jueves, 9 de septiembre de 2010

36. No te fíes de las apariencias

La salida de las chicas produjo gran revuelo, desfilaban una detrás de otra, sonriendo y saludando a todo el mundo con sus pompones verdes y blancos. Los que estaban calentando dejaron de hacerlo, los que estaban sentado se levantaron. A Akira el cigarro se le cayó de los dedos, él y Seishiro se acercaron. Las chicas vestían unos muy cortitos pantalones verdes de lentejuelas y unos tops bastante provocativos, muy al estilo de Yuri, llevaban purpurina por el cuerpo y las piernas y unos maquillajes muy exóticos y sugerentes.
- Nowaki - Kenshi casi no tenia voz - Si tu no miras a Xu-Xu, yo no miro a Momoka ¿vale?
- Lo que tú digas. ¡Eh! ¡Que no miréis a mi hermana! ¡Asquerosos, os prohíbo mirarla!
- ¡Menudo favor os hacía yo a más de una! ¡Os chupaba hasta las pelotillas del ombligo! - gritaba Seiji.
- ¡Eh, cachondonas! - gritaba también Reiji - ¡Venid aquí que os voy a presentar a un amigo!
- Kamui - dijo Akira a su lado - Cierra la boca, se te ha puesto cara de bobo y estropeas tu imagen de tío duro.
- Y tú deja de babear.
- No puedo, creo que mis glándulas salivares han entrado en aceleración.
- No están nada mal ¿eh? - dijo Seishiro - Supongo que el impasible y perfecto Kaguya en estos momentos está pensando la misma guarrada que yo.
- ¿Insinúas que soy tan salido como tu?
- A juzgar por tu entrepierna me pregunto si podrás correr con ese bulto que te ha crecido.
- Vale, vale - intervino Akira rápidamente - Kamui no le hagas caso, solo quiere provocarte, pasa de él… pasa de él.
Las animadoras comenzaron su espectáculo.
- Karasu ¿Te encuentras bien? - rió Kyojin - ¿No vas a decir nada? ¿Te has quedado mudo?
- Calla, no me puedo perder yo esto, no puedo si parpadear.
- ¡Madre mía! - se quejó Karura - Esto ya si que le va a volver tonto del todo.
- Te recuerdo - dijo Hizashi - Que son personas, no trozos de carne.
- Menos mal que al final no me apunté - susurró Himeko - ¡Que vergüenza!
- Cómo se nota que Yuri ha escogido la ropa - comentó Ryuko.
- Pero mira - añadió Kyojin - si hasta lo hacen bien.
- ¿Quien está mirando como lo hacen? - agregó Karasu.
- Mira que curioso... - habló Ryuko - por alguna casualidad los padres de Kamui están al lado de los de Akira, allí, con los profesores y otros padres.
- Si - rió Kyojin - ¿Hablarán entre ellos?
Si hablaban pero no entre ellos.
- Tengo que reconocer - decía el padre de Kamui a su esposa - Que esa chica es muy dinámica, con mucha iniciativa y bastante atractiva, espero que Kamui no se desconcentre y mantenga la cabeza donde tiene que tenerla.
- Kamui está harto de tener chicas guapas a su alrededor, no se va a desconcentrar tan rápidamente.
Chiharu miraba a su padre con cara de estar dándole escalofríos.
- Papá por favor, deja de mirar así, me estás haciendo pasar mucha vergüenza.
- Tu hija tiene razón, Akito, te recuerdo que una de esas puede ser tu futura nuera.
- Juushiro - hablaba el padre de Akira a un hombre alto, rubio, de ojos azules, sentado a su lado - Necesitas una escopeta para proteger a tu hija.
- Espero que no la hayas mirado - contestaba aquel hombre, el padre de Yuri.
- No... yo no... solo he mirado de refilón.
- Pues yo - decía la madre de Akira - Espero que tú hayas tenido esa conversación que te dije con tu hijo.
- Si Yoshiko, la tuve y fue muy humillante.
- Pues que se aguante, tiene una edad muy mala y mucho que aprender.
- No, si fue humillante para mí.
- ¿Hablando de cosas de hombres con tu hijo, Akito? - se rió un hombre muy grande, tanto de altura como de complexión, de pelo abundante y castaño y barba tupida, corta y cuidada.
- Mi hijo cree que las mujeres son demonios puestos en la tierra para torturar a los hombres y convertirnos en imbéciles o algo así.
- ¿Qué le habrá llevado a pensar eso? - comentó el padre de Yuri.
El hombre de barba, que era el padre de Kyojin dejó escapar una sonora carcajada.
Chiharu los miraba y pensaba que los padres, sobretodo el de Yuri, debían vivir en una realidad alternativa y nunca se enteraban de nada.
Cuando las animadoras terminaron se retiraron a un lateral del campo para animar desde allí. Sumire se unió a ellas. Akira reunió al equipo antes de que salieran a jugar.
- Solo un momento ¿Habéis visto a esas chicas? Han venido a animaros, se han esforzado en hacerlo, se han esforzado mucho, alguna estará muriéndose de vergüenza ¿para qué? para que ganéis. No quieren ver perdedores, se desilusionarán si no les dais lo que quieren y quieren ver a unos campeones ¡Así que salir ahí fuera y ganar para ellas! A lo mejor así alguno consigue ligar y todo. Vamos ¡esperan campeones! ¿Que les vais a dar?
Los gritos que ellos mismos se daban auto convenciéndose se oyeron por todo el campo. Akira les miró salir eufóricos al campo.
- Si es que - comentó - Tiran más dos tetas que dos carretas...
Seishiro sonrió.
- Les has puesto eufóricos, veremos lo que les dura.
Sumire se abrazaba a Xu-Xu.
- ¡Lo has hecho genial! ¡Y que guapa estás! ¡Y tú también, Jisei!
- ¿Por qué será que me siento como si fuese un objeto? - se lamentaba Jisei - Esto es humillante.
- Inari te ha visto - susurró por lo bajo Akane.
- Y a ti tus suegros ¡A ver que van a pensar ahora de ti!
- ¡Hemos estado geniales! - gritaba muy alterada Yuri - ¡Esto es maravilloso! ¡Que sensación de poder!
- Venga, no os paréis - decía Momoka - Hay que seguir animando.
- Con vuestro permiso - dijo Akane - Yo ya he hecho mi numerito, ahora voy a hacer mi trabajo. Voy a ver si me dejan una sudadera - se apartó de ellas en dirección al banquillo, pasó al lado de Hikari - ¿Qué tal Hikari? ¿Te sientes incómoda?
- ¿Por qué me preguntas? Se supone que nos llevamos mal ¿recuerdas?
- Mujer, solo quería ser amable - y continuó hacia el banquillo.
- ¡Hermanita! - gritó Ginta - ¡Que buenas estáis! ¿Me presentas a alguna que no conozco?
- Te puedo presentar a mis cinco dedos, los de ésta mano.
- No gracias, ya los conozco, da igual, ya me presentaré yo.
- Aki ¿Podría coger una sudadera? Yo no voy a dar más saltitos hasta el descanso, no quiero quedarme fría.
- Claro, toma... la de Kamui, no creo que le importe.
- Gracias - mientras se la ponía vio a Seishiro que la miraba sonriendo - ¿Qué haces tú aquí?
- Mirarte, eso es lo que querías ¿no? Por eso has venido.
- Eres muy vanidoso ¿Crees que quería lucirme delante de ti?
Seishiro sonrió sarcásticamente, si había una sonrisa que Akane odiaba sin duda era aquella. Akira les observaba en silencio.
- Déjame pasar - dijo Akane al ver que Seishiro se interponía adrede en su camino cuando quiso marcharse.
- ¿Te pongo nerviosa?
- Seishiro déjala que se marche - habló Akira - Tiene trabajo que hacer.
- ¿Poner cachondos a los tíos es su trabajo?
Akane prefirió no responder, se mordió la lengua y desvió su camino, iba muy molesta, no vio una piedra en el suelo, la pisó y el pie se le torció… era lo que le faltaba para coronar la escena.
- Cuidado - la sujetó Seishiro - Te vas a lastimar.
Akane no contestó, quiso soltarse de Seishiro.
- Espera, déjame que vea ese tobillo.
- Mi tobillo está bien, déjame.
Bruscamente Seishiro la sentó en el banquillo y se arrodilló frente a ella, cogiéndole el pié.
- ¿Te duele?
- ¡Déjalo ya!
- ¿Por qué eres tan arisca con quien solo quiere ayudarte?
Seishiro subió la mano por la pantorrilla de la chica.
- Esto… Seishiro - dijo Akira - ¿Te importaría no meterle mano delante de mí? Sería un detalle.
- Olvidaba que tienes perros guardianes - ironizó Seishiro.
Akane se levantó y se marchó todo lo rápidamente que pudo. Seishiro sonreía.
- ¡Asqueroso! - gruñía Akane al volver con Sumire.
- ¿Qué te pasa?
- Nada… ¿Cómo va esto? - cogió su libreta de apuntes.
- Bueno pues hemos salido con muchos ánimos, creo que he hecho unas fotos muy buenas pero ¿Qué te pasa? Te noto rara.
- No se, estoy como incómoda. Déjalo, son manías mías, venga, a lo nuestro.
No tardó el equipo del instituto de Kizuna en meter un gol, fruto de una buena sincronización y su trabajo en equipo, esto produjo una gran euforia y pocos minutos después, Kamui era el artífice del segundo.
A punto de terminar el primer tiempo, Akane se quitó la sudadera.
- ¿Alguien me hace un favor? - preguntó a las animadoras - Necesito que llevéis esta sudadera, es de Kamui, quizás la necesite.
- Trae - dijo Hikari - Yo se la llevo.
- Ya sabía yo que alguna se ofrecería.
- ¿Por qué no se la has llevado tú? - la interrogó Sumire.
- Porque Seishiro está allí y no quiero verle.
Durante el descanso las chicas hicieron un numerito para entretener al público. Akira rehizo su estrategia, ahora llevaban dos goles de ventaja y no había que permitir que la acortasen.
Llegó el segundo tiempo, la euforia era cada vez mayor y cuantos más minutos pasaban más presionaba el equipo contrario. La defensa creada por Seiji y Reiji funcionaba perfectamente y en último extremo, Shugo se encontraba especialmente habilidoso. Akira pidió un par de cambios sacando a jugar al hermano de Akane, quería que todos los jugadores participaran en ese partido. Una buena jugada entre Nowaki y Kamui puso el balón a los pies de Ginta en el momento mas idóneo, solo, ya que todo el equipo contrario había acudido a interceptar a Kamui y Nowaki, prácticamente frente a la portería vacía, muy torpe tenía que haber sido para no batir de nuevo la escuadra enemiga. A partir de ese momento, los nervios del equipo contrario les jugaron una mala pasada y ya solo pudieron encadenar errores.
Habían ganado.
Los jugadores estallaron en gritos, saltos y abrazos. Kenshi corrió a abrazar a Xu-Xu y cogiéndola en brazos dio vueltas girando sobre si mismo.
- ¡Estas loco!
- Estoy más que loco, estoy…. ¡alucinado!
Kamui no corrió, solo caminó hacia el banquillo y se paró frente a Akira.
- Gracias - dijo extendiendo la mano.
Akira fue a estrechársela cuando Nowaki le alzó del suelo.
- ¡Vamos a mantear al mister!
- ¡Nowaki, no! ¡Nowaki! ¡Yo no he hecho nada, habéis sido vosotros! ¡Nowaki, no!
Pero nadie le escuchó.
- Sumire - decía Akane - Algunos chicos están cambiándose las camisetas… anda, haz unas fotitos.
- Humh… pervertida.
Después de tanta euforia y alegría, vino el reparto de medallas. Los jugadores se dispersaron buscando a sus familias. Las animadoras también, Jisei, Xu-Xu, Sumire y Akane se reunieron con sus amigos.
- ¡Jisei pero que buena estás, madre! - gritó Karasu al verlas - Xu-Xu ¿Necesitas ayuda para quitarte esos brillos? ¡Vamos, que te los quito a lametazos! ¡Dios!
- Karasu, que asco me das - le dijo Karura.
- Creo que padece una sobredosis de chicas - comentó Shibi.
- Las feromonas se han apoderado de su cerebro - añadió Hizashi.
- ¡Akane! ¡Que no me he olvidado de ti! ¡Rediós!
- Karasu, antes de decir nada, piénsatelo - advirtió Akane - No te vayas a arrepentir.
- Akane ¡pégame! ¡fustígame! ¡hazme lo que quieras!
- Yo no conozco a este chico - dijo Karura mirando a otro lado - No lo reconozco como hermano ni pariente conocido.
- Lo habeis hecho muy bien - habló Himeko.
- La próxima vez tienes que apuntarte tú - contestó Akane.
- No… yo no podría.
- Bueno yo voy a cambiarme - dijo Jisei - ¿Me acompañáis?
- ¡No! - exclamó Karasu - ¡No lo hagáis!
- ¡Karasu! - Kohaku le miró fijamente.
- Bueno vale… no os vayáis a enfriar… ¡mierda!
Fueron Akane y Jisei quienes se marcharon.
- Ha sido muy… no se, ahora me siento cargada de energía - decía Akane entrando en los vestuarios - Anda, no hay nadie, somos las primeras, mejor, así nos duchamos más tranquilas.
- Pero eso si, yo desde luego no vuelvo a ser animadora.
- ¡Con lo bien que lo has hecho! Inari no paraba de mirarte.
- ¡Calla ya! He pasado mucha vergüenza, esto no es para mi, yo no… Akane ¿qué te pasa?
Akane parecía haberse quedado petrificada, acababa de sacar una toalla de su bolsa y miraba adentro con los ojos abiertos como platos. Jisei se acercó a mirar y se llevó las manos a la frente nerviosamente.
- ¿Qué es eso?
- Parece… una foto.
Jisei metió la mano y la sacó, era una fotografía, una fotografía de Akane saliendo del instituto al lado de Ryuko. Dio la vuelta a la foto.
- “Ya me la darás” - leyó.
- Jisei, esto no me gusta nada.
- Esta foto parece de hace poco. Hay otra cosa dentro, a ver… ¿lo reconoces? - Jisei sacó un bolígrafo de color morado - ¿Es de Ryuko, verdad?
- El que no encontraba - asintió con la cabeza - Eso que estuvo buscando como loca.
- Puede que se lo cogieras tú sin darte cuenta.
- No ¿Y que hacía en esta bolsa? No la he cogido hasta hoy ¿cómo ha llegado ahí?
- Lo que está claro es que alguien ha entrado aquí y ha metido la foto, seguro.
Akane respiró hondo.
- Vale, vale, vale, no nos pongamos nerviosas, no es nada, no es nada.
- Akane si es algo, alguien quiere asustarte, nos hacen fotos y tienen acceso a las cosas de Ryuko, sus cosas privadas.
- Vale Jisei, vamos a tranquilizarnos.
- ¿Y si es un psicópata?
- Es solo una broma, alguien se quiere reír a mi costa. No pasa nada, vamos a ducharnos y a cambiarnos, el lunes hablaré otra vez con la directora ¿vale? Ahora vamos a olvidarlo, esto no nos va a amargar el día ¿vale?
Jisei no parecía muy convencida pero no quería asustar a Akane, lo mejor era quitarle importancia al asunto, los histerismos no llevaban a ningún sitio.
- Tienes razón, solo es una broma pesada, alguien que te ha cogido manía, vete tu a saber porqué.
Guardó la foto en su propia bolsa.
Takumi, el chico bajito y mono de la clase de 3-1, miraba fijamente al grupo de Kohaku y los demás.
- ¿Qué miras tanto? - le preguntó Kanna sentada a su lado y abrazada a Nagato, el chico de los piercing.
- A esa chica.
- ¿A la “princesa Girei“? - preguntó Deisuke, el rubio.
- No, a esa, a la nueva ¿Cómo dijiste que se llamaba, Taro?
- Sumire, Taro lo recuerda ¿Es mona, verdad? A Taro también le gusta.
- ¿Desde cuando te fijas en una chica tan normal? - añadió interrogativo Deisuke.
- Es tan normal que resulta perfecta - contesto Takumi - Es esa naturalidad la que me encanta, la que me gustaría poseer, ese pelo revuelto, su mirada inocente y llena de curiosidad…
- Creí que tú considerabas perfecta a la princesita Girei - dijo con tono sarcástico Kanna.
- Se le cedo a Deisuke, creo que acabo de cambiar mi objetivo.
- Pues solo tenemos una dosis - habló Nagato.
- Vale, el plan sigue lo previsto, no os preocupéis.
- ¿No me irás a dejar colgado? - gruñó Deisuke.
- No, todo sigue igual… solo quiero observarla.
- Solo os pido que os andéis con ojo - habló de nuevo Nagato.
- No te preocupes, seremos muy discretos ¿Tú ya te has puesto de acuerdo con ese? - comentó Takumi.
- Si… me revienta cooperar con él pero ya está todo preparado.
- Bien - añadió Deisuke sonriendo - Nos vamos a divertir mucho.
- Vaya - Xu-Xu torcía la boca.
- ¿Sucede algo? - preguntó Shibi.
- Takumi, “el divino” se ha fijado en Sumire.
Karura y Karasu giraron la cabeza.
- ¿En mi? ¿Quién se va a fijar en mí?
- ¡Mierda! - gruñó Karasu - Como se acerque a ti, le capo… enano asqueroso.
- Tranquilízate Karasu - habló Hizashi - No pasa nada porque la miren, quizás lo hace porque no la conoce.
- ¿Quién? - casi gritó Sumire - ¿Qué pasa?
- Nada - respondió Xu-Xu - ¿Ves esa chica morena rodeada de chicos allí?
- ¿Esa chica tan delgada y guapa?
- Es Kanna, es de 3-1, la novia del chuleta que tiene al lado, el macarrilla.
- Ya le veo. Oye ¿Quién es ese rubio tan guapo?
- Ese rubio tan guapo en un verdadero cabrón - habló en todo enfadado Karura.
- Pero tiene cara de bueno…
- No te fíes ni un pelo de su cara, no es le reflejo de su alma - añadió Shibi.
- Ni del retaco que tiene al lado - continuó Karasu - Se llama Takumi, es un obseso.
- También es muy guapo.
- Y con la mala leche reconcentrada en su pequeño cuerpo - advirtió Karura - No te acerques a ellos, no les hables y ni les mires.
- ¿A ninguno?
- Si puede ser a ninguno de 3-1 - gruñó Hizashi.
Sumire no comprendía nada ¿Qué habría pasado con esos chicos? Se les veía muy bien vestidos e incluso educados, no eran como, por ejemplo Seiji o Reiji que eran como bastos y vulgares y sin embargo estaban el la clase de “los rivales” ¿por qué sería?
Karura ahora miraba fijamente al lugar donde estaban sentados los profesores. Allí estaban también los monitores encargados de los clubs, por lo tanto, también estaba Fuma… si, estaba allí, y de vez en cuando la miraba fugazmente.
Cada vez que sus miradas se cruzaban Karura sentía su estómago revolverse… tendría que hablar con él… tendría que decírselo ¿pero que le decía? Luego miraba a Hizashi, sentado a su lado, serio, formal, que de vez en cuando también la miraba y rozaba disimuladamente la palma de su mano con los dedos.
Karura sentía ganas de llorar, de gritar, de pedir que la dejaran en paz, que no quería ver a nadie… Desde “aquello” que sucedió con Hizashi no había vuelto a estar a solar con él, intentaba comportarse como si nada hubiese pasado pero sabía que para él no era nada igual, lo veía en sus ojos, parecían los mismos pero Karura veía algo distinto en ellos.
Cada vez se sentía más y más agobiada ¿Y si realmente estaba embarazada? ¿Qué haría? ¿Qué le decía a Fuma? No podía ir y decirle “Creo que estoy embarazada” él siempre había tomado medidas, nunca había cometido un fallo, no desde luego que recordara Karura, tampoco nunca se había roto ningún preservativo y ellas juraría que lo utilizaban bien ¿Cómo le iba a decir que a lo mejor había fallado? Era ridículo, había leído que a veces se producen fallos pero… parecía todo tan improbable ¿Qué diría Fuma ante algo así? Seguro que se molestaría, lo primero que pensaría es que ha estado con otro hombre… y era verdad… ¡Maldita sea! ¡Si solo ha sido una vez! ¡Una vez! ¡Es que ya es mala suerte!
¿Y que le decía a Hizashi? “Chico lo siento, nunca toca la lotería pero por una vez que echas a ti te cae el premio gordo” ¿Pero como iba a fastidiarle así la vida? Hizashi era un chico joven, si solo tiene 18 años, no había empezado aún su vida, tenía previsto hacer una carrera y… ¿Cómo va a…?
Karura ya no podía más. Aquellos pensamientos la estaban volviendo loca y no hacían más que ponerla al borde de un ataque de nervios.
Inclinó la cabeza hasta casi situarla entre sus piernas y respiró hondo.
- ¿Te encuentras mal? - le preguntó Kohaku.
- Si… creo que estamos demasiado al sol.
- Ven - dijo Xu-Xu - Ven conmigo a los vestuarios, anda y te refrescas un poco.
- Si… voy a ir contigo, me estoy mareando.
Xu-Xu la cogió de la mano.
- No tienes buena cara - le comentó camino de los vestuarios.
- De pronto me he agobiado muchísimo, gracias Xu-Xu.
- ¿No te ha venido?
Karura negó con la cabeza.
- Si sigues poniéndote tan nerviosa no te va a bajar, estás demasiado tensa.
- Es que no lo puedo evitar. Esto es horrible, no puedo más con esta angustia.
- Bueno, tranquilízate un poco. Mira, mi hermana tiene en casa pruebas de embarazo, cuando termine el pic-nic, me acompañas y te doy una, así te quitarás un peso de encima.
- Pero ¿Cómo le vas a quitar eso a tu hermana?
- Ah, no te preocupes una amiga suya trabaja en un centro de planificación, se los da cuando quiere.
- Pero va a notar que se lo han quitado.
- ¡Que va! Si nunca se acuerda si tiene o no, si es un desastre, los guarda por cualquier sitio y luego si no los ha usado ni se acuerda que los tiene.
- Me da mucho miedo Xu-Xu.
- Tonterías… si no estás embarazada verás como te relajas y te baja.
- ¿Y si lo estoy?
Xu-Xu se quedó sin saber que contestar.
- Bueno… pues entonces podrás pensar que hacer, cuanto antes lo pienses mejor.
Karura se paró la miró sorprendida.
- Quiero decir si lo quieres tener o no, cuanto antes lo decidas más fácil será todo.
- ¿Quieres decir?
- ¿Vas a querer tenerlo?
La naturalidad con que Xu-Xu había pronunciado aquella frase dejó perpleja a Karura, era algo que ni siquiera se había planteado pero era cierto, podría decidir, es más, tendría que decidir.
Aunque resultara extraño, tener la opción de poder decidir fue algo que calmó un poco a Karura, no sabía porqué, quizás porque era como tener un poco de control sobre su cuerpo, sobre su vida, aunque fuese una decisión difícil, el saber que la tenía era algo que la tranquilizaba.
Ahora no quería pensar. Fuese que si o fuese que no, tuviese que plantearse lo que tuviese que plantearse, ahora no quería pensar. Respiró hondo y notó como se tranquilizaba un poco. Era mejor no pensar durante unas horas, ya vería lo que hacía.
El día de campo transcurría con aparente normalidad. Se habían dividido en los grupos que normalmente se formaban. Momoka y Yuri atosigaban a Kamui empeñadas en demostrar que cada una cocinaba mejor que la otra algo habitual en ellas, nunca podía olvidar su competencia. Nowaki insistía en querer probar la comida de Momoka al igual que Genki, lo que provocaba que no pararan de discutir. Himeko se limitaba a contemplar la escena sin decir nada y Suo les miraba a todos sonriendo. No muy alejado, Kohaku había comenzado una interesante charla con Hizashi y Karura.
En otro grupo, Akira dormitaba echado en la hierba, Kyojin y Ryuko se miraban fugazmente mientras Jisei, Sumire y Akane se reían de cualquier cosa que surgiera Shibi parecía abstraído de todo y Xu-Xu, Kenshi y Karasu jugaban a pasarse una pelota.
Una vocecilla chillona y pedante llamó la atención de Sumire.
- ¡Kumoyuki! ¡Kumoyuki!
Todos, salvo Akira, se giraron hacia donde provenía la voz. Si, allí estaban, un poco separadas, Akane ya lo suponía, puede que tres de las chicas que menos soportaba.
- ¡Oh, miss Stella! - dijo con tono de niña pija mientras se levantaba, a Akane le molestaba tener que hablarlas mirando hacia arriba, y se acercó a ellas.
Sumire las miró extrañada, no las conocía o al menos no se acordaba de ellas. Con caras de “dueñas de todo” sonreían bastante falsamente.
- Ay, Kumoyuki, hemos oído que fuiste tú la que organizaste lo de las animadoras, ay chica ¿cómo te pasó algo así?
- ¡Fíjate tu que horror! Ha sido espantoso - contestaba Akane realizando ostentosos gestos.
La que había hablado parecía la jefecilla de ellas. Tenía muchos aires de grandeza “Se ve que se lo tiene muy creído”, pensaba Sumire. Era una chica guapa, no iba a negarlo, pero a juicio de Sumire, iba demasiado maquillada. Tenía el pelo muy largo y muy rubio, casi platino, con unas ondas muy estratégicamente colocadas y ojos de color verdes. La acompañaban dos chicas, una muy alta, castaña, con un curioso pelo corto y asimétrico, tenía los ojos castaños y miraba con gesto de estar perdonando la vida; la otra era morena, con el pelo a media melena, perfectamente peinada, sus ojos eran de color burdeos y también iba muy maquillada. Esta última fijó su mirada en Jisei con bastante altanería, mirada que Jisei le devolvió con desprecio.
- ¿Y has tenido que colaborar con Kamui Kaguya? - la rubia señaló con desdén a Akira - Seguro que fue idea de esa medianía, lo estoy viendo, te obligó porque era el entrenador.
- Si chica y me han tenido que asesorar y todo ¿Tu te das cuenta?
- ¡Que horror! Pobrecita, lo que tienes que haber soportado. Debes estar súper traumada, mira, te voy a dar el número de mi psicóloga - sacó una cartera rosa del bolso que llevaba colgado y de ella una tarjeta - Toma, llámala, es cara pero chica, estas cosas no puede dejarse.
- Seguro que has tenido que pasar tiempo a solas con ellos y todo - rió con verdadera malicia la morena.
- No os preocupéis tanto - habló Jisei - Este chico tan vulgar sabe como hacer pasar el rato a una chica.
- Por favor, ni insinúes algo así - volvió a hablar Stella - No puedo imaginarme un momento más horrible.
- ¿Pero porqué dices eso de Akira? - protestó de pronto Sumire - Que sepáis que Akira es muy atento y educado
Las tres intrusas dirigieron una mirada heladora hacia Sumire.
- Esto, miss Stella - dijo Akane - ¿No conocéis a Sumire, verdad? Ha estado ausente del instituto unos años. Ven Sumire, te voy a presentar.
- Pues chica, no, pero había oído decir que teníais una nueva en la clase de los perdedores, uy ¿he dicho yo eso? - y las tres se rieron de una manera casi ridícula.
- Mira Sumire, estos son miss Stella, perdona querida que no diga tu apellido ¡pero es taaaan difícil para mi!
- Willowy-Peacemaker, de Boston, mi padre es un alto ejecutivo y eventualmente estamos aquí pero nuestra mansión está en Boston.
- Ah… Sawanaguki Sumire, encantada.
- Me imagino… éstas son mis amigas Fatora y Kikyo, las únicas normales en esta ciudad. Por cierto ¿has pensado hacer algo con tu pelo?
- ¿Mi pelo?
- Si querida - contestó Kikyo, la morena - Más que pelo parece que te hayas puesto una rata muerta.
Y volvieron a reírse. A Sumire no le hizo mucha gracia, pero tampoco podía decirse que se sintiera ofendida, nadie mejor que ella conocía lo difícil de peinar que era su pelo, por eso lo llevaba siempre corto.
- Mi pelo tiene personalidad propia.
- Bueno, si quieres algún consejo nosotras te asesoraremos, pásate por el club de estilismo, la primera consulta es gratis. Bueno Kumoyuki, solo queríamos que supieras que entendemos el mal rato que debes haber pasado, nos vamos, no se nos vaya a pegar la vulgaridad… chao, querida.
- Si, claro… hasta otra…
Akira abrió un ojo.
- ¿Se han marchado ya?
- Si, ya se han ido.
- ¿Y estas de que van? - preguntó Sumire - ¿Quiénes se creen que son?
- Son ricas - contestó Ryuko - Y creen que todo es suyo. Sus padres han donado una gran cantidad de dinero al instituto.
- Y también son de 3-1... Pertenecen al club de fans de Fuma, el hermano de Kamui, por lo tanto, a él no le aguantan, y hacen todo, pero todito lo que Deisuke y Takumi digan - finalizó Jisei.
Nowaki y Genki habían comenzado una partida de cartas. Como siempre, Himeko observaba en silencio a Nowaki, a ella le gustaba observarle, era un chico tan alegre y decidido, tan animoso, siempre dispuesto a ayudar a todo el mundo, nunca se desanimaba… ella disfrutaba solo con mirarle, parecía como si la llenase de energía. Como siempre, no se daba cuenta que a su vez unos ojos verdes e intensos la miraban a ella.
Kohaku observaba a Himeko y tampoco se preocupaba por disimularlo, puede que ella fuera la única persona que no se daba cuenta de ese detalle. Todo el mundo sabía que a Kohaku le gustaba Himeko, nadie le preguntaba, era demasiado obvio, solamente Himeko parecía ignorarlo, o al menos se comportaba como si lo ignorase.
Himeko le gustó a Kohaku desde el primer día que la vio, saliendo del despacho de la profesora Akemi, eran tan preciosa, tan perfecta… “un ángel” fue lo que pensó al verla y es que a Kohaku le gustaba Himeko y mucho pero a Himeko le gustaba Nowaki y eso era doloroso porque él apreciaba a Nowaki, puede que fuera la persona a la que no quería hacer daño, no solo le apreciaba, le valoraba porque estuvo allí para él cuando no tenía a nadie más... por eso se merecía un ángel como su Himeko... aunque él se muriera de pena.
.....................................................................

Nota: el nombre de Himeko significa “niña princesa” (hime = princesa) por esa razón, algunos la apodan “princesa o princesita”.

0 comentarios: