, se levantó con la cabeza agachada y se acercó a Jaakuro.
- Por favor, no le hagas nada a Ryuko
- ¿Me ordenas lo que tengo que hacer?
- No, por favor... por favor
- ¿Quieres que le diga a tu padre lo que haces?
- Por favor... por favor...
Ni Ryuko ni yo nos atrevíamos a decir nada, Ryuko se puso nerviosa y comenzó a llorar, Jaakuro sonrió con la sonrisa mas macabra que nunca he visto en mi vida.
- Pasa a la habitación.
- Pero mis amigos están aquí y...
- Pues diles que se vayan... te espero muñequita y no olvides el ventilador... pasarás mucho calor si no.
- Venga, recoged todo - decía nerviosa mientras empezaba a guardar las cosas - Venga iros, por favor.
- ¿Por qué? - preguntó Ryuko en voz muy bajita - ¿Que pasa?
- Está enfadado, por favor iros.
- ¿Y tu? - le pregunté yo.
- Tengo que quedarme. Por favor no le digáis nada a nadie ¿vale?
- No te vamos a dejar sola - le dije
- ¡Por favor iros! - me gritó llorando... su cara... era... estaba tan asustada..."
… Y yo, como un cobarde, recogí mis cosas y salí con Ryuko. Estábamos muy asustados y no comprendíamos nada, no sabíamos lo que pasaba pero no era bueno. No fuimos muy lejos, nos escondimos en un portal, Ryuko seguía llorando, no paraba de llorar y yo no sabía como consolarla... de pronto llegó Jisei corriendo... ya sabéis como es Jisei, dijo que había tenido un presentimiento y que a Akane le pasaba algo, llevaba la llave de su casa porque Akane a veces perdía la suya y la regañaban así que tenía una en casa de Jisei, por si acaso... le contamos lo que había pasado y entre los tres planeamos como entrar en la casa, cogeríamos el bate que tenía su padre... éramos tres, seguro que entre los tres... no hicimos nada porque vimos salir a Jaakuro... Volvimos a su casa, llamamos pero no nos abrió así que Jisei utilizó la llave... cuando entramos la oímos... oímos agua... parecía un grifo abierto... y oímos... oíamos como si estuviese devolviendo... corrimos al servicio... allí estaba... frente al lavabo, con el grifo abierto y dando arcadas aunque no vomitaba nada pero ella hacía esfuerzos para hacerlo... lloraba... lloraba como no podéis imaginaros y metió las manos bajo el agua frotándoselas con rabia... la hablamos pero no nos contestó... ella seguía lavándose las manos una y otra vez... el agua salía muy caliente y se le empezaron a poner rojas, lloraba y decía que sus manos olían mal y que tenia que quitarse ese olor...
- ¿No se lo contasteis a nadie? - preguntó Kyojin visiblemente afectado.
- No nos atrevimos. Ella nos pidió que no lo hiciéramos. Tenía mucho miedo. Tienes que entendernos Kyojin, eramos unos niños y nos asustamos, teníamos miedo... yo a penas ni entendía que era lo que pasaba...
- ¿Cuanto tiempo duró eso? - habló con una tranquilidad que casi daba miedo Akira.
- No se, tendríamos 14 años, su padre compró una casa, esa mujer y su hijo ya no estaban con ellos, Akane parecía feliz, cambió, se dejó crecer el pelo, se empezó a vestir de chica, se apuntó al periódico, parecía fuerte y segura de si misma, era como empezar a verla vivir, se fijaba en los chicos y coqueteaba con ellos, por fin sus hermanos habían crecido y ya no la necesitaban tanto y podía salir con sus amigos... empezó a tener una vida normal, al menos mas normal y... hasta tuvo un desengaño amoroso... y ahora todo vuelve a salir porque en realidad nunca desapareció.
- ¿Y durante todo ese tiempo... - comenzó a preguntar Kyojin.
- Déjalo Kyo - le interrumpió Akira mientras tiraba la colilla del cigarro - No hace falta que sepamos nada mas,. Ahora somos mayores y somos mas para ayudarla. Ya no está sola, ni tú, ni Jisei, ni Ryuko, no tenéis que volver a sentiros solos e impotentes.
- Abrir viejas heridas puede ser muy doloroso.
- No la voy a abandonar, ni permitiré que se rinda. Ahora ya se cuales son sus demonios y a lo que tengo que enfrentarme.
- ¿Te quedas tan tranquilo? - Kyojin le miraba muy asombrado por la tranquilidad que mostraba.
- Si tiene las manos sucias y le huelen mal ya me ocuparé yo de conseguir quitar ese olor y si debo meter mis manos en agua hirviendo junto con las suyas, lo haré.
- Akira... cuando eramos pequeños Akane lloraba mucho pensando en que cuando fuera mayor y su novio se enterase de lo que había echo la odiaría y... la insultaría. Guardábamos el secreto ante todo el mundo y yo le prometí que cuando apareciese esa persona que fuese importante para ella sería yo quien le contase lo que había sucedido y me aseguraría de que era una buena persona... te lo repito ¿eres tu esa persona?
- Pobre Akane, tanto tiempo haciéndose la fuerte, siempre dejando que todos pensásemos que era una chica segura de si misma y que controlaba cualquier situación y al final resulta que solo es una pequeña muñeca rota... mi pequeña muñeca rota... bueno, pues yo la repararé... la mimaré y curaré sus heridas porque yo la quiero... la quiero con toda mi alma, la quiero tanto que si ahora mismo me asegurasen que alejándome ella sería feliz lo haría... aunque sintiera que se me rompería el alma.

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