jueves, 9 de septiembre de 2010

38. Dos trampas, tres reacciones violentas

Las tres chicas de 3-1 que se habían sentado al lado de Himeko seguían hablando y gesticulando mucho. Himeko trataba de seguir su conversación aunque era incómodo para ella, su buena educación le impedía ser descortés. La verdad, no le importaba mucho lo que decían pero parecían muy entusiasmadas con ello.
Karura, entre preocupada por sus cosas y aburrida de tanta charla sobre moda, lo que estaba de moda y como estar de moda, dirigió su mirada hacia donde estaba el resto de su clase. Estuvo tentada de levantarse, tenía ganas de hablar con Akira, seguro que él le daba algún consejo, cuando le conoció le pareció un crio quejica, flojo y hasta en ocasiones pedante, pero ahora era su amigo, ese chico tenía la capacidad de analizar las cosas friamente y así es como debía plantearse su problema, de una forma fria y objetiva, dejándose llevar por nos nervios no estaba consiguiendo nada; además, habíha visto a Akira hablar, con gesto muy serio, con Kamui y Shibi ¿Qué pasaría? No era muy normal que Akira apartase a Kamui del grupo para hablar con él.
Kamui estaba muy molesto, Momoka se había quedado dormida apoyada en su hombro. Yuri, sin embargo, había preferido hacerlo en Suo, éste parecía no reaccionar, ningún gesto, de agrado o desagrado, se veía en su rostro. Nowaki les miraba casi rechinando los dientes.
- Sois los dos iguales ¿Qué teneis vosotros que no tengamos los demás?
- Cállate quejica - decía Kamui - Para mi esta situación es mue incómoda.
Kenshi se reia, Genki parecía a punto de llorar.
- ¿Por qué Momito? ¿Por qué? - se lamentaba.
- Sumire - dijo Karasu - Si quieres tú puedes dormir en mis piernas.
- ¡Karasu! - Jisei le miró amenazante.
- Tenía que intentarlo.
Ginta llegó y se acercó a su hermana.
- Mira - comentó Jisei - Un Karasu en pequeño. Que sepas Ginta, que en unos años vas a ser como esto.
Ginta la miró de una forma que a Jisei no le presagió nada bueno.
- Tu siempre igual - comentó el chico - No me tienes confianza, y eso que eres como mi hermana.
- Hombre el chico se esta portando - dijo Kyojin - A pesar de ver a las animadoras no se tiró a las piernas de ninguna.
- Además ha sido un héroe - añadió Ryuko.
- Gracias al capitán y a Akira que confiaron en mi.
- Malo - replicó Akane - Ese arrebato de modestia no puede ser bueno.
- Yo queria hablar un momento con Ryuko hermanita, no voy a meterle mano, no te asustes.
- ¿Algun problema? - preguntó Ryuko.
- Necesito… un consejillo ¿Podemos hablar?
- Venga, vale.
Ruyko se levantó y junto con Ginta se alejaron.
- Ryuko y mi hermano se entiendes bien - explicó Akane al ver la mirada curiosa de Sumire - Todos mis hermanos quieren mucho a Ryuko, ella tiene mas paciencia que yo. Los ha aguantado casi tanto como yo. Supongo que querrá pedirle consejo sobre alguna chica que le gusta.
Ginta miraba algo nervioso a Ryuko.
- Espero que no te enfades conmigo… hermana.
Ginta tenía la costumbre de llamar hermana tambien a Ryuko, esta había pasado mucho tiempo en su casa, ayudando a su hermana cuando esta no podía salir por atender a sus hermanos y otras veces los acompañaba al parque, si que era cierto que veia a Ryuko casi como a otra hermana mayor.
- ¿Por qué me iba a enfadar? ¿Qué es lo que te pasa?
- Ven, vamos ahí, que no quiero que me oigan.
- Pues si que estas raro.
- Es que quiero que me hagas un favor ¿te importaría hablar con un colega mio?
- ¿De qué?
- Es que le gustas pero no puede… hablar contigo delante de…
- ¿Qué yo le gusto a uno de tu clase?
- No, no es de mi clase. Tú solo habla con él.
- A ver Ginta ¿esto que es? ¿una broma? ¿una encerrona?
- No lo sabes tu bien - dijo apareciendo de pronto Jiro, un chico alto y grueso, con el pelo castaño, muy corto y ojos pequeños y de mirada maliciosa.
