miércoles, 30 de noviembre de 2011

64. La petición de ayuda

Akira había llegado al aparcamiento del instituto, estaba aturdido aún por lo que acababa de descubrir, se sentía como si aún estuviese durmiendo y todo fuera un maldito sueño. Vio bajar de un coche a Yotsuda y se dirigió hacia él.
- ¡Yotsuda!
- Hola Akira, vaya cara que tienes, algo me dice que ayer estuviste en el festival hasta las tantas.
- Querría poder hablar un tema importante contigo.
- Claro ¿de que se trata?
- Es algo delicado ¿a que horas puedes atenderme?
- Por tu tono de voz parece importante ¿algún problema personal?
- No se trata de mi. Se trata de Akane.
- ¿Que le sucede? ¿No me digas que tu y ella habéis tenido algún "accidente"?
- ¡No! No ¿Tú sabías que de pequeña sufrió malos tratos?
- ¿Akane? ¿Malos tratos? No, no tengo constancia de ese hecho. Normalmente solemos estudiar esos casos, el equipo de orientación suele ocuparse.
- Pues los sufrió.
- ¿Estas seguro? Mira que hablas de un tema algo delicado.
- ¿Encerrar a una niña en un armario durante horas no es maltrato? ¿Obligarla a cuidar de sus hermanos y a responsabilizarse de todo no es maltrato? Y seguramente haya mas cosas.
- ¿Te lo ha dicho ella?
- No. Directamente no me ha dicho nada pero...
Yotsuda observó el gesto de desesperación que mostraba el rostro de Akira, debía esta hablando con conocimiento de causa porque ese chico no era de los que se deja llevar por arrebatos emocionales.
- Con tu palabra me vale. Tranquilizate, hablaré con la directora a ver si sabe algo.
- Yotsuda... Akane realmente necesita ayuda; ella no se da cuenta pero lo necesita.
- Está bien, está bien, déjalo en mis manos, no te preocupes.
Inari, en la sala de profesores, abstraído miraba a través de la ventana, ponía uno de los codos en la pared y pesadamente apoyaba la frente en su mano.
- ¿Verdad que si, Inari? - comentaba Sigure sentado en una de las sillas con un libro abierto entre las manos.
- ¿Eh? Ah si... si, si.
- Estupendo ¿Entonces cuando nos casamos?
- ¿Qué?
- Acabo de decirte que deberíamos casarnos y tu has dicho que si.
- Ah... perdona, no te estaba escuchando.
- No si ya me he dado cuenta. Estás muy distraído ¿no?
- Sigure ¿te puedo hacer una pregunta?
- Depende e lo que quieras preguntar.
- ¿Alguna vez te has sentido enamorado de... una chica?
- Pues continuamente.
- No. Me refiero a una mas joven que tú.
- ¿Cómo cuanto de joven?
- Pues... mas joven.
- A ver Inari, no es lo mismo que me guste una chica de 18 años que una de 13, ahí estamos hablando de delito.
- 18
- Ah, bueno... ¿Te has enamorado de una jovencita? - añadió con cierta burla.
- No te rías Sigure, esto es serio.
- Y no lo dudo pero dime ¿Exactamente dónde está el problema? A los 18 años las hay muy espabiladas.
- Su familia, entre otras cosas.
- ¿Son de los tradicionales? ¿Hasta que no tenga 21 años no la dejarán tener novio?
- Sigure deja ya de burlarte, por favor.
- Que no me burlo. En este país las tradiciones son muy importantes. ¿Hasta dónde has llegado?
- ¿Como que...? No, no se trata de eso.
- ¿Entonces de qué se trata?
- Se trata de... Verás, se trata de la hermana de un amigo mio y yo creo que estoy enamorado de ella.
Sigure le observó en silencio durante unos minutos. Inari volvía a mirar por la ventana.
- Es una alumna - afirmó Sigure en tono rotundo.
- ¿Qué? - gritó Inari.
- Te gusta una alumna. Mejor olvídala.
- No es eso... no es... solo eso.
- Inari... olvídala.
- Buenos días - saludó Akemi.
- Buenos días Akemi - respondió Sigure.
- ¿Que tal el festival? Vaya Inari, tienes unas buenas ojeras.
- No he dormido muy bien.
Masashi fue el siguiente en llegar, seguido de Yotsuda. Este se dirigió directo a donde estaba Akemi.
- Buenos días preciosa.
- Buenos días ¿has dormido bien? - se saludaron con un rápido beso.
- ¡Por el amor de dios! - comentó Sigure - ¿Por qué no os vais a vivir juntos de una vez y nos ahorráis estas escenitas?
- Déjalos - dijo Masashi - Las demostraciones afecto son hermosas.
- Al menos podrían hacerlo como es debido, así me recuerdan a alguno de mis alumnos.
- Eso es cierto, las cosas se hacen bien o no se hacen.
- ¿Tienes un rato libre esta mañana? - Yotsuda parecía ignorarles y se dirigía a Akemi.
- Yotsuda comportate hombre, que estamos nosotros delante - se quejó de nuevo Sigure.
- Quiero hacerle una consulta - explicó Yotsuda - Bueno, mas bien que me hable de una alumna.
- ¿Algún problema? - preguntó Akemi intrigada.
- Me ha llegado información de que una alumna sufre malos tratos o los ha sufrido en el pasado y creo que le está afectando.
- Creo que los casos de malos tratos los tenemos controlaos, siempre se les ha prestado mucha atención.
- Pues quizás este se nos ha pasado o no se, a lo mejor se le dio carpetazo, se pensó solucionado.
- ¿Se puede saber de quien habláis? - se interesó Inari.
- De Kumoyuki, de 3-2
- Kumoyuki - repitió Akemi - Pero ella es muy mayor ya ¿Dices que fue en el pasado?
- ¿No será que alguien está obligándola a hacer algo? - intervino Sigure - Ya me entendéis.
- No, creo que no - respondió Yotsuda - A mi me han hablado de cosas anteriores que parece ser han debió afectarla, vamos, por lo que yo entendí.
- ¿De donde te viene esa información? - preguntó Inari.
- Esta mañana ha pedido hablar conmigo Akira Shikamoto, de su misma clase, parecía muy impresionado.
- Tiene su lógica - habló Inari - Ellos son los directores de la obra de 3-2 ¿no? Pasan mucho tiempo juntos, quizás ese chico ha visto algo raro en su compañera.
- Akira ha hablado algo de que la encerraban en un armario o algo así y otras cosas relacionadas con sus hermanos.
- Es que de Kumoyuki - hablaba Akemi mientras encendía el ordenador - yo no tengo ningún estudio que se le haya realizado por algún motivo, vamos que yo recuerde, a lo mejor hay algo en su expediente.
- ¡Buenos días a todos! - saludó alegremente Nanao.
- Hombre Nanao, nos vienes de perlas - dijo Masashi - Tu eres la tutora de 2-2 ¿no?
- Si, esas joyitas son mías.
- ¿Has notado algún comportamiento extraño en Kumoyuki? - preguntó Yotsuda.
- ¿En Akane? ¿A parte de las discusiones con Shikamoto? No. Se lleva bien con todo el mundo.
- Pues Akira me ha comentado que necesita ayuda.
- ¿Para soportarla?
- No mujer. Cree que ha sufrido malos tratos.
- ¿Akane? Parece una chica muy segura de si misma pero si Akira lo dice será por algo, ese chico es muy analítico y suele fijarse en cosas que los demás no observamos.
- Aquí está - dijo Akemi - Este es su expediente. Pues no, no se ve nada raro. El equipo de orientación estuvo observándola un tiempo debido a su carácter agresivo.
- ¿Agresivo? ¿Kumoyuki? - Masashi se acercó al monitor - Espera ¿Hay alguna foto de cuando era pequeña?
- Si, hay varias.
- ¿Esta es Kumoyuji? - dijo extrañado Sigure al ver la imagen en el ordenador - Pero si eso es un niño.
- Ya me acuerdo - habló Masashi - No sé como no he caído antes. "El ciclón Kumoyuki" la llamábamos, menuda pieza.
- ¿Estás seguro de que es esa? ¿No será uno de sus hermanos?
- Oh si, es ella. Llevaba uniforme de chico y el pelo como un chico, pero nunca negó que fuera una niña. Recuerdo que siempre llevaba las gafas pegadas con celo... era un bicho, nadie podía con ella, rompió varios cristales tirando piedras a quien se le enfrentaba.
- O sea que eso de tirar cosas le viene de pequeña - comentó Nanao.
- Ahora que lo dices, cuando hacía algo como romper un cristal o escalabrar a un niño, siempre pedía que no avisáramos a su madre, que trabajaba mucho, que llamáramos a su padre.
- Sus padres están divorciados - leía en el informe Akemi - Y se han vuelto a casar nuevamente. La verdad nunca se le ha hecho un estudio sobre ese tema, ya estaban divorciados cuando empezó primaria, no se tuvo eso en cuenta.
- ¿Ni siquiera se estudió su actitud agresiva? - interrogó Inari - Que extraño.
- Antes las cosas no eran como ahora - explicó Masashi - No teníamos un equipo de orientación.
- Ella siempre ha sido una chica muy responsable - comentó Yotsuda - Yo fui tutor en la clase de su hermano y ella venía a las reuniones.
- Y está metida en todo - añadió Sigure - Periódico, directiva de clubs, subdelegada... quizás es su forma de huir de algo.
- Quizás - Akemi empezaba a preocuparse.
- ¿Y que pasó con su agresividad? - se interesó Inari.
- Se calmó, pareció tranquilizarse. Era muy amiga de Nagashiyama y Harukaze - explicaba Masashi - Lo recuerdo porque eran un grupo curioso ¿Sabéis lo peor de que sea cierto?
- ¿Que nadie se haya dado cuenta de nada? - inquirió Inari.
- Que lo haya podido ocultar. Los malos tratos físicos son horribles pero se pueden ver y se pueden atajar, los psicológicos pueden ocultarse si no se sabe como mirar; hay niños que desarrollan una especie de camuflaje, fingen que no pasa nada de una manera increíble; lo hacen por miedo a las represalias... esos son los peores, el daño permanece dentro y sale cuando menos te los esperas.
- Y mientras están ocultos - prosiguió Sigure - Van pudriendo a esos niños por dentro.
- Se nos está haciendo tarde - habló Nanao - La mandaré al equipo de orientación, así saldremos de dudas.
- Mejor no - dijo Akemi - Eso la pondría en defensa y si es cierto y ha conseguido ocultarlo durante todo este tiempo sabrá como engañarnos, es mejor que la pillemos desprevenida. Hoy tienes clase de tutoría con 3-2 ¿no, Nanao? - se dirigió a la aludida que respondió con un leve movimiento de cabeza - Creo que voy a ir a esa clase. Si la llamamos al departamento de orientación va a estar alerta, si ha sido capaz de ocultarlo tantos años no haremos que confíe en nosotros. En clase la pillaremos más desprevenida. Yotsuda, deberías hablar con Akira a ver si te puede dar mas detalles, yo voy a hacer algo que se me ha ocurrido.
Cuando Akira entró en el aula encontró a Akane como siempre, no había nada extraño en ella. Sumire había llevado una maleta, por lo visto había decidido empezar a hacer las fotos para la exposición que harían en la semana cultural y por lo que se veía la hora de la comida era perfecta. Kenshi había cogido algo de la maleta, algo que Akane quería recuperar y Kenshi se divertía haciéndola de rabiar, dando vueltas alrededor de una mesa y Akane se inclinaba ella. Akira se quedó observando el movimiento de su falda, parecía que con los impulsos que tomaba iba a levantarse e un momento a otro y de nuevo la imagen e lo que no tenía que haber visto apareció delante de él "¡Malditas hormonas adolescentes! ¿En qué me están convirtiendo?".
- Por mas que mires, la falda no se levanta sola - dijo de pronto Karasu a su lado.
- ¿Qué...? ¿Pero que dices?
- Yo ya lo he intentado pero no lo consigo. Con Yuri hay mas posibilidades, su falda es mas cortita - Akira le miró frunciendo el ceño - Ellas también nos miran el trasero, no tienes porqué sentirte mal.
- ¿No estaré convirtiéndome en ti?
- Eres un tío ¡Por dios! ¡Es lo que hacemos los tíos! ¿Y ayer, qué? ¿Picó el pichón?
- Mira que eres molesto.
- ¿Pero hubo tema o no?
- ¿Crees que te lo voy a decir a ti?
- Jeje... el que calla otorga, fiera.
Karasu le guiñó un ojo y se marchó a su asiento. Akira sacudió la cabeza como tratando de alejar malos pensamientos y recolocarse las ideas.
El día trascurría con aparente normalidad.
Después de su clase de matemáticas, Yotsuda pidió a Akira que le acompañase. Este le hizo un resumen lo mas explicito que pudo de todo lo que había pasado y le habían contando.
A la hora de la comida y antes de que se hiciesen los habituales grupos, Karura se acercó a Akira.
- ¿Puedes comer hoy conmigo? Necesito hablar.
Akira suspiró ¿Por qué todo lo pasaba a él? No dudaba en que Karura necesitaba hablar, lo notaba en su cara, algo había pasado pero es que Momoka también le había dicho que tenían que hablar de algo de Yuri y por otro lado él quería hablar con Shibi. Tenía que hablar con Shibi. Estaba seguro de que Shibi lo sabía todo y por esa razón eran tan protector con Akane. Bien, hablaría con él al terminar las clases y a Momoka la llamaría por teléfono porque la expresión de Karura no presagiaba tampoco nada bueno.
- Claro, Karura ¿comemos en la azotea?
Momoka miraba con pena la comida que había preparado Yuri para las dos.
- ¿Esto es lo que vamos a comer?
- Si, está muy bueno, ya lo verás, tiene los nutrientes básicos y nada de grasa.
- Ya pero...
- No hay peros que valgan, Momoka, para presumir hay que hacer sacrificios.
Momoka se arrepentía de haberle dicho a Yuri que quería adelgazar, solo con ver aquel plato ya sabía de antemano el hambre que iba a pasar y soñaba con el bocadillo que iba a hacerse cuando llegase a su casa.
- Y tienes que bebes mucha agua, no lo olvides, es importante. Luego esta tarde iremos a apuntarnos al gimnasio, será estupendo, verás que bien lo vamos a pasar.
Y Momoka no podía evitar lamentarse de su suerte... al menos así se aseguraba de que Yuri comiese algo... aunque fuese... "eso".
Yotsuda compartía mesa con Akemi, Nanao, Genma, Masashi, Chikara y Shinobu.
- A ver Yotsuda - decía la Chikara - Akemi mas o menos nos ha puesto al día ¿que sabes tu?
- He hablado con Akira Shikamoto, es el que ha dado la voz de alarma.
- Espero que esa alarma sea justificada, esto es algo muy grave.
Yotsuda repitió todo lo que Akira detalladamente le había contado que sucedió la noche anterior.
- Después habló con su hermano mayor, Ginta, que le volvió a confirmar lo mismo, incluso este ha hablado de cierto castigo que su madre le daba, aparentemente sin un motivo grave, solo llevaba por sus nervios – concluyó Yotsuda.
- ¿Que tipo de castigo?
- La encerraba en un armario durante horas. También ha descubierto que hay un familiar en casa de su padre o algo así que la trataba bastante mal.
- Pobre criatura - se lamentaba Shinobu mientras el resto permanecían callados - Lo que debe haber pasado.
- Está claro - dijo al fin Masashi después de un helador silencio - Esa niña aprendió a ocultar sus miedos.
- Seguramente si se quejaba era peor - añadió Akemi.
- Aprendió a obedecer y a callar - habló Genma - ¿No hicieron nada al respecto sus amigas o conocidos?
- Por lo visto lo intentaron pero o bien las ignoraron diciendo que eso no eran sus problemas o empeoraron la situación de Kumoyuki.
- Claro, no hay que dejar mal a sus padres o familia, las represalias serán peores. Pero a mi lo que me preocupa es eso de que mendigase un poco de cariño.
- Es muy sospechoso - continuaba Akemi - Y sobretodo eso de las manos es muy extraño y me da que pensar la peor.
- Lo que está claro es que hay que hacer algo ya - exigió Chiara - Es ya muy mayor, el daño puede ser irreparable. ¿A que hora vas a ir a dar esa charla que me has comentado?
- A última, en la clase de tutoría de Nanao.
- Antes tienen clase conmigo - habló Shinobu - Quizás te vendría bien aprovecharla y hacer la charla con mas calma.
- Esas horas yo las tengo libre. Os voy a proponer algo - comentó Masashi - Puedo ir con Shinobu y decir que voy a dar una charlas sobre abusos entre compañeros y llevar el tema a donde nos interesa.
- Prepararé unos test - propuso también Akemi - La excusa del abuso entre compañeros es buena, creará un ambiente relajado y nadie sospechará de las preguntas. Te marcaré los test para que le des a Kumoyuki, el que a mi me interesa.
- También sería oportuno que observásemos a sus hermanos, si ella ha recibido malos tratos quizás ellos también - propuso Genma - Como soy el orientador de secundaria, revisaré sus expedientes.
- Haced lo que creáis oportuno - finalizó Chikara - Pero estoy hay que solucionarlo. No puedo permitir que sucedan estas cosas en mi instituto.
En el aula habían quedado Sumire, Ryuko, Akane y Jisei. Sumire había cubierto la mesa del profesor con una tela de color burdeos y desplegado una especie de biombo de papel del mismo color ocultando la pizarra y que a la vez servía de fondo.
- Eres toda una profesional - le decía Akane - Este fondo que has puesto aquí es chulísimo.
- Y los tengo mejores, este es muy soso. Ten cuidado, se rompe enseguida. Toma Jisei, ponte este vestido.
- ¿Traes ropa y todo? - Jisei miraba asombrada el vestido que le había pasado, negro, de estilo gótico, todo llenos de encajes y puntillas - ¿Tú usas esto?
- No, lo he alquilado en una tienda muy chula, tienen de todo, procura no mancharlos y ponte estas medias y estos zapatos también. Voy a cerrar la puerta con el pestillo para que no os pillen medio vestidas. No sabía bien cual era tu talla, espero que te quede bien. Y toma Ryuko, tú ponte este otro.
Sacó otro vestido similar al de Jisei pero de color blanco.
- ¿Me lo tengo que poner yo?
- Si creo que va con vosotras. Primero os voy a hacer unas fotos separadas y luego juntas, me inspira mucho el contraste.
- ¿Pero tu crees que a mi me va a quedar bien esto?
- Seguro, vas a parecer una muñeca.
- Pero mi tipo es horroroso y...
- Déjate ya de tonterías - intervino Akane - Tú pruébatelo y luego juzgas.
- Es que Jisei es tan guapa, tan delgada... voy a parecer la amiga fea, esa amiga fea que tienen todas las guapas para parecer mas guapas.
- Tu lo que pareces es tonta - sentenció Akane - Debe ser porque eres tonta.
- Yo nunca te dejaría en ridículo - habló Sumire - Te lo juro.
- Bueno Ryuko, a lo que íbamos - dijo emocionada Sumire - ¿Kyojin te besó o no?
- Ah... bueno...
- ¡Se ha puesto colorada! - exclamó Sumire - ¡Que cosa tan tierna!
- Solo fue un besito y pequeño.
- ¿Te metió la lengua? - interrogó amenazante Akane.
- ¡Akane no digas esas cosas! ¡Que guarra eres!
- Para ser una chica que dice que odia el intercambio de fluidos vitales preguntas cosas muy curiosas - añadió Jisei.
- ¿Y tú qué? - Sumire miró interrogativa a Akane - ¿Akira lo intentó?
- ¿El qué va a intentar ese?
- Lo del intercambio ese que dice Jisei.
- No hace falta - se apresuró a hablar Jisei - A lo mejor fue ella la que lo intentó, ha pasado la noche durmiendo en brazos de su Akira.
- ¿Has dormido con Akira? ¿Te has acostado con él? - gritó mas que exclamó Sumire.
- No me he acostado con él, solo me dormí en el sofá.
- ¿Pero has pasado la noche con él?
- No, no, no... fue a su casa y me quedé dormida en el sofá.
- Toda la noche - recalcó Jisei - Eso es pasar la noche con él. Y encima podían haberse dormido cada uno en un lado del sofá, pero no... su padre los ha encontrado muy abrazaditos... sospechoso... muy sospechoso.
- Ah... con vosotras es imposible. No se porqué terminé encima de él.
- Será - continuó Sumire - Que el chico en lugar de echarse una manta por encima tiene la costumbre de echarse chicas. ¡Ah! ¡Ryuko! ¡Que guapa estás!
- Me aprietan los zapatos.
- Da igual, no vas a andar con ellos. Ven, ponte aquí. A lo mejor eres sonámbula Akane, yo soy sonámbula.
- No se porqué no me extraña.
- Pero cuéntale lo que has hecho esta mañana - acuciaba Jisei.
- ¿Que hiciese?
- Bueno pues...
- Le besó. Esta mañana se despertó y le besó.
- Pero era un besito pequeño... de buenos días.
- Pues a mi no me dar los buenos días besándome.
- ¿Has besado a Akira? - Sumire sonreía maliciosamente.
- Estuvo toda la tarde dándose piquitos con él - añadió Ryuko.
- Que exagerada eres... toda la tarde no.
- Y haciendo manitas y no lo niegues.
- No se para que os cuento nada si ya se lo que vais a decir.
- Pareces una muñequita, Ryuko, estate quieta un momento... así.
- Si, parezco una pepona.
- ¿Y para mi no hay nada, Sumire? - se interesó Akane.
- Ah si, calla, con tanto jaleo se me olvidaba... toma, ponte esta faldita, esta blusa y esta corbata.
- ¿De que voy?
- De colegiala.
- Para eso no hacia falta que trajeras nada, ya llevo uniforme.
- Pero este es mas sexy y es distinto, así da mas morbo, el nuestro lo tienen muy visto.
- ¿Tengo que dar morbo?
- Ya verás cuando vea las fotos Kamui, se pondrá como una moto. Y ponte ese body debajo.
- ¿Por?
- ¿Quieres enseñar las bragas? A mi me da igual.
- ¿Se me van a ver las bragas?
- Es un body.
- Es igual, la gente pensará que son mis braguitas.
- Pero es un body.
- Sumire no pienso enseñar mis braguitas.
- Solo es por si acaso, por si acaso.
- Como se me vean las braguitas te enteras.
- Vale si, tu cambiate y enseña escote, por favor, ¡Ah! y hazte un para de coletas Oye ¿Y es verdad que Akira es un dios besando?
- ¿Qué?
- No se, por ahí dicen que besa muy bien.
- Como si alguien supiera como besan los dioses... no te digo.
- Déjala Sumire - se rió Jisei - Está mosqueada porque no se dio cuenta y su padre estaba allí, delante de ellos.
- ¡Su padre os ha pillado durmiendo juntos!
- Y le ha visto besar a su hijito - también se reía Ryuko.
- ¡Callaos ya! ¡No os podéis imaginar la vergüenza que he pasado!
- ¿Y que te dijo?
- Nada. Me invitó a desayunar. Os juro que quería que me tragara la tierra.
Estuvieron riendo y bromeando sobre la situación tan incómoda que había pasado Akane mientras Sumire hacía varias fotos.
Se oyó un ruido en la puerta, alguien quería entrar.
- ¿Quien es? - preguntó Sumire.
- Sumire, soy Karasu, ábreme.
- ¿Vienes solo?
- Vengo con Kyojin.
- Vale ya abrimos. Le dije que viniera - explicó a sus amigas - El será mi primer modelo masculino... ¡Hola! Pasad, pasad.
- Hola... ¡Hola! - exclamó Karasu al ver a Jisei - Pero Jisei... ¡Hola, hola,hola!
- ¡Ni te acerques! Chist... mantén la distancia de seguridad.
- ¿A que están guapas? - preguntó orgullosa Sumire - Pues ya veréis que fotos he hecho.
- Yo quiero copias ¿eh? - decía Karasu.
Kyojin se había quedado clavado en el sitio.
- Kyojin, chico... - sonreía Akane - ¡Eh! ¡Reacciona!
- Ryuko estas... - acertó a decir por fin Kyojin con voz medio ahogada -... estás...
- A ver - continuaba sonriendo Akane - que lo estás llenando todo de babas, traga saliva y respira.
- Estás guapísima Ryuko - terminó la frase Karasu - Porque está Kyojin aquí si no te tiraba los tejos... y Akane, esas coletas te quedan genial.
- Ah, si, mis coletas. Tengo yo unas coletas muy sexys, si, será eso.
- Pero las coletas las tiene en la cabeza - gruñó Jisei - Ya sabes, eso que tiene encima del cuello, no debajo.
- Venga, venga, que no tenemos mucho tiempo - dijo Sumire - Toma Karasu, ponte esta otra corbata, pero no le hagas el nudo y desabróchate la camisa y el botón el pantalón.
- ¿Me tengo que desnudar?
- No, solo quiero tu camisa abierta y que se te vean un poco los bóxer ¿Llevas bóxer, no?
- ¿Que clase de pregunta es esa? - se asombró el chico.
- ¿Es que quieres verle los gallumbos a Karasu? - ahora sonreía maliciosa Akane.
- Si, solo un poco, ya verás, va a quedar muy "hot".
- ¿Qué me quieres hacer?
- Unas fotos.
- ¿Y nosotras tenemos que seguir así vestidas? - preguntó Ryuko.
- No, tu no, eres demasiado dulce para lo que quiero, puedes cambiarte ya.
- Vale, pues voy al servicio.
- Por nosotros no lo hagas - comentó Karasu - Que no nos molesta ¿A que no, Kyo?
- ¡Karasu! - gruñó Jisei.
- A ver Karasu - decía Sumire - Por aquí dicen que tienes un punto morboso... enséñamelo.
- ¿Que te enseñe qué?
- Trata de seducir a la cámara.
- ¿A la cámara?
- Ay Karasu... quiero ver tu parte seductora... Jisei ponte aquí a mi lado, a ver Karasu mira a Jisei y piensa en algo sucio.
- Si piensa algo sucio lo veré en su aura y le mataré.
- Bueno pues sucio no, piensa que lo buena que está y en lo que le harías.
- Esto es muy humillante - se quejó Jisei - Me niego.
- Jo... Akane anda hazlo tú.
- ¿Y por qué no utiliza su imaginación?
- Déjalo Sumire, si no me hace falta verlas, mi imaginación ya funciona sola.
- Pues entonces pon cara de seductor, venga, provócame.
- Si me dices esas cosas tendremos un accidente.
Después de unas foto a a él solo, Sumire quiso hacerle alguna al lado de Jisei.
- Mira Jisei, por cara de... cógelo del cuello de la camisa y ponte como salvaje con él.
- Eso es Jisei, tu ponte salvaje conmigo.
- Como se acerque mucho a mi, le capo.
- Pero tiene que acercarse, quiero una foto bien provocativa de vosotros, algo salvaje, rebelde.
- ¿Y esto es necesario?
- Claro, venga si van a quedar geniales.
- Si quieres le meto una patada, verás que salvaje va a quedar.
- Es inútil, no te veo que cooperes y así no hay química entre vosotros. Akane, a ver contigo.
- Bueno ¿que tengo que hacer?
- Karasu siéntate, a ver... apoyate en los brazos. Akane ponte a gatas delante de él, como si te acercaras felínamente... como si fueras una garita, no, mejor una tigresa, eso, eres una tigresa y te lo vas a comer... y cógele la corbata.
- Sumire esto me está poniendo muy nervioso.
- ¡Eso es! ¡Esta es mi Akane! Quietos - alguien llamaba a la puerta - Vosotros ignorar eso, estamos a lo que estamos, ahora que hemos encontrado lo que buscábamos no lo vamos a perder.
- ¿Quien es? - preguntó Kyojin.
- Soy Shibi.
- ¿Le abro?
- Bueno.
Kyojin se acercó a la puerta y abrió.
- Antes de que entres debes saber que esto no es aptos para mentes débiles.
Cuando Shibi entró no pareció extrañarle mucho aquel espectáculo.
- ¿Que te parezco, Shibi? - preguntó Akane.
- Me reservo esa respuesta.
- ¿A que está guapa? - añadía Sumire.
- Está como siempre pero dejando poco a la imaginación.
- ¿No se me verán las braguitas, verdad?
- Desde aquí se te ve... mejor que no lo sepas.
- Pero en la foto no se ve nada - se apresuró a decir Sumire - Además es un body Shibi, un body.
- ¿Podrías terminar ya las fotos? - suplicó Karasu - Lo estoy pasando muy mal.
Jisei y Kyojin se echaron a reír.
- Y eso que no estás en este ángulo - replicó Shibi.
- Bueno vale ya - se quejó Akane - No me mires si tanto te molesta.
- Las obras de arte llevan su tiempo. Akane pon carita de querer comerte a Karasu y tú de que quieres que te coma.
- Eso no va a ser difícil para Karasu - comentaba Jisei.
- Así... así... ¡Genial! ¡Dios, que foto!
- Pues lo mismo te la censura la directora - afirmaba Kyojin.
- Es igual, será una de mis favoritas... ale, ya hemos terminado.
Todo era muy complicado.
Akira, desde la azotea, miraba el cielo y no dejaba de resoplar.
- Ahhhhhhh - se quejaba en forma monótona - ¿Por qué tiene que ser todo tan complicado? Menudo rollo... yo lo único que quería era tener una vida normal y tranquila, sin muchas preocupaciones ¿Por qué me tiene que pasar esto a mi?
- ¿Pero de que te quejas tanto, llorica? - Karura, sentada a su lado le miraba con gesto serio.
- Es que la vida es muy complicada... no me gusta... es un aburrimiento.
- Pues entonces ya sabes lo que tienes que hacer: cierra los ojos y sigue con tu patética vida.
- Ahhhhh... Es un rollo y no me apetece nada complicarme pero sabes que yo no soy así, aunque sea muy problemático no doy la espalda a mis amigos.
- ¿Me vas a decir que te pasa y por qué te quejas tanto?
- Se supone que eras tu la que querías hablarme.
- Pero después de ver esa cara tuya se me han quitado las ganas.
Akira la miró arqueando una ceja y se rascó la cabeza.
- Las mujeres sois muy difíciles de entender.
- Y menos por ti, señor quejica.
- Bueno, dime de que querías hablarme.
- De nada en particular.
Akira la miró frunciendo el ceño.
- Que complicada eres...
- Es que no se, estoy... tengo ganas de hablar con un amigo.
- Bueno, pues aquí estoy.
- Ayer... anoche... No se lo que me pasa Aki pero tengo la sensación de no controlar mi vida.
Akira volvió a mirarla esta vez arqueando una ceja.
- ¿Te emborrachaste?
- No bebí nada, no seas estúpido. Es que... no se... no se lo que siento.
- Eres mas complicada de lo que suponía.
- ¡Ah! ¡No sé para que te digo a ti nada!
- Lo siento Karura... no tengo un buen día. Me temo que no soy la persona mas adecuada para... No tengo un buen día.
Ahora era Karura la que le miraba preocupada.
- ¿Qué te pasa?
- Soy un estúpido Karura, un crío patético que no sirve para nada.
- ¿Te vas a poner a llorar otra vez?
- No... no voy a solucionar nada quejándome. Tengo que ser fuerte porque he tomado una decisión... es muy problemática pero ya está tomada.
- ¿No quieres contármelo?
- No puedo, no es cosa mía.
- ¿Quieres que esta tarde vayamos a tomar algo? Podemos hablar de cualquier cosa y olvidar por un momento lo que nos preocupa.
Akira sonrió, quizás le vendría bien despejar un poco la mente.
- Ah... creo que no voy a poder. Tengo que ocuparme de una cosa antes.
- Eso está bien. Es bueno que por fin te hayas dado cuenta de cuales son las prioridades que debes atender. Aprendiste a decir no.
- Si... la lección me costó muy cara.
Oyeron unos pasos que parecían acercarse a donde estaban ellos.
- ¿Akira?
- ¿Si? Estoy aquí... Ah, Momoka ¿Ocurre algo?
- Kyojin me ha dicho que estabas aquí. No quiero molestaros solo hacerte una pregunta.
- No te preocupes pero ya te dije que te llamaría esta tarde.
- Si es que no hace falta, si es muy rápido, solo quiero saber una cosa.
- Bueno - dijo Karura levantándose - Entonces yo me voy. Hasta luego.
Momoka esperó a que Karura hubo desaparecido.
- No es nada Akira, solo que me contases que pastillas le habías dado a Yuri.
- No te preocupes, no eran ningún medicamento, solo cola de caballo triturada y metida en capsulas.
- ¿Vas a seguir dándoselas?
- Pues no me gustaría. Teóricamente es casi como robar a mi padre, porque tengo que entrar en el laboratorio y... vamos, que no me apetece.
- Entiendo. Oye tu... verás es que yo creo que Yuri lo que quiere es llamar la atención.
- Por supuesto, no lo dudes.
- Quizás si algún chico la hiciese caso...
Akira bostezó y se rascó la cabeza.
- ¿No me estarás insinuando que salga con ella, verdad? Porque esa no sería la solución. Yo quiero mucho a Yuri, para mi es como mi hermana así que, precisamente por eso nunca le haría algo así. Lo siento Momoka, yo quiero ayudar a Yuri pero no puedo hacer nada. Ya pasó por eso hace unos años ¿no te acuerdas? Yo no fui de ayuda, a mi no quiso escucharme.
- ¿Me quieres decir que me dejas sola en este asunto?
- No, claro que no te dejo sola, pero yo no soy el más adecuado, a mi Yuri no me va a escuchar. Lo que hay que conseguir es que reconozca lo que le pasa... necesitas a alguien que no sea tan amigo suyo... ni a Kyojin ni a mi nos escuchará.
- ¿Y a mi si?
- Es distinto, tu eres su amiga... no te va a escuchar pero te buscará para que la apoyes en sus locuras. Si de verdad te consideras su amiga no la abandones ahora porque si se siente sola es cuando va a descontrolarse.
- Esto es muy duro. Yo no soy nadie para ayudarla.
- Eres su amiga. Lo siento Momoka pero no puedo ayudarte. Ahora mismo estoy bloqueado, yo mismo me he metido en un atolladero del que no se como voy a salir, mi estado de ánimo no es el mejor, estoy... no puedo... ¿Quieres que te diga quien puede ayudarte?
Momoka no quería ni mirarle, notaba a Akira extraño, parecía el de siempre, el que decía que todo era un rollo pero había algo que le notaba distinto.
- Cerca de ti tienes una persona que nunca abandona a sus amigos, insistente y siempre dispuesto a ayudar... te aseguro que si descubre lo que le ocurre a Yuri será el primero en intentar ayudarla.

0 comentarios: