martes, 30 de marzo de 2010

19. Un gesto rápido, tonto y leve

Akane miraba a Akira algo intrigada mientras repasaba las palabras que él había dicho.
"Pues porque quise evitarle a Momoka el disgusto de ver a Kamui contigo, pensé que ya había llorado demasiado, no es agradable ver a la persona que te gusta con otra… te aseguro que no se siente nada bonito."
¿Sería posible que de verdad quisiese evitarle un disgusto a Momoka?
- Sucedió justo cuando salíais de la exposición – explicó de pronto Sumire como si supiese lo que Akane estaba pensando – Lo hizo para distraer la atención de Momoka ¿a que sí, Aki? ¡Ah! Se me olvidaba, tengo una cosa que enseñaros: las fotos que hice del ensayo del jueves ¡Tachán!
Sumire puso encima de una mesa un paquete abultado.
- ¿Todas esas hiciste? – preguntó Ryuko.
- Me encanta hacer fotos, yo misma las revelo, por cierto ¿Sabéis si hay un club de fotografía?
- Humm – Akane parecía pensar – Creo que no… no… seguro, no lo hay.
- ¿No? ¿Estás segura?
- Si Akane la "estoy en todas partes" afirma que no, es que no hay – contestó Akira.
- Akane forma parte del consejo de clubs – explicó Kyojin.
- ¡Por favor, que pena! ¡Con la ilusión que me hacía!
- Mira Sumire – habló Akane – Por desgracia con eso de la fotografía digital cualquier mondongo puede hacer una foto, retocarla y convertirla en algo "genial".
- Es una pena – comentó Suo – porque la fotografía es un arte.
- ¿A que si? – a Sumire le brillaban los ojos.
Jisei regresaba, venía acompañada de Karasu.
- Si que has tardado – dijo Ryuko.
- Me han entretenido ¡Y mirad lo que traigo!
- A mi persona – añadió Karasu - ¿No es increíble?
- ¿Ya has comido? – le interrogó Suo.
- No, es que nos hemos sentado con los Girei, con los dos ¿Os imagináis el ambiente?
- Pues Hizashi, Kohaku, Himeko y Karura… seguro que muy ruidoso no era – comentó riendo Kyojin.
- Y como el maestro estaba aquí… - continuaba Karasu mirando a Akira – Me he dicho ¡voy a ver si me da algún consejo! Porque claro, cierta bruja no me quiere ayudar.
Akira le miró con su habitual cara de aburrimiento.
- Oye Jisei ¿Cuándo se han pegado Shibi y éste? – preguntó Kyojin.
- Kyojin, déjalo – murmuró Akira.
- ¿Te has pegado con Shibi? – inquirió Karasu.
- Yo no me he pegado con él, él me pateó el culo a mí ¿Podríamos hablar de otra cosa?
- Solo quiero saber cuando ha sido – explicaba Kyojin – Me resulta raro que mi amigo se peque con alguien y yo no me entere, además, una persona como tú, no me imagino que podría hacerte realizar tal esfuerzo físico.
- Una chica – sentenció Karasu – Fue por una chica, seguro, o por eso o porque Akira le mató alguno de sus bichos.
- Mira Kyojin – interrumpió Akira – Luego te lo cuento ¿vale?
- Y digo yo – intervino Sumire – Si sabías que Shibi iba a arrear aquel puñetazo a Kamui ¿Por qué le dejaste, Aki?
- Porque me apetecía ver al Kaguya por los suelos, es una satisfacción personal, es tan perfecto que… me da envida ¿vale?
- Espera, espera – Karasu parecía muy interesado - ¿Shibi ha dado un puñetazo a Kamui? ¿Y yo me lo he perdido?
- Ha sido impresionante – puntualizó Kyojin – Le ha metido el puño entero en todo el plexo solar, le ha dejado roto.
- Y se ha marchado como si nada – terminó Suo.
- A mi me daba pena – habló Sumire – Pobre chico…
- Shibi se ha pasado tres pueblos con él – añadía Akane.
- Tú estás muy callada – se dirigió Akira a Akane – Para ser la protagonista has hablado muy poco.
- Realmente Kamui no se portó mal – respondió la chica – se le fue un poco la pinza pero…
- No tenía excusa ninguna – la interrumpió tajante Suo – Claro que merecía ese puñetazo.
- Pero Suo – dijo Jisei – realmente ese chico no sabía lo que hacía…
- Si lo sabía – continuó Suo – Eso se sabe. Puede que tengas razón y ese perfume fuera una especie de droga que nublara su mente, pero eso no es excusa, siempre tienes que respetar a la persona que te acompaña. El hecho de que ésta mañana pidiera perdón confirma que era muy consciente de lo que hizo y él mismo lo rechaza. Sabía que merecía ese puñetazo, por eso pidió perdón en público, esperaba que alguien se lo diese.
Sumire le miraba realmente embobada.
- Jo, Suo – dijo – ¡Qué profundo eres!
- Antes, como no tenía amigos, leía mucho.
- Y otra cosa – interrumpió Karasu - ¿El lobo de Kamui te atacó sin más o se disfrazó de abuelita para engañarte?
- Te equivocas de cuento – le contestó Ryuko – Ella no es Caperucita, es Cenicienta, así la llamaba.
- ¡Se acabó el tema! – Exclamó Jisei - ¿Qué es eso Sumire?
- Son mis fotos, las que hice el jueves ¿Queréis verlas?
- Claro, venga, enséñanoslas.
Sumire estaba feliz de mostrar sus fotografías. Las iba pasando y todos comenzaron a comentarlas y a decir lo bien que, a su juicio, estaban realizadas. Según Suo, Sumire era una gran artista capaz de captar la "esencia" de lo que fotografiaba.
- Estaba pensando – comentó Akane - Que podías apuntarte al periódico.
- ¿Al periódico?
- Sí, como reportera gráfica, vamos, fotógrafa.
- No se ¿Qué otros clubs hay?
- Esté el de arte – dijo Suo – La fotografía es un arte ¿no?
- Eso lo dices porque estás tú en él – gruñó Karasu.
- Eres mas tonto que Picio – le dijo Jisei – Tú también estás en él, inútil.
- ¡Ah! Es verdad… Apúntate al de arte, yo hay marionetas, Suo dibuja…
- Otra cosa parecida no hay – añadió Akane – Ciencias Naturales, Botánica, Cocina, Ajedrez, el de lo Paranormal, que está Jisei, Arte japonés, Diseño, Fútbol, Tenis, Natación, Kárate…
Siguieron mirando las fotos y comentándolas.
Mientras comían Akane permaneció callada. Después de comer, incluso se retiró un poco del grupo. Akira la miraba con el ceño fruncido.
- ¿Qué problema tienes? – le preguntó la chica al darse cuenta de que la observaba.
- ¿Yo? Ninguno, tú sabrás lo que haces.
- Ya… te veo venir.
- Te vas a meter en un lío.
- ¿Por qué se va a meter en un lío? – interrogó Sumire.
- Yo que tú – continuaba Akira – Procuraba que ese chico no se hiciese ilusiones.
- Si es por eso, te puedes quedar tranquilo – replicaba Akane.
- Mira, yo de chicas no entiendo, me superáis, pero te recuerdo que te imbéciles sé un rato.
- Esto Akira – intervino Jisei – Vuelve a tu aura normal y monótona, que esa te sienta fatal.
- ¡Jo, que rabia que no haya club de fotografía! – se quejaba Sumire.
- No te preocupes Sumire, bonita – habló Karasu – que yo me ofrezco a ser tu modelo particular, me puedes fotografiar lo que quieras.
- ¡Karasu! – Chilló Jisei - ¿Es que no te cansas nunca?
- Se me olvidaba, Akira – dijo como distraída Akane – Cuando recogimos el baúl, me llevé un libreto de "El sueño de una noche de verano" ¿recuerdas?
- Ajá, te dije que era una opción a tener en cuenta.
- Eso quería comentarte ¿Conoces esa obra?
- Si, es un clásico, de Shakespeare nada menos. Tiene humor, amor… puede ser una alternativa a la manoseada "Romeo y Julieta"
- Estuve leyendo el libreto y creo que tienes razón ¿Te gustaría estudiarla conmigo? Yo creo que podría ser interesante.
- ¿Quedamos esta tarde y le echamos un vistazo?
- Claro, Kyojin, Ryuko ¿Podríais venir vosotros también?
- Lo que los jefes quieran – contestó Kyojin.
- ¡Akane, Akane! – Exclamó de pronto bastante agitada Sumire -¿Kamui te besó? A parte del mordisco, claro.
- ¿Ya estamos otra vez con los besos? – Se quejó Jisei – Ayer se pasó toda la tarde con el mismo tema.
- Tengo curiosidad.
- ¿Curiosidad por qué exactamente? – Karasu sonrió de una manera que desde luego a Jisei no le gustaba nada – A lo mejor yo te puedo ayudar.
- ¿Por qué no te ayudas a ti mismo y te pierdes en una isla? – le gruñó.
Mientras Jisei, Karasu y Sumire se enfrascaban en una absurda conversación, Kyojin se acercó a Ryuko para comentarle algo. Akira observaba de nuevo a Akane que, de nuevo estaba como abstraída en sus pensamientos. Se levantó perezosamente, cogió una silla y se sentó al lado de la chica.
- ¿Qué te pasa? – le dijo en voz baja acercándose.
Akane se sorprendió un poco y a punto estuvo de gritarle cuando vio un gesto de preocupación en la cara de su compañero.
- No me gusta verte tan triste – continuó el chico.
- No estoy triste – contestó también en voz baja – Solo le doy vueltas a las cosas.
- ¿Qué te pasa? – Repitió – Dímelo, mujer.
- Solo pienso que todo es culpa mía, creo que le di demasiada confianza a Kamui y eso es lo que me da rabia, no debí dejar que pensase… si es que no aprendo, si es que…
- Chisst, chisst, ya pasó – Akira acarició el pelo de Akane apartándolo de su cara – No es culpa tuya, a nuestra edad es normal emocionarnos demasiado.
Akane le miró, no sabía porqué pero había momentos en los que Akira le ofrecía un lado amable y confiable. Akira apoyó su frente en la cabeza de Akane y rodeó sus hombros con sus brazos.
- Lo que ahora tienes que hacer es quitarte esa pulsera.
- Pero…
- Se que es un regalo, que es su manera de pedir que lo olvides y seguramente anoche estuvo por las tiendas de 24 horas buscando algo; tú lo has aceptado para demostrarle que no le guardas rencor pero cuanto más tiempo la lleves será peor, no será más que darle falsas ilusiones, ya sabes que los chicos malinterpretamos esos gestos. Es mejor para él y para ti que te la quites pronto.Akane asintió con la cabeza. Le llamó la atención descubrir que no oía ninguna conversación a su alrededor.
- Aki, creo que nos están mirando.
El chico giró un poco la cabeza, efectivamente, 6 pares de ojos les miraban de lo más sorprendidos.
- Siempre podemos decir que el perfume aún funciona.
Akane sonrió.
El ruido de la puerta al abrirse sobresaltó a todo el mundo que dirigieron a ella su mirada. Era Karura que entraba.
- ¿Qué pasa? – preguntó algo extrañada al ver que todos la miraban.
Akira se levantó, colocó la silla y volvió a su asiento, las miradas volvieron de nuevo a él.
- ¿Pasa algo? – preguntó.
- No… - balbuceó Kyojin – Todo bien.
Miró a Karura, eso le recordaba que tenía que hablar con ella sobre lo que vio la tarde anterior y también con Yuri sobre lo de las pastillas… ¡ay, que complicado era todo!Sumire enseñaba sus fotos a Karura.
- Son buenas.
- ¿De veras te lo parece?
- Sumire – intervenía Akane – Piénsate lo del periódico, es una forma de hacerte propaganda. Este sábado es la semifinal de fútbol, nuestro equipo de juega su paso a la final, yo estaré allí para hacer un artículo y unas buenas fotos serían perfectas.
- ¿Me dejas esta foto? – dijo Suo mostrando una foto en la que se veía a Akira bastante cerca de Akane, durante una de las representaciones espontáneas que realizaron de una supuesta escena de un galán seduciendo a una dama.
- Que bien hicisteis esa escena – comentó Karura, eres muy bueno Akira.
- ¿Para que la quieres?
- Es que está llena de magia, parece que de un momento a otro el chico va a besar a la chica y me gustaría probar a ver si puedo dibujar la siguiente escena.
- ¿La que Akane le parte la boca a Akira? – bromeó Karasu.
- No… me gustaría poder transmitir tanta sensualidad como esta foto ¿te importa Sumire?
- No, a mi no. De todas formas yo solo fotografié lo que ellos hacían.
- Pero lo hiciste en el momento oportuno, realmente eres muy buena.
Mientras esto sucedía en el aula, en la zona habilitada como comedor, Kamui seguía serio y taciturno. No había comido nada, ni tenía ganas, ni podía. A su alrededor, Momoka, Yuri, Nowaki y Genki revoloteaban armando ruido. Momoka estaba realmente preocupada por el aspecto de Kamui.
- Me duele la cabeza, déjame.
- Venga si dejémosle – decía Yuri – Vamos Momoka, vamos a dar una vuelta y vosotros también ¿No veis que le estamos molestando?
No muy convencida Momoka se levantó. Al cabo de unos instantes Kamui estaba solo, no había mentido, la cabeza le dolía. Sintió que alguien se situaba detrás de él
¿Sería otro preguntando que le pasaba?
Shibi se había colocado detrás de Kamui, le miraba fijamente, sabía que el Kaguya se había dado cuenta de su presencia, con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta, le observó durante un rato, luego, lentamente se sentó a su lado, sin mirarle. Kamui tampoco le miró.
- ¿Qué quieres? – preguntó secamente.
- Evidentemente hablar contigo.
- Creí que ya no habías dicho todo.
- Kaguya ¿Tú sabes por qué te he dado ese puñetazo?
- Por que me lo merecía, es eso ¿no?
- No.
- ¿Ah, no?
- No por la razón que tu piensas ¿De veras crees que tiene tanta importancia una marca en el cuello? ¿Crees que me ha enfadado que se te dispararan las hormonas? Por favor Kaguya no seas simple, lo que me ha cabreado ha sido esa actitud de víctima que has adoptado.
Kamui le miró de reojo.
- No seas ridículo – continuó – Ni quieras ofender mi inteligencia, antes en clase, Akira para justificar el beso que le dio a Yuri, y no contar la verdad, dijo "me dio un calentón" y todo el mundo le ha comprendido, puede que piensen que hay que saber contenerse, pero le han comprendido y nadie a organizado ningún drama. Por favor Kamui ¡Que a todos se nos han calentado alguna vez los calzoncillos!
- No eso solo eso.
- Si lo es. Todo se resume en que te dio un calentón, así de simple, da igual que fuera espontáneo, que estuvieras borracho o que un perfume te pusiese como una moto, te dejaste llevar por tu instinto ¿Qué no esperabas ser tan bruto? ¿Qué deberías controlar tus impulsos caníbales? Pues si, pero que no es más que una anécdota también. Akane no se enfadó contigo, seguramente contó el incidente a sus amigas riéndose, eres tú el que ha organizado un drama y el que estás consiguiendo incomodarla. Por eso te pegué, pasó lo que pasó y no pasó nada, durante unos momentos te descontrolaste pero lo importante es que te diste cuenta ¿Crees que se merece que ahora vayas con esa maldita actitud de víctima? Eso es lo que me molesta de ti ¿Crees que eres tan perfecto que están por encima de cualquier deseo humano?
- Pero yo la ofendí.
- No la ofendiste, la ofendes ahora, ella misma me contó lo que pasó y en ningún momento la vi enfadada, ni ofendida, solo sorprendida ¿Crees que para ella tuvo más importancia que el resto de la tarde? ¿Crees que nadie ha intentado besarla nunca? No eres el primer chico que sale con ella, te lo recuerdo. Vuelve a la realidad Kaguya, yo que tú le pedía perdón, pero por la mañana que le estás haciendo pasar ¿Qué quieres? ¿Qué se sienta culpable o responsable de algo? Estas cosas pasan Kaguya, se pide perdón y se promete intentar controlarse la próxima vez y no pasa nada. En el fondo, a las chicas les gusta vernos descontrolados de vez en cuando, alimenta su vanidad. Tío ¿Y si hubiese pasado al revés? ¿Tan grave sería que una chica…?
- ¿Tan ridículo soy?
- En estos momentos, si, eres patético. La estás ofendiendo, ahora sí la estás ofendiendo, como persona inteligente y como mujer. Recapacita Kaguya.
Shibi se levantó.
- Gracias Kamizuru… por el puñetazo.
- Dime una cosa ¿Qué recuerdo ha quedado en tu mente de ayer? Dime solo uno.
- El sabor de la mandarina - respondió sin pensárselo.
Shibi sonrió levemente y dio una palmada en el hombro de Kamui.
- Estás perdido.
Cuando Kamui regresó al aula, aprovechando el alboroto que siempre se organizaba y que Momoka y Yuri estaban en una de sus habituales discusiones, se acercó a Akane que hablaba, apoyada en su mesa con Jisei, ésta al verlo acercarse miró a Akane y se retiró.
- Hola Akane – dijo tratando de mantener la naturalidad y sonrió.
- ¿Qué tal? ¿Te encuentras mejor? – Respondió la chica como si nunca hubiese pasado nada - ¡Ah! Gracias por las gafas, creí que las había perdido y gracias por la pulsera, es muy bonita.
- Cuando la vi me recordó el color de tus ojos.
- Es un detalle muy bonito pero no hacía falta.
- Es un recuerdo, de una tarde estupenda.
Akane le regaló una sonrisa abierta y sincera. Casi con miedo, Kamui puso sus dedos en el cuello de la chica, allí donde la había mordido.
- ¿Te duele?
- No, que va. Anda, que ahora tengo la marca del Kaguya, que suerte tengo ¿eh? Más de una se moriría de envidia.
Kamui no podía evitar sonreír.
- Perdóname por lo de ésta mañana, creo que exageré un poco.
- ¡Pero valió la pena ver la cara de Hizashi!
- Eres increíble.
- Y maravillosa, lo sé. Anda, ve con tus amigos antes de que se escamen.
- Y no tiene abuela – añadió Akira desde su sitio – Pero vamos, se la puede aguantar.
- ¡Shikamoto! - Gruñó Akane - ¡No me hinches las narices!
Dedicándole una última sonrisa y sintiéndose mejor consigo mismo, Kamui se marchó a su asiento. Jisei, por el contrario, se acercó a Akira.
- ¿Sabes una cosa?
- ¿Me vas a echar un mal de ojo?
- Echaba mucho de menos ese aura tuya tan cálida ¿Por qué te empeñas en esconderla?
Lo que le faltaba, la loca de Jisei con un acertijos.
Nowaki por parte, miraba a Kamui.
Había sido un gesto, un gesto rápido y leve, un gesto quizás hasta tonto, sin embargo, unos ojos azules habían captado ese rápido, leve y tonto gesto en el rostro de Kamui, y no le gustaba nada lo que había visto.
Nowaki puede que no fuese muy inteligente y que a veces le costara comprender las cosas, puede que a veces pareciera demasiado atolondrado y puede que fuera verdad, era un cabeza hueca; sin embargo había una cosa que hacía mejor que nadie: sabía ver en el corazón de las personas, podía leer en los ojos de cualquiera aquel sentimiento escondido que nunca mostraban y sabía entender cualquier gesto, por rápido, leve o tonto que fuera, mejor que nadie. Y aquel chico rubio, alegre, efusivo, hiperactivo y cabeza hueca, sintió como un poco de tristeza se instalaba en su corazón. Giró su vista hasta aquella chica que tanto le gustaba, con sus ojos verdes.
"No hagas daño a Momoka, por favor Kamui, no la hagas daño" Fue la súplica que, sin él pensarla inundó su pensamiento.
Miró de nuevo a Kamui, le notaba algo distinto, no sabía decir el qué, quizás era su mirada o su rostro… era difícil de decir, pero que había algo distinto no lo podía negar.
Volvió a mirar a Momoka, luego a Akane y de nuevo a Kamui… no, aquello no le daba muy buena espina ¿Cuándo Kamui había empezado a interesarse por Akane? ¿Por qué? Nunca había visto a Kamui sonreír de esa forma a nadie ¿Qué pasaba con Akane? ¿Es que Kamui no tenía en cuenta los sentimientos de Momoka? ¿No era su amiga? No, claro, no había nada que le obligase a hacerlo y sin embargo Nowaki sentía como si la estuviese traicionando de alguna manera.
En realidad Kamui en quien estaba pensando era en Momoka. Pensaba que siempre la había considerado una pequeña molestia, siempre a su alrededor y que había tardado en darse cuenta de que lo único que quería era hacerse su amiga. Quizás siempre había sido muy desconsiderado con ella, quizás Akane tenía razón, era un ser humano, no una muñeca y él… ¿Qué sentía? Quizás quería que se quedara Nowaki con ella solo para quitársela de encima… Debía hablar con ella, debía saber que sentía exactamente por ella, si no, esa sensación de "hacer algo malo" no desaparecería… pero antes, antes tenía hablar con Nowaki, si, necesitaba hablar con él.

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