- Pero Ginta ¿Qué has hecho?
Ryuko se sobresaltó al verlo, aquello la puso nerviosa, dio unos paso para atrás, iba a girarse para marcharse cuando chocó con algo. Era Reiji.
- ¿A dónde vas, palomita?
- ¿Qué haces aquí? - gritó Ginta - Su suponía que…
- Chisst, los niños no hablan si no se les da permiso - habló jocoso.
- ¡Ginta! - Ryuko le miró enfadada y asustada.
- Yo… yo no sabía que…
Reiji sujetó de las muñecas a la chica. Jiro se acercó y Reiji la empujó hacia él, que la sujetó de un brazo.
- Toda tuya.
- ¡Suéltata! - gritó asustado Ginta, eso no podía ser cierto ¿Qué pasaba? ¿se burlaban de él? - ¡Sueltala!
Reiji golpeó el pecho de Ginta que calló al suelo.
- ¡Ginta! ¡Quita bruto, sueltame! - intentaba zafarse Ryuko.
- ¡No la toqueis! - Ginta se levantó con rabia.
- No te enfades - se burló Reiji - Si Jiro es muy bueno, no va a hacer nada que no se hubiese ocurrido a ti.
- ¡Que me dejes! - Ryuko continuaba intentando soltarse.
Pero Jiro la abarcó con sus enormes brazos, impidiendo que pudiese mover los suyos. La tenía sujeta de forma que la espalda de la chica estaba pegada a él, así lo único que ella podía hacer era levantar las piernas tratando de deshacerse del abrazo.
- Quieta, si solo quiero un besito.
- ¡Que no la toques! - el grito de Ginta estaba lleno de desesperación, ahora se daba cuenta de cómo le habían engañado. Se lanzó hacia Jiro pero Reiji le sujetó del brazo retorciéndoselo en la espalda - ¡Suéltame hijo de…
- No, no, así no se piden las cosas - dijo de pronto Seiji - Somos colegas ¿recuerdas?
- Déjamelo a mi - habló de forma macabra Reiji . Se me ocurren muchas formas de educarle.
Ginta sentía mucha impotencia y comenzó a llorar incapaz de controlar su rabia.
- ¡Oh, pobrecito! - se burló Reuiji - Pobre muchacho torpe e indefenso ¿No quieres que le hagamos nada a tu amiguita?
- No os atrevareis - dijo de pronto Ryuko.
- Vamos a hacer un trato - propuso Seiji.
- ¡No les escuches Ginta!
- Si, si nos va a escuchar. Si no quieres que le pase nada a ella deberás darnos otra cosa a cambio.
- ¡No les escuches!
- Aunque a mi contigo me vale - dijo Raiji atrayéndole hacia él - Me encantan los niños pelirrojos y tiernos como tú - Le pasó la lengua por una de las orejas y mordisqueó.
- ¡Déjame, cabrón! - gritó Ginta mientras intentaba golpearle con la mano libre.
- Te va a soltar - dijo Seiji - Pero tu nos tienes que traer a otra persona. Si no lo haces, tu amiguita va a darle un bonito recuerdo a Jiro.
- ¡Estais locos! - gritó Ryuko que no dejaba de intentar soltarse del abrazo de Jiro - ¿Creeis que nadie se va a enterar?
- Tu eliges - la ignoró Seiji - O te quedas aquí, disfrutando del espectáculo y dejo que Reiji se ocupe de ti o va a llamar a quien te digamos.
- Pero si te vas - continuó Jiro - No olvides mantener la boca cerrada porque ¿sabes? Haciendo daño Reuiji es muy rápido.
- Lo que quiere decir Jiro es que si esa persona no viene sola, si avisas a alguen más… ¿soportarias mirar despues a Ryuko a la cara?
- No les hagas caso, son mentiras, no se atreverán - Ryuko intentaba mantener cierta calma y que no se notase el terror que empezaba a invadirla.
- ¿Tu que crees? - rió Seiji - ¿Reiji se atreverá? ¿Apostamos?
- No la hagais daño - suplicó Ginta - Por favor.
- Pues eso depende de ti… colega. Dile a su amigo, el rellenito, que venga.
- ¿Kyojin?
- ¿Por qué quereis a Kyojin? - gritó muy asustada Ryuko.
- Jiro quiere decirle algo. Bien, elige.
- ¿Qué vais a hacerle a Kyojin? - preguntó asustado.
- Nada, solo asustarle un poco y reirnos.
- ¡No Ginta, no! - Jiro tapó con su enorme mano la boca de Ryuko.
- Esta bien… pero no la toqueis a ella.
- Vamos Reij sueltale, este no va a hacer nada.
- Es una pena, ya me estaba emocionando.
- Ve… y no tardes… colega.
Ginta salió corriendo. Al llegar al descampado se limpió los ojos. Se dirigió hacia donde estaba Kyojin. Andaba deprisa, mirando al suelo.
- ¿Dónde estabas, Ginta? - le gritó de pronto Minako, la hermana de Nowaki.
No contestó, siguió con su camino. Minako se quedó perpleja mirándole.
- Kyojin - dijo al llegar - ¿Puedes venir?
- ¿Qué pasa? ¿Y Ryuko?
- Quiere… enseñarte una cosa.
- ¿El qué?
- Por favor… ven conmigo.
- Bueno… pues ahora vuelvo… vamos allá.
Ginta se giró y deshizo sus pasos. Kyojin le siguió. Akira y Akane estaban en una de sus habituales discusiones y no parecían haberse dado cuenta de nada. Kamui seguí con Momoka encima y aguantando las quejas de Nowaki y Genki. Shibi continuaba abstraido en sus cosas. Karasu y Sai se vigilaban el uno al otro mientras Sumire, Jisei, Kenshi y Xu-Xu jugaban a las cartas y no paraban de reir.
Ginta caminaba bastante deprisa.
- Pero Ginta, espera.
Minako continuaba observándole.
- Perdóname Kyojin - lloró Ginta al llegar a donde se veía a Ryuko y los otros chicos.
Kyojin no podía moverse, lo único que esn esos momento veía era a Ryuko tratando de zafarse de los brazos de Jiro. Eso no era verdad, no podía ser verdad, sentía como el corazón le latía más y más deprisa, sentía como golpeaba su pecho y no solo eso, sentía latir sus sienes, sus pulsos. Fue un instante, aquella sensación solo duró un instante que parecía eterno. De pronto, cuando parecía que su cuerpo iba a reaccionar, sintió un dolor agudo en la espalda.
- ¡Kyojin! - gritó Ryuko, a la que Jiro hbía destapado la boca.
- Te pudes ir Ginta - dijo Seiji.
- ¿Qué le vais a hacer? - gritó el chico.
- Mejor vete.
Kyojin volvió a ORI gritar a Ryuko, era un grito terrible y desgarrador pero él no sabía que pasaba, solo sentía que caía al suelo y que algo le golpeaba… simplemente aquello no podía ser cierto.
Ginta salió corriendo de allí. Nada más abandonar la zona arbolada se dejó caer de rodillas llorando, presa de un gran desprecio hacia si mismo.
Minako ni pensó lo que hacía. Sus piernas parecía saber mas que ella. Corrió todo lo que pudo hasta alcanzar el grupo de su hermano.
- ¡Nowaki! ¡Akira! ¡Akane! - gritaba muy nerviosa acercándose, prácticamente aterrizó sobre Akira.
- Aki, pasa algo, algo malo.
- Cálmate.
- No, no… Kyojin…. Ginta… algo malo.
- ¿A ver, que pasa? - le gritó Nowaki sujetándola de los hombros.
- Respira, vamos, respira - le dijo Akane - ¿Le pasa algo a Ginta?
- Ginta se fue con Seiji, yo lo vi, antes, se fueron… - hablaba de forma nerviosa y atropellada, consiguiendo atraer la atención de todo el mundo - Luego volvió con Ruyko y salió solo y luego con Kyojin y lloraba y…
- ¿Dónde? - ahora era Akane la que la cogía de los hombros obligándola a mirarla - ¿Dónde ha llevado a Ryuko?
- Ya, tranquila - Shibi sujetó a Akane - No la agobies.
Nowaki se levantó y salió corriendo, Kenshi y Genki le siguieron. No sabían el qué pero algo malo pasaba.
- ¿Y Kyojin? - la interrogó angustiado Akira que parecía haber comprendido todo.
- Entan dentro… en el bosque.
Ahora fueron Akira, Shibi, Karasu, Suo y Kamui que se quitaban de encima a las chicas sin mucha delicadeza, y Xu-Xy los que salieron corriendo.
Akane no quería entender nada. Miró a Jisei.
- No le pasa nada a Ryuko ¿verdad?
- Venga vamos - dijo Jisei.
Momoka y Yuri se habían despertado bruscamente y miraban aturdidas.
- ¿Qué pasa? - dijo Momoka.
- Algo les pasa a Ryuko y Kyojin - dijo Sumire antes de hechar tambien a correr.
En el grupo de Karura aquello no pasó desapercibido.
- Bueno - dijo Stella - Nosotras mejor nos vamos.
Nowaki, Genki y Kiba vieron a Ginta llorando en el suelo. Ninguno se paró. Ginta les sintió pasar rápidamente a su lado. Unos pocos segundos después aparecieron Akira y Shibi. El primero se paró en seco delante de él y le levantó del cuello de la camiseta.
- ¿Dónde están?
Ginta no podía hablar, señaló hacia detrás de él, Akira le soltó.
- Suo - dijo al ver a sus compañeros llegar hasta él - Tú encárgate de Nowaki, Karasu tu de Kenshi - sabía que tanto Kenshi como Nowaki eran demasiado impulsivos.
Efectivamente Nowaki había arremetido contra Seiji y Kenshi y Genki contra Reiji.
Jiro les miró divertido y soltó a Ryuko, que llorando, corrió hacia Kyojin, tirado en el suelo, que se incorporaba lentamente. Se lanzó a abrazarle sin dejar que se levantara.
Así los encontró Akane, de rodillas a ambos. Ryuko llorando desconsoladamente, abrazada a él.
Akira habia sentido ganas de apalear a alguien pero no lo hizo. Suo y Kamui intentaban sujetar a Nowaki, Karasu a Kenshi y Shibi y Xu-Xu a Genki… nadie se dio cuenta de que Jiro no estaba allí. Akira veia a Seiji y Reiji disfrutando con todo aquello, si, eso era lo que pretendían y lo que habían conseguido, provocarles. Se arrodilló al lado de Kyojin,
- Ryuko, Ryuko - trató de separarla - Ya ha pasado todo… Mírame Ryuko, soy yo, vamos, suéltale, le haces daño.
- No me hace daño - murmuró Kyojin - Ella no me hace daño.
- Vamos Ryuko, mira, hha venido Akane ¿quieres asustarla más? - le dijo suavemente Jisei.
Poco a poco Ryuko se soltó de Kyojin.
- ¿Qué te han hecho? - preguntó Akira.
- Nada - sollozó.
- No tengas vergüenza de decirmelo.
- Nada - repitió - Solo me asustaron.
Jisei la ayudó a levantarse.
- Vamos Ryuko, ven conmigo.
Mientras todo esto pasaba, Yuri y Momoka habían ido junto con Minako, a avisar a los profesores.
- ¿Qué pasa aquí? - gritó la directora al llegar.
Con la ayuda de los profesores consiguieron calmar a Nowaki, Kenshi y Genki que eran los mas violentos.
- ¡Han pegado a Kyojin! - gritaba Genki.
- Son unos hijos de…
- ¡Vale ya, Kenshi!
- ¡No vale! - gritaba también Nowaki - ¡No vale!
- ¡Hhe dicho que vale! - se acercó a Kyojin, su aspecto no era muy bueno, se le veían golpes en la cara y seguramente tendría en el resto del cuerpo - ¿Puedes levantarte?
- Mas o menos… estoy bastante bien.
- ¿Por qué ha sido?
- ¡Porque son unos salvajes! - volvió a gritar Nowaki,
- Inari, llevale al hospital, que le hagan un chequeo y tambien a Ryuko, está demasiado nerviosa - dijo al verla abrazada a Jisei llorando nerviosamente.
- Yo voy con ella - habló Jisei.
- Yo tambien voy - dijo Akira - Te ayudaré, Inari.
- Shinobu lleva tu a los chicos. Venga, todos a dispersarse, ya no hay nada de ver. El lunes hablaré con vosotros, no creais que os vais a librar.
El alboroto al final había atraido a todo el mundo. Tlodo el mundo menos a tres personas, una de ellas, tan callada que siempre pasaba desapercibida, por eso, también pasó desapercibida su ausencia.
Cuando Kohakim Hizashi y Karura se levantaron para ir a ver que pasaba, Himeko se dio cuenta de que no podía, quiso hablar, llamar a Hizashi pero tampoco podía hablar. Empezó a sentirse mal, estaba mareada, no podía moverse y la visión se le volvia borrosa.
- Hola preciosa - oyó una voz como en la lejanía, una voz que no podía reconocer - Está grogui.
Deisuke, en cuclillas delante de ella, hacía gestos con la mano ante sus ojos. Himeko no reaccionaba, tenía las pupilas dilatadas y la mirada perdida.
- Pues venga, vamos - dijo Takumi.
- Ven preciosa.
Deisuke la cogió en brazos. Himeko notó como algo la alzaba del suelo pero no sabía decir que es lo que pasaba.
- El grupo de Seishiro ha cumplido, menudo alboroto han armado - decía Deisuke.
- No se que clase de acuerdo habrá llegado Nagato con él, ni porqué.
- Es igual, la pena es que no nos den mas tiempo, habría sido delicioso disfrutar de esta belleza - Deisuke puso a Himeko de nuevo en el suelo, tumbada.
- Desabróchale la camisa, así se asustarán más.
- Será un placer - dijo relamiéndose los labios.
Fue desabrochando los botones de la camisa, Himeko sentía como unas lágrimas comenzaban a caer de sus ojos, una lágrimas que no podía controlar. Quería gritar, quería moverse, pero no podía, por mas que quería su cuerpo no reaccionaba. Le parecía sentir las manos de alguien tocándola aunque no podía ver con claridad quien era, pero la tocaban, seguro y de pronto algo que se aproximaba a ella, algo que la presionaba los labios y le robaba la respiración.
- Deja de besarla - gruñó Takumi - Mira que eres morboso.
Mientras la directora y los profesores dispersaban a los alumnos curiosos, Hizashi miró a su alrededor.
- ¿Y Himeko? - desde que había comprendido lo injusto que toda su vida había sido con Himeko a causa de sus celos, se había convertido en prácticamente su guardaespaldas.
- Estaba contigo ¿no? - dijo Karura.
- No la veo.
- Se habrá quedado atrás.
Dirigieron sus miradas a donde habían estado, allí no había nadie.
- Hizashi - dijo Karura sujetándole el brazo - Allí.
Karura señalaba a tres personas un poco alejadas, no demasiado, una de ellas en el suelo.
- ¡Cabrones! - Kohahu echó a correr como enloquecido.
- ¡Kohaku, no! - gritó también Karura.
Hizashi no había dicho nada pero también corría hacia allá.
Deisuke y Takumi les esperaban de pie al lado de Himeko. Kohaku, sin detenerse se acercó a Deisuke y golpeó con su frente violentamente la cara del rubio, este calló al suelo sangrando.
- ¡No, Khaku, no! - continuaba gritando Karura que tambien llegó corriendo.
Hizashi cogió a Takumi del cuello y levantó su mano cerrándo el puño, este sonrió.
- ¿Me vas a pegar delante de todos?
Hizashi paró sú puño y miró detrás de él. Los profesores llegaban corriendo… y todo el mundo.
Karura intentaba evitar que Kohaku golpease de nuevo a Deisuke.
- ¿Pero que os pasa hoy? - gritó el profesor Yotsuda.
- ¡Estan locos! Nos han atacado sin mal - dijo Deisuke mientras se limpiaba la sangre.
Karura se arrodilló al lado de Himeko.
- Directora ¡Algo le pasa a Himeko!
La directora se arrodilló a su lado, todo un corro se hizo a su alrededor.
- Está drogada.
- ¿Qué? - gritó Hizashi a punto de arremeter contra Takumi, Yotsuda le detuvo.
- ¡Vale ya, Hizashi!
- ¿Qué la hebeis hecho? - gruñó lleno de odio Kohaku.
Karasu se metió como pudo entre todos los curiosos y llegó hasta Kohaku sujetándole justo cuando iba a volver a golpear a Deisuke.
- ¡Sueltame Karasu!
- ¡No, Kohaku, cálmate!
- ¡Suéltame o te pateo a ti!
- ¡Kohaku tranquilizate! - le gritó el profesor Masashi.
- ¡Le voy a matar! ¡Ha drogado a Himeko!
Había que reconocer que cuando Kohaku se ponía violento daba miedo.
- ¿Cómo sabes que han sido ellos?
- ¡Lo se!
- Tenemos que llevarla al hospital .- habló la directora - Vaya tarde me estais dando.
- ¡Han sido ellos! - los ojos de Kohaky destilaban un profundu odio y desesperación.
- Encima que la hemos encontrado así - habló Takumi con toda tranquiliddad.
- ¿Qué le habeis hecho? - gritó HIzashi, al que Yotsuda seguía sujetando.
- ¡A callar! - bramó la directora - No sé lo que os ha pasado pero os juro que lo averiguaré. Ayúdame Gaito, vamos. Y vosotros, los de 3-1 y 3-2, mañana os quiero a todos a la 9 en punto en el instituto.
- Pero mañana… - se quejó alguien.
- ¡A todos! A las 9 en punto y al que false te le sancionará ¿está entendido? Yo podeis correr la voz.
- Señora Chikara - habló Hizashi.
- ¿Qué? - bufó la nombrada.
- Querría ir con ella al hospital.
- Esta bien pero no digas ni una sola palabra. Sigure, Masashi, os dejo encargado de todo, que recojan sus cosas, se acabó la tarde de campo.
Pero lo que no habían acabado eran los incidentes.
Akane se había quedado clavada en el sitio, allí solo quedaban ella, Ginta, Shibi, Kamui y Seishiro que sonriendo se disponía a disfrutar del espectáculo.
- Akane, perdóname - Ginta se acercó a ella lloroso.
Por toda respuesta Akane lanzó una bofetada contra la cara de su hermano.
- Akane, perdóname.
Akane levantó de nuevo la mano. Shibi se la sujetó.
- Ya vale Akane.
- ¡Sueltame!
- ¡No! Ya vale, está arrepentido.
- ¿Arrepentido? - gritó con toda su rabia - ¿Crees que esto se olvida pidiendo perdón?
- Lo ha entendido Akane, sabe lo que ha hecho.
La escena parecía divertir mucho a Seishiro.
- ¿En qué estabas pensando? - le recriminó la chica a su hermano.
- Me engañaron, soy un imbécil, me dejé engañar.
- ¿Cómo se lo vas a explicar a Ryuko? - continuaba gritando - ¿Eh? ¿Cómo? ¿Cómo?
Ginta cerró los puños y se los llevó a la cabeza, apretándose.
- Lo siento, no creia que iba a pasar esto, yo nunca le haría daño a Ryuko.
- ¿Qué es lo que creías? - Akane intentaba zafarse de la sujeción de Shibi.
- Ya, Akane, ya - Shibi la atrajo hacia sí y la abrazó, manteniéndola contra su pecho - Es solo un niño, un niño asustado y confundido. El no sabía como son esos, nadie se lo dijo.
Akane apretó sus puños contra el pecho de Shibi con rabia, si eso era cierto, Ginta no les conocía del todo.
- Pero aún así… - la rabia de Akane parecía disminuir, apoyó su cabeza contra el pecho de su amigo, éste le acarició el pelo.
Kamui sentía que algo no iba bien dentro de él, no le gustaba ver aquello, le producía “algo” en su interior. “Déjala ya” pensaba con pena “No la toques más”.
Seishiro se acercó a él con una maliciosa sonrisa en los labios. Se aproximó a su oido y le susurró unas palabras.
La reacción de Kamui no se hizo de esperar, golpeó a Seishiro, lo cogió del cuello y lo tiró contra el suelo, lánzandose sobre él sin separar las manos de su objetivo.
- ¿Qué has dicho?
- Me… aho….gas…
- ¡Kamui! - gritó Shibi separándose de Akane - ¡Suéltalo!
- ¡Te vas a tragar lo que has dicho! - hablaba con voz llena de ira Kamui.
- Vale ya Kamui - decía Shibi con bastante tranquilidad, intentando separarlo - Sueltale.
- ¡Kamui, por favor! - decía tambien Akane.
- ¡Déjame, Shibi, déjame!
- ¡Que lo vas a matar! ¿No ves que no puede respirar? ¡Ginta ve a llamar a alguien!
- ¡Kamui suletale ya! - Akane también intentaba separarle - ¡No ves que no se merece lo que a ti te pueda pasar!
- ¡Ya! ¡Kamui, ya basta! - Shibi dio un puñetazo a Kamui, esto hizo que aflojase un poco el agarre.
Seishiro consiguió separar un poco las manos de su cuello.
- ¡Kamui, sueltale! - dijo con voz firme Sigure - ¡Ahora mismo!
Kamui aflojó del todo las manos.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó el profesor.
Seishiro se incorporó tosiendo. Sigure le ayudó a levantarse.
- Esta loco - dijo el chico - Loco de remate.
Kamui apoyó los brazos en el suelo, sentía impotencia y muchas ganas de gritar. Shibi se había sentado en el suelo y respiraba profundamente.
- Creia que lo matabas, tio.
- ¿Qué ha pasado para que te pongas así? - preguntó bastante enfadado Sigure.
- Es asunto privado - respondió secamente Kamui.
- Vale, a mi no me lo digas si no quieres. Darás tus explicaciones al consejo.
- No diré nada - habló friamente - No daré explicaciones a nadie.
- Si sigues con esa actitud te verás en problemas ¿Cómo te encuentras, Seishiro?
- Ya estoy mejor, gracias Sigure, si no llegas a venir no sé como hubiera salido de estta.
Kamui se levantó.
- Eres el ser mas despreciable y rastrero que conozco - dijo a Seishiro lentamente.
- Y tu eres un patético y soberbio muchachito.
- Vale, se acabó la charla - cortó Sigure - Venga que nos vamos, recoged vuestras cosas. Mañana Chikara será informada de todo este incidente ¿Qué demonios os ha pasado hoy? Es innaudito.
- Kamui - Momoka había regresado hacía ya un rato y se acercaba con miedo al chico - Ven conmigo, yo te ayudaré.
- Estoy bien, Momoka.
- Déjame que te ayude, por favor, nunca me dejas ayudarte ¿tan molesta soy? No se lo que ha pasado pero…
- Esta bien, pero te va a decepcionar.
Primero Kamui ofreció su brazo a Shibi que seguía sentado en el suelo.
- Por cierto - le comentó en voz baja - Seguro que sí es Seishiro.

Akira y Jisei esperaban en la sala de espera del hospital.
- ¿Crees que tardarán mucho? - preguntó Jisei, más que nada por hablar de algo.
- ¡Quien sabe!
- Oye, yo quería enseñarte una cosa, aunque no se si Akane se va a enfadar.
- Entonces no lo hagas.
- Da igual, lo tengo en mi bolsa que he la he dejado allá, espero que alguien me la guarde.
- Pues entonces no hay problema, no lo puedo ver de todas formas.
- Después de lo que ha pasado Akane va a tener que decirlo.
- ¿El qué?
- Cuando fuimos a cambiarnos después del partido, Akane encontró en su mochila una foto… una foto suya con Ryuko que no era suya, detrás ponía; Ya me la darás.
- Vale - Akira miró con paciencia hacia el techo - ¿Por qué no lo habeis dicho?
- Se me olvidó.
- Bien - se inclunó hacia delante llevando su cabeza, clavando su codos en las rodillas y sujetándosela - Estupendo.
- ¿Crees que tiene algo que ver con lo que ha pasado?
- Es Seishiro, seguro,es el único capaz de pensar un plan tan retorcido - murmuró.
Hubo unos minutos de silencio. Jisei observaba a su amigo.
- ¿En que piensas? ¿Estás enfadado?
- No, solo pienso que Ryuko y Kyojin están aquí, tú estas aquí, yo estoy aquí y Akane se ha quedado sola allí.
- No creo que va a pasar nada, está todo el mundo, además estará con Shibi.
- Si - Ákira hizo una extraña mueca que parecía una sonrisa - Shibi siempre está ahí, no se como lo hace pero siempre está cuando lo necesita ¿no?
- No me gusta nada ese aura que se te ha puesto. Yo se lo que tienes dentro, Akira.
- Pues tendré lo que tiene todo el mundo.
- Tienes miedo, frustración, remordimientos, confusión…
- Eso son demasiadas cosas.
- Sé que tienes algo que te está quemando por dentro.
- Tú eres una chica muy rara, cuanto más te conozco más rara me pareces - Levantó la vista - ¡Anda, mira! ¡Si ese que entra es Hizashi!
- Es verdad ¿Qué hará aquí? Uy… algo más ha pasado, su aura está a puntito de estallar.

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