sábado, 3 de diciembre de 2011

105. En la melancolía de la noche

La cena en el hotel de los baños termales fue de lo más animada, ruidosa y bulliciosa. Por supuesto, el tema principal era el desmayo de Kimisuke y sobretodo el echo de que fuera Sumire quien le encontrara.

- Desde luego Sumire, solo se te ocurre a ti perderte - decía Xu-Xu.

- Lo dices como si lo hiciera a posta. Pues me perdí porque todos los pasillos son iguales, deberían poner indicaciones o algo.

- Y aún así tú te perderías - añadía Xu-Xu.

- ¿Y no te daba vergüenza ir en toalla por los pasillos? - preguntaba Yuri.

- Pues estaba tan preocupada por encontrar el camino que no lo pensé.

- Yo me hubiera muerto de vergüenza, ¡mira que si llega a verte alguien! - apuntaba ahora Momoka.

- Pues le hubiera preguntado el camino.

- Típico de ti - agregaba de nuevo Momoka - Lo que a mi me mosquea es que me confundieras con Kimisuke, o sea, ¡que es Kimisuke! ¿Cómo lo puedes confundir conmigo?

- Ay yo que se, estaba a oscuras, yo vi un bulto y me parecía tu pelo... ay, no se.

- ¿Pero no te extrañaste lo grande que era? ¿Y esos hombros?

- Es que como Momoka tiene tan poco pecho por eso fue - rió Nowaki.

- ¿Que estás insinuando? - bufó Momoka.

- No, que digo que mira como no lo confundió con Yuri.

- Nowaki - volvió a bufar - ¡Di una palabra más y te reviento a palos!

- Jo, no te enfades Momo - intervenía Sumire - Yo me alegré tanto de ver los baños que se me nublaron los ojos con lágrimas de alegría.

- Si... seguro - gruñó Momoka.

- No gritéis tanto - advirtió Karura - Vamos a despertar a la niña.

- No, no te preocupes - comentó Ringo mirando al cochecito situado en un rincón donde dormía la pequeña - Está acostumbrada a dormir con ruido, en eso no está mimada.

- ¿Y tu qué? - se dirigió a Kimisuke, Kenshi - ¿Que pensaste cuando viste a Sumire acercándose a ti?

- Que siendo ella no me extrañaba, con lo despistada que es estaba seguro que se había equivocado de puerta.

- ¿Sumire, te metiste desnuda? - preguntó ahora Mitsuki.

- Anda pues claro ¿Cómo me iba a meter?

- ¡Entonces él te vio!

Kimisuke sintió varios ojos clavados en él.

- No vi nada, solo la silueta.

- Pero supusiste que estaba desnuda - inquirió Karasu.

- No me dio tiempo a suponer nada, me sentí mareado y como con la cabeza embotada y... ya. Me sentí mal, no me paré a pensar en nada.

- Pues si lo llego a saber me hubiera quedado un poco más - comentó Karasu. Inmediatamente cerró los ojos esperando de forma inconsciente la colleja de Jisei pero esta no estaba allí así que no llegó. Abrió los ojos sonriendo y en ese momento recibió un enorme capón de Karura, que estaba al lado suyo - ¡Ostras! Esto ha dolido más que las collejas de Jisei.

- ¡Deja de decir tonterías! - le advirtió su hermana.

- ¿Pero por qué? ¿Hay alguno aquí no haya pensado en lo que yo he dicho? ¿Eh?

- ¡Pues te lo callas! Como han hecho los demás - Ofendes a Sumire con ese comentario, y a Ringo, que es tu invitada y a todas nosotras.

- Pues si que sois delicadas.

- ¿Quieres otro?

- No le pegues mas - intervino Xu-Xu - Todas sabemos como son los chicos y también como somos nosotras y creo hablar en nombre de todas al preguntar a Sumire ¿Tu viste a Kimisuke... desnudo?

- ¡Xu-Xu! - gritó alarmado Nowaki - ¡Eres una pervertida!

Repentinamente Sumire se puso bastante colorada.

- Yo... es que... vinieron unos hombres y yo estaba desnuda y entonces... jo, lo pasé muy mal porque estaba desnuda y quería taparme pero luego pensé que si no sacaba a Momoka del agua se ahogaría y... ¡Ahhhhhhhhhhhh! ¡Lo pasé muy mal! Y luego... resultó que no era Momoka ¿Por qué me tiene que pasar todo a mí? ¡Si es que soy la chica mas desgraciada del mundo mundial!

Después de cenar, como no tenían sueño, la mayoría fue a un sala donde se podían realizar varias actividades de ocio, entre ellas jugar al pin-pon, cosa que hicieron muy entusiasmados Nowaki y Sumire.

Sumire se preparó para recibir el saque de Nowaki, pero lo hizo con tanto entusiasmo que golpeó la pelota de forma que rebotó y fue a dar justo a Kimisuke que pasaba por detrás de Nowaki.

- ¡Ay! - gritó Sumire - ¡Lo siento Kirin!

- Tú me quieres matar ¿verdad que si? - se quejó el chico mientras se tocaba en el hombro, justo donde le había dado la pelota mientras Nowaki rompía a reír - O sea, tu me odias, estoy convencido.

- Lo siento, lo siento. Si es que siempre estás en medio, pareces un jueves.

- ¿Cómo le has llamado? - interrogó Nowaki.

- Kirin, yo le llamo Kirin porque es alto como una jirafa y porque siempre me lío con su nombre.

- ¡Ey! Es buena idea, yo también te llamaré así a partir de ahora. Venga, vamos a jugar, Sumire.

Karura prácticamente había obligado a Karasu a ir a su habitación, había puesto una excusa un poco tonta pero Karasu la entendió y se imaginó que quería tener una charla con él, cosa que no le extrañaba en absoluto.

Estaban en la habitación que Karasu iba a compartir con Kohaku.

- Venga, suéltalo ya, hermana.

Karura suspiró.

- No quiero que pienses que te quiero echar una charla haciéndome la hermana mayor.

- No, solo se que quieres echarme una charla como haciendo como si fueras mi madre.

- Karasu yo es que...

- Estás preocupada por mi ¿A que es eso? Pues deja de preocuparte porque no soy tan crío y tonto como piensas.

- No es que me caiga mal Ringo, no quiero que pienses eso.

- Ya lo se, ya lo se. Lo que pasa es que tiene una hija ¿A que es eso?

- Si y no. ¿Qué sabes del padre de la niña?

- Se que no está ahora mismo aquí.

- ¿Que sabes de Ringo? Y por favor no me des la espalda, estas cosas son importantes.

- Ya se que son importantes pero es que... no lo vas a entender.

- ¿Te has enamorado de ella?

- A ver Karura que no soy tan tonto, no hace ni una semana que la conozco.

- Pero te gusta.

- ¿Eso que tiene que ver?

- Que tiene una hija. Déjame terminar. Tú no sabes la responsabilidad que es tener un hijo y encima es que no es tuya.

- Karura no me calientes la cabeza. No he dicho que me vaya a casar con ella y adoptar a su hija, solo la he invitado a pasar unos días con nosotros. A ver hermanita que se te está yendo la pinza, se te está yendo pero mucho.

- Pero es que no sabes nada de ella, si está casada, soltera, divorciada o si es viuda.

- Se que es una chica de mi edad que me cae bien y que me necesita.

- ¿Que te necesita?

- Si, me necesita. La psicóloga me ha dicho que es mi responsabilidad y si lo ha dicho es porque ella me necesita, no se todavía como pero... a lo mejor soy yo quien la necesita a ella.

- Si es que yo lo que no quiero es que sufras ¿Y si aparece el padre de esa niña?

- Pues que aparezca, a mi eso me da igual ¿Me tiene que importar?

- ¿Y si te gusta esa chica de verdad?

Karasu resopló.

- Karura estás dando por hecho muchas cosas que no sabemos si van a pasar.

- Solo quiero que no te ilusiones.

- Mira Karura, se que quieres protegerme y que no me hagan daño pero es que aún es pronto para protegerme de nada. Ringo es una chica que me ha caído muy bien, es verdad que no se mucho de ella pero se que sufre, sufre tanto como para... - Karasu guardó silencio unos segundos cerrando los ojos, no quería hablar, no iba a decir que sufría tanto como para querer dejar de vivir aún teniendo una hija, no porque seguramente Karura no lo comprendería - Es cierto que no se nada del padre de esa niña pero no puede ser agradable porque no lo ha mencionado, quizás la abandonó, quizás... fue algo no consentido.

- ¿Quieres decir que la violaron? - Karura abrió los ojos.

- No lo se, solo se que no debe ser algo de lo que se siente orgullosa ¿no crees?

- Supongo. No te enfades conmigo, no tengo mala intención es que eres mi hermano y no quiero que te hagan daño.

- Ya lo se pero es que tu eres mi hermana y tampoco quiero que te hagan daño y sin embargo tu también me ocultas cosas y no creas que no pienso en ti, en Hizashi y en ese otro tío con el que estás enrollada y a las vueltas que le estás dando a todo ¿Crees que no me doy cuenta de lo mal que lo estás pasando?

- Es que... no se lo que me pasa.

- Entiendo que tu vida se ha vuelto un poco caótica pero no huyas de tus problemas refugiándote en los que crees que yo voy a tener.

- ¿Que quieres decir?

- Pues no lo se muy bien pero ¿a que parezco un hermano mayor? Karura, somos hermanos, no tenemos padres ni más familia, solo nos tenemos a nosotros mismos ¿Te acuerdas? Prometimos ayudarnos los tres ¿Por qué tienes que pasar tú sola ese secreto? No se lo que te pasa pero hemos superado cosas peores ¿Te acuerdas cuando a Kohaku le daban esos arranques de violencia y nos daba tanto miedo? ¿Y papá? El te sentaba en sus rodillas y te acariciaba el pelo diciendo que te parecías a mamá y tu llorabas porque te asustaba como te miraba ¿te acuerdas?

- Y tú me agarrabas de la mano y tirabas de mí diciendo que nos íbamos a jugar porque creías que me iba a hacer algo y un día te pegó.

- Me dio una gran paliza pero a ti no te tocó.

- Lo hemos pasado muy mal los tres ¿No puedes confiar en tu hermano?

- Es que no te va a gustar.

- Prueba a ver que pasa.

- Antes de que te diga quien es intenta pensar que realmente no sabes nada de él, nada que no sean rumores o malas lenguas, nada que no sea lo que Kamui Kaguya ha dicho.

Karasu resopló. Ya sabía quien era pero se contuvo las ganas de gritar que estaba loca.

- Piénsalo Karasu ¿que sabes de él de verdad?

Karasu se quedó confundido mirando los ojos verdes oscuros de su hermana y viendo como le miraban muy decididos.

- Fuma Kaguya ¿verdad? ¿No había otro más conflictivo?

- No es como piensas, no es como piensa nadie. Me quiere, me lo ha dicho, conmigo es dulce y...

- ¿Le quieres?

- No lo se.

- ¿Cómo que no lo sabes?

- No se si le quiero o es solo que me siento atraída por él, es como si tuviese magnetismo para mi. Por favor, no le juzgues sin conocerlo.

Karasu volvió a resoplar. Era cierto que no sabía nada de él a parte de lo que se rumoreaba. Que era brillante, que a pesar de su juventud ya había terminado la carrera de Derecho... muchos rumores, que si trabajaba para una empresa que era una especie de "mafia" que a base de sobornos tenía mucho poder, que si no tenía escrúpulos, que Kamui le tenía resentimiento aunque no sabía exactamente porqué... cierto, no sabía nada realmente de él.

- Supongo que tengo que dar un voto de confianza a mi hermana pero es que no quiero que te hagan daño.

- Es lo mismo que te he dicho yo a ti.

- Me gustaría conocerle, no se, hablar con él, ver como es por mi mismo.

- ¿No crees que eso es meterte en mi vida?

- ¿No te metes tu en la mía?

- Pues es cierto.

- Si de verdad te quiere supongo que no le importará conocer a tu hermano.

- Pues tienes razón.

- Pero a mi me cae bien Hizashi, te lo advierto.

- ¡Ay Karasu, si es que estoy hecha un lío! ¿Cómo me pueden gustar los dos?

No habían dejado ni a Ryuko ni a Akane ir a dormir "a casa de una amiga" así que habían terminado Akira y Kyojin solos, como tantas veces que el primero se quedaba solo en su casa. Compraron una pizza y decidieron jugar a la consola.

- Coge eso Aki, coge eso que nos viene bien - hablaba en voz alta Kyojin.

- ¿El qué?

- Eso de allí... ya lo hemos perdido, es que eres muy lento.

- Si es que te pones nervioso y me aturullas.

- Atiende que nos matan, que nos matan... que nos mataron ¿Lo intentamos otra vez?

- No, esto me estresa mucho. Voy al servicio.

Mientras Kyojin se quedó solo se puso a divagar sobre lo que había cambiado todo en unos pocos meses.

- ¿Que piensas tanto? - le sacó de sus pensamientos Akira al regresar.

- Pienso en nosotros.

- ¿Y en nuestro futuro?

- No tonto. Pienso en que hace muy poco, a penas unos meses Akane y tu no os podíais ni ver y que yo no me atrevía a decirle nada a Ryuko y míranos ahora.

- Ya ves.

- Y no solo nosotros. Xu-Xu sale con Nowaki ¿quien lo iba a decir? siempre creí que Kenshi saldría con ella pero no.

- La vida da muchas vueltas.

- Ya te digo.

- Y las que aún le quedan por dar.

- Oye ¿Estás contento?

- ¿Por?

- Por salir con Akane.

- Bueno, mas o menos. Es porque yo le he dicho que la quería pero ella lo único que ha dicho es que no le hable de amor. En cierta manera me siento algo decepcionado.

- ¿Qué esperabas? ¿Que te dijera que te amaba o algo así?

- No se. Me siento como si fuese yo el único que abrió su corazón y... no se.

- Bueno, piensa que la vida de Akane no ha sido fácil. Quiero decir que, por lo que sabemos, nunca nadie le agradecía nada de lo que hacía, que no sentía el cariño de su familia, que se sentía sola y... a ver si me explico, creo que no sabe decir "te quiero" porque nunca se lo han dicho a ella.

Akira le miró muy interesado.

- Creo - continuó Kyojin - Que si no está acostumbrada a oírlo pues le tiene que resultar difícil decirlo ¿Me entiendes lo que quiero decir?

- Si, si - pareció reflexionar - Y tienes toda la razón ¿Cómo va a saber dar lo que nunca ha recibido?

- Si nadie le decía "te quiero" y le demostraban cariño pues... no sabe hacerlo, para ella no es algo "normal".

- Claro ¡Tonto de mi! Pensé que me había dicho que salía conmigo solo por dejar de oírme, por intentar ver que pasaba entre nosotros o yo que se... pero no, mi muñeca no ha aprendido a decir "te quiero", no ha aprendido a abrir su corazón... por eso tiene tanto miedo a hacerlo. Kyojin, eres genial.

- No. Lo que pasa es que desde que Shibi nos contó tantas cosas de ella he intentado entender como se siente, como debía sentirse de niña, abandonada, sola, asustada... yo también quiero ayudarla. A mi me cae muy bien Ayesa, porque es la prueba de su fragilidad, de como su mente se rompió y como trató de curarse a si misma y como sobrevivió. A lo mejor para un adulto las cosas que le pasaban son una tontería pero es que era una niña y no tenía el apoyo de sus padres que son los que se suponen tienen que protegerte ¿Cómo te va a decir que te quiere, Akira? ¿Cómo va a abrir su corazón? Debe sentir pánico a que le vuelvan a hacer daño o a que la abandonen.

- Y hoy he descubierto todavía mas cosas. Cosas que nunca ha contado, ni siquiera a Jisei o a Shibi, cosas que la han estado pudriendo por dentro. No vale que yo le diga que la quiero, tengo que demostrárselo.

- ¿Y que vas a hacer?

- No lo se. Pero tengo que hacerlo porque si no siempre estará cerrada a mi. Creo que el lunes pediré cita con la madre de Nowaki.

- ¿Tu crees que podrías llevar a Akane al psicólogo sin que sospechase?

- No creo pero... puedo llevar a Ayesa, de hecho, si recuerdas, los padres de Jisei llevaron a Ayesa.

- ¿Te puedo dar un consejo de amigo?

- Claro.

- Si de verdad quieres a Akane debes querer también a Ayesa porque es parte de ella. A algunos le toca un chico gordito como yo y me tienen que aceptar a mi y a mi constitución, a otros otra cosa y a ti te ha tocado una chica con otra incluida y según he leído el proceso para "curar" un trastorno de personalidad disociativa es lento.

- Pero... como se nota que tu no tienes que aguantar los acosos de Ayesa.

- ¡Hombre! No será para tanto - rió.

- ¿Que no? Tu no la conoces bien.

Hizashi había salido a una especie de jardín que tenía el hotel. Sentado en un banco que había al lado de una farola decidió que era un lugar estupendo para leer. A Hizashi siempre le parecía que no hacer nada era perder el tiempo, por eso, y suponiendo que tendría momentos de soledad, se había llevado uno de los libros que Akemi, la profesora de literatura, les había mandado leer.

Xu-Xu salió al jardín, le vio y decidió sentarse a su lado.

- Hola - le dijo al sentarse - ¿Ves algo con esta luz?

- Perfectamente - contestó escuetamente el chico.

Estuvieron en silencio, Hizashi leyendo y Xu-Xu mirando las estrellas que se veían preciosas iluminando el cielo.

Xu-Xu estiró los brazos hacia arriba juntando las manos y moviendo el cuello a la vez que también estiraba las piernas.

- ¿Que haces? - Hizashi la miró inquisitoriamente - Compórtate por favor, estamos en un sitio público.

- Si, hay mucha gente - comentó con ironía - Ay Hizashi no me seas tan estirado, nunca te entenderé ¿Que tienes tú en contra de divertirte un poco?

- Yo me divierto, me divierto mucho cuando hay que divertirse.

Porque Xu-Xu conocía a Hizashi desde hacía ya muchos años si no, aquella mirada le hubiera dado miedo. Miró de nuevo a las estrellas con gesto ensoñador.

- Oye Hizashi - llamó su atención susurrando - ¿Que tal te va con Karura?

- ¿A que viene ahora eso?

- Pues soy tu amiga y me interesan las cosas de mis amigos.

Hizashi cerró del libro que leía con un gesto de paciencia.

- Está claro que no me vas a dejar leer ¿verdad?

Xu-Xu sonrió como si fuera una chiquilla traviesa.

- Estamos en un punto muerto.

- ¿Y eso?

- Simplemente queremos estar seguros de lo que sentimos el uno por el otro así que nos hemos dado un tiempo

- Seguro que ha sido idea tuya, eres tan formal para todo.

- ¿Es ese mi problema? ¿Que soy formal? ¿Crees que me iría mejor si fuese un cabeza hueca como Nowaki?

- ¡Eh! No te metas con Nowaki, es un encanto de persona.

- Perdona, olvidaba que ahora es tu novio.

- No es mi novio, lo nuestro es otra cosa.

Hizashi miró a Xu-Xu a los ojos, era una chica bonita y alegre ¿Por qué no se enamoró de ella? Siempre estaban juntos, ellos y Genki y todo el mundo decía que estaban hecho el uno para el otro, que hacían una pareja perfecta ¿Por qué el amor siempre es tan caprichoso?

- ¿Te acuerdas cuando todo el mundo decía que éramos novios?

- ¡Vaya que si me acuerdo! La gente tiende siempre a ennoviar a cualquiera.

- ¿Qué nos pasó?

- ¿Que nos pasó de que?

- ¿Por qué no llegamos a salir?

- Porque tú no quisiste.

- ¿Cómo la sabes? Nunca lo intentaste.

- Con lo serio que eres no hay quien se atreva... bueno, Karura si, pero es que ella es como de otra raza de mujeres.

- Bueno, casi mejor que no lo intentásemos, no habría salido bien y ahora a lo mejor nos odiábamos o algo así.

- ¿Tu crees?

- Seguro.

- Eso no puedes saberlo.

- Si, estoy seguro, somos incompatibles totalmente.

- Pero dicen que polos opuestos se atraen.

- Eso son cosas de imanes, no de personas. Las personas funcionamos de otra forma.

- Oh, vaya, pues yo creía que también servía para las personas.

- Imposible. Las personas tendemos a juntarnos en grupos afines a nosotros. Tú y yo no tenemos nada en común, nuestra relación habría sido un caos, mira ahora por ejemplo, yo quiero leer y tú seguramente estás pensando en volver para jugar al ping-pong.

- Pero nos lo pasamos bien.

- Durante unos momentos pero nada mas. Vamos Xu-Xu, piénsalo, no podríamos ir ni al cine juntos, las películas que me gustan a mi te aburren a ti y al revés.

- Pero por amor se hacen esos pequeños sacrificios.

- No, eso se hace durante los meses del enamoramiento, mientras estuviéramos con las hormonas alteradas y nos interesara más besarnos que otras cosas, después, pasada esa etapa terminaríamos cansados el uno del otro. Yo no aguantaría tu ritmo de vida. Mira, esas son las cosas que hacen que las relaciones se rompan, tú necesitas a un chico como Nowaki a tu lado, alegre, divertido, con tus mismas aficiones, o Kenshi, o Genki... un chico con el que salir a gastar energías por ahí.

Xu-Xu torció la boca.

- En el fondo no te falta razón pero no se, no me convences del todo.

Hizashi volvió a abrir su libro y enfrascarse en la lectura y Xu-Xu a mirar soñadora a las estrellas.

Se oyó la risa escandalosa de Yuri y la voz de Kenshi.

- ¿Dónde me llevas? - decía el chico.

- Vamos a escondernos un poco de todos. Oyes ¿Y si nos volvemos a meter en los baños? Tu y yo solitos.

- ¿Pero que dices? No son baños mixtos.

- ¿Y quien nos iba a ver ahora? ¿Eh, será muy excitante?

Xu-Xu se echó hacia delante como movida por un resorte y miró hacia donde se oían las voces, no tardarían en aparecer, de pronto sintió rabia por verlos juntos, vale que sabía que salían pero tener que ver sus arrumacos todavía le molestaba bastante.

- Sígueme el juego Hizashi, por favor.

- ¿Qué te pasa?

Justo en el momento en el que Yuri aparecía con su sonrisa radiante cogiendo de la mano a Kenshi, Xu-Xu miró a Hizashi y sin darle tiempo a reaccionar le puso las manos en el cuello y lo atrajo hacia ella juntando los labios.

Así permanecieron unos instantes, sin besarse ni nada, solo manteniendo los labios juntos aunque a vista de Kenshi si parecía un beso. Hizashi, que había cerrado los ojos en un acto reflejo al ver tan de cerca la cara de la chica, abrió uno y miró a Yuri y Kenshi mientras pensaba que comprendía lo que quería hacer Xu-Xu y que no estaría mal ayudarla; vio como Kenshi aceleraba el paso tirando de Yuri y alejándose de allí.

- Ya se ha marchado - dijo separándose de su amiga.

- Lo siento, no se lo que me ha pasado, ni porqué lo he hecho, me ha entrado como una cosa aquí en el estómago y...

- ¿Por qué no hablas con él?

- No tengo nada que decirle.

- ¿Aún te dan celos al verlo con Yuri?

- No son celos es... rabia.

- ¿Sabes lo que ahora pensará Yuri de nosotros?

- Lo siento.

- No, si a mi me da igual, te lo digo en serio, es por ti que me preocupo y por lo que va a decirle a Nowaki.

- Mierda, no lo había pensado.

- Nowaki es un gran tipo, no se merece el mal rato que le va a hacer pasar.

- Creo que voy a hablar con él antes que ella le vaya con el chisme - se levantó.

- ¿Crees que lo va a comprender?

- Si, estoy segura.

Claro que estaba segura, al fin y al cabo Nowaki y ella no salían de verdad, todo era una mentira.

Aquella tarde Kamui salió con Hikari, Setsu y Shugo y se habían juntado con Taro y algunos chicos de la clase de 3-1, compañeros de Taro. Si se pareaba a pensar Kamui no sabía porqué exactamente estaba con todas esas personas, tampoco es que tuviera una relación demasiado íntima con ellos. Para una persona solitaria, a la que no le interesaba sociabilizar demasiado, últimamente su vida social era demasiado intensa. Por un lado Nowaki, del que no podía deshacerse, luego su empeño en conocer a Akane le obligaba a relacionarse con su círculo y por último la extraña relación que había comenzado con Taro y sus amigos.

Hoy desde luego no había tenido ganas de nada. Se encontraba bastante frustrado después de la conversación con su padre. No podía resumir en una palabra toda la impotencia que sentía y los deseos de gritar que le dejaran vivir su vida como él quisiese. Pero era un Kaguya y eso conllevaba responsabilidades, siempre lo había sabido y siempre lo había aceptado.

La mayor parte de ellos se habían marchado ya, quedaban solamente Hikari, Taro y él. Estaban sentados en la cafetería de los padres de Hikari, habían llegado por acompañarla y los dos primos aprovecharon para cenar allí mismo. Hikari se había sentado al lado de Kamui y este, inconscientemente, se levantó.

- Salgo un momento fuera, ahora vuelvo. Aquí siento como si me ahogase - dijo mientras ya se marchaba

Llevada por un impulso decidió seguirle, quería hablar con él. Se levantó cuando la mano de Taro la detuvo.

- ¿Adonde vas? ¿Vas a seguir a mi primo como un perrillo faldero?

Hikari miró a Taro que sonreía tontamente. Que mal le caía ese chico, no sabía porqué pero no le gustaba nada, sería porque sabía que era mas retorcido de lo que aparentaba, siempre estaba por ahí con su sonrisa tonta y diciendo payasadas pero en realidad de tonto no tenía un pelo.

- Ven, siéntate conmigo, no es bueno que sigas siempre a Kamui.

- ¿Que sabrás tu?

- Mas de lo que tu crees.

Pero tenía razón, tampoco era bueno que le siguiese a todas partes. Cogió una silla y se sentó aunque solo fuera por curiosidad.

- Sabes que tu no estás en ese juego que se trae mi primo ¿verdad?

- ¿Que juego?

- El de su harén. Tu eres la pieza menos importante ¿no te habías dado cuenta?

- Si... ya me había dado cuenta.

- Entonces es ridículo que sigas luchando por él.

- ¿Y tu que sabes de todo este tema?

- Oh, Taro sabe, Taro es un chico listo y sabe muchas cosas.

- ¿Y por qué sabes tanto?

- Porque Taro sabe ver, oír y callar.

Hikari se levantó, le daba igual, tenía que hablar con Kamui, tenía que hacerlo, quizás no fuese muy buena idea pero tenía ese impulso, quizás es que era masoquista y le gustaba que le hiciese daño porque sabía que le iba a hacer daño.

Le encontró mirando al horizonte, estaba tan guapo, un ligero viento removía sus cabellos y tenía la mirada perdida, casi soñadora. Se acercó procurando no hacer mucho ruido porque le daba la impresión de que rompería ese momento.

- ¿A que vienes, Hikari? - dijo sin girarse a mirarla.

- Kamui... - habló temblorosa y con miedo - ¿Estás enamorado?

Kamui siguió en su misma posición sin contestar.

- Sin embargo - continuó la chica - Ya has hecho tu elección. Si, a mi me has apartado. Deberías tener cuidado con lo que deseas, a veces los sueños se hacen realidad.

- Si te hubiera apartado no estarías aquí.

- Ya... yo se lo que me digo.

- Hikari... es cierto... creo que estoy enamorado, enamorado de quien menos me conviene - sonrió con cierta amargura.

- ¿Te gusta mucho, verdad?

- Mucho, me vuelve loco. Me paso el día pensando en ella, no se que está haciendo de mi y en lo que me está convirtiendo.

- Te noto como amargado.

- No me pasa nada, estoy como siempre.

- Kamui ¿te acuerdas cuando nos conocimos?

- ¿En aquella casa donde nos reunía Shishio para hablarnos de que teníamos que cambiar el mundo porque el mundo nos odiaba?

- No. Me refiero a antes. Tu no te acuerdas pero de pequeños jugábamos en el parque. La primera vez que te vi pensé que eras el niño más guapo del mundo y el más valiente porque un niño me quitó mi cubo y tu fuiste como un héroe a recuperarlo.

- Pues no lo recuerdo.

- Yo no me atrevía a hablar contigo, te veía todos los días pero nunca me acercaba a ti.

- ¿Tanto miedo te daba?

- No, no dabas miedo, al contrario, eras muy tímido pero muy amable, cuando me devolviste mi cubo me sonreíste de una forma que nunca he olvidado, pero eras el niño más guapo del mundo así que no me atrevía a hablarte.

De nuevo el silencio se hizo entre ellos.

- Kamui, se que te pasa algo, lo noto, quiero decir, a parte de que estés enamorado de esa chica y no te corresponda.

- No, no me pasa nada.

- Se que te pasa pero no te preocupes, no voy a insistir, solo quiero que sepas que cuando creas estar preparado para contárselo a un amigo yo estaré dispuesta a escucharte.

- ¿Por qué?

- Porque para eso están los amigos.

Hikari sonrió y Kamui admitió que ver esa sonrisa era muy reconfortante.

"Me gustaría algún día volver a ver esa sonrisa que me regalaste de niño" pensaba Hikari con pena.

A pesar de las altas horas de la noche que eran Akane aún no se había acostado. Había encendió el ordenador de su padre, era una de las pocas oportunidades que tenía para hacerlo y revisaba sus correos, llenos de mensajes y notificaciones atrasadas.

Llevaba ya bastante rato revisando y limpiando sus mensajes con bastante aburrimiento cuando un pitido le indicaba que acababa de recibir un mensaje instantáneo a la vez que una pequeña ventana se abría en la pantalla ¿Quien la hablaría a esas horas?

Akira dice: ¿Estás pensando en mi?

Akane sonrió "será payaso" pensó aunque le gustó ver aquello.

- ¿Y si no llego a ser yo? - escribió

Akira dice: Pues nos habrían pillado.

- ¿Que haces tú que no estás durmiendo? Seguro que viendo películas porno con Kyojin.

Akira dice: ;) Si que estabas pensando en mi.

- Eres tonto, no estaba pensando en ti.

Akira dice: Mentirosa :p

Un nuevo pitido y otra ventana que se abría. Akane no podía sorprenderse más.

Kamui dice: hola?

Vaya, pues si que tenían los chicos la costumbre trasnochar.

- Hola - le contestó.

Akira dice: ¿Que haces entonces a estas horas?

Kamui dice: cómo estás?

- Reviso mi correo - contestó a Akira.

- Bien ¿y tu? - contestó al otro.

Akira dice: Acuéstate o mañana tendrás una ojeras muy feas.

Kamui dice: Me gustaría tanto hablar contigo.

Y otra vez otro pitido y una nueva ventana se abrió.

Akane empezaba a sentirse un poco agobiada, eso de tener dos conversaciones a la vez no era algo que ella hiciera normalmente, vamos, normalmente no tenía ni una porque nunca podía coger el ordenador y cuando lo hacía era a unas horas en las que todos sus amigos estaban ya durmiendo.

Akira dice: Estarás mas fea de lo normal, calabacita :D

Kamui dice: Necesito hablar contigo.

- ¿Cómo harán los demás para tener muchas conversaciones a la vez? - se dijo a si misma.

Kamui dice: De veras que necesito a una amiga.

Akira dice: ¿Estás ahí?

- Me estáis hartando - dijo mirando a la pantalla - No me agobiéis tanto.

Kamui dice: ¿Cuando puedo hablar contigo?

Akira dice:¿Akane?

- Bueno darme un poco de tiempo - se quejó en voz alta - Menudas prisas.

Sería mejor que les contestase o eso o que apagase el ordenador directamente.

- Estoy aquí - escribió a Akira - Es que estaba leyendo un correo.

- ¿Que te pasa? - escribió a Kamui.

Akira dice: No te molesto más. Solo que te vi conectada y no me he resistido. Nos vemos mañana.

Kamui dice: Me siento fatal.

- Vale, mañana nos vemos - escribió, era para Akira pero se le olvidó pinchar en su ventana y lo escribió en la de Kamui y cuando se dio cuenta acababa de pulsar "enter" y el mensaje fue enviado.

- ¡Ay dios! - exclamó.

- Bueno, no quise decir eso - escribió presurosa.

Kamui dice: ¿Quieres que nos veamos mañana? - recibió antes de que terminase de escribir.

- He querido decir el lunes, perdona.

- Me voy a dormir Akira, mañana nos vemos - escribió de nuevo.

Kamui dice: Si quieres nos vemos mañana.

Akira dice: Que tengas felices sueños, pecosa.

Kamui dice: ¿Quedamos mañana?

Akane directamente pulsó el botón que apagaba el ordenador.

- Dios, que agobio. Ya me disculparé como sea con Kamui ¿Y que le pasará?

Y como era muy curiosa se quedó con una enorme intriga.

0 comentarios